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Blonko por RozenDark

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Notas del capitulo:

Y por fin hemos llegado al último capítulo de esta historia. 

La verdad, me entretuve mucho al hacerla y cumplir uno que otro capricho. Sé que hubo mucha tardanza de mi parte, y en verdad agradezco su paciencia conmigo y mis tardías actualizaciones. Pero como les dije en mi anterior fic, cada inicio tiene un final, y esta historia ya ha llegado a su fin :´)

Pero antes que nada, un agradecimiento a aquellas lindas personas que se tomaron el tiempo, no solo en leer, también en comentar. En verdad, les agradezco por haber seguido esta historia. Con ustedes me reía, me moría de ternura, porque en serio, leía cada uno de los comentarios que llegaban :D

Agradezco a…

 

°outofcontrol

°Lelsly 

°lucy49

°elena

 

Y a ti también Fantasmita-chan, que aunque no te hayas animado a comentar, sé que al menos leíste la historia :3

En fin, los personajes de Ben 10 y Danny Phantom son propiedad de sus respectivos autores. La imagen de la portada, fue hecha por su servidora. La imagen del capítulo es propiedad de Dera Fujita. El fic está basado en el popular film de Disney, “Aladdin” y los fan-arts de Dera Fujita, con un buen toque de RozenDark :3

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

"Aniversario Deseado"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

Ya habían pasado tres años desde el nacimiento de su segundo hijo. Y aunque en un principio, Sam parecía demasiado berrinchudo, el pequeño dejo de lado ese comportamiento.

Lo que es más, Ray y Sam eran demasiado unidos. Algo que sin duda alguna, Danny llego a envidiar, pues con el paso de los años, la relación de sus dos hijos era un tanto complicada.

Obviamente, Blonko y Ben, dejaron de lado las relaciones de la familia Masters, pues ellos mismos tenían sus propios problemas. En esos tres años, ellos no habían tenido tiempo entre ellos, pues Ben debía mantener, Bellwood y Blonko, Revonnah. Aumentando sus problemas, los niños no los dejaban casi nunca tener tiempo para ellos, pues Sam en un principio lloraba por todo, mientras que Ray, no dejaba solo a su hermano menor, ni por un minuto.

Justo por esa misma razón, el ex Sultán, había decidido ayudarlos, por ese día y esa noche. Maxwell había visto lo afligidos que estaban esos dos, y más sabiendo que justamente estaba por llegar su aniversario.

 

—Recuerden, los quiero mañana por la tarde para que sigan con sus deberes —mencionó seriamente.

 

Maxwell tenía en cuenta que aquello podría complicarse, especialmente cuando la joven pareja, no había tenido tiempo para ellos, en algunos años.

 

— ¿A dónde va mami? —preguntó con tristeza el Omega menor.

—Van a celebrar su aniversario. Pero volverán pronto Sam —explicó con calma Raymond.

 

El pequeño Omega asintió, mientras tomaba con fuerza, la mano de su hermano mayor.

Tanto a Ben como a Blonko, se les partía el alma al ver los ambarinos ojitos de su pequeño aguarse, pero fue el más viejo de los Alfas, quien los sacó del palacio con prisa.

 

—Algo que no aprendieron muy bien, es a no ceder ante los chantajes de su hijo —mencionó con reproche Max.

—Ben lo mal miro—. Pero si tú nunca aprendiste a no ceder ante los chantajes de tu nieto —le recordó con burla.

— ¡Ya váyanse! —les dijo—. Y disfruten este breve tiempo, porque ese niño, no los dejará volver a alejarse con demasiada facilidad, al menos no, hasta su adolescencia.

 

La pareja no tuvo tiempo de objetar nada. Ambos fueron subidos a aquel carruaje, que se aseguraría de llevarlos a su destino. Por ahora, ambos debían confiar en el viejo Alfa, para que mantuviera las cosas bajo control, y por supuesto, a sus hijos a salvo.

 

~.o0o.~

 

La pareja llegó a su destino después de algunas horas. Un bello poblado situado a algunas horas de Bellwood. 

Y aunque pareciera que aquel lugar no era el mejor para pasar su aniversario, lo era. Justamente recomendado por la pareja Masters, pues aquel poblado, tenía entre sus variadas edificaciones un lugar hecho específicamente para parejas de la realeza. 

