Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

THE TALE THAT WASN´T RIGHT por karcris

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

CAPÍTULO 07 - BUENAS NOCHES Y ADIÓS


"Con éste capítulo puede pasar 2 cosas: 1- Me pueden amar o 2- Me pueden prender fuego . Pero jamás, les va a pasar desapercibido en el fandom de Gravitation, siempre se van a acordar de que hubo alguien que escribió éste fic, aunque no se acuerden de mi nombre.


Gracias por todos esos reviews!!! Uno más largo que otro, me pone muy feliz saber que les llega la historia!!!


Hoy es el cumpleaños de nuestro Princeso más hermoso, Yuki Eiri!!! Retrasé la actualización solo para eso jeje
Dato de vital importancia: Si les cuesta imaginarse a Charly solo piensen en Alissa WHITE-GLUZ (vocalista de Arch Enemy)

El pseudónimo Charly nació porque justo ése día que la creé fue el mismo día que cumplía años Charly García. No me gusta su música...para nada, (Soy metalera a muerte) pero encajaba con el estilo rockero que pensé para ella..."

Tuve que volver a trabajar sino quería ser expulsado de mi propia banda. Durante todo el día soporté el acoso de cada persona que me cruzaba queriendo saber qué me había ocurrido. Sospechaba que algunos pocos tenían real interés, otros lo tomaron como un chismerío de un artista conocido ¿Cuánto tardarían en venderlo a alguna revista sensacionalista? Por prudencia, me mantuve en silencio. Cuando salí de allí entrada la noche, Yuki me esperaba en la entrada, su mirada tan penetrante me inquietó.
No...No fue inquietud, fue miedo.
 Su mirada detrás del volante hizo que me sintiera incómodo, mi cabeza trabajó muy rápido evaluando lo qué podía hacer, mis sentidos me decían que debía huír. Lo vi en cámara lenta bajar de su auto di un paso al frente para esquivarlo, pero él, en un sólo paso suyo me bloqueó el avance. Retrocedí para que no me alcanzara pero él avanzó a zancadas para encerrarme, la gente que pasaba por allí, en su mayoría trabajadores de N.G. comenzaron a hacer comentarios de la extraña situación.
-Déjame ir Yuki.- Rogué mientras observaba por el rabillo del ojo a alguien que pudiera ayudarme o buscar una vía de escape.
-Ahora vas a venir conmigo.
Comenzamos a forcejear, yo comencé a elevar la voz, su actitud era algo violenta y me estaba asustando. Al ver que no me movía, tironeó de mi brazo con fuerza y tuve pánico, porque yo sabía que frente a él yo no tenía ninguna oportunidad. Comencé a decirle cosas como que se calmara que iría pero que primero me soltara. Me abrío la puerta y me metió con un empujón. Jamás lo vi ser de esa forma conmigo y me pregunté sino estaba algo bebido. Apenas se sentó frente al volante lo vi murmurar algo ininteligible para sí mismo, su mirada siempre clavada en el frente. Sus manos formaban puños en el volante y estaba manejando mucho más rápido que lo normal y por momento tironeaba de sus cabellos en señal de frustración o golpeaba el volante. Miré las puertas y estaban trabadas, las ventanas cerradas...decidí esperar a que se calmara antes de que chocáramos contra algo.
Yuki no podría hacerme daño ¿O sí? No, él no era un psicópata me dije, bueno, asesino es...psicópata...no lo sé.
En ese me pregunté por primera vez si yo no habría ido demasiado lejos con lo que hice. Opté por calmarme, Yuki nunca me había puesto una mano encima y yo ya era un adulto que debía hacerse responsable de lo que había hecho, yo tenía mis razones y mis razones no me parecían estúpidas. Me abrió la puerta cuando llegamos, intentó tomarme del  brazo pero le dije que podía solo, ahora tomando una postura más ofendida por el trato desmerecido. Entré y me quedé cerca de la puerta, él caminó hasta llegar a la sala, me invitó a sentarme y acepté con renuencia.
Nos miramos un buen rato, no sabía qué debía decir, me sentía incomodado por esa mirada inexpresiva sobre mí. Por suerte fue él, el primero en hablar.
-¿Dónde estuviste? -Estudió mi rostro como si buscara saber si yo mentiría.-¿Todo éste tiempo estuviste con él?
Decidí que no iba a engañarlo, todas las cartas ya se encontraban sobre la mesa. Así que solo asentí.
-¿Desde hace cuánto tiempo estás con él?
-Poco más de un año. No tanto como tú con Kumiko.
