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Te odio, te amo por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, algo de Ooc, omegaverse y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Beta Reader: Samantha_Myarrow

 

Resumen: Tony se ofrece a casarse para que el reino Místico se una a la alianza conocida como los Vengadores, siendo un omega mayor, sus oportunidades de tener una familia son casi nulas, está podría ser su última oportunidad   de ser feliz, aunque viva en un matrimonio sin amor, pero tal vez su nueva vida le dé más libertad de la que soñó jamás.

 

—f

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Te odio, te amo

 

 

Capítulo 3.- Enlace

 

 

Tony observó su traje nupcial. Era muy diferente a las ropas que los omegas usaban en sus bodas. No era un vestido, mas bien era un conjunto de pantalón de seda color oro, una túnica de color rojo que le llegaba hasta la cintura en la parte de adelante y por la parte de atrás, terminaba en una especie de cola que le llegaba a las rodillas. Las mangas le cubrían hasta las muñecas y su cuello estaba completamente cubierto. En su cabeza llevaba una especie de tocado en forma de cabeza de dragón hecha de oro y con ojos de rubí.

Unas botas de color rojo y amarillo completaban el conjunto.

 

—Te veras hermoso —Tony se sobresaltó. Stephen había entrado a su habitación (que estaba cerrada)—. Lo siento, no quise asustarte, pero necesitaba verte.

—Oh, ¿no puede esperar hasta la boda, majestad? —había algo en el alfa que le daba la confianza de actuar como él mismo sin tener que aparentar ser un omega débil, sumiso o tímido.

—Vine a traerte esto —Strange hizo un movimiento y, al instante, unos brazaletes de oro aparecieron: tenían tres piedras lapislázuli perfectamente redondas, la más grande estaba en el centro mientras que las dos más pequeñas a cada lado con intrincados diseños—. Eran de mi madre, de Ancestral.

—Son hermosos, pero no puedo aceptarlos —dijo mirándolo.

—Insisto. Es una tradición que el futuro omega regente las use durante su boda —le dijo dándole los brazaletes—. Tienen un encantamiento, la piedra cambia dependiendo de quien la porte.

—¿A qué te refieres?

—La joya representa el alma de su dueño. El lapislázuli simboliza la sabiduría, el conocimiento. Mi madre siempre ha sido una mujer muy brillante, astuta —explicó mirándolo a los ojos—. Quisiera saber, el color de tu alma… ¿puedo? —Tony asintió con la cabeza. Stephen le puso los brazaletes que inmediatamente comenzaron a brillar; los lapislázulis se transformaron en hermosos rubís.

 

Strange sonrió: la vitalidad, nobleza y la realeza, sin duda eso representaba perfectamente a Tony.

 

—Dejaré que te prepares para la ceremonia —Tony asintió con la cabeza. Stephen se acercó al omega y besó su frente—. Nos vemos.

 

El príncipe se separó de su prometido, hizo un movimiento con la mano y desapareció en una columna de humo azul y rojo. Tony sonrió. Quizás, en un futuro cercano, Stephen y él podrían llegar a amarse o por lo menos ser buenos amigos.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por 3 doncellas que entraron a la habitación para ayudarlo a prepararse.

Una de las sirvientas le quitó la ropa con magia. Una vez desnudo, las otras dos lo ungieron con aceites aromáticos: una mezcla de lavanda, sándalo y algo llamado Ylang Ylang. Tony se ruborizó cuándo una de ellas le explicó que se trataba de un afrodisíaco.

Luego de vestirlo le dejaron solo nuevamente. No cerraron la puerta al salir, pues era costumbre que los aposentos de los novios permanecieran accesibles antes de la boda para permitir a las familias darles sus buenos deseos a los contrayentes.

 

—Te ves hermoso —Steve se encontraba en el umbral. Usaba pantalón negro y una camisa de manga larga, sobre esta, una casaca azul y cuello alto, una cinta blanca cruzaba su pecho. Su cintura estaba adornada por dos cinturones, de uno de ellos colgaba una espada—. Aunque pensé que utilizarías el traje nupcial que preparé para ti.

 

Tony negó con la cabeza. No le parecía apropiado usar algo que un alfa que no era su futuro esposo le diera, en especial, uno por el que sentía un interés romántico.

 

—No tienes que hacer esto —Steve se había acercado a Tony hasta quedar frente a él; posó las manos sobre los hombros del omega—. Aun estas a tiempo de arrepentirte.

—Si lo hago, el reino Místico no se unirá a los Avengers. Si eso sucede, podríamos perder y miles morirían.

—¡No necesitas sacrificarte! Encontraremos la forma…

—¿Por qué te importa tan de repente? —cuestionó Tony separándose de Steve, pero éste no se lo permitió. Atrapó al omega obligándole a pegarse a él. Unió sus labios en un beso forzado.

Tony se separó como pudo. Las feromonas de Steve le hicieron arrugar la nariz.

