Hoy no fue un buen día.
Me levante normal, me vestí con el yukata que me regalo Ichigo de cumpleaños adelantado, es azul marino y el obi gris, muy suave y tiene bordado la cabeza de un gato en la parte superior de la espalda según Ichigo lo bordo su madre y estoy agradecido, el cielo no estaba ni bueno ni malo pero por ser Junio probablemente llovería por la tarde, ya saben lluvias de verano no se le pueden evitar. Como cualquier mañana ya acostumbrado ayude al señor Katashi a acomodar el puesto, la fruta y el agua en su lugar aparte de ver que nadie intentara robarla, era como cualquier mañana normal.
Ichigo me aviso que vendría hoy ya es una costumbre que siempre venga a las cuatro de la tarde, cuando viene nos vamos a caminar o a las afueras del Rukongai a contemplar la calma del lugar si a veces nos la pasamos peleando y tirándonos del cabello por quien es más fuerte pero casi siempre es ir a un lugar y relajarnos, me habla sobre su vida en el Kusokugai el lugar donde están las casas de los clanes nobles; de la comida que prepara su madre junto con su hermanita Yuzu, de las veces que viene una mujer bastante “robusta” del pecho a buscar al flojo de su padre y de las otras personas que son del clan. Tiene tres primos pero con quien siempre pelea es con un tal Ganju y su estúpido jabalí, me da gracia ver las cara que pone cada vez que habla sobre él y a lo que me imagino el ambiente en esa casa debe de ser cálido por su familia no me los imagino como unos nobles serios si no una familia cálida.
Y el corazón de esa familia era su madre.
Cuando dieron las cuatro no veía a Ichigo todavía tampoco es como si fuera puntual así que no le tome importancia, después dieron las 4:30 pero seguía normal, lo esperaba cerca del puesto hasta que el viejo me dijo que no necesitaba de mi presencia por hoy, fui al lugar que siempre frecuentábamos “tal vez este ahí” pensé. Era a las afueras del Rukongai donde comenzaba el bosque en las mañanas la luz del sol calentaba por esas tierras y se sentía como si estuvieras envuelto en tu futon, ese día Ichigo no llego por un momento pensé “Bueno debe tener tareas igual no termino el tonto” y todo iba bien hasta que me di cuenta que no había venido desde hace dos semanas y fue cuando supe que algo iba mal, no era como si se le hubiera olvidado pero tenía un mal presentimiento así que decidí ir al Kusokugai obviamente no me metería pues está dentro del Sereite oh bueno no tanto así pero era imposible entrar desde el Rukongai, me acercaría lo más que pudiera y lo buscaría.
Cuando salí él estaba enfrente de la casa.
-Grimmjow- Lo mire y algo en verdad estaba mal, estaba demasiado seria hasta para ser Ichigo.
-¡Hey! Hace tiempo que no pasas por aquí ¿Te perdiste en el camino o qué?
-No…estuve ocupado esta semana, vamos- Ni me dio tiempo de decirle algo porque empezó a caminar rápido y justo cuando logre agarrarlo de la manga uso su shumpo tomándome de sorpresa.
-¡Te dije que no hagas eso idiota! ¡¿Crees que es divertido arrastrar personas como si fueran costales?!
Le reclame gritándole pero no hubo respuesta ni siquiera me miro solo se acostó en el pasto a ver el cielo, me di cuenta que estábamos en otro lugar, una colina que tenía una vista perfecta del Rukongai. Extrañado me senté a su lado y lo seguí viendo apenas me di cuenta que vestía un haori negro con un hakama gris, él no suele vestir colores oscuros o al menos no tan así, subí mi mirada a su rostro y tenía la mirada perdida en el cielo pero sus ojos se veían tristes, el brillo de sus ojos color caramelo no estaba.
Algo no estaba bien.
-Ichigo…- Dije en tono bajo no me iba a quedar así.
-Yo no la pude proteger.
Lo mire extrañado “¿A quién?” pregunte en mi cabeza pero creo que debería dejarlo hablar así que solo asentí la cabeza y lo seguí observando.
-Grimm yo no la pude proteger, era algo tan simple. Se supone s-se supone que soy un aprendiz de shinigami, debería estar alertado pero no pude hacer nada- Volteo a verme y las lágrimas empezaban a salir- ¡Ella murió y yo no pude hacer nada!
Estaba llorando como un niño pequeño, sus ojos se veían tan vacíos y esa expresión joder, me dolía verlo así y no sabía que decir, solo lo mire triste esperando que continuara.
