Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El juego de la muerte HIATUS por Princesa de los Saiyajin

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

AVISO


Sólo quería recordarles que este fanfic está disponible en Wattpad y AO3.

Esto lo menciono porque, ante los rumores del posible cierre de esta plataforma, quisiera que supieran que tengo respaldados todos mis fics en otras plataformas. Si se llegasen a perder aquí, pueden ir a buscarme allá.

 

Capítulo 03

Nuevas posibilidades

 

 

¿Mgh? Tengo sed—abrió lento los ojos, distinguiendo entre la oscuridad de la habitación la lámpara del escritorio encendida. Parpadeó un poco, incorporándose y mirando a la persona que estaba sentada en la silla anotando cosas en la libreta—. Es cierto, pasamos la noche juntos—el pelinegro, al notar su movimiento, alzó la mirada—. ¿Qué hora es?

     —La hora del desayuno—cerró la libreta y la posó sobre el escritorio—. Me adelantaré.

     Y, cuando Goku se levantó a encender la luz principal, el Saiyan apagó la lámpara. Tan solo la habitación se iluminó, el mayor salió, ya sin mirar al Son. Goku vio por instinto hacia su mesita de noche, notando que ahí estaban sus llaves, por lo que cerró la puerta con seguro desde adentro.

     Se recargó en la puerta y se fue deslizando lentamente por esta hasta llegar al suelo. Se encogió en ese lugar, abrazando sus piernas y ocultando su rostro en sus rodillas. En ese instante volvió a su mente la imagen vívida de los adolescentes que habían sido asesinados el día anterior. Tragó saliva al recordar el cuerpo despedazado de Yamcha, y el rostro desfigurado de quien era su mejor amiga.

     Se levantó tras limpiar las lagrimillas que salieron y fue al baño para tomar una ducha rápida. Se llevó una gran sorpresa al ver que estaba en perfecto orden la perilla, sin señales del forcejeo que se había desencadenado la noche de la tragedia. Claro, todavía con ese pequeño imperfecto donde tenía que levantar un poco para que cediera.

     Era impresionante cómo aquella habitación, donde la muerte había hecho presencia con una escena sangrienta y aborrecedora, ahora estaba en excelentes condiciones, como si no hubiera ocurrido aquel incidente.

     —Lo peor es que ni siquiera nos dejaron despedirnos de ella con una sepultura—pensó, ya que durante la finalización del juicio se había hecho la limpieza y el cuerpo había sido desaparecido junto con todas las evidencias de este—. ¿Será que son más robots los que hicieron la limpieza mientras estuvimos todos abajo? Después de todo, cuando Vegetto atacó al primero, ese explotó, y al instante apareció uno nuevo. Quizá son varios y todos son los que hacen eso. Pero ¿quién los controlará?

     Terminó de asearse, se vistió y salió del baño. Miró su cama, donde todavía estaba un poco marcada la sábana con las figuras de ambos. Sus mejillas se sonrojaron al recordar cómo había pedido que le permitiera dormir más cerca de él. El Son se acercó sólo para tender su cama, para sentarse en su orilla.

     —Si Vegeta quisiera graduarse, habría hecho algo esta noche, ¿no? Pudo haberlo hecho, salido y cerrado con seguro desde afuera. Cualquiera habría creído que yo prefería encerrarme—miró hacia su escritorio. Se acercó y alzó la libretita, donde estaba el dibujo de una rosa—. Supongo que estaba aburrido. Aunque…—miró hacia la mesita, donde seguían sus llaves—. ¿Será que se esperó a que despertara, para poder salir y que yo pudiera cerrar bien por dentro y evitar un nuevo incidente?

     Decidió no seguir pensándolo y salió de su habitación, yendo directamente a la cocina. Se sintió un poco tranquilo al ver a su hermano y a su primo, ya que le brindaba esa calma de que ese par de seres queridos estaban bien.

     —Buenos días, Goku—saludó la pelinegra. Goku volteó a verla y correspondió su sonrisa.

     —Buenos días, Milk—olfateó un poco a su alrededor—. ¿Tú cocinaste? Huele delicioso.

     —Quise hacer un desayuno para todos. Para animarnos un poco—el Son sonrió.

     —Muchas gracias por tu esfuerzo.

     Mientras los otros adolescentes llegaban al comedor, comenzaron a degustar aquel platillo que la azabache se había esmerado en preparar. Era impresionante cómo, en cuestión de una hora, había podido terminar aquella exquisitez. Aunque, no era imposible, después de todo ella era la Súper Chef de preparatoria.

     —Oigan—habló el castaño—. ¿Ya notaron que hay una nueva actualización en el Manual? —comentó. Inmediatamente todos sacaron el suyo, para ver a lo que se refería Vegetto.

      —Aquí dice que está desbloqueado el segundo nivel—mencionó Goten—. ¡Es cierto! Raditz y yo habíamos visto que había una reja metálica que impedía el paso a las escaleras. Debe ser esa la que ahora está desbloqueada.

     El televisor enorme que estaba en una esquina, en la pared, fue encendido. Inmediatamente apareció la imagen de aquel sujeto pequeño de cabeza azul, cuyos ojos completamente abiertos e inexpresivos sólo causaba incomodidad en los adolescentes.

 

“Les habla su director. He hecho unos cuantos ajustes, y un nuevo mundo se ha abierto para ustedes. Cada vez que termine un juicio, nuevos mundos y posibilidades se abrirán. Espero que estén motivados para poder descubrir nuevos horizontes”.

 

     La imagen desapareció tan sólo terminó de dar ese aviso. Entre ellos se miraron, sabiendo qué significaba esa “motivación” a la que se refería.

     —Ahora que lo pienso…—mencionó el chico pelirrosa—. ¿Qué este edificio no era muy grande? Recuerdo verlo de diez o doce pisos cuando llegué.

      —¿Quieres decir que no alcanzarán los cuerpos para que se juegue en juicios la vida de todos, antes de llegar al último piso? —mencionó al aire Trunks. Todos voltearon a verlo, ante el comentario de mal gusto que hizo.

     —¡Trunks! —lo miró Goten. Aquel pelilila estaba en una mesa aparte, e incluso se había negado a consumir la comida preparada por Milk. Ese chico se estaba aislando de todos y, aunque Vegeta y Launch hacían lo mismo, ellos se abstenían de hablar de forma tan pesimista, o mejor dicho acusatoria, como lo hacía el Brief.

      —Tsk. Ya me estoy hartando de ti—el de ojos grises se levantó, para ir a su mesa. Estampó su mano sobre la madera, para inclinarse hacia él—. ¿Te crees gracioso, imbécil?

     —Hmph… Creo que siguen sin darse cuenta de que es lo único que espera ese muñeco. Y, por si no te has dado cuenta, desde hace tiempo que empezó el juego.

     Un silencio se hizo presente. Incluso pasó por la mente de algunos la cuestión relacionada al primer asesinato. Si Bulma no hubiera intentado asesinar a Yamcha, ¿el juego seguiría sin empezar, o alguien más lo habría hecho? ¿En serio ella había sido la causante de que ahora sus vidas estuvieran corriendo peligro, al ella iniciar lo que nunca debió haber empezado?

     —Black, por favor, tranquilízate un poco—pidió Goten, tomando del brazo al pelirrosa. Trunks se levantó y caminó hacia la salida del comedor.

     —Iré a ver el nuevo nivel—avisó, antes de perderse de la vista del resto.

      —Pero Trunks…—susurró el pelinegro, viendo que ese chico de ojos azules actuaba tan áspero.  Soltó despacio a Black, quien volvió a su silla para seguir desayunando. Se quedó mirando todavía de pie hacia el pasillo, sintiéndose increíblemente extraño por el comportamiento del pelilila.

     —Goten—miró hacia su izquierda, Goku se había acercado—. ¿Estás bien?

