Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Belleza Escondida" por Kaoba 207

[Reviews - 128]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holas…holas queridas lectoras!!!


Antes que empiece con comentarios acerca del capítulo de hoy, quiero agradecerles infinitamente por todo el apoyo que le dieron tanto a mí como a la historia. Ahora sé que en verdad disfrutan con ella y la aceptan con mucho gusto. Muchísimas gracias por todos sus comentarios que me hicieron llegar. Ya los contesté todos. Espero que sigan apoyándola hasta el final.


En cuanto al episodio de hoy, mmmmm sólo léanlo por favor. Nos vemos en las notas finales.

“CAPITULO CINCO”

 

 

 

“Dentro de ti”. Sus palabras le evocaron imágenes de cuerpos ondulantes y besos profundos, y Loki se dejó caer contra el cuerpo del corpulento rubio. Thor le sujetó los hombros y hundió el rostro en la curva de su cuello.

 

--Oh, Loki- gimió, aspirando su fragancia como si fuera lluvia en un desierto. El pelinegro se pasó la lengua por los labios y alzó la mano para tocarlo, deteniéndose a medio camino. Giró, pero el rubio le agarró la muñeca y le sujetó los brazos tras la espalda. Ese movimiento obligó a Loki a apoyarse en Thor y tuvo que respirar profundamente al sentir la dureza de su virilidad.

 

--¿Ves lo que le haces a mi cuerpo?

 

--No es más de lo que le haces tú al mío, Thor- alzó el rostro hacia el suyo, escondido en las sombras. Su cuerpo ardía con una pasión que no había soñado con sentir nunca.

 

--¿Harías siquiera esto sin verme?- preguntó Thor, acercando el rostro y rozándole los labios con los suyos, provocando chispas de pasión.

 

--Sí- susurró el ojiverde.

 

Inmediatamente, Thor cubrió su boca con un beso suave y reposado. Todo se desbocó, y lo besó una y otra vez, con fuerza y deseo.

 

Loki lo aceptó, disfrutando de su poder, adorando la gloriosa oleada de sensaciones que envolvía su cuerpo en fuego. El corazón amenazaba con estallarle en el pecho y cuando Thor se apoyó en la pared, sujetándolo entre las piernas, le dejó hacer sin protestar lo que quisiera. Era muy erótico estar a oscuras en la escalera, sin poder tocarlo, deseando hundir los dedos en su cabellera rubia y demostrarle que no podía dominarlo.

 

Cuando introdujo la lengua entre sus labios, Loki se abrió a su invasión, haciéndole gemir de deseo. Thor le sujeto las muñecas con una mano, llevó la otra hacia su espalda y lo apretó contra sí. El pelinegro se movió y se revolvió, gimiendo de frustración al no poder tocarlo.

 

Thor estuvo a punto de perder el control cuando Loki recorrió sus labios con la lengua, volviéndolo loco de pasión…Pasión…Un fuego que solo ardía una vez en la vida. Era como si ambos intentaran apagarlo con un solo beso, pero lo único que conseguían era avivarlo aún más.

 

Thor posó la mano en el hombro del pelinegro, rozando su piel desnuda al borde de la bata. Ese simple contacto fue como un relámpago para su cuerpo, apretó y Loki se arqueó hacia él. Lo tocó, deslizando la mano por su pecho hasta uno de sus tiernos y sonrosados pezones. El ojiverde comenzó a besarlo de forma salvaje, apretándose más contra su cuerpo. Thor volvió a acariciarle el pecho, dibujando círculos alrededor del pezón, mientras su lengua acariciaba lo más profundo de su boca. El corpulento rubio se sentía vivo, caliente y palpitante por el hermoso pelinegro; deseaba más…muchísimo más. Deseaba sentir sus manos, su cuerpo acoplado sobre el suyo, disfrutar de las caricias de otro hombre, de ese hombre. Solo de él.

 

Pero no podía. Aunque deseaba quedarse allí el resto de la noche, sabía que había cruzado una frontera prohibida. Apartó la boca de golpe.

 

--No- suplicó Loki, al saber que iba a abandonarlo, a dejarlo así, húmedo y hambriento.

 

--No puedo- haciendo un esfuerzo por respirar, Thor lo apartó y se irguió. Lo soltó y Loki cayó hacia atrás, tembloroso. Apoyó los brazos en los hombros del otro para equilibrarse y Thor se puso tenso.