-¿Desde hace cuánto lo sabes?
-No soy estúpido Yuki. Lo supe desde el principio, no eres tan cuidadoso como crees.
Hubo una pausa, se sentó y parecía pensar en lo que le decía. No lucía arrepentido, no parecía lamentarlo y eso me hizo trizas por dentro.
-¿Eso es todo? ¿Lo único que te preocupa es cómo hice para darme cuenta? No puedo creerlo...¿No te vas a disculpar? ¿No me lo vas a negar?Espero mínimo una disculpa, creo que me la merezco.
-...¿Te acostabas con él?
-Yuki. -No podía entender por qué quería saber lo obvio.- ¿No me vas a pedir perdón?
-¡Responde!
-¡Sí, me acuesto con él! -Lo vi masajearse la cabeza.
-¿Por qué lo hiciste?
-No puedo creer que me estés preguntando eso.
-¡¿Por qué lo hiciste?! -Gritó, eso me dijo que estaba demasiado nervioso.
-¿Por qué más? Me sentía solo, no me prestabas atención. Quería vengarme porque sabía de tus otras amantes.-Dije mirándolo fijamente, no le daría aquel gusto.-¿Qué excusa te gusta más? No tengo excusas para hacer algo como ésto.
-¿Sientes algo por él? Si no es así, puedo perdonarte.
-¿Piensas que quiero que me perdones? Sigo esperando que seas tú el que me pida perdón. Yo no me arrepiento de lo que hice. No, Yuki. Si Ryo me hubiera dado una mínima oportunidad, si me hubiera dicho que sentía algo por mí ¿Realmente crees que estaría aquí? No soy tonto Yuki, hace rato me hubiera marchado...pero él me rechazó.
Lo vi estudiarme unos segundos como si evaluara cuánto de verdad había en mis palabras.
-Entonces ¿Vas a dejar de verlo?
-Solo si tú dejas de ver a Kumiko.
-De acuerdo.
-Eso fue rápido. -Me sorprendió.
-Pero si la dejo. Tú no volverás a ver ni a ese tipo,  ni a ningún otro ¿Entiendes? A nadie y estoy hablando en serio. Ya tuve suficiente de ésto.
Lo miré totalmente desconfiado de como se estaba desarrollando todo. Mi cabeza intentaba encontrar la trampa en todo ésto, había algo que yo no estaba captando. Nada es tan fácil.
-Tú tampoco puedes estar con alguien más. -Él asintió.- No puedes engañarme. Hablo en serio Yuki.
-Lo sé, tienes mi palabra.
Su palabra ¿Cuánto valía su palabra? Me tomó de la mano, él estaba frío y tenía una húmedad pegajosa en ellas. Era extraño, estaba actuando demasiado extraño para mi gusto.
-¿Eso es todo?
-Está todo bien ahora.
-No. Ésto no está bien. Llevas engañándome desde que nos conocimos. Me hiciste llorar incontables veces cuando te pedía algo y ahora me dices que todo está bien ¿Y esperas que te crea?
- ¿Qué otra cosa podemos hacer? Solo podemos confiar en lo que él otro dice.
La sensación se hizo desagradable, lo estudiaba y la pequeña capa de sudor en el rostro de Yuki me incomodó. Miré a mi alrededor buscando al causante.
-¿Estuviste bebiendo?
-Solo un poco.
Asentí en silencio, no me parecía borracho pero ahora estaba mucho más tranquilo. Ahora no me miraba directamente, respiró y se secó el sudor con la manga de la camisa.
-Estás raro ¿Por qué estás tan nervioso? Llevas esquivándome la mirada desde que nos encontramos.
Y era verdad, no permanecía demasiado tiempo mirándome por momentos rehuía.
-Shuichi...hay algo que necesito contarte.
-¿Qué pasó?
-Tienes que prometerme que quedará entre nosotros.
-Jamás lo diré si es lo que quieres, lo sabes. -Sentí que era lo correcto afirmarlo, Yuki nunca se ponía tan serio.
-Lo recordé...fuí violado por Kitazawa y sus amigos antes de que alcanzara a matarlos.
Me quedé en silencio, atónito,  pero con miedo a que decidiera dejar de hablar si lo interrumpía. Me contó con detalle cómo lo habían sometido, por vez primera lo escuché contarme por voluntad propia todo y no lo detuve, incluso cuando escuché que su voz comenzaba a temblar.
-No es tan grave. Sabías que ésto podía haber sucedido, ésto solo lo confirma.
Negó con la cabeza como si no quisiera escuchar lo que yo tenía que decirle.