     —Sí… Es sólo que nunca lo había visto así—miró hacia atrás, todos terminaban de desayunar. Dedicó una sonrisa animada antes de volver a hablar, esta vez dirigiéndose a ellos—. ¿Les parece si todos vamos a ver el nuevo piso? Tal vez nos sintamos un poco más libres teniendo más de espacio.

     Todos se levantaron y fueron hacia donde Goten los guio, que era el lugar donde estaba la reja metálica. Tan sólo se formó el grupo completo de estudiantes aquella cortina fue alzada lentamente. Ni siquiera se alzó cuando Trunks había ido a ver, como si el director prefiriera que lo hicieran todos a la par.

     Subieron las escaleras y comenzaron a recorrer aquel nivel, encontrándose con un pasillo de luces tenues en un color ligeramente rojizo, bastante inquietante considerando el silencio que había junto con el amortiguamiento de sus pasos debido a la alfombra.

     —Este lugar se ve bastante interesante—comentó Tarble, mirando hacia todas direcciones—. Hay muchas más puertas.

     —No deberías tratar de animar a todos—volvió a hablar el pelilila, consiguiendo que ese chico bajito lo mirara—. Después de todo, hubo un asesinato y fue debido a ello que ahora tenemos esto. Además, ahora que hubo uno, quizá sea más sencillo que alguien más nos traicione.

     —Trunks—se acercó por detrás y cubrió su boca—. N-no le hagas caso, Tarble. Trunks sólo no sabe expresarse bien—aquel chico bajito lo miró un poco confundido mientras Goten se llevaba a rastras al pelilila al otro extremo del pasillo—. Trunks, ¿cuál es tu problema? ¿Desde cuándo te comportas así?

     —¿Quieres que mienta? Es un juego de vida o muerte. No podemos tratar de fingir que nada ocurre—el pelinegro suspiró.

     —Acusar tanto a gente que no ha hecho nada todavía, y que está muy asustada, no ayudará—el de ojos azules desvió la mirada—. Yo… también estoy asustado, Trunks. Pero no por eso estoy alarmando a todo mundo y diciendo que lo harán. Confío… confío en que podremos salir antes de que se dé un nuevo incidente.

     —Sigues siendo demasiado optimista, como cuando nos conocimos—el chico le dedicó una sonrisa amplia, asintiendo—. Goten, ¿te parece si te mudas a mi habitación?

     —¿Eh? —sus mejillas se coloraron—. P-pero…

     —No es como si no lo hubiéramos hecho ya en algún momento—el pelinegro sólo miraba hacia todos lados, con su rostro enrojecido, sintiéndose vulnerable ante la seriedad del pelilila—. Dijimos que íbamos a retomar nuestra relación, supongo que no habría problema siendo que nos conocemos bien.

     —Yo… ¿puedo pensarlo? —soltó una risita nerviosa—. Es… Es sólo que estuvimos mucho tiempo separados—rascó su mejilla y bajó la mirada—. Me gustaría ir despacio, como la primera vez. ¿Está bien, Trunks? Es sólo que… la situación no ayuda mucho.

     —Bien, iremos a tu ritmo—miró hacia donde estaba el grupo de jóvenes, que se iba separando para cada uno entrar a una habitación a explorar. Ahí el pelilila aprovechó para tomar el mentón del pelinegro con su mano y unir rápidamente sus labios—. Ven, tenemos que seguir buscando pistas para salir de aquí.

      —S-sí…

 

 

 

Mientras ellos dos conversaban, todos los demás abrían puertas y se adentraban, buscando cualquier espacio por donde pudieran escapar. Sin embargo, las ventanas del pasillo estaban cubiertas con placas de acero. Así como también aquellas de las habitaciones.

     Se encontraron con un cuarto de juegos, donde había una mesa de billar, algunas máquinas arcade, en las paredes había dardos para jugar al tiro al blanco, e incluso en un mueble de varias repisas había distintos juegos de mesa.

     También encontraron otra puerta que los dirigía hacia donde estaba una enorme piscina, completamente llena de agua cristalina. Además, cerca de la orilla, había un trampolín. Detrás, al fondo, se podía apreciar dos puertas, una con la placa “Mujeres” y otra con la placa “Hombres”. Según el manual electrónico, que tenía un mapa de los, ahora, dos niveles, decía que se trataba de los vestidores, donde también había máquinas para entrenamiento, como pesas y algunos sacos de boxeo, así como tapetes para practicar estiramientos.

     En otra puerta, pudieron ver que daba acceso a una enorme biblioteca, donde los libreros estaban repletos de ejemplares que incluían desde novelas, hasta los textos científicos más completos. Asimismo, había varias mesas con algunas lámparas donde podían sentarse a leer plácidamente el libro de su preferencia.

     —Este lugar sería bastante agradable de no ser porque tenemos que luchar contra la mente maes…

     —Tsk, calla—habló Vegeta, interrumpiendo al mediador. Goku, en ese momento, se sintió bastante incómodo.

     Después de lo ocurrido esa noche, donde durmió en los brazos del Saiyan, ¿cómo podía aceptar que esa era su personalidad real? ¿De verdad era así de tosco siempre? Recordaba que desde el primer momento se comportaba bastante serio, incluso a la hora de cuestionar cosas al director. Entonces, ¿por qué ahora le hablaba así a quien era su hermano menor? ¿Será que tiene un conflicto con él o, para protegerlo del mismísimo Zeno-sama, ahora estaba evitando que hablara de más por si es que había algún micrófono escondido en algún lugar?

     —De verdad tienes que dejar de pensar así—habló esta vez Trunks, quien había regresado a su lado, con un sonrojado Goten detrás.

     —¿A qué te refieres?

     —Lo que quiere decir es que hemos subestimado gravemente el poder que tiene la mente maestra—habló esta vez 17, quien caminó despacio a la salida de ese lugar, para poder dirigirse a uno nuevo.

     —Entonces, ¿qué se supone que haremos? —preguntó Milk, mirando al chico de cabellera larga que se iba.

     —Sólo tenemos que jugar, claro que siguiendo las reglas—dijo el pelilila—. La única forma de salir es engañar y vencer a todos los demás. Es nuestra única opción.

      —¡¿E-estás diciendo que debemos matarnos los unos a los otros?! N-no creo que alguien aquí podría…

     —Te recuerdo que eso mismo pensamos en un inicio—y sin más, también se retiró.

     Entre todos siguieron recorriendo el piso, buscando alguna distracción de la tensión provocada por tener que estar encerrados, con un objetivo de acabarse entre ellos mismos.

 

Cada vez que Trunks decía algo como eso, sólo podía ponerme más nervioso. En el fondo, me cuesta aceptarlo. Pero si no hacemos algo pronto, terminaremos cumpliendo lo que ese muñeco quiere.

Tenemos que ser fuertes para no caer en la desesperación.

 

 

 

Day Timer:

Día 6

Haber recorrido ese piso sólo nos hizo sentir con más dudas. Es un espacio muy amplio, todos teníamos la esperanza de que encontraríamos algo. Claro que también necesitamos ir a descansar y comer, la situación crítica sólo nos perjudicará más si no nos cuidamos.

La noche anterior volví a dormir solo. Aunque me fue difícil conciliar el sueño, cada vez que cerraba los ojos no dejaba de pensar en lo ocurrido. Y tampoco me podía quitar de la mente el rostro de Vegeta.

En serio… ¿quién es este chico?

 

El grupo de jóvenes se encontraba en la biblioteca, cada uno rebuscando en alguna sección tratando de encontrar alguna pista o señal importante. Unos buscaban en las estanterías, otros movían mesas, incluso había quienes se habían subido a las sillas para ver encima de los libreros por si encontraban algo importante.