Sin embargo, el Omega parecía demasiado ansioso. Y Blonko entendía a la perfección esa ansiedad. Era la primera vez que se separaban de sus hijos, especialmente de Sam y su esposo estaba demasiado unido a ese pequeño Omega. 

 

— ¿Crees que Sam esté bien? —preguntó nervioso el Omega. 

—Blonko sonrió—. Te aseguro que ambos están bien. Tal vez incluso, el señor Max anda jugando con ellos —respondió con calma. 

 

El Omega asintió sin estar convencido por completo. Ben conocía a la perfección a sus retoños, y Sam no era del todo un niño independiente, más cuando él estaba alejado. 

Sin embargo, decidió mejor calmarse y disfrutar de esos breves momentos con su esposo. Pues sabía a la perfección que su querido abuelo, se encargaría de cuidar a sus hijos. Solo esperaba que su lindo Sam no fuera demasiado caprichoso. 

 

—Te haré caso Blonko —respondió apenas. 

—El Alfa asintió sonriente—. Ese es el espíritu Ben. Además, no estaremos ausentes por demasiado tiempo, así que aprovechemos al máximo el tiempo que tenemos. 

 

El Omega asintió ya más seguro, mientras tomaba la mano de su esposo. Ambos dejaron que sus guardias se encargarán de llevar su equipaje a la que sería su habitación. Entre tanto, ellos irían a explorar los alrededores, tal vez incluso, comprarían una que otra cosa para llevar de regalos a sus hijos. Al menos, ese era el plan que ambos tenían, hasta que…

 

~.o0o.~

 

La noche ya había llegado, y ellos no habían explorado tan a fondo el lugar. Hasta ahora, su viaje para descansar y pasarla bien había quedado arruinado, debido a cuestiones demasiado impredecibles.

 

—Te lo dije Blonko, fue una falsa alarma —mencionó por tercera vez el Omega.

 

Justo cuando estuvieron a punto de comenzar con su paseo para conocer un poco el lugar, el Alfa paro en seco cuando sintió que el aroma de su pareja se intensificaba. Por un momento, ambos pensaban que era el celo del Omega, incluso regresaron a su habitación para evitar posibles percances.

 

—Aunque fue una falsa alarma, fue lo mejor regresar por si las dudas. Y no Ben, no estoy enojado por lo sucedido, por el contrario, me preocupe al pensar que tu celo se había adelantado o descontrolado de algún modo —mencionó con preocupación.

 

El Alfa recordaba que justo antes de que su Omega se embarazara de su segundo hijo, Ben había tenido un ligero descontrol en sus celos. Volviéndose demasiado inestables y hasta dolorosos para su pareja. Por esa misma razón, se había alarmado cuando sintió las feromonas emanar fuertemente y esparcirse a su alrededor, pero parecía que solamente había sido una terrible falsa alarma y ahora Ben lo miraba de una manera demasiado pícara, casi burlesca.

Y Blonko conociendo a ese esposo suyo, había entendido a la perfección esa mirada que justamente le enviaba.

 

—No creo que sea un momento oportuno Ben —murmuró Blonko con reproche.

—Ben sonrió divertido—. Considerando que “estoy en celo”, no es tu deber como mi Alfa, ayudarme a controlarlo —mencionó con picardía.

—No lo entiendes Ben —el Alfa se sintió frustrado ante la actitud de su esposo—. Puede que fuera una falsa alarma, pero fue algo sumamente raro y puede atentar en contra de su salud —respondió con reproche.

 

El Omega simplemente se cruzó de brazos al oír las tonterías que su esposo decía. Y puede que ese repentino cambio en sus feromonas hubiera sido algo preocupante, más si recordaba lo sucedido años atrás, pero todo había sido una falsa alarma y una exageración por parte de su esposo.

Justo ahora, él quería aprovechar a la perfección ese tiempo libre, y eso implicaba de todas las maneras posibles. Eso significaba, paseo, veladas cursis y románticas, y por supuesto, aprovechar esa falsa alarma para hacer algo más que dormir esa noche.

Pero parecía que a su Alfa eso no le interesaba, ni siquiera cuando, fue el mismo Blonko, quien le sugirió dejar de preocuparse por sus retoños en casa y disfrutar ese pequeño lapso a solas en pareja. Así que, más que indignado, comenzó a guardar las pocas pertenencias que habían llevado para el viaje, sintiendo la incrédula mirada de su Alfa.

 

— ¿Qué haces ahora? —cuestionó Blonko con sorpresa.