-¿Yuki? -Se tapó la boca y sus ojos se llenaron de angustia.- ¿Yuki qué pasa? ¿Estás bien con contarme ésto?
-No puedo contárselo a nadie más. Sabes cómo se pondría Thuoma si lo supiera.
-¿Cómo lo recordaste?
-Mi psicóloga me ayudó. Me sometí a varias sesiones de hipnosis. Ella pensó que había un recuerdo bloqueado por la cantidad de pesadillas que tenía y concluyó que era lo mejor.
-Pero ¿Hipnosis? ¿No es peligroso? Escuché que puede crear falsos recuerdos.
-Sí, por eso tardamos en hacerlo. Se asesoró con otro profesional que es experto y también participó en las sesiones.
-¿No hay dudas?
-Ninguna.- Se retorció las manos.- Hay algo más.
-¿Qué pasó?- Me senté a su lado y apoyé mi mano en su espalda. Sollozó un poco antes de hablar.
-Me excité. Cuando recordé todo, me excité. Dios, soy asqueroso.
Se tapó la cara y lloró, mi cabeza estaba más allá de todo. Yo no sabía qué hacer o qué decir, lo obvio era consolarlo, decirle que todo estaría bien pero solo podía mover mi mano en su espalda. Sentí que  Uesugui Eiri, tal vez, era más de lo que yo podía soportar. Y yo como estúpido pensando que el que me pidiera ayuda, a mí y solo a mí, me hacía sentir especial. Un secreto más que solo nos unía a nosotros. En mi cabeza yo me preguntaba "¿Me contó ésto para darme lástima y que no me vaya?"
Nos quedamos dormidos de forma muy incómoda en el sofá. Todo era una pesadilla muy real pero yo me sentía feliz con el peso a mi costado ¿Debería sentirme así? No sé...no quería escuchar la parte mala de nosotros, era mejor negarla. Preparé un desayuno, aceptable, y nos sentamos en la mesada de la cocina.
-Tengo una duda sobre tú anterior psicóloga. - Él se encogió un poco, incómodo por tocar el tema del día anterior.- ¿Ella se negó a hacer la hipnosis y por eso la dejaste?
Él ladeó una sonrisa y revolvió mis cabellos.
-¿Desde cuándo te volviste tan listo?
-Tuve que volverme así a la fuerza, no es fácil vivir con alguien que apenas te dice lo que le pasa hasta que explota. Tuve que aprender a interpretar tus gruñidos.
No me importó que riéramos juntos después de tanto tiempo. No me importó qué tan dulce fue cuando hicimos el amor. No me importó qué tan sincero pudo ser esa noche y las que le siguieron. Yo estaba seguro que me había mentido con respecto a Kumiko, él no la iba a dejar y por eso en ningún momento se me cruzó por la cabeza dejar ir a Ryo. Sólo habíamos aplazado el momento, no pregunté porque no quería saber. No quería que me dijera que Kumiko era algo más para él. Soy un maldito cobarde.
Una de esas noches soñé agradablemente, desperté entre los brazos del hombre que amo más que a la vida y pedí en silencio que el tiempo se detuviera. Desayunamos entre comentarios cotidianos y olor a café con tostadas. Era mi día perfecto. Fue con los días sentí que algo no estaba bien.
-No sobreanalises, Shuichi. -Me repetía - No vayas por ese lado.
Pero no podía evitarlo, cuando cerraba mis ojos él me engañaba y se burlaba de mí, no podía soportarlo. Cuando el se alejaba, para mí, él se iba a hablar con Kumiko a mis espaldas. Mi corazón estaba aterrorizado y, por el contrario, me sentía aliviado a su alrededor. Lo llamaba para saber dónde estaba cuando no podía estar  cerca de él. No tardamos en llegar a discutir, él decía que se sentía que estaba siendo sofocante. La duda se había plantado en mi interior y crecía como una enredadera. Su celular sonaba y yo corría a su lado para escuchar lo que decía. Miraba el reloj, revisaba cada estúpido papel en la basura. Intenté buscar todas las contraseñas que habían sido cambiadas...lo que hice siempre, solo que ahora no me callaba al respecto, le preguntaba sin tapujo por qué lo había hecho.
-¡Dame un respiro! ¿Quieres? Tengo que ir a ver a mi psicóloga al hospital.
-Voy a acompañarte.
-No, te vas a quedar aquí.
