21. NUESTRO SECRETO
Felicity sabe que hay algo raro. Lo puede sentir a kilómetros de distancia. Casi jura que puede olerlo. Oliver ha regresado luego de desaparecer de manera misteriosa durante todo el fin de semana.
La rubia casi pierde la cabeza de la pura preocupación. El muy cabezota había logrado esquivarla, por lo que aun con todo el Wi-Fi que tenía no logró dar con él hasta que este así lo quiso.
Oliver regresó a Starling con un aura totalmente diferente a la que tuviese días atrás. No esta segura de qué es, pero sospecha que alguien ha logrado ablandar el corazón del arquero.
—Si solamente me dijeras no desperdiciaría mi tiempo jugando a ser Sherlock—suelta Felicity mientras sigue de cerca al mayor.
—Eres mala jugando eso—responde Oliver
—Oliver—se queja ella.
Nada. Ni una palabra. No logra sacar ni un rastro de información. Suspira, dándose por vencida, y Ollie respira finalmente tranquilo.
Teme sinceramente que, de volverse público, su relación vaya en picada.
Mientras tanto en Central City Barry continua hablando con Caitlin sobre lo ocurrido el fin de semana, los sonrojos no se hacen esperar.
Le confía lo necesario para explicar el calor que nace en su pecho. La calidez que va llenándole día a día.
Han pasado dos semanas ya y, aunque no han logrado verse (de nuevo), no han dejado de hablar por video llamadas.
Barry ha comenzado a llamarle de vez en cuando por las mañanas, cuando su trabajo le permite salir por un café a la vuelta de la esquina.
Oliver siempre acepta las llamadas, sea la hora que sea, cosa que alegra al menor. Este ultimo descubre un secreto bien guardado del mayor, su fijación por los gorros.
Al principio lo deja pasar, pero luego solo logra burlarse un poco de su novio, quien se justifica diciendo que el único sitio donde el frio le llega es en el cráneo.
Barry se ríe con ganas durante días.
Algunos días después, luego de casi un mes sin poder verse, consiguen escabullirse. Cait cubre al forense fingiendo ir al cine con este mientras que Oliver se las arregla para escapar sin ser visto. Se reunen en Starling, donde Oliver se ha asegurado que todos estén en su respectivo hogar.
Han pasado toda la semana exigiéndose el 200% asi que las repentinas vacaciones son aceptadas con gusto por el resto del equipo.
Barry llega a la guarida en traje y todo. Solo se quita la máscara para cortar la distancia y besar a Oliver como solo él puede.
Ambos sienten que sus corazones vuelven a latir luego de una eternidad. Se comen a besos mientras Barry suelta una risa.
Es demasiado perfecto.
—Deberíamos cambiarnos—observa el castaño entre besos
—Deberíamos...—acepta Ollie.
—Apuesto a que gano...—menciona Barry, con una enorme sonrisa.
Se apoya en su velocidad y pronto está frete a Oliver vestido de civil. El rubio frunce el ceño.
—Has hecho trampa—acusa abriéndose el chaleco, no ha logrado quitarse si quiera una parte.
Barry rodea con sus brazos su cuello, Oliver lo toma por la cadera mientras rie.
—Pequeño mocoso...—murmura Oliver haciéndose el ofendido
El menor le besa riendo. Se besan lentamente, disfrutandose mutuamente. Se pierden en su propia burbuja hasta que oyen el sonido de algo rompiéndose.
Oliver es el primero en reaccionar, coloca a Barry tras él mientras voltea al sitio de donde viene el sonido.
—Felicity—murmura, sin saber realmente que decir
La rubia le mira incrédula. Frunce el ceño mientras el mayor suelta un suspiro.
—Todo este tiempo estuve buscando una respuesta a tus cambios de humor y de actitud... Cuando pensaba que no podías hacer nada peor.
Barry le mira confundido cruzándose de brazos mientras Oliver frunce el ceño, anticipando lo que la otra dirá. Voltea a ver a Barry mientras murmura un breve.
—Ignóralo...
—¡Te estás acostando con un hombre! —casi grita la chica, con un tono que el castaño jura rebasa el desagrado.
—Felicity—advierte el mayor, enojado.
—Pudiste simplemete decirmelo. Pensé que lo nuestro era serio. Realmente pensé...
