Nottingham. Inglaterra, Reino Unido.
Las dos hermanas almorzaban tranquilamente y en silencio en una cafetería frecuentado por la menor. Ninguna dijo nada hasta que terminaron de comer.
— ¿Suiza? ¿España? ¿Irlanda? —Pronunció después de un largo silencio, Claire.
Chloe miró a su hermana mientras le daba un sorbo a su bebida
—Eres mala adivinando
—Por eso prefiero que me lo digas tú. No entiendo por qué tanto misterio.
—Hace mucho no comía algo como esto —Cambiando el tema —Lo último que comí antes de venir aquí fue un pie de limón, se me antojaba bastante, donde estaba era realmente asqueroso la comida
—Deja de cambiarme el tema, ¿quieres?
—Te dije cuál es el tema del que quiero hablar
—Ya te lo he dicho de camino hacia acá, papá se suicidó porque no soportó el peso de su culpa, no soportó que estuvieras en prisión
—O más bien, porque no soportó que su empresa estuviera decayendo a pesar de que fui a prisión para evitar que la imagen de la empresa y la de ellos se fuera al caño por completo, además, lo que dices suena a algo que diría Dylan para que la historia fuera bastante creíble
— ¿Insinúas acaso que Dylan nuestro hermano tuvo algo que ver?
—No confío en él, es capaz de todo. Como estar de acuerdo en que su propia hermana vaya a prisión
—Sí que lo has superado ¿no? —Con tono de ironía expresó Claire
—El hecho de que lo haya superado no quiere decir que no vaya a mencionarlo, además sigo sin confiar en él y tengo razones para ello
—Entonces también desconfías de mí, ¿no? Yo también tuve que ver con tu encierro, pero aquí estás, comiendo conmigo
—No eres tan retorcida como Dylan, eres más tonta
Claire ya estaba cansada de los desprecios de su hermana
—Conozco a Dylan, he estado con él en estos últimos años y ha cambiado. Si hubiéramos sabido donde estabas seguramente…
— ¿Se hubiera entregado? —Terminó la idea sumamente enojada — ¿Acaso él iba a aceptar su culpa? ¿Lo iba a hacer? No, claro que no. Porque si hubiera sido el caso no tendría que importar donde estuviera, simplemente se hubiera entregado y ya
—Más bien pedirte perdón, eso era lo que quise decir
— ¿De qué diablos me sirve el perdón a mí? No me importa para nada, no me importaron tus disculpas y mucho menos me va a importar las suyas
—Estás tan irascible, pero te recuerdo que tú decidiste cargar la culpa por él, ¿o no fue así?
Aquello hizo que Chloe se calmara un poco y pensara mejor las cosas, debía recordar por qué estaba allí.
—Sí, tienes toda la razón. Yo decidí por estúpida cargar con la culpa, por querer actuar como una hermana mayor responsable como lo quiso nuestra madre, eso fue mi gran error.
— ¿Entonces? De verdad fue duro saber que ibas a ir a prisión, lamento haber mentido para salvarle el pellejo a Dylan y lamento que hayas pasado cinco años de tu vida en prisión. Si, tienes razón de que me dejara llevar por todo lo que me decían, actuar de una manera que no había sido decidida por mí misma. Créeme que cuando supe toda la verdad no pude creerlo, pero Dylan dijo que fue tu decisión y que no debía sentirme culpable por ello, pero no era fácil ignorar eso. Pasé todos estos años esperando a saber de ti para saber lo arrepen…
—Ya es suficiente —La detuvo para que no hablara más —No vine a culparte de nada, simplemente en ese momento solo quería que reaccionaran o que al final fuera él al menos lo suficientemente valiente para admitir que él lo había hecho, o incluso papá, pero no, ahí estaba sentado mirando como todo pasaba y como su hija era llevada a prisión, pero ya no importa
— No debes culparte, es algo que tu conciencia y tu corazón te dijo que hicieras
— Dios Claire, eres tan patética, de verdad
Si algo no soportaba Chloe, era la manera tan sentimental con la que su hermana se expresaba. Prefería mejor que actuara como suele hacerlo frente a sus empleados y todo aquel que perteneciera a su círculo de amigos: una mujer de fuerte carácter que no se dejaba amedrentar por nada ni nadie, que a la más minima falta de respeto hacia su persona, fuera quien fuese, pagaría por su atrevimiento.
