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"Belleza Escondida" por Kaoba 207

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Notas del capitulo:

Hola mis queridas lectoras


Acá les traigo el penúltimo capítulo de la historia. Espero les guste lo que se vendrá.


Gracias por los RWs que me hicieron llegar. Los valoro en verdad *_*

“CAPITULO ONCE”

 

 

 

Thor revolvió los huevos en la sartén, silbando para sí.

 

--Vaya, que buen humor. ¿Por qué será?- se burló Loki.

 

Sonriente, Thor miró a su pelinegro, adorando su sensual sonrisa. Llevaba burlándose de él desde el amanecer, y después de la noche que habían pasado, se preguntaba cómo tenía aún tanta energía.

 

--Si quieres, puedo llevarte arriba y explicártelo.

 

--¿Arriba? Pero si nos quedan al menos veinte habitaciones por inaugurar- Loki soltó una risita, estremeciéndose al imaginar las manos de su ahora amante sobre su cuerpo.

 

--Veinte no son suficientes- dijo el rubio, mirándolo con intención. Loki se aclaró la garganta e intentó mostrar una cierta dignidad, para evitar que lo tirara sobre la mesa y le hiciera gritar de placer; aunque le parecía una idea espléndida.

 

--Entonces, además de fantasías, ¿qué planes tienes para hoy?

 

--¿Aparte de mirarte?

 

--Madre mía, ¡qué interés!

 

Thor echó los huevos en un cuenco, llevó la sartén y los utensilios al fregadero, los fregó, secó y guardó en el armario. Loki parpadeó y cuando el rubio se irguió captó su expresión de sorpresa.

 

--¿Qué?- se miró los vaqueros y los pies descalzos, buscando una mancha de huevo.

 

--Un hombre de buena posición que limpia lo que ensucia. Espera a que se entere mi madre.

 

--Llevo mucho tiempo solo- hizo una mueca- Si no limpio yo, no lo hace nadie.

 

--Sigue así, Odinson. Me gustan los hombres que saben que su lugar está en la cocina, con un cucharon en la mano. Indiscutiblemente eres de los míos.

 

Thor soltó una carcajada y lo agarró cuando pasaba a su lado con un plato de beicon. Loki dejó el plato a un lado mientras el otro le besaba el cuello.

 

--Dios, hueles bien.

 

--Es la grasa del beicon. Añade un toque de misterio- el rubio rio y lo besó lentamente. El cuerpo de Loki comenzó a arder y se apretó más contra Thor, acariciándole el pecho, cubierto con una camiseta de algodón. Cuando se apartó, estaba sin aliento y mareado de deseo- Puedo cortarte el pelo, si quieres- le dijo, apartándoselo de los ojos.

 

--¿No te gusta mi aire de pirata?- inquirió Thor.

 

--Eres demasiado guapo para esconderte tras todo ese pelo- Thor sonrió; cuando le llamaba guapo, casi deseaba cree en sus palabras.

 

--Esta noche entonces- aceptó.

 

Mordisqueando un trozo de beicon, Thor puso el pan en la tostadora, mientras Loki sacaba platos y cubiertos y ponía la mesa para cuatro. Hogun aparecía todas las mañanas a tomar café, pero no contaba con Eyra hasta al menos una hora más tarde.

 

Thor abrió la nevera para sacar la mantequilla. Cuando la cerró, vio a Loki inmóvil y tenso al otro lado de la encimera. Frunció el ceño y se dio la vuelta. Eyra estaba junto al umbral, con el pelo revuelto y su osito bajo el brazo.

 

El rubio sintió un ataque de pánico. Su hija. Vería sus cicatrices. Miró a Loki y este captó su miedo. Una cosa era que Loki lo viera y aceptara, una criatura de cuatro años era algo muy distinto.

 

--Buenos días, Eyra- dijo Loki, Thor percibió el temblor en su voz. El pelinegro estiró la mano y lo retuvo, para que no le diera la espalda.

