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One Way Ticket por N3K0-Ch4N

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Trunks observó a Gohan superar sus aflicciones con facilidad, como si no pudiera ser derrotado y era maravilloso presenciarlo. El semi-saiyajin mayor estaba caminando y probando sus limitaciones cada vez que se daba la vuelta, golpear, patear, prepararse para los próximos retos que se avecinaban, para el príncipe era mágico y solo se hacía más evidente a medida que pasaban las semanas.

Una mañana entró en la habitación y el guerrero mayor estaba atándose la cinta de su gi, se estaba poniendo las botas, sus ojos lo encontraron y una sonrisa se dibujo en sus pálidos labios.

-G-Gohan…-Trunks se sonrojó violentamente.

-Tenemos que comenzar a entrenar otra vez ¿estás listo?

-¡S-Sí!

-Entonces vamos a hacerlo ¿de acuerdo?-dijo Gohan tirando de su cinta.

Una hora más tarde, el adolescente estaba resoplando, tratando de frotarse la arenilla de su ojo. Era como si su sensei nunca hubiera perdido su brazo, todavía seguía fuerte como siempre, igual de ordenado que en la batalla, en realidad, el adolescente de cabellos lilas pensó que se estaba volviendo fácil con él pero Gohan no lo toleraría. Fue derribado por un Masenko en menos de un minuto.

-Has estado evadiendo tu entrenamiento-el Son mayor se rió ante lo dicho.

-¡Estaba preocupado!-Trunks hizo pucheros-¡maldito Gohan! creo que me rompiste una costilla con el último ataque-

-Concéntrate, Trunks. ni siquiera lo oí romperse-el semi-saiyajin mayor se rió y se sentó a su lado-te has vuelto muy blando conmigo, se que te preocupas por mi pero nuestros enemigos no. no les importará si mi falta un brazo, necesito que luches con toda tu fuerza-

Trunks asintió, no lo habían discutido desde que hablaron hace dos semanas atrás, pero él quería preguntárselo.

-Gohan, sobre lo que dijiste…

-¿Te refieres a cuando dije que te amaba?-preguntó el semi-saiyajin sonriendo mientras se recostaba en su mano.

-Sí…-Trunks se sonrojó violentamente-tú lo dijiste también ¿lo decías en serio?-

-¡Por supuesto!-Gohan se recostó contra él y sus labios rozaron unos contra otros suavemente-lo dije en serio, Trunks. pero para que haya un nosotros necesitas saber porque peleamos, los androides no se detendrán, una vez que seamos derrotados, irán tras los campamentos: los refugiados no pueden defenderse y cuando hayan acabado con todos irán al próximo planeta. Peleamos por ellos, no solo por nuestro felices para siempre, necesito saber que si logran derrotarme, no dejarás que la ira te alimente, tomarás mi lugar y protegerás a las personas ¿puedes prometerme eso?-

El príncipe se estremeció, siempre había imaginado a Gohan de esta manera, tan cerca sintiéndolo tan cerca haciendo que su respiración se tornara irregular y su pulso se acelerara. Acercó las manos temblorosas y ahueco sus dedos entre las hebras negras, la sola idea de perderlo cuando apenas acababa de recuperarse le era doloroso pero no podía fallarle otra vez.

-S-sí puedo, quiero decir… lo haré…

-Bien, confio en que trabajarás duro-dijo Gohan sonriendo-cuando todo esto termine, podremos hacer las cosas que queremos juntos, ir a distintos lugares, ver cosas, podemos reconstruir las ciudades ¿sabes algo? cuando tenía tu edad quería ser maestro, tú también puedes tener un sueño después de que esto termine, Trunks-

El príncipe se sonrojo ¿cómo podía decir que él era su sueño sin que perdiera la confianza en él? estaba decidido a conservar ese momento, esos sentimientos que todavía eran tan delicados, algo totalmente nuevo.

-Yo también tengo sueños ¿sabes? hay experimentos que me gustaría hacer, lugares… a los que me gustaría ir...

-Lo sé, niño-Gohan lo acercó más a él-lo sé-

Continuaron entrenando pero Trunks estaba distraído, su corazón estaba demasiado conflictivo por los futuros potenciales, de lo que debían enfrentar para llegar allí. Gohan se dio cuenta y se frunció el ceño.

-¡No te estás esforzando!

-¡Claro que sí!

-¡¿Qué necesito hace para sacar tu ira a la luz?! ¿esos monstruos tendrían que matar a Bulma? ¡ya han matado a todos los demás!

-¡No!-Trunks contuvo un sollozo.

-¡Tal vez sea yo entonces! ¿vas a dejar que terminen el trabajo, Trunks? ¡¿acaso quieres que muera?!

