Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hasta El oscuro puede amar por lizergchan

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión. Créditos a los autores de las imágenes de portada en turno.
Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.
Aclaraciones y advertencia: Romance, angustia, muerte de personaje, pactos demoníacos y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Resumen: Todos sueñan con la eternidad, pero pocos conocen la maldición que conlleva.
Beta Reader:

—c

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

Hasta El oscuro puede amar

 

Capítulo 13.- El hijo ominoso

 

¡Cuánto extrañaba el infierno!

La atmosfera viciada, el olor a azufre, la desesperación; los demonios yendo y viniendo a través de las puertas que encerraban las almas pecadoras (aunque eso era diferente a antiguo hogar), le traían tanta nostalgia.
Pocas veces, Stephen le permitía acompañarlo al báratro, aunque casi siempre era para permitirle participar en una que otra orgía; siempre buscaba la manera de dar un corto paseo nostálgico. Hoy, por desgracia, no podría darse tal lujo.

Asmodeo y Purson se encontraban recluidos en sus respectivos palacios. La misión de Levi en esa ocasión, era hacer que esos dos revelaran sus verdaderas intenciones, aunque no sería fácil, pero contaba con la ayuda de Lilith.
Por otro lado, Stephen y Lucifer se encargarían de Belcebú. El demonio se encontraba encadenado, con los brazos a su espalda, en una posición incómoda; era así como Leviatán lo había aprisionado. Gruesas cadenas lo sujetaban por el cuello y los tobillos, obra del Portador de la Luz.

—Que afortunado soy —dijo Belcebú con sarcasmo —El rey caído y el usurpador, lado a lado, como buenos amigos. “Tío y sobrino”, unidos por su odio al mismo bastardo —sonrió —¿Follan luego de su terapia?
—Belcebú, si no te conociera, creería que has visto demasiadas novelas —aunque el tono de Lucifer buscaba ser jovial, el demonio no pudo evitar estremecerse; era bien conocido lo peligroso que era el Señor de las Mentiras cuando estaba de mal humor.

Stephen se acercó a quién una vez perteneció a su gente. La forma humana dio paso al ente demoníaco; mas grande, ominoso, como ninguna criatura lo había visto antes.

—Pequeña criatura insignificante —voz gutural. Ojos de esclerótica negra e iris rojo se fijaron en él; una larga uña, tan afilada como una daga pasó por su mejilla, dejando una herida que comenzó a sangrar. —Te Atreviste a traicionar a tu señor, a tu amo…
—Tú no eres nada mío —Belcebú se arrepintió de lo que dijo tan pronto como lo hizo, pues tanto el antiguo como el nuevo señor del Infierno lo observaban con ira mal contenida.
—Lo preguntaré solo una vez —Lucifer tomó la palabra. Su rostro se había desfigurado hasta adquirir un tono rojizo; estaba cubierto de profundas quemaduras que jamás sanaba, causadas por haber sido lanzado del Vergel celestial a los infiernos. Arrugas, resultado de los siglos de gritar y fruncir el ceño, algo que los Ángeles no estaban creados para hacer. Dos largos cuernos curvilíneos coronaban su cabeza, ahora carente de cabello. —¿Qué están planeando?

Belcebú quiso retroceder, pero las cadenas le impedían moverse. Estaba asustado.

Aterrorizado…

Fijó la vista en el paisaje urbano. Humanos yendo y viniendo sin ninguna preocupación real; inconscientes de las fuerzas demoníacas que se cernían sobre ellos. Alguna vez también fue tan ignorante. Tan inocente.

¿Habría cambiado en algo que supiera?

Por supuesto que no. Los acontecimientos se hubiesen llevado de la misma manera, repitiéndose el infinito bucle.

De entre sus ropas, sacó un relicario de oro con pequeños rubíes rodeando la imagen de la Virgen María cargando al niño Jesús. El objeto lucía viejo, pero conservado con esmero. Una sonrisa melancólica adornó sus labios.

Pronto se reunirían, solo debía esperar un poco más…

 

 

Tony estaba preocupado y, sobre todo, enojado; Stephen y Levi se habían ido al Infierno, solos, sin ayuda. Stark se mordió el labio inferior, ¿si quiera podrían ser de utilidad para ellos?

Nunca se había sentido tan inútil, tan… insignificante. Ni siquiera con Thanos experimentó tal impotencia, pues, con el Titán loco al menos pudo darle pelea.

¿Cómo luchas con algo tan etéreo y ominoso?

Ramiel era un claro ejemplo del poder divino. Ni siquiera todos los Vengadores unidos pudieron darle pelea; eran como bebés tratando de competir contra un adulto.

