A duras penas YoonGi le contó parte de su vida a Jimin, el omega sentía el pecho revuelto por las terribles cosas que sufrió su hyung, en cambio, él había tenido una vida muy tranquila gracias a su mamá y a Jungkook.
El alfa miraba hacia abajo y Jimin no lo pensó dos veces para abrazarlo, intentando reconfortarlo. YoonGi se quedó congelado, los pequeños brazos del omega lo estaban rodeando fuertemente, lo dejó hacerlo, a Suga parecía gustarle la cercanía con el menor, su brazo derecho se instaló en la espalda del omega, donde ejerció un poco de presión para acercarlo más.
De alguna manera el omega sentía que debía apoyarlo, el mayor lo había ayudado sin siquiera conocerle, era lo menos que podía hacer a menos que…
-Hyung – le llamó con voz baja aun abrazándolo, sentía vergüenza pero también una sensación reconfortante, sus mejillas estaban un poco rojas, el aroma a menta y café lo inundaba, cada vez le gustaba más esa combinación; el mayor hizo un sonido para que prosiguiera que pareció un ronroneo a oídos de Jimin – puedo ayudarle si quiere – alzó su vista para ver los ojos del alfa, este estaba algo asombrado
-¿Qué quieres decir? – al fin preguntó dejándose caer hacia atrás en uno de los asientos, Jimin se sostuvo con fuerza al pensar que caería al suelo del cuello de YoonGi, el alfa estaba actuando diferente y el mismo lo notaba, Suga estaba demasiado juguetón y cariñoso con el adorable omega de mejillas rojas y lo más extraño era que a YoonGi no le molestaba en lo más mínimo, al contrario se sentía bien tener a Jimin sobre él.
-P-puedo intentar curarlo – los ojos del alfa se paseaban por el rostro del menor procesando sus palabras, Jin le había dicho que era un híbrido y Nam que posiblemente fuera mitad elfo, si era cierto las probabilidades de que recuperara el olfato eran muy altas pero también, si lo había curado antes Jimin se lastimó él mismo, esa idea no le gustaba mucho, él no quería dañar al omega para mejorarse él, eso sería bajo. – ¿Hyung? – esa suave voz hizo que elevara su mirada y notara los ojos curiosos de Jimin, sus mejillas abultadas y sus gruesos labios, su mirada era tan pura, era imposible que un ser así odiara o sintiera rencor por nadie, no como él, ahora mucho menos deseaba que le sucediera algo, lo quería atesorar y que siempre estuviera presente en sus orbes ese brillo característico, que en tan poco tiempo logró distinguir
-no si te daña a ti – respondió después de guardar cada pequeño detalle de la vista que había obtenido, el rostro de Jimin cambió a uno más relajado, casi hasta embelesado mientras sonrió suavemente y fue hermoso, si antes pensaba que era lindo ahora era ángel, un ángel destinado a estar en su camino, sonrió al recordar esas mismas palabras salir de otra persona, después de todo tuvo razón
-YoonGi-Hyung – habló con suavidad, sus manos fueron a las mejillas del alfa elevando su cabeza un poco más, sus ojos se encontraron y se sintió como si todo a su alrededor desapareciera, solo estaban ellos dos, el tigre de YoonGi ronroneó gustoso al percibir al omega de Jimin, no era un lobo ni un elfo, eran ambos, al mismo tiempo, era extraño pero hermoso. La criatura tenía cola y orejas, su pelaje era tan amarillo como el sol pero no era denso en todo su cuerpo, la cara era como un cachorro de lobo solo que algo más humana, era asombroso, sus ojos eran verdes brillantes y una línea roja en cada mejilla, era bastante pequeño de tamaño, eso era aún más adorable. Aquel ser se inclinó ante Suga con toda la gracia del mundo, ambos animales sintieron la fuerte atracción, querían salir y tomar posesión del cuerpo de sus humanos pero no era el momento ni el lugar. Tanto Jimin como YoonGi sintieron la interacción y los deseos de sus criaturas, pero solo se quedaron mirándose, los dedos de Jimin acariciaban con delicadeza las pálidas mejillas del mayor, por su parte YoonGi estaba anonado por la sensación que recorría su cuerpo, el delicado tacto en su cara y el calor proveniente bajo sus manos, instintivamente quiso aferrarse a él, sus brazos rodearon en su totalidad al omega acercándolo más, si era posible, sentía la necesidad de más cercanía, de más calor, de más Jimin. –Q-Quiero hacerlo – el cerebro de YoonGi explotó en ese momento, Suga casi toma el control, sintió como sus ojos cambiaron a los del tigre, la iris fue extendiéndose hasta cubrir la esclerótica y la pupila se alargó volviéndose más fina, de un color amarillo intenso, cerró sus ojos nada más sentir que cambiaban, eso nunca había pasado –Quiero curarle – de cierto modo al escuchar eso se sintió más aliviado pero increíblemente decepcionado