 

--Buenos días, Loki- Eyra se frotó los ojos y bostezó- Hola, papá- se subió a la silla, sentó al oso a su lado y miró a los dos adultos- ¿Vas a desayunar con nosotros, papá?- lo miró expectante. Inocente y confiada. Sin ningún miedo.

 

--Sí, princesa- consiguió decir Thor tras carraspear dos veces.

 

--¡Qué bien!- alcanzó un trozo de beicon y comenzó a mordisquearlo, mientras Loki le servía zumo de una jarra. Loki miró a Thor. Estaba helado, mirando a su hija con los ojos húmedos de lágrimas. Dejó la jarra y fue hacia él.

 

--Ni siquiera se ha dado cuenta- dijo Thor con voz áspera, sin apartar los ojos de la niña.

 

--Otra personita a la que habías subestimado, ¿eh?- sonrió el ojiverde.

 

--Sí- le agarró la mano- Sí- sonrió y fue hacia Eyra. Loki lo detuvo suavemente.

 

--Ve despacio- advirtió. El otro asintió, no quería asustar a su hija. Cuando saltaron las tostadas, se volvió hacia la encimera y untó la mantequilla.

 

--¿Te gusta la mermelada, Eyra?

 

--Mi favorita es la de frutilla- rio la niña.

 

--Ya, ya- Loki puso los ojos en blanco- Ayer era la de uva. Y anteayer la de durazno- le hizo cosquillas a la niña y le dio un beso en la mejilla. Thor puso el plato ante su hija, se sentó y, con Loki a su lado, contempló absorto el sencillo ritual de su desayuno.

 

Pensó que el día no podía mejorar aún más.

 

 

****

 

 

El viento agitó el abrigo de Loki y, aunque había dejado de llover, parecía que no tardaría en volver a empezar.

 

--Ven con nosotros- dijo el ojiverde.

 

--Disfruten de una tarde de cómplices.

 

--Por favor, papá- pidió Eyra desde el interior del coche. Loki le puso la mano en el brazo, deteniendo sus súplicas. Intentaba comprender la aprensión de Thor. Llevaban más de una semana viviendo sin esconderse en las sombras, pero él aún no estaba dispuesto a enfrentarse al resto del mundo. La gente del pueblo nunca lo había aceptado, y seguían considerándolo la bestia del castillo. Murmuraban sobre él, para ellos seguía siendo una criatura misteriosa. Ya no lo era, pero tardarían en acostumbrarse a la idea.

 

Conseguir que Thor diera ese paso iba a ser muy difícil. Loki se sentía como si estuviera tirando de él con una cuerda.

 

--No importa- le dijo- No tardaremos.

 

--Quiero hacerlo- murmuró el rubio- Pero no con Eyra. No se qué haría si ella oyera algunas de las cosas que me han llamado.

 

--Yo tampoco- Loki apretó los labios. Thor le acarició el rostro, adorando que estuviera tan dispuesto a defenderlos- ¿Significa eso que solo estarás con Eyra y conmigo, y nadie más?

 

--No puedo. Aún no.

 

--Esto no funcionará siempre, Thor- dijo el pelinegro con enojo- Hay reuniones de padres. Clases de ballet, teatro. ¿Vas a negarle eso a Eyra y a ti mismo solo por lo que puede decir la gente?

 

Thor arqueó una ceja ante el súbito golpe de mal humor.

 

--No, pero tú pretendes que empiece dando un salto mortal, sin haberme tirado al agua.

 

--Está bien, está bien- Loki suspiró- Entiendo. O al menos lo intento. Quizá sea pedir mucho, demasiado pronto- echó una ojeada a Eyra que, sin prestarles atención, jugaba con los mandos y botones del tablero. Volvió los ojos a Thor- Los quiero mucho a los dos- dijo suavemente, y el rubio sonrió- Deseo que sean felices, y lo que menos necesita Eyra es esconderse contigo.

