Capítulo 2.
Han pasado un par de días desde que le grite en la cara a Martin… de tan sólo pensar en eso siento que muero de vergüenza, hoy es nuestra clase juntos, dos horas de tenerlo tan cerca y tan lejos a la vez. Y ahora ni esperanzas de saludarlo, sólo quiero que me trague la tierra y ya.
Entro al aula y me siento junto a la ventana, ni tan al frente ni tan atrás. El lugar esta medio lleno, pero Martin siempre se sienta en el mismo lugar en la primera fila. Estoy más nervioso que de costumbre ¿Aun se acordará de eso? Siento que las palmas de mis manos comienzan a sudar.
Lo veo entrar al aula y no puedo evitar quedármele viendo como idiota, él trata de disimular, pero se me ha quedado viendo unos segundos y una pequeña sonrisa se dibujó en su cara… si, lo recuerda…
Instintivamente dejo caer mi cabeza sobre la butaca y mi frente pega de lleno con el metal produciendo un ruido sordo.
“Auch…” sale de mis apretados labios y escucho varias risas.
“Señor Gahan” lo que me faltaba… el profesor.
Levanto la cara y lo veo a unos pasos de mi con las manos en jarra, me mira entre molesto e intrigado y con una de sus cejas alzadas.
“Si… profesor”
“Dígame si estaba al punto del desmayo o si solamente le dieron ganas de dañar el inventario de la escuela con su dura cabeza” obvio no era una pregunta en si…
“Lo siento, me hace falta mi taza de café, tengo mucho sueño”
“¿Taza de café… sueño? A las tres de la tarde…”
“Pues si… ¿Usted no necesita varias tazas de café incluso por la tarde?” me miro sonriendo, su expresión parecía decir jaque mate.
“Ya lo tomará en el descanso, ahora deje de dañar la propiedad escolar y ponga atención” se dio la media vuelta y fue hacia su escritorio.
Pude ver de reojo que Martin se giraba en su asiento y sacaba de su mochila el estuche de sus gafas de montura redonda. Se me antojaba adorable con esas gafas, rápidamente cambie de pensamiento, el profesor estaría observándome esperando cualquier oportunidad para dejarme en evidencia después de lo del café, suspire sin poderlo evitar y saque mi libro.
La tarde transcurrió normal y al término de esta me había ido a reunir con Alan, ahora estábamos en el baño.
El sonido del ziper de mi pantalón al subirlo resonó con eco en las azuladas paredes del baño.
Escuchaba el agua correr mientras Alan se lavaba las manos, di media vuelta y fui de los mingitorios hasta el lavabo junto a Alan, tomé jabón y comencé a restregar mis manos, Alan había cerrado la llave de agua y había caminado unos pasos hacia nuestra derecha para tomar una toalla de papel, vi por el espejo que se giró y apoyo su espalda a la fría pared del baño.
“Y bien ¿Ya me lo dirás?”
Lo mire con la expresión más confundida que había puesto hasta ese día, él rio y tiro el papel al cubo de la basura.
“¿Decirte qué?”
“Pues ¿Qué es lo que te pasa? Últimamente ya no quieres sentarte en tu mesa de siempre para observar al rubio prospecto y eso es bastante extraño.”
Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo y cierro la llave del agua a la vez que sacudo mis manos un poco, doy media vuelta y tomo una toalla de papel para secar mis manos, aunque le estoy dando la espalda sé que Alan me observa, puedo sentir su mirada sobre mí.
Suelto otro suspiro e intento apoyar mi cabeza en la pared frente a mí, con tan mal cálculo que terminó estrellando mi frente de nuevo y el golpe y mi chillido de dolor resuenan con el eco del baño, que ahora me parece lo más molesto del mundo.
“Auh…”
“¿Estas bien?” Alan ríe disimuladamente a mi espalda.
“Sí…” reúno mi valor y a dignidad que aún me queda para hablar con Alan de lo que paso.
