Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

'OP. Quédate conmigo por amourtenttia

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

.

.

.

 

 

Portgas D. Rouge era una mujer extremadamente inteligente, y sumamente tenaz. Sus cualidades eran, por sí solas, lo suficientemente imponentes como para espantar a cualquier hombre de pocas ambiciones. Pocos intentaban hablarle siquiera y los pocos que reunían el valor no eran lo suficientemente capaces de mantener el ritmo que ella llevaba en su vida. Quizá fuera esa cualidad de apartar a tantos sin intentarlo lo que atrajo a ambos estudiantes de primer semestre hasta ella, que estaba a pocos meses de salir. Rouge era, sin duda alguna, el primer amor de cualquiera que se atreviese a admirar su actuar en un día cotidiano, y, pese a que tenía la mayor belleza, no fue ésto lo que definió su manera de ser.

Si fue, sin embargo, lo que atrajo a Gol D. Roger hasta ella por primera vez.

Mihawk había escuchado de ese hombre antes. En el círculo que frecuentaba —debido a las numerosas reuniones donde era arrastrado por sus padres, a esa edad—, la familia Gol D era sinónimo de problemas. Fueron una de las entidades más poderosas que, de manera penosa, fue perdiendo el renombre que las caracterizaba. Deudas varias eran rumores que se convertían poco a poco en verdades; y de un momento a otro nadie más estaba interesado en tener contacto con ellos. La llegada de la familia Donquixote acabó con lo poco que quedaba de ellos... Y su único hijo no apuntaba a ser nada bueno en realidad. 

Dracule Mihawk no tenía ninguna opinión concreta sobre él, puesto que no creía del todo lo que la sociedad que decía... Él mismo no era el altivo chico que describían ni bien se daba la media vuelta, ¿cómo podía aceptar entonces las oraciones de quienes hablaban siempre por hablar? 

Rouge, por su parte, —y siendo que venía de un hogar donde "un buen nombre" nunca fue tan importante— no tomó parte en estas especulaciones. Para ella no era un hombre interesante, aunque no podía mentir mucho si le preguntaban acerca de lo que pensó de él la primera vez. 

Cruzaron en un pasillo de la universidad donde ambos aplicarían —o al menos eso creía ella, sin tener idea entonces que Roger no tenía dinero para pagar la matrícula, para empezar—. Ella terminó perdiendo todos los documentos que tenía en mano (que usaría para preguntar sobre los planes de estudio) y él se encontró a sí mismo ayudándole a recoger todo aquello que tiró sin querer. No había sido capaz de mirarla directamente antes, solo fue capaz de hacerlo hasta que levantaron la mirada. Sobraba decir que ella ya estaba ligeramente enojada...

—Increíble...—había dicho Gol tras soltar un quejido sorprendido— Eres realmente hermosa...

El enfado disminuyó notablemente, hasta que al moreno se le ocurrió agregar:

—¿No estás desperdiciando eso estudiando aquí, bonita?

Cabe aclarar en este punto aquello que Rouge descubrió muchos meses después... Roger no hablaba de su aspecto en aquella segunda oración. No apuntó a su belleza en lo absoluto, por tanto no entendió exactamente por qué le llegó el golpe. En vista de que ella parecía tener intenciones de ingresar en esa universidad de mierda —opinión del hombre dado que no tenían ninguna especie de plan que ayudara a personas en situaciones como la suya, sumándole el hecho de que eran unos racistas de mierda (y no le faltaban motivos o pruebas para comprobar tales pensamientos)— y tomando a consideración que, por su constancia de estudios (la misma que miró luego de recogerla del suelo), Portgas D. Rouge poseía un historial impecable de notas... ¿No era verdaderamente un desperdicio que ella invirtiera su tiempo y cerebro en un lugar con ese? ¿Era tan raro preguntar?

Roger era un hombre curioso por naturaleza, y por lo mismo era tremendamente imprudente.

Prueba de ello era saber que la primera vez que conoció a la que sería su esposa, ella le odió. Por mucho que encontrara adorable la manera en que se quejó por el golpe que le dio. 

Rouge era una mujer de muchas virtudes, pero su lado ligeramente sadomasoquista fuese quizá su único defecto.

.

.

.

.

Portgas no era una mujer de muchos amigos. Era, por tanto, inusual encontrarla charlando con algunas personas por más tiempo del necesario. Era amable, y nunca terminaba una conversación de manera abrupta. Sin embargo no era capaz de mantener relaciones largas debido a su tendencia a hablar sobre el futuro. En su círculo, pocos podían mirar más allá... Todos carecían de este interés por el mañana... Todos salvo Mihawk y Shanks.

El moreno descifraba aún cómo plantear a su familia su decisión de abandonar el área empresarial que venían inculcándole desde siempre mientras que el pelirrojo le explicaba su deseo de convertirse en una persona de negocios. Ella solía pensar en los momentos más inesperados cuán interesante sería que ese par cruzara un par de palabras. ¿Dejarían de odiarse si se diesen cuenta de cuán similares eran? Planeando un futuro distinto al que su presente dibujaba.

Rouge se reunía con alguno de los dos de manera ocasional, ya fuera en la biblioteca de la escuela o en los tejados. Platicaban por horas o eran solo minutos que se sentían como décadas enteras. Convivían tanto que era atemorizante. Confiaban tanto el uno en el otro que a veces las personas creían que ella salía con alguno y engañaba al otro con el contrario —lo cual daba lógica a que se odiaran tanto al verse, o no se encontraran nunca en realidad—. Las personas malinterpretaban siempre la relación entre el trío que nunca se reunía por completo. Y fue debido a que había rumores que no terminaban nunca que Shanks decidió intervenir.

Fue un comentario estúpido —como solo podía ser uno de un adolescente a esa edad en que todo lo que cierre la boca de alguien más es una excelente idea—.Lo soltó sin pesar y sin darse cuenta de quién le escuchaba. ¿Qué clase de adolescente piensa en las consecuencias hoy día? No él, por supuesto...

—En realidad ella es nuestra cupido. Es la única forma de que no juzguen mi noviazgo con él...

Decir que los rumores aumentaron es poco. En realidad aquella declaración solo avivó más el interés por ellos... Pero el poder de la familia Dracule era impresionante, y la mirada iracunda de Mihawk lo era más. En vista de que aquello favorecía de un modo u otro a Rouge su respuesta a aquella frase fue terminante:

—¿Alguien tiene algún problema con eso?

No se volvió a tocar más nunca el tema.

Nadie presenció nunca nada entre ambos, por lo que el rumor murió con el tiempo...

Y cuando la situación con Boa salió a la luz pocos recordaban el chisme de los años anteriores.

¿Quién habría pensado que el propio Shanks predijo su futuro con Mihawk?

.

.

.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).