 

--¿O contigo?

 

--Efectivamente.

 

Thor soltó el aire de golpe. Sabía que eso tenía que llegar. Lo había insinuado con frecuencia los últimos días, pero no era algo que quisiera discutir en ese momento.

 

--Hablaremos de eso esta noche, ¿está bien?

 

--Oh, sí, te lo garantizo- Loki lo miró con determinación, beligerante desde la punta de sus cabellos azabaches hasta sus gastadas zapatillas deportivas. Pero Thor no tenía intención de pasearse por la calle Mayor y hacer el ridículo. Él aún no se atrevía a pensar en el futuro; pero sabía que Loki le había robado algo más que el corazón. Deseaba sentirse así para siempre, evitar que el mundo se entrometiera. Estaba convencido de que si lo veía alguien más que Eyra, Hogun y Loki, todo se echaría a perder.

 

--Esta noche, entonces- Thor se inclinó para besarlo.

 

Eyra soltó una risita y Thor le guiñó un ojo. Su hija lo había aceptado, y también su relación con Loki, eran una familia ahora. Loki era su amante y todas las mañanas, al despertarse con él entre los brazos, sentía una paz y felicidad que nunca había sentido antes. No pensaba arriesgarse a estropearlo.

 

--Será mejor que se vayan antes de que vuelva a llover- dio un beso a su hija y acompañó a Loki al otro lado del coche. El ojiverde se sentó al volante, se puso el cinturón y comprobó el de Eyra- Vuelvan pronto- dijo después, besándolo de nuevo.

 

--No tardaremos más de una hora- iban a comprar leche, huevos, y algo para entretener a Eyra si seguía lloviendo. El reparto de los ultramarinos llevaba un día de retraso y Loki necesitaba airearse un poco, aunque le encantaba estar con Thor, hacer el amor y dormir a su lado.

 

Todas las mañanas volvía a su dormitorio antes de que Eyra se despertara; aunque Thor se había quejado de eso, Loki no estaba dispuesto a que el niñero hiciera preguntas que ninguno de los dos podría contestar sin crear más interrogantes. Thor no había dicho que quisiera que la relación fuera más allá, y las preguntas de Eyra lo forzarían a tomar una postura. ¿Qué podía decir Loki?, preguntarle: “¿Vas a convertirme en una persona honesta? ¿Esperas que me esconda aquí contigo? ¿Me quieres de verdad o solo soy cómodo como amante tuyo y niñero de Eyra?” Se le hizo un nudo en la garganta. No le convenía pensar en eso.

 

Subió la ventanilla y encendió el motor. El coche se caló una vez, y sonrojándose, lo intentó de nuevo. Condujo hacia las verjas, sintiéndose como si abandonara un mundo para entrar en otro. “Del castillo de la colina a la tierra de los vasallos”, pensó para sí.

 

En los últimos días, aparte de convencerse de que Thor Odinson era un amante increíble, un padre cariñoso y que lo hacía indecentemente feliz, Loki había descubierto mucho sobre él. Era un hombre de negocios formidable. Aunque sabía que dirigía dos empresas de programas informáticos desde su despacho, no se había imaginado que el mismo Thor era programador. Diseñaba para empresas grandes y pequeñas: programas de seguridad, antivirus, juegos, buscadores de Internet, gráficos. Cuando vio su trabajo comprendió que no había nada que no pudiera crear. Había amasado una fortuna sin poner el pie fuera de su casa. No era extraño que no tuviera ninguna prisa en salir.

 

Eyra y él aparcaban junto al supermercado cuando la música de la radio se detuvo. Frunció el ceño cuando el locutor dio paso a un boletín de noticias: la tormenta tropical de la costa de Florida se había convertido en un peligroso huracán. Y se dirigía hacia allí.

