CAPÍTULO 7
[Viaje]
-¡Alto, yo me opongo! –Gritó Baekhyun con toda la fuerza que sus pulmones le permitían. Deteniendo su carrera al casi chocar contra uno de los arreglos florales de la iglesia- Yo me opongo –Repitió recuperando el aliento- Tao debería casarse conmigo ¡Yo soy el padre legítimo de ese bebé!
Y más aún que su presencia en aquella capilla, sus palabras hicieron que los cuchicheos incrementaran, pero eso era lo de menos, pensó Baekhyun al ver que Tao soltaba su ramo y caminaba directo hacia él, lejos de Kris. Lo que no se esperaba fue lo que sucedió después.
Un fuerte puño golpeó su mejilla con toda la fuerza que el pelirrojo tenía tirándolo al suelo casi noqueado y, dedicándole una mirada herida, que incluso le dolió más que el golpe, Tao salió corriendo a toda velocidad de la iglesia.
- ¡NO TAO! -gritó Baekhyun levantándose de su cama, dándose cuenta que todo no era más que un sueño, otra vez.
Respiró hondo retirándose el cabello del rostro en un movimiento hacia atrás. Mirando a su alrededor la habitación del hotel. Se puso de pié de un salto y fue hacia la ducha. Debía estar listo antes de las 9:00. Después de 6 años al fin había logrado llegar a China, no podía arruinar esa oportunidad llegando tarde.
Se alistó más rápido que nunca en su vida y justo a las 8:30 ya se encontraba en el restaurante del hotel, donde Lay, su cómplice y antiguo compañero de la universidad, ya le esperaba.
- Hola -Le saludó el chico de hoyuelos contagiandose de la sonrisa de oreja a oreja que cargaba Baekhyun.
- Hola -correspondió sentándose frente a él- ¿Todo listo?
Yixing asintió.
- Acabo de mandarte la dirección ¿la tienes ya?
Baek revisó su celular confirmando que Lay acababa de mandarle una ubicación.
- Sí, está todo listo.
- Perfecto, hace un momento hablé con él para decirle que estoy enfermo y que la escuela enviará a alguién más a reemplazarme, dijo que no hay problema, que él no estará así que te recibirá su nana. Está bien, mi hermana es su nana y accedió a ayudarnos, prometió no entrometerse demasiado… ¿Me estás escuchando?
Baekhyun estaba inmerso en su instagram.
- Mirálos Lay -Señaló una fotografía- ¿No son preciosos?
Lay alejó un poco el aparato de su rostro.
- ¿No crees que deberías bajarle un poco la intensidad a tu acoso? -interrogó al coreano- A veces me haces creer que fue un error decirte cuál era el perfil de instagram de Tao.
- No los estoy acosando -Obvió el menor- Es el único método que he tenido para ver a mi hijo en estos 6 años ¿y quieres que no lo utilice?
- Está bien -Yixing se resignó- Haz lo que quieras, pero por favor, no hagas que nos despidan.
- No lo haré, lo prometo -Baekhyun guardó su teléfono emocionado- Seré cien porciento discreto.
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Un niño tocaba el piano lentamente tratando de recordar todas las notas que seguían en la melodía sin enterarse en qué momento su papá apareció a su lado, al parecer, buscando algo.
- ¿Qué haces TaeTae? -preguntó Tao pasando por su lado.
- Practicar -Señaló el menor a sabiendas de que su papá no le pondría mucha atención- No quiero que me regañe el maestro.
- Pero Zhang-laoshi* nunca te regaña ¿O sí? -Tao se puso a revolver todo a su paso en búsqueda de su teléfono.
- No -El menor dejó de tocar un segundo para observar a Tao- ¿Pero y si el nuevo maestro es malo?
- No lo creo TaeTae -Tao se dió por vencido en su búsqueda- ¿No has visto dónde dejé mi teléfono?
- Está en la mesa frente al sofá -respondió el niño dándose vuelta para continuar con el piano, cómo odiaba cuando sus padres estaban tan ocupados en sus cosas de adultos que no le prestaban atención. Aunque eso sólo fuera en contadas ocasiones.
