Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Stony Stories por Wind Girl

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Tony

No podía creer que tuviera que hacer esto. Han pasado 2 años desde la última vez que hablé con él y todo se fue a la mierda. Había tenido muchos momentos de debilidad en los que pensé en llamarle, pero mi orgullo pudo más que mi sentido común. Realmente no quería guardarle rencor, me lo repetían mil veces en mi mente, pero luego me venía a la mente el cómo lucho contra mí en aquel bunker y no podía evitar sentir nuevamente rabia por todas las mentiras que contó. Sé que llevábamos tiempo pasando por un mal momento, sin embargo, jamás pensé que debería preocuparme verdaderamente de nuestro amor. Todo se fue a la basura en un momento y durante estos dos años aún no he sabido volver a confiar en si realmente me continuaba amando. Puede que un día lo hiciera, no quiero tener duda de ello, pero desde que todo comenzó a derrumbarse en nuestra relación ya no sé si eso es así. Mucho más después de dos años estando por ahí con Barnes.
– Mierda… –murmuré, asqueado por tener que llegar a esto–. Probablemente Steve Rogers –dije finalmente, sintiendo una extraña sensación en el estómago al decir su nombre completo.
Escuché murmurar al mago de circo un “genial”, evidentemente sabiendo que la situación se volvía doblemente complicada.
– Quizá, pero… –dudé, tratando de evitar lo inevitable.
– Llámale –insistió Bruce, ignorando cual era la verdadera realidad.
– No es tan fácil… –dije, volviéndome hacia él–. Hace mucho que no nos ponemos al día. Los Vengadores nos separamos. Así que estamos jodidos.
– ¿Se separaron? ¿Cómo una banda? ¿Cómo los Beatles? –Preguntó sin comprender.
– Cap y yo no separamos, no nos hablamos.
– Tony, escúchame –respondió, prácticamente ignorando mis palabras–. Thor ha muerto, Thanos está viniendo, así que no me importa con quien te hables o no.
Quisiera haber respondido algo contra su forma de minimizar mi ruptura con Steve como si no fuera nada, sin embargo, ahora mismo supongo que así era y quedaba como algo insignificante frente a lo que nos esperaba.
Sabía que debía hacer esta llamada, teníamos que proteger las gemas por encima de todo. Aunque no quisiera ver a Steve, porque sabía que podía ablandarme si trataba de hablar conmigo, pero debía hacerlo y afrontar la situación que teníamos delante.
Muy a mi pesar finalmente saqué el teléfono de mi bolsillo, sintiéndome un estúpido por llevarlo siempre encima. Lo miré un segundo y no pude evitar rodar los ojos al ver que tenía tapa. ¿A caso no conocía los smartphones? Me sentía un cavernícola con esta antigualla.
Abrí la agenda, que tenía tan solo un número, y di un suspiro antes de finalmente darle a llamar. Enseguida descolgó, sin embargo, tardo varios segundos en decir la primera palabra.
– ¿Tony? –Dijo en apenas un susurro.
Me quedé sin aire por un momento al volver a escucharle después de tanto tiempo. Había olvidado lo dulce que resultaba hasta su voz, era capaz de contraer todo dentro de mí con tan solo una palabra. Mi nombre en su boca, era como una melodía, la cual había extrañado tanto oír cada mañana, pero la misma que cuando la recordaba me hacía llorar contra la almohada y gritar de impotencia. Era tan difícil no ceder ante él, era mi gran debilidad, pero por una vez quería ser más fuerte que él, no dejarme caer hasta saber que va a ocurrir.
– Sí, soy yo, pero no te ilusiones –traté de ser lo más tajante posible, más por mí que por él–. Estoy buscando a Visión, es urgente ponerle a salvo.
– ¿A salvo de qué? –Respondió un poco desconcertado.
– Alguien quiere la gema que tiene a toda cosa… –tragué saliva sabiendo que mis siguientes palabras eran duras–. Ha matado a Thor para conseguir el Teseracto.
Sentí como contuvo el aliento y luego lo soltaba con fuerza contra el teléfono, para finalmente hablar.
– Creo que sé dónde encontrarle –me pareció escuchar la voz de Romanoff de fondo y luego volvió Steve–. Estamos de camino, te avisaré de cualquier novedad.
– De acuerdo –finalicé.
Miré el teléfono por unos segundos, hasta que le di a colgar.
Cerré los ojos, tratando de controlar mis sentimientos y no verme débil ante los demás. Teníamos mucho que hacer y lo último que quería era dejarme caer ahora. Tenía que canalizar esto y convertirlo en fuerza.
– ¿Y bien? –Preguntó Strange.
– Dice que sabe dónde encontrarle, así que solo debemos preocuparnos por esconder la tuya.
– Oh no, la mía se queda dónde está.
– No creo que sea buena idea tener dos gemas tan juntas.
– Solo deben preocuparse por la que tiene vuestro amigo, está se quedará conmigo.
