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Hasta El oscuro puede amar por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión. Créditos a los autores de las imágenes de portada en turno.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, angustia, muerte de personaje, pactos demoníacos y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen: Todos sueñan con la eternidad, pero pocos conocen la maldición que conlleva.

Beta Reader:

 

—c

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Hasta El oscuro puede amar

 

 

Capítulo 9.- Remiel

 

 

[…Años pasaron desde que Stephen se convirtiera en el único contenedor del “Oscuro”. Elizabeth, su esposa, se había unido a la corte de Isabel, la reina Virgen, siendo su favorita, al ser amigas de la infancia.

Stephen había sido dado por muerto y tuvo que ir a Kamar-Taj; había descubierto un gran poder que no podía controlar, que lo hacía peligroso para las personas que lo rodeaban.

 

Alice renunció a su deber como guardiana del santuario de Londres; Ancestral no la culpó; luego de los acontecimientos que tuvo que vivir, era normal que quisiera alejarse, aun así, mantenía una comunicación constante con Strange, aunque debía mantener cierta distancia, si no quería salir herida.

Irene y Ana fueron acogidas por Elizabeth, para servir en su casa. Las tres mujeres se llevaban bien.

Arthur, era otro con quien Stephen mantenía comunicación constante (gracias a Willson). Sabía que esos dos habían comenzado una relación y con el tiempo, se casaron.

 

Strange, poco sabía de William y Thomas; las últimas noticias que tuvo de ellos fue que habían iniciado un viaje juntos, no le sorprendía; a lo largo de sus existencias, siempre buscaban la forma de estar al lado del otro.

 

—Stephen —lo llamó Ancestral. Su maestra y quizás, el único ser que le comprendía —. Es hora de continuar con tu entrenamiento —él asintió con la cabeza.

Lo único que podía hacer, era entrenar y aprender a controlar sus nuevas… “habilidades”, quizás, con el tiempo encontraría un modo de tocar a su esposa sin lastimarla.

 

El tiempo siguió su curso. Arthur y Alice se casaron, tuvieron hijos y estos, a su vez, los propios. Partieron de este mundo rodeados de sus seres queridos, aunque, con algunos años de diferencia.

Thomas murió a causa de la malaria que contrajo en la India. William se le unió poco después.

 

Irene y Ana jamás se casaron ‹‹normal. Sus destinos siempre estuvieron unidos››. Fallecieron en edad avanzada, algo poco común entre la clase baja.

 

60 años transcurrieron desde que se convirtió en El Oscuro. El tiempo para Stephen se había detenido, pero no para los demás. Su hijo, creció, se casó, tuvo descendencia y murió. Strange siempre estuvo ahí, cuidando a su familia desde las sombras; hoy, se despediría de la mujer que amaba.

 

Stephen observó a su bella esposa, postrada en su lecho. Contaba con 90 años; su piel marchita y su hermosa cabellera, ahora canosa, desprolija, pero para él, seguía igual que aquella mañana de verano, cuando se despidió de ella. Antes de que todo iniciara.

 

—Cariño —susurró la mujer con voz débil. Strange cerró los ojos, negándose a aceptar la realidad. La estaba perdiendo y no había nada que pudiera hacer para evitarlo…].

 

 

 

 

Stephen observó a su capa; Levi había usado su poder para proteger a los Vengadores y estaría inconsciente por unas horas.

 

—¿Cómo se encuentra? —Strange se sobresaltó. Últimamente había estado pensando demasiado en Elizabeth y los otros y eso lo hacía bajar la guardia. —Lo siento. No quise asustarte —Tony le miraba con una mezcla de preocupación y miedo.

—Agotó gran parte de su poder, pero vivirá —le respondió sin despegar la vista de Levi que se encontraba sobre un sillón, en su forma de capa.

 

Eran pocos los que podían hacerle frente a Leviatán y ninguno habitaba esa dimensión, sin mencionar que él se habría dado cuenta de la invasión, incluso antes de que pusieran un pie en su territorio.

 

—Lamento que se viera involucrada en todo esto —Stephen negó con la cabeza. Era más probable que los Vengadores fuesen las víctimas, el daño colateral, nada nuevo si pensaba en la guerra en la Ciudad del Eden, o lo sucedido en Egipto, por mencionar algunos.

