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Encrucijada por SEMASOLITIA

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Notas del capitulo:

El regreso de Chloe se expande y llega a los oídos de su hermano menor y su ahora ex prometido. 

Hotel Plaza, New York. Año actual.

 

En el doceavo piso del Hotel Plaza ubicado en New York, específicamente en la Grand Army Plaza, en una de las suites de ese lugar, se encontraba un hombre mirando desde la ventana de aquella habitación, observando detenidamente la gran ciudad desde allí mientras hablaba por teléfono.

 

Daba la espalda a la puerta y parecía danzar lentamente mientras hablaba animadamente con una persona que se encontraba en la otra línea. Se podía observar que era un hombre alto, de contextura física mesoformo.  Era bastante atractivo con un poco de barba que recubría su rostro. Ojos grandes y grises y labios carnosos. Sonreía cada vez que escuchaba a la otra persona. Su voz era grave, pero delicada. Su risa era sumamente atrayente y podría causar gran impacto en la persona que le escuchara. El gesto que más lo caracterizaba era pasar delicadamente sus nudillos sobre su mentón y barba.

 

Estaba sumamente entretenido con aquella conversación, pero de repente estaba recibiendo otra llamada de lo que parecía un número internacional proveniente de Inglaterra.

 

—Preciosa, ahora mismo debo atender una llamada, pero te llamaré tan pronto como me sea posible, ¿te parece? —Dijo con un tono suave y meloso, haciendo que la persona de la otra línea no le importara que tuviese que atender otras obligaciones, de todas formas, era algo normal para alguien tan importante y ocupado como él.

 

Una vez cerró la llamada, se dispuso a contestar la otra —¿Sí? Dylan Evanson en la línea—Respondió de inmediato y se quedó un momento en silencio, escuchando lo que la persona que había interrumpido su animada conversación anterior tuviera que decir; de repente, su expresión cambió y su tono de voz también, que al principio era animada y melódica, cambió a una más tosca y molesta.

 

— ¿Qué diablos éstas diciendo? ¿Cuándo ocurrió eso? —Decía algo histérico. Escuchaba con atención todo lo que le decía la persona de la otra línea. —Así que en esa estamos, ¿no? No me lo esperaba, al menos creí que tardaría mucho en suceder, pero supongo que debo regresar a ocuparme de todo —Decía esta vez con expresión más seria —Está bien, volveré lo más pronto posible, mantenme informado de todos sus pasos, ¿de acuerdo? Excelente

 

Una vez dicho aquello, colgó su celular. Lo miró fijamente y en un ataque de ira repentino, lo lanzó con una fuerza impresionante hacia la pared de la habitación, rompiendo al menos la pantalla al instante.

 

—Maldita seas —Se dijo antes de tomar una chaqueta que había sobre la silla y salir rápidamente de la habitación.

 

Nottingham, Inglaterra. Bufete de abogados Fitzpatrick. Una hora antes.

 

Una mujer caminaba lentamente con unas carpetas en mano por los pasillos del edificio, acercándose a la entrada de la oficina principal de aquel lugar. Tocó varias veces hasta que una voz masculina proveniente del interior le dio visto bueno para entrar.

 

—Señor Fitz, los documentos de los nuevos casos del tribunal han llegado

 

—Excelente Lisa, déjalos por aquí, gracias. —Lisa como fue llamada aquella mujer, con una sonrisa en su rostro se acercó a aquel hombre que podría llamar la atención de cualquier mujer, ya que era extremadamente guapo y colocó las carpetas encima de su escritorio. Se bajó un poco mientras colocaba las carpetas y cuya blusa roja que portaba aquella mujer dejaba ver ligeramente lo que era la parte superior de sus senos, sin llegar al extremo de lo impropio. 

 

—Gracias—Sonrió igual aquel hombre mientras la secretaria lo miraba pícaramente, esperando alguna reacción de su parte

 

—Por cierto señor, hay alguien que le busca

 

—Te dije que ahora no puedo atender a nadie, Lisa. No te podrás imaginar todo el trabajo que tengo y más ahora con lo que me trajiste ahora mismo, además, si vienes con esas fachas creo que también podrías darme más trabajo del que tengo —La chica sonrió de manera descarada y atrevida, porque entendió la referencia al instante.

 

—Ah bueno, solo pensé que querría atender a esta persona...—Dijo insistente

 

—A ver, ¿de quién se trata? —Rendido ya ante la insistencia

 

—Se hace llamar Chloe Evanson, señor.

 

La secretaría no pudo dejar de mirar a su jefe que en ese momento cambió su expresión de alguien que había visto un fantasma. Se levantó de su sillón y salió como alma que llevaba el diablo hacia el exterior de la oficina, hacia el pasillo con dirección a la recepción.

