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Era un nuevo día en la ciudad Domino, el sol despertaba a toda la gente mostrando el inicio del día, en una casa-tienda se encontraba un chico tricolor y de ojos amatistas, ya despertandose dando un bostezo y estirando sus brazos tratando de sacar la pereza que aún tenía en su cuerpo. Pero unos sonidos en la puerta le hicieron detener su acción.
-Buenos días hijo, ya está listo el desayuno
-Buen día abuelito, gracias enseguida bajo
Dicho esto escuchó los pasos alejarse, se levantó de la cama y fue al baño para darse una ducha rápida.
Al terminar salió con la toalla en su cuerpo y la otra en su cabello, procedió a cambiarse para luego luego bajar al comedor, encontrando a su madre y a su abuelo ya sentados.
-Buenos días mamá
-Buenos días Yugi, siéntate o se te enfriará tu desayuno.
El menor procedió a sentarse para empezar a comer tranquilamente en un cómodo silencio hasta que el Señor Solomón empezó a hablar.
-¿A dónde irán hoy con los chicos?
-A la Arcade abuelito, luego Joey tendrá un duelo con Yami y después conmigo.
-Ya veo, ese muchacho no se rinde en tratar de derrotarlos a ustedes dos.
Los tres presentes terminaron de comer y la madre se dispuso a lavar los platos mientras que el menor, subió a su habitación para buscar su deck.
Mientras tanto, alguien había entrado a la tienda de juegos, el abuelo sonrió al verlo.
-Buenos días abuelo
-Buen día hijo, Yugi está en su habitación
Dicho esto entró a la casa y fue directo a la habitación del menor, tocando dos veces la puerta escuchó el permiso para entrar.
-Hola aibou
-¡Yami!
Yugi corrió a los brazos del mayor para crear un tierno abrazo y el oji-rojo aprovechó esto para robarle un beso al de ojos amatistas, sonrojado al menor y haciendo que Yami sonriera con satisfacción por lograr su cometido.
-¿Listo para irnos aibou?
-S-si, vamos Yami
Se tomaron de las manos para proceder a salir de la habitación sin antes darse otro beso, bajaron las escaleras y se encontraron con la mamá del menor.
-Señora Muto, buenos días
-Buenos días
La relación que ambos, la madre y el tricolor mayor, digamos que no es tan buena por el momento ya que no pasan de los saludos mostrando su respeto después de todo es la madre del chico con el que sale, pero esta aún no lo sabe.
-Ya me voy mamá
-Ten cuidado Yugi
El nombrado asintió con la cabeza, Yami igualmente se despidió y salieron por la tienda despidiéndose del abuelo.
-Que se diviertan muchachos
Una vez en la calle, se volvieron a tomar de las manos y se sonrieron hasta que llegaron a la Arcade donde sus amigos ya estaban esperándolos.
-Ya se estaban tardando, par de tortolos
Obviamente ellos ya sabían de la relación que tenían ambos tricolores y los apoyaron sin dudarlo.
Cuando entraron, vieron que había mucha gente peri sin tomarle importancia se dirigieron a jugar en varios juegos, Duke y Tristán se desafiaron en el juego de motocicletas, Joey se apuntó en uno de puntería donde ganó un peluche del Dragón blanco de ojos azules, lo cual le recordó a cierto castaño ricachón.
Yami jugó uno de carreras de autos, dejando un nuevo récord en la pantalla impresionando a algunos, Yugi atrapó con la caña de pescar 5 patitos de juguete por lo cual ganó un peluche de la Maga oscura en versión chibi.
-Bien Yami, es hora de que nos enfrentemos
-Esta bien Joey
Dicho esto el grupo de amigos fueron a la arena de duelo, cada uní se posicionó en su lugar, para dar inicio al duelo.
-¡DUELO!
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El sol ya se empezó a ocultar cuando los chicos terminaron de comer en el restaurante, luego de un día de juegos estaban hambrientos, más aún Joey que perdió todos los duelos que tuvo con Yami y luego con Yugi.
Cada uno se fue directo a su casa, el tricolor mayor acompañó al menor hasta su hogar y una vez en la puerta de entrada, se dieron un beso de despedida.
-Me divertí mucho Yami
-Igual yo Yugi, descansa
-Hasta mañana mou hitori no boku
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