     —Hay una computadora aquí—mencionó Trunks, levantando la laptop y presionando el interruptor—. No enciende. Creo que está averiada.

     —Quizá la arruinó para que evitáramos entrar a internet. Habríamos encontrado información de este lugar en ese caso—mencionó Vegeta, quien estaba cerca del Brief, como si quisiera seguir sus pasos.

     —No se han despegado, llevan rato buscando pistas juntos—pensó Goku—. Ahora que lo pienso, son bastante parecidos.

     —¿Encontraste algo? —preguntó el pelilila, volteando a ver al Son. Goku se avergonzó al darse cuenta de que llevaba rato viendo con recelo hacia donde estaban ellos dos.

     —S-sigo buscando…—abrió aquellos cajones del mueble, encontrándolos vacíos. Salvo el último, donde había un sobre—. Chicos, encontré una carta.

     Se puso de pie, limpió el polvo de su pantalón y se dispuso a abrirla frente a ellos, retirando aquel sello que tenía un kanji grabado.

     —“¿Director de la Academia Kame?” —leyó en voz alta las letras del sobre—. Tal vez es un aviso del director. Veamos… ¿Eh? —el Saiyan se acercó otro poco al ver las expresiones de Goku—. D-dice que la Academia Hope #1 se cerró. “Cuando se haya resuelto todos los problemas con la escuela, volveremos a abrirla”. ¿Qué significará?

      —Tal parece que esta academia dejó de estar en funcionamiento desde hace un largo tiempo—dijo Vegeta, colocando su mano en su barbilla de forma pensativa.

     —Pero… ¿no te parece extraño? No se veía como si estuviera cerrada cuando llegué por primera vez. ¡Ni siquiera nos habrían reunido de ser así!

     —Eso abre la posibilidad de que la mente maestra fuera quien se apoderó de la academia al verla fuera de labor para empezar con esta locura—miró hacia donde estaban los demás. Habían estado cada uno en su lugar, sin percatarse de la conversación que se había desarrollado entre ellos tres—.  Mirai, ven.

     —¿Eh? —el pelilila de cabellera larga se acercó al ser llamado—. ¿Qué pasa?

     No pasó desapercibido el tono ligeramente hostil con el que respondió al llamado. La mirada de ambos era de molestia, como si el ser hermanos gemelos no fuera suficiente para agradarse siquiera un poco y ser amables entre ellos.

     —Eres estudiante de una carrera técnica en sistemas computacionales. ¿Crees poder arreglarlo? —preguntó, entregándole la laptop.

      —No puedo prometer mucho, mi campo era la programación y no el hardware, pero lo intentaré—tan sólo la tomó, se alejó unos metros de su hermano.

     — Bah… No soy fanático de la clase de textos que incluyen aquí—colocó su mano sobre un libro que estaba sobre el escritorio—. Pero tener distracciones nos ayudarán.

     —¿Nos ayudarán? —repitió Goku.

     —No siempre eres un peón en un juego como este—se acercó a otra puerta, donde se podían apreciar algunos libreros en una oscuridad que sólo se veía afectada por la luz que entró por la puerta ya abierta—. Por lo menos podríamos disfrutarlo—dijo, antes de volver a cerrar.

     —Pero Trunks…

     Se sentía tan extraño escuchando esas palabras. ¿Por qué Goten insistía constantemente en que ese pelilila era bueno, siendo que se expresaba de aquella manera en una situación tan radical como en la que se encontraban? En esos momentos su primo estaba atrás, casi al otro extremo de la biblioteca, siendo imposible que haya escuchado. Sin embargo, tenía otros compañeros que habían estado cerca de él que oyeron cómo, nuevamente, Trunks parecía que se mofaba de su situación.

     —¿Esto te parece un juego? —aquel chico de cabellera larga hasta las rodillas se acercó a él, lucía completamente molesto. Si bien en las ocasiones anteriores se había contenido, a ese punto parecía ya estar harto.

     Cuando el resto escuchó a Raditz hablando furioso, comenzaron a acercarse a ellos, tratando de alistarse para separarlos en el caso de que iniciara una pelea.

     —¡Deja de decir estupideces!

      —Onii-san, por favor. Tranquilízate un poco—pidió Goku. Tarble se acercó un poco, colocándose entre ellos. Sin embargo, su pequeña estatura comparada con la del Son mayor lo hacía más fácil de ignorar por Raditz.

      —Sólo dije lo que pienso—remató Trunks.

     —Es un juego de estrategia, ¿no? —habló 17, el Súper Apostador. Cuando las miradas se posaron sobre él, Tarble aprovechó para tomar de la mano a Raditz y tratar de disuadirlo de atacar al pelilila—. Es como una carrera, donde todos competimos por ser el único y mejor villano.

     —Pero…—las palabras no salían de la garganta de Goku.

     —Jamás pasó por tu mente la posibilidad de perder, ¿cierto?

      —Claro que no—respondió Trunks. 17 soltó una risita.

      —No podría esperar menos del heredero de la Corporación Cápsula, una de las empresas más importantes del mundo. Tu forma de pensar es distinta, no sólo por tu inteligencia, como lo hace ver tu título de Súper Genio de Preparatoria, sino también por pertenecer a una gran corporación que estará a tu mando dentro de poco. Esto sólo es un juego donde debes vencer, aunque puedas morir en el intento o si hay más vidas en riesgo.

     —Interesante comentario—cerró sus ojos antes de volver a abrirlos con mayor seriedad—. Diré algo, y más vale que todos me escuchen y lo tomen en cuenta. Para mí será aburrido esto, si mis demás contrincantes no se esfuerzan al máximo.

      —P-pero, Trunks… —el pelinegro miró a quien meses antes había sido su pareja y que seguían con deseos de retomarlo—. Somos amigos todos, no podemos matarnos los unos a los otros. ¡No podemos!

      —¿“Amigos”? Goten, ¿cuántos de los aquí presentes realmente piensan eso? La mayoría tenemos vínculos familiares, pero ¿son lo suficientemente fuertes para poder evitar un nuevo asesinato?

      —Pero, Trunks… —habló esta vez Milk—. Esta vez podremos salir adelante. E-estar encerrados no es agradable, p-pero quizá podremos superarlo y no tener que hacer lo que ese peluche dice…

     —Milk, también votaste por Yamcha, ¿no? —ella iba a replicar—. La excusa de “si no lo hacíamos, habríamos sido ejecutados” no funciona conmigo.

     —Pero es la verdad—habló tímidamente Launch—. Era la única opción.

     —Nadie hizo nada malo—comenzó a decir Goku—. Quiero decir, ni Yamcha, ni tampoco Bulma… La culpa la tiene la mente maestra, que es quien nos está orillando a todo esto.

      La pantalla que estaba en la pared se encendió, apareciendo la imagen de Zeno.

 

“Ahhh. La juventud de ahora sólo pierde tiempo.

Es bastante patético tu discurso, donde tus palabras sólo delatan tu deseo de ser reconocido. ¿Es acaso para que los demás confíen en ti por tus palabras de aliento y esperanza, y al final graduarte?”

 

     Después de ese comentario, la pantalla volvió a apagarse. El Son sintió un enorme escalofrío en su columna vertebral al ver cómo, nuevamente, parecía quedar como el villano en esa historia. Primero con Bulma, y ahora por las palabras de ese peluche.

     —Sólo está molestando—comentó el nadador, bastante relajado—. Nos quiere ver pelear, nada más.

     —Esto es… Esto es bastante complicado—la chica se tocó la cabeza, sintiendo cómo todo le daba vueltas a causa de la impresión y la angustia de la situación.

     —Milk—habló Raditz—. De verdad, ignóralo. Todo saldrá bien.

     —¿En serio seguirás pretendiendo que aquí somos amigos todos y tendremos un final feliz? —volvió a cuestionar el Brief.

