Pov Sajin
En el momento exacto que respondí a su pregunta escuche un jadeo de su parte, sus manos temblorosas apretaban las sabanas con tal fuerza que sus nudillos estaban blancos, de repente pequeñas gotas comenzaron a manchar las sabanas y tuve que levantar su rostro para verlo de frente, podía oler la sal en sus lagrimas y solo ver su cuerpo temblar así apretaba mi corazón.
Esta bien.. todo esta bien Shuuhei.. -el me miro sorprendido de que supiera su nombre y sonreí limpiando su carita con mis dedos- el consejo de ancianos me envió a buscarte.. recibieron un informe anónimo con fotos y grabaciones de tu ubicación y como eras tratado por tu padre y ahora por Tosen.
En su rostro podía ver la incredulidad de lo que le decía y sonreí- tienes alguien que te ama mucho para hacer lo que hiso. Solo acéptalo Shuuhei.. acéptalo y disfruta de tu nueva libertad.
El asintió coloreándose un poco y bajando nuevamente la cabeza, justo iba a decirle algo cuando la puerta fue abierta y Nelliel entro sujetando una bandeja en sus manos, ella era tan Alfa como todos nosotros, mi hermana adoptiva, decidió quedarse con nosotros alegando que tantos hombres juntos no sabrían que hacer en una casa sin omegas alrededor- Gracias por traer el almuerzo Nell.
Ella sonrió mirando a Shuuhei que no despegaba los ojos de ella- Shuuhei.. ella es Nelliel.. mi hermana. Se encarga que todas las cosas estén en orden por aquí, pero no te engañes.. ella es mi segundo al mando, y entrena a varios de los novatos en la manada.
Había sentido una necesidad imperiosa de hacerle saber que no estaba comprometido con ella y no entendía porque, mire hacia afuera y me levante- te dejare para que almuerces.. dentro de poco vendré a verte para llevarte al jardín si te sientes bien.. cualquier cosa puedes llamar a Nelliel y ella vendrá a verme.
Salí de la habitación incluso antes que mi hermana la abandonara y suspire agitado, me fui directo a mi habitación y cerré la puerta con seguro sentándome en la cama.
Mi mano se estiro por inercia tomando el cuadro que estaba sobre la mesa de noche, ya no reconocía a las dos personas dentro de la foto por todo el polvo acumulado sobre el vidrio.
Lo limpie con el dorso de mi mano dejando ver una cara sonriente, ojos alegres, mejillas sonrojadas, hermoso cabello rojo, 2 pares de manos protegiendo tiernamente un vientre abultado y detrás de él, estaba yo.
Shinobu Eishima… mi Omega, el padre de mi hijo.
Pov Shuuhei
Sentía mi calor cerca, no quería salir sin cuidado, podría ser muy peligroso con una casa llena de alfas.
Nelliel me hacia compañía y me hablo de todos los hombres que vivían en esta casa, todos alfas solitarios, algunos con pasados mas oscuros que otros, todos bajo el juramento de proteger al mundo paranormal.
Según lo que ella me dijo incluso había un dragón en la manada.
Siempre pensé que los lobos eran los únicos shifters, claro que escondido como vivía jamás iba a enterarme de muchas cosas, aunque según ella los dragones se pensaban extintos hasta que Hyo llego al consejo de ancianos, y aun así se creía que era el ultimo dragón vivo en el mundo ya que el informo que toda su manada fue masacrada a manos de un aquelarre de vampiros. Aun no conocía a los demás y supe por boca de Nell que Sajin había dado ordenes de que ningún alfa podía estar cerca de mi mientras aun no pasaba mi celo.
Sajin nunca llego para mi paseo pero no dije nada, como podría enojarme con quienes me abrieron las puertas de su casa, suspire y solo me recosté en la cama cerrando mis ojos y cayendo en un sueño tranquilo.
Pov Sajin
Falte a mi promesa del paseo, no porque quisiera, si no por que el deber llamaba, las alarmas sonaron indicando que había un intruso en el área.
Luego de tanto tiempo sin recordar mi pasado necesitaba una distracción fuerte para liberarme.
Me acercaba a la casa luego de haberle dado persecución y muerte al vampiro rebelde que rondaba nuestras tierras cuando comencé a sentir un cosquilleo en mi columna y nariz.