Le relato lo del grito en la cara de Martin y su amigo y lo que paso hace unas horas en clase, Alan se ríe ya sin importarle nada.
“Le gritaste justo en la cara y lo asustaste a él y a Clarke” se tapa la boca con la mano para evitar reír más fuerte “Y ahora tu episodio en el salón…” ahora estaba rojo, bien, por lo menos a alguien le hacían gracia mis desfiguros. Creo que le dirigí una mirada bastante agria al pensar esto, porque se enderezo y trato de recomponerse, aún así todo quedo en silencio unos minutos. “Lo siento…”
“Está bien, es sólo que no sé qué hacer…” doy un suspiró “Quería que me notara, pero no así.”
“Vele el lado positivo, ahora ya estas absolutamente seguro de que sabe que existes”
“Y debe de pensar que soy un loco” me paso una mano por el cabello, no puedo evitar este gesto cuando estoy nervioso.
“Nah, loco no. Quizá un poco drogado”
Lo veo deseando tener unos rayos laser en mis ojos para volarle los huevos.
“Ya va, ya va. Lo siento. Ahora será más fácil hablarle. Vamos tú eres muy ingenioso, seguro que se te ocurre algo.”
“Pero, ¿Qué hago?” le digo casi ausente.
“Primero deja de golpearte la cabeza o te vas a quedar tarado” lo volteo a ver con los ojos entrecerrados “Ya, vale. No haré bromas” ríe un poco más.
La campana suena, es hora de ir a mi última clase.
“Ey…” llama mi atención Alan “Hoy ya no tengo más clases y tú sólo tienes una más ¿Qué tal si te espero y vamos a tomar a un bar? Después de todo hoy es viernes y no tomamos clase los sábados”
Alan y yo hacíamos más horas de clase en la semana para tener libres los sábados y domingos.
“¿Y tú chica?” Nichole no me caía mal, pero no le gustaba que pasáramos mucho tiempo juntos.
“No te preocupes, discutimos un poco esta mañana y me grito que no quería verme hoy…”
Oh, así que era por eso. Bien, parece que nos caería bien ir a tomar después de todo.
“Vale, nos vemos a la salida”
“Vale”
Nos despedimos y yo fui a tomar mi clase. No era de mis favoritas, pero sólo era una hora. Me puse a escribir el nombre de Martin en un cuaderno… que gay.
Al término de la clase, como siempre esperé a que todos salieran del aula e hice tiempo guardando lentamente mis cosas en mi mochila. Cuando vi que el ultimo de mis compañeros salía por la puerta me dirigí a esta, el torpe había cerrado tras de sí, así que tome la perilla la gire y salí del aula.
Sentí que alguien choco contra mi brazo izquierdo y algo caía en mi pie. Instintivamente dirigí mi vista hacia abajo y vi unos libros, me agache para recogerlos.
“Discúlpame” dije apenado.
“No te disculpes, yo fui quien iba distraído y no te he visto”
De inmediato reconocí su voz, era Martin, me quede viéndolo como idiota hasta que él levanto su vista, nuestras miradas se cruzaron, que hermosos ojos verde aguamarina tiene, y son mucho más impactantes de cerca.
Él miro con atención mis ojos y pude notar como su pupila se contaría con sorpresa para después dilatarse más de lo normal, sus ojos eran parecidos a los de un gato, se notaba en ellos cada micro expresión.
Parpadeo y bajo su vista hacia los libros, yo termine de recoger los que habían quedado en el piso. Su portada me llamo la atención.
“¿Marqués de Sade?” leí un poco sorprendido, conocía al autor, aunque sólo había leído Juliet.
“Si… ya sabes, son para la lectura clásica” lo mire a la cara y me cerro un ojo juguetonamente.
“Claro” sentí que me sonrojaba un poco.