     —¡Ahora sí me hartaste! —caminó a pasos firmes hacia el pelilila.

     —¡Espera! —el pequeño mediador se puso en medio, tratando de interceptarlo, pero fue arrojado con fuerza a un costado por el de cabellera larga. Ahí fue cuando reaccionó, al oír el quejido de Tarble.

     —No pienso perder el tiempo aquí—otra vez Trunks tomó la palabra, para después caminar despacio hacia la salida.

     —Tú…—el pelirosa lo miró con molestia—. ¿En serio vas a huir? ¿Primero haces que todos peleen y luego escapas? —pero el de ojos azules no lo volteó a ver, sólo se retiró en silencio, dejando al resto completamente abatido por su indiferencia.

     —Tal vez Trunks tiene razón—la peliazul comenzó a sollozar.

     —E-espera, Launch—habló Tarble—. Tranquilízate, verás que pronto encontraremos una salida y…

     —Esto es horrible…—tomó su cabello con desesperación—. Seguramente yo seré la próxima—gimoteó, mientras su cuerpo temblaba—. ¡Ya seguramente están pensando cómo atacarme! —salió huyendo, mientras todavía tocaba su cabeza.

     —¡Launch! —habló Goku, pero la peliazul ya estaba lejos.

     —Ay, no… —susurró el pequeño Saiyan—. Desearía que sólo fuera una representación novelística, y no que de verdad esté tan asustada.

      —Ven—Raditz se acercó a él—. Te llevaré a la enfermería, para que reposes. Lamento haberte empujado.

      El mediador miró al boxeador, quien insistía en sostenerlo. Accedió a tomar aquella mano y fue ayudado a caminar hasta la salida. Mientras tanto, el ya reducido grupo sólo los observó alejándose.

      —Bah… —estiró sus brazos—. ¿Qué les parece si, ahora que tenemos más espacio, nos movemos un poco? Podemos ir a nadar para relajarnos—ofreció el pelirrojo, Súper Nadador.

     —Eso suena divertido—respondió Milk—. ¿Vamos todos juntos?

     —Iré a mi habitación—respondió cortante el Saiyan mayor.

     —Pero Vegeta… —Goku miró cómo aquel joven se alejaba. Cuando se perdió de vista, miró resignado al resto de chicos, que estaban planeando ir a nadar un poco—. Será divertido. ¿Vamos, Goten?

      —Yo… No, Goku. Preferiría ir a buscar a Trunks.

      —Goten… —susurró.

      —Rechazaré la invitación sólo por ahora, Milk. Trataré de arreglar la laptop en mi habitación—ella asintió.

     —Buena suerte, Mirai.

      Mientras todos se iban, y sólo quedaban los dos Son en la biblioteca, Goku decidió retomar su conversación con su primo.

     —Goten, me has dicho que Trunks no es mala persona, pero cada vez que habla parece que quiere orillarnos a pelear y matarnos—el menor sólo tenía la mirada baja—. De verdad, ¿qué viste en él si es tan…?

     —Lo conozco—alzó la mirada—. Goku, Trunks de verdad tiene problemas para expresar sus emociones. Eso es todo—rascó su brazo—. Crecimos juntos, en el mismo vecindario. Y cuando crecimos, nos enamoramos. ¿Sabes? A pesar de que sea serio, sabe demostrar cariño. Sólo que no lo hace en público, siempre estuvo condicionado en la Corporación Cápsula con respecto a su comportamiento.

     >>Quiero decir, siempre tuvo que ser “perfecto” por los fines de la compañía. La apariencia era demasiado. Pero en privado, de verdad es muy bueno. Creo que ahora está así porque, a final de cuentas, todos despertamos y fuimos condicionados a matarnos—el alto asintió—. Terminamos nuestra relación porque él iba a estudiar en el extranjero, y yo no quise aceptar que me pagara la transferencia. Lo sentía demasiado, así que me negué.

     >>Sé que para la Corporación no es nada considerando lo que ganan, pero… Aun así, no quise acceder. Y al final, decidimos que lo mejor era romper. Él iba a estar muy lejos, y yo no iba a aceptar tanta ayuda monetaria. Pero nunca dejamos de querernos—sonrió—. Después, empecé a cantar por los pasillos y compuse un día una canción. Le tuve que pedir ayuda a mi hermano con la guitarra para poder crear una melodía. Y así empezó mi camino que me llevó a ser idol.

     >>Te confieso Goku que, de no ser por la carta de esta escuela, habría ido a buscarlo ahora que podía ir por mi propia cuenta.

     —Se ve que de verdad sigue enamorado—pensó al ver esa sonrisilla que se delataba en sus labios—. ¿Por qué Trunks no se lleva bien con su hermano?

     —Eso… —bajó la mirada—. Fue por mí—el más alto se sorprendió—. Cuando todavía éramos novios, Mirai me confesó que yo le gustaba. Pero Trunks no se lo tomó tan bien. Es complicado, porque desde que eran niños siempre los estuvieron comparando mucho, parecía que sus padres estaban esperando que lucharan entre ellos para ver quién merecía más su amor.

     >>Entonces cuando crecieron el abuelo, que es el dueño, decidió que Trunks fuera el presidente de la Corporación cuando terminara de estudiar. Pero que Mirai se encargara del área tecnológica y de relaciones internacionales. Una vez más, sus papás volvieron a compararlos. Esta vez le dieron un poco de crédito a Mirai, porque de verdad siempre fue bueno en programación y había ganado mención honorífica en algunos concursos. Eso… eso hizo tensar a Trunks, porque los nuevos proveedores adulaban demasiado a Mirai, y a él lo hacían a un lado.

     >>Cuando se me declaró Mirai, sé que no lo hizo con intenciones de que dejara a su hermano y lo aceptara. Sino que lo supiera solamente. Entonces, cuando Trunks se enteró, creyó que le estaba declarando una nueva competencia, pero esta vez conmigo de por medio. Empezaron a pelear y se distanciaron. El quiebre total fue cuando, según me contó Trunks y por lo que pude deducir con ello, sus padres hicieron ver que venir a esta academia era una nueva competencia, y el que tuviera mejor promedio al final de verdad merecería toda la administración de la Corporación.

      —Suena a una pelea que lleva varios años—el menor asintió. Comenzó a caminar hacia la salida, seguido de Goku. Ya en el pasillo retomaron su conversación—. Son hermanos, deberían amarse. Es una pena que sus padres los hicieran competir por el amor que deberían recibir por igual.

      —Aun así, me di cuenta de que a Mirai le gustó Gohan cuando lo conoció. Y Trunks lo sabe, porque yo le dije, pero le es difícil olvidar todo lo demás que ha ocurrido entre ellos—soltó una risita—. Creo que Mirai quería aprovechar cuando fueran vacaciones para invitarlo a salir. Pero entonces pasó esto y… Ha sido difícil.

     —Lo entiendo…—colocó sus manos sobre los hombros del menor—. Entonces, ¿estarás bien estando solo con Trunks? De verdad es incómodo a veces la clase de cosas que dice.

     —Estaré bien—sonrió—. Verás que todo estará excelente, Goku.

No sé si es porque Goten, al ser Súper Idol, siempre tiene que estar de buen humor para quienes son sus fans. Pero lo que sí sé es que, teniendo a alguien como él, me hacía sentir animado y que la esperanza no desaparecerá de mí.

 

 

—¡Ya llegué! —alcanzó al grupo de jóvenes, que estaba a las orillas de la piscina. Black, sin haber esperado a entrar a los vestidores, se había quitado la camisa y los zapatos y había saltado al agua.

     —Goku, que alegría que decidieras venir—poco detrás llegó el pelirrojo—. ¡Gogeta! Tú fuiste el de la idea, te estuvimos esperando.

