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I Love You
Capítulo 4
Despierta sintiéndose más confuso de lo que se ha sentido nunca. No está muy seguro de lo que ha pasado. Se ha colado en un salón cerrado de trayecto y luego todo está borroso. Un piquete, el tratando de quitarse al insecto de encima. Observa a su alrededor, esquemas recubren las paredes por completo: Arañas, arañas, arañas. No hay nada más a su alrededor.
La cabeza le duele.
Escucha voces amortiguadas por la puerta cerrada, y sintiendo el cuerpo todavía desconectado de su cabeza se las arregla para llegar hasta ese mismo sitio por donde se coló, escondiéndose de las personas y las cámaras.
—¡No puede entrar ahí! ¡Es una investigación en curso! ¡Perderemos años de trabajo! —escuchó gritar a alguien, frunció el ceño.
La cabeza volvió a ser un torbellino cuando colocó su mano sobre el picaporte. Escuchó gemidos de sorpresa cuando abrió, y apenas pudo hacer más que dar un paso cuando volvió a perder el conocimiento. No llegó a tocar el suelo puesto que el agente estrella le había alcanzado a tiempo.
—Oh no, oh no...—escuchó que decía el mismo hombre de bata que le cortó el paso, James rodó los ojos mientras colocaba al crío sobre su hombro.
—Pudiste ahorrar horas de preocupación a su padre si hubieses abierto desde el primer momento—le dijo, con enfado.
El primer equipo falló, permitiendo que ese hombre defendiese el sitio a capa y espada por esa investigación de la que tanto hablaba. Barnes habría derrumbado la puerta él mismo; no había otro lugar de ese edificio donde el chico pudiera estar, y, por el registro de seguridad, no había prueba alguna de que en algún momento salió de allí.
—¡Arruinó nuestro trabajo! ¿No puedes darte cuenta de eso? —bramó el científico, al notar la ausencia de uno de sus especímenes— ¡Nos tomará años retomarlo!
James ignoró los gritos, retirándose en completo silencio. No le faltaban ganas de regresar a aclararle algunas cosas a aquel tipo, pero consideró que lo mejor sería llevar al joven chico junto a su padre.
Tony parecía un león enjaulado. Uno hambriento, y muy enojado. Caminaba de un lado a otro con expresión irritada, observando una y otra vez a su alrededor, a la espera de cualquier comentario. Coulson le prohibió salir. Conocía la ira de aquel hombre, y la horrible reputación que se cargaba con el público. No podía dejarlo ir, sabiendo que iría directo a cortar cabezas hasta encontrar a Parker.
Natasha, aun siendo la agente entrenada que era, tuvo un muy mal rato al ser asignada para retener al hombre. Ella adoraba al pequeño Peter, sentía el pesar de Stark como suyo. Tony no quería descargarse contra ella, pero a medida que pasaban las horas su preocupación crecía más y más.
—Ya deberían de haber llamado, lo sabes... Si quisieran dinero... Maldita sea, Natalia. Yo entregaría todo si con eso me lo devuelven... Coulson es un imbécil dejándote aquí. ¡Podrías estar fuera buscándolo! ¡Yo debería estar buscándolo!
La pelirroja no responde, intentando mantenerse calmada. Minutos más tarde tiene que cortarle el paso al otro antes de que alcance la salida. Si Tony llegase a lastimar a alguien sin darse cuenta...
—Nat... Por favor...—suplica, finalmente el hombre.
Ella puede ver las lágrimas contenidas, la furia, la preocupación.
—No pude hacer nada por mi Sammy... Por favor... A Peter... A mi pequeño... Puedo salvarlo.
Siente como si una bala hubiese atravesado su cuerpo, y duda. Solo eso necesitó Tony para quitarla del camino. Natasha salió tras él, pero el otro emprendió carrera antes de que pudiera notarlo.
—Coulson—bramó la agente por el comunicador— Va hacia la puerta principal...
—Déjalo ir—respondió el director, serio.
La agente solo miró confusa, pero detuvo sus pasos. A lo lejos, las grandes puertas se abrieron. Distinguió la silueta de Barnes, y del joven en sus brazos. "Peter" gritó su mente, entre aliviada y asustada
Miró a Tony, que reconoció igualmente el cuerpo de su chico, ella no dudó en regresar sus pasos hasta la enfermería, donde movilizó al equipo para ayudarlo.
—¡PETER! —gritó Stark, corriendo hacia ellos.
Barnes se sintió pequeño de pronto, mientras colocaba una rodilla en el suelo, Tony le arrancó al chico de los brazos, y él no pudo más que sentirse peor por la manera en que había pensado.
Ese no era un hombre egoísta, en lo absoluto.
—Él está bien... Se desmayó, eso es todo... —explicó, serio, sin levantarse.
No supo por qué, pero sintió la necesidad de quedarse ahí otro momento. Como si realmente fuese necesario para ellos.
—¿Qué demonios pasó? — exigió saber Tony, mientras acunaba el rostro del chico en sus brazos, y le examinó, buscando golpes, heridas, cualquier cosa.
—Quedó encerrado en una habitación de alta seguridad... Quizá estaba curioseando donde no debía, y los de seguridad ni se dieron cuenta... Nadie debía de estar en esa habitación. Estaban trabajando en algo que no debía ser tocado.
Tony le miró de pronto, molesto.
—¿Y dices que no pasó nada? ¡Puede estar intoxicado con algo! —y regresó su atención al castaño menor al tiempo que una camilla llegaba hasta ellos, Natasha fue quien le apartó para que James pudiera subir al menor en ella.
—Ninguno de los hombres ahí dudó en entrar sin traje de seguridad, así que dudo que sea algo radioactivo—replicó Barnes, sereno.
—Ya está aquí... Tenemos al mejor equipo, estará bien—trató de tranquilizarlo ella, pero Tony seguía igual de preocupado, la pelirroja miró mal a su compañero— ¿Qué demonios había ahí entonces?
—Arañas... Decenas de arañas.
El equipo médico se apresuró a llevar al chico y pronto Tony los siguió, no sin antes dirigirse al más alto, a regañadientes:
—Gracias... Al parecer eres de esos pocos agentes buenos de este lugar. Ya entiendo por qué Coulson te emparejó con Widow...
Una vez que Stark estuvo lejos Natasha miró a James con curiosidad, notando que continuaba allí, sin moverse. Él, que siempre llegaba directo a su habitación a matar tiempo, a la espera de la próxima misión. Observaba fijamente el lugar por donde el otro desapareció.
—Es todo un personaje—reconoció ella, en voz alta— Pero es el mejor padre que he conocido...—finaliza, para luego caminar por el mismo camino que el resto.