 

--Loki, no lo hagas.

 

No lo obedeció. Dejó que sus manos se deslizaran por el torso cubierto de seda, sintiendo los latidos de su corazón y los músculos tensos, bajando hasta el cinturón de la bata. Thor se puso duro como una roca.

 

--No lo hice por lástima, Thor- musitó con dulzura Loki- Deseaba hacerlo- sus dedos llegaron a las caderas, peligrosamente abajo, después se volvió y comenzó a subir las escaleras- ¿O es que no te has dado cuenta?

 

Thor se quedó parado. No podía moverse. Ni siquiera fue capaz de contestar. Lo vio subir, con la bata entreabierta y gran parte del torso al descubierto. Sin apartarse, Loki se detuvo en el primer rellano y miró a las sombras.

 

--¿Sigues odiando cómo te hago sentir?

 

--Sí…y no- replicó el rubio apoyando la cabeza en la pared.

 

--¿Qué parte de ti ganará, Thor? El hombre que acaba de llevarme al paraíso con un beso, o la bestia que está encerrada dentro?- tras esas palabras, Loki corrió escaleras arriba, como si temiera volver a bajar y caer rendido en sus brazos.

 

Cuando desapareció de su vista, Thor dio un puñetazo a la pared. Había sido un estúpido por tocarlo nuevamente. Iba a tener que mantenerse alejado de él. Pero la idea de no verlo le causaba un inmenso dolor.

 

 

****

 

 

Llevaba días evitando al ojiverde; dos, para ser exactos, y ansiaba su compañía. Oír el correteo y las risas de Eyra no lo ayudaba en absoluto. El sonido competía con el de la lluvia del exterior. Durante todo el día, el ruido, la música y las risas habían invadido su soledad; deseaba contemplar tanto a Loki como a su hija, pero intentaba convencerse de que tenía demasiado trabajo. Miró las tres computadoras desde las que dirigía sus empresas y se comunicaba con sus empleados y soltó un gruñido. Encendió la televisión con el control remoto y subió el volumen para no oírlos jugar al “corre que te pillo”

 

Mientras miraba la tele, pensó en cuánto cariño y devoción le daba Loki a Eyra. No solo se notaba en las risas y en las charlas, sino en cosas pequeñas como los lazos de colores, a juego con la ropa, que le ponía en el pelo. Y en cómo lo dejaba todo para abrazar a su hija cuando lo necesitaba. Thor también deseaba abrazarla, ser quien le atara los zapatos y limpiara sus lágrimas.

 

Encendió el intercomunicador para oír toda la casa. Se le hacía extraño escuchar a otras personas, no lo había hecho en años.

 

--¡Loki, mira!

 

Oyó pasos y un gemido de Loki. La última vez que había escuchado ese sonido, el ojiverde se rendía gustoso a su beso, y se estremeció al recordarlo.

 

--Oh, Eyra, qué pena.

 

--Lo aplastarán si se queda en el establo, ¿no?

 

--Sí.

 

--¿Puedo ir por él?

 

--Oh, sí, hay que ir. Ponte el impermeable. Tendrás que agacharte y tener paciencia. Si va hacia ti, puedes traerlo. Si no, habrá que dejarlo; será porque no quiere y podría arañarte.

 

--Bueno- dijo Eyra sombría- Pero ya verás como viene.

 

Thor arrugó la frente y se acercó a la ventana desde la que se veía el jardín. Su hija corrió fuera, con un impermeable amarillo, y fue a la puerta del establo. Se agachó y estiró la mano. Esperando como le había dicho Loki. Thor pulsó el intercomunicador.

 

--¿Un gato, Loki?

 

--Es un gatito, ¿no estabas trabajando?

 

--No creo que sea buena idea- dijo el otro ignorando su pregunta- Solo tiene cuatro años.

 

--Necesita algo que cuidar. Aliviará la pérdida que sufre, Thor. Quiere responsabilizarse de algo y el gatito es inofensivo.

 

--Los gatitos maúllan a todas horas, y eso no menguará su dolor.

 

--No, lo hará. Lo que necesita es que su padre salga de su cueva y esté con ella, pero no vas a hacerlo, ¿verdad?

 

--Maldita sea, Loki- se miró la mano cubierta de cicatrices con remordimiento- sabes que no puedo hacer eso.

