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Encrucijada por SEMASOLITIA

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Con pasos torpes y sin separar en ningún momentos sus labios, ambas se dirigieron a la cama. Al principio, encontrar la cama fue todo un rato, más cuando las dos solo estaban preocupadas por disfrutar de aquellos húmedos y ricos besos. 

Se devoraban como nunca lo habían hecho. Era una especie de necesidad para ambas el de sentir aquella sensación. Sabían muy bien que unos simples besos no serían suficientes, al menos no esa noche. Chloe cayó sobre Katja y se detuvo un momento para descansar y observarla detenidamente. La rubia buscaba recuperar el aliento y sus jadeos fueron la prueba. 

—Esto me recuerda a alguna situación similar que pasó hace poco y que cierta persona tuvo la brillante idea de dejarlo a medio camino —Katja río ante el comentario de las ojos grises, sabiendo que hablaba de ella misma

—A mí también, solo espero que nadie llame esta vez o interrumpa este momento

—Bueno, en el peor de los casos, puede que Leonard despierte y entre para verificar que llegué sana y salva. —La rubia frunció levemente el ceño, haciendo una especie de puchero al escuchar aquellas palabras; Chloe esbozo una sonrisa —Pero eso no va a pasar, no hay nada ni nadie que impida que te conozca mucho más esta noche 

Acto seguido, sus manos acariciaron la mejilla derecha de la rubia, quien inmediatamente volvió a buscar sus labios con desespero. En un rápido y ágil movimiento, las ojos verdes desplazó a las ojos grises, colocándose sobre ella en horcajadas. Introdujo una de sus manos dentro de su blusa, comenzando a acariciar su plano abdomen. Su piel era sumamente suave al contacto.

La excitación cada vez más se apoderaba de ambas. Katja se acercó para lamer el cuello de Chloe, quien echó su cabeza hacia atrás al sentir el contacto, disfrutando de aquellas lamidas y leves mordidas que le dejaba. El roce de su húmeda y caliente lengua en su cuello, le hacían sentir que flotaba. Las manos de la castaña estaban inquietas, haciendo que estas se apoderaran de su cintura. Comenzó a descender lentamente por sus muslos. 

Sus manos ascendieron nuevamente, esta vez ubicándolas en las nalgas de la rubia, introduciendo sus manos por dentro para tener mejor contacto con ellas. Apretaba fuertemente sus nalgas mientras los besos se hicieron presente. Los gemidos por más que quisieron, no pudieron evitar salir de sus bocas con cada roce; solo los besos pudieron callarlos por unos segundos. Katja se levantó para poder bajar sus shorts. 

Chloe la observaba en silencio. Le encantaba mirarla, desde todos los ángulos posibles. La castaña río por dentro al ver sus bragas de encaje. Katja regresó a su posición anterior, quedando sobre la castaña, sosteniendo su barbilla para acortar la distancia y volver a unir sus labios en un apasionado beso. 

Ambas sabían que la temperatura había aumentado de manera drástica. La rubia dejó a la castaña caer sobre la cama con movimientos rápidos y ágiles, colocándose delante de ella, bajando sus pantalones que aún los traía puestos; dejándola a ambas en bragas. Sus manos acariciaban sus muslos lentamente. Comenzó a besar lentamente su muslo derecho. Sus besos dejaban huella es cada parte de su piel, bajando hasta llegar a su pierna donde se detuvo. 

Abrió sus piernas, subiendo rápido a su entrepierna. Pasó su lengua por aquella sencilla y casi transparente tela de sus bragas. La castaña estaba lo suficientemente mojada con tan poco y muchos más al sentir levemente la lengua de las ojos verdes. Chloe dejó salir de su boca un leve gemido, acto que llamó la atención de la también excitada rubia, que al escucharlo, utilizó sus dientes para atrapar la tela y comenzar a bajarlo despacio.

—Dios...eres buena en esto —Pronunció algo agitada la castaña, tratando de buscar la mirada de la rubia, pero Katja estaba ocupada bajando por completo su ropa interior, y mirando su intimidad que ya estaba bastante mojada. 