Jimin se sentía débil, como derritiéndose al estar tan cerca, no le desagradaba la forma en que los brazos de YoonGi sostenían su cuerpo, era una sensación como ser necesitado o ansiado por alguien, era un sentimiento agradable y cálido. Su hyung tenía los ojos cerrados y respiraba entrecortadamente con los labios separados. Esa fue la primera vez que sintió ganas de besar, se preguntó cómo sería la textura de los finos labios del alfa, cuál sería su sabor, acaso de menta como su aroma. Su atención fue llamada cuando el mayor abrió los ojos, se veían salvajes pero gentiles, simplemente atrayentes, en especial por ese color tan característico. La pupila se dilataba y se contraía bastante seguido, eso le gustó, significaba que le agradaba a YoonGi, sintió algo parecido a cuando comía dulces en su casa, la palabra que lo describía era satisfacción
Ninguno podía quitar la vista del otro, sus ojos no se despegaban, sus brazos parecían adheridos en el lugar y sus bocas se sentían secas. Jimin mordió sutilmente su labio inferior y la reacción del mayor fue mojar con un movimiento de la lengua su labio con la mirada fija a la boca de Jimin, quien se sonrojó al ver esa acción de su hyung
Como si fueran dos imanes sus rostros se fueron acercando, las manos de Jimin se trasladaron a la parte posterior del cuello del alfa, este sintió cosquillas por la suavidad de las pequeñas manos, mientras se acercaban YoonGi notó entre la bruma de sus deseos que los ojos del menor eran ahora de un verde intenso, al igual que la criatura en su interior
-chicos ya… - Jimin fue el primero en reaccionar mirando hacia dónde provenía la voz, sus ojos volvieron rapidamente al color normal y su rostro se volvió totalmente rojo al percatarse de la cercanía en la que se encontraba, sus manos se apoyaron en el pecho de YoonGi e intentaron apartarlo pero el mayor seguia ensimismado apresando la cintura de Jimin. Namjoon miraba la escena con total asombro ni siquiera habían pasado una hora de que sacaron al chico y YoonGi estaba con él encima
-Hyung – se quejó el omega zarandeando un poco al alfa, quien por fin salió de su ensoñación notando la presencia de su amigo, mas no soltó al más joven, Suga no quería soltarlo ni él
-ejem – intervino el beta – como decia…ya nos podemos ir – Jimin de un saltó se bajó de encima del alfa, este se sintió vacío pero asintió mientras se paraba después de que Jimin se alejó. Estaba ido, aún sentía la necesidad de tenerlo en brazos, buscó con la mirada al omega encontrándolo con el gatito en manos, ya se la había olvidado hasta el pequeño animal
Por inercia salió por la puerta en busca de las medicinas y las provisiones dejando en la habitación al beta y al omega. Namjoon no paraba de mirar con curiosidad a Jimin, el pobre estaba más rojo que un tomate y no era para menos, el omega estaba avergonzado de la manera en que se dejó llevar, sin mencionar que había sido sorprendido por otra persona y ahora la mirada divertida en el rostro del chico moreno no ayudaba mucho en la situación
¿Dónde había quedado su racionalidad? Min YoonGi nunca perdía los estribos, si Nam no hubiera llegado no sabría cómo terminaría la situación. En primer lugar por qué le devolvió el abrazo, simplemente debió dejar que el chico lo abrazara solamente, no debió poner sus manos en su cuerpo, no debió sentarlo en su regazo, no debió mirarlo con otros ojos, no debió desear tocar su piel directamente y no debió desear tan mal probar los labios de Jimin.
