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El último viaje de Jack por Izuspp

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—Dime Carl, ¿hay algo que pueda hacer para acelerar la construcción de la nueva máquina del tiempo? — Jack sabiamente, supo recuperar la calma de inmediato e intentó buscarle la solución al asunto.

— Bueno, puesto que el mayor problema es el dinero, tal vez ¿podrías buscar un empleo? — Sugirió el muchacho.

—¡Es una excelente idea! — Exclamó el samurái. — Después de todo, también he de encontrar un método para sobrevivir en este mundo.

— Sobre eso, supongo que podría esconderte en mi habitación. — Carl se sentía culpable, ya que después de todo, era culpa suya que Jack estuviese atrapado en su época y no pudiese volver a casa. — No puedo dejar que mi familia te vea, no creo que lo entiendan, pero tampoco puedo dejarte por tu cuenta…

— Eso no será necesario, sobreviví durante cincuenta años por mi cuenta en un mundo hostil, en donde gobernaba el sufrimiento y la tortura. En este nuevo futuro en el que nada de eso existe, pienso que me será muy fácil vivir. Te agradezco la generosa oferta mi amigo, pero me conformo con el hecho de que estés dispuesto a ayudarme a volver a mi época.

— Bueno, supongo que no puedo hacer nada para que cambies de opinión y eso me ahorra muchos problemas. — Carl se encogió de hombros sin darle mucha importancia al disparatado discurso del enigmático hombre. — Entonces, te sugiero que vayas al centro, allá de seguro podrás encontrar un empleo rápidamente.

—¿Podrías indicarme el camino? Si no es mucha la molestia.

— Solo tienes que caminar en esa dirección, por unos treinta minutos y llegarás. — Carl le señaló la dirección hacia el centro de la ciudad. —¡Pero espera! Primero que todo, debo advertirte sobre “el futuro”. De seguro hay muchas cosas que te parecerán extrañas y atemorizantes.

— ¡Oh no te molestes por favor! Conozco todo sobre el futuro: los autos voladores, los robots, las máquinas, las naves espaciales, los alienígenas… — Enumeraba el samurái confiado, recordando todas las décadas en las que tuvo que lidiar con toda clase de cosas extrañas y desconocidas para él en un principio.

— ¿Autos voladores? ¿Naves espaciales?... — El joven comenzaba a creer que no había traído a un samurái del pasado, sino más bien a algún loco del presente, obsesionado con los relatos de ciencia ficción.

—Me retiro entonces, iré a ese “centro” y encontraré un empleo. — Luego de hacer una profunda reverencia, el samurái emprendió el camino. Dispuesto a enfrentar cualquier cosa que aquel nuevo futuro le trajera.

Jack caminó por aproximadamente veinte minutos, mientras observaba todo a su alrededor, tratando de hacerse a la idea de que temporalmente, ese iba a ser su nuevo hogar. Le pareció un poco extraño que aquel futuro, parecía muy distinto al que él ya conocía. No veía ningún robot o máquina, todos eran humanos o animales comunes y corrientes; y los autos tampoco volaban. Pero lo que le pareció más extraño, es que todo era demasiado pacífico, demasiado brillante, demasiado colorido. Como una versión distinta a su propia época.

Las personas en la calle parecían tranquilas y felices, sin nada que perturbara su paz, dedicándose únicamente a sus actividades diarias. Jack entonces, llegó a la conclusión de que aquel era el futuro que le esperaba a la tierra que él había salvado. Internamente, agradeció haber tenido la oportunidad de viajar una vez más en el tiempo; ya que pudo comprobar con sus propios ojos, que todo el sufrimiento y su lucha, habían rendido fruto.

Finalmente, Jack llegó al centro de la ciudad. La recorría lentamente, en busca de algún lugar en donde pudiese pedir empleo. Como una de las más grandes características del samurái era la humildad, realmente no le importaba qué tipo de empleo realizaría; ya que para él cualquiera era dignificante.  Así que entró a unos cuantos locales a preguntar, sin embargo fue rechazado en todas las ocasiones, ya fuese porque no estaba totalmente enterado de la naturaleza del negocio; o por su extraña apariencia que le causaba desconfianza a las personas.

Un par de horas después, Jack se encontraba con el ánimo un poco más bajo, pensando en que no le iba a ser tan sencillo encontrar algún lugar en el cual pudiesen emplearlo. Pensó que era lógico, ya que en ese nuevo futuro, nadie luchaba, no había razón alguna y sus habilidades, mayoritariamente tenían que ver con la lucha.

Pero como si una fuerza más allá de su imaginación, estuviese leyendo sus pensamientos, en el preciso momento en el que pasaba por un lugar con el rótulo “escuela de karate”; un enorme tipo salió prácticamente volando por la puerta, aterrizando directamente a sus pies. O más bien, al parecer el hombre había sido arrojado desde el interior del edificio.

— ¿Te encuentras bien amigo? — Se apresuró el samurái a socorrerlo. Sin embargo, el musculoso hombre de extravagante cabello rubio y misteriosas gafas oscuras; no pudo contestar a su pregunta, ya que inmediatamente se apareció un hombre de mediana edad, en la puerta del edificio.