Tao fue hacia la sala y justo como lo indicó el menor, el aparato se encontraba en la mesa, completamente a la vista. “Malditos nervios” pensó. Tao volteó la vista hacia su hijo, que había vuelto a sumergirse en el piano, y se acercó hasta él lo suficiente para darle un beso en la frente. Odiaba dejarlo solo, pero justamente ese día tenía cita en el hospital y no podía faltar.
- Te veo más tarde -Le susurró acariciando su cabello negro- Liyin-jiejie se queda en casa para cuidarte.
A lo que el menor asintió.
- Prometo no tardar.
- Si está bien, vete o llegarás tarde -le apresuró el menor con una sonrisa.
No habían pasado ni veinte minutos de la partida de Tao cuando la puerta sonó y de inmediato Liyin fue a abrir.
- No sé porqué dejé que Yixing me convenciera de esto -Dijo la chica haciéndole una seña a Baekhyun de que entrara.
- Gracias -Le susurró el castaño pasando a su lado para dirigirse a la sala de estar, desde dónde se alcanzaba a observar el piano.
- Tai Heng -Llamó Liyin al menor- tu maestro ha llegado.
Tai Heng volteó hacia el que sería su nuevo maestro encontrándose a un hombre castaño, aparentemente extranjero, con el rostro idéntico al suyo justo frente a él y sonriendo de una manera tan pronunciada que seguramente debería doler.
- Hola, tú debes ser Tai Heng -lo saludó en un perfecto chino.
- H-hola, soy Wu Tai Heng -respondió tímido sin poder dejar de ver su cara- Mis amigos y baba me llaman TaeTae.
- Bien TaeTae, soy Byun Baekhyun tu nuevo maestro de música. ¿Estabas practicado?
Baekhyun acercó hasta donde el menor sintiendo que su corazón daba un vuelco con solo verlo de cerca. Mientras tanto Liyin se mantenía discretamente alejada de la escena.
- Zhang-laoshi me estaba enseñando a Bach la clase pasada y quise repasar para no equivocarme.
- ¿Bach, eh? -Sonrió orgulloso sentándose a su lado en el asiento del piano, sabiendo que era observado de cerca por la nana del niño, conteniendo todo lo que podía las ganas que tenía de darle un abrazo al menor- Eres muy listo entonces.
El menor le correspondió la sonrisa al fin y Baekhyun sintió que moriría de ternura, decidiendo que era momento de ponerse con la clase. Sorprendiéndose de lo mucho que sabía el menor sobre el piano, atinando casi todas las notas de la canción. ¡Y sólo tenía 6 años! ¿Sería que Tao estaba explotando al pobre niño? ¿O era que Kris le exigía demasiado? pensó serio.
- ¿puedo hacerle una pregunta? -Tai Heng lo tomó desprevenido.
- Sí. adelante.
- ¿De dónde es usted? ¿No es de china, verdad?
- No, soy de Corea del Sur.
- ¿Y todos en Corea se parecen a usted? -Los ojos del niño lo vieron con esperanza clara en ellos.
- Algunos… supongo ¿Por qué lo preguntas? -Baekhyun tenía un mal presentimiento sobre esa conversación.
- Es que mis compañeros dicen que soy adoptado porque nadie se parece a mí en la familia -señaló Tai Heng- pero mis papás siempre dicen que no es cierto.
Por un segundo Baekhyun se quedó sin saber qué decir, en otro momento quizá aquel podía haber sido el momento perfecto para decirle la verdad al infante, sin embargo, eso también podría crear mucha confusión en el pequeño y eso era algo que Baekhyun no deseaba.
- Yo creo que todas las familias son diferentes -Explicó al fin- Algunos se parecen, algunos no, pero eso no los hace menos familia ¿No crees?
Tai Heng asintió.
- Usted me cae bien -Le dijo abrazándolo sin previo aviso.
- ¿En serio? -Baekhyun no se contuvo más y le devolvió el abrazo, sintiendo que su corazón se inflaba en su pecho, tanto tiempo deseando verlo y al fin lo tenía en frente. Al fin se había convertido en algo real, algo más que sólo una añoranza.
Pero inevitablemente se separaron casi unos segundos después.