 

 

****

 

 

Thor abrió la cortina y miró la oscuridad que envolvía todo. El viento aullaba con furia, pero aún llovía poco, la tormenta estaba a punto de desatarse. Se preguntó dónde estaba Loki. Tardaban demasiado en volver.

 

Había llamado al teléfono móvil, pero saltaba el mensaje de que estaba fuera de cobertura. Era imposible, a no ser que estuvieran en el barco que iba al interior, pero nunca había entendido la tecnología de los celulares. A veces no funcionaban al torcer una esquina, y en cambio lo hacían dentro de un edificio. En cualquier caso, estaba impaciente por verlos, por saber que estaban a salvo y en sus brazos.

 

Llamó a la policía, pero la línea estaba ocupada y sabía que, con una amenaza de huracán, pasarían horas antes de que fueran en busca de un hombre y una niña. Thor fue al armario, se puso un abrigo y salió. Le pidió a Hogun que le prestara la camioneta; este le dio las llaves y se ofreció a ir él mismo. Thor lo rechazó, era incapaz de seguir allí sin hacer nada.

 

Momentos después conducía a toda velocidad por la carretera principal, con la lluvia aporreando el techo y las ventanillas. Encendió la luz de emergencia que había instalada en la parte superior de la cabina, iluminando la oscuridad, agradeciendo la previsión de Hogun. La lluvia formaba torrenteras y regueros por las calles. El barro y la arena habían dejado a coches atrapados otras veces, y se imaginó a Loki y a su hija atrapados y rodeados de agua. Iluminó las calles a derecha e izquierda, deseando poder ir más rápido. Un segundo después los vio. Aparcó la camioneta, suspiró con alivio y salió. Oyó el débil sonido de voces cantando por debajo de la lluvia.

 

--¡Thor!- exclamó Loki bajando la ventanilla. El asombro en su bello rostro lo partió en dos. Loki no esperaba que abandonara la casa para buscarlos; se avergonzó de sí mismo e inclinó la cabeza para besar a su pelinegro.

 

--Hola, papá- llamó Eyra.

 

--Gracias a Dios. ¿Están bien?- abrió la puerta del coche y subió la ventanilla.

 

--Sí, el motor se paró y no quiere arrancar- dijo Loki, saliendo y tomando a Eyra en brazos- La batería del celular se agotó cuando intentaba llamar. Mo olvidé de recargarla.

 

Thor le quitó a Eyra de los brazos y los ayudó a subir a la camioneta. Después volvió al coche por la compra.

 

--Dios santo, Loki- masculló, colocando bosas alrededor del ojiverde- ¿Crees que has comprado bastante?

 

--Me enteré de lo del huracán. Quería que estuviéramos preparados.

 

“Nosotros”, pensó Thor. ¿Loki ya pensaba en ellos como una familia, igual que él lo hacía?

 

--Llegará hasta aquí- dijo el rubio- Quizá solo suba por la costa, como hizo el último- los huracanes eran malos si se vivía en la costa, pero terribles en una isla pequeña como esa. Era el precio que había que pagar por la soledad y la belleza de las puestas de sol.

 

Fue a cerrar el coche y subió a la camioneta. Miró a Eyra y a Loki. No se imaginaba lo que haría si les hubiera pasado algo. De repente, Eyra se lanzó en sus brazos.

 

--Sabía que vendrías a buscarnos, papá- Thor la abrazó y miró a Loki por encima de su cabeza.

 

--Has salido de casa por nosotros- el pelinegro sonrió con ternura y alegría. Seguía asombrado.

 

--No podía dejar que mi chico y chica favoritos se quedaran atrapados en la tormenta sin mí.

 

El ojiverde alargó el brazo y le pasó la mano por el cabello mojado. Se sentía orgulloso de Thor, pero no hizo falta que lo dijera. Thor mismo lo sabía, y le besó la mano.

 

--¿Está bien Serabi, papá?