     —Lo siento, quise pasar por una bebida a la cocina—mencionó, mostrando su botella que tenía un líquido azul—. Vayamos a ver los vestidores.

      Ayudó al pelirosa a salir del agua y fueron todos a la entrada de estos. Se toparon con que la puerta no cedía a pesar de que intentaban abrirla girando la perilla.

     —Esto… parece que está cerrado…

 

“Para poder entrar al vestidor” la imagen de Zeno apareció repentinamente en una pantalla, “tienen que usar su manual electrónico del estudiante. Para cuidar su privacidad, los chicos y las chicas no podrán entrar al vestidor del sexo opuesto”

 

     —P-pero, señor Zeno-sama—habló la pelinegra—. ¿Qué pasa si alguien entra cuando la puerta está abierta?

“Bueno, si alguien intenta eso, será convertido a queso suizo con mi querida ametralladora”

     Los adolescentes miraron hacia el techo, donde se apreciaba el arma apuntando en esa dirección. Tragaron saliva al sentirse vulnerables.

      —¿Y qué pasa si alguien le presta su manual a otra persona? —preguntó 17.

“¿Eh? No había pensado en eso”. Zeno sacó su manual y comenzó a teclear en él. “A partir de ahora se añadirá una nueva regla: prestar el manual electrónico a otras personas está prohibido. Soy muy listo, sí. Nos vemos”.

     La imagen del director desapareció, por lo que los adolescentes se miraron entre ellos.

      —Eso significa que siempre tendremos que cargar con esto, para no correr riesgo—susurró Milk—. Hace que pierda las ganas de querer ir a la piscina.

     —Milk—el joven modelo habló, por lo que ella volteó—. Siempre hará esa clase de comentarios. Supongo que quiere asustarnos para orillarnos a pelear entre nosotros. Debemos ignorarlo.

      —Vegetto… —sonrió—. Claro que sí. ¡Divirtámonos un poco!

Y en ese momento pudimos disfrutar un poco de paz.

En ese instante, lo único que pensé es que Trunks estaba muy equivocado. De verdad podemos ser amigos todos juntos y algún día salir de ahí.

       —¡Adiós! —se despidió de los que todavía seguían en la piscina y caminó hacia el área de comedor. Tomó una manzana y la lavó, para después morderla. Miró al techo, donde estaba la blanca luz que iluminaba esa habitación—. Me pregunto qué estará haciendo Vegeta. Quisiera verlo—sintió que sus mejillas se encendían otra vez al recordar el rostro de ese misterioso adolescente—. Aigh, ¿qué estoy pensando? —sintió que tragó de más, atorándosele un pedacito de manzana en su garganta—. Cof cof—comenzó a toser.

     Sintió unos golpecitos en su espalda que lo ayudaron a escupir aquel trozo que había obstruido su respiración. Se sostuvo de una silla, tomando grandes bocanadas de aire. Incluso la manzana a medio comer ya hasta se había caído al suelo y rodado. Miró a su costado, tratando de identificar a su salvador.

      —¡¿Z-Zeno-sama?! —exclamó incrédulo al ver que ese peluche, causante de toda esa devastación, haya sido quien lo auxiliara—. P-pero… ¿por qué me ayudaste?

      —No será divertido si mueren por accidentes estúpidos—giró sobre la mesa—. Ahora que estás en la cocina, ¿por qué no aprovechas para tomar un cuchillo?

      —Debí suponerlo—sonrió sin gracia ante las insistencias del pequeño individuo mecánico—. No lo haré.

      —Los jóvenes sólo pierden el tiempo hoy en día—oyeron unos pasos acercándose, por lo que voltearon. Notaron a un pelinegro de cabellera en forma de flama entrando al comedor.

     —Vegeta…—susurró.

      —Kakarotto, ¿me das un minuto? —el Son alzó las cejas totalmente sorprendido. Asintió despacio, caminando los dos pasos que los separaban. El Saiyan miró de reojo al director, que estaba sentado en la orilla de la mesa columpiando sus piernas, mirando atento hacia ellos—. Vamos a tu habitación.

      —¿Mi habitación? —su mano fue tomada por el más bajo, así que lo siguió. Sintió su rostro ardiendo cuando lo encaminó hasta el lugar. Abrió debido a la insistente mirada del más bajo, y así ambos pudieron entrar—. ¿Q-qué ocurre, Vegeta?

      —¿Tú tomaste la carta?

     —¿Eh? ¿Cuál carta? —el otro permanecía de pie, mientras Goku se sentaba en la orilla de su cama—. ¿Te refieres al sobre de la biblioteca?

      —Así es.

      —Recuerdo haberla dejado junto con los libros—se puso a pensar—. ¿Será que Zeno-sama la tomó y la ocultó?

     —Tsk… Creo más probable que Trunks la haya tomado—soltó aire.

     —¿También te tensa que se esté tomando la situación de esta manera?

      —Kakarotto, no podemos negar que mentiras no dijo—Goku lo miró sorprendido—. Debemos admitir que este juego debemos llevarlo con calma. Y que, inevitablemente, volverá a ocurrir.

     —¡P-pero…!

     —Por eso debemos estar siempre alerta. Cualquier mínimo indicio, tomarlo como alarma—el Son empuñó sus manos—. Pasó una vez. Puede pasar más veces.

      —¡¿Cómo pueden hablar de esa manera?! ¡Hay vidas de por medio! —se levantó—. ¡Mi amiga fue la que murió! ¡Yamcha también sufrió demasiado! —comenzó a sollozar—. Tal vez a ti no te interese sus vidas porque no los conociste, ¡pero importaban! ¡Tenían una familia que los espera!

      —Kakarotto…—guardó silencio al ver cómo el Son limpiaba con su antebrazo aquellas lagrimitas que alcanzaron a salir—. ¿Quieres que te haga compañía mientras haces oración en sus nombres?

      —¿Eh? —alzó su mirada al ver que Vegeta, pese a su indiferente comentario anterior, ahora estaba sugiriendo acompañarlo—. ¿Pero él…? —sintió que aquel líquido tibio volvía a resbalar por su mejilla en el sendero que trató de borrar—. S-sí…

     El Saiyan se acercó y se acomodó a su lado. Goku se arrodilló a un lado de la cama, para poder colocar sus manos sobre el edredón. Vegeta lo imitó, aunque sus manos no estaban tomadas entre sí como las del Son, sino que sólo tenía un brazo sobre el colchón como apoyo.

      Goku cerró sus ojos mientras, con un leve movimiento de labios, trataba de dar homenaje a las almas de aquel par de adolescentes que habían muerto de forma bestial. Las lágrimas seguían corriendo, y un nudo en su garganta se acrecentó.

      —Kamisama, por favor, que sus almas estén bien ahora—mordió su labio—. Y por favor, haz que todo esto se detenga pronto… ¿Mgh? —abrió los ojos al sentir un suave roce en su rostro. Se trataba de Vegeta, quien había subido su mano para limpiar un poco sus lágrimas—. ¿Por qué hace esto?

     —¿Ya acabaste? —Goku asintió—. Bien—se incorporó y le tendió la mano, para ayudarlo a ponerse de pie.

     —Gracias por la compañía…

      —Me iré a mi habitación—comenzó a caminar despacio, pero se detuvo al sentir la mano de Goku tomando la suya.

      —¡Espera! ¿Sólo viniste a preguntar por la carta? —el otro asintió.

      —Sí. ¿Esperabas otra cosa? —Goku sintió sus mejillas arder—. ¿Eh?

     —No, es sólo que me pareció inesperado…

     —Escuché tu conversación con ese muñeco—el Son se tensó—. Descuida, no lo tomaré como “posibles ideas de graduarte”.

     —Me sorprendió que me ayudara—soltó despacio aquella mano—. Supongo que de verdad está entusiasmado por que nosotros nos asesinemos mutuamente. De lo contrario, me hubiera dejado ahogarme ahí mismo.