—Pues ya que no vamos a disfrutar del viaje por esa falsa alarma, mejor adelantarnos y regresar a casa —respondió el Omega con molestia.

— ¿Estás enojado? —cuestionó el Alfa—. Sé que me pude haber escuchado demasiado severo, pero fue porque me preocupe Ben —se explicó rápidamente, pues su esposo parecía molestarse aún más.

—No me importa Blonko —respondió con seriedad—. A decir verdad, fuiste tú el que término por convencerme de disfrutar este tiempo. El trabajo de reyes en ambos reinos, el trabajo de padres y que Sam sea demasiado apegado a mí, hace que termine estresado, así que accedí a disfrutar el tiempo que tenemos, pero por una falsa alarma, tú decides lo que es mejor para mí, cuando lo único que necesito es que mi Alfa me atienda como se debe.

 

El Alfa se sorprendió demasiado con aquella explicación. Obviamente, también se sintió como el peor Alfa de todos, pues su Omega se escuchaba demasiado insatisfecho, pero más que nada, dolido por su reciente actitud.

 

—Lo lamento mucho Ben, pensé que debía dejarte descansar, más cuando recordé lo sucedido en el pasado —se explicó apenado.

 

El Omega asintió dándole la espalda. Blonko pensó que su esposo aún seguía enojado, cuando la realidad era demasiado alejada, pues justo ahora, Ben sonreía de manera triunfal al saberse el ganador de esa discusión, y más todavía, pues siempre así, se había salido con la suya.

Y aun cuando las palabras dichas con anterioridad eran justo las que llevaba pensando durante días, no estaba en sus planes decirlas de esa manera, mucho menos utilizarlas para hacer sentir mal a ese esposo suyo. Pero al ver que Blonko no quería dar su brazo a torcer y atenderlo como se debe, tuvo que usar ese as, y vaya que lo estaba disfrutando.

 

— ¿Aún sigues molesto Ben? —preguntó nervioso el Alfa.

—Ben negó con prisa—. Ya no, aunque sigo algo renuente a perdonarte, a menos que…

— ¿Qué necesitas? —cuestionó con prisa—. Haré lo que me pidas —dijo apresurado.

—El Omega sonrió apenas—. Sabes bien lo que quiero —respondió en murmullo—. A menos que desees dejarme descansar y que regresemos a casa —mencionó con malicia. Más le valía a su esposo, aceptar sus términos, especialmente cuando Blonko terminaba disfrutando de igual manera.

 

El Alfa asintió con prisa, mientras se acercaba a su pareja. Sin embargo, detuvo sus intenciones, cuando lo pensó mejor. Ben había aceptado sus disculpas demasiado rápido, además de pedirle a cambio lo que en un principio, él le había negado.

 

—Con que esas tenemos Ben —murmuró con reproche.

—Considerando que no me hacías caso hace tan solo unos minutos, tuve que utilizar más recursos —respondió apenado al verse descubierto.

—Eres imposible —dijo en un suspiro—. Tú ganaste por esta ocasión, pero si te llegas a sentir mal o siento un cambio en tus feromonas, llamaré a un médico para que te revise como se debe —mencionó seriamente.

—Ese doctor seguramente te dirá lo mismo que pienso —murmuró sonriente con un ligero toque de burla.

—Blonko lo miro con cierto reproche—. ¿Y qué piensas?...

—Ben agrando su sonrisa—. Qué mi Omega interno se siente insatisfecho desde hace meses —respondió con burla, esperando que aquello hiciera a su Alfa apresurarse para atenderlo como se debe.

 

Y vaya que aquella provocación funciono demasiado bien. Ben sonreía victorioso a pesar de lo brusco que su esposo se estaba comportando, pues ni bien lo cargo, lo lanzo directamente a la espaciosa y mullida cama de aquella habitación.

 

—Creí que no querías arriesgar mi salud —murmuró el Omega con diversión.

—Pues veo que mal de salud no estas, especialmente cuando me provocas de esa manera Ben —respondió el Alfa con reproche—. Mañana no te vayas a quejar si no puedes caminar, porque aun debemos pasearnos y conocer un poco el lugar.

—Ben solamente lanzó una risotada—. Cariño, pues apresúrate o me voy a dormir de aburrimiento.

 

El Alfa tomo aquello como un verdadero reto por parte de su esposo, pues ni bien se subió a la cama, se había colocado justo encima del castaño.