– Está bien, pues que le vaya bien –dije dándome la vuelta para ir a la salida–. Nosotros iremos a preparar una buena defensa ya que definitivamente la tuya no durará mucho.
– Tony creo que sería mejor trabajar en equipo –comentó, Banner.
– Él no quiere eso y no voy a obligarle, así que decide con quien prefieres ir –abrí la puerta y esperé hasta que vi una reacción de Bruce, acercándose hacia mí, para salir finalmente–. ¿Te apetece un viaje rápido? –Pregunté tocando el reactor de mi pecho.
El traje salió rápidamente para cubrirme por completo mientras esperaba una respuesta, que pareció que nunca llegaría ya que Bruce había quedado anonado viendo mi nueva armadura de nanotecnología.
– Eso es un “sí me apetece” –dije cansado de esperar.
Agarré su mano y un segundo después despegué. Banner soltó un grito y prácticamente pataleaba en el aire.
– ¡Bájame, Tony!
– Iremos más rápido así, solo mantente quieto unos minutos.
– ¿Cómo me voy a mantener quieto? ¡Estoy en el aire!
Rodé los ojos por su poca confianza en mí. No era mi primera vez como para que desconfiara así.
– He hecho mil veces con Steve, cálmate.
– ¡Yo no soy un Super Soldado!
– No, eres Hulk, que es incluso mejor para esto.
– ¡Tony!
Ignoré los gritos el resto del camino, que apenas fue dos minutos, y aterricé despacio para dejar a Banner en el suelo junto a la puerta del complejo.
Hice esconder mi traje y entré rápidamente para ir a buscar a Rhodes y ponerle al día de lo que estaba ocurriendo. Debíamos de trazar un plan para proteger la gema de Visión como fuera. Por muy hechicero que fuera ese tal Doctor Strange no me fiaba de su capacidad para contener a Thanos. Según lo que ha dicho Banner, y lo que ya sabíamos, todo lo que ocurrió en la invasión Chitauri fue obra suya para conseguir el Teseracto a través de Loki, lo cual significa que lleva más de 10 años tratando de reunir todas las gemas y estoy seguro de que esta vez no parará hasta conseguirlas. Debemos evitar eso a toda costa, o no solo la Tierra correría peligro ahora estábamos hablando del universo entero.
– ¿Y cuál debe ser nuestro siguiente paso? –Preguntó Rhodes.
– Antes que nada, necesitamos saber que Visión está a salvo.
– ¿Confías en que Steve lo encuentre?
– Por muy cabreado que esté con él, si confió en que lo encontrara.
– ¿Y en lo personal?
Aparté la mirada de inmediato, lo cual ya debía delatarme, pero no iba a ceder fácilmente. En cuanto a la misión trataría de ser lo más formal posible, pero no iba a ir más allá de eso hasta que esta situación se solucionara. Además, de que los acuerdos seguían vigentes y cuanto esto pasara probablemente todo continuara como antes. Solo estábamos en una pequeña tregua como caso aislado.
– ¡Papá! –Gritó Peter entrando, corriendo en la sala.
Los tres nos giramos rápidamente hacia él.
– ¿No deberías estar en clase? –Le pregunté con sorpresa.
– Sí, pero he visto las noticias y me preocupé –dijo apresuradamente.
– ¿Qué noticias?
Me volví hacia la pantalla y la toqué para que se encendiera.
Lo primero que salió fue una gran nave que había aparecido en Escocia durante la noche. Tras eso se detectaron varías luchas que dejo destrozos en la ciudad de Edimburgo.
– Ha llegado más rápido de lo que pensaba.
– ¿Llegado quién? –Preguntó Peter, mirando de mi a la pantalla.
– Peter necesito que vayas con tu tía ahora, nosotros tenemos trabajo.
– ¿Qué? ¿Por qué? Yo quiero ayudar.
– Esto no es un juego, Peter, te pueden herir –me apoyó Rhodey.
– Sabes que puedo, papá.
– No me hagas esto, Peter, ve a casa de tu tía ahora.
Aunque sé que su ayuda sería lo mejor no creo que sea bueno que se una al equipo justo ahora. Además de que nadie sabía que él era Spider-Man y teniendo al Estado con un ojo sobre nosotros no sé si era la mejor decisión, no quiero que Peter este bajo las órdenes de nadie.
Un teléfono corto la réplica de Peter y busqué de dónde provenía el sonido ya que no reconocía ese tono. Me di cuenta de que salía de mi bolsillo y repentinamente mi corazón se aceleró. Miré a la pantalla, viendo todavía como pasaban vídeos de esa nave sobre Edimburgo, y me entró miedo de pensar que algo malo les hubiera pasado, especialmente a Steve, aunque no fuera admitir eso en voz alta.
Saqué el teléfono y abrí la tapa, dando un suspiro para mantenerla calma.
– ¿Steve? –Logré decir.