Pero cómo iba a evitarlo si cada parte el cuerpo del chico lo invitaba a tocar, a acariciar, a besar, ¡oh no!, ya estaba dando rienda suelta de nuevo a los deseos de Suga, al muy maldito le habría fascinado continuar sin importar si llegaba o no Namjoon, el tigre estaba completamente embobado con el menor, lo cual no tenía sentido, era como si hubiera elegido al pequeño como pareja pero esta idea era descartada ya que no podían percibir los olores, pero recordó esa pequeña fracción de segundos cuando sintió ese dulce olor, con solo recordarlo Suga se alteraba y lo afectaba a él en cierto modo, los deseos de su alfa interno tomaban forma física en su cuerpo de una forma un tanto inadecuada
Intentó dispersar esos turbios pensamientos, debían irse lo más pronto posible de Inferno si querían sacar a Jimin y llevarlo de regreso a su hogar. Comenzó a recoger lo necesario, al tomar las medicinas recordó la oferta del menor
¿Quizás si debía dejar a Jimin curarle? Pero ¿y si eso dañaba al omega? No quería volver a verlo en ese estado tan desastroso. No importaban las circunstancias a Jimin no le pasaría nada en lo que quedara de viaje.
Sacudió su cabeza y se echó la bolsa al hombro, se dejó caer en un polvoriento sofá, al cual recordaba muy bien, se recostó apoyando la cabeza en uno de brazos de este. Cerró sus ojos, no quería pensar en nada pero no era algo fácil. Al moverse un poco escuchó como un papel siendo arrugado, rapidamente se incorporó. Levantó el cojín y encontró un sobre de papel, concretamente una carta
La tomó y la volteó, estaba en blanco, no tenía destinatario ni remitente
-NOOO!!
Escuchó el grito de Jimin y sin pensarlo guardó la carta en su chaleco, cogió la bolsa y corrió hacia la otra habitación
Jimin se sentía acorralado ante las preguntas de Namjoon y este no paraba de sonreir, las reacciones del omega eran muy adorables y graciosas, que alguien se pusiera así de rojo por simples preguntas era algo que nunca había visto, Agust lo ignoraba y Jin se enojaba, así que era algo nuevo para el beta.
-entonces…si se besaron? – preguntó el beta aguantando la risa, el omega se cubrió el rostro con ambas manos
-NOOO!! – se dio la vuelta dispuesto a correr pero al hacerlo chocó comenzando a caer más no terminó en el suelo ya que unos brazos lo sostuvieron
-¿qué sucede aquí? – la sonrisa del beta se esfumó al ver al alfa retándolo con la mirada pero le sostuvo la mirada, estaba algo acostumbrado a ver a YoonGi así, por su parte el alfa ya venía sospechando que había sucedido al ver las reacciones de los dos presentes, seguramente Nam estaba molestando a Jimin. Sus pupilas descendieron buscando la cara del menor pero esta era cubierta por sus pequeñas manos, solo podía notar las orejas, las cuales estaban rojas – cachorro, que pasa?
-n-nada- intentó que su voz no sonara temblorosa mientras se alejaba un poco del mayor, ¿por qué habían momentos en los que se sentía a gusto con la cercanía del alfa y otros en los que ni siquiera podía verlo a los ojos?
-seguro? – dijo no muy convencido, miró al moreno exigiendo respuesta, Nam suspiró
-solo eran tonterías mías – se justificó, con solo ver la mirada que le había dirigido el pequeño omega era más que claro que no deseaba que YoonGi supiera – cierto, amiguito? – Jimin asintió enérgicamente y se sintió un poco menos tenso
-ya veo – se acomodó la bolsa y apuntó con la cabeza a la puerta – listos para irnos? – los otros dos asintieron y siguieron a YoonGi por la puerta.