“Soy Martin Gore”
Por poco y se me escapa un lo sé. “Yo soy Dave Gahan… David, en realidad, pero me gusta que me digan Dave…”
“Bien, Dave” me sonríe y me extiende una mano, yo la tomo algo nervioso y la aprieto suavemente. Su mano era un ligeramente más pequeña que la mía y estaba fría. Pero era muy suave.
Por detrás del hombro de Martin, al final del pasillo veo que Alan viene para acá, pero al notar con quien estaba se ha regresado de inmediato unos pasos para quedar detrás de la pared de un aula. Si no estuviera tan nervioso me habría reído de la forma en que dio un saltito abrió los ojos y camino en reversa.
Bien, me estaba dando la oportunidad de estar a solas con Martin.
“Por cierto…” le dije al soltar su mano, casi se me sale un suspiro de decepción ante esto “Disculpa lo de la otra noche” él inclino la cabeza a un lado, como un tierno cachorrito “El grito… yo, creo que los asuste a ti y a tu amigo jeje” mi risa suena muy nerviosa y más falsa de lo que en realidad quería.
“Oh… eso” ríe un poco y yo me sonrojo hasta de las orejas, eso lo siento. “No te preocupes, no pasó nada. Estábamos algo aburridos, después de eso nos espabilamos un poco y tuvimos de que conversar” rio de nuevo y yo lo hice con él “A demás. Después de mi choque contigo, supongo que estamos a mano jeje”
“Sí, supongo” llevo mi mano a mi cabello “Te ayudaré a llevar los libros… si gustas”
“¿No es una molestia, ya no tienes clase?”
“No…” Ambos nos levantamos, es ligeramente más bajo que yo, el corazón me late con fuerza, es la primera vez que estoy tan cerca de él, incluso puedo percibir un ligero olor a menta que viene de su cabello, el cual parece más alborotado de lo normal.
“Gracias, hoy me toco a mi ir a la biblioteca a por ellos, pero olvide la canasta para transportarlos… oye… ¿Te puedo hacer una pregunta un poco rara? Bueno otra pregunta…” se ruboriza un poco y yo siento que moriré de amor.
“Claro…”
“¿De qué color son tus ojos?” me mira muy intensamente y un escalofrió recorre toda mi espina dorsal.
Oh… eso… “Bueno, no lo sé… a veces se ven marrón y otras se ven verdes, yo…”
“Martin” una voz a mi espalda nos interrumpe, ambos volteamos y vemos que Clarke está detrás mío, viene caminando algo molesto… ¿O así es su cara? “¿Qué haces? Te estamos esperando”
“Lo siento, me he chocado con Dave y me estaba ayudando a recoger los libros”
“Hola” me dice escuetamente casi escaneándome con esos pequeños ojos azules que tiene y me quita los libros de las manos, para después hacerle una señal a Martin para irse.
“Gracias Dave, hasta luego” se despide Martin con una sonrisa.
“Hasta luego…” es lo único que puedo decir al verlo marchar junto a Clarke.
“¿Qué paso?” Alan esta junto a mi ahora.
“Nos hemos chocado Martin y yo en el pasillo, nos presentamos oficialmente… le pedí disculpas por lo del otro día y me ha dicho que estábamos a mano… luego me pregunto por mi color de ojos y Clarke ha llegado para llevárselo…” miro ausente el pasillo para después darnos vuelta y comenzar a caminar para no vernos tan evidentes.
Casi siento odio hacia Clarke…
Nuestros pasos resuenan por las escaleras de la escuela. Aun así, siento que los latidos de mi corazón suenan más fuertes en mi pecho y que me terminaran dejando sordo. Aun no supero de todo el encuentro, la mano con la que estreche la suya me tiembla y hormiguea ligeramente.
“Tuviste una conversación con tú rubio… eso es un gran avance” Alan corta el silencio.
“Si verdad…” sonrió sin ocultar mi felicidad.
“Claro” su brazo rodea mis hombros, mientras salimos del plantel y vamos rumbo al pub.
Continuará…