Hashtag: #SchoolIdolFestival
Pareja: Linny
Todo eso pintaba a locura.
Todo había empezado con un emotivo discurso por parte de McGonagall, quien ahora era directora de Hogwarts, al inicio de curso. Eso no había sido raro, porque el mundo mágico había terminado una guerra hacía poco tiempo, y la gente aún estaba reconstruyéndose. Que apelase a la unión de las cuatro casa tampoco había sonado como un disparate, porque eso había sido algo que siempre había estado presente pero que nunca se había llevado a cabo a la hora de la práctica.
El quid de la cuestión estaba en que la directora les había pedido ayuda a varios miembros de cada casa, con la finalidad de formar por fin una escuela consagrada y unida. Entonces, Charlotte Clarke, una alumna de Hufflepuff que era un año menor que ella, había sugerido que podrían hacer un concurso musical, donde participasen todos los alumnos. A la antigua profesora de Trasformaciones le había parecido buena idea, y había puesto como regla principal que los grupos de alumnos que se presentasen al concurso debían estar compuestos por al menos tres casas diferentes.
A Ginny le había parecido divertido al principio, así que había cogido a Romilda Vane, y a Natalie McDonald de su propia casa, a Mandy Brocklehurst de Ravenclaw, y a Susan Bones de Hufflepuff y habían decidido formar un grupo para poder participar.
Luego todo se había vuelto tedioso.
Habían discutido sobre la canción que iban a interpretar, sobre el nombre de su grupo, sobre la ropa que iban a usar y sobre la coreografía.
— Podríamos llamarnos "Cuties" —sugirió Romilda. Ginny estuvo a punto de darle un zapatillazo.
— Eso es nombre de hamster.
— Propón tú uno entonces.
La pelirroja lo pensó durante un momento y al final se encogió de hombros.
— ¿Qué tal W.A.L.L? —cuestionó.
— ¿W.A.L.L?
— We Are Love Live —explicó, ganándose un asentimiento por parte de Natalie y Mandy.
— A mi me gusta —opinó Susan.
Romilda no dijo nada, pero terminó por resignarse.
Una vez que dejaron de discutir, todo había sido divertido de nuevo.
Se lo había pasado bien, y su competitividad había hecho que ella y sus amigas se esforzasen al máximo. Sobretodo cuando el grupito de Astoria Greengrass se había metido con ellas, diciéndoles que no tenían ninguna posibilidad de ganar el concurso. A pesar de esa soterrada rivalidad, debía admitir que el plan de la directora había funcionado, porque el ambiente en la competición era relajado.
Unos meses después, una docena de grupos se encontraban en le gran salón. Los profesores habían eliminado las mesas para la ocasión, y habían trasformado un gran escenario. Todos los alumnos que no participasen en el concurso se encontraban como público.
— ¿Habéis visto a Pansy Parkinson? —murmuró Romilda.
Ginny alzo su mirada hacia la susodicha, fijándose en que su grupo, que también era el de Astoria, habían trasformado su uniforme escolar. Su camisa blanca se trasparentaba, dejando ver su sostén por debajo, su falda se había acortado y apenas cubría sus piernas, y llevaban unas medias de encaje del mismo color que la camisa. Vio cómo McGonagall se escandalizaba al verlas, lo que no era para menos.
— Alguien debería decirles que todavía estamos en invierno.
— ¡Y con todos ustedes: W.A.L.L!
Su grupo subió al escenario, ganándose cientos de aplausos y vítores. Al principio se esforzó por hacerlo todo perfecto, pero a mitad de la actuación se dio cuenta de que lo importante era disfrutar del momento, más que ganar el concurso, así que se dispuso divertirse más que nada.
Cuando terminó, su respiración era temblorosa y la adrenalina mantuvo su corazón latiendo rápido. Las chicas se abrazaron contentas, satisfechas por la actuación que habían hecho.
— ¡Y la siguiente es Luna Lovegood!
Ginny se apartó de sus amigas en cuando escuchó el nombre de la rubia. Salió de la zona donde estaban los participantes, para dirigirse a uno de los lados donde estaba el público.
Luna llevaba una túnica de inspiración japonesa, de color blanco con flores de cerezo estampadas en ella. Su cabello rubio y largo caía en bucles sobre su espalda y había pequeñas flores blancas entrelazadas en él. Ella empezó a dar vueltas sobre el escenario. Al principio no parecían tener mucho sentido, pero pronto se formo un patrón de danza grácil y sutil. Luna mantenía los ojos cerrados mientras lo hacía, y una pequeña sonrisa enmarcaba su boca.
La respiración de Ginny se había sosegado, pero su corazón aún seguía latiendo a una velocidad alarmante. Sentía que ella misma sonreía mientras la miraba.
La música sonaba de manera cándida y tranquila y Luna daba vueltas, y vueltas, con las pliegues de su túnica danzando, su expresión calmada y sus movimientos volátiles. Parecía etérea. Ginny no podía parar de observarla, no podía despegar su mirada de ella ni un solo instante.
Cuando la canción terminó, y la rubia detuvo sus movimientos, el publico se quedo en silencio durante un instante, para luego empezar a aplaudir con fuerza.
McGonagall anunció al ganador, que resultaron ser un grupo de chicas formado por Hufflepuff principalmente. A Ginny eso no podía importarle menos, no cuando Luna se había acercado a ella, para sonreirle de esa manera delicada y ligera.
— Estás muy guapa —le dijo la rubia, con sus ojos grises y soñadores.
Ella pensó que era Luna la que estaba preciosa.
Ginny en cambio... Ella solo estaba enamorada.