- ¿Qué te parece si hoy descansamos un poco del aburrido de Bach y aprendemos una canción más divertida? -Propuso el castaño. Los niños debían divertirse y jugar, no aprender a dar recitales de piano. Además el deseaba poder ver más de la sonrisa de Tai Heng en esa día.
- ¡Sí! -Festejó el niño emocionado.
- Muy bien -Baekhyun colocó sus dedos en las teclas- Ésta es la canción de los pollitos, escucha atentamente -le ordenó al tiempo que empezaba a cantar mientras tocaba.
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Tao estaba frente al escritorio de la Doctora Tsai, infinitamente nervioso, sin embargo, por la expresión en el rostro de ella, ya podía imaginarse lo que sus estudios decían.
- Parece que todo está en orden -Le comentó con una sonrisa la Doctora- Apenas estas entrando en el segundo mes, así que hay que seguir tomando las cosas con calma, mucho más por los antecedentes que tenemos de tu embarazo anterior y hay que seguir con el ácido fólico…
Tao dejó de escuchar perdido en sus pensamientos: Estaba esperando otro bebé. La realidad lo golpeó como un balde de agua fría. ¿Cómo se lo diría a su esposo? Seguramente Kris estaría muy feliz. Y su suegra al fin dejaría de presionarlos por más nietos.
Cuando la cita terminó, agradeció a la mujer y aún en las nubes se dirigió a casa.
Todo el camino de regreso pensando en una manera de decirle a su esposo que lo habían conseguido. Él por su parte, aunque había estado de acuerdo con la idea de otro bebé en su vida, en el fondo debía admitir que no se sentía tan emocionado como creía que estaría. Quizá era que aún no había procesado completamente la noticia, se dijo. Suspiró y bajó de su camioneta una vez que esta estuvo estacionada en casa. Siendo recibido de inmediato por Liyin.
- Llegó mucho más pronto de lo esperado Sr. Huang ¿Buenas noticias? -Liyin sabía de la situación de la pareja ya que era cercana a ellos y cuidaba del pequeño Tai Heng casi desde su nacimiento.
- Será mejor que nos preparemos Liyin-jiejie, pronto tendremos a otro bebé corriendo por los pasillos -Tao la miró sonriendo. Escuchando que desde lejos, estaba el sonido de una canción infantil. Había alcanzado a llegar para conocer el nuevo maestro de su hijo, o por lo menos a presentarse con él- ¿Aún no termina la clase de TaeTae?
- No, pero están algo ocupados -Sonrió Liyin ocultando con maestría su nerviosismo.
- Iré a agradecerle al profesor el haber venido…
- No creo que sea necesario, ya están por terminar y sólo los interrumpiría -Liyin trató de convencerlo- Además quizá deba tomarse un momento a solas, ya sabe para asimilar la noticia.
- No digas tonterías, ahora más que nunca quiero ver a mi bebé.
Demasiado tarde, Tao ya había entrado en la sala y Liyin tomó la sabia decisión de no seguirlo, fingir demencia y culpar a Yixing si le preguntaban algo, aquello sí que se iba a poner feo y ella quería conservar su empleo.
- ¡Que demonios haces tú aquí! -Soltó sin pensarlo Tao nada más al verlo.
- Hola Taozi - Baekhyun se había quedado plantado en su lugar observando a Tao sin poder creer lo bien que se veía, definitivamente el cabello negro le sentaba mucho mejor que el rojo y su cuerpo antes atlético y pero larguirucho, ahora se veía elegante y definido. Quién diría que los años y el haber tenido un bebé le sentaría tan bien.
- Tai Heng, ve a tu habitación.
- Pero papá-Se quejó el menor de inmediato sin entender porqué repentinamente su papá se veía tan enojado.
- Sin excusas, ve a tu cuarto hijo.
Y Liyin llegó al rescate.
- Vamos a tu cuarto TaeTae -Tomó al menor por los hombros y lo guió fuera de aquel potencial huracán a punto de desatarse.
Una vez sin ellos cerca Tao dió rienda suelta a todo lo que se estaba guardando.
- ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Cómo es que estás tú aquí?
Baekhyun respiró hondo.
- Tranquilizate Tao. Sólo quería verlos.