 

—Te amo Tony, ¿es qué no lo ves? —aquella confesión le ganó un fuerte golpe que logró romperle el labio al alfa.

—Sal de aquí...

—Tony…

—¡Que te largues! —gritó furioso. Steve dio la vuelta y salió de la habitación a paso rápido, aunque el alfa no quería, pero si Tony seguía gritando, podría atraer la atención de alguien.

 

Afuera, Steve se topó con un hombre de piel oscura y ropas verdes que le miró por un momento con una sonrisa burlona y desapareció en una columna de humo verde y amarillo.

¿Los habría visto?

 

 

Stephen se miró en el espejo. Usaba un traje parecido al de Tony, aunque el suyo era de color azul, además de llevar una capa roja, su cabeza estaba desprovista de cualquier adorno. De su cuello colgaba un dije en forma de ojo con una joya verde que resplandecía en su interior.

 

—Se ve magnífico, Majestad —Strange sonrió encarando al recién llegado, que no era otro que Mordo. El omega era su amigo y confidente; era una pena que los dioses no hubiesen unido sus destinos de una manera mucho más íntima.

—Sabes que no tienes que llamarme así.

—Lo sé —dijo simplemente —. Necesito mostrarte algo.

 

La seriedad de Mordo lo hizo ponerse serio. El general hace un movimiento con las manos y al instante, una esfera de cristal aparece entre ellas. Stephen frunció el ceño, tomó el objeto y lo acercó a su rostro.

Pronto, la furia invadió a Stephen al contemplar la imagen que la esfera le mostró: Tony besando a Steve.

 

—Es falso.

—Me gustaría que así fuera —dijo con seriedad. Strange le dio la espalda, estaba furioso y su olor lo delataba.

—¿Quieres que cancele este circo? —preguntó Mordo con tono triste, aunque por dentro se regocijaba por su pequeño descubrimiento.

—No —aquello sorprendió al omega.

—¿No? Ese… humano ha traicionado el pacto y te ha deshonrado a ti y al reino.

—Sí, pero di mi palabra de casarme con ese omega y lo cumpliré —dijo Strange dándole la espalda—. No quiero que nadie se entere de esto.

—Pero…

—Es mi última palabra, General. Retírese —Mordo apretó las manos en un puño, pero ya no dijo nada. En su lugar, hizo una reverencia y salió de la habitación, cerrando la puerta.

 

Strange se quedó solo. Su futuro omega le había traicionado. En otras circunstancias rompería el compromiso y haría a ese alfa pagar su afrenta, después, al omega le enviaría a alguno de esos reinos bárbaros (luego de despojarlo de toda magia, por supuesto) para que hicieran con él lo que desearan.

 

Una vida de violaciones y tortura era poco por haberle humillado así.

 

 

 

 

La boda se llevaría acabo en la cima del monte Kamar-Taj, lugar sagrado que la familia real usaba para dichos eventos.

Los asistentes a la ceremonia estaban ataviados con distintas ropas, desde armaduras (en el caso de Natasha) hasta trajes de gala tradicionales de sus reinos. Todos de pie formaban dos semicírculos; en uno de los extremos estaba Ancestral, ataviada con un hanfu de 3 diferentes tonos de amarillo. Una faja de oro protegía su abdomen, largas mangas cubrían sus manos, su cabeza estaba adornada con una corona que le cubría desde las sienes, hasta la barbilla asemejando un sol. Ella estaba entre dos personas que usaban túnicas, el de su derecha vestía de azul y blanco con una máscara de oro mientras que los colores de la persona a su izquierda eran verde y café con máscara blanca.

Detrás de Ancestral se encontraban los cuatro Generales.

 

La banda musical comenzó a tocar en cuanto Tony y Stephen hicieron acto de presencia. Caminaron juntos al altar, deteniéndose a tres pasos de la reina. Los dos enmascarados se acercaron a ellos, conjurando un lazo de plata con intrincados diseños.

 

—Mírense a los ojos —dijeron ambos enmascarados al mismo tiempo. Stephen y Tony obedecieron—. Unan sus manos.

—Omega y Alfa. Alfa y Omega. Separados son fuertes, pero unidos son invencibles —dijo el de la máscara de oro, mientras su compañero procedía a enlazar las manos de la pareja. Los dos comenzaron a recitar a velocidad sobrehumana, además de parecer que estuvieran hablando al revés.

 

El lazo comenzó a brillar hasta tomar un tono carmesí, para después finalmente desaparecer.

 

—Los dioses han aceptado su unión —dijeron al unisonó. La algarabía no se hizo esperar. El cielo se llenó de diferentes figuras, desde animales, hasta los rostros de los contrayentes.

 

Dos almas se habían unido. Dos corazones con diferentes deseos, uno con el anhelo de un mejor futuro y el otro, con deseos de venganza.

 

¿Corazones tan diferentes podrían lograr encontrar la felicidad?

 

 

Continuará…

 

 

 

….

 

¡Hola! Espero les gustara el capítulo, nos vemos la siguiente.


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