     —También lo pensé—el más alto soltó un pesado suspiro—. A no ser que actuemos antes que él. 17 tenía razón, necesitamos adaptarnos al cambio mientras buscamos pistas.

      —Sí… ¿Eso fue un golpe? —preguntó, al escuchar un golpecito contra su puerta. Vegeta frunció el ceño, mirando hacia ella—. ¿Crees que sea alguien que trate de entrar?

      —Aguarda… —hizo una seña para que hiciera silencio. Pudieron escuchar un golpeteo, pero más alejado. Vegeta abrió la puerta y él y Goku salieron.

      Se llevaron una enorme sorpresa al ver que se trataba del pelirrojo besando apasionadamente al castaño, empujándolo contra las puertas mientras buscaban alguna de los dos. Volvieron a entrar en la habitación de Goku al darse cuenta de que no se trataba de un intento de graduarse, sino de un momento caliente entre ese par de adolescente.

      —Eso fue incómodo—mencionó cubriendo su rostro con ambas manos—. No puedo creer que estén de humor para algo así después de lo que ha pasado.

      —Al final, hay que seguir con nuestras vidas—Goku lo miró—. Es preferible que hagan cosas así, en lugar de caer en la paranoia o el deseo de escapar.

      —Aun así, me parece increíble—se recargó contra la puerta, para tomarse un pequeño respiro.

      —¿Eso quiere decir que no estarás abierto a una situación así hasta que no salgamos?

      —¿Eh? —sus mejillas coloradas hacían que su expresión de vergüenza fuera evidente para el más bajo—. No… No lo sé… Quiero decir, la situación es horrible, pero si nos adaptamos quizá tengamos que vivir aquí eternamente hasta que el muñeco permita que nos vayamos. Creo que, en algún momento, tal vez… —sintió que los labios del otro se unían con los suyos, moviéndose a un ritmo demasiado lento—. ¿Vegeta me está besando?

      Cuando el más bajo se separó, Goku sólo atinó a taparse la boca con su mano. El Saiyan, todavía con su porte serio, abrió la puerta—. Me iré a dormir—avisó, antes de irse.

     —Pero… —intentó detenerlo, pero las palabras no salieron de su garganta. Cerró con seguro y fue deslizándose hasta llegar al suelo—. ¿Por qué me besó?

      Duró eternos minutos atormentándose ahí, hasta que ya, agotado, decidió ir a la cama.

No supe exactamente cómo reaccionar cuando Vegeta me besó en ese momento.

Lo que sí sé, es que sentí una extraña familiaridad cuando lo hizo.

 

 

 

Day Timer:

Día 7

Dudé tanto sobre tocar el tema con Vegeta. Pero por su manera de actuar, pareciera que quiere simplemente olvidarlo. Las veces que nuestras miradas se dirigieron, sólo la desviaba de la misma manera que lo hizo el primer día.

Quizá, sólo fue un impulso del momento. Por ello decidí olvidarlo y mejor enfocarme en convivir con el resto de nuestros compañeros. ¡Seremos grandes amigos y saldremos adelante! La esperanza no debe abandonarnos.

 

 

 

Day Timer:

Día 8

Nadar con amigos fue fabuloso. Estar con todos reunidos me hacía sentir gran calma. Además, me dio un poco de tranquilidad que Goten se acercara a decirme que las cosas con Trunks iban bien, aunque también dijo que no esperara un cambio en su manera de expresarse. Supongo que queda únicamente aceptarlo.

No me he encontrado a Vegeta, salvo en la hora del desayuno y eso sólo porque Tarble organiza pequeñas reuniones para hablar de nuevos descubrimientos.

Supongo que distanciarnos es lo mejor para ambos.

 

 

 

Day Timer:

Día 9 (Biblioteca)

 

Creo que me vendría bien leer un poco. Espero que haya un área de cómics o mangas en alguna de las estanterías…—se sorprendió al ver que, en una de las columnas, se escondía la peliazul—. ¿Launch? — más al fondo pudo notar una luz encendida, iluminando la mesa donde el pelilila leía. Al parecer, esa chica lo estaba espiando.

     —¿Qué haces parada ahí? —preguntó en voz alta aquel chico de ojos azules—. Es molesto tenerte aquí, acosándome. ¡Largo! —hizo una pausa, para beber un poco de esa taza de café que había llevado consigo—. Además, apestas. ¡Dúchate!

     —¡¿Eh?! —aquella chica se tensó en su lugar.

      —No me hagas repetirlo, ya lárgate. Tu mal olor ya llenó el lugar.

      —P-pero yo…—soltó un suspiro resignado—. Está bien…

      Aquella chica caminó a pasos lentos hacia la salida, mientras tenía su mirada gacha. Goku, al verla así de decaída, fue detrás para intentar consolarla un poco.

      —¡Espera, Launch! —ella detuvo su paso—. Etto…

     —Trunks… él… —susurró, para después voltear a ver al Son con una mirada soñadora—. ¡Es tan lindo!, se preocupa demasiado por mí. Hasta me sugirió ducharme por mi bienestar e higiene.

      —¿Eh? —fue obvia su confusión ante sus palabras.

      —Goku-kun… ¿Qué opinas tú?

     —¿S-sobre qué?

      —¿Crees que las cosas salgan bien entre él y yo? Bueno, así es el amor, inesperado e incierto—sus mejillas estaban sonrojadas—. Aaah—con pequeños saltos se fue corriendo por el pasillo, como si fuera un personaje sacado de un shōjo bastante romántico y melodramático.

     —De verdad es una chica muy extravagante—pensó, al verla saltando con sus manos al aire. Decidió ignorar esa situación sólo para ir a buscar una historieta para leer.

 

 

 

Day Timer:

Día 10 (Cafetería)

 

—¡Goku! —el Son miró hacia aquella voz que lo llamaba. Sonrió al ver a Milk haciéndole una seña, para que fuera con ella. Ahí también estaba Mirai y Tarble, se habían adelantado a comer.

      —Hola, chicos. ¿Cómo están? —la pelinegra se puso de pie y a los segundos regresó con un enorme plato lleno de comida—. ¡Se ve delicioso! Muchas gracias, Milk.

     —De nada.

     —Por cierto, Mirai…—bajó su voz—. ¿Pudiste reparar la computadora?

     —Todavía no—soltó aire—. La abrí, todo se ve bastante normal. Supongo que trataré de abrir un monitor de la sala de audiovisual y sacar piezas, para cambiar las que creo que pueden estar dañadas—el Son asintió.

      —Es una pena, aunque… Preferiría que hubiera más opciones—oyeron pasos nuevos entrando al comedor, por lo que dirigieron la mirada hacia allá. Se trataban de Vegetto y Gogeta entrando, se veía que conversaban animadamente mientras se daban pequeños codazos de forma pícara.

     —Me sorprende que puedan hacer todo eso sin sentirse abrumados—mencionó el pequeño Saiyan—. Parece como si no les importara que hubiera cámaras en todas las habitaciones. ¡De todos modos lo hacen!

     —Creo que… Lo están afrontando bien—comentó Goku, recibiendo la mirada de todos—. Quiero decir, a pesar de que todos estamos vigilados las veinticuatro horas, actúan de forma normal. Quizá, sólo quizá, podremos salir si hacemos lo mismo—las miradas confundidas lo hicieron aclarar—. Me refiero a actuar de forma natural. Algún día dejaremos de sentir incomodidad de tantas cámaras fijas en nosotros.

     —Eso no quita la constante amenaza de morir—mencionó la chica—. Como con la ametralladora de los vestidores.

      —Tal vez no. Pero podemos tomarlo como una regla moral normal, que usualmente no romperíamos—ella asintió—. Verás que todo saldrá bien.