 

— ¡Señor! —Le siguió la secretaría hacia el pasillo donde vio a su jefe parado contemplando a aquella mujer que se encontraba sentada en el sillón de espera, también observándolo detenidamente.

 

— ¡CHLOE! —Gritó eufórico acercándose rápidamente a ella mientras Chloe apenas pudo levantarse ya que fue atrapada por aquellos brazos, que muchas veces la habían aferrado con tanta pasión. Lisa la secretaría miraba con recelo la escena de aquellos dos, no pudiendo evitar sentir algo de celos. Chloe por su parte no correspondió el abrazo en ningún momento, simplemente estaba esperando que él la soltara.

 

—Daniel —Quiso la castaña llamar su atención para que le soltara, pero este no respondía a sus llamados, simplemente seguía aferrado a ella —¡Daniel, basta ya! —Dijo ya casi empujándolo para separarlo de ella.

 

—Dios mío Chloe, eres tú. No puede ser, no te esperaba la verdad, no sabía que habías salido, hace tanto tiempo que no te veía... ¡Dios! —Tratando de volver a acercarse a ella, pero ella había retrocedido unos cuantos pasos para evitar aquel bochorno nuevamente frente a su secretaria que seguía mirándola con recelo y "ojos matadores"

 

—Sí, como ves ya estoy libre, abrieron la jaula del pajarito y ahora puedo volar sin ningún problemas—Dijo con sarcasmo y con frialdad —Y tú no dejas de ser ese hombre "carameloso" que tanto te caracteriza, ¿no?

 

— ¿Cómo no voy a estarlo? Mi prometida está aquí, frente a mi después de cinco años, ¿cómo quieres que esté? —Chloe al escuchar la palabra "prometida" no pudo evitar levantar una ceja incrédula.

 

— ¿Prometida?  —Preguntó esperando una respuesta

 

—Pues claro que sí, Chloe. Eres mí prometida, mi amor, mi todo. Realmente tenerte aquí de nuevo es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo ¿sabes? No sabía dónde estabas, nadie sabía nada, fue como si la tierra te hubiera tragado. Fue todo un misterio, no entiendo por qué.

 

—Algo así, solo que yo misma me lancé al hoyo y a los leones —Daniel la observaba en silencio y era notable el cambio que había en ella

 

— ¿Por qué no vamos a mi oficina y hablamos más calmadamente?

 

—Pensé que nunca lo pedirías —Dijo sin más, pasando de largo a su "prometido" y yendo directamente a la oficina

 

—Lisa no quiero interrupciones, ¿entendido? No importa quién sea

 

—Claro, señor Fitz —Sin mucho ánimos, mientras Daniel se fue literalmente corriendo a alcanzar a su "prometida".

 

Dentro de la oficina hubo un ambiente de tensión para ambos. Él ya había notado el cambio y no era para menos, sabía por lo que había pasado y todo lo que hizo para proteger a su familia; cosa que él antes quiso evitar, pero sin éxito alguno, siendo incluido del resto en no saber su ubicación y paradero.

 

— ¿Por qué te fuiste así? ¿Por qué no me dijiste nada? ¿No crees que tenía derecho a saber dónde ibas a ser encarcelada? ¿Sabes por lo que he pasado estos años?

 

Chloe solo lo miraba mientras hablaba, de su boca no salió palabra alguna, cosa que desesperaba a Daniel

 

— ¿Qué acaso no confiabas en mí? Intenté lo posible para evitar que fueras a la cárcel, demostrar que no fue tu culpa, hacerte cambiar de parecer con la decisión que habías tomado y sé que no resultó, pero no fue motivo para que no me dijeras, al menos a mi

 

—Sí, no te dije, lo siento —Habló al fin para sacar palabras vacías

 

— ¿Es todo lo que vas a decir?

 

— ¿Qué más quieres que te diga?  No tengo mucho de que hablar y la verdad no tengo ganas de mencionar nada de lo que ocurrió allá, ni nada que tenga que ver con el pasado, solo sé que cumplí con mi condenada y aquí estoy. Deberías estar feliz porque vine a verte

 

— ¿Es suficiente eso para ti? ¿Qué ya no sientes nada por mí? ¿Olvidaste los años que estuvimos juntos? —Daniel tenía una expresión de dolor, esperando algo de esperanza y que Chloe pudiera al menos recordar las cosas por las cuales pasaron juntos, al menos demostrar que lo había extrañado aunque sea un poco

 

—Te voy a ser sincera —No estaba preparado para escuchar nada de ella viendo su actitud en ese momento. —Fueron cinco años que pasamos separados, sin saber nada uno del otro, sin siquiera una llamada o una carta y está bien, fue mi decisión que nadie supiera donde estaba —Hizo una pausa y respiró profundo —Todavía me pregunto si de verdad te interesé alguna vez o si todo no fue más que un espectáculo para unir a dos grandes familias y hacer más fuerte el lazo y el poder que nos caracteriza a ambos.