— Sí, a lo mejor tienes razón. A lo mejor soy tan patética que hasta harto, pero al menos yo no soy tan pendeja de cargar con algo que no me corresponde
Chloe esta vez sonrió por su respuesta, pero prefirió dejar las cosas por la paz
—Con respecto a papá, tengo varias razones por las cuales pensar que él no se suicidó
Claire suspiró profundo. ¿Acaso había perdido totalmente la cabeza su hermana?,pensó, pero tampoco sería tan descabellado el escucharla. Solo esperaba que lo que dijera, no trajera consecuencias a la familia y más cuando estaban en tan buena racha.
—¿Cuáles?
— ¿Puedo confiar en ti?
Chloe no estaba segura si decírselas, pero confiaba en el buen juicio que pudo haber adquirido su hermana con los años y haber aprendido de sus errores, aunque de cierta manera dudaba solo por el simple hecho de pasar tantos años junto a su hermano. Claire asintió.
—Te lo diré, pero mientras tanto se quedará entre nosotras; Papá no se suicidó por varias razones: En primer lugar, conociste a papá. Un hombre inteligente, de fuerte carácter, de naturaleza sólida como roca que no importaba que tan grave hubiera sido el problema, él estaba ahí para enfrentarlo y no huir como un cobarde. Jamás vi a papá dudar de algo, ni siquiera dudó cuando me llevaban encadenada hacia ese hoyo, pero así era él.
En segundo lugar, ¿por qué iba a suicidarse? La imagen de la empresa no se vio realmente afectada. Yo no tenía casi relación con la empresa, simplemente trabajaba como una empleada más, pasaba por así decirlo, desapercibida ante el mundo, ante los grandes socios de la empresa. Hasta se podía decir que tú tenías mayor cargo que yo y solo tenías diecisietes años en ese entonces. El dinero se iba a recuperar tarde o temprano, papá era un hombre inteligente y lo sabía, sabía cómo hacerlo
—Tienes buen punto, pero ya te dije, papá al final de todo era humano y se dejó vencer más por los sentimientos que por su propio ego. Se sentía muy mal por lo que hizo, por lo que había aceptado y sabía que mamá jamás lo hubiera perdonado y eso fue todo.
—Claire, ¿no lo entiendes? —Chloe intentó ir al grano ya que su hermana no la dejó terminar —Papá iba a decir la verdad
Claire estaba confundida en ese momento
— ¿Qué? —Esperando que la castaña fuera más directa
—Sí, así es. Papá descubrió donde estaba recluida y fue a verme. Me sorprendió mucho al verlo. Cuando lo vi estaba destrozado, lo vi como nunca antes lo había visto.
Múnich, Alemania. Hace cuatro años.
Prisión de Landsberg
—Evanson, tienes visita.
— ¿Quién? —Sin mucho interés de saber de quien se trataba
—Mueve el trasero y no preguntes —Ordenó la oficial a cargo llevándose a la castaña con las esposas en manos hacía la zona de visitas. Imaginó que debió ser Leonard, de todos él era el único que sabía dónde estaba y que la visitaba, pero sabía que se había regresado a Inglaterra hace unos días y que su regreso no sería pronto.
Fue llevaba a una habitación donde las únicas decoraciones que habían eran dos sillas, una para el visitante y la otra para la reclusa. El lugar como de costumbre estaba oscuro, solo una pequeña bombilla alumbraba el lugar, que, en vez de darle un aspecto más agradable, lo hacía lucir más lúgubre.
Como Chloe pasaba sus días en una celda recluida de las demás, aún no se acostumbraba bien a la poca luz que había allí, por lo cual se le hizo difícil al principio identificar a la persona allí presente, pero cuando pudo observar bien a la persona, sus ojos se abrieron como si hubiese visto a un mismísimo fantasma. Se quedó practicamente helada, mientras un señor de cabellera blanca y ojos grises igual a los de ella la miraban detenidamente sin mediar palabra.
