CAPÍTULO 12
[Corea]
Habían sido un poco más de dos horas de viaje, una en avión y otra en tren. Por eso cuando llegaron a la casa de la familia Byun ya era bastante tarde, pero para sorpresa de ambos eso no detuvo a la señora Byun de darles una bienvenida como la merecían.
- ¡¡Aigooo!! -la mujer se derritió sólo ver al niño que los acompañaba- ¡Eres tan guapo! ¡Soy tan afortunada de tener un nieto tan guapo! -apretó una vez más las mejillas de Tai Heng. Y aunque el niño entendía muy poco de lo que decía aún así se dejó consentir por su abuela.
A su lado el padre de Baekhyun también los recibía con una sonrisa de oreja a oreja. Unos pasos más atrás el hermano mayor del castaño.
- Hice un poco de comida deliciosa para recibirlos -Les presumió la madre de Baekhyun apresurándolos a entrar- Espero que no hayan comido mucho en el avión.
- Papá, mamá, les presento a Huang Zitao, padre de Tai Heng.
Tao dio una reverencia de cortesía correspondida por los dos mayores.
- Lo recuerdo, lo recuerdo -aseguró la madre de Baekhyun de pronto- ¡¡Muchas veces estuvo aquí en la casa, Baekhyunnie!! Aunque en ese entonces tenías el cabello rojo ¿No es cierto?
Tao asintió.
- Un placer verla de nuevo señora Byun y disculpe las molestias.
- No es una molestia, mientras podamos conocer a nuestro nieto -Le aseguró el señor Byun.
- ¿Y qué hace Hyung aquí? -preguntó Baekhyun de repente, cuando todos ya estaban sentados en la mesa.
- Tu hermano ha estado intentando enseñarnos un poco de chino mientras tú no estabas -Fue el señor Byun quién respondió.
- Sí, solo lo básico. Aunque no hemos avanzado mucho -Aclaró el hijo mayor de los Byun.
- Bueno, no creo que haya ningún problema, Tai Heng también ha estado aprendiendo algunas palabras en coreano -Baekhyun revolvió un poco el cabello de su hijo, que lo volteó a ver con una sonrisa, aún emocionado por estar ahí con sus “nuevos” abuelos.
- Eso ya lo veremos después, por ahora comamos -les apresuró la señora Byun destapando la comida.
Pero nada más a un segundo de olfatear los condimentos Tao se sintió mareado ¿Y ahora qué iba a hacer? No podía rechazar la comida que la señora Byun amablemente había hecho para ellos sin verse mal.
Por suerte Baekhyun notó su conflicto y le ayudó, justo cuando su mamá estaba por reclamar que no tocaban su comida.
- Tao está un poco mareado por el vuelo.
- Todo se ve delicioso señora Byun, pero creo que preferiría ir a descansar.
La señora Byun asintió.
- Claro hijo, es normal... cuando uno espera un bebé necesita mucho descanso.
Tao y Baekhyun intercambiaron una mirada sorprendidos.
- ¿Cómo lo supo? -Preguntó casi en un susurro Tao.
Y el señor Byun soltó una carcajada.
- Mi esposa siempre ha tenido buen ojo para esas cosas.
- No te preocupes, vé a descansar. Le pediré a Baekhyun que te lleve un té que ayudará un poco con el mareo.
Tao asintió, disculpándose una vez más y se retiró. Dejando a Baekhyun y sus padres al cuidado de Tai Heng.
-----
Cuando todos se habían retirado para prepararse antes de dormir. Los dos hermanos se encontraban inmersos en la tarea de lavar los platos cuando el mayor de ellos decidió que era el momento de interrogar a su hermanito.
- Así que ese es el famoso Huang Zitao por el que estuviste suspirando estos seis años.
El color le subió a las mejillas al castaño al recordar su juventud.
- No te burles, ya no soy tan intenso con esas cosas. Ya lo superé.
- Sí, claro- el mayor rodó los ojos.
- Mejor concéntrate en los platos y deja de hablar -pidió el castaño, siendo ignorado con creces por su hermano.
- Es un poco alto para tí ¿No lo crees? -Observó pensativo Baekbeom.
- ¡No es verdad! -Reprochó Baekhyun molesto- Además eso no importa -bajó la voz- Está casado.
- ¿Casado? -Byun Baekbeom casi tira el plato que estaba tallando- ¿Mi hermano es un rompehogares?
- ¡Claro que no! -Tuvo que esforzarse para contener su impulso de mojar a su hermano mayor.
Pero Baekbeom lo intuyó de inmediato, soltando una carcajada.