—A diferencia de ti, yo siempre estuve con chicas y conozco todo a la perfección 

Mencionó un tanto orgullosa. No era algo que la castaña hubiera deseado escuchar en ese momento, pero prefirió no decir nada y seguir disfrutando del momento. Chloe cada vez más excitada; su respiración era rápida y se notaba en como su pecho bajaba y subía. Bajó a sus muslos y los mordió suavemente, al mismo tiempo que los chupaba. 

Regresó nuevamente a su intimidad, esta vez degustando directamente de la fuente. Los movimientos de su lengua fueron lentos y cuidadosos. Recorrió toda su intimidad de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Aumentaba el ritmo con cada segundo, deteniéndose en su clítoris por más tiempo mientras hacia movimientos circulares y lineales sobre ella.  Chloe no pudo contenerse por mucho tiempo.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez  que había estado con alguien, y lo que no podía creer era que esa sensación que estaba experimentando, no se comparaba para nada con las que  alguna vez sintió con sus ex parejas; era mucho mejor. Trató de concentrarse en lo que estaba sintiendo y el deseo que la embriagaba, porque sabía que no era tiempo para pensar en aquellos dos y mucho menos tiempo para comparar. Chloe arqueó su espalda, sintiendo lo que era el placer y el deseo en su máximo esplendor. 

—Hier gehe ich

Pronunció Katja en su idioma, cosa que Chloe logró entender de inmediato ya que tenía cierto dominio en el alemán. Los dedos de la rubia se deslizaron hacia el interior de la castaña, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera por completo. Comenzó a mover sus dedos lentamente, aumentando la velocidad poco a poco. Pudo sentir perfectamente la humedad de la castaña con cada movimiento; se deslizaba con suma facilidad. Sus movimientos aumentaban con los segundos, haciéndose cada vez más rápidos. 

Chloe no podía creer lo bien que se estaba sintiendo. Katja la hacía sentir como nunca antes, de alguna forma, la hacía sentir especial. Trataba de no ser demasiado brusca con ella para no lastimarla. Sus dedos se arquearon en su interior, acompañando dichos movimientos con lamidas. Chloe en un movimiento repentino, llevó sus manos hacia aquella cabellera dorada, sosteniéndolo con fuerza  y tirando de él levemente, acercándola mucho más a sí misma.

—Magst du es? 

Volvió a pronunciar con tono sensual en su idioma sobre su intimidad 

—Ja—Afirmó Chloe, siguiendo aquel juego de palabras. 

Sabía que solo faltaba poco para que llegara a su límite y con solo estimular nuevamente su intimidad con su lengua y sus dedos por última vez, ya había llegado al clímax después de tantos años.

La respiración de Chloe estaba entrecortada. Trató de recuperar el aliento después de todas esas sensaciones producidas. Los labios de Katja hicieron contacto con los suyos al tumbarse sobre su cuerpo desnudo. Sintió como temblaba todo su cuerpo. 

—Espero no estés pensando en nadie más —Mencionó las ojos verdes con una sonrisa burlona en sus labios, volviendo a besar a la castaña. 

—¿En quién podría estar pensando que no fueses tú? 

A pesar de que una sonrisa adornaba los labios de Katja, Chloe intentó calmarla. Quería hacerla sentir que no tenía nada de qué preocuparse aunque no parecía haber ninguna clase de preocupación en ella en ese momento, sabía que había hecho un buen trabajo para no preocuparse.

—No lo sé, dímelo tú 

Mirándola fijamente a los ojos, pero Chloe simplemente se limitó a esbozar una sonrisa, besándola nuevamente, esta vez, tomando ella control de la situación. Se colocó encima de la rubia, quien igual sonrió al ver que habría un cambio de papeles o más bien, se pondría más interesante. 