Ben sonrió complacido, pues algo que en verdad le encantaba, era cuando su Alfa se ponía así de altanero. Con los años, Blonko había cambiado demasiado a la hora de sus “besos y arrumacos”, pues cuando iniciaron su vida de casados, Ben fue el que se sintió como un perfecto violador. Y no era por experiencia, pues ninguno de los dos la tenía, más bien era culpa de la repentina llegada de su celo.

Dejando el pasado atrás, a Ben le fascinaba que su esposo tomara la iniciativa, pues a pesar de ser un Alfa, Blonko era demasiado tímido a la hora de intimar.

 

—Veo que hoy estas demasiado arrogante Alfa~… —murmuró burlesco.

—Blonko solamente sonrió ladinamente—. ¿Y de quien crees que es la culpa? —cuestionó con de la misma manera—. Ten por seguro que esta noche te enseñare modales.

— ¿Así? —preguntó—. Eso está por verse…

 

Ben lo miro con una imperceptible burla. Sin siquiera mediar más palabras, o darle un breve aviso a su esposo, el Omega se colocó justo encima más que sorprendido Alfa.

 

— ¿Quién está al mando ahora? —preguntó con burla.

—Blonko sonrió satisfecho—. Al parecer, tú lo estas —respondió rendido.

 

El Alfa no espero demasiado para tomar un poco de venganza. Situó ambas manos, justo en el trasero del Omega y lo apretó sin aplicar demasiada fuerza. Sonrió satisfecho, cuando Ben soltó un pequeño gemido lleno de sorpresa.

 

—No seas demasiado altanero Alfa~… —murmuró jadeante—. Así que apresúrate a entrar, yo terminaré por amarrarte.

 

El Alfa asintió ante el mandato de su esposo. Se apresuró en retirar las prendas de ambos, hasta quedar completamente desnudos.

Ni siquiera se molestó en preparar al Omega, pues fue el mismo Ben, quien lo obligo a acostarse de nueva cuenta y metió de lleno su erecto miembro a su entrada.

 

—Alguien anda muy necesitado el día de hoy —mencionó el Alfa con altanería.

—Mi Alfa no me atiende como se debe, desde hace dos meses, es normal que quiera reclamar lo que necesito —se limitó a responder el Omega—. Ahora, será mejor que comiences a hacer tu tarea, Alfa~…

—El Alfa asintió encantado—. Entonces comenzaré a moverme, Benjí~…

 

El Omega mordió su labio inferior al oír aquel tierno mote con el que su esposo siempre lo llamaba cada que se divertían en las noches.

 

— ¡Apresúrate Alfa!~… —ordenó el Omega con demasiada ansiedad.

 

Blonko no espero demasiado con esa demandante exigencia, así que sin esperar más, comenzó a moverse, sintiendo un delicioso éxtasis con aquel menudo cuerpo. Había esperado por dos largos y tortuosos meses por un poco de tiempo, y justo cuando tenía ese valioso tiempo, casi lo arruina por ser demasiado preocupón.

Y claro que ahora, sentía que todo ese estrés acumulado y el mal humor que había tenido se disiparon. Lo que es más, no podía pensar en nada más que tener una merecida y candente sesión de sexo con su esposo, especialmente cuando su lujurioso Omega, había comenzado a cabalgarlo, mientras él se aseguraba de moverse a la par que su esposo.

De un momento a otro, decidió darle una lección a ese esposo suyo, así que sin que Ben se lo esperara, sus papeles se invirtieron de manera sorpresiva. Justo ahora, el Omega se encontraba boca abajo, estrujando con fuerza una almohada, mientras el Alfa lo embestía con demasiada fuerza y rápidez.

 

— ¿Esto es lo que querías Omega? —cuestionó jadeante.

—Ya era hora Alfa~… —respondió apenas.

 

El Alfa ni siquiera dijo algo más, cuando tomo con ambas manos la cadera de ese insolente esposo suyo. Comenzó a ir más a prisa, siempre asegurándose de dar en ese punto que volvía loco a su esposo.

Ambos sintieron el final de esa ronda demasiado cercano, así que el Alfa de nueva cuenta hizo de las suyas y salió del desesperado interior de su Omega. Obviamente, Ben se quejó, aunque poco le duro, pues su esposo solamente lo volteo para tenerlo boca arriba, y meterse de nueva cuenta a seguir con ese trabajo.

 

—Debiste avisarme~… —dijo entre suspiros.