—¡Suficiente!—grita esta vez Barry, notando el dolor en la mirada del otro, la chica pega un brinco en su sitio.
—Barr—musita Ollie
—Cualquier reclamo que quieras hacer, debes hacermelo a mí antes—dice apartando al mayor.
Felicity le mira con enojo unos momentos.
—¿Cómo pudieron hacerme esto? Jugar con mis sentimientos. Ambos.
—No todo es sobre ti—suelta molesto Barry, mientras alza las manos, cortando a la otra— El mundo no gira a tu alrededor, y ten por seguro que ni Oliver ni yo nos movemos a tu antojo.
—Él me amaba, incluso tu lo hacias...—murmura sintiendo sus ojos humedecerse, la rabia ganando terreno en su mirada.
—Pensé que eras la indicada para callar mis demonios—responde Oliver, sonando más tranquilo. Respira antes de girar a mirarla con pena— No hiciste más que hacerlos gritar más fuerte...
—Oliver—suplica ella
Barry ha tomado la mano del mayor mientras una mirada triste cursa sus ojos.
—Cuando te busqué por primera vez vi a una persona que era capaz de dejar todo por seguir una buena causa. Por poner al resto por encima de sus propios intereses... ¿Dónde quedó esa persona? Incluso ahora respeto todo lo que has logrado, en lo que te convertiste... Pero no me pidas que lo acepte.
—Cuando veniste a mi acepté todo de ti—murmura ella con rencor
—No, cuando veniste, decidiste hacer todo lo posible por cambiarme...
—Traté de hacer lo mejor para ti...
—Intentaré devolverte el favor... Cuando dudabas entre quedarte e irte, tomaste la decisión equivocada... Vete, Felicity. Tienes una empresa que mantener.
El castaño le mira con sorpresa mientras su boca forma una O perfecta, un duelo de miradas se instala entre los rubios. La chica aprieta los puños antes de dar media vuelta y caminar hasta la salida.
—Ollie—murmura Barry preocupado, acercándose al mayor— ¿Estás bien?
—Esta es la reacción que temía...
—Se siente herida
—Lo sé. Pero una vez que pase el dolor, ¿crees que será capaz de aceptarlo? ¿De entenderlo siquiera?—cuestiona mirando finalmente a su mocoso.
El menor toma su rostro entre sus manos, ha descubierto recientemente el increíble efecto tranquilizante que produce en Ollie, y, en tal situación, considera oportuno utilizarlo.
—Lo hará... Eventualmente... Ella. John... Thea. Todos quienes aprecias lo aceptarán, porque esto, Oliver, esto que tu y yo tenemos, este secreto que estamos guardando... Nos hace felices. Te hace feliz. Y eso es lo importante.
Oliver le rodea con sus brazos y apoya su frente en la del menor mientras este cierra los ojos. El rubio cierra estos igualmente mientras respira hondo y sonríe ligero
—Pensé que yo era el dramático—susurra con burla, mientras choca su nariz con la del otro
—Oliver—se queja el menor mientras se aparta, las cosquillas que le genera ese roce es indescriptible.
Rien unos momentos antes de que Barry le mire con un brillo particular en sus ojos.
"Te amo" grita en su interior, y el otro parece leerlo con tremenda facilidad, pues sonrie ampliamente antes de dejar un beso en su frente.
Barry sonríe ampliamente mientras abraza cariñosamente al otro. Oliver rie cuando Barry se oculta en su hombro, haciendole cosquillas.
—Barr—murmura, divertido.
Este se aleja apenas antes de besarlo lentamente, Oliver le besa igual.
—¿En qué nos quedamos antes?—murmura coqueto el menor, mientras sus manos jugan en el abdomen desnudo del otro.
—No logro recordarlo...—responde el otro, sonriendo divertido.
—Suerte que yo sí... —sonrie Barry, se aparta unos segundos de Oliver.
El rubio ve una ráfaga moverse por el lugar antes de regresa a sus brazos.
—Nadie entrará ahora...
—¿Ha estado investigando mis contraseñas, señor Allen?—cuestiona incrédulo.
—Sí, lo hice—responde antes de besarlo.
Y Oliver no puede más que sonreir mientras unen sus labios, antes de retomar la tarea que tenían momentos antes.