Me gritó cuando lo llamé desde mi trabajo a su celular. Pero es que yo sabía...sabía que volvería a hacerlo...No me quedaba mucho tiempo hasta que comenzara la gira mundial. Pasaría un año y medio lejos de Yuki. Eso me rompía el alma, me hacía llorar compulsivamente cuando estaba solo. Si no era ella, sería otra...Me dolía la cabeza, todo el mundo me presionaba para hacer cosas y cada segundo lejos de la vista de Yuki era una tortura ¿Cómo iba a aguantar un año y medio lejos de él? Él me decía que todo estaba bien, pero ¡yo sé que no es así! Todo está mal, nuestros trabajos hacen que no nos crucemos casi. Yo sé que algo está roto dentro mío...éso era..."la confianza en él"  estaba rota.
-¿Vas a salir?-Lo vi suspirar.
-Sí, voy a salir.
-¿Adónde vas?
-¿Puedes darle un respiro a tus celos? Me estás volviendo loco.
-¿Por qué no puedes solo responder a lo que te pregunta? Todo lo que haces es enojarte cada vez que lo hago. ¿Mira cómo te pones?
-Bueno será porque siempre estás pensando que te estoy engañando.
-Disculpame por desconfiar pero digamos que nunca fuíste de fiar. Menos si te veo salir en la noche bien vestido.
-¿Desconfiar? -Se burló.- ¿En serio quieres que hablemos de desconfianza? Tú no eres ningún santo.
-Entonces es eso ¿Te vas a ver con ella? -Me puse de pie y me puse en frente de él- Dijiste que no me ibas a engañar ¿Lo estás haciendo? -Lo empujé con fuerza en el pecho pero apenas dio un paso hacia atrás.- ¡Responde! ¡¿Te sigues viendo con ella?!
Él no me miraba al rostro, solo intentaba sacarme de encima y murmuraba maldiciones.
-¡Hijo de puta! ¡Todavía te sigues viendo con esa zorra! -Lo golpeé más fuerte y no pude evitar que la rabia se apoderara de mí.- ¡Dijiste que no volverías a engañarme! ¡¡¡¿Por qué mierda lo hiciste?!!! ¡¡¡¿Por qué me pediste que me quedara si no la ibas a dejar?!!!
-¡¡¡Basta Shuichi!!!
Arrojé un vaso al suelo que estaba cerca mío y estalló en cientos de pedazos.
-¡Quiero que la dejes! Ya, ahora mismo. ¡Déjala si no quieres que tome mis cosas y me vaya! ¡Elige, es ella o yo!
Se tomó la cabeza y se arrancó el cabello en signo de frustración y me asusté.
-Yuki, no es una decisión difícil. - Me tembló la voz.- ¿Es ella o yo? Apenas la conoces...Yuki...- Le rogué.- Yuki...déjala...por favor...
- No puedo.- Me dijo mirando al suelo.
-...por favor...- Susurré.
-No puedo Shuichi.
-¿Por qué no puedes? Déjala Yuki...por favor...-comencé a llorar más fuerte.- No me digas...no,no,no. Por favor no.-Me aferré a su camisa para que me mirara.- Dime que  no la amas.
-No sigas Shuichi.
-¿La amas?
-No me preguntes eso.- Me rogó.- No hagas que te mienta.
-¿La amas?
-No lo sé.
-¿Cómo...que no lo sabes? - Lo tomé por la camisa.- ¿Cómo que no lo sabes? ¿Por qué ella si fui yo el que siempre estuvo aquí? ¿Por qué ella si yo te conozco desde antes? ¿Por qué me hiciste ésto?
-No sé cómo pasó. Lo siento Shuichi. -Vi sus ojos arrepentidos.
-¿Lo sientes?- Me levanté de golpe.- ¿Que lo sientes? ¡Hace cuatro años que estoy aquí, intentándolo y viene una cualquiera a quitarme lo que es mío por derecho y me dices que ¿Lo sientes?!
-Shuichi déjame explicarte, no es del todo así.
-¿Y cómo es?
-Yo...los necesito a los dos.
-¿Qué estás diciendo Yuki? -Tardé unos segundos de salir de mi aturdimiento.- ¿Qué mierda me estás diciendo Yuki? -Él intentó alcanzarme cuando vio mis intenciones de alejarme.
- No me toques, necesito pensar. Déjame solo. -Con reticencia se hizo a un lado.
Caminé de forma torpe hacia la salida y comencé a correr una vez que estuve afuera. No sabía dónde ir, o tal vez sí lo sabía... me di cuenta al llegar edificio donde tenía mi departamento. No me detuve, subí hasta la azotea entre jadeos y me senté al borde del barandal. Necesitaba el aire, yo sentía que me ahogaba y mi cara ardía por las lágrimas solo recibiendo el alivio del viento. Grité pero nadie me escuchó, lloré mucho tiempo pero nadie me consoló.