El ki crepitaba en el aire húmedo y calentaba la arena creando pequeñas chispas de fuego sobre la colina, el príncipe gritó indignado por las visiones del cuerpo sin vida de su madre, el de Gohan tendido en esa habitación inconsciente, el fuego no era de llama naranja pero sentía como si su furia lo quemara vivo, derrotado por las cosas que no pudo controlar, lo quemaba por dentro.

-¡NOO!-Trunks emitió un grito torturado de su garganta. Gohan sonrió mientras observaba como los mechones lilas se tornaban dorados y sus ojos azules se volvían casi cristalinos en lo más profundo de su ser. Siempre había sabido que Trunks sería hermoso en esa transformación pero no estaba preparado para su desgarradora elegancia, le dio más esperanza de la que había tenido en mucho tiempo.

-Lo lograste, Trunks-dijo Gohan tocándole una mejilla con cuidado.

Trunks se quedó sin aliento cuando la suavidad de su voz calmó su ira y lo miró con asombro, nadie era como él.

-¿Soy un súper saiyajin?

-Sí, niño-asintió Gohan con una sonrisa-eres un súper saiyajin-

No sabía porque había sucedido, tal vez fue por las lágrimas en sus ojos ¿quizás era el momento de superar sus límites? Quizás fue la mirada de su sensei tan llena de alegría, lo que sea que haya sucedido en ese momento, Gohan lo beso y él le correspondió el beso. No fue como imaginaba que sería, fue un beso triste, suave, casi como una pluma contra sus labios cálidos, las emociones que surgieron fueron intensas, hermosas pero tan culpables, Trunks lo sintió como una disculpa o tal vez un adiós demasiado largo. Para Gohan el beso fue amargo con pensamientos de oportunidades perdidas y arrepentimiento, se arrepentía de haber abandonado a Trunks en esa batalla y solo lo consideraba como un mal necesario por no ser lo suficientemente fuerte, sus ojos negros se cerraron y el semi-saiyajin mayor giró la cabeza impidiendo que el adolescente viera su debilidad.

-No te decepcionaré, Trunks.

-Lo sé-Trunks se apoyó contra su pecho, pero giró su cabeza temblando de nervios-lo sé-

-Los venceré, esto solo lo hago en caso de que me vaya con ellos.

-No irás a ninguna parte.

-Lo sé, mi novio es muy egoísta-Gohan miró hacia abajo y sonrió-demasiado egoísta, como para arrastrarme por la ciudad-

-Novio…-esas realidades conflictivas lo estaban excitando demasiado por dentro ¿debería estar feliz o no tenía ningún derecho porque Gohan merecía más después de su sacrificio? Se derrumbaron pero no fue por la fatiga, fue por el peso de sus compromisos lo que los hizo sentir agotados pero de alguna forma lograron encender una fogata y cenar.

Las estrellas brillaban en el cielo nocturno cuando el día dio paso a la noche con brisas suaves y los cantos de las aves nocturnas. Gohan miró al cielo con asombro, parecía como si hubiera sido ayer cuando estaba en Namekusei pero su propósito allí parecía tan trivial ahora, cada vez más lejos de los horrores. Colocó su brazo alrededor de su aprendiz y apoyó su cabeza contra su cabello.

-Mira eso, Trunks. mira pasar la oscuridad ¿ves esa luz brillante en el cielo? es el planeta Namekusei, un día iremos allí y les haremos pagar a los androides por lo que les hicieron a Dende y a Piccolo. Namekusei es un lugar hermoso y su gente es amable. Incluso pueden ayudarnos a restaurar la tierra a como era antes.

Los orbes azules se agrandaron hacia el horizonte, Trunks siempre había estado fascinado por conocer Namekusei, el lugar que convirtió a Son Gohan… en un hombre, Namekusei significaba "destino", significaba valentía ante la oscuridad, Namekuseí era el lugar donde se reencontraban su madre y su padre, un lugar que siempre se mantuvo con reverencia.

-No puedo esperar para ir allí… contigo…

Gohan sonrió, el brillo de sus ojos azules parecía contrastar con el rubor que llevaba su aprendiz, parecía magnificar su pureza. No había más remedio que trabajar más duro, entrenar más, tuvo que presenciar el resplandor de Trunks Briefs, verlo convertirse en el hombre que se reflejaba en su amplia mirada.

-Pronto, Trunks, pronto.