-No tuve el p-poder suficiente para protegerla- gimoteaba y veo como más lagrimas salían de sus ojos acaramelados- Grimmjow por mi culpa ella murió, mi madre murió.
Seguía observándolo, no sé qué podía hacer por él ¡Joder! Me frustraba verlo así, Ichigo siempre ha sido alegre un poco gruñón pero alegre, en sus ojos podía ver esperanza y su sonrisa…este chico no se parecía en nada al que siempre he visto.
Ver a una persona que quieres en ese estado es como una tortura.
Se sentó y lo acerque a mí, lo abrace y deje que se desahogara que descargara todo el dolor en mí. Solo una vez vi a su madre y con eso me basto para saber que lo era todo para él incluso su expresión al hablar de ella reflejaba simplemente amor. No puedo imaginar por el dolor que está pasando y lo único que puedo hacer es estar para él en cualquier momento, pensaba que al llegar aquí la muerte ya no significaría nada pero me equivoque es algo de lo que nunca se podrá escapar y como es costumbre se llevara a tus seres más queridos. “Ichigo me gustaría ayudarte” era lo único que pensaba, no me gustaba verlo así. Tres años pasaron desde que nos conocimos y en ese tiempo he llegado a apreciarlo, este lugar cruel y aburrido lo hacía interesante y no puedo dejar que esa felicidad con la que siempre carga se esfume.
Quiero que sea feliz siempre.
Ese fue un mal día Ichigo no dejaba de llorar y yo solo lo escuchaba en silencio, una lluvia ligera cayo pero no nos importó ya que nos quedamos un buen rato. Cuando llego la noche él se había quedado dormido, lo acomode en el césped y nos quedamos toda la noche en ese lugar yo no dormí pues incluso no tenía ganas para hacerlo y a la mañana siguiente se levantó, fuimos a un rio cerca y se lavó la cara, me dio las gracias y me dijo que me vería en dos días. Regrese a mi hogar y a pesar de los gritos del viejo Katashi me fui directo a dormir, estaba demasiado cansado y triste, ver a Ichigo así me dolió mucho, era mi mejor amigo. Pasaron los dos días y volví a ver a Ichigo quien ya no vestía de negro si no de rojo, se veía más tranquilo pero aun así su expresión no era la de siempre en él solo veía tristeza, me explico mejor lo que había pasado resulta que ese día había acompañado a su madre a un templo a las afueras del Kusokugai y un hollow bastante raro los ataco, no debía ser una amenaza pues se suponía que ella podría defenderse e Ichigo igual pero algo salió mal que su madre termino defendiéndolo y en un golpe de aquel hollow murió, Ichigo se quedó en shock y su padre apareció para salvarlo pero era desasido tarde para su esposa. La sepultaron al día siguiente pero Ichigo quedo de luto durante dos semanas hasta el día que vino a mi casa se sentía mejor (pero demostró que no era del todo cierto)
Estaba devastado.
Los siguientes días empezó a venir desde temprano y se iba bastante tarde, pareciera que no quisiera estar en su casa y me imagino porque, se siente culpable de la muerte de su madre y avergonzado enfrente de su familia pero estoy seguro que no debería, él no tuvo la culpa “Es lo que quiero creer”
-Grimmjow vamos al bosque- me dijo un día mientras caminábamos por las calles del Rukongai, sabe que me da mucha flojera ir hasta allá pero esta vez no diría nada, quería apoyarlo de toda manera posible.
-¿Qué quieres hacer?
-Buscar luciérnagas, creo que ya es temporada.
Lo mire de nuevo a sus ojos y suspire, se exactamente que esa no era la verdadera razón últimamente cada vez que nos alejamos por el bosque se queda observando los arboles por un rato después se sienta, me acerco a él se apoya en mi hombre y empieza a llorar en silencio.
Soy su único apoyo en este momento y mi instinto dice que tengo que protegerlo.
Pero la tristeza nunca es eterna, con los días fue mejorando poco a poco y volvió a ser el mismo más o menos. Estábamos a finales de Junio y ya no se vía tan triste, tenía un poco más de ánimo y volvíamos a hablar de temas triviales pero aún seguía yéndose hasta tarde supongo que disfrutaba de mi compañía, bromeábamos y nos golpeábamos de juego todavía pero siempre antes de irse me agradecía y me abrazaba, el dolor seguía ahí pero buscaría algo para animarlo ya que se acercaba Julio y eso indicaba que también se acercaba el cumpleaños de Ichigo, si yo también cumplia años pero en verdad quería darle algo para que se alegrara.
Pensábamos que la tormenta se había ido pero apenas estaba comenzando.