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Aléjate de mí, amor. por Adri6

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Son detalles, pequeños detalles. Los mejores que he visto en mi vida. Sus ojos asesinos, su cabello negro brillante, su piel transparente y el sudor que la recorre cuando corre. Su boca maliciosa y su voz que puede sentenciarme a muerte. Sus manos perfectas, su rostro serio, tan serio que da miedo, pero al mismo tiempo te seduce. Detalles, él es un conjunto de detalles perfectos, pero… le he roto el labio y lo hice sangrar. Reconozco que no reaccione bien, lo sé, exagere, pero no pude soportar sus manos en mis piernas, me asuste, lo golpee y ahora estoy afuera de la oficina del director. Me sudan las manos, apenas puedo respirar, ¿es porque espero mi castigo o es la culpa por herirle?

Mis antecedentes pesan, lo dice gritando, no debería estar así de enojado a su edad, no es bueno para su corazón. La oficina es pequeña, su escritorio lleno de papeles, sus manos sostienen mi expediente, apenas puedo ver mi fotografía mientras lo agita entre sus manos, pero siento el suelo temblar a mis pies, cuando el expediente de Rukawa queda frente a mi. Sus ojos mordaces me miran, su boca casi expresa una sonrisa engreída, no me importa esto, pienso, pero el recuerdo de su sangre en mis manos, hace que me sienta culpable, por eso me comprometo en pedir disculpas públicas, frente a todos. El aliento se detiene en mi boca a la idea de verle, de ver lo que cause en él. Me odia, me odiara aún más. Para cuando salgo de la oficina, no queda nadie más aquí, solo estoy yo y mi vida arruinada en el pasillo.

Llego a casa, justo a tiempo para estar a salvo de la lluvia. El sonido es reconfortante, pero la oscuridad sin luz es aterradora. Nunca me gusto sentirme solo cuando en verdad lo estoy. Soy como el sol en el verano, radiante pero que debe ocultarse siempre por unas horas, me apago cuando debo reconocer mis preferencias… mi amor por él. Esta mal, lo sé, está mal. Lo resisto con todas mis fuerzas y ya no sé qué más puedo hacer.



Disculpas públicas.

Nada formal, solo debo decir “lo siento”, debo decirlo frente a unas cuantas personas y ya. Caminar hacia mi sentencia es difícil. Ya he lavado mi rostro dos veces con agua fría. Mire la hora cien veces. Practique mentalmente, estaba listo, pero él… él.

“No necesito tus disculpas, porque yo provoque tu reacción”

“¿Qué hiciste exactamente para ser golpeado?” –Le preguntan y él no dice la verdad, tan solo se encoge de hombros y protege sus manos en los bolsillos de su pantalón.

“No perderé mi tiempo con ustedes, siguen siendo niños… deberían madurar ya” –Murmura enojado el director. Algunos profesores nos miran con indiferencia, acostumbrados a que seamos los peores de todos los alumnos.

Pero yo me quedo de pie, mirándole y suplicándole que… no sé qué pensar, no quiero esto, no de él. Esto es serio, son cosas de adultos que no quiero en mi vida, él no será mi persona especial, no lo será. No voy a permitir que esto siga, que crezca, que se haga más fuerte. Su labio inferior tiene mi cicatriz, yo cause eso, pero no hice nada para merecer un beso, no puedo creer que me siguiera al baño y me besara. Mis manos frenéticas intentaban matarle, romperle la cara, pero él estaba tan tranquilo, seguro de lo que estaba haciendo que me asusto al darme cuenta de que él… también.



Clases perdidas.

Escape, no me enorgullece, pero hui. Me dolía el pecho de lo fuerte que latía mi corazón, tengo que irme lejos, eso es lo más sensato, pero en mi condición de menor de edad, solo pude encerrarme en un pequeño cuarto donde guardan los artículos de limpieza. El tiempo pasó, pude sentirlo en el hambre que gruño en mi estomago o en las ganas de ir al baño. El aburrimiento después del cansancio de tanto contar las baldosas en el suelo. Rukawa es lo peor, me duele lo que provoca en mi. No me deja vivir, no me deja morir, arruina todo y al mismo tiempo, lo arregla todo. Esto no es amor, no, es… cuando es joven, uno experimenta, esos nos dijeron, las hormonas son traicioneras, nos vuelven volátiles, propensos a manosearnos y manosear a alguien más. Eso nos dijeron, pero no hablaron nada sobre que un chico le guste otro chico. No entiendo nada, no estoy enfermo, no quiero estar enfermo. Rukawa no debería… no debería sentir… somos niños… no sabemos lo que estamos haciendo.