La oficial hizo el trabajo de empujarla y sentarla para quedar frente a frente a él. La oficial se retiró dejándolos a ambos a solos. Ninguno de ellos dijo nada al principio. El señor ya de mediana edad, observó las esposas en las muñecas de la castaña, haciendo su expresión mucho más triste. Sabía que muchas cosas habían cambiando, física y mentalmente.
— ¿Cómo estás? —Decidió romper el hielo el señor
— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? —Fue lo que preguntó sin siquiera mirarlo a los ojos
—Tardé en hacerlo, pero al final lo hice. No podía vivir conmigo mismo de esa manera
—Ja, creo que si puedes vivir con ello. Tus hijos favoritos están contigo, no tienes nada de qué preocuparte.
—Chloe…De verdad lo siento mucho
Chloe simplemente apretó fuertemente sus dientes en señal de enojo, lo mismo hizo con sus puños.
— ¿Lo sientes? ¿Por qué? Si lo piensas bien tú no tomaste la decisión, fui yo
—Sí, pero no fue lo correcto. Yo debí haberme opuesto a todo, debí hablar, debí detenerlo cuando tuve la oportunidad.
—Ya es tarde para llorar sobre la leche derramada, ¿no? —Aún cabizbaja, con bastante impotencia.
—No, no lo es. Estoy dispuesto a ayudarte Chloe, voy a sacarte de aquí…voy a decir la verdad.
La castaña no creyó lo que estaba diciendo su padre, levantó la cabeza solo para observarlo y ver si lo que decía era cierto. Él estaba sumamente serio, mirándola a los ojos, con dejo de tristeza también.
—No he sido un buen padre para ti. Me he centrado en otras cosas y he dejado atrás lo más importante para mí. Me olvidé de que eres mi hija, mi hija mayor y que debo de protegerte igual que a Dylan y a Claire. Estaba tan cegado que no me di cuenta del mal que te estaba haciendo y del mal que les estaba haciendo a todos. Me dejé llevar por mi ambición cuando lo más importante estaba al frente de mí. Sé que ha pasado un tiempo, pero quiero hacer las cosas bien Chloe, no quiero que sigas sufriendo y que sigas pasando por algo que tú no hiciste. Dylan debe enfrentar sus errores y pagar por ello. Debe hacerse hombre, debe hacerse responsable. Sé que le hiciste una promesa a tu madre antes de morir, pero estoy muy seguro que dentro de es promesa, no estaba la de ser mula de carga.
— ¿Estás hablando en serio? —Aún incrédula
—Sí Chloe, jamás he hablado tan en serio en mi vida —Chloe miró a su padre a los ojos y podía notar su sincero arrepentimiento en los ojos, realmente estaba dolido.
— ¿Qué hay de la empresa?
—La empresa no importa. Solo importa que tú estés bien. Tu madre estaría orgullosa de ti, pero no estaría para nada feliz de que las cosas hayan tomado este curso.
Los ojos de Chloe se habían puesto vidriosos, realmente escuchar a su padre decir esas palabras le había caído por sorpresa.
—Papá…—Fue la primera vez en mucho tiempo que le decía así
—Toma —El señor Evanson sacó unos papeles de un maletín que traía consigo y se los extendió sobre la mesa —Voy a ir a la corte y voy a decir toda la verdad ante el juez. Serás libre y Dylan cumplirá su condena.
Chloe observó detenidamente el papel que estaba frente a sus ojos y era un contrato para ser libre una vez que el señor Evanson confesara todo ante la corte, solo tenía que firmarlo.
— Firma y en cuanto diga toda la verdad serás absuelta. — Le explicó Roger
Chloe siguió observando el documento y quería asegurarse de que era verdad. Una parte de si dudaba que su padre fuera tan macabro como para mentirle con algo así. Roger le extendió igual un bolígrafo azul que poseía la marca de su empresa para que firmara. Chloe lo tomó lo mejor que pudo ya que tenía puesta las esposas
— Oficial — Llamó el señor a la oficial a cargo que se encontraba fuera y entró rápidamente
— ¿Sí, señor? —Respondió esta de manera cortes
— Retírele las esposas para que pueda firmar, por favor
La oficial inmediatamente obedeció y se las quitó. Chloe acarició sus muñecas, tomó nuevamente el bolígrafo y procedió a firmar con su nombre y apellido. Una vez que firmó, su padre le retiró el documento y lo guardó. La observó
—Te prometo que pronto vas a ser libre —Se levantó de su asiento, tomando el maletín en sus manos —Te amo Chloe, nunca lo olvides. Pronto tendrás noticias mías y serás libre.
