18 de agosto de 2004
Era una noche calurosa, sin lugar a duda.
Y el hecho de que el recinto donde se llevaba a cabo aquel festival de música estuviera repleto de personas sudorosas que gritaban a todo pulmón, solo empeoraba las cosas. Al menos para Ryutaro, quien en esos momentos se encontraba sobre el escenario, observando al alocado público. Mientras recuperaba el aliento, podía sentir como gruesas gotas de sudor resbalaban por su rostro como pequeñas cascadas. Volteo para ver a Tadashi, quien con un pequeño movimiento de cabeza dio la señal para comenzar la última canción que tocarían esa noche.
Escucho a Bucchi marcar el tiempo con sus baquetas, seguido a continuación del grueso slide del bajo de su líder. Akira y él mismo comenzaron a rasgar sus guitarras, acompañados de los fuertes golpeteos que Bucchi propinaba a su batería. Todos juntos intentaban crear una vez más esa perfecta armonía de sonidos azulados y electrificantes que seducían irremediablemente. Intentando no perder el ritmo mientras tocaba su guitarra, Ryutaro se esforzaba en cantar lo más suave posible. Aquella canción, cantada en tiernos susurros, contaban sobre un místico viaje lunar.
Tu fantasma se balancea dentro del yo que canta.
Incapaz de dormir, rezo para encontrarme contigo, mi amada.
Las palabras "pedir un deseo a las estrellas",
me invaden y limpian mis pensamientos delirantes.
Cruzando miradas con la luna creciente en forma de aguja...
A pesar de que la gente se encontraba fascinada con aquella canción, Ryutaro estaba lejos de estarlo, por el simple hecho de que le hacía pensar en alguien.
Al tocar la luna suavemente, fui herido.
Lastímame luna, cuando te toque suavemente…
Con cada suave estrofa, sumergía su rostro en los recuerdos que tenía de él, como cada noche. Se preguntaba porque su mente insistía en seguir recordando algo que había pasado hace ya tanto tiempo.
Al tocar la luna suavemente, fui herido,
Mientras te tocaba suavemente, fui herido,
Lastímame cuando te toque suavemente…
Quizás por las fechas, quizás por esa melancolía impregnada en cada frase, en cada nota, ó quizás por que las cosas no habían terminado bien entre ellos dos. Aquellos letales sentimientos le asaltaban una vez más, como una melódica tortura…
bésame, bésame
bésame, bésame…
Cuando la canción llegó a su fin, los gritos y los aplausos no se hicieron esperar, todo el público los celebraba con gran emoción. Tadashi sonreía orgulloso, mientras que Akira y Bucchi mandaban alegres saludos a los espectadores. En cambio, Ryutaro, no soporto estar más sobre el escenario y bajo lo antes posible. Estaba agotado, y necesitaba urgentemente un cigarrillo.
— Nee, iré a fumar afuera — anunció una vez se encontraban todos en su camerino.
Tadashi se volvió a verlo con desaprobación.
— Pero Ryu-kun ¿acaso no puedes esperar hasta que salgamos de aquí? — le regaño —. Además, el doctor dijo que no podías fumar ¡debes cuidar tu voz!
El vocalista puso los ojos en blanco. Era terriblemente irónico como Tadashi le reprendía por fumar tanto, cuando él mismo acababa con una cajetilla todos los días.
— Ya déjalo en paz Tadashi, pareces su mamá — se burló Akira, mientras le ofrecía a Ryutaro un cigarrillo de su propia cajetilla.
— Y tu pareces el padre consentidor — se burló Bucchi — ¡Tú y Tadashi son el matrimonio perfecto!
Todos comenzaron a reírse. A pesar de todo, sus compañeros eran lo más cercano que tenía a una familia en esos momentos. Prometiendo regresar pronto, salió del camerino, en dirección a la salida más cercana.
Mientras tarareaba una canción que había invadido su cabeza durante todo el día, buscaba su encendedor en los bolsillos de su pantalón.
— ¡Ah, maldita sea! — masculló al darse cuenta de que lo había olvidado entre sus cosas. Detestaba ser tan olvidadizo hasta con sus propias pertenencias.
Refunfuñando, dio media vuelta.
Y fue entonces... que lo vio.
Incluso el cigarrillo que tenía en su boca cayó al suelo silenciosamente.
Tatsurou, que lucía tan diferente de como lo recordaba, caminaba en su dirección, casi en cámara lenta, acercándose imponente hacia él. Al verlo, Tatsurou se detuvo abruptamente, mostrando por tan solo unos segundos una expresión de genuina sorpresa.
Ambos se quedaron quietos durante largos momentos, mirándose fijamente.
Continuara...