Noche.

Quisiera dormir, soñar un poco y estar listo para mañana, pero resulta que mañana no iré a ningún lado. Necesito desconectarme, pensar las cosas en busca de alguna solución, pero en lo único que pienso es en su boca, en la forma tan dominante de controlarme. Es un bastardo maldito. Tengo que obligarme a tomar un baño con agua fría, no caeré en la tentación de tocarme pensando en él.




Pesadilla.

La puerta está abierta lo cual significa que alguien entro en mi casa. Me preocuparía si tuviera cosas de valor o si yo tuviera algún valor. Preferiría mil veces a un asesino que lo que encontré en mi sala, no es posible que esté aquí, con un ramo de flores entre sus manos, mirándome con aparente indiferencia, pero le conozco bien, el maldito se está divirtiendo.

“Te fuiste, así que tuve que buscarte” –Murmura, mirando a su alrededor con interés— “Hoy es San Valentín… se supone que debo hacer algo romántico, por eso no deje que te humillaras, por eso te bese”

“¿Esto te parece romántico?”

“Somos adolescente… hacemos locuras… que me ames te vuelve loco, lo mismo me pasa a mi”

Un escalofrío recorrió mi espalda, que verbalice el problema lo hace real. Estoy angustiado, angustiado y congelado por bañarme con agua fría, peor con la maldita puerta abierta. Respire profundo y cerré la puerta, afuera estaba lloviendo, mucho viento, mucho frío. Apreté con fuerza mis manos, esta bien, puedo con esto, puedo aplicar lo poco que tengo de psicología.

“Tengo antecedentes familiares de esquizofrenia” –Le mire-- “Ya sabes, graves problemas de delirios… los medicamentos no funcionan. Por eso tengo mal carácter, soy agresivo…”

Por primera vez, lo escuché reírse, una risa sincera, una risa divertida. Por primera vez veo algo, que de seguro esconde recelosamente. Tengo ganas de llorar, no es muy masculino, pero tengo ganas de llorar. No soy muy listo, repruebo mis materias y reprobare esto, también.

“Eres torpe” –Se acerca extendiendo las flores— “Eres estúpido, infantil, rencoroso… pero eres leal, defiendes lo que quieres, inocente tan inocente que tu mirada brilla cuando estás por hacer algo que te gusta. Eres mi tipo, no te dejas intimidar por mi apariencia, no te doblegas cuando te molesto, eres fuerte a mi forma de ser, eres… el chico torpe del que me enamore… no es fácil decir esto, pero… feliz San Valentín” –Me entrega las flores, se acerca lo suficiente para darme un beso en la mejilla, causando que igual que antes, le rompa el labio con un certero golpe.

“Si haces eso otra vez, te matare” –Dije mirándole seriamente

“Estas asustado” –Responde limpiándose la sangre— “Pase la mitad del año, reflexionando en esto, en lo que pasa entre nosotros” –Retrocede unos pasos y mira de nuevo a su alrededor. Sonríe cuando encuentra unas fotografías de mí, de pequeño. –“No me importa que seas un chico”

“A mi me importa que tengas lo mismo que yo, entre las piernas”

“Eres directo” –Murmura fijando sus ojos azules en mi

“Me conoces lo suficiente para saber, que no aceptaré esto. Primero muerto”

“Lo sé” –Se recuesta en un sillón, acomodándose para dormir— “Pon las flores en agua. Mañana no irás a la escuela así que iremos a mi casa. Es bueno que conozcas a mis padres, te agradaran. Mi madre hará unas deliciosas galletas y mi padre, te hablará sobre historia. La pasaremos bien… por cierto, tengo evidencia de agresión física de tu parte, así que no te conviene que el director se entere… ve a dormir, mañana nos levantaremos temprano.

Notas finales:

Gracias por leer!!

Besos!!


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