- Sólo bromeo -levantó ambas manos en gesto de rendición- Sólo pienso que sería bueno que sentaras cabeza de una vez, eso haría muy feliz a mamá.
- Ya tiene un nieto, tendrá que conformarse con eso.
- Si tú lo dices -Aceptó su hermano- Pero tú y yo sabemos que mamá seguirá insistiendo hasta escuchar campanas de boda. Y solo digo que, si es que Tao estuviera disponible, que ambos sabemos que no, no sería una mala opción.
Al decir eso último su hermano guiñó un ojo y ambos volvieron a su tarea.
¿Una buena opción? ¡Qué rayos! ¿Acaso su hermano estaba tratando de convencerlo de seducir a Tao? Definitivamente Baekbeom se había vuelto loco en las semanas que no había estado con ellos.
-----
Al día siguiente, Baekbeom ya se había retirado, para fortuna de Baekhyun su hermano mayor debía volver al trabajo. Así al menos ya no habría más interrogatorios, pensó incredulamente el castaño. Pero no contaba con su madre.
A lo lejos Tao caminaba por entre los árboles con Tai Heng en sus hombros, cortando manzanas. Su madre y él se encontraban sentados en la entrada de la casa encargándose de pelar las manzanas cortadas.
Aunque las manos de Baekhyun se movían muy poco en comparación con las de su madre, ya que su atención estaba centrada en las dos figuras que se movían por el huerto.
- Es muy alto ¿No crees? Espero que Tai Heng haya heredado eso de él.
Esa era la segunda vez que alguien le reclamaba por su altura insinuando que era un enano ¡Qué les pasaba! Si su altura era muy promedio, pero claro, cualquiera al lado de un gigante como Tao se vería bajito.
- Sólo son 10 cm de diferencia -le puntualizó a su madre.
- Y se vé bastante amable.
Baekhyun soltó una risilla.
- Lo es. En ocasiones puede ser un tanto caprichoso y es terriblemente vanidoso, pero tiene un corazón de oro.
Cuando volteó a ver a su madre está sonreía de lado a lado de manera muy sospechosa.
- ¿Qué? -le preguntó.
Su respuesta fue un golpe en la nuca.
- ¡Byun Baekhyun! Tienes que casarte con él, niño terco.
- ¡Mamá! -ahulló el menor sorprendido por la reprimenda.
- ¿Qué acaso estás ciego? Por qué yo no y lo veo claramente cuando lo miras ¡Lo amas!
Escandalizado, Baekhyun de inmediato le hizo un gesto a su madre de que bajara el volumen, mirando de reojo hacia los árboles, asegurándose que no habían llamado la atención de los otros.
- ¿Estás loca? ¿Quieres que todos le oigan?
- Eso sería lo mejor -refunfuñó ella- A ver si así, entran en razón ustedes dos.
- ¿Mamá, te das cuenta que me estás pidiendo que destruya un matrimonio con un bebé en camino?
- ¡Sí! -respondió la mujer sin vergüenza alguna- En el amor y la guerra todo se vale. Y más aún cuando se trata de la felicidad de mi hijo.
- No es tan fácil mamá. -Baekhyun volteó su atención hacia la manzana en sus manos tratando de zanjar el tema. Pero su madre no se daría por vencida tan fácilmente.
- Baekhyunnie, date cuenta. Te he visto estos seis años esperándolo, casi anhelandolo. Ahora ya lo tienes frente a tí ¿Qué es lo que estás esperando?
- ¡Qué clase de consejos me das, omma! A veces desearía tener una mamá coreana normal -Expresó fingiendo pesadumbre.
- No me vengas con eso niño malagradecido, muchos desearían tener una madre tan buena como yo -Un nuevo golpe ahora en su hombro.
- ¡Appa! ¡Appa! ¡Abuelita! ¡Miren lo que encontré! ¡Es una manzana gigante!
Tai Heng se acercó corriendo hasta ellos con una manzana que apenas cabía en sus dos manos juntas.
- ¡Wow, increíble! -Baekhyun fingió sorpresa.
- Tráela aquí para comerla -Le llamó su abuela enfatizando con un movimiento de su mano.
- No, yo quiero compartirla con Mongryoung -El niño abrazó como pudo su manzana en señal de posesión y con su otra manita señaló al perrito que custodiaba la entrada de la casa de los Byun.
- Tai Heng, haz caso a lo que te dice la abuela -lo reprendió Tao también llegando a su lado.
- Pero baba, yo quiero dársela a él -reprochó el menor.
- Si no te portas bien nos vamos a cenar a Mongryoung -Le regañó el señor Byun que también llegó a su encuentro.