¿Cómo alguien como ella había logrado confundir a Yuki en tan poco tiempo? ¿Y yo? Yo que lo dí todo jamás recibí nada ¿Por qué es tan injusto? Yo lo amaba más que a la vida misma y él amaba a alguien más. No pude calmarme hasta que se hizo de madrugada pensé durante todo ese tiempo pensé en saltar, es que sentí que había perdido mi razón de vivir. Todo era por él, mi existencia era por él...
Llamé a Ryo aún entre lágrimas y le dije que no podía seguir más con ello. Me preguntó que por qué, qué había pasado y por qué no había vuelto a verlo. Le dije que todo se había ido al caño, Yuki estaba enamorado de Kumiko. El silencio del otro lado me dijo que Ryo estaba en shock , comencé de forma infantil a gritarle que debería haberse esforzado más en intentar enamorar a su esposa, que no hubiera pasado si él la hubiera alejado de Yuki...que yo ahora lo había perdido, lo había perdido para siempre.
-¿Dónde estás Shuichi?
-Estoy en mi departamento ¿Puedes venir a buscarme?
-Por supuesto. En cinco minutos estoy, por favor, no hagas ninguna locura.
Reviví todas aquellas escenas como si fueran las de un tercero. Yuki estaba conmigo porque yo era el que compartía la carga de su pasado y era el único que lo aceptaba. Me encontré en la entrada con el auto de Ryo.
-¿Sabes dónde vive tu ex? Quiero que me lleves.
En el camino con apenas un poco más de tranquilidad me disculpé por mi exabrupto, y él apenas le dio más importancia de la que se merecía. Nos dirigimos a un complejo de apartamentos que eran de clase media, me molestaba que no estuviera peor de lo que creía. Yo no iba a tener otra oportunidad como ésta, me temblaba todo al saber que enfrentaría a la mujer que logró atrapar el corazón de Yuki. Con una sensación de aprehensión,  toqué el timbre por suerte Ryo se acercó a hablar por el intercomunicador.
- ¿Sí, quién es?
-Kumiko, soy Ryo ¿Puedes bajar un momento? Hay algunas cosas que te dejaste en mi casa y vine a dejarlas.
-Ya bajo.
Lo miré y asentí en agradecimiento, yo no había pensando en nada convincente. Antes de abrir la puerta de vidrio, ella frunció el ceño al vernos a ambos allí pero era orgullosa no se iba a girar y huir. Encuadró los hombros antes de abrir.
-¿Qué quieren?
-Hola ¿Cómo estás? Espero que estés teniendo una agradable noche.
Ella me miró con detenimiento, se arregló el pelo, como si estuviera evaluándome un momento y luego se diera cuenta que no valía la pena. Finalmente, se rió en mi cara.
-Estás aquí por Eiri ¿No es así? - Se hizo la que se sacaba una pelusa imaginaria de su musculosa que llevaba.- Supongo que te lo dijo.
-¿Hay alguna cosa que debería saber?
-Que estamos enamorados. -Su sonrisa de superioridad me enfermó de rabia.- Espero que no me guardes resentimiento por ésto y tal vez alguna vez podamos ser "amigas".
No medí la fuerza que utilicé para voltearle la cara, pero la vi tambalear lo suficiente para que Ryo con un grito intentara detener un segundo intento. Ella se recuperó rápido y me devolvió el golpe, con un desafío en su postura.
-¡No vuelvas a tocarme si no quieres que llame a la policía!
-Shuichi, vámonos.
-Suéltame ¿Qué mierda te pasa?- Grité mientras me revolvía entre sus brazos.-¡Lo hago por nosotros! ¿Vas a dejar que se salgan con la suya? ¿Por qué? - Me giré para enfrentarlo y lo empujé.- ¿También te vas  arrastrar por ella?
-¡¡¡Shuichi, contrólate!!!- Se acercó y en un tono más bajo agregó.- Estás dando una impresión lamentable.
Vi por el rabillo del ojo que Kumiko entraba corriendo al edificio e intenté ir tras ella pero Ryo me lo impidió.
- ¿Sigues enamorado de ella, eh? Responde ¿Cómo puedes hacerme ésto? ¿Qué mierda le vieron?
-Shuichi.- Dijo en voz baja pero me deshice de su agarre.- Basta, por favor.
-Eres como él. Tan estúpidos...