Vi a Peter dar un paso hacia mi instintivamente al escuchar el nombre.
– Hemos dado con Visión y estamos de camino al complejo. Espero que el Estado no sepa que se había escapado, porque está herido y va a necesitar quedarse allí.
– No hay problema con Ross, de eso me encargo yo. Pero con el resto no sé si pueda garantizarlo.
– Lo entiendo, nos mantendremos ahí solo el tiempo necesario para ayudar.
– De acuerdo, pero daros prisa porque tenemos el tiempo en contra.
Terminé lo más tajante posible, aunque juraría que había fallado estrepitosamente, pero aun así traté de mantener la compostura al colgar y mirar a Peter.
– ¿Era papá? –Preguntó con una mezcla de esperanza y asombro.
– Sí, pero no te emociones porque las cosas continúan igual –le aclaré rápidamente–. Esto es meramente profesional.
Él igualmente sonrió.
– Al menos le diriges la palabra.
– ¿Eso es no emocionarse?
– Para mí es un avance, lo siento –se encogió de hombros–. Pero ahora con más ganas quiero quedarme a ayudar.
– Peter vamos a estar trabajando –me ayudo a insistir nuevamente Rhodes–. Sabemos que eres inteligente y muy capaz de ayudar, pero somos suficiente para hacer esto.
– Hablando de eso –dije volviéndome hacia Banner–, ve sacando a tu amigo.
– ¿Ahora?
– Puesto que a Hulk le cuesta calmarse, sí, prefiero que tenga tiempo de tranquilizarse para explicarle el plan de defensa –aclaré–. Solo ten cuidado de no destrozar el complejo, gracias.
Banner rodó los ojos y se apartó a la zona más amplia del salón he hizo fuerza. Me puse junto a Peter, cubriéndole con un brazo por si acaso, pero todos nos quedamos viendo cuando no salió por mucha fuerza que hiciera.
– ¡No! –Un gritó gutural salió de él y cayó hacia atrás.
Rhodes y yo nos acercamos rápidamente a él para comprobar que estuviera bien.
– ¿Qué quiere decir no? –Respondió Banner, preguntándose a sí mismo.
– ¿Qué pasa? –Preguntó Rhodey.
– Hulk y yo no nos hemos llevado muy bien en los últimos años... –dijo tomando la mano de Rhodes para ponerse en pie.
– Pues ir a terapia de pareja –respondí con ironía–, pero le necesitamos aquí.
– Yo puedo ayudar por él –insistió Peter–. Si has llamado a papá es porque es algo grande así que necesitáis toda la ayuda posible.
– Tu padre me matará por esto, Pete.
– ¿Eso es que sí? –Dijo con una enorme sonrisa.
– ¿Tony pero que puede hacer él para ayudar?
– Más de lo que crees –murmuré tratando de ocultar el orgullo que sentía por Peter.
– Pero puede ser peligroso para él, Tony –apoyó Banner.
Llegados a este punto debería decir que sucede con Peter, pero prefería mantener su anonimato lo máximo posible, aunque siento que no falta mucho para que esto salga a la luz. Lo único que me aliviaba es que sé que en todos ellos podía confiar plenamente, ya que han sido parte de la vida de Peter desde pequeño y nunca buscarían mal para él.
– Dejemos esto por ahora, primero debemos preparar todo para la llegada de los demás. Steve a mencionado que han herido a Visión y deberé asegurarme de que funciona correctamente si debemos proteger la gema.
– ¿Qué gema? –preguntó Peter.
– La que tiene Visión en la cabeza, alguien quiere conseguir todas para acabar con la mitad de los seres vivos del universo.
La boca de Peter cayó abierta y su expresión se volvió de horror.
– ¿Está loco?
– Le llaman el Titan loco, así que, sí –aclaró Bruce.
– Genial –dije con sarcasmo.

•••

Esto no iba acabar bien, desde el primer segundo ya sentí que esto era mucho más grande que cualquier cosa con la que nos hubiéramos enfrentado antes y estábamos en nuestro peor momento. Tendría que tratar de aparcar a un lado todos los problemas con Steve y centrarnos todos en la misión. Aunque no fuera todo esto de mi agrado era lo mejor. Después ya podríamos discutir o simplemente volvernos a alejar.
– Señor acaba de aterrizar un quinjet en el hangar –me comunicó Friday.
Apagué la pantalla donde miraba viejos datos sobre Visión, y salí del laboratorio rápidamente. De camino a la sala me encontré con Peter con su traje ya puesto, con mascara incluida, y le apreté el hombro para darle ánimos.
Seguía sin gustarme tenerle aquí, pero no podía negar que necesitábamos más ayuda si no podíamos contar con Hulk y sin Thor. Ellos eran los más fuertes y eso nos dejaba con pocas opciones.
– Haz todo lo que diga, ¿está claro? –Le dije antes de entrar a la sala.
Él tan solo asintió y luego entramos juntos, casi a la vez que el otro grupo llegaba por la otra puerta.