 

--No, Thor, no lo sé- su exasperación se reflejó claramente por el intercomunicador- Lo que sí sé es que nos has echado encima a Eyra y a mí la reacción de unos pocos, y que te estás perdiendo un montón de amor.

 

Thor se frotó la nuca.

 

--¡Oh, mira! Ha ido hacia ella- la excitación en la voz de Loki golpeó en el pecho de Thor.

 

--Loki…

 

--Ve despacio, cariño. El suelo resbala. Sujétalo con cuidado, no es más que un bebé- gritó por la puerta de atrás. Poco después volvió al intercomunicador, su voz cálida pero firme- Si vieras su cara ahora no tendrías ninguna duda. Te lo prometo, haré que lo cuide bien. Será mi responsabilidad. ¿Satisfecho, milord?

 

Era imposible negarse sin parecer un ogro.

 

--Y me aseguraré de que el gatito no te vea.

 

--Muy gracioso- hizo una mueca de enfado- De acuerdo. Es tu responsabilidad.

 

El pelinegro desconectó el aparato, pero Thor podía seguir oyéndolo por el altavoz que había sobre la mesa.

 

--Oh, es precioso- canturreó Loki.

 

--¿Puedo quedármelo?

 

--Claro que sí. Necesita un hogar.

 

--Pero…¿qué dirá papá?- preguntó la niña con miedo. A Thor no le gustó nada, no quería que su hija le tuviera miedo.

 

--A tu papá le parece una idea estupenda.

 

Thor lo llamó mentiroso para sus adentros y, aunque no pudo verla, percibió la sonrisa de Eyra por toda la casa. Loki estaba empeñado en hacerle parecer un héroe ante su hija.

 

--¿Es chica o chico?- preguntó Eyra. Tras una pausa y una risita llegó la respuesta.

 

--Es una chica, cielo.

 

Dos hembras y un macho fértil. Un hombre como él no tenía modo de encajar en tan peculiar grupo; aun así, Thor se apoyó en el marco de la ventana y escuchó, deseando formar parte de ese grupo. Deseó ver el rostro de Eyra mientras tenía en sus brazos a la bolita de pelo.

 

--Tiene los ojos como tú, Loki.

 

--No, no creo que los míos sean tan verdes ni tan bonitos.

 

Thor pensó que sí lo eran. Esmeraldas, felinos y llenos de misterio.

 

--Vamos a secarlo. La pobre está tiritando. Encenderé el fuego en el salón. Envuélvelo en la toalla y sujétala para que se acostumbre a ti.

 

--¿Cómo vamos a llamarla?

 

Vamos. Thor comprendió que el felino ya se sentía vinculada a Loki. Sus voces se apagaron y no pudo resistirlo, al menos tenía que oírlos. Ya era bastante malo no poder ver a su niña, pensó mientras bajaba por la escalera del pasadizo.

 

--…pero nunca he conocido a un gato que hiciera caso a su nombre- oyó momentos después.

 

--¿Has tenido algún gatito?- preguntó Eyra. Thor salió del pasadizo y, desde la cocina, contempló a Loki encender el fuego.

 

--Claro, cuando era pequeño teníamos al menos tres. Y un par de perros y una cabra o dos- obsequió a la niña con una sonrisa que hizo que a Thor le hirviera la sangre- Ganado, pollos y muchos, muchos cacahuates.

 

--¿Cacahuates?

 

--Mi papá cultiva cacahuates.

 

--¿Hace mantequilla de cacahuate?- a Eyra se le iluminó el rostro.

 

--No, vende la cosecha a los fabricantes de mantequilla de cacahuate- explicó Loki- ¿Qué tal?- preguntó indicando el fuego con un gesto.

 

--Muy calentito, pero el gato sigue tiritando.

 

--Bueno, háblale suavemente para que se acostumbre a tu voz y sepa que no vas a hacerle daño. Sécale el pelo. Iré por leche caliente.

 

--Muchísimas gracias, Loki- Eyra, acurrucada en una esquina del sofá le dedicó una sonrisa radiante.

 

--De nada, preciosa- Loki la besó en la cabeza y fue hacia la puerta. Se detuvo en el umbral a contemplar cómo Eyra y su mascota se consolaban mutuamente.

 

En la cocina, iluminada solo por la luz de la campana, abrió la nevera, sacó la leche y fue a buscar un platillo. Su mano se detuvo un segundo.