-Vamos Shuichi. -Luego de pensar un momento supe que me había pasado. Él la amó como a ninguna mujer en su vida.- Se terminó, te llevaré.
-No...déjame solo. Sólo déjame.- Caminé unos pasos y me giré, recordando algo.- ¿Puedes...prestarme algo de dinero?
Él me sonrió pero la tristeza inundaba su mirada aunque no me lo iba a reconocer.
-Lo siento, no quiero dejarte la peor impresión de mí.
-Estás teniendo una mala noche nada más.
Yo también debería sentir algo, pero ahora no había nada, ni siquiera lugar para la verguenza. Sacó unos cuantos billetes y me los dio, me dijo unas palabras que sonaron a alguna frase de un libro de autoayuda pero yo ya no prestaba atención y solo asentí varías veces de forma ausente. Intenté aferrarme a los recuerdos felices, a aquellos en los que sentí que era la única persona cercana a Yuki. A intentar encontrar el momento en que todo comenzó a cambiar ¿Alguna vez fuímos solo dos? Sentía que mis sentidos estaban más sensibles, un escalofrío me recorrío ¿Cómo se había transformado en ésto?
-Estoy cansado.
Me tiré en el suelo cerca de un río artificial. Compré una botella de alcohol y me robé un frasco de sedantes que yo sabía que se vendían bajo receta de una tienda. Un crimen menor se sumaba a mi vida. Comencé a beber para adormecer los sentidos ¿Para qué esforzarse? ¿Quién inventó eso de que con esfuerzo se logra todo? Hay cosas que nunca vas a poder tener. Poco a poco sentí mi boca pastosa, era asquerosa la bebida pero ya no importaba nada, si ya no lo sentía...saqué mi celular y llamé a Yuki.
-Shuichi ¿Sabes la hora que es? Estoy llamándote desde hace rato ¿Por qué no atendías?
-Shhh...Por favor Yuki. Solo escucha. Te mentí...te dije que no me importaba, pero sí me importa.
-¿Shuichi, dónde estás? ¿Estás borracho?
-¿Me estás escuchando Yuki? -Lo escuché tomar aire bruscamente.
-¿Sabes lo preocupado que estuve todo éste tiempo y solo estás borracho? ¿Eres idiota? ¡Vuelve ahora mismo!
-No grites. Estoy intentando decirte algo importante aquí. Vamos a jugar...
-¡No puedo creer que seas tan idiota!¡ Voy a colgar!
-Vamos a jugar a las escondidas si me encuentras antes del amanecer voy a volver, si no...no lo haré. Tienes poco más de una hora. Apúrate.
Colgué y volví hasta el edificio que compartía con Yuki y subí hasta azotea. En el camino me encontré con una vecinita que teníamos, no pasaba de los quince años de edad pero aún así era más alta que yo y su mirada hacía mí nunca era agradable. Me senté en el suelo y comencé a pensar en todas aquellas personas que estaban ansiosas de atención de Yuki tal como mi vecinita. Mucha de esas personas siempre desearon que yo fallara en mi relación, siempre atentas a que yo cometiera un error...
Conté sesenta pastillas en total y media botella de lo que ahora sabía era vodka...y esperé...y esperé...
Canté una melodía triste, sin ritmo...una canción que nadie conocería jamás. Mi despedida, mi trágico final en el que, él nunca llegó. Tomé mi celular, miré la hora y lo llamé. Cuando saludó su voz era adormilada.
-¿Estabas durmiendo?
-De ésta forma no se van a solucionar las cosas. Deja de jugar y vuelve.
-No me encontraste. Ni siquiera me buscaste. -Comencé a llorar.-Todo lo que tenías que hacer era preguntarme dónde estaba y te lo hubiera dicho.-No pude evitar que se me quebrara la voz.- Escúchame bien, te amo Uesugui Eiri.
Escuché mi nombre en un tono alarmado pero igualmente colgué. Agarré un puñado de pastillas y me las metí en la boca, me atraganté un poco, tosí algunas que se desparramaron por el suelo. Tomé un poco de alcohol y nuevamente tragué aquellas que estaban en el suelo. Aguanté lo mejor que pude las arcadas mientras tragaba, hasta que mi cuerpo se sentía caliente, transpiraba, lloraba, tosía...todo a la vez y perdí el conocimiento...


Cuando desperté fue porque el sol me daba de pleno en la cara y me dolía la cabeza. Al comienzo no entendía nada de lo que había pasado, pero mirando a mi alrededor me invadió el olor a vómito y noté una cantidad importante de pastillas en medio del vómito. Me reí como un loco ante el pensamiento de lo inútil que era como para suicidarme y fallar en el intento. Caminé hasta una canilla que estaba debajo de los tanques de agua que abastecían al edificio, entre tambaleos me lavé la cara, el olor era asqueroso. Mi celular estaba al 30% de energía y mandé un mensaje.