El señor Evanson al cruzar a su lado, puso una mano en su hombro y lo apretó levemente para luego retirarse. Chloe sintió una paz interna, no podía creer que realmente iba a ser libre después de tanto. Sintió esperanza después de mucho tiempo.
Chloe esperó día y noche. Esperó que la oficial fuera a su celda y le dijera que ya era tiempo de salir; ir a recoger sus cosas y salir por la puerta grande, pero lamentablemente eso no sucedió. Pasó casi un mes y la próxima visita que tuvo fue de su amigo de la infancia Leonard quien le había traído muy malas noticias. La noticia fue que su padre había sido encontrado muerto dentro de su auto con una manguera conectada desde el tubo de escape, la cual había sido introducido a través del maletero y cuya muerte fue producto de intoxicación por monóxido de carbono. Dylan había sido el que lo había encontrado y alertado a las autoridades, ya que todo ocurrió en la residencia Evanson; los policías habían llegado a la conclusión de que había sido suicidio.
Chloe jamás creyó que su padre se hubiese suicidado. Estaba segura que su hermano menor Dylan se había enterado de alguna manera de lo que su padre iba a hacer y por eso lo había asesinado. No se encontró ninguna carta o documento que indicara sus planes de querer acabar con su vida aquella noche, al parecer todo fue improvisado, al menos eso dijeron los oficiales. El testamento dejado por el señor Evanson, era uno que había realizado junto con su abogado de confianza hacía ya dos años antes de su muerte, el cual nunca modificó.
En aquel testamento, se dejaba a su voluntad de que Dylan se quedara como dueño de la empresa Quantum ExImport y tomara posesión de la casa principal donde vivían tanto su padre, Chloe y él. Por otra parte, Chloe como Claire Evanson quedarían como las manos derechas de Dylan, ayudándolo en lo que fuera necesario, teniendo la oportunidad de ganar un sueldo lo suficientemente alto para que pudieran vivir sin ningún tipo de problemas. Claire se quedaría con una de las casas a nombre de Roger Evanson ahí mismo en la ciudad de Nottingham y Chloe se quedaría con una de las casas que se encontraban en la ciudad de Londres, lo cual le daba la autorización de poder venderla o convertirla en lo que quisiera, a su gusto.
Los demás bienes iban a ser repartidos en partes iguales por los tres hermanos, mientras Dylan debía encargarse de darle un sueldo “moderado” al abogado a cargo de todo el proceso legal tanto de la empresa como de los casos personales de la familia Evanson. Para Chloe al enterarse de todo aquello, le pareció tan extraño el hecho de que su padre ni siquiera cambiara alguna cosa del testamento. El hecho de dejar a cargo de toda la empresa a alguien que había despilfarrado todo y conociendo su vida mundana, debió haberlo hecho al menos antes de tener la supuesta intención de “matarse”. De la cabeza de la mayor de los hermanos Evanson, no salía el hecho de que alguien arrebató la vida de su padre a temprana hora y lo hizo parecer un suicido.
Firmó un documento que nunca más volvió a ver, pero sabía que los años que le quedaban eran pocos y que esperaría paciente a salir para saber toda la verdad.
Nottingham. Inglaterra, Reino Unido. Año actual.
Claire estaba con la boca abierta, sin poder creer la historia que su hermana le había contado.
—No puedo creerlo
—Pues créelo, no te estoy mintiendo
—Dylan no pudo hacer eso
—La mente retorcida de nuestro hermano no tiene límites, ¿sabes? Desde tu uso de razón sabes que siempre ha sido un cobarde y un ambicioso. Haría lo que fuera para quedarse con todo y salvar su pellejo, aparte de quedarse con todo o la mayor parte de todo, aun sabiendo que, como la mayor de los Evanson, debía ser yo la responsable. Cualquier otro hubiera huido a otro país y no matar a su padre
—Aún no tienes pruebas, ¿verdad?