En ese instante, sólo podía pensar en que, si todos rehacíamos nuestra vida dentro del lugar, adaptándonos, podríamos vencer a la mente maestra.

 

 

 

Day Timer:

Día 11

 

—¿Eh?—se sorprendió cuando, al entrar al comedor a desayunar, se topó con un Gogeta tallando la cabeza de Tarble con su puño—. ¿Me perdí de algo?

      —Lleva rato diciendo que serán grandes amigos—mencionó Raditz, quien terminaba de comer—. Toda la mañana ha sido tan meloso con todos.

      —Es bastante molesto—agregó Milk, quien bebía únicamente una taza de café. En su rostro se podía apreciar su frustración.

     —Las mujeres nunca entenderán el aprecio y amistad entre hombres—mencionó el pelirrojo, soltando a Tarble. Este, al verse libre, corrió hasta estar cerca de Raditz, esperando que así el de ojos azules no volviera a tomarlo. El televisor se encendió, mostrando la imagen de Zeno-sama.

 

“Esta es una transmisión importante. Todos los estudiantes deben reunirse en el gimnasio de inmediato. ¡Es una emergencia!

 

     Cuando la pantalla se apagó, se miraron todos entre ellos en un profundo silencio. ¿Qué acaso no se habían sentido tranquilos luego de tanto tiempo sin ser molestados por la presencia de ese sujeto? A pasos lentos caminaron hasta el lugar solicitado, encontrándose ahí con el resto de los chicos que no habían ido a desayunar esa mañana.

     —Son… son 13—pensó Goku—. No fue porque alguien murió. ¿Qué tramará esta vez? —su mirada se encontró con la de Vegeta, quien sólo la desvió—. No dejo de pensar en que me besó. ¿Por qué me tiene que ignorar ahora? ¿O será que…? —miró hacia el pódium, el director aún no hacía acto de presencia—. ¿Será que espera que yo me acerque con él?

     Se escabulló despacio, rodeando a los integrantes de ese pequeño tumulto hasta llegar con él. Vegeta, al tenerlo enfrente, sólo lo miró a los ojos, esperando que hablara.

      —Vegeta… llevas días sin dirigirme palabra—recibió sólo un sonido de afirmación—. ¿Estás enojado conmigo?

      —¿Por qué debería estarlo?

      —Es sólo que…—jugó nerviosamente con sus dedos—. La última vez que me hablaste, me besaste—bajó la mirada, ocultándose con su flequillo—. ¿P-por qué lo hiciste?

      —¿No te gustó?

       —N-no es que no me haya gustado, sí me gustó, pero… —calló al darse cuenta de lo que dijo—. N-no se trata de eso. Además, ¡yo pregunté primero!

   —Para no hacerlos esperar más—voltearon al oír la voz del director—, iré directo al grano. Como verán, estoy muy aburrido ya que nadie ha muerto hasta ahora. Por eso decidí darles un nuevo incentivo.

     —¿Incentivo? —repitió Goku, tragando saliva. Y es que el último incentivo, ese de los videos atroces donde mostraban seres queridos aniquilados, había sido el desencadenante del primer asesinato. Sintió la mano del Saiyan tomando la suya, lo miró, recibiendo una mirada seria que rápido volvió a dirigir al muñeco—. ¿Está tratando de calmarme?

     —La temática esta vez será “Vergonzosos secretos y pasados oscuros” —arrojó varios sobres al aire, por lo que cada estudiante buscó el suyo.

     —¿Secretos? —susurró Milk, levantando el suyo y abriéndolo—. ¿Q-qué? ¡¿Cómo?!

     —¿Cómo lo supiste? —susurró Tarble. En todos se podía observar la sorpresa y vergüenza al darse cuenta del contenido de sus respectivos sobres.

      —No existe persona que no tenga algún recuerdo vergonzoso o cosas que prefiera mantener en secreto—añadió Zeno—. ¡El tiempo límite será de una semana!

     —¡Tú, bastardo! —el pelirrosa empuñó entre sus manos el papel, arrugándolo—. ¡Esto es ridículo! ¡Todo tu estúpido juego es una tontería! ¿Matarnos? Estás demente… ¡Ya me cansé de esto!

       —Lo harán porque yo lo digo—añadió inexpresivamente el director. Aquellos ojos que parecían dos esferas lo miraban casi con burla, por esa sonrisilla extremadamente curveada que tenía, casi mofándose de él.

      —Tsk, ¡no pienso formar parte de esto! —su voz se iba agravando más.

      —Black, basta—habló Vegeta, en un tono severo. Sin embargo, el de ojos grises no lo escuchó, su vista seguía fija y amenazante contra el director.

      —Tu voz suena bastante maligna—dijo en voz angustiada, para después mostrar su puño—. ¡Pero no cederé ante tu maldad! ¡Pelearé hasta el final! Y si quieres irte, tendrás que pasar sobre mi cadáver…

       Bajó del pódium, caminando a pasos firmes hasta el pelirrosa. Sus pequeños brazos estaban encogidos, caminando “rudamente” hacia el más alto. Cuando estuvo frente a él, Black lo levantó del cuello, mirándolo furiosamente mientras lo estrujaba. Parecía como si quisiera usar en esos momentos su título como Súper Pandillero.

      —Ya lo hice. ¿Ya estás feliz?

     —¿Y qué hay de ti? —aquellos ojos inexpresivos le transmitieron una extraña inquietud—. Creo haberte dicho que las agresiones hacia el director estaban prohibidas. Está muy claro en las reglas. ¡Activando protocolo de defensa al director!

      La cabeza mecánica del director se separó en dos, mostrando una ballesta que rápidamente fue disparada hacia el rostro del pelirrosa, atravesándole el cráneo desde la barbilla hasta la parte superior. Su cuerpo calló inerte en el suelo del gimnasio, mientras la sangre comenzaba a brotar y formar un charco. Todos comenzaron a retroceder un poco, mientras Zeno volvía a su estado normal.

      —No… No puede ser…—Milk se aferró fuertemente al brazo de Mirai, aterrándose de la escena, mientras que Launch se desmayaba por la sangre. Incluso Goku atinó a aferrarse más fuerte de la mano de Vegeta mientras veía cómo su compañero ahora estaba muerto.

      —Prefiero evitar muertes estúpidas, pero esta vez no tuve elección—dijo el director, subiendo de nuevo al pódium—. Supongo que esto les dará una lección—alzó sus brazos—. Retomando el tema… Tienen una semana para matar a alguien. ¡Si un asesinato no ha ocurrido hasta entonces, revelaré todos sus vergonzosos secretos al resto del mundo!

     Se dejó caer hacia atrás, desapareciendo en el acto. Los estudiantes volvieron a ver sus papeles, mientras Raditz se quitaba su chaqueta para colocarla sobre el cuerpo sin vida de Black.

      —Si ese muñeco es capaz de matar a alguien, creo que sí es capaz de revelar a todos nuestros secretos—comentó Milk, mirando su sobre—. Pero… No creo que alguien sea capaz de asesinar por algo así, ¿no?

      —Secretos que no quieres que sean revelados—despacio soltó la mano del Saiyan, para releer su hoja. La dobló y guardó en su bolsillo.

      —¿A dónde vas, 17? —preguntó Gogeta, al notar al pelinegro caminando hacia la salida.

      —A desayunar. No podemos dejar que los muertos nos detengan en nuestras vidas.

      —Pero…—Goten susurró, dejándose caer de rodillas al suelo, mirando aquel charco de sangre—. Deberíamos poder hacer algo…

      —No tarda en aparecer el muñeco para levantarlo y deshacerse de él—el Son asintió ante la voz del pelilila—. Hay que seguir.

