Inglaterra vs. Madagascar
A pesar del bullicio que había a su alrededor, Draco se sentó tranquilamente, sacó un pergamino de su túnica de verano y una pluma de halcón que había comprado antes de coger el traslador hasta París. Normalmente la prensa tenía su propio palco en los estadios, pero a él le gustaba estar en las gradas donde se encontraban los aficionados, porque a parte de ser periodista, también disfrutaba de un buen partido de quidditch, aunque nunca mostraba a qué equipo apoyaba.
El estadio rugió mientras sonaba el himno de Madagascar. Su mascota, una manada de erumpents, interrumpió en medio del campo, trotando y empujándose unos a otros como si fuese una estampida. El comentarista del partido, un francés con acento muy marcado, presentó a los siete jugadores de la selección malgache* mientras estos salían de los vestuarios volando con una rapidez increíble.
— Merlín, qué bueno está el del número ocho.
Draco rodó los ojos, girándose hacia Pansy, quién estaba haciendo fotografías con su cámara. Iba a replicarle algo, pero ella parecía muy concentrada en los jugadores que estaba en el campo.
— ¡Y ahora, la selección inglesa!
Se giró ante el anuncio del comentarista. El mánager de la selección de Inglaterra no había querido desvelar cual iba a ser su mascota para este mundial, así que en la grada se podía notar una fuerte expectación al respecto. Los aficionados ingleses aguardaron todo lo silenciosos que pudieron, y después estallaron a vítores cuando una mantícora cruzó el campo, mientras que algunos gritaban casi aterrorizados cuando la bestia se acercaba demasiado a una de las gradas.
— ¡Con el número tres, Ginevra Weasley! ¡Con el cinco y el seis, los gemelos Gabe y Dylan Neeson! ¡El número dos es para Ruth Jorkins! ¡El número cuatro lo porta Clarise Wrigth! ¡Para el guardián del equipo, Ashton Beckett, el número uno!
— Madre mía, cómo está el guardián.
— ¡Pansy! —le reprochó—. Estás hablando de un crío.
— Un crío que está para comérselo. Además, apenas nos llevamos unos años.
— Sí, claro. Ese niño aún no había entrado en Hogwarts cuando tú ya le metías mano a Blaise.
— ¡Y con el número siete, el capitán y buscador, Harry Potter!
La afición bramó entusiasmada, Draco estuvo a punto de echarse un silencio encima para evitar quedarse sordo. Se lamentó por no haberse quedado en el palco de la prensa.
— Por Salazar bendito y todas sus serpientes, ¡qué culo tiene Potter!
— ¡Pansy, por favor!
— ¿Qué?—exclamó la chica, mirándole como si no entendiese porqué estaba molesto.
— Que necesito concentrarme y no estar escuchándote a ti hablar de culos.
— Del culo de Potter—aclaró ella, con una sonrisa maliciosa.
— De quien sea—gruñó entre dientes—. No sé porqué te has hecho fotógrafa deportiva si lo último que te interesa es precisamente el deporte.
— Porque hay tíos buenos—respondió sin pudor—. Y porque puedo sacar fotos gratis. Si supieras la colección que tengo en mi casa... He llenado ya tres álbumes enteros.
— Pansy, estás más salida que el palo de una escoba.
— Estoy soltera, y en este mundial hay mucha testosterona. Además, no me voy a ir de aquí sin comprobar que el artículo que leí esta mañana era cierto.
Draco tenía miedo de preguntar, pero aún así lo hizo.
— ¿Qué artículo?
— El que dice que hay hasta ocho maneras diferentes de tener sexo en una escoba
— ¡Diez puntos para Madagascar!
Volvió su atención hacia el partido, intentando ponerse al corriente e ignorando los comentarios soeces de su amiga.
La selección de Madagascar iba vestida con un uniforme rojo brillante con detalles en verde. Su equipo estaba enteramente integrado por hombres bastante corpulentos, así que su punto a favor estaba basado en la fuerza que tenían los golpeadores, pero a la vez tenían la desventaja de que sus cazadores eran bastante más lentos debido a su peso.
Los ingleses por el contrario iban vestidos con pantalones rojos —debía darle algo de crédito a Pansy, porque eran verdaderamente ajustados—, una camiseta blanca y los detalles en azul, luciendo los colores de la bandera de su país. Habían conseguido remontar e iban 50 a 20 a favor de Inglaterra, pero los golpeadores del equipo malgache parecían haberse apropiado de las bludgers, lo que significaba que las cazadoras estaban atravesando un mal momento.
Paseó su vista por el estadio hasta que encontró la figura familiar de Harry Potter. Sabía que la snitch todavía no había saltado al campo, ya que normalmente tardaban alrededor de una hora en soltarla para asegurarse de que hubiera un poco de juego antes de que el partido terminase. A nadie le gustaba que un partido terminase a los quince minutos de empezar. Con lo cual era lógico que Potter se concentrase más en dar directrices a su equipo que en dar vueltas por el estadio.