 

— ¿Qué dices? —Confundido —Esa pregunta está de más, Chloe

 

— ¿Así? Yo no lo creo. A lo mejor jamás supieron dónde encontrarme porque nunca le pusieron empeño en ello

 

—Sí le puse empeño, te busqué en todos lados y no encontré nada...

 

— ¡Mentiroso! —Dijo con el ceño fruncido —Hombres tan importantes, hombres con miles de contactos, un hombre de la corte, ¿un hombre del juzgado que puede mover piezas para llegar a su destino y me vas a decir a mí que no pudiste encontrar una sola pista de mi ubicación?

 

—Chl...—No pudo terminar porque fue interrumpido

 

—Fue mi decisión no ser encontrada, no quería tener ningún tipo de contacto con nadie, pero si hubieras querido, hubieras sabido donde me encontraba. No esperaba eso de mi familia porque ellos estuvieron de acuerdo con eso, pero tú que supuestamente me estabas ayudando a no hundirme por mi decisión, que eras mi prometido, la persona que supuestamente me amaba y todas esas cosas que decías sentir, no creo que hayas hecho el más mínimo esfuerzo. Creo que al igual que mi hermano, disfrutaron todos estos años como quisieron, sin mi alrededor que pudiera hacer o decir algo

 

—Pero que estás diciendo. Confiaste más en Leonard que en mí, ¿crees que es justo para mí? Si hubiera sido al revés, ¿él te hubiera encontrado?

 

—Definitivamente —Daniel no podía creer lo que escuchaba, aquella no era la mujer con la que tenía pensado casarse e incluso lo culpaba de cierta manera —Incluso mi padre pudo hacerlo, creo que él tenía mucho más cerebro y mucha más intención de encontrarme que todos ustedes

 

—Nunca dijo nada, pero estás equivocada. Yo no disfruté de nada como dices, solo me la pasé pensándote todo el tiempo. El juez se negó a decirme donde estarías, nadie decía nada, y como dije, estás equivocada.

 

— ¿Lo estoy? Bueno, si lo estoy o no eso ya no importa ya, no vine a eso realmente.

 

—Tampoco viniste a verme porque me extrañabas o porque quieres recuperar el tiempo perdido, ¿no? —Dijo dolido, pero a Chloe no parecía importarle mucho

 

—La verdad me importa muy poco eso, Daniel. Yo vine con la intención de descubrir al asesino de mi padre

 

Ahora la confusión de Daniel era mucho más grande y estaba comenzando a pensar que había perdido totalmente el juicio

 

— ¿De qué estás hablando? Tu papá se suici...—Fui interrumpido

 

—Otras mentiras más. Tengo muy buenas razones para creer que mi padre fue asesinado, ¿entiendes eso?

 

—Chloe...estás mal, ¿cómo puedes decir eso cuando ni siquiera estabas aquí?—Chloe no aguantó más y se levantó con intención de irse

 

—Vine aquí a decirte mis razones de regresar a este país y de presentarme con ustedes por una única razón. Para la policía y para todos ustedes mi padre se suicidó, pero para mí, alguien le arrebató la vida y voy a descubrir quien fue —La castaña dio media vuelta para irse, pero antes pronunció unas últimas palabras —Yo sé quién fue y espero que me ayudes, al menos espero tu cooperación por los años que estuvimos juntos y el respeto que nos tenemos uno al otro.

 

Ahora mismo estoy con los ojos vendados, donde no sé quien es quien. Estoy entre confiar, arriesgarme a confiar y no confiar, pero me quedaré con la segunda opción. Solo espero que esta vez, nadie me vea la cara de estúpida y no quieran pasarse de listos, porque si no, me aseguraré de que se arrepientan toda su vida.

 

Sin decir más nada y por último dándole una mirada de advertencia al abogado, salió por aquella puerta dejando perplejo a su ex prometido que no esperaba esa reacción de ella al volverla a ver nuevamente. Tomó su teléfono y marcó unos cuantos dígitos esperando que la persona a la otra línea tomara la llamada

 

— ¿Dylan? Soy yo, Daniel.  Adivina quién está de regreso a Nottingham, nada más y nada menos que tu hermana...Chloe.

 

 

Notas finales:

Tengan un buen fin de semana. 


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