Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

'YOI. El Soldado del Hada Rusa por amourtenttia

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Feliz año nuevo ^^

2


 


Victor y Yuri tienen ya algunas semanas conviviendo juntos en un mismo sitio. En este tiempo, muchas cosas han sucedido. Han viajado a dos competencias distintas en menos de 3 meses y durante esta temporada, el momento que el menor estaba temiendo finalmente les da alcance cuando faltan pocos días para librarse de otra pequeña presentación que les será útil para ganar algo más de patrocinadores para el próximo torneo mundial— no que los necesiten realmente, pero su entrenador tiene razón al decir que utilizar al dúo estelar de su academia para financiar las prácticas del resto de los patinadores es un buen movimiento—. 


Por supuesto, como podría esperarse de ambos, tanto Alfa como Omega se han preparado para ese momento tan natural, sin embargo, ni siquiera todos esos días que usaron para pensar fríamente en ello son suficientes para que Yuri pueda anticipar el día exacto de este hecho.


Se encontraban alojados en uno de los hoteles de un país del este de Asia cuando Victor percibió un cambio sutil en su aroma. Regresaban recién de los entrenamientos. mismos que Yakov les había impuesto antes de obligarles a descansar las horas que restaban, cuando el Alfa se dio cuenta de qué demonios pasaba. 


Lo habían considerado, por supuesto. El que el ciclo se alborotara.


Cuando un Alfa marca a cualquier otra casta con el propósito de unirlo a su manada, los ciclos de apareamiento se vuelven un tanto inestables. Cualquiera pensaría que siendo que la tecnología y la ciencia han avanzado bastante, para este punto las fiebres serían por lo menos tratables, pero en casos como los suyos todos tienen a ser más bien descuidados


"No son casos redituables" recuerda que Yakov le advirtió semanas atrás, cuando todo el asunto de adoptar a Yuri se volvió más bien una realidad "Las farmacéuticas no están interesadas en este tipo de unión porque no hay suficientes ganancias... No es muy diferente de lo que ocurre con muchas enfermedades. Es asqueroso, y por supuesto que no pretendo generalizar, pero, Victor, debes entender que no será sencillo para él..."


El Alfa de menor edad nunca ha menospreciado el evento que supone el celo en todos y cada uno de los Omegas del mundo. No ha pensado ni una vez que es sencillo ni mucho menos ha dicho algo similar a "No es la gran cosa". De lejos es quien muestra más respeto entre otros de su casta, y, aunque se mantenía informado a su manera, el inesperado momento le toma con la guardia baja.


No es la primera —y ciertamente no será la última— vez en la que Nikiforov ha sentido el aroma que Yuri despide en esos tiempos previos al celo. Como en contadas ocasiones, se llena de su efluvio por la mera curiosidad que le provoca ese toque apenas dulce que envuelve al rubio. No le atrae en lo absoluto. Victor nunca se ha sentido atraído por Yuri de esa manera. Ni siquiera cuando era más joven, y mucho menos ahora que forma parte de su inexistente camada.


"Pero hay algo distinto también" opina el peli-plateado mientras suben por el elevador hasta la habitación que les corresponde compartir.


Cuando se acerca hasta el rubio, casi sin darse cuenta de sus acciones, su nariz pronto busca el punto por donde su olor se desprende con mayor intensidad. 


Solamente el sonido de la música de ambiente —horrible e incómoda como solo puede serlo en un sitio como ése— llena la estancia cuando el Alfa llega hasta el cuello del menor. Su nariz recorre el níveo sitio y suelta un bajo suspiro al distinguir apenas un toque de su propio aroma desprendiéndose del incómodo chico.


—Viejo...—se queja, y el nombrado se aparta solo segundos después


—Hueles distinto...—comenta


Plisetsky hace apenas una mueca, a la vez que rodea su cuerpo tembloroso con ambos brazos. Refunfuña algo más cuando las puertas se abren, caminando con dirección a la habitación 207 con el otro pisándole los talones.