Mi corazón se saltó un latino al ver a Steve nuevamente, desgraciadamente me alegró más de lo que quisiera que fuera, pero realmente me alegraba saber que estaba bien y no le había ocurrido nada malo en estos años. Aunque supongo que lo de “bien” era relativo, porque físicamente no parecía en absoluto el mismo. Llevaba una densa barba que jamás había visto en 8 años junto a él y su cabello había crecido lo suficiente como para tapar sus ojos cuando se le caían por la cara al moverse. Si se proponía el ponerme más difícil el ignorarle lo había logrado completamente. Era injusto que se viera tan bien estando tan desaliñado, porque su traje tenía una pinta nefasta. Tenía ganas de arrancarle la ropa y por una vez no con un propósito sexual.
Él lideraba la llegada de su grupo, seguido un paso más atrás por Romanoff, Wilson que iba ayudado a Visión, y tras todos Maximoff.
Al momento de entrar me había perdido tanto en Steve que no me había percatado del holograma de Thaddeus Ross con el que hablaba Rhodes, que en ese justo momento vio la llegada de los fugitivos y les planto cara. Al parecer esto se estaba yendo todavía más de las manos, con Ross sabiendo que ellos habían entrado en Estados Unidos y se lo permitíamos iba acarrear problemas para todos los presentes.
– Quédate atrás –le susurré a Peter.
No me importaba si me imponían alguna sanción a mí, pero no iba a dejar que eso cayera sobre Peter.
Cuando volví a prestar atención Steve fue esta vez quien planto cara a Ross, tanto que mentiría si dijera que eso no me excitaba. Su tono serio y decidido siempre me había revuelto todo el interior.
– Si quiere ser un obstáculo, lucharemos contra usted también.
Ross pareció acobardarse un poco, ya que su siguiente palabra salió mucho más suave de lo que debería.
– Arréstelos.
– Estoy en ello –respondió Rhodes, con claro sarcasmo, cerrando el holograma–. Me he ganado un consejo de guerra –añadió, con mejor humor–. Me alegra verte, Cap.
Steve se adelantó para darle la mano, al igual que Romanoff.
– Igualmente, Rhodey.
– Wow, chicos… –comenzó Rhodes–, se ven como una mierda.
– Definitivamente –me animé a decir, finalmente.
Capté la atención de todos al momento, sin embargo, tan solo me importaba en que estaría pensado Steve al verme. ¿Odio? ¿Amor? ¿Rencor? ¿Remordimientos? ¿Dolor? Ojalá un poco de eso ultimo sí, aunque solo mi cabeza quiere eso. Mi corazón no dejaba de gritarme que le bese y compruebe si esa barba es tan áspera como se ve. Pero no iba a ceder, y alcé levemente la barbilla para aportar seguridad a mi apariencia.

Steve

Sentí como mi corazón comenzó a latir con más fuerza mientras miraba la rampa del quinjet. Estaba nuevamente en casa. A escasos metros de aquí estaba todo lo que hizo que mereciera la pena pasar 70 años en el hielo. Tony, Peter y todo el equipo nuevamente reunido para salvar el mundo. Aunque realmente lo que más inundaba mi mente era el volver a ver a Tony después de dos años. Sabía que de Peter no debía preocuparme porque habíamos estado en contacto, y aunque moría por poder abrazarle, lo que me preocupaba de verdad era el cómo reaccionaría Tony. No pretendo que me perdone, pero me bastaría con poder volver a contar con él como equipo. Quería pensar que eso era posible ya que él fue quien me llamó, pero ha sido por un caso de fuerza mayor. Tan solo espero que la situación no empeore.
– Vamos –dije finalmente, cuando reuní el valor suficiente.
Todos nos encaminamos al interior del complejo sin pensarlo. Había cambiado bastante a como lo recordaba, pero no era de extrañar conociendo el afán de Tony por remodelar todo cada vez que le apetece. Podía dar gracias las veces que había tardado más de un año en querer cambiar algo de nuestra casa, si no era un sofá, era una cama, y sino una bañera con más “chorros”. Aunque ahora que no lo tengo, extraño todo eso. Ahora entiendo más lo que se dice de que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde, no exactamente igual, porque siempre valore lo que Tony era, y es, pero sus manías excéntricas a veces me molestaban, aunque las toleraba, ahora quisiera tener que aguantar todo eso y lo haría con la mayor de mis sonrisas.
Tras el último pasillo pudimos ver al fondo a Rhodes hablando con quien parecía ser el Secretario Ross. No era la mejor bienvenida toparnos con él, pero en la situación que nos encontrábamos realmente no me importaba correr este riesgo. Sus acuerdos no me iban a impedir cumplir la misión, igual que no lo habían hecho en estos dos años.
Me planté justo en el umbral de la puerta, manteniendo la compostura para ser firme.
– Señor Secretario –dije sin más.