 

--Estaba dormida junto al fuego cuando salí- soltó a Loki y sonrió a Eyra, asombrándose de lo inconscientes que eran los niños ante el peligro.

 

--Creo que es una tarde ideal para ver dibujos animados y beber chocolate caliente- dijo Loki- Y sándwiches de mermelada calientes y palomitas, todo un festejo.

 

Eyra aplaudió entusiasmada y se acurrucó entre los dos adultos, ajena a la lluvia que caía torrencialmente a su alrededor.

 

 

****

 

No tuvieron oportunidad de hablar. La tormenta siguió creciendo y había demasiado que hacer. En vaqueros y con una sudadera, Loki ayudó a Thor y a Hogun a asegurar los establos. Hogun fue por el coche y lo remolcó hasta el garaje. Insistió en que la culpa era suya, y se empeñó en arreglarlo.

 

Thor dio de comer a los caballos y los encerró en el establo. Era una suerte que la casa estuviera en lo alto de la colina; para que el agua llegar hasta allí, tendría que arrasar el pueblo. Cuando le dijo a Loki que empaquetara algunas cosas para que Eyra y él se fueran en el siguiente barco, el pelinegro se hizo de oídos sordos, y buscó algo más que cerrar o proteger. No pensaba dejar la isla sin Thor.

 

Como Thor no pensaba marcharse, hizo preparativos para aguantar la tormenta. Colocó linternas y velas por toda la casa. Aunque había un generador, a punto por si se iba la electricidad, no pensaba correr riesgos. El huracán no estaba cerca aún, pero ya se sentían sus efectos. Le dio a Eyra una linterna, pero como no hacía más que juagar con ella y estaba gastando las pilas, al final tuvo que quitársela.

 

Cuando volvieron dentro, Eyra estaba viendo un video con la gatita, tan absorta que ni siquiera alzó la cabeza. Loki colgó los abrigos en la entrada posterior y preparó café.

 

--Quiero que se vayan en el siguiente barco que salga de la isla. A un hotel.

 

--No habrá ninguna habitación libre. Toda la gente está marchándose- Loki apagó la cafetera y se encaró con él- ¿Vienes con nosotros?

 

--Claro que no.

 

--Entonces, olvídalo.

 

--Loki, tienes que ir al interior.

 

--No, Thor. No pienso dejarte aquí.

 

--Soy un muchachón grande.

 

--Lo sé- dijo Loki mirándolo de la cabeza a los pies, con una mueca- Pero no pienso irme.

 

--Te irás, maldita sea, si yo lo digo.

 

--Oblígame- retó el ojiverde, cruzándose de brazos.

 

--Diablos, Loki, ¿no te das cuenta del peligro?

 

--No maldigas, Odinson. Si Eyra y yo nos vamos, Hogun y tú se vendrán también.

 

--Y un cuerno- agarró el teléfono y marcó- Aunque tenga que arrastrarlos al barco y dejarlos atados, los pondré a salvo.

 

--Aquí estamos a salvo. Más que conduciendo bajo la lluvia en busca de un hotel. ¡Más seguros que el resto del pueblo!

 

Thor habló con el puerto, y preguntó cuándo salía el siguiente barco. Le gritó al hombre que había al otro lado de la línea, después le pidió disculpas y colgó.

 

--Bueno, te has salido con la tuya. No salen más barcos.

 

--No me extraña, mira el nivel del agua.

 

Thor miró por la ventana. Crestas de espuma azotaban la playa, en cuando rompía una, llegaba otra. El viento aullaba entre los árboles y las nubes ocultaban las estrellas.

 

--Lo has hecho a propósito. Has buscado cosas que hacer hasta que ha sido demasiado tarde.

 

El pelinegro se encogió de hombros, intentando contener una sonrisa. Thor lo miró irritado. Loki fue hacia su corpulento rubio y rodeó su cintura con los brazos.