Un olor sutil comenzaba a impregnar toda el área, no sabia que era hasta que sentí a los chicos llegar junto a mi y soltar todos un gruñido.
¡Maldición! -grité en voz alta antes de voltearme y tomar al primero de ellos que se lanzaba contra la puerta y bloquearlo contra el suelo- Lárguense de aquí! ¡No me obliguen a acabar con todos ustedes en este momento! ¡Quien intente poner las manos sobre ese omega las perderá en el instante!
Gracias a los Dioses el olor no era tan fuerte aquí, ellos reaccionaron ante mi voz de mando, me levante de sobre el cuerpo de Zaraki quien solo gruño volviendo a su forma lobo y salió corriendo hacia el bosque mientras aullaba con rabia.
Odiaba hacerle eso a mis hombres pero solo sobre mi cadáver lastimarían de alguna forma a Shuuhei.
A medida que me acercaba a la casa el olor era mas penetrante, mataría a Kisuke por esto, el juro que aun faltaban 2 días para que el celo llegara y no le suministró ningún supresor, ahora que se había ido seria mas difícil darle medicación al chico.
Entre a la casa y mis sentidos se sentían embotados, escuche un jadeo me sorprendí de ver a Nelliel sujetándose del marco de la puerta de la cocina para evitar subir a la habitación, la tomé ayudándola a salir y dejando que escapara junto a los demás.
Volví dentro y a medida que subía hacia la habitación mis sentidos se nublaban, podía sentir toda mi piel cosquillear, este celo era incluso mas fuerte que los de Shinobu.
Mi pene palpitaba y mis testículos estaban apretados contra mi cuerpo, el roce del pantalón sobre mi glande era doloroso, baje la mano a mi entrepierna dándole un apretón para calmar la sensación y sentí la humedad sobrepasando la tela de mis jeans.
Entre a la habitación escuchando los sonidos que hacia Shuuhei, mi visión nocturna me permitió verlo en la cama con sus pantalones a medio muslo y con una mano en su entrada y la otra sobre su pene, las sabanas estaban empapadas de su celo.
Solté un jadeo ahogado cuando olas de su olor golpearon mis fosas nasales y mi pene dio un tirón derramándose sobre mis pantalones, hacia años no me corría como un adolecente.
Gruñí llegando a la cama y sujetándolo por las manos contra ella, mi rodilla abrió camino entre sus piernas para luego hacerme espacio entre ellas y presionar mi dureza contra su cuerpo.
El jadeaba todo sonrojado y fuera de si mientras yo dejaba mi nariz viajar por la curvatura de su cuello.
Comencé a moler nuestros cuerpos juntos mientras la ropa iba desapareciendo.
Solo necesitaba un poco.. solo entrar un poco en esa dulce humedad que salía de su ya dilatada entrada, todo era bruma y ese olor a néctar de los dioses llenando mi ser.
Hasta que escuche como el jadeaba de dolor y todo se disipo.
Cuando abrí mis ojos jadee haciéndome hacia atrás, mi falo había estado a punto de pasar su entrada, gruñí tomando todo el control que quedaba en mi mientras lo levantaba en mis brazos y lo metía al baño.
El jadeaba restregando sus piernas juntas mientras nos acomode dentro de la ducha para dejar abierta la llave del agua fría dejando que nos bañara.
Su cuerpo se contorsionaba deliciosamente con el mío, el estaba sentado sobre mis piernas haciendo que mi falo aun erecto quedara apresado entre sus glúteos redondos, ese perfecto y lleno trasero como burbuja, sentía mis encías picar; no pude evitarlo, mucho menos al ver su nuca tan cerca de mi alcance.
Sentí un dolor lacerante en el dorso de mi mano y abrí mis ojos; ¿Cuándo los había cerrado?.
En lugar de morder su nuca había logrado morder mi propia mano, suspire aliviado mientras el agua lavaba el olor de su cuerpo, así el celo no se sentía tan poderoso, Shuuhei ya no jadeaba y estaba recostado acurrucado contra mi cuerpo, oí un leve ronquido y no pude evitar reírme ante la situación.
¿Seria que el confiaba tanto en mi para dormirse en una situación así?.
Confías en mi más de lo necesario Shuuhei…. No soy tan confiable como parezco -acaricie su mejilla mientras le susurraba esas palabras y cerraba mis ojos viendo el cuerpo sin vida de Shinobu entre mis brazos.