– Son audaces, lo reconozco –dio un paso hacia nosotros.
– Les sería útil un poco de eso ahora –contestó, Natasha.
Ross se volvió hacia mí, encarándome.
– El mundo está en llamas, ¿y creen que por eso todo está perdonado?
– No buscó perdón, y paso de pedir permiso –le respondí rotundo.
En cuanto al Estado se trataba ya no iba a seguir sus instrucciones. Si fuera por ellos no estaríamos aquí luchando por la humanidad una vez más. Si no hubiera previsto que en el futuro una amenaza volvería aparecer y no le hubiera mandado ese teléfono a Tony, hoy estaría todo a merced de un gobierno que no sabe cubrirse las espaldas porque prefiere quedar bien a dar la cara por sus ciudadanos.
– Hemos perdido a Thor. Así que estamos aquí para luchar –dije bajando uno de los escalones para quedar frente a frente–. Si quiere ser un obstáculo, lucharemos contra usted también.
Me miró por un breve momento y luego se volvió hacia Rhodes.
– Arréstelos –dijo con poca convicción.
– Estoy en ello –respondió Rhodes, con obvia ironía. Cerró la llamada y nos miró a todos–. Me he ganado un consejo de guerra –sonrió, contradiciendo las palabras que había dicho–. Me alegra verte, Cap.
Era un verdadero alivio saber que a pesar de todo lo que pasó no había rencor de su parte. Estuve realmente preocupado por su estado cuando Natasha me contó que le había sucedido después de que Bucky y yo dejamos el aeropuerto. Pero ahora estaba aquí de pie y era realmente reconfortante ver que su estado era bueno.
– Igualmente, Rhodey –contesté, adelantándome para saludarle.
Nat también lo hizo y luego nos miró uno por uno.
– Wow, chicos… Se ven como una mierda.
– Definitivamente –su voz llegó de la nada, y antes de girar mi vista ya sabía quién era.
Mi estomago se contrajo en cuanto nuestras miradas se encontraron.
Hacía tanto tiempo que no le veía que había olvidado lo hermoso que era en persona. Esos maravillosos ojos color chocolate y esos finos labios de porcelana. Le notaba unas cuantas pequeñas arrugas más en sus ojos y unas canas en su perilla. Los años no pasan en balde para nadie, pero a él le sentaban perfectamente.
Fui a responderle, pero quedé helado en cuanto vi la sombra tras de él. Mi Peter.
Llevaba su traje puesto y miraba sobre el hombro de Tony. Los ojos de su máscara se ampliaron al mirar en mi dirección y se adelantó a la vez que yo también lo hacía, encontrándonos en un fuerte abrazo.
– Te he echado mucho de menos –dijo, escondiendo su rostro contra mi pecho.
– Yo mucho más a ti. Aunque no deberías estar aquí.
Le estreché con fuerza, saciando las ganas que había tenido de hacer esto desde hace 2 años.
Me alegraba inmensamente de verle, pero no rodeado de todos y con una llamada recién terminada con Ross. Era como si Tony siempre me retara poniendo en peligro la identidad de Peter. He pasado dos años siempre pendiente de las noticias con respecto a ambos, pero en especial a Peter que eran más difíciles de encontrar. Había visto lo ocurrido con "el buitre", aunque realmente no supe detalles de la historia. Por desgracia en el extranjero las noticias llegan con cuentagotas y el que pasará durante una de nuestras misiones tampoco me permitió indagar un poco más. Tan solo tuve tiempo de llamar a Peter para saber si estaba bien y cuando me lo confirmó me quedé tranquilo finalmente.
– ¿Qué diablos? ¿Le conoces? –Murmuró Nat, mientras todos nos miraban.
Peter miró a todos y luego a mí sin saber que decir, aunque yo tampoco sabía que debía decir ahora.
La única vez que habían visto a Spider-Man había sido en el aeropuerto de Berlín, para algunos un rival y para otros un aliado. Peter me dijo que cuando estuvo con ellos supo mantener el anonimato y de forma sorprendente lo ha conseguido hasta el día de hoy, aunque parece que no todo dura para siempre y esta no es la excepción.
No quería decirlo realmente, y prefería que hicieran preguntas y no responderlas a decir la verdad, aunque la obviedad siempre termina por ganar.
– ¿Peter? –Preguntó Rhodey.
Todos le miraron y acto seguido a Peter, quien finalmente se quitó la máscara.
Agaché la cabeza dando un suspiro a sabiendas de que ya no había vuelta atrás. Lo único que me reconfortaba era que todos eran compañeros en los que podíamos confiar y si les pedimos discreción no tendrían problemas en hacerlo.
– ¿Cómo es posible? –Dijo Nat, aun sin salir de su asombro.
– Me picó una araña y... Bueno, en vez de matarme me dio poderes.
– ¿Entonces esa cosa sale de ti de verdad? –Le preguntó Sam, haciendo el gesto de lanzar telarañas.
