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Hasta El oscuro puede amar por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión. Créditos a los autores de las imágenes de portada en turno.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, angustia, muerte de personaje, pactos demoníacos y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen: Todos sueñan con la eternidad, pero pocos conocen la maldición que conlleva.

Beta Reader: Samantha_Myarrow

 

—d

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Hasta El oscuro puede amar

 

 

Capítulo 5.- Leviatán

 

 

La mujer abrió la boca como una serpiente a punto de devorar a su presa. Una larga lengua lamio el rostro de Daredevil.

 

—Pequeño ratoncito… serás mi bocadillo.

 

Matt cerró los ojos. No podía ver a la criatura sobre él, pero aún así le invadía el miedo.

 

 

Levi estaba aburrida de permanecer en el santuario; la soledad en sí no le importaba pero en ocasiones llegaba a ser un tanto molesta. Wong había regresado a Kamar-Taj a ocuparse de los estudiantes y con Strange en el infierno <<de nuevo>>, no le apetecía quedarse a proteger un lugar que ni siquiera Dormmamu (ahora que sabía la verdadera naturaleza de su amo), se atrevería a atacar.

 

<<Una de las ventajas de ser la mano derecha del Oscuro, era poder tomar una forma humana por más tiempo que el que podían sus “hermanos”, además de ser capaz de acceder a su apariencia demoníaca o al menos parte de ella>>.

 

Levi decidió dar un paseo, tal vez eso pudiera quitarle el aburrimiento y quién sabe, devorar el alma de algún incauto pecador, un violador o asesino de niños sería genial, incluso se conformaba hasta con un estafador.

 

Sus pasos la condujeron al muelle; sabía de buena fuente que ahí solían reunirse traficantes de personas para despachar algún cargamento.

 

Dos hombres pasaron corriendo, lucían aterrados y gritaban que habían visto un demonio. En un mundo lleno de personas con súper poderes, no esperaba encontrarse con alguno de sus congéneres, especialmente porque Lucifer y su amo, lo tenían prohibido. Sí, podían hacer alguna que otra maldad mínima como influenciar a alguien a saltar de un puente o dispararle a sus padres mientras estos dormían pero no podían mostrarse ante los humanos.

Decidió ir a investigar, de todas formas no tenía nada mejor que hacer. De un salto se subió a uno de los contenedores (de esa manera, su posible presa no la vería tan fácil); tomó su apariencia de capa y comenzó su cacería.

No tardó mucho en encontrar a un hombre de traje rojo, en el suelo y con una mujer de una larga lengua que estaba por devorarle.

Levi volvió a tomar su forma humana, la de una dulce niña pelirroja, de largos cabellos rojos que se torcían formando bucles y ese vestido de encaje negro que le daba la apariencia de muñeca de porcelana.

Movió la mano, lanzando una ráfaga de energía contra el esbirro que se estrelló contra el contenedor, abollándolo.

 

—No sé quién eres, pero todo en ti apesta a demonio —dijo Levi descendiendo con la gracia de una pluma—, ¿es qué no sabes de la prohibición?

 

La mujer se levantó, de su cabeza sobresalía pequeños cuernos y de su espalda crecieron unas alas de murciélago, su boca se alargó asemejándose al hocico de un perro. Sus manos y pies se convirtieron en garras.

 

—Tú… ¿cómo te atreves a interrumpirme? ¿Acaso no sabes quién soy?

—Mi perra —respondió quitándole importancia al asunto. Tal vez no debió haber visto esos vídeos en YouTube, pero Darkar era la ley.

—Soy un demonio —dijo enojada—, sirvo a su Majestad, el que tiene mil nombres y a la vez ninguno. El verdadero soberano del infierno hasta que el usurpador llegó.

 

Levi bostezó; como detestaba a los demonios de bajo rango que se sentían poderosos.

 

—¿Ya terminaste? —dijo Levi en tono aburrido—. Bien… ahora es mi turno —su cuerpo creció, largos cuernos adornaron su cabeza, sus rojos cabellos mutaron volviéndose escamas, su rostro, una mezcla entre reptil y humano. La demonio retrocedió, asustada.

 —Tú… Levi… ¡Leviatán! —ella sonrió.

—Leviatán, hace siglos que no escucho ese nombre —su voz, una mezcla de muchas otras.

 

La demonio comenzó a temblar. Leviatán era el lugarteniente del Oscuro, incluso la biblia hablaba de ella.

 

—Me siento benevolente hoy así que te daré 5 minutos de ventaja antes de cazarte.

 

La demonio echó a correr, huyendo despavorida. Levi sonrió, miró a Matt que parecía desorientado.

 

—¿Estás bien? —preguntó con la tierna voz de la niña que era su disfraz.

—¿Quién eres? —estaba asustado. Jamás había experimentado un miedo tan terrible como el que padecía en ese momento.

—Un amiga. No debes temer, jamás dañaría a un humano, menos a uno que fuese amigo de mi amo —dijo con parsimonia—. Debo irme, tengo que cazar una rata.

 

 

Strange ingresó al complejo de los Vengadores a través de uno de sus portales.

La situación actual tenía preocupados tanto a él cómo a Lucifer y de agravarse más la situación podría llegar a captar la atención de Dios junto a su hueste celestial y eso, no sería nada bueno para los humanos. Una guerra celestial traería consecuencias, incluso más devastadora que lo sucedido con Thanos y podría significar destrucción de la misma creación.

 

—Strange —Stephen frunció el ceño al escuchar quién lo llamaba. James Buchanam Barnes, el flamante nuevo Capitán América. El arma que acabó con la vida de la madre de Tony y el responsable de su sufrimiento.

 

No sabía por qué, pero lo odiaba e iba a disfrutar devorar su alma cuando éste muriera.

 

—Capitán —dijo con tono serio—. ¿Puedo hacer algo por usted?

—¿Has podido descubrir lo que sucede con Steve?

—No —respondió más seco de lo que hubiese deseado, pero no podía evitar sentir ese odio irracional por él—. Temo que no puedo hacer mucho, tomando en cuenta que ustedes decidieron quedarse con la única pista con la que contaba.

 

Bucky guardó silencio, usualmente trataba de mantener distancia entre él y el Hechicero Supremo pero la preocupación que sentía era mucho más grande que su sentido de auto preservación, porque sí, podía sentir el deseo homicida que el doctor tenía para su persona.

 

—Pero ha estado con Steve por semanas, creí que…

—Barnes, si tanto quieres saber de Steve, pregúntaselo personalmente. ¿Eres su mejor amigo, no? Pues demuéstralo —Strange le dio la espalda y se alejó a paso lento. Había ido a visitar a Tony, pues tenía una extraña necesidad de estar con él.

 

Esperaba que aceptara ir a comer o beber algo con él, pasar un rato juntos y recuperar los días que había perdido por estar con Leliel.

 

—Ey, Gaudini —dijo Stark a quien había encontrado en su taller.

—Tony, me preguntaba si te gustaría...

—¡Stephen! —Levi había aparecido cruzando un portal de color negro; tenía su forma humana y cargaba una esfera rojiza entre sus manos—. Tenemos un proble… ma… hola, Tony —dijo al darse cuenta que Strange no se encontraba solo.

 

Tony miro a la niña, después a Strange y nuevamente a Levi.

 

 —Emm… —Stephen suspiró. Tenía mucho que explicar y solo esperaba que Tony no lo creyera loco o aún peor, terminara por odiarlo.

 

Continuará…

 

 

 

Bueno, espero les guste el capítulo. Gracias.


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