—Así no funciona un castigo —respondió el Alfa, para después dar una suave mordida a la oreja de su pareja.

 

Ninguno dijo algo más, pues decidieron concentrarse en terminar con esa ronda, para iniciar una nueva de ser necesario.

 

—Ya casi termino Benji~… —avisó jadeante.

—Ben asintió encantado—. Espero que no quedes agotado Alfa~… —respondió de la misma manera.

 

El Alfa asintió, mientras procuraba moverse más rápido. No paso mucho tiempo, para que ambos terminaran por correrse. Y aunque aquella sesión de sexo fue más que placentera, no había sido suficiente, al menos, no después de dos meses sin nada de nada.

No fue nada raro que ambos se miraran entre sí y sonrieran de una cansada, pero ansiosa manera.

 

— ¿Qué te parece otra ronda? —preguntó el Alfa agitado.

—Que es demasiado necesaria para ambos Alfa~… —respondió el Omega.

 

Ambos se besaron de una manera fogosa y necesitada, mientras de nueva cuenta, el Alfa se internaba en el interior de su Omega. Ambos de acuerdo en que era demasiado necesario hacerlo hasta terminar completamente agotados.

 

~.o0o.~

 

Ya era de día, ambos habían despertado con renovadas energías y sintiéndose por completo de maravilla. Había sido una larga tarde-noche, pero ambos se necesitaban con demasiada urgencia, y ahora que no había estrés de por medio, y que aparentemente el cambio en las feromonas del Omega se debían precisamente al estrés, ahora se permitían disfrutar su tiempo libre, al menos lo que les quedaba lo disfrutarían demasiado.

Justo ahora, la pareja disfrutaba de aquel pintoresco paisaje, más de lo que su imaginación les presentó, cuando el ex genio les describió el lugar.

 

—Parece que Danny no mintió. Este lugar es demasiado llamativo y pintoresco —comentó Blonko con una sonrisa.

—Ciertamente es un hermoso lugar —respondió de acuerdo el Omega—. La verdad, tenía mis dudas con la descripción de tu amigo.

—El Alfa rió divertido—. Y tampoco dudaste en hacerle saber tu falta de creencia Ben —mencionó—. Pero creo que con todo lo que pasamos, debió ser más fácil creerle. Además, aparte de Bellwood y Revonnah, hay muchos lugares que son demasiado desconocidos y hermosos.

—Ben negó con diversión—. No me refería a eso Blonko —se apresuró a decir—. Sé que hay más lugares que son por completo desconocidos, pero Danny se esmeró en describirnos este sitio como un lugar indescriptiblemente mágico. Algo así no se escucha todos los días, así que no me ofendo al decir que me equivoque al no creerle antes.

 

Ambos rieron al darse cuenta de que casi comenzaban a discutir por algo que sin duda alguna, no tenía sentido justo ahora. Decidieron que era mejor, seguir deambulando por el lugar y dejar de lado su reciente conversación.

Ni siquiera se dieron cuenta de que habían pasado ya unas cuantas horas desde que llegaron, aunque en su caminata habían comprado algunas cosas para obsequiar. Incluso sus guardias ya les habían dado alcance, y ellos ni siquiera se habían dado cuenta. ¿Cuándo había sido la última vez que se distraían de aquella manera?, es decir, ambos agradecieron la llegada de sus hijos, pero aquel par les había dado tanto trabajo en una que otra ocasión. 

 

—Tal vez deberíamos tomar más descansos así —comentó el Omega.

—Tal vez tengas razón —respondió Blonko completamente de acuerdo.

 

Ambos rieron una vez más. Sin embargo, los dos se vieron obligados a parar su caminata, cuando un extraño hombre les llamo. Ambos lo miraron completamente extrañados, especialmente al ver que aquel hombre los miraba con una sonrisa en el rostro y una mirada que parecía decir que los conocía a la perfección, algo raro sin duda alguna.

 

—Buenas tardes mis señores —saludó de manera formal—. He notado que han comprado varias cosas muy hermosas, así que decidí aprovechar y mostrar los artículos que mi puesto tiene.

 

Tanto Blonko como Ben miraron las cosas que aquel hombre tenía. Cosas muy raras y que parecían sacadas de otro mundo. Inclusive les pareció encontrar un extraño reloj verde con un símbolo demasiado raro.

 

—No creo que tenga algo que nos interese —respondió Ben con una nerviosa sonrisa.

