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'AVENGERS. I Love You por amourtenttia

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I Love You

Capítulo 6

 

 

 

Poderes.

El peor temor de Anthony Stark materializado delante de sus ojos.

Su hijo. Su adorado retoño...

Tenía poderes.

Strange necesitó ayudarse de magia —aunque esto nunca podría admitirlo en voz alta— para evitar que el grito histérico de su mejor amigo no desgarrara sus tímpanos.

Quizá no por la fuerza de su voz —que no era nada menospreciable, Tony furioso sonaba cual coronel del ejército—, sino por la emoción de ira impresa a cada sílaba.

Stephen intentó mantener la calma mientras le explicaba lo que había pasado. Antes de presentarse allí había revisado el sitio donde Tony dijo habían encontrado al muchacho.

Pasaba demasiado tiempo con Ross, y continuaba diciéndole que sería un gran detective; ya no era inusual que terminara creyéndolo.

No fue una mala idea.

Los reportes de la investigación y las propias muestras que allí se encontraban le prepararon mentalmente para las posibles consecuencias que todo aquello podría causar.

Su imaginación voló.

Poderes arácnidos. No sonaba tan descabellado.

Tony gritó con fuerza cuando le comentó que al menos no había mutado en una araña gigante.

Strange tuvo que mostrarle sus hallazgos con ayuda de sus propias habilidades. Tony no tenía ni por asomo una gran experiencia en genética, pero ante el modelo en 3D del ADN del chico pudo notar inmediatamente que eso no debía estar allí.

El doctor había marcado con rojo el gen mutado, e, incluso si no lo hubiese hecho, el contraste con el resto de la cadena era evidente.

—No podré estar completamente seguro de qué habilidades tiene ahora, pero es claro que los poderes estan allí... En cuanto pueda responderme...

—No puedes decírselo—le cortó Tony de inmediato.

James y Natasha entraron segundos después, concordando en que estaban pediéndose de una parte importante.

Tony había quedado ciego para el resto, pues todo lo que podía sentir en ese momento era alivio. Su hijo había despertado.

Por ese instante, pensó que nada le importaría si podía estar seguro de que estaba bien.

Incluso podría llegar un día a casa de mano de la pesadilla de su padre —una pareja—, pero si lo veía como en ese instante, completamente consciente y con esa hermosa sonrisa en los labios...

—Tuviste mucha suerte, Peter—declaró el doctor, tras un silencio en que solo las disculpas del chico sonaban.

El menor escondido en el pecho de su padre, que continuaba murmurando que no había nada por lo que disculparse. Levantó el rosto ligeramente.

Reconoció a Natasha, a Strange... pero no pudo reconocer al hombre que les miraba desde lejos con tremenda atención.

Casi le hizo sentir incómodo, pero ninguna sensación desagradable le recorrió, por mucho que la anticipaba.

—Si este hombre no hubiese llegado... La exposición a tanta radiación... —continuó el médico.

Barnes se sintió muy estúpido en ese momento.

No sabía por qué no había aprovechado para salir antes. La realidad era que estuvo demasiado distraído mirando a Stark fijo, casi maravillado por lo diferente que era de la imagen mental que tenía de él.

Natasha debió de carraspear para traerlo al presente, donde dos pares de ojos chocolate le observaban atentos.

—Barnes...—dijo, más por no saber qué demonios decir, que por querer presentarse — James Barnes...

Tony alzó una ceja hacia la agente, que se encogió ligeramente de hombros al decir.

—Agente especial James Buchanan Barnes... Mejor conocido como Soldado del Invierno.

James juró que esa mirada sorprendida en Stark no le interesó en lo más mínimo.

No se sintió bien consigo mismo, en absoluto.

— ¿EL Soldado del Invierno?—cuestionó curioso, y su hijo le miró a su vez sin entender

—El héroe de la nación. El único hombre tan fuerte como el Capitán América... —explicó el médico a su ahijado, que abrió los ojos.

— ¿ESE Soldado?—musitó, y un sonrojo paseó por su rostro — Oh, Dios, papá.... ¿Utilizaste a SHIELD para esto?—murmuró, avergonzado.

Tony se sintió ofendido.

—Desapareciste por horas. Y el idiota de Coulson no me dejó ir personalmente... —gruñó enfurruñado, luego miró a Barnes de reojo.

Había notado los ojos clavados en su persona desde que entró a la habitación.

—Oh, Dios... —dijo Peter, queriendo desaparecer en ese instante.

Natasha sonrió ligeramente divertida, mientras Strange negaba, discreto.

—Deberías de sentirte orgulloso, chico... Tu padre movilizó a la organización más grande del país solamente para asegurarse de que estabas bien... Si hubieses visto lo preocupado que estaba...

La agente le miró con sorpresa por apenas una fracción de segundo, en tanto Tony sentía un ligero calor en el pecho.

Había pasado bastante tiempo desde que alguien hablaba así de él. Se sintió expuesto también.

Peter le miró primero sin saber qué responder, sintiéndose inmediatamente avergonzado.

—Lo siento, papá... —murmuró bajo— Debí escucharte. Si hubiesemos pospuesto el tour como sugeriste... Lamento haberte hecho pasar por esto de nuevo.

El calor en el pecho de Stark aumentó. Y sus ojos ardieron inmediatamente.

Strange pareció reconocerlo de inmediato, pues pronto se encontró a sí mismo arrastrando al par fuera. Barnes no pudo evitar sentirse ofendido, pero no soltó palabra alguna.

No tenía ningun derecho de estar ahí siquiera.

Frunció el ceño de manera visible cuando estuvieron fuera. Solo notó la espalda del castaño alzarse con fuerza, antes de volver a su lugar original con rapidez.

— ¿Estará bien?—inquirió al doctor, luego de que la pelirroja se alejara unos pasos

Sin perder ni una palabra de aquello, por supuesto.

—No tienes de qué preocuparte. Peter es fuerte...

—El chaval se ve sano... Me refiero a su padre—gruñe irritado, como si el comentario del otro fuese una estupidez  imperdonable

El tono ofende al doctor.

—No es ninguna muñeca de porcelana... —murmura sombrío — Peter esta bien... Así que puedes tar tranquilo. Mientras su hijo esté a salvo, Tony estará bien.

Si Strange estaba interesado en mantener alguna conversación luego de eso, para James parece justamente lo contrario. Observa la puerta cerrada segundos antes de asentir para luego alejarse.

Las palabras del médico resonando en su cabeza de un modo que le hace cierta gracia.

Quizá no fuese una muñeca de porcelana... Pero definitivamente era como una Matrioshka.

En ese momento, James necesitó autoconvencerse de que su repentino interés por Stark era producto de su curiosidad científica.

Un hombre de tantas capas era un buen objeto de estudio. Por supuesto.

Cuando regresó a su departamento esa noche, en sus sueños un par de ojos color chocolate continuaron persiguiéndole.


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