— ¡Jorkins vuela a velocidad vertiginosa con la quaffle bajo el brazo, esquivando con gran maestría la bludger que le iba directa a la cara y se acerca peligrosamente a los aros!
Draco escribió un par de anotaciones sobre el juego y las tácticas de ambos equipos, mientras veía como la cazadora del equipo inglés intentaba burlar al guardián de la selección de Madagascar, lo cual era complicado, porque su guardián era literalmente un tanque. Debía medir cerca del metro noventa, se notaba que era corpulento por todos los lados de su anatomía, pero sus hombros y sus brazos era especialmente anchos y tenía una mirada que atemorizaba a cualquiera. Excepto a Jorkins, al parecer, porque la chica no se estaba dejando avasallar. La chica hizo amago de tirar la quaffle hacia el aro izquierdo, el guardián viró la escoba hacía ese lado por acto reflejo, entonces Jorkins cambió la trayectoria y lanzó la pelota hacia arriba. El desconcierto se leía en la cara de los jugadores y de la mayoría de aficionados, incluso el comentarista parecía un poco confundido por eso, pero de repente, Weasley había aparecido con un zigzagueo ágil y veloz, había esquivado una bludger sin despeinarse siquiera y había golpeado la quaffle que Jorkins había alzado con su propia escoba, anotando un espectacular tanto para Inglaterra.
La selección inglesa se había crecido después de eso, las cazadoras parecían más veloces y escurridizas que nunca, los gemelos Neeson por fin había podido interceptar alguna bludger y el público tenía claro quién estaba siendo el favorito del partido.
Entonces la snitch hizo acto de presencia.
Ni si quiera se había dado cuenta de que la codiciada pelota dorada estaba revoloteando por el estadio hasta que vio a Potter volando como un loco de un lado a otro.
— ¡A por Potter! —el grito del capitán de la selección de Madagascar revotó por todo el espacio— ¡Id a por Potter!
Draco había jugado muchas veces contra él, y sabía de lo que era capaz de hacer su antiguo compañero de colegio. Claro que también era consciente de que su técnica había mejorado muchísimo, ya no era el chico raquítico al que se había enfrentado cuando iban al colegio, ahora era un jugador profesional de quidditch y eso se notaba. Aun así, tenía que admitir que cada vez que veía volar a Potter, su pecho se estremecía con anticipación y la adrenalina empezaba a bombear en sus venas con ferocidad. Era como si él mismo estuviese volando. Había algo de admiración también, pero eso nunca iba a admitirlo ni en su mente si quiera.
Los golpeadores no tardaron en ponerse mano a la obra y las bludger empezaron a volar con agresividad. Era una estrategia lógica, porque el buscador del equipo de Madagascar estaba a años luz de alcanzar a Potter, así que la única manera de pararle era derribándole. Aun así, iba a ser una tarea complicada, porque Potter volaba esquivando las pelotas que venía hacia él con un maestría envidiable, ni si quiera miraba de dónde le venían, solo se dedicaba a zigzaguear, ascender, y luego caer en picado, siempre con la vista pegada a la snitch.
— Cierra la boca, que se te está cayendo la baba—estaba tan concentrado que casi se había olvidado de Pansy. La fulminó con la mirada—. ¿Quieres que te guarde una foto de Potter?
— Vete a la mierda.
Pansy sonrió con socarronería
— ¡Potter atrapa la snitch! ¡Inglaterra gana el partido!
El público se volvió loco. El rubio miró como la selección inglesa celebraba la victoria, volando cerca de las gradas para animar a sus aficionados. Potter no dejaba de recibir elogios por sus compañeros e incluso por sus rivales, mientras mantenía la mano alzada con la snitch dorada revoloteando. La sonrisa que tenía en rostro era la más brillante que había visto nunca, y tuvo que abstenerse fuertemente en preguntarle a Pansy si la había fotografiado.
— ¿Me acompañarás a la rueda de prensa? —cuestionó su amiga.
Esa era la único motivo por el cual se alegraba de que Pansy estuviera allí. Draco odiaba las ruedas de prensa, a los periodistas que muchas veces les interesaba más la vida personal de los jugadores que los partidos, y sobretodo, el tener que estar ahí durante una hora haciendo preguntas sin sustancia. Por eso, Pansy se dedicaba a hacer las preguntas, y obtener declaraciones, además de hacer las fotografías que incluiría en su articulo, mientras él se centraba en el partido y dar su punto de vista a los lectores. Un gran trabajo en equipo.
— Vayámonos de aquí, que estoy empezando a quedar sordo con tanto grito—contestó.