—Le agradecemos, pero como mi esposo dijo, no hay algo que capte nuestra atención, es decir, todo lo que estamos llevando, son regalos para nuestros hijos —mencionó Blonko.

— ¿Tienen hijos? —cuestionó el hombre sonriente—. Puede que estas cosas no parezcan adecuadas, pero aún tengo más cosas.

 

La pareja quiso negarse una vez más, pero el hombre simplemente los ignoro y decidió por sí solo buscar entre las cosas que tenía en un viejo baúl.

 

— ¿Qué les parece esta hermoso collar? —preguntó ansioso—. Según cuentan, este collar tiene el poder de volver dragones a sus portadores.

 

La pareja lo miro con horror. Obviamente el collar era hermoso, pero algo con una historia semejante, no podía estar cerca de sus hijos.

 

—Creo que paso —respondió Ben con cierto miedo. 

— ¡Oh!, entonces podría ofrecerles este antiguo libro —dijo, mientras les enseñaba un libro con una extraña estrella en la tapa—. Según las historias, es un libro con toda clase de encantamientos en sus páginas. 

 

Es que acaso ese hombre estaba loco. Obiamente ambos terminaron por mirarlo como si fuera un demente, y nuevamente terminaron por negarse.

 

—No creo que nos sirva —mencionó Blonko con nerviosismo. 

— ¡Entonces esto les puede servir! —exclamó alegre el hombre. 

 

Blonko y Ben se miraron entre sí, desconfiados de la salud mental de aquel hombre. 

 

—Eso es una caja —mencionó Ben con fastidio. 

—Lo sé. Puede parecer una caja ordinaria, pero perteneció a un hombre que tenía gustos por las cajas, incluso dicen que su espíritu aún anda buscando las cajas que le pertenecieron en vida. 

—Creo que mejor nos vamos —mencionó Ben ya harto. 

—Lo lamento señor, pero esas cosas, son demasiado peligrosas para nuestros hijos y para nosotros —se disculpó Blonko con nerviosismo. 

 

El hombre parecía desanimado al ver que sus potentes clientes se iban, así que completamente desesperado, sacó de aquel baúl un objeto un tanto conocido para la pareja. 

 

—Esto les encantará —dijo victorioso. 

 

La pareja viró a ver al hombre y ambos terminaron por sorprenderse al ver lo que parecía una lámpara mágica. 

Ambos se miraron mutuamente entre sí y terminaron por lanzar una negativa ante aquel objeto. 

 

—Lo lamento señor, pero ese objeto no lo queremos —respondió Ben con prisa. 

—Oh, pero si esto no es más que una baratija o al menos eso aparenta. 

 

Ben no quería escuchar nada más. Tomó con fuerza la mano de su esposo y se dispuso a comenzar a caminar, sin embargo, Blonko se quedó mirando aquella lámpara. 

 

—No me digas que aun deseas más cosas Blonko —mencionó con reproche el Omega. 

—Blonko negó con prisa—. No es eso Ben, es solo que me puse a pensar en el pasado. De no ser por la lámpara yo no podría tener todo lo que ahora tengo, y no, tampoco es que desee algo más, sin embargo, algo me dice que este hombre no es malo, y que esa lámpara no tiene nada más que historias entre su polvo acumulado. 

 

Ben miró con duda a aquel hombre y terminó por sorprenderse al verlo sonreír con complicidad. 

 

—Veo que no se le escapó nada, Rook Blonko —

 

La pareja miró con asombro al hombre aquel. Ambos con la firme idea, de que aquel misterioso hombre los conocía de alguna loca y extraña manera. 

 

— ¿Quién eres? —cuestionó el Alfa. 

—Nadie del que deban de preocuparse —respondió con simpleza—. Me aparecí ante ustedes para darles un recuerdo. Algo para que nunca olviden de dónde vienen, ni cómo fue que llegaron a ser lo que son ahora. 

 

Aquello lo mencionó, mientras miraba al Alfa con una enorme sonrisa. 

 

—Yo solamente era un vil ladronzuelo, una rata callejera como muchos me decían —respondió Blonko completamente apenado. 

— ¡Eso no es verdad Blonko! —exclamó en contra el Omega. 

—Su pareja tiene toda la razón —dijo el hombre—. Nunca debes de avergonzarte de tu pasado, pues eso es lo que te impulsa a ser mejor ahora, o ¿me equivoco?... 