– No, claro que no, sería asqueroso –respondió Peter frunciendo su expresión–. La fabrico yo.
– Se acabó el turno de preguntas –finalizó la charla Tony, dando al fin un paso al frente–. Tenemos cosas más graves de las que preocuparnos.
– Estoy de acuerdo, hay que trabajar.
– ¿Ahora si te pones de acuerdo conmigo? Nos hubiera venido bien hace dos años.
Cerré los ojos un segundo y me mordí la lengua para no empeorar las cosas, aunque otro respondió lo mismo que yo estaba pensando, solo que sin suavizar el ataque.
– Creo que debería ser al revés, tú eres quien se está saltando las normas para hacer esto –replicó Sam.
– Nadie te preguntó.
– Basta –les corté–. Tenemos una amenaza inminente, seamos un equipo por un rato y cuando terminemos ya podréis discutir.
Vi en la expresión de Tony como se tragó las palabras haciendo su mayor esfuerzo. Sé que quería lanzarme miles de sus sarcasmos y hacerme sentir más culpable de lo que ya lo hacía, pero después de tantos años ha aprendido a controlar sus instintos para hacer lo que es correcto. Eso me hace sentir muy orgulloso de él y amarle más si es que se puede.
Finalmente todos no relajamos un poco más y fuimos a la otra sala donde esperaba Banner. En seguida sentí algo de tensión entre él y Nat, su final no fue precisamente el mejor tampoco, pero parecía que no quedaba ningún tipo de resentimiento. Ya suficiente tensión había en el amiente como para ponerle más presión, así que agradecía que pudieran ser como dos adultos maduros en esto. En seguida volvimos a centrarnos en el tema que nos ocupaba.
– ¿Entonces que vamos a hacer? –Preguntó Banner.
– Debemos protegerla –afirmó, Natasha.
– No, debemos destruirla –respondió Visión.
Automáticamente todos le miramos, en especial Wanda que parecía horrorizada con sus palabras.
– He pensado mucho en este ente de mi cabeza. Sobre su naturaleza –continuó Visión, mientras permanecía apoyado en la cristalera–, pero también sobre su composición. Creo que si la exponemos a una fuente de energía poderosa –su mirada fue a Wanda y comenzó a acercarse a ella, dando alusión a que poder se refería–, algo que tenga una firma muy parecida a la suya, quizá se rompería su integridad molecular.
Todos nos quedamos en un tenso silencio mientras ellos se miraron unos segundos hasta que Wanda reaccionó.
– Sí, y tú con ella –dijo con visible dolor–. No es una opción.
– Solo eliminándola podemos asegurarnos de que Thanos no la consiga.
– Es un precio muy alto que pagar.
– Solo tú tienes el poder de pagarlo –le susurró, sujetando su rostro con ambas manos.
Wanda no pudo aguantar la mirada y se apartó rápidamente, tratando de sobrellevar lo que le estaba pidiendo.
Ni siquiera yo podría hacer tal cosa. Si algo así me pidiera Tony no creo que fuera capaz de hacerlo. Solo de imaginar el tener que ser yo quien acabara con su vida, aunque fuera por el bien común, me perforaba por dentro. Podía vivir separado de Tony, pero no en un mundo en el que él no estuviera, Por eso podía comprender a Wanda en este momento.
– Thanos amenaza a medio universo, una vida no puede obstaculizar su derrota.
– Pero debería –respondí.
Aunque tuviera parte de razón lo que Visión proponía, sin embargo, no iba a permitir que lo hiciera, eso era como negociar con su vida a cambio de las demás y eso no iba permitirlo.
– No negociamos con vidas, Visión –dije negando.
– Capitán hace 70 años diste tu vida para salvar, ¿a cuantos millones de personas? –Contestó, caminando hacia a mí–. Dime, ¿Cuál es la diferencia?
– Porque podrías tener una alternativa –dijeron Tony y Banner prácticamente al unísono.
Miré a ambos, pero en especial me fijé en como Tony me miraba a mí. Por un segundo sentí que en su mirada había desaparecido todo ese odio y rabia que tanto me torturaban y se sustituyó por empatía y tristeza. Eso me dio aunque fuera una pequeña esperanza de que después de todo aún podría haber una pequeña oportunidad, por pequeña que fuera, a que pudiéramos volver a llevarnos bien.
– Tú mente está hecha de un complejo entramado de capas. Jarvis, Ultrón, Tony, yo, la gema –explicó Banner.
– Todas están mezcladas aprendiendo de las otras –terminó por añadir Tony.
– ¿Dicen que él es más que la gema? –Dijo Wanda, esperanzada.
– Si sacamos la gema quedaría mucho más de Visión, quizá las mejores partes –le respondió Tony.
– ¿Podemos hacer eso? –Preguntó Nat, casi con sorpresa.
– Podría intentarlo, pero aquí no, me faltaría material y crearlo llevaría tiempo.