Si no hubiera sido por Levi…

Sus cavilaciones se vieron interrumpidas por V.I.E.R.N.E.S., que le informó de una pelea en Central Park; al parecer, extrañas criaturas atacaban a los civiles y Spider-Man trataba de contener la amenaza, pero al parecer estaba siendo superado. Tony no perdió tiempo, dio aviso a sus compañeros y fueron en su ayuda.

Central Park se había vuelto una escena dantesca. Cuerpos desmembrados, personas gimiendo por la pérdida de algún ser querido, agonizando, o en estado de shock, mientras otros son devorados por extraños seres de aspecto humanoide. Spider-Man trata de contener la amenaza, pero es fácilmente superado, nada parece detener a esas criaturas.
La presencia de los Vengadores no hizo gran cambio; aquellos seres se regeneraban cada vez que eran destruidos, aun peor, si eran descuartizados, cada parte formaba un nuevo ser.

—¡Son demasiados! —Gritó Bucky desesperado. Solo la magia de Wanda parecía tener alguna reacción, aunque fuese solo para aturdirlos.
—¿Qué demonios son esas cosas? —dijo Spider-Man mientras atrapaba un par de seres con su telaraña.

Las bestias intensificaron su ataque, ¿o era que ellos comenzaban a cansarse?

—¡Tony! —gritó alguien, ¿quién fue? Era difícil saber entre la conmoción. Stark había sido derribado y su armadura era arrancada una a una, cada parte, exponiendo la carne.

Cerró los ojos cuando una de las criaturas arrancó el pecho de su armadura, ¿iba a morir?

Entonces, las criaturas fueron lanzadas lejos de él; una figura ofidia lo flanqueaba. Los seres dejaron de pelear, ahora los rodeaban, pero al menos los civiles que quedaban, pudieron escapar.

Equdna estaba delante de Tony; siseaba como una serpiente y las criaturas le contestaban.

—¡Fuera de aquí! —ordenó ella y los engendros retrocedieron, aterrorizados, no era para menos, estaban frente a un miembro del círculo íntimo del Señor Oscuro. —No vuelvan a tocar a ningún humano o les daré una muerte dolorosa, ¡en especial si tocan a este humano!

Las criaturas soltaron un chillido, antes de desaparecer.

—¿Se encuentra bien? —la demonio le tendió una mano a Tony, quién por supuesto no estaba bien.
—¿Qué haces aquí? —dijo Wanda, trémula.
—Mi Señor me pidió cuidar de él —respondió señalando a Tony. Peter se acercó a Equdna, la rodeó emocionado de estar frente a un demonio “bueno”, que protegía a la humanidad en vez de torturarla.

La paz fue interrumpida por el estridente y sobrenatural sonido de aplausos. Equdna siseo, irguiéndose cual larga era, tomando una postura protectora a Tony.
Una alta figura enlutada se presentó ante ellos; cubierto de pies a cabeza con una tela oscura y vieja, a su lado, un perro negro; su ajado pelaje encrespado, ojos rojos como carbones encendidos. Mostraba sus afilados colmillos, amenazando con atacar en cualquier momento.

—Este mundo. Estos humanos están bajo la protección del único y verdadero soberano del Infierno.

El desconocido rió, como si el comentario le hubiese divertido.

—¿No eran los demonios seres malvados? —cuestionó al tiempo que acariciaba la cabeza del canino. —Tú. Hija del Oscuro, caída en la desgracia junto a tus hermanos —sonrió —. ¿Te atreves a amenazarme?

Ella frunció el ceño; podía sentir una presencia celestial emanando del perro, pero no podía discernir la naturaleza del extraño.

 

—Como sea, no he venido por ti —el hombre descubrió su cabeza. El rostro de un anciano se reveló ante ellos; piel reseca, profundas arrugas que se hicieron mas evidentes a causa de su desdentada sonrisa. Tenía una cabellera deslucida y maltratada.
Al verlo, Tony se estremeció.

—Es bueno verte —dijo el hombre. Su mirada estaba fija en Stark, quien sentía una extraña familiaridad en esos ojos grises. —Ha pasado mucho tiempo, querida madre.

Algo se rompió en Tony. Imágenes distópicas de un pasado lejano inundaron su mente.

Tantas vidas.

Tanto sufrimiento.

—Henry… —susurró Ironman antes de desmayarse, pero su cuerpo no toca el suelo, pues de alguna manera sobrenatural, aparece en los brazos del anciano.
—Dile a mi padre que lo estaremos esperando —entonces, desaparece tan rápido que incluso Equdna no fue capaz de detenerlo.

 

Continuará…

 

….

 

Hola gente, siento la demora, espero les gustara el capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).