 

--¿Cuánto tiempo llevas ahí?- preguntó, sintiendo la imponente presencia del rubio tras él, al otro lado del mostrador. En el silencio oyó su respiración. No había estado tan cerca de él desde que se besaron en la escalera y todo su cuerpo se agitó al recordarlo. Había esperado que no verlo acallara sus sensaciones, pero solo saber que estaba cerca convertía su cuerpo en fuegos de artificio.

 

--El suficiente para enterarme de que eres hijo de un granjero.

 

--Ese soy yo. El hijo mayor de Laufey Laufeyson- Loki soltó una risita.

 

--¿Cuántos hermanos son?

 

--Tres. Todos varones. Bueno, mi hermano Helblindi y yo somos fértiles. Byleistr es como tú- dijo apaciblemente mientras vertía la leche en el platillo.

 

--Debe haber sido agradable. Soy hijo único.

 

--Había mucho ruido y poco sitio, pero adoro a mi familia- dijo el pelinegro.

 

Thor se sonrió, encantado por la forma en que su acento se acentuaba al recordar sus raíces. Sentía curiosidad por su pasado.

 

--¿Qué te hizo tomar la decisión de ser modelo, aparte de lo obvio?

 

Obvio. Loki había escuchado esa palabra miles de veces. Es “obvio” que es demasiado atractivo para hacer otra cosa que caminar por las pasarelas. “Obvio” que debe ser orgulloso porque es guapo. “Obvio” que tanto los hombres como las mujeres lo desean por su rostro y su cuerpo.

 

--¿Qué importa eso?

 

--Me gustaría saber más sobre el hombre que cuida de mi hija, y me intriga cómo pasaste de una granja de cacahuates a Asuntos Exteriores.

 

El pelinegro comprendió que estaba en su derecho a preguntar, si él mismo fuera padre haría lo mismo.

 

--Mi familia es pobre como las ratas- admitió- Mi madre Farbuatti vio que podía ganar algún dinero extra y me ofreció para concursos y anuncios cuando tenía la edad de Eyra- se encogió de hombros y, con el platillo en la mano, se volvió hacia su acompañante- Cuando tuve edad suficiente para comprender lo horrible que era aquello, las envidias y el comercio, elegí el modelaje que tenía mayor compensación económica para poder ir a la universidad y deja la granja.

 

--Admirable.

 

Loki soltó un gruñido y alzó los ojos. Sintió la tentación de encender las luces; pero había hecho un trato y Loki Laufeyson nunca faltaba a su palabra, ni siquiera por un príncipe dragón.

 

--¿Intentabas escapar de tus raíces?

 

--Dios, no. Simplemente no quería casarme con un granjero, tener cinco hijos, pasar apuros económicos todos los meses y rezar todas las noches para que lloviera y la cosecha no se echara a perder- explicó, con voz cortante.

 

--Lo siento…

 

--No, no lo sientas- suspiró y alzó una mano- Fue duro cuando era pequeño, pero en realidad no sabíamos que éramos pobres. Todos los que nos rodeaban vivían igual. A mis padres no les va mal ahora- soltó una risa- De hecho, les va bastante bien. Pero mamá está tan acostumbrada a no tener nada que sigue guardando la grasa del tocino y la ropa vieja, y preparando conservas y mermeladas, por si acaso- movió la cabeza- Supongo que hay costumbres que no se pueden cambiar- con el platillo en la mano, fue hacia el salón. Lo dejó en el suelo y le preguntó a Eyra si quería un cacao caliente. La sonrisa de la niña fue contestación suficiente; cuando Loki volvió a la cocina percibió que Thor seguía allí.

 

Se alegró de que no hubiera vuelto a su torre, pero su lado lógico le decía que debía poner los pies en la tierra y recordar la lección aprendida con Strange sobre algunos hombres y su forma de pensar.

 

--¿Te apetece uno?- le preguntó, sacando el cacao en polvo y poniendo agua a calentar.

 

--No, gracias.

 

Loki se preguntó como esas dos palabras podían sonar tan seductoras en la penumbra. No habían hecho mención de su arrebato de pasión adolescente dos noches atrás. Era fácil callar cuando no podían mirarse a los ojos. Se aclaró la garganta y borró de su mente el erótico recuerdo.

 

--¿Y tus padres, tu familia?