—Las conseguiré, no te preocupes
Claire aún estaba impresionada por lo que le había contado su hermana. Podría ser verdad como podría Chloe estar sacando conclusiones e hipotesis precipitadas y sin ninguna clase de sentido. Estaba totalmente confundida e impactada.
—No te estoy pidiendo que confíes en mí, ¿sabes? A lo mejor pensarías que digo todo esto como una especie de venganza. Nunca sabrías si papá me visitó o no, si me hizo firmar o no. Solo lo sabemos dos o tres personas, realmente no sé.
Claire seguía en silencio procesando todo
—Claire…
—Debo volver a la empresa —Levantándose para irse. Chloe hizo lo mismo.
—Necesito tu ayuda
—Chloe quiero ayudarte, pero…
— ¡Entonces ayúdame! —Alzando un poco la voz. Algunas personas que se encontraban en aquel lugar observaron qué pasaba, pero en unos instantes volvieron a lo que estaban haciendo
—No sé cómo ayudarte. Es que esto es tan repentino. Apareces de la nada con todo esto y es...simplemente es demasiado para mi.
—Sé que todo esto parece una completa locura, ¿de acuerdo?, pero yo te diré como puedes hacerlo, pero necesito que estés totalmente dispuesta a hacerlo, créeme que si me ayudas no solo cambiaré mi percepción sobre ti, sino también que cambiarás la de alguien más
Nuevamente la confusión hacía parte de los pensamientos de la rubia
— ¿De quién hablas? —Con mucha curiosidad
—Pues de Leonard —Y ese fue el momento en que se dijo a si misma que no era justo usarlo para sus propósitos, pero ya tenía una razón más aparte de ayudar a su hermana a contribuir.
— ¿Cómo está? ¿Realmente me odia lo suficiente?
Chloe esbozó una sonrisa y se acercó a su hermana, poniendo ambos manos en sus hombros.
—Te diré todo lo que quieras saber sobre él, es más, él mismo te lo dirá, pero ahora necesito que hagas algo por mí —Claire estaba ahora mucho más decidida a cooperar. Dio un suspiro profundo, sabía que, si era mentira todo, Chloe se iba a sentir mal por todo lo que estaba haciendo, pero si era verdad, al menos sabría que su hermano era justamente esa clase de persona a la que teme reconocer.
—Está bien… ¿En qué puede ayudarte?
—Para comenzar…necesito cien mil dólares, es decir, 78.057,90 libras esterlinas.
—¿Has perdido la cabeza o qué te pasa? ¿Cómo me puedes pedir semejante cantidad de dinero? —Incrédula
—Vamos Claire, para alguien como tú no es nada. Solo será un préstamo, no tengo dinero, acabo de salir de la cárcel, ¿recuerdas?
—¿Para qué quieres ese dinero? Tengo derecho a saber. Además tienes parte de la herencia
Chloe hizo un chasquido molesto, odiaba que la interrogaran tanto
—Lo primero que te pregunté fue si confiabas en mí, te pido esto y ya empienzas con las preguntas, ahora te lo preguntaré una vez más: ¿Confías en mi?
Claire se quedó pensativa, porque sabía que esa cantidad era bastante para ella y ni siquiera sabía la razón por la que Chloe pedía esa cantidad.
—¿Y bien? —Ya algo desesperada
—Tengo que pensarlo...
—¡No! —contrarrestó de inmediato —Tienes que decirme si o no, lo necesito rápido, ¿puedes si o no? —Ya comenzando a irritarla con su insistencia
—Está bien, está bien. Lo conseguiré —al fin derrotada —Pero luego me vas a decir todo, ¿entiendes? —Chloe sonrió victoriosa
—Gracias, Claire
Dicho esto, Chloe le dio un cálido beso en la frente de su pequeña hermana y ahí fue donde pensó…” ¿Estaré haciendo lo correcto?”