-"Charly ¿Puedo quedarme en tu casa?"
                                                             -   "Sí, no hay problema ¿Está todo bien?"
- "Luego te cuento."
Me tapé con la capucha de la campera hasta que aparecí en la puerta. Ella gimió de sorpresa al ver mi aspecto pero casi  de inmediato me hizo pasar con un asentimiento grave. No puedo explicar lo que pasó en aquél momento, pero cuando la puerta se cerró supe que Shindou Shuichi había muerto a la orilla de un río porque el resto no lo recordaba bien. Todo el daño que había recibido de Yuki había logrado su cometido. Me sentía insensible, atontado e invadido de una furia pasiva. Como si sintiera que tuviera que vengar a alguien que no era yo.
El tiempo no se iba a detener, nunca lo hizo antes, nadie iba a esperar hasta que yo me recuperara. Pensé que perdí todo pero, en realidad, solo había perdido a Yuki.
- ¿Qué estás haciendo?
-Tenemos que ir a trabajar.
-Puedes pedirte el día. No estás bien.
-Estoy bien. -Intenté ofrecerle la sonrisa más tranquilizadora que tenía.-Ahora, estoy bien.
-No vas a volver con él ¿Cierto?
-Tengo que hacerlo. Tengo que volver.
Ella corrió y me abrazó, lloró en mi pecho.
-¿Por qué? No tienes que hacerlo, no tienes que volver. Me dijiste que lo que yo sentía no era algo real, que cuando te conociera yo me iba a olvidar de ésto ¡Pero hace dos malditos años que sigo enamorada de ti y no cambio nada!
-No actúes así Charly... la Charly que conozco no es así de sentimental.
-¿Crees que no tengo sentimientosí? Sí los tengo y tengo mucha verguenza pero ¿Qué puedo hacer si la persona que amo no me ve?¿Crees que no conozco los efectos de las drogas? ¡No puedo verte así! ¡No puedo ver cómo te destruyes!- Me miró con ojos irritados y mejillas enrojecidas.- Si hubiera sabido lo que él te hacía, yo no se la hubiera dejado tan fácil.
Llegamos a trabajar juntos, poco me importó las miradas indiscretas. No podía darme el lujo de desaparecer, no faltaba mucho para comenzar la gira. Por primera vez pensé en la bendición que podría significar estar lejos de él, me iba a enfocar solamente en mi carrera...porque si no lo hacía de esa forma no sabía lo que yo podría llegar a hacer. Cuando salí del trabajo llevando un estuche con una guitarra, me sorprendí que no hubiera pasado nada en todas esas horas que viví en otro mundo, el cielo no se cayó, nadie me esperaba para acusarme de algo. Charly me golpeó en un costado para sacarme de mi ensoñamiento.
-¿Vendrás a mi casa?
-No. Quiero dejar las cosas en claro ahora, antes de que me vaya. -Le di la guitarra que le pertenecía.
-Como quieras, no vemos mañana.
-Nos vemos.
Estoy más que seguro que ella quería saber pero como siempre refrenó a su instinto. La vi alejarse hasta que solo vi su silueta y pensé que su caminar y postura se podían distinguir a distancia. Su espalda recta, su paso acompasado pero seguro. "Parece una rockstar", pensé. No podía ayudarla, la grieta de debilidad que había mostrado antes se había cerrado. Sé que detrás de su belleza ella guarda algo muy doloroso de confesar. No era difícil ver que no confiaba demasiado en nadie, no consideraba amigas a ninguna de las integrantes de Crimsom Spiders y en más de una ocasión se las escuchó discutir. Sé que está teniendo problemas con sus compañeras de trabajo, no se siente en su lugar, mira todo a la distancia. Su expresión es severa la mayor parte del tiempo y odia disimular.
No tenía idea de qué hacer, quise pensar en el camino pero nada vino a mi cabeza. Todavía necesitaba dormir de tal forma que no despertara hasta un día después, creo que eso me mantenía como un mar en calma. Toqué el portero.
-¿Quién es?
-Yuki soy yo, abre. -Dije con voz cansina.- Me dejé las llaves.
Comimos en silencio, ambos sabíamos que lo prudente era no hablar. Hasta que él tuvo que abrir la boca.
-Pensé que no vendrías.