– Tiempo es justamente lo que no tenemos –agregó Bruce.
– Pues más vale que encontremos el modo rápido –apremió Rhodes–. Ross no creo que nos deje material y Thanos cada vez está más cerca.
Tenía mucha razón, el tiempo se nos echaba encima a cada segundo que pasaba y no podíamos pararnos a construir una maquina ahora. Sé que Tony y Banner lo lograrían, pero quien sabe si sería a tiempo. No podemos correr más riesgos de los que ya corremos. Solo teníamos una salida.
– Sé cómo hacerlo –dije finalmente.
Todas las miradas se centraron en mí y rápidamente insistieron en saber más.
– ¿Cómo? –Preguntó Tony.
– T’Challa. Sé que tiene tecnología avanzada para poder tratar estas cosas.
– ¿Cómo es que sabes eso?
– He estado en Wakanda. Él se ofreció a ayudar a Bucky con lo que Hydra metió en su mente.
Tony hizo una risa sarcástica negando.
– Ahora tiene sentido el que Barnes no estuviera aquí contigo.
– No creo que sea le momento de reproches, Tony –trató de calmarle Nat.
– Para ti tengo muchos más –le respondió.
– Tony, por favor, deja eso a un lado ahora –dije con toda la calma que pude–. Necesitamos resolver esto, después dejaré que me grites todo lo que quieras.
– No tenía ganas de gritarte hace 15 minutos, pero ahora quiero despedazar tu maldito rostro perfecto.
– Podrás hacerlo –afirmé.
Si eso era lo que Tony necesitaba para desahogar su ira no iba a oponerme. Todos esos sentimientos negativos los creé yo así que haré lo que sea para que pueda aliviarse, aunque sea un poco.
– Debemos llevar a Visión a Wakanda ahora –dije volviendo a redirigir la conversación–. Tras que le saquemos la gema habrá que destruirla. ¿Podrás Wanda?
Ella asintió en respuesta.
– ¿Y los demás que hacemos? –Preguntó Rhodes.
Ahora volvíamos a ser un equipo grande y podíamos repartir distintas tareas. Pero en la situación que nos encontrábamos necesitábamos una buena defensa por lo que pudiera pasar. Hasta que llegáramos a Wakanda Visión iba a necesitar protección.
– Debemos proteger a Visión hasta que la gema este fuera de su cabeza.
– ¿Te recuerdo que no es la única gema en la Tierra? –Dijo Tony, con claro desdén.
– ¿Cuál más hay?
– La del Tiempo –me respondió Banner–. La tiene el Dr. Strange, un hechicero.
– ¿Y por qué no está aquí? Thanos viene contra todo el que tenga una.
– Se cree superior a todos –murmuró Tony con desgana–. Dice que él puede defender su gema y nosotros no podemos hacer nada.
Su forma de hablar de él me hacía sentir un poco menos mal, parece que yo no era el único que le había sacado de quicio hoy.
– Entonces alguien debería quedarse en Nueva York por si necesitara ayuda. Por mucho que no la quiera esto afecta a todos si sale mal.
– Me quedo yo con Peter –contestó Tony–. Prefiero que él no se vaya muy lejos de casa.
– No es justo, yo quería ver Wakanda –se quejó Peter.
– Hijo tu padre tiene razón –le pase un brazo por los hombros, dándole apoyo–. Además, cuanto menos se expanda tu nombre por el mundo mejor.
– Estoy de acuerdo –concordó Tony, dando un asentimiento hacia mí.
– Entonces decidido. Tony y Peter se quedarán aquí, el resto iremos a Wakanda.
– Yo debería quedarme también –dijo Banner casi en un susurro–. Sería más un estorbo que una ayuda.
– ¿Por qué ibas a ser un estorbo?
– Al parecer no es capaz de volverse Hulk –comentó Rhodey.
Esto era un gran revés, el más fuerte de nosotros ahora parecía que no iba a poder ayudar. Teníamos las fuerzas muy bajas. Debía avisar de ello a T’Challa antes de que llegáramos.
– Llévate el Hulkbuster, necesitamos a todos –le animo Tony.
Banner pareció un poco dudoso por un momento, pero luego asintió.
– Si ya está todo lis…
– Señor, una nave está atacando Nueva York –la voz de Friday salió de la nada interrumpiéndome.
Todos nos miramos y enseguida Tony encendió la pantalla para ver que ocurría.
Una nave igual a al que vimos en Edimburgo estaba parada sobre el centro de Nueva York.
– Ya han llegado –murmuró Sam mirándome.
– Vamos a luchar –anunció Natasha.
– No –le contestó Tony. Me miró dando un paso hacia mí–. Iros, no podemos dejar dos gemas tan juntas.