Era obvio que Francia iba a ser la gran favorita en esta jornada. Es la anfitriona en este mundial, y tiene un equipo claramente arrollador. Las flechas francesas a parte de volar, brillaron en todo su esplendor. Lideraron desde el principio su partido contra Australia, y sin duda los elogios debería llevárselos Annette Babineaux, la guardiana francesa, quién hizo un trabajo magnifico a la hora de defender los aros. La selección australiana estuvo bien, en su línea, pero no fue lo suficientemente agresiva, ni optó por una gran defensa, lo que inclinó la balanza claramente hacia la anfitriona. El partido termino cuando Celine Coté atrapó la snitch, dándole la victoria a Francia.
Otro de los partidos importante fue el Bulgaria contra Irlanda. Ambas selecciones son fuertes y favoritas. Ciertamente el partido estuvo reñido con una marcador siempre muy igualado. Las selección búlgara honró a sus aficionados con su habitual ferocidad, bateando y golpeando como nunca. Por su parte, el equipo irlandés optó por una táctica evasiva, esquivando los ataques y escabulléndose entre la defensa del contrario. Los cazadores irlandeses se lucieron, y cabe decir que su trabajo fue mucho más que admirable, pero estaban jugando contra la selección del afamado Viktor Krum, y ante eso poco hay que hacer. Krum consiguió hacerse con la snitch mientras volaba boca abajo en una maniobra extremadamente peligrosa pero que sin duda le dio la victoria a su equipo e hizo que estuviera en todas las portadas de los periódicos.
Bulgaria no será la única en aparecer en las portadas, pues también lo hará Canadá, y no precisamente por haber ganado su partido contra Chile, sino por haber sido descalificados. La verdad es que en el partido no había mucho movimiento ni jugadas magistrales que dejan boquiabierto a todo el mundo. Era un partido de quidditch sin más, como el que podrías ver en cualquier instituto. Aun así, la favorita parecía ser Canadá, al menos hasta que empezó el partido. Una vez que el árbitro silbó, la selección chilena pareció decidida a clasificarse y le puso las cosas difíciles a los canadienses, la afición de los norte-americanos parecía desinflarse poco a poco, mientras que el sur iba ganando terreno. Tal vez por eso, Brad Davies, el buscador de Canadá, decidió realizar una táctica desesperada: usó, ni más ni menos, que un accio con la snitch. El arbitro no se lo podía creer, la afición canadiense se encontraba confundida mientras la chilena estaba más que enfadada. Se canceló el partido por haber usado una táctica prohibida dentro del juego, Canadá fue descalificada y se le concedió la victoria a Chile. Por su parte, la Federación Francesa de Quidditch afirma que es imposible que Davies haya utilizado un hechizo sobre la snitch, ya que esta está encantada para repeler cualquier hechizo, aún así se vio claramente como el buscador sacó la varita, y acto seguido, la snitch estaba en su mano. No hay que ser muy listo para saber que había pasado. La Federación Mundial de Quidditch está claramente molesta con los franceses ya que les están lloviendo las criticas ante su descuido y aseguran que a partir de ese momento, la seguridad contra los hechizos se redoblará para que no vuelva a suceder algo como esto. Yo solo puedo decir que a Davies habría que darle una palmadita en la espalda por haber tenido la osadía de haber lo que ha hecho. ¡Grande, Davies, grande!
La jornada terminó con el partido de nuestra Inglaterra. En estos octavos de final nos enfrentábamos contra Madagascar, una selección que solo se la podría definir como colosal. Creo que ningún jugador del suroeste africano medía menos del metro ochenta. Eso, junto con la fuerza de sus golpeadores, hizo que nuestra selección sudase durante minutos interminables. Afortunadamente las cazadoras inglesas mostraron ser sumamente hábiles en su trabajo, deleitando al público con jugadas como la de Jorkins junto con Weasley, algo que no se había visto antes y que dejó al equipo malgache totalmente descolocado. En el artículo anterior dije que Inglaterra era un equipo decente, pero que no destacaba en ningún aspecto, y hoy tengo que retractarme. su punto fuerte parece tener nombre y apellido: Harry Potter. Sin duda el buscador hizo magia, y no la que todo el mundo conoce. Su agilidad y presteza sobra la escoba marcó una gran diferencia entra ambas selecciones. A pesar de las bludger volaba a toda velocidad sobre su cabeza, Potter solo necesito exactamente once minutos para atrapar la snitch desde que esta salió al campo, lo que significa que es la persecución más corta en este mundial hasta la fecha. ¿Fue suerte o talento? ¿Será capaz de batir su propio récord en el próximo partido? Yo creo que no, pero todo se verá.
Hasta entonces, tendremos que esperar a la segunda jornada de octavos de final que se celebrará mañana para conocer a los rivales de los ya clasificados.
Draco Malfoy,
Corresponsal deportivo.
2 de julio de 2002