Después de una semana de entrenamiento, Trunks se sentía seguro y confiado, quizás demasiado confiado. Su oponente había estado recostado en el suelo después del ataque y el adolescente no pudo evitar sentirse… normal, el título de "novio" rondaba por su cabeza e incrementaba sus sonrisas y sus miradas secretas. A Gohan no le importó pero lo que había comenzado como una simple preparación, se convirtió rápidamente en jadeos, besos, en agarres de cintura, muchas veces (luego de aquel primer beso triste) se escabullían en acantilados, en las corrientes apresuradas. Se sentía como un comportamiento normal para dos personas que estaban saliendo, pero Trunks sabía que habían ido lejos, más allá de lo que había imaginado. Bulma lo descubrió sin dudarlo, podría llamarse intuición de madre pero fueron los suspiros y las puntas de los dedos que se escondían persistentes en la intimidad, sabía que eso era un problema, pero era algo normal, era hermoso que tuvieran ese secreto entre ellos y el príncipe no podía evitar pensar el hecho de que su madre ahora lo sabía.

-Mamá ya lo sabe-dijo Trunks con una ligera risita, esquivó el puñetazo de su sensei y se apoyó sobre sus pies.

-Apuesto a que ella lo considera por todas las marcas que me has estado haciendo-Gohan se rió, fue de forma libre, moderada y alegre para los oídos del adolescente, dio la vuelta al borde del acantilado y atrajo al sonriente príncipe a sentarse en el suelo.

-Sabes que ella te va a hacer que me propongas matrimonio.

-Estoy bien con eso-el semi-saiyajin mayor sonrió y se apoyó en el hombro de su captor.

Su cabello lavanda fue despeinado al mismo tiempo que la piel bronceada se comprimió bajo su propio peso, era la misma posición en la que había estado varias veces esa semana pero de algún modo, la aspereza de la voz del semi-saiyajin mayor junto con el sudor del entrenamiento provoco una sensación de abstinencia en Trunks, más allá de los ansiosos besos y las marcas de calientes mordidas. Sus pechos se rozaron entre ellos con movimientos bruscos mientras los orbes azules miraban los orbes oscuros.

-¿Lo dices en serio?

Gohan reprimió una risa en su garganta mientras sus muslos se elevaban rozando contra los pantalones de su aprendiz.

-Como ¿en qué tipo de hogar viviríamos?-su tono de voz era bajo y sensual cuando pronunció su respuesta-mi esposo y yo-los pálidos labios de Gohan se acercaron para darle un pequeño pero ansioso beso antes de incorporarse para continuar entrenando.

Trunks se estremeció, no sabía que decir o como sentirse en ese momento. Desesperado fue su deseo de decir que sí pero pesada fue su vergüenza, Gohan no necesitaba que ese futuro ensombreciera su presente, sin importar cuán seguro estuviera de sus sentimientos, no quería ser su sostén, la razón por la que perdió otra batalla.

-Gohan…-fueron interrumpidos por el fuerte estallido de una explosión, en el lejano horizonte de la ciudad surgió una columna de humo y el suelo tembló bajo sus pies. Trunks tropezó y se arrodilló contra el viento cargado de energía y cuando pasó se pusieron de pie y apretaron sus puños-son ellos ¡estoy listo!-

-No esta vez-Gohan frunció el ceño, con tristeza el semi-saiyajin mayor le dio un golpe en el cuello al adolescente y lo atrapó mientras caía, lo recostó suavemente mientras observaba las hebras lilas mecerse con el viento-lo siento, Trunks. no puedo arriesgarme a perderte-

Colocó una pequeña banda azul en la mano del adolescente y voló directo hacia el peligro, no había señales de ki, eso solo podía significar una cosa, los androides habían regresado.

-Te protegeré, Trunks. Puedo proteger a todos…

El adolescente se aferró a la banda mientras conservaba la sensación de aquellos labios sobre los suyos, se sentía tan lejano, se sentía lejano en la inmensidad de su inconsciente, intentó luchar para encontrar a su sensei en la oscuridad, algo que los conectara ¿acaso el beso fue solo un sueño que tuvo bajo el estrés de la batalla? ¿realmente Gohan había elegido estar con él para toda la vida? Despertó, sus ojos se enfocaron mientras se tambaleaba las rodillas, notó la llamarada de humo en el horizonte, temeroso fue su acercamiento, Trunks intentó calmarse mientras se levantaba, todo se sentía frío, se sentía desesperado.

-Gohan…

Salió volando en dirección a la ciudad, rogando por no haber llegado demasiado tarde pero cuando llegó allí, la ciudad estaba tranquila. Sin gritos, sin gritos y sin batallas, no, él fue el único testigo de las consecuencias, dentro de sí, Trunks trato de convencerse de que siguiera adelante, tal vez Gohan los había derrotado, pero su estómago se sentía enfermo al darse cuenta de que había realidades mucho más oscuras.

