CAPÍTULO 15
[Dejar ir]
El primer día de terapia fue el peor de todos, aún después de haber hablado con el tanatólogo sentía que una nube negra lo seguía acompañando. Pero salir al pasillo y ver a Baekhyun ahí, esperándolo todos los días, le dió coraje para seguir acudiendo. Y poco a poco, al tiempo que las citas avanzaban, el dolor dejó de ser un yugo y comenzó a ser un acompañante con el que podía lidiar.
Ahora las sonrisas que compartía con su hijo no se sentían forzadas, ahora podía atesorar realmente cada momento con él y todos a los que amaba.
Pero aún quedaba un camino largo que recorrer y faltaba el paso más difícil de todos.
Cada día que pasaba, en algún punto se había preguntado qué reacción tendría cuando por fin se viera con Kris. ¿Estaría molesto? ¿Rompería en llanto? ¿Su vida se voltearía de cabeza otra vez? Pero para su sorpresa, cuando la puerta de su cuarto se abrió y por ella ingresó su esposo, lo único que sintió fue calma, calma cubierta por una fina capa de nostalgia.
Con pasos lentos y cautelosos Kris se acercó a él, quedándose unos pasos antes de alcanzarlo. Dándole su espacio.
Transcurrieron los minutos sin que ninguno de los dos se atreviera a iniciar la conversación.
- ¿Cómo estás? -Kris se aventuró a preguntar.
- Mucho mejor -Le contestó Tao- Me alegra que regresaras.
A pesar de todo lo que había pasado, muy debajo de todos los sentimientos generados recientemente, prevalecía un profundo cariño entre ambos, nacido de una vida entera conociéndose. Y ahora que ambos podían ver las cosas con nuevos ojos, ese cariño resurgió, permitiéndoles hablarse con la misma familiaridad que siempre.
- Lamento haber tenido que irme así -el más alto inició con las disculpas.
- Lo sé.
- Lamento que las cosas no hayan logrado funcionar al final.
- ¿Funcionar? -rió Tao con ironía- Creo que por mucho que lo intentaramos las cosas nunca iban a funcionar, Yifan.
No podían seguir viviendo en una mentira.
- Fue mi error desde el principio -Sin darse cuenta una lágrima resbalaba de la mejilla del pelinegro, dolía aceptar en voz alta ese fantasma que lo había estado atormentando desde el inicio de su relación- No debí dejar que aceptaras una responsabilidad que no te correspondía, no debimos casarnos, no debí arruinar el futuro de ambos.
A Kris también lo traicionaron las lágrimas y por fin se atrevió a acortar la distancia, abrazando a Tao como siempre lo había hecho. Sintiendo como éste se relajaba en sus brazos correspondiendo y apoyándose en él como desde que eran niños.
- Te amo tanto Taozi, pero es un amor diferente -Susurró Yifan en su oído- eres tan preciado para mí que no puedo permitir que sigas siendo infeliz a mi lado, por que tú mereces a alguien que te ame de la misma manera y odio no poder ser esa persona. Aunque por mucho tiempo me engañé creyendo que sí podía.
Kris acarició su mejilla, observando a Tao. Pensando en lo mucho que ambos habían madurado, en lo mucho que habían cambiado.
Habían sido casi siete años juntos, fingiendo ser una pareja al principio, y siendo ayudados por su amistad las cosas habían sido sencillas de sobrellevar.
Cuando al fin se les había unido Tai Heng ambos se habían enamorado completamente de él y aquel amor, junto a esa inmensa felicidad de verle crecer, les había hecho creer a ambos que se habían enamorado entre ellos, sin embargo, siempre que estaban solos, las cosas eran diferentes, algo faltaba, por eso en el fondo Kris sabía que habían decidido tener otro hijo para tratar de volver a ese mismo punto de partida. Y el haberlo perdido de la manera que lo perdieron era como un golpe en la cara por parte del universo tratando de hacerlos rectificar.
- Es momento de que cada uno haga su propio camino. De dejar de resguardarnos el uno al otro -dijo- Sólo prométeme que no te van a lastimar. Que no dejarás que nadie te haga daño como yo lo hice.
Tao sonrió ante la sinceridad de aquellas palabras.
- No puedo adivinar el futuro, gege -Acarició la mano que aún estaba sobre su mejilla- pero te prometo que estaré bien. Los dos estaremos bien.
Y así, con sus dedos entrelazados, se fueron a dormir esa noche, la última noche que pasarían juntos.
La primera noche de sus nuevas vidas.
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