       —Yo… No me siento muy bien—susurró Goku. Rascó su brazo, mirando aquella escena donde su primo trataba de hacer una oración en compañía de los otros como última despedida del joven pandillero, quien lo único que quería es que todos pudieran huir.

        Al terminar de despedirse, salió junto con el tumulto, pero tomando un rumbo distinto. Caminó lento para ir a su habitación, sintiendo que un enorme escalofrío lo llenaba ante esa incertidumbre.

      —¿De verdad alguien mataría para tener un secreto escondido? —a su mente llegaron las imágenes de sus demás compañeros—. ¿Será que estoy siendo muy optimista?

        Goten, el joven idol, se la pasaba animando a todo mundo. Trunks, a pesar de que no le agradaba mucho, siempre lo miraba con una expresión calma y tranquila, como si fuera incapaz de exaltarse. Gogeta siempre estaba nadando, parecía que disfrutaba mucho ese lugar por el enorme espacio y la piscina. Y Vegetto incluso se veía feliz acompañándolo, como si el ser modelo ahora ni lo recordara.

      También pensó en su hermano, quien siempre solía aislarse por su dificultad para comunicarse, casi siempre porque la gente solía juzgarlo por su apariencia, pero que era una persona sumamente amable. También estaba Tarble, quien últimamente estaba muy unido a él y se había vuelto su gran amigo, ayudándolo a desenvolverse; y no sólo con él, sino también con el resto, tratando de mediar cualquier inconveniente que se presentara.

       ¿Mirai? Estaba contribuyendo para arreglar la computadora y buscar una solución para todos. ¿17? Se veía que se había adaptado perfectamente a ese lugar, tal y como había sugerido. ¿Milk? Siempre se esmeraba en reunir a todos y contribuir en las actividades diarias, siendo también amiga de la mayoría. ¿Launch? Esa chica era demasiado dulce, e incapaz de hacer daño: se desmayaba tan sólo veía un poco de sangre.

         —No, no creo que alguno sea capaz de algo como eso… ¿Mgh? —volteó al oír unos pasos que lo siguieron—. Vegeta…

      —¿Cómo te encuentras?

       —Bastante desanimado—entró a su habitación, permitiéndole también el paso a él—. Sé que Black posiblemente tenía problemas de ira, pero… si el director no tuviera armas en todos lados, ni existiera esa regla, habríamos estado afuera desde el primer día.

        —¿Sabes cuál era el secreto de Black? —el menor lo miró, Vegeta le mostró el papel arrugado.

       —¿L-lo tomaste? Pero…

       —Léelo—dijo arrojándoselo. Goku, sintiendo culpa por ser perteneciente a alguien que recién fallecía, lo abrió.

      —“Black Shimizu mojaba la cama hasta el quinto grado”—leyó en voz alta—. Pero… Si bien esto es vergonzoso, matar a alguien por esto…

      —Alguien pudiera tomárselo demasiado en serio—Goku lo miró—. Black estaba dispuesto a matar al director porque no quería que este secreto se revelara. Así como él, quizá alguien tenga un secreto peor que lo orille a hacerlo.

      —¿Tú crees? —el mayor asintió—. Pero… Por más vergonzoso que sea algo, no vale una vida.

      —Tal vez—cruzó sus brazos sobre su pecho y miró al más alto unos largos segundos—. Ten.

       —¿Eh? —tomó el sobre que le extendió, donde se podía leer un “Vegeta Saiyan” —. ¿Es…?

     —Mi secreto—miró al techo—. La única manera de ganarle al muñeco es si todos revelamos nuestros secretos ante todos. Así no habría una cosa con la que nos condicionara. Claro, fuera de sus narices. Si se entera de que lo hicimos antes de que se cumpla la semana de plazo, es posible que use otra motivación de por medio.

      —Supongo que tienes razón. Aunque… hay cosas que quizá sí desean mantener en secreto. Y ese peluche debería respetarlo—miró titubeante el sobre—. ¿D-de verdad quieres que lo lea?

      —No tengo interés de graduarme del modo que él lo indica. Supongo que, el que lo leas, dejará más en claro eso.

       —Por supuesto… —sonrió y abrió el sobre, para leer su contenido—. “Vegeta Saiyan les teme a los gusanos” ¿Qué? —miró hacia el mayor, que a pesar del porte serio sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas por la vergüenza—. ¿En serio?

      —Es un enorme asco que no he podido superar.

      —¿Y qué hay de las oruguitas? —el otro negó—. ¿Y los que se convierten en mariposa? —recibió otra negativa, notando que el rostro del más bajo se azulaba conforme seguía insistiendo—. ¿Y qué hay de las lombrices?

       —De verdad son asquerosos—incluso se llevó la mano a la boca, como si quisiera vomitar de sólo pensarlo.

       —¿De verdad le produce tanta incomodidad? Bueno, no es un secreto tan malo… pero quizá sí podrían burlarse, o molestarlo enseñándole gusanos para asustarlo—guardó el papel en el sobre y se lo devolvió—. Vegeta, mi secreto.

      —¿En serio? —tomó el papel doblado que el Son le entregó.

      —Yo tampoco tengo intereses de graduarme a como ese peluche lo indica—tomó las manos del más bajo antes de que terminara de desdoblarlo—. Sólo… sólo no te burles.

      —No lo haré—sintió que aquellas manos temblorosas lo soltaban despacio—. “Son Kakarotto Goku les teme a las inyecciones. Además, es doncel” —alzó su vista, para notar cómo el menor lucía totalmente avergonzado—. Supongo que si existiese un muerto a causa de una jeringa, no sería por ti.

       —¡Las inyecciones duelen mucho, eso es todo!

       —¿Por qué el “ser doncel” debería ser un secreto vergonzoso?

      —¡No es muy común! Además, siempre me gustó sentirme incluido, y en la secundaria aislaban mucho a los donceles. Decidí nunca revelarlo para que no me trataran diferente—el mayor le devolvió su papel.

      —Bueno, son dos secretos que fácilmente podrían decirse sin problemas, ¿no crees? —el otro asintió—. ¿Sigues sintiéndote mal?

      —Un poco abrumado, solamente—rio nervioso, sus mejillas seguían sonrosadas.

     —Entonces te dejaré descansar—Goku asintió, abriendo la puerta para que saliera.

     —Adiós, Vegeta…

     Tan solo se fue, cerró con seguro y se tumbó en la cama, tratando de conciliar el sueño y que su estómago revuelto pudiera descansar. Miró al techo, pensando en lo que había revelado al más bajo.

      —¿Fue buena idea decirle que soy doncel? No es malo, pero era algo que prefería no decirle a nadie de aquí—soltó aire y cerró los ojos—. Supongo que Goten debe estar pasando por el mismo dilema. Después de todo, es posible que su mayor secreto también sea el mismo, y posiblemente sólo se lo contó a Trunks.

     Se acomodó de lado, tratando de buscar una posición cómoda. Se hartó de girar demasiado en la cama, quedando nuevamente en su posición inicial

      —Vegeta… ¿se preocupa por mí? Me siguió para ver si estaba bien—miró su palma—. Y me sostuvo cuando me asusté—llevó su mano a su pecho—. ¿Por qué siento tan familiar todas sus acciones?

Ese día sólo salí a comer, y de nuevo me volví a encerrar en mi habitación. No podía sentirme tranquilo luego de lo que el director le hizo a Black. Me ponía tenso la manera en cómo se tomó tan en serio las reglas, para castigar a quienes las incumplieran.

Además, no podía quitarme la idea de la cabeza. ¿Por qué siento todas esas muestras de cariño, por parte de Vegeta, como si ya las hubiera recibido antes? Él y yo nos conocimos hace apenas unos días. Entonces, ¿por qué siento que esto es algo que siempre recibo de él?

 

 

 

Personas: 12

To be continued…

 

Notas finales:

19/06/2022 By Near


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).