- Nooooo -las lágrimas no se hicieron esperar en los ojos del infante, que corrió a aferrar al animalito con fuerza contra su pecho, en un acto de protección- Prometo portarme bien.
- El abuelo solo está bromeando -de inmediato lo consoló Baekhyun con una sonrisa amable- Pero recuerda que los perros no comen manzana y si se la das a Mongryoung el pobrecito tendrá dolor de estómago -Razonó con él.
El niño de inmediato entendió, limpiando sus lágrimas y corriendo al lado de su abuela para entregar la manzana de la discordia.
- Gracias -le dijo ella aceptando la fruta- ¿Qué te parece si con ella te hago unos conejitos? -Le propuso tratando de borrar el acontecimiento de la mente del niño.
Actuando como magia, el menor volvió a sonreír.
-----
Esa noche, la última noche antes de que regresaran a China. Baekhyun miró la silueta de Tao sentada en el pórtico de la casa, observando las estrellas. Y decidió acercarse jalado por una fuerza invisible, que bien podría ser el fantasma de las palabras de su madre y hermano surtiendo efecto.
- ¿No crees que es un poco tarde para estar afuera? ¿Puedo acompañarte?
Tao golpeó la madera del suelo, invitándolo a tomar el lugar a su lado.
- Es muy tranquilo aquí -dijo con una sonrisa- Me alegra haber traído a Tai Heng. Han sido muy amables con nosotros, sólo dos días y ya ama a sus abuelos.
Su mirada viajó perfilando la figura de Tao, notando que su mano estaba a escasos centímetros de la suya, casi como invitándolo a tomarla.
- Lo sé, son tal para cual -concordó el castaño- Ahora que se conocen, no puedo imaginarme la cantidad de mensajes que recibiré de mi madre pidiendo que los traiga de nuevo el mes que viene, cuando yo regrese.
Tao sonrió de nuevo, sin apartar la mirada del cielo.
- Pues deberíamos aprovechar y volver antes de que tenga que volver al trabajo.
Aquello sorprendió un poco a Baekhyun.
- No sabía que trabajaras.
- Sí, trabajo como modelo, pero no creo tener una nueva sesión en los próximos 10 meses o hasta que recupere mi peso de nuevo, tan sólo en este último mes subí 2 kilos. Es un desastre.
Para él Tao se veía perfecto, con todo y la curvatura apenas visible en su vientre.
- ¿Y tú en qué trabajas? -Ahora Tao tenía curiosidad también, sabía que Baekhyun se dedicaba a la música, pero nunca la había preguntado más a fondo.
- Hago arreglos musicales y algunas composiciones para la SM Entertainment.
- ¡Wow! ¿No es esa la agencia de SNSD? ¿Las has visto?
- No tuve esa suerte -Se lamentó el castaño- Se separaron hace 2 años. Antes de que yo entrara a la empresa.
Ahora, solo eran milímetros los que había entre sus dedos.
- Qué lástima. Las cosas han cambiado mucho desde la última vez que estuve aquí -Susurró el pelinegro.
Estaba por tocar la punta de sus dedos, cuando se detuvo. No, no podía hacerlo. No podía poner a Tao en una situación aún más difícil que en la que estaba.
Suspiró y apartó su mano.
- Lo sé, todo ha cambiado mucho.
-----
Desde que se levantaron muy temprano en la mañana, Tao se sintió raro. Con cierta pesadez en su cuerpo y una punzada leve en el estómago. Había llegado la hora de volver a casa, pensó.
Sin pensarlo mucho le dió unas palmaditas en la espalda a su hijo, que aún dormía despreocupado. Acarició su cabello y lo llamó hasta que éste por fin se despertó.
- Vamos Tai Heng, es hora de levantarse.
- Buenos días, baba -el niño lo abrazó con sus ojitos pesados por el sueño, pero obedeció.
Cuando ambos bajaron a la sala, ya completamente listos y con su equipaje en mano. Los señores Byun ya los esperaban en la sala para despedirse.
- Yo… los voy… a extrañar... mucho -Les dijo Tai Heng en coreano con mucha dificultad pero sin ningún error en su pronunciación.
- Nosotros también cariño -le correspondió su abuela al borde del llanto dándole un último abrazo.
- Asegúrense de no llegar tarde a su vuelo y no olviden decirnos cuando hayan llegado a Qingdao -Pidió el señor Byun también abrazando a Tai Heng.
- No se preocupen, les avisaré en cuanto lleguemos -les aseguró Baekhyun y partieron.
[ . . .]