— ¡Ya estoy harto de tus tonterías Johnny! No quiero verte más por acá. ¡Estás expulsado de mi escuela!

— ¡Pero maestro Hama! — Ante la sorprendida mirada de Jack, el hombre que parecía estar herido, se levantó ágilmente para rogarle a ese tal “maestro”. — ¡Deme otra oportunidad! Le demostraré que el genial Johnny Bravo, será el más talentoso karateca que usted habrá visto jamás.

— ¡Nadie podría enseñarte a luchar! ¡Eres un idiota! — Exclamó el hombre, harto de las torpezas de su alumno. Entonces, mientras el rubio continuaba pidiéndole que lo dejara seguir en su escuela, el hombre mayor por primera vez puso el ojo sobre Jack; quien se encontraba estupefacto mirando aquel espectáculo. —¡Oye tú! — Le llamó ignorando por completo a Johnny.

— ¿Se refiere a mí, honorable señor? — Interrogó el samurái respetuosamente.

— Si tú. Veo que tienes puesto un gi, ¿de casualidad sabes algo sobre karate?

— Así es. Estoy entrenado en todas las disciplinas de lucha y artes marciales que se conocen en el mundo, el karate es un estilo bastante familiar para mí.

—¿Te interesaría un trabajo como instructor en mi escuela?

— ¿Lo dice en serio señor? ¡Claro, estoy muy interesado! — Jack no cabía en sí de la alegría con esa suerte que parecía más bien, ser obra del destino.

— Bien. ¡Empezarás inmediatamente! Tu primer alumno será este… — Dijo el maestro, señalando a Johnny.  En el momento que vio a Jack, el maestro Hama supo que la única manera de no tener que lidiar con el inútil de Johnny Bravo, era consiguiendo un asistente lo suficientemente estúpido como para tomarlo como alumno. Aunque tuviese que pagar otro salario, irónicamente, Johnny era el único alumno constante en su academia.

— Será un honor poder compartir mis conocimientos en tan respetable lugar y quisiera decirle que estaré eternamente agradecido por esta oportunidad, maestro. — Jack no cabía en sí de la alegría, había tenido muchísima suerte en encontrar un trabajo perfecto para él, con tan solo unas horas de haber emprendido su búsqueda. Para variar, era bueno que una de sus búsquedas no fuese tan extensa y exhaustiva.

— Sí, sí, como sea. Por cierto, ¿cuál es tu nombre?

— Me dicen Jack. — Contestó simplemente el samurái, ante una situación que le era bastante familiar.

— Bien Jack, Johnny; Johnny, Jack. Serán maestro y alumno a partir de este momento. — Los presentó el maestro Hama.

— Es un placer conocerte, Johnny y será todo un privilegio poder compartir mis enseñanzas contigo. — Jack le sonrió amablemente e hizo una reverencia ante el musculoso rubio.

— ¡Exactamente! Será un privilegio tener a tan genial alumno. ¡Espero que tus movimientos sean buenos Jack! Soy un estudiante de alto nivel después de todo. — Típico de Johnny, no desaprovechó oportunidad para alardear de habilidades que no poseía.

— Eso es una excelente noticia, podremos trabajar en técnicas más avanzadas entonces.

— Bueno, no harán nada parados aquí afuera. — El maestro Hama entonces los hizo pasar a la academia. Jack pudo observar que el resto de alumnos del lugar eran tan solo unos niños, los cuales le lanzaban a Johnny miradas de resentimiento o le sacaban la lengua a su paso. Mientras tanto, el rubio ni se enteraba.

Finalmente, el maestro Hama los hizo pasar a un salón contiguo, en donde no se encontraban el resto de los alumnos, y les indicó que podrían entrenar allí. El mayor únicamente quería aislar a Johnny y su desastre, del resto de los niños. Después de todo, el torpe rubio había sido el culpable de que algunos de sus alumnos dejaran su escuela de karate en el pasado. Luego de dejarlos allí, satisfecho con el resultado de su plan, el hombre se retiró para impartir su clase.

—Bien Johnny, quiero que por favor me muestres qué es lo que puedes hacer. De ese modo me haré una idea de tus habilidades. — Indicó Jack, pacientemente.

—¡Espero que hayas traído tus lentes Jack, porque quedarás deslumbrado! — Pronunció Johnny, mientras realizaba rápidos movimientos, aprovechando para mostrar los enormes músculos de sus brazos.

El rubio procedió entonces a realizar sus tales “movimientos de karate”, realmente no era nada bueno. Lanzaba torpes golpes y patadas al aire, daba extraños giros, se agachaba y saltaba sin sentido alguno. A Jack nada de eso le pareció ser karate; pero su naturaleza amable y paciente, le hizo únicamente querer enseñarle a Johnny los verdaderos movimientos representativos de aquel arte marcial.