“Verlos” plural. No había manera que Baekhyun no supiera que Tai Heng era su hijo, pero qué es lo que el castaño estaba tramando viniendo así a su casa después de casi 6 años de no verse. Eso definitivamente no era una coincidencia.
- ¿Cómo nos encontraste?
La respuesta a aquella pregunta no era nada favorecedora para Baekhyun, pero se había prometido ser sincero y hacer las cosas bien así que...
- Usé algunos… contactos para dar contigo y Kris… -Hizo lo posible para no delatar a Yixing.
- ¿Nos espiaste? -Preguntó Tao aún más serio.
- ¡Claro que no! -Negó rotundamente- Solo tenemos un conocido en común.
- Entonces confabulaste con nuestras personas cercanas para que te dieran nuestros datos personales y te dejarán entrar en nuestra casa -Baekhyun tenía que reconocer que cuando Tao lo decía simplemente sonaba mal, incluso un poco…¿Ilegal?
- Quizá sí… ¡Pero quería conocer a mi hijo! -el más bajito se sentía atrapado.
- En primer lugar estoy casi seguro que lo que hiciste es un delito Baekhyun -¿Acaso Baekhyun se había vuelto loco? pensó Tao- Y en segundo lugar no es tu hijo.
Baekhyun lo miró incrédulo. Tao tenía que estar bromeando, aquello simplemente era insultar su inteligencia.
- ¿Es enserio Tao? ¿De verdad crees que soy tonto?
Puso su cara junto a la fotografía del niño que estaba en una repisa.
- Somos iguales -señaló.
- No es verdad -Soltó Tao arrebatándole la fotografía.
- Bueno, tenemos unas cuantas diferencias-Analizó el castaño- pero el 90% de su cara es igual a la mía, ¿Y de dónde dices que sacó eso? Porque de tí o de Kris definitivamente no.
- ¿Qué quieres Baekhyun? -Tao cambió de tema.
- ¿Que qué quiero? ¿Quizá ver a mi hijo? Del que da la casualidad nunca me dijiste que existía -la pregunta obviamente fue hecha con sarcasmo.
- No éramos nada -Fue la justificación del pelinegro.
- ¿No eramos nada? -Baekhyun se sintió todavía más ofendido- Está bien, no eramos nada, pero eso no te da derecho de llevarte a mi hijo a otro país sin siquiera decirme que existía.
- ¡Tú amabas a alguien más y yo no era nada para tí! ¡¿Recuerdas!?
- Éramos adolescentes Tao -Ahora era turno de Baekhyun- A esa edad no sabes ni qué calcetines ponerte sin miedo a que la gente te juzgue ¡Por favor! Mucho menos sabes algo del verdadero amor. Pero yo tenía derecho a conocerlo, tenía derecho a que me dieras una oportunidad.
Tomó la mano del otro, sabiendo que estaba arriesgándose demasiado.
- Tengo el derecho a que me des una oportunidad. No sabes lo mucho que he trabajado para llegar hasta ustedes, para tener algo que ofrecerles a ambos. Y sé que no soy millonario ni nada de eso, pero tengo un trabajo estable, no tengo ningún vicio, aprendí tu idioma e hice lo imposible por encontrarlos.
Por un momento se miraron directamente a los ojos, hasta que Tao apartó su mano.
- No puedo Baekhyun -apesar de sus palabras Byun supo que Tao había comenzado a ceder- Tai Heng ya tiene una familia.
- Lo sé, y sé que no tengo derecho a entrometerme entre tú y Kris. Creeme que mi intención no es separar a tu familia, lo único que yo quiero es una oportunidad de estar con mi hijo. Me perdí seis años de su vida, Tao, no quiero perderme más.
El pecho de Tao se sintió apretado de repente y un nudo se formó en su garganta. “Todo es mi culpa”, las palabras volvieron a resonar en su mente.
- Sólo una oportunidad -le pidió Byun una vez más.
- Tengo que hablar con Kris primero -fue toda la respuesta que le dió al castaño- Hablaré con él y te diré qué hemos decidido.
- Está bien -aceptó a secas el mayor, sabiendo que había sido demasiado esperar una respuesta inmediata, pero él era paciente, si había esperado casi 6 años, podía esperar unos días más.
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