-Casi no lo hago.- Contesté con la comida todavía en la boca, dándole a entender que no debía hablarme. Yo estaba demasiado enojado.
-No lo hiciste ¿Verdad?- Me miró con algo de remordimiento.- No intentaste hacerlo.
Golpeé la mesa tan fuerte que algunos cubiertos cayeron de la mesa.
-¿Podemos hablar de ésto cuando termine de comer? No, mejor, hablemos después que duerma algo.
Me desperté totalmente desorientado. No había amanecido pero la saliva seca en mi boca me dijo que había caído como un peso muerto al tocar la almohada. Yuki no estaba a mi lado, pero ciertos ruidos que provenían del cuarto de al lado me dijeron que estaba en su estudio.
No quería verlo, me daba cierta verguenza que me preguntara acerca de lo que había pasado. Comencé a preparar mi maleta en medio de una sensación angustiosa, en medio de la oscuridad como si fuera un ladrón. Cuando terminé dejé todo oculto en el armario. Salí hacía el trabajo y no me despedí, no lo vi, tampoco cuando llegué tarde en la noche.
A la mañana siguiente a las cuatro de la madrugada, me levanté y saqué las cosas del armario. Pensé por un segundo irme en silencio pero no podía hacerlo de aquella forma. Lo miré dormir en la oscuridad, no volvería a verlo hasta dentro de mucho tiempo. Era mucho tiempo para estar lejos, tal vez no sobreviviéramos a la distancia. Ésta era una prueba para los dos.
-Yuki.-Lo llamé sacudiendo su hombro.
-¿Qué pasa Shuichi?
-Me voy.
El frunció el ceño, tomó los lentes de su mesada y me miró.
-¿Adónde vas?
-Hoy empieza la gira Yuki.
-¿Qué? -Su rostro era de desconcierto, lo vi mirar su celular y luego mirarme, como si se hubiera saltado el tiempo.- No, todavía no. Todavía no hablamos...
Y yo no quería hablar, tenía miedo a que me volviera a decir que amaba a Kumiko, que me dijera que me iba a dejar o que me preguntara si había intentado suicidarme. Intenté esconder todos mis miedos cuando respondí.
-No tengo tiempo. Los chicos están abajo.
-Te puedo llevar al aeropuerto.
-La charla puede esperar.- Me miró algo alarmado y me sostuvo el brazo. Lo miré con una profunda tristeza que me fue imposible de ocultar.- Creo que ésto es lo mejor, vamos a darnos un tiempo.
-No.-Respondió con firmeza.-Tú no quieres hacer ésto y yo tampoco lo quiero.
-Ésto es lo mejor.
-¿Para quién? Shuichi, si estás a punto de llorar.
-Para nosotros. Creo que tienes que pensar lo que quieres, yo no quiero seguir así.
-¿Y entonces, qué es lo que pretendes diciéndome ésto? ¿Quieres que te espere más de un año para demostrarte algo?
-No. No quiero pedirte que me esperes. Quiero que hagamos una pausa, quiero que pienses en lo que tenemos y que veas si es lo que quieres. Quiero que me extrañes...pero no creo que estando uno en frente del otro lo consigamos.
-Nada va a cambiar...¿Por qué estás haciendo ésto?
-¿De qué hablas? Yo no estoy tan seguro de que nada cambie...
Reconozco internamente que él nunca me miró como lo hacía con ella, nunca me sonrió de esa forma. Hay un abismo entre lo que demuestra ser con Kumiko a lo que es conmigo.
-No quiero pensar en si me estás siendo fiel o no mientras no estoy. No sé bien cómo tratar con mi celos, no quiero pensarlo o preocuparme por algo por lo que no puedo hacer nada.
-¿Puedo llamarte?
-Puedes hacerlo, puedes escribirme aunque puede que tarde en responder.
Me solté de su agarre y junté nuestras frentes.
-Nos volveremos a ver. Por cierto, feliz cumpleaños Yuki.
Yo sabía que tal vez estaba cometiendo un error fatal al dejarle el camino libre con Kumiko pero yo no iba a tener tiempo de ocuparme de vigilar a mi pareja a tantos kilómetros de distancia. Esperaba que recapacitara sobre lo que decía sentir, que tal vez el extrañarme hiciera que se diera cuenta de que sentía algo por mí. No siempre lo que decimos y lo que queremos decir, es lo mismo. Lo que realmente quiero es que vea que ella no es lo que él quiere.
-Por favor que no esté enamorado de ella.







Notas finales:

FELIZ CUMPLEAÑOS YUKI EIRI!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).