—¿Qué fue lo que los atacó? —Tony ahorró palabras, pidiendo a Friday los vídeos de lo sucedido en el complejo.

Strange observó a los Vengadores reunidos, planeando contactarlo para consultarle sobre los secuestros y asesinatos de niños en rituales, después, una mujer de cortos cabellos, piel morena y alas de halcón ‹‹Remiel››, apareció inesperadamente y atacó a Steve, posteriormente lo hizo con Tony; fue en ese momento que Leviatán se reveló para defenderle. Mientras luchaban, Remiel dijo algo en un idioma desconocido para los humanos, pero que Strange conocía bien.

—Esa mujer era realmente fuerte, quizás más que Thanos —dijo Stark sobándose el cuello.

—Es un arcángel; se llama Remiel y es un verdadero dolor de cabeza —comentó el Hechicero Supremo.

—¿Ella, un arcángel? Pensé que todos eran hombres —dijo Tony y Strange sonrió divertido, no pudo imaginar la cara que pondrían ciertas celestiales al escuchar el comentario del millonario.

—Que Remiel y Azrael no te escuchen decirlo o terminaras muy mal, aunque no tanto si es Gabriel quien lo hace —comentó Strange con cierta nostalgia. Hablar de la mensajera de Dios siempre tenía ese impacto en él, después de todo, ella fue quién los comandó durante la lucha contra El oscuro. Quién los convenció de sacrificarse por el bien de la humanidad.

 

La que los condenó a una eterna tortura.

 

Tony le observó en silencio, no sabía cómo reaccionar delante de Stephen, no cuándo se vea tan triste, tan… perdido.

—Parece… parece que conoces mucho del tema…

—Es porque es el Hechicero Supremo, es normal que sepa esas cosas —dijo Levi, quien los observaba desde el sillón; había adoptado la forma infantil humana que tanto le gustaba.

—No deberías esforzarte —le reprendió Strange con cariño paternal, algo que tomó por sorpresa a Tony, en especial cuando el mago atrajo a la niña en un abrazo protector.

—Estoy bien, solo algo oxidada —replicó la niña sonrojada. No era común que Stephen actuara de ese modo, pero apreciaba cada momento.

—Me alegro que estés bien, pequeña demonio —dijo Stark con una sonrisa. Levi se separó ligeramente de su maestro para atraer al humano y hacer que se uniera al abrazo.

 

Remiel había dicho que el regreso de Steve era un error y debía ser solucionado, pero no fue lo único que mencionó; Tony Stark era el Caballero Blanco, y su existencia, más que cualquier otra, era peligrosa pues el Oscuro de ninguna forma podía estar cerca de él nuevamente.

 

 

La reencarnación del Caballero Blanco, así como el alma que alguna vez contuvo una parte del Demonio de los Mil Nombres, no debían estar en la tierra; sus existencias podrían alterar el equilibrio en Stephen Strange, el actual contenedor de la fuerza maligna mas poderosa de toda la creación. Remiel lo sabía, por eso atacó a esos mortales: Los Vengadores, para eliminar la amenaza, jamás esperó toparse con Leviatán.

 

—Sí El Oscuro se da cuenta que el Caballero Blanco ha reencarnado; intentará unirse a él nuevamente, pero siendo mortal… —Remiel detuvo su monologo, temerosa del problema futuro.

 

A pesar de lo que los humanos pensaban de su Padre, Él, ni la hueste celestial tenían algo contra las uniones del mismo sexo, por eso no le importaba que Stephen Strange ‹‹El Oscuro››, y Tony Stark ‹‹El Caballero Blanco››, retomaran su relación amorosa; incluso podría ser bueno para la humanidad, el problema radicaba en la efímera existencia de los mortales en la tierra.

 

—Cuando su amado perezca, el dolor de Namiel, será tan grande que probablemente pierda el control sobre El Oscuro e intente acabar con la Creación de Padre.

 

No existía alternativa, debía acabar con Tony Stark y esta vez, ni Leviatán podría detenerla.

 

 

Continuará…

 

 

Espero les gustara el capítulo. Nos vemos en la siguiente.


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