 

--Eyra es lo único que tengo. Mis padres murieron con seis meses de diferencia, un año antes de que me casara.

 

--Por eso debes conocerla, Thor- dijo el pelinegro, pensando que esa soledad debía ser muy triste- Pronto estarán los dos solos.

 

Thor se negaba a pensar en eso, contaba con Loki. Tendría que vivir con la tentación que su presencia suponía y evitarlo. No podía permitir que Eyra lo viera; su hija de cuatro años era incapaz de imaginar los estragos que había sufrido su cuerpo. Lo rechazaría y él no podría soportarlo. Cuando le retiraron los vendajes, Jane no pudo disimular, y una niña reaccionaría igual. Loki sería más tolerante, pero no quería arriesgarse. Después de ese beso que lo había afectado como una explosión, su rechazo lo destrozaría.

 

Se recordó que debía pensar en Eyra, no en su cuerpo ni en su necesidad de desear a otro hombre. Era mejor seguir en la oscuridad, al menos a tres metros de Loki. Estar más cerca era peligroso.

 

--¿Y la familia de tu mujer?

 

--Ex mujer- corrigió el otro- No tenía familia. Al menos, nunca me habló de ella.

 

Loki asintió, sentía curiosidad por su esposa, pero no quería hurgar en sus heridas. La forma en que había dicho “ex” era índice del dolor que aún sentía, aunque solo se hería a sí mismo, los muertos no sufrían. Loki pensó que debía ser un brujo para haberlo rechazado en tan mal momento. Si no había familia Eyra nunca sabría lo que era tener abuelos, ni primos. “Los dos están demasiados solos”, pensó, empeñado en obligarlo a salir de su encierro.

 

Preparó dos tazas de cacao y fue hacia la puerta.

 

--¿Qué te hizo dejar de enseñar a los hijos de dignatarios extranjeros y trabajar para Esposos a Domicilio?

 

--Un hombre- se volvió hacía el rubio, el sol poniente tras las nubes de tormenta envolvía su alta silueta con un halo borroso y plateado- Un hombre al que amaba de verdad.

 

Thor se sintió como si lo hubieran cortado en dos con una espada al percibir la angustia y tristeza en la voz del ojiverde.

 

--Oh, Loki, ¿qué te hizo?

 

--Mentir, traicionar, engañar y, lo peor de todo, quererme solo por mi aspecto. Ya ves, Thor, tenemos más en común de lo que creías.

 

--No me lo parece.

 

--¿No? ¿No me deseas simplemente por mi aspecto?

 

--Cielos, hay una gran diferencia. No tienes ni idea de lo que es ser repugnante.

 

--Cierto, pero sí sé lo que es que me juzguen solo por mi atractivo- Loki calló cuando Eyra entró corriendo en la cocina.

 

--¿Estás hablando con mi papá? ¿Está aquí? ¿Puedo verlo? ¿Dónde está?- rodeó a Loki, buscando, pero había desaparecido.

 

--Sí, cariño, era él.

 

--¿No quiere verme?- Eyra lo miró con tristeza, sujetando a la gatita contra su pecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas y a Loki se le rompió el corazón. Lo maldijo por hacerle eso a su propia hija.

 

--Sí, cielo, claro que sí. Pero no puede, aún no.

 

--¿Cuándo?- la tristeza de su voz hizo que a Loki le ardieran los ojos.

 

--Pronto- susurró, preguntándose si Thor Odinson saldría alguna vez de su cueva para conocer a su princesita.

 

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Y bien…les gustó???


Espero que sí. Al fin esos dos se profesaron la enorme pasión que sienten el uno por el otro, pero como siempre nuestro atormentado y tozudo Thor impidió que llegasen más allá de unas simples caricias y un apasionado pero intenso beso. En verdad que está muy afectado con su apariencia. Pero…será que en verdad está muy desfigurado??? Pues eso lo sabrán más adelante, cuando al fin se muestre ante Loki.


Se integró a la familia Odinson una minina preciosa. Thor y Loki se conocieron un poco más.


Gracias por apoyar la historia y espero con ansias sus comentarios acerca de este capítulo. ¿Debemos o no jalarle las orejas a Thor??? Jajajajajaja qué piensan ustedes. Cuídense mucho y nos vemos el siguiente miércoles con el nuevo episodio. Besos y abrazos ^_^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).