—Blonko sonrió agradecido—. No se equivoca —respondió—. Los errores que cometí, la manera en la que viví y sobre todo, mi turbulento pasado, son lo que me hacen ser quien soy y a dar un mejor ejemplo a mis hijos.

 

El misterioso hombre asintió sonriente, para después darle al joven Alfa aquella lámpara. Blonko y Ben lo miraron con intriga y él solamente agrando su sonrisa.

 

—Esto es para ustedes —dijo—. No es nada peligroso, ni siquiera hay una gran historia sobre ella, aunque en sus manos, la situación sería por completo diferente, ¿no lo creen?...

 

La pareja se quedó mirando fijamente la dorada lámpara. Sin embargo, y aun con las palabras de aquel hombre, no se quedaban del todo tranquilos, así que ambos decidieron regresarle el objeto.

 

—Lo sentimos señor, pero no podemos aceptar… —el Alfa se sorprendió cuando no vio al hombre, ni siquiera el puesto que hacía unos segundos estaba frente a ellos.

— ¿Qué acaba de pasar? —murmuró Ben completamente asombrado.

—No lo sé —respondió Blonko de igual manera—. Supongo que esta lámpara es como un recordatorio para no olvidar como es que se dio nuestra situación —mencionó nervioso.

— ¿No estarás pensando en quedártela? —le dijo Ben con reproche.

—Blonko asintió—. No creo que sea peligrosa. Además, sería muy grosero de mi parte si la dejo en el suelo así sin más —respondió sincero—. No pienso dejarla al alcance de los niños, si eso te hace sentir mejor, aunque como el hombre dijo, podríamos darle una historia propia, tal vez un cuento de cómo un simple ladrón se enamoró de un príncipe y encontró su felicidad con la ayuda de una lámpara mágica. Sin duda alguna, este es el mejor regalo para nuestros hijos.

—Ben solamente lanzó una risotada con las ocurrencias de su esposo—. No suena nada mal —respondió. Era inútil que tratara de hacer que su esposo soltará aquel raro regalo, cuando hasta él creía que aquel hombre no era ningún peligro para ellos —. Será mejor que nos alistemos para regresar a casa.

 

Ambos decidieron seguir con su paseo por aquel lugar, aunque aún estaba la incógnita de lo sucedido. Sin embargo, decidieron seguir con su descanso, pues no sabían con exactitud, cuando volverían a tener otro descanso así.

Tal vez incluso, aprovecharían otra placentera ronda, antes de partir de regreso a su hogar.

 

~.o0o.~

 

Llegaron justo antes del anochecer. Ambos se veían demasiado descansados, pero más que nada, ansiosos de ver a sus dos hijos.

 

— ¿Nos extrañaron? —preguntó Ben al ver a sus dos tesoros asomarse justo en la entrada.

—Yo si los extrañe un poco —se limitó a responder el pequeño Alfa.

—Yo te extrañe mucho mami, aunque el bisabuelo fue muy bueno al jugar conmigo —respondió emocionado el pequeño Omega, esperando que sus padres le hubieran traído un recuerdo.

 

La pareja no espero más. Sus hijos se veían por completo emocionados, así que comenzaron a sacar las cosas que habían comprado a sus retoños, y claro está, al buen abuelo Max, quien había terminado más que agotado con la energía interminable de su pequeño bisnieto.

Y ahora, los mayores se permitían descansar, mientras los niños jugaban con los regalos que habían recibido.

Pero hubo algo que encendió las alarmas de preocupación en el anciano Alfa. Pues vio que el esposo de su nieto, sacaba una lámpara demasiado parecida a la que en el pasado les dio tantos problemas.

 

—Eso es algo demasiado peligroso —mencionó preocupado el ex Sultán de Bellwood.

—Tranquilo abuelo. Blonko y yo lo hablamos, y decidimos comprarla para hacer de nuestra historia un cuento para los niños —respondió Ben. Claro que no le diría que un perfecto extraño se las había obsequiado, pero confiaba en la intuición de su Alfa.

—Ya veo —murmuró aun con desconfianza.

 

Y aun cuando el viejo Max quería preguntar muchas cosas sobre el viaje, la animada voz de su pequeño bisnieto, alerto a los mayores. Al parecer, los padres deberían comenzar demasiado pronto con el cuidado de sus hijos.

 

— ¿Qué es eso? —preguntó animado el pequeño Omega.

