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Ya había pasado algunos meses desde su matrimonio, ahora ambos estaban llevando una hermosa vida de casados, como toda pareja tenían pequeñas discusiones pero no nada fuerte por así decirlo.
-Yami, pasame el azúcar por favor
-Claro
Agarró el recipiente del estante y de ahí se lo dio al menor sin antes acariciar su cabeza, recibiendo un pequeño puchero por parte de este último.
Luego de eso ambos terminaron de preparar el chocolate caliente y se fueron juntos a la cama, el mayor tomó el control de la televisión para prenderla y cambiar los canales hasta detenerlo en una de caricaturas que le gustaba a su aibou, aparte le encantaba ver al menor como se emocionaba cual niño pequeño.
-Agente P~
Yugi se acomodó en el pequeño del otro para luego mirar atentamente la televisión y sonreír por las escenas que veía.
El mayor por su parte sonreía a su lado y se dedicó a tomar su chocolate caliente aspirando lentamente su aroma.
-Jajaja aún no entiendo como no descubre que Perry y el agente P son el mismo
Habló dejando de lado su taza ya vacía pero Yami se la quitó y la colocó en la mesita de noche, minutos después también la taza de Yami la dejó aún lado junto a la otra.
El programa terminó y buscaron otros canales que les llamará la atención, sin resultados apagaron la televisión.
-Voy a lavar esto y vuelvo
-No tardes aibou
El menor asintió con la cabeza y se levantó de su cómodo lugar para ir a la cocina y ponerse a lavar las tazas usadas.
Luego de terminar, regresó a la habitación y miró a Yami abrazando una almohada y con ojos cerrados, una idea se le vino a la mente y sin hacer ruido tomó otra almohada para posteriormente lanzarle al rostro soltando risas y un sobresalto de parte del oji-rojo.
-Jajaja ¡guerra de almohadas!
-¡Ahora verás!
Así dio inicio a un montón de risas, y un pequeño desorden en la cama, el menor le pegaba con la almohada en el pecho y el otro aprovechaba para darle en la cabeza o costados, obviamente siendo cuidadoso.
Después de unos minutos estos caen completamente exhaustos por la guerra de almohadas, en medio de la agitación y sudoración cruzan miradas tiernas y con ojos muy brillantes.
Ambos se acercan lentamente hasta fundirse en un caluroso beso para proceder a un cálido abrazo.
El más pequeño se coloca encima del otro para decirle.
- Está noche serás mío...
Se acercaba lentamente al cuello del otro chico para finalmente caer dormido sobre su pecho.
Dicha acción hizo que el mayor soltara una leve carcajada junto a un leve sonrojo para luego taparse con una sábana y dormir con una sonrisa.
Al día siguiente
El sol de la mañana llegó al rostro del mayor, por lo cual despertó, pero también le atrajo algo, era el olor a carne asada, el delicioso olor lo condujo hasta la cocina lo cual se encontraba el menor sólo en boxers y llevando un delantal.
-¡Buenos días!
Dijo el menor al mayor con una gran sonrisa.
-B...Buenos días...
Respondía el chico ya que estaba un poco confundido y se dirigió al comedor a esperar su comida con paciencia.
Luego de unos pocos minutos el menor llega al comedor con la comida para proceder a sentarse y a comer.
El mayor al probar un poco de comida le empezaron a salir unas pocas lágrimas, el menor al verlo se asustó.
-O-Oye..¿que sucede?
El mayor se rodilla y toma la mano del menor diciéndole:
-Estoy tan feliz de que me cocinaras está mañana.
-¿E-enserio?
-Si aibou
Ambos sonrieron y se dispusieron a comer, llegando una escena a la mente del mayor deteniendo la acción de llevar la cuchara a la boca, siendo notado por su esposo.
-¿Sucede algo malo Yami?
-Aibou...ayer tú..
-¿Eh?
-No nada
-Jmn
El oji-rojo olvidó por un momento que cuando Yugi se duerme no recuerda lo que sucede antes y debido a esto es por lo que decidió no comentar nada sobre lo de ayer en la cama
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