-Gohan ¡Gohan! ¿dónde estás?-caminó a través de los escombros y luego movió las rocas en un intento por despejar el campo de batalla mientras llevaba el nombre de su sensei grabado en su mente. Empujó una gran roca a un lado y el horror surgió en su rostro, la sangre salpicaba el lugar, espesa, olía a cobre, se sentía fría y mucho más fría con lo que vino a continuación: los orbes azules se humedecieron más cuanto más se acercaba hasta que las lágrimas corrieron por sus mejillas. En el suelo, yacía Son Gohan, su sensei, su mejor amigo, el hombre que amó más que esta vida, no se movía, Gohan no estaba respirando.

Gohan no estaba haciendo nada.

El adolescente corrió y se arrodilló mientras cargaba al guerrero herido en sus brazos, gritando de angustia.

-¡Dijiste que iríamos juntos a Namekusei! ¡dijiste que nos casaríamos y construiríamos un hogar!-sollozó con su cabello cubriendo su rostro-¿por qué?-su voz sonaba débil, desolada-¿por qué me dejaste?-

Estaba solo, Gohan era su última esperanza, ni siquiera sabía quién era sin él.

Le arrebataron a Gohan.

La ira burbujeaba en su interior, desde su estómago y hasta la mancha en su corazón. Se incorporó lanzando una ráfaga de ki en la oscuridad.

-¡MUÉSTRARTE!-gritó Trunks, el ascenso de su ki se crepitaba en el aire, sus orbes azules brillaban intensamente mientras desataba una oleada de dolor, Gohan se había ido. Lo amaba, lo amaba tanto, se puso de pie y gritó, la lluvia caía como si el cielo llorara por su pérdida, pero ninguna cantidad de lágrimas lo traería de regreso, se había ido, Gohan lo había abandonado, después de prometerle que estaría siempre allí, que lo era todo para él y en pocos segundos, no le quedó nada.

Mientras la lluvia se mezcla con sus lágrimas saladas, Trunks pensó en todas las cosas que podrían haber sucedido: su boda, su luna de miel, una niña de ojos oscuros y suaves mejillas, el sueño de un futuro que nunca se haría realidad.

La sangre refrescante se sentía pegajosa y se adhería a sus dedos, el cuerpo de Gohan no respondía y estaba cargado con su apatía. Trunks sintió que solo un pensamiento entraba en su mente, nunca más sentiría el calor de Gohan, sintió cómo una bilis asfixiante le llenaba el pecho y la garganta. De repente, se abrió camino a través de él y gritó su rabia y su impotencia hacia el cielo. Su garganta pronto se tornó violenta y sus gritos de protesta se convirtieron en sollozos, solo que nadie escuchó sus gritos o sollozos en el ensordecedor silencio de la lluvia torrencial y a nadie le importó cómo iba a seguir viviendo en este mundo cruel e injusto.


Siendo fiel a su palabra, Trunks no fue por los androides ese día, su ira, proveniente de una furia no manifestada, se había ido incrementando en su interior. Estaba enojado, pero nada salía, nada que pudiera saciar la boca de su estómago mientras ésta latía y se contraía. Salió a la superficie cuando la discusión sobre el entierro de Gohan entró en juego, se negó a dejar que alguien más lo tocara, fue golpeado por Chi-chi y su madre frunció el ceño, aún se encontraba en la habitación de Gohan con un montón de ropa, ropa que aún tenía un ligero aroma a él, botas de una vida anterior al caos que ahora respiraba, encontró un traje descansando en la parte posterior del armario de su sensei y un par de zapatos de vestir que descansaban sobre una pila de libros. Trunks repasó los títulos: Biología, Química, Matemáticas avanzadas, sintió tristeza, esto era extraño, era una parte de Son Gohan que no conocía ¿qué aspecto tenía fuera de su uniforme de batalla? o ¿a qué se dedicaba en sus horas libres?

La alianza dorada en su dedo se sentía pesada ante esos pensamientos, una pesadez que se asentó en su corazón y se comió los preciados recuerdos que él tenía, recuerdos de él y Gohan entrenando, planeando ataques, no eran recuerdos de cortejar, no eran recuerdos de palabras bonitas, estaba desesperado, se aferro a las infinitas posibilidades de dos hombres en sincronía pero con destinos oscuros.

-Ni siquiera me dijiste adiós…-las lágrimas brotaron de él y se lanzó contra la cama con aquel traje marrón-¡no te despediste! ¡ni siquiera sabía cuál era tu color favorito, Son Gohan!-

Sollozó pero no estaba seguro si era por su difunto sensei y por sí mismo.

Desde la sala de estar, pudo escuchar al Maestro Roshi y a Chi-chi hablando sobre los últimos ataques, sin mencionar que los androides acababan con los humanos rápidamente.

-Te prometí que no me rendiría…-pensó Trunks, se secó las lágrimas y salió de la habitación despidiéndose del extraño al que amó con todo su corazón.


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