Los tres caminaban por los cortos pasillos hasta que salieron por la entrada, Nam fue el que encabezó al grupo una vez estuvieron fuera, nadie habló por el camino hasta que llegaron al auto
El alfa abrió el maletero guardando las cosas, Jimin estaba detrás suyo observando lo que hacía y Namjoon vigilaba los alrededores
Un sonido hizo que todos se detuvieran, el tigre de YoonGi alzó sus orejas, era cierto, algo o alguien se acercaba y no quería quedarse a saber
-apúrense! – exclamó el alfa, Nam subió al lado del copiloto pero Jimin se quedó fuera, sentía su cuerpo paralizado, un olor extraño le llegaba, era tan desagradable que todo comenzaba a verse borroso, muy pronto sus piernas no pudieron sostenerse y cayó de rodillas en el suelo, su mano fue a su boca y nariz intentando no percibir ese asqueroso hedor- Jimin! – el mayor de todos se bajó rapidamente del auto, Suga tenía un mal presentimiento y se lo transmitió, se acercó al omega e intentó levantarlo pero antes de incorporarse un alfa ya estaba frente a ellos
-los encontré – dijo sonriendo tétricamente, dirigió su vista al híbrido y rió sonoramente – esto si fue efectivo – dijo agarrando una esfera de cristal que colgaba de su cadera, la cual parecía contener una sustancia oscura, el sujeto miró luego a YoonGi – y tú Agust, el jefe está enojadísimo~ – dijo con un tono irritante
-me importa una mierda – se levantó llevando consigo al mareado omega, lo llevó hasta el auto, dandole la espalda al enemigo, quien solo esperó en su lugar. Con sumo cuidado dejó al menor al lado de Nam, que estaba escondido ya que su padre no podía saber que estaba ayudando a su objetivo a escapar, el alfa le dedicó un asentimiento con la cabeza tranquilizándolo y luego volteó para encarar al otro alfa – que esperas? Terminemos esto de una vez
Tan pronto como dijo eso el contrario se lanzó al ataque con una sonrisa pintada en el rostro, YoonGi logró esquivarlo quedando frente a la espalda del otro y no dudó en propinarle un golpe en el centro de la espalda. El sujeto dio un traspié pero se incorporó para atacar de nuevo, esta vez logró rozar la cara del pálido haciendo un pequeño corte transversal en la mejilla, la gran mano de Yoongi atrapó la muñeca del contrario apretándola fuertemente hasta que el otro alfa se retorció de dolor, fue entonces cuando aprovechó para arrancar la esfera y lanzarla lejos, esta se hizo añicos al caer a una distancia considerable
Su objetivo principal había sido cumplido, ahora solo quedaba deshacerse del atacante, con su otra mano agarró el cuello contrario y comenzó a ejercer fuerza, más se detuvo en seco al enfocar su vista y notar que Jimin lo miraba por el cristal del auto, en su interior Suga bajó las orejas, no le gustaba como el omega le miró por unos instantes, ¿acaso había sido miedo?, en su descuido el alfa adversario estampó su rodilla en su abdomen haciendo que YoonGi cayera postrado de rodillas en el suelo, el sujeto agarró con fuerza unos cuantos mechones del cabello del pálido y dio un rodillazo en el mentón
Jimin que lo veía todo desde el auto tuvo un deja vú, su cuerpo reaccionó solo y salió del auto pero Namjoon lo sostuvo, él intentó soltarse para ir en ayuda de su hyung, miró con ojos suplicantes al mayor pero este solo negó con la cabeza
Jimin no aceptaría quedarse de brazos cruzados mientras que YoonGi necesitaba ayuda, debía haber algo que pudiera hacer, algo en su cabeza hizo click y recordó aquellas palabras extrañas que utilizó para ayudar al mayor en la vez anterior.
-hautanyel !!! – gritó con todo lo que tenía, sintió algo surgir de su interior y cuando abrió los ojos había sucedido otra vez, aquel alfa estaba totalmente quieto como congelado en el tiempo
Namjoon miró al omega con los ojos abiertos como platos, su agarre en el antebrazo del menor suavizó y cuando fue a decir algo Jimin estaba corriendo hacia YoonGi, <“lenguaje elfico”>
YoonGi sintió unos conocidos brazos alrededor de su cabeza, quedando esta contra un agitado corazón, nuevamente sintió paz y calidez. Sus brazos rodearon al cuerpo frente a él y una sensación revitalizante lo recorrió, poco a poco su dolor en el cuerpo disminuyó, ya ni siquiera dolía, era como si nunca hubiese peleado anteriormente, abrió los ojos y elevó su cabeza encontrando al omega rubio con el ceño algo fruncido y a su alrededor había un aura verde, casi invisible si no estuviera tan cerca.
La preocupación corrió su cuerpo cuando Jimin se desplomó en sus brazos, cayendo de rodillas al igual que estaba él, unas cuantas lagrimas se escaparon de los ojos color miel al cerrarse fuertemente. Su instinto protector salió a flote apretando al menor contra él, dejando que apoyara la cabeza en su hombro, su mano derecha se trasladó a los cabellos del omega dandole suaves caricias
-qué has hecho? – quería sonar frío y retador pero ambos, Suga y él sabían que en esa situación y con Jimin en especial no podían ser así
-l-lo curé – salió un susurro lastimero, Jimin no tenía ni idea como el mayor podía aguantar ese dolor, parecía que le habían perforado justo en el diafragma, su pómulo se sentía entumecido y le costaba respirar ya que cada vez que inhalaba una punzada atravesaba su espalda –c-cómo pu-ede soportar…este d-dolor?