Aunque no me gustaba el dejar esa nave ahí y con solo ellos dos para defender Nueva York, Tony tenía razón. Ir contra ellos cuando quieren la gema de Visión sería ponérselo más fácil. Por mucho que me moleste dejar a Tony y Peter otra vez, solo yo sabía cómo llegar a Wakanda correctamente. Tan solo esperaba que ese hechicero fuera lo suficiente poderoso como para poder defender su gema y Tony y Peter no deban entrometerse más de la cuenta.
– De acuerdo –le asentí–. Todos al quinjet.
Tony dio un asentimiento hacia mí como señal de apoyo y mi corazón se contrajo.
Me estaba haciendo sentir una gran bipolaridad con su forma de actuar, pero la verdad es que era más positiva de lo que podía esperar. Había estado muchos meses imaginando un momento así y en todos Tony continuaba con su odio hacia mí, por lo que el que eso no pasara me hacía creer que las cosas no estaban tan mal como creía. Aunque por su reacción cuando mencioné a Bucky sé que aún tiene rencor dentro y aunque pudiéramos convivir, probablemente nada volvería a ser igual. Lo mejor es acabar con esta misión y después volver a dejar espacio entre nosotros, no porque quiera, sino porque es lo mejor para él.
Todos se encaminaron al quinjet una vez todo estuvo en orden, todo el equipamiento repuesto, y Tony le explicara a Banner como usar el Hulkbuster.
Peter y Tony estaban parados al lado de la rampa y me acerque a Peter para abrazarle una vez más.
– Tener mucho cuidado –murmuró.
– Lo mismo digo, y haz caso a papá.
– Él no sabe que es eso, se le ha pegado de ti –dijo Tony, con un atisbo de diversión.
– Claro, porque tú siempre haces caso –respondí con sarcasmo en el mismo tono que él.
Para mi sorpresa Tony se tomó bien mi comentario y reprimió una carcajada.
– Avisar cuando hayáis destruido la gema.
Asentí para después entrar al quinjet.
– Ten cuidado.
Me giré justo en el momento en el que la rampa comenzó a subir, pero a tiempo de poder ver una última vez a Tony y Peter.
Esas últimas palabras fueron directas a mi corazón, aliviándome la presión que había sentido desde que me había llamado. No era lo que significaba en sí, sino el hecho de que solo lo hubiera dicho para mí. No había ido tan mal como esperaba, y aunque sabía que Tony iba y venía con su humor, al menos sé que al menos el compartir misiones es viable para el futuro y eso era realmente esperanzador para mí, ya que no esperaba que algo así pudiera volver a ocurrir.
Me acerqué a Sam y le di la señal para que nos fuéramos. Se elevó sobre el hangar y en ese momento Tony despegó pasando justo por nuestro lado y Peter lanzó su telaraña hacia él para engancharse. Nos saludó mientras pasaban y sonreí involuntariamente.
– ¿Así que Peter también es un superhéroe ahora? –Preguntó Nat.
– Desde hace casi 3 años.
– No puedo creer que no nos dijerais nada –dijo Rhodes, casi como un reproche.
– Nos costó aceptarlo. Cuando pasó lo de los acuerdos todavía discutíamos sobre ello, especialmente Tony, incluso quería llevarle al médico para que le “curaran”.
– ¿Se puede curar?
– Es capaz de soportar hasta 10 toneladas de peso, no sé cómo se puede curar eso.
– ¿Por qué alguien querría curar eso? –bromeó Sam.
– Tony no quería a Peter dentro de este mundo. Ese fue el principio de nuestros problemas graves, Tony no quería, Peter se negaba a dejarlo y yo estaba en medio.
– Y los acuerdos explotaron –añadió Natasha, dando completamente en el clavo.
Di un suspiro pesado asintiendo. Esos recuerdos me revolvieron el estómago, dándome incluso nauseas.
La nostalgia me ataco por completo, sabiendo que realmente lo de hace unos minutos no cambiaba nada ya que los problemas continuarían estando ahí. Peter cada vez estaba más dentro de los Vengadores y haría irremediable el que esto terminara siendo su vida. Sé que Tony continuará teniendo problemas con ello y yo no podré evitar preocuparme en silencio, por lo que sé que no será el final de nuestras disputas por eso. Quizá estamos destinados a quedar así y realmente es el final de lo que creímos que sería un amor eterno. Cuando esto termine supongo que lo más sensato sería que firmara el divorcio, sé por Peter que Tony sacó todos los papeles necesarios para ello. Aunque me vaya a desgarrar el alma debía afrontar la realidad y dejar a Tony poder ser libre y busque su felicidad, aunque eso acabe con la mía.

Notas finales:

Espero les haya gustado!
Hace tiempo me pidieron algo de Infinity War así que aquí está! Le hice los mínimos cambios pero lo más intenso posible para mantener eso del reencuentro real de Endgame ????

Si mi imaginación sigue bien quizá haga una segunda parte enseñar más de IW, sea el siguiente capítulo o más adelante. Si es que lo quieren, claro ????????

Gracias por su paciencia!
Les amo 3000! ?????


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).