 

--Estoy exactamente donde quiero estar, Thor. Si nos fuéramos, estarías preocupándote por si Eyra y yo estábamos a salvo. A estas alturas, acabaríamos avanzando lentamente por la carretera, junto a miles de personas, y lo sabes.

 

--Sí, supongo que tienes razón- aceptó el otro, ablandándose y rodeándolo con sus brazos.

 

--Casi te mata tener que admitirlo, ¿eh?

 

--No.

 

--Mentiroso, mentiroso- sonrió Loki al ver su mueca- Además, nos quedan muchas habitaciones por bautizar- Thor suavizó el gesto- Y me encanta una buena tormenta mientras me haces el amor.

 

--Eres retorcido.

 

--No, pero necesito que los truenos apaguen mis gritos cuando haces eso que tú sabes con las caderas.

 

--Oh, Loki- gruñó Thor, besándolo e introduciendo las manos bajo su sudadera. Acarició sus costillas, sus pezones, desenando tenerlo desnudo en sus brazos. Loki gimió levemente, abrazándolo.

 

--¿Es hora de acostarse?- musitó Thor contra sus labios.

 

--Falta un rato.

 

--Maldición.

 

Loki rio y, al oír la voz de Eyra, se separaron. Thor se apoyó en la encimera.

 

--Más vale que vayas a ver lo que ocurre.

 

--Veo perfectamente lo que ocurre- se burló Loki, mirándole fijamente a la entrepierna y saliendo de la habitación. Thor sonrió, preguntándose cómo había podido vivir sin él.

 

 

****

 

 

En la enorme cama de la torre, Thor penetró el cuerpo de Loki, acercándose al paraíso con cada embestida. Contempló su rostro, aún más erótico que la sensación de deslizarse en su interior y retirarse de nuevo. El pelinegro gemía cada vez más fuerte. Lo dominaba la pasión mientras, en el exterior, la tormenta se desataba.

 

Loki clavó los talones en el colchón, arqueándose hacia Thor, su cadencia armoniosa y cada vez más rápida, lo volvía loco de placer. Thor apoyó la frente contra la suya y empujó con más fuerza, notando cómo el éxtasis iluminaba sus rasgos y recorría todo su cuerpo. Eso le llevó a su propio clímax.

 

Se apretó contra Loki, sintiendo como sus músculos lo atenazaban, y supo que nunca antes se había sentido tan vulnerable. Ni tan poderoso.

 

Loki se dejó envolver por el placer, Thor se estremeció y se derramó en su interior con un gruñido sordo al mismo tiempo que el pelinegro se derramaba entre sus vientres mojados. Loki se sintió estallar, temblando con las deliciosas sensaciones que invadía su alma.

 

--Oh, Thor, Thor- balbuceó, rodeándolo con las piernas y atrayéndolo hacia sí. Besó su garganta y su mejilla cruzada por cicatrices, mientras la pasión se diluía suavemente y volvían a la tierra. Ninguno de ellos habló, no sabían qué decir, ni si debían expresar sus sentimientos con palabras.

 

Pero Loki los admitió en silencio. Estaba locamente enamorado de ese increíble y apasionado hombre. Su tierna bestia, su príncipe marcado. Y temía recibir lo que se merecía: otro corazón partido.

 

Y esta vez, estaba seguro, no se curaría jamás.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Espero que les haya gustado el penúltimo capítulo. El siguiente será el final.


Que bueno que la pequeña Eyra aceptó a su papá sin ningún tipo de temor o rechazo. Esa niña, aparte de ser parecida a su padre en lo físico, tiene los mismos sentimientos que él. Todo lo contrario a su arpía madre. Bravo por ella!!!!


El huracán se avecina, ¿qué pasará en la isla??? ¿Y con el castillo? Todo eso se sabrá en el último episodio de la historia. Espero sus comentarios. Nos vemos el siguiente miércoles. Bye bye ^_^


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