-lo absorbiste?? – ahora si estaba entrando en pánico, era cierto, dolía como mil demonios pero él ya estaba acostumbrado, no era algo que no hubiera sentido antes e incluso peor…pero para el omega de seguro era demasiado aunque era bastante sorprendente que estuviera consciente, después de todo no era tan débil para ser omega – por qué Jimin? – el dolor del menor parecía apaciguar ya que su entrecejo se relajó bastante
-p-porque usted me está ayudando a-a regresar a casa – alzó su rostro, aún quedaban rastros de lágrimas pero una pequeña sonrisa los opacaban totalmente, YoonGi quiso ignorar esa calidez que sintió en el pecho y el latir de su corazón cortando el contacto visual, sus ojos chocaron con el cuerpo inmóvil del alfa que los atacó, se veía justo como el de T.O.P
-lo hiciste también? –el menor volteó un poco mirando hacia donde él lo hacía, bajó la cabeza y asintió para luego encontrar los ojos del mayor, Jimin esperaba que reaccionara con rechazo pero grata fue su sorpresa cuando los ojos del alfa brillaban y una sonrisa apareció en los finos labios – eso es increíble – despeinó un poco más los cabellos rubios haciendo que una vez más las mejillas adquirieran un leve rubor – ahora, debemos irnos antes que vengan más esbirros
YoonGi se levantó y le tendió la mano a Jimin, quien aun con sus mejillas rosas tomó la amplia mano para incorporarse, un poco de dolor quedaba vigente pero ya no quería ser una carga, no quería hacer peligrar la vida de nadie, era hora de ser más valiente y no estar escondido detrás de los demás
Se puso de pie decidiendo que a partir de ese momento sería un nuevo Park Jimin, no uno consentido, uno independiente, no uno miedoso, una valiente, alguien en que pudieran confiar las personas que antes lo protegieron, alguien en quien pudiera apoyarse YoonGi
Ignorando el dolor que aun sentía caminó decidido al lado del alfa hasta llegar al auto, Namjoon los miraba alternándolos. ¿Qué acaso ellos mismos no notaban que eran uno para el otro? ¿Cuánto demorarían en notarlo? ¿Por qué ellos que sí podían ser almas destinadas no lo notaban? Sintió un poco de envidia, él también quería estar para siempre con Jin pero no era algo muy probable ya que aunque él bello omega lo aceptara algún día llegaría el alfa predestinado para Jin y él quedaría solo.
Era algo en lo que no quería pensar, era doloroso y deprimente saber que nunca nadie espera por ti, que tu alma gemela no existe, que la persona que quieres no podrá ser tuya y que si lo fuese algún día ya no estará más a tu lado, esa persona será feliz y tú solo sufrirás en silencio por su ausencia. Sacudió su cabeza y miró al frente, no debía sentirse así, no por su amigo, Agust había sufrido incluso más que él, él por sobre todos merecía tener un final feliz con alguien que lo amara verdaderamente y deseaba que ese alguien fuera aquel pequeño híbrido, ese omega le había dado vida nuevamente a YoonGi justo como lo había hecho en un pasado Hoseok pero había algo diferente, algo no era igual en la forma que miraba a Jimin, una forma en la que nunca miró al beta pelirrojo
Hundido en sus pensamientos y análisis, Namjoon no notó cuando YoonGi arrancó el auto, ni cuando comenzaron a moverse, ni de las miradas que el alfa le mandaba al omega por el retrovisor ya que este último estaba en un profundo sueño, cabeceando por cada irregularidad que tomaba el camino
-oye – la profunda voz del alfa sacó al beta de su debate mental - ¿seguirás con nosotros? – preguntó dirigiéndole una mirada, el beta sonrió un poco para luego negar - ¿seguirás intentándolo con SeokJin, no? – la sonrisa de Namjoon se amplió más mostrando sus hoyuelos
-sí que me conoces YoonGi-hyung – hora fue el turno de sonreir del alfa, muy pocas veces era llamado Hyung por el beta
-suerte, Nam – eso fue lo último que se escuchó en el auto