—Es un adorno Sam, una antigua lámpara, ¿no es así? —respondió con calma el pequeño Alfa.

—Y no te equivocas Ray —dijo Blonko con una sonrisa—. Aunque es un adorno ahora, en el pasado fue algo más maravilloso.

 

Los hermanos miraron ansiosos a su padre, especialmente cuando este miró a su “madre” con complicidad.

 

—Eso es cierto, niños. Esta lámpara tiene un pasado demasiado mágico, diría yo —mencionó Ben sonriente.

 

Al parecer, el plan de Blonko había funcionado de maravilla, pues sus dos hijos se veían demasiado intrigados y fascinados, por el pasado de aquel objeto.

 

— ¡Cuéntanos papá! —pidió Sam ansioso.

— ¡Es verdad, apresúrate! —dijo Ray completamente de acuerdo con su hermano menor.

—Blonko sonrió—. Está bien, niños —respondió con calma— Esta historia es larga, así que se las contare por partes y solo será durante las noches, antes de dormir —mencionó. Sin duda sonriendo con orgullo al ver que sus hijos asentían de acuerdo—. Bien, esto da inicio años atrás, con un hechicero malvado y ansioso de poder. Una misteriosa cueva con inimaginables tesoros y una lámpara mágica…

 

Los niños escuchaban atentos a la historia que su padre les contaba. Ambos igual de intrigados y ansiosos por saber la verdadera historia de aquella lámpara. Mientras que la pareja, estaba más que feliz por poder contar la mágica manera en la que se conocieron ambos.

Claro, la familia nunca se dio cuenta de que desde algún lugar, el mismo hombre que les había dado aquella lámpara, observaba todo con una sonrisa.

 

—Parece ser que el regalo fue perfectamente recibido —dijo sonriente.

—Supongo que ya terminada tu labor y disculpas, regresaras a tu hogar —respondió otra voz.

—Todo estaba meticulosamente planeado, al menos, para liberar al pobre chico que tu imprudencia encerró —respondió el hombre con reproche.

—Admito mi error, así que me despido —dijo, mientras comenzaba a desaparecer.

—Parece ser que me dejo solo nuevamente —mencionó sonriente, mientras comenzaba a desaparecer de igual manera.

 

Ambos tenían trabajo que hacer, pues aquel error, no era el único que se había cometido y debía remediarse.

Sin duda alguna, los genios y sus poderes traían demasiados problemas que aun debían solucionarse, pero saber que aquel joven Alfa había logrado lo que en un principio creyeron, les dio más alivio y esperanzas.

Porque la cueva celestial nunca miente y Rook Blonko era un alma pura. Un diamante por completo.

 

 

Fin°~

 

Notas finales:

Y ahora sí, espero que este capítulo final haya sido de su entero agrado. No se vayan, que al igual que en mi fic “¡¿Mi Hijo?!”, publicaré mis agradecimientos, porque ustedes se merecen tener sus nombre en los créditos xD


Por cierto, ¿quiénes creen que eran los tipos del final?, además de que di referencias de varios personajes, claro esta xD


Pero bueno, si creían que era todo, recuerden que se nos viene un one-shot especial de lo que hubiera pasado si Kevin ganaba, así que esperenlo el día de mañana o tal vez pasado mañana :D


Así que aquí les dejo el resumen de lo que les espera en el one-shot…


 


RESUMEN: Kevin Ethan Levin logró su cometido y ahora tenía todo lo que siempre quiso. Maxwell Tennyson ya no estaba en su camino, así como había logrado deshacerse del estorboso Blonko.


Sin embargo, a pesar del gran poder que tenía, las riquezas que poseía, le faltaba algo de suma importancia: el afecto del príncipe Ben. Pero Levin no estaba dispuesto a dejar ir a ese testarudo Omega, oh no, Levin estaba dispuesto a romper al príncipe, hasta que solamente cuente con él, y nadie más que él.


Y claro, no le importaba si eso lo llevaba a un tóxico, desquiciante y placentero amor.


 “El hubiera que más anhelaba Kevin Levin, después de haber sido derrotado por Blonko”.


 


Todo eso y más, les espera en... "Levin" 


Y les aseguro que si Kevin no le hace a Ben un hijo, al menos podrán hacer mucho queso… ups, alerta de spoiler :D


Pero aún no se vayan, que así como en mi otro fic, voy a darles las gracias en un “capítulo” :) 


En fin, nos leemos pronto


Chau chau (^3-)/


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