De manera ágil y rápida, quitó las últimas prendas que vestía la cabello dorado.  Al retirar su sostén, se mantuvo observando sus senos con suma lujuria, provocando que mordiera su labio inferior. Recorrió con su dedo todos los tatuajes que ocupaban la piel de la rubia, como si los estuviera moldeando. El recorrido fue lento y satisfactorio. Sus manos recorrieron todo su abdomen y subió hasta llegar a sus senos, los cuales acarició con suma delicadeza. Luego su boca se ocupó de continuar con el trabajo, comenzando a chuparlos y a morderlos. 

Katja le gustaba la forma dominante que había tomado Chloe. Podría ser un tanto pasiva ante ciertas personas, pero en la cama era completamente diferente y lo había demostrado al ser la primera en tomar las riendas. No era tampoco una preocupación para la rubia que tomara el turno de ser la dominante. Suponía debía tener algunos trucos bajo la manga al haber estado con una mujer anteriormente. Se entretuvo en sus senos, jugando con ellos, pasando su lengua por sus pezones mientras los mordisqueaba suavemente.

—Vamos, tócame más

Decía Katja entre gemidos y susurros, casi en suplica. Chloe obedeció sus órdenes y sin esperar más, sus dedos ya se encontraban en la intimidad de la rubia. Sus dedos entraban y salían, con  movimientos lentos y tortuosos. Su boca se ubicó en su cuello, comenzando a morderlo y a lamerlo con delicadeza mientras sus dedos seguían jugando en su interior, esta vez presionando su clítoris. Con su mano libre,  tocaba sus pezones; pellizcándolos , provocando gemidos difíciles de controlar, momento que aprovechó Chloe para besarla y así callarla. Los movimientos de sus dedos se fueron haciendo cada vez más intensos, haciendo que la rubia se retorciera de placer, gimiendo más y más fuerte; los besos de Chloe impedían que pudieran escucharse más allá de aquella habitación.

Ambas se fundieron en un abrazo, mientras las caricias de la castaña seguían presentes. Katja esta vez posó su mano sobre la intimidad de la castaña, sintiendo el calor que desprendía su entrepierna y la humedad en la que se encontraban sus dedos. Volvieron a besarse, sin dejar de lado las caricias. Katja se tomó un momento para retirar sus dedos mojados y llevarlos hacia su boca para lamerlos; degustando el sabor de la castaña.

—Eres increíble, Katja —Aún con su respiración agitada. Ambos se miraron a los ojos, tratando de descifrar los pensamientos de cada una. Chloe acarició su rostro con sus dedos, mientras quitaba algunos cabellos de su rostro

—¿Por qué lo dices? —Con mirada curiosa, posando uno de sus dedos sobre sus labios y mientras lo recorría lentamente 

—No lo sé, simplemente es lo que creo 

Katja la observó por un breve segundo que pareció eterno. Buscó nuevamente sus labios y plantó un beso sumamente delicado; luego volvió a mirarla con ternura, con una leve sonrisa en sus labios.

—Quiero conocerte más —Aquella propuesta le pareció un tanto extraño para la castaña

—Si ya me conoces —Esbozando una sonrisa y mirándola también con ternura mientras jugaba con su cabello 

—No lo suficiente. Quiero conocerte mucho más, creo que entiendes lo que quiero decir porque no existe otra manera de conocer a alguien, aparte de lo que sucedió el día de hoy 

—Bien, pregúntame todo lo que quieras y te prometo que te diré absolutamente todo sin mentirte ni acomodar nada.

—¿Cómo sé que no vas a mentir o a acomodar algo?

—¿Por qué lo haría? quiero ser sincera, te lo prometo. Confía en mi 

Su tono de voz era firme y sumamente confiable. Para las ojos verdes no había nadie más que Chloe y su necesidad de conocerla más y más, aumentaba con cada segundo. Luego de aquel intercambio de caricias, se dispusieron a utilizar las pocas fuerzas que les quedaban para comenzar el juego de "preguntas y respuestas". Todo fue risas y caricias, que no cesaron hasta que el sol salió. Todo fue perfecto hasta que al final, ambas quedaron profundamente dormidas, esperando poder recuperar fuerzas de aquella noche que sería inolvidable para ellas. 

 

Notas finales:

Feliz inicio de semana. 


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