— Eso está muy bien Johnny, pero me temo que tu técnica tiene mucho que pulirse. Si me permites, comenzaremos repasando lo básico, solo para irnos familiarizando y tomándole ritmo a la clase. Déjame mostrarte:

El samurái entonces, procedió a quitar la parte superior de su atuendo, dejando ver su buen cuerpo. Johnny se sorprendió bastante, ya que bajo aquella “bata” a como pensaba que era el traje de Jack, el hombre se veía bastante raquítico. Sin embargo, pudo comprobar que no era así en absoluto, ya que sus brazos mostraban unos bien formados músculos y su torso, lucía grandes pectorales y por supuesto, abdominales marcados.

Jack se posicionó con las piernas abiertas, una al frente y otra atrás, mientras que flexionaba uno de sus brazos y lanzaba un potente puñetazo frente a sí con el otro. Repitió la acción con el otro brazo y continuó intercalando extremidades unas cuantas veces. Seguidamente, flexionó ambos brazos y comenzó a lanzar fuertes patadas, levantando la totalidad de cada una de sus piernas, realizó la acción una y otra vez; para proceder con el gran final: el samurái dio un salto bastante alto, haciendo una pirueta en el aire y aterrizando en ambos de sus pies, agachado.

Johnny observó todo aquello totalmente perplejo. Ni siquiera el gran Squint Ringo, su actor favorito, tenía movimientos tan geniales como los que Jack mostraba en ese momento. Pero eso fue lo menos asombroso de su primera clase. Jack comenzó a instruirlo sobre cómo realizar aquellos golpes y patadas, y sorprendentemente, Johnny fue capaz de realizarlos, casi sin ningún problema. En todos sus años en la academia de karate del maestro Hama, nunca se había sentido de esa manera. Pensó en que el maestro jamás había sido capaz de enseñarle esa clase de cosas.

Inmediatamente, Johnny desarrolló admiración por Jack. Salvo por el maestro y Ringo, realmente el rubio jamás se interesaba en ningún hombre. Pero el samurái aparte de ser paciente y amable, era muy buen luchador y maestro, por lo que el rubio no pudo evitar sentirse emocionado de tenerlo como instructor.

“¡Con las enseñanzas de Jack, estaré conquistando nenas en menos de lo que canta un gallo!” Fue lo primero que vino a su mente, y razón por la cual se emocionó muchísimo más.

Al cabo de un rato, el maestro Hama regresó al salón, indicándoles que el tiempo de clase había terminado. Johnny salió del lugar y Jack primero se despidió de su nuevo empleador, asegurándole que asistiría a trabajar al día siguiente sin falta. Cuando salió de la academia, encontró a Johnny recostado a la pared, fuera de la escuela, ya que estaba esperando por él.

—¡Oye Jack! ¿Quieres que te lleve a tu casa en mi motocicleta? Un gran maestro como tú y un apuesto chico como yo, de seguro conquistaremos algunas nenas en el camino. ¿Qué dices?

— Agradezco infinitamente tu oferta de llevarme a mi casa en tu vehículo, amigo Johnny. Pero me temo que tengo que declinar tan generosa invitación. Verás, acabo de llegar a esta ciudad y de momento, no tengo un lugar en el cual vivir. De hecho, me disponía a buscar alojamiento antes de que anochezca por completo. — Explicó el samurái, cayendo en cuenta que aún no conseguía un lugar para pasar la noche.

—¡Oh eso no es problema! ¿Qué te parece si vienes a mi casa? A mi mamá le encantará tenerte en casa, estoy seguro de que no le molestará.

— No quisiera ser una molestia. — Se negó Jack, así como lo había hecho con Carl anteriormente.

— ¡Vamos hombre! Te gustará la comida de mi mami. — Sin darle tiempo a que se negara nuevamente, el rubio haló a Jack hasta donde se encontraba estacionada su motocicleta, le colocó su casco y montó al vehículo. — Ahora pon tu trasero aquí, ¡que nos vamos! — El rubio palmeó el asiento trasero de su motocicleta.

Jack en realidad, no era de hacerse rogar. Sabía aceptar la ayuda cuando la necesitaba, ya que era de naturaleza totalmente humilde y el orgullo, no tenía cabida en su ser. El ver la graciosa motocicleta de Johnny, por un momento le trajo tristes recuerdos del pasado, pero al ver la alegre sonrisa del rubio, cuando le invitaba a subir, le hizo recordar que ahora se encontraba en un nuevo futuro; en el que no volvería a pasar por aquellas amargas situaciones nunca más.

El samurái montó tras de Johnny, y se aferró a él, alegre porque todo le estaba saliendo de maravilla ese día, inclusive, llegó a pensar que tenía razón en que ese viaje, había resultado ser beneficioso, al enterarse de cómo su viaje había resultado en la paz para el mundo.

Definitivamente, aquel día el destino le sonreía.

 

Continuará…

Notas finales:

Según yo iba a actualizar cada 2 semanas, pero siendo capítulos tan cortos, no tiene mucho sentido. Aparte que por ahora casi nadie me está leyendo jaja.

En fin, así Johnny y Jack se llegaron a conocersh :D ¡espero que les haya gustado! Y paciencia, que ya llegará el romance. Si me han leído antes saben que no me gusta apresurar las cosas jaja.

¡Ojalá puedan dejarme su opinión con respecto al fic!

Nos leemos.

~Izu~


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