El Hada Rusa sabe que Victor no está haciéndolo con el propósito de incomodarle. Por la manera en que el amenazante aroma empieza a inundar la estancia comprende que la razón va por una ruta distinta... Victor está intentando protegerle.


—¿Tienes inhibidores, Yuri?—cuestiona el Alfa cuando están delante de la puerta.


El rubio está colocando la llave magnética en el sitio correspondiente cuando responde, casi sin gracia.


—Creo que es demasiado tarde para eso...


Nikiforov sigue siendo un tanto neófito en aquellas cuestiones. Lo único que el menor agradece es no tener que lidiar con este tipo de situación delante de su abuelo. Solo una vez se vio en esa penosa situación donde nada logró contenerlo... Ni siquiera su primer celo fue tan desagradable como aquella situación. Nikolai había sido especialmente cuidadoso con instruirse a sí mismo y a su cachorro con respecto a ello.


Esta sería su segunda vez en que Yuri fuera de juego. Totalmente.


Cuando la fiebre alcanzaba ese punto dulce, ni siquiera una inyección de la dosis más concentrada podría ayudarle.


—¿Necesitas que traiga algo en especial entonces? No sé si prefieras estar solo o no, pero imagino que no quieres verme justo ahora... O a nadie, en general—continúa el mayor, y sonríe apenas ante lo último.


La puerta se abre con un pequeño "Click", y Yuri se queda quieto cuando termina de escucharlo. Repasa la lista mental que se ha formado ni bien su cuerpo ha comenzado a calentarse. Se dio cuenta cuando abandonaban las instalaciones. Y aquellas compras las consideró desde el momento en que puso un pie fuera de su casa. Ser atrapado por esa maldita necesitad era posible, así que se dedicó a buscar opciones. 


Yuri nunca deseó que tuviese un percance, pero si se daba el caso, había decidido tomar ese tipo de precauciones.


"Lejos del abuelo... Es incluso lógico" se había tratado de convencer.


Nikiforov pensó en aquello brevemente también. 


Estando fuera del campo de visión de Nikolai, Yuri podía decidir pasar esos días encerrado en algún nido que le ayudaría a formar —si es que el rubio decidía darle la oportunidad de hacerlo—, y podría desintoxicarse un poco a la vez que experimentaba esos momentos con total consciencia.


Cuando el Alfa aceptó cuidar al menor, fue especialmente consciente de que, por momentos, no tendría manera de permanecer con él. Por mucho que su instinto le demandara quedarse a su lado.


Ambos sabían plenamente que existía un límite entre ambos. Uno que nunca cruzarían a consciencia... Pero, ¿y si llegaba a suceder algo? ¿Y si a Victor realmente terminaba afectándole ese particular llamado? ¿Qué pasaría si Yuri es quien decidía pedirlo expresamente? ¿Nikiforov sería capaz de ser responsable entonces?


Ha tenido que preguntar justo porque tiene una idea clara de lo que su interior pide.


No. Victor no tiene intereses de satisfacerlo de la manera en que una pareja haría... No desea marcarlo como suyo en un sentido romántico, y mucho menos en un ámbito meramente sexual. No desea nada en esos rumbros... Pero desea ayudarlo.


Probablemente fuese el hecho de que el abuelo de Yuri estaba familiarizado con este sentir, de un modo u otro, el que fue capaz de soltarlo "fácilmente".


El cuerpo del Omega continúa temblando de manera apenas perceptible para el ojo humano pero, para el Alfa, es demasiado notable. Ha tardado en abrir la puerta por esa justa razón. Sus movimientos han dejado de ser precisos, y su mente está en otro sitio.


Si hubiesen tardado unos minutos más en la pista, seguro habrían salido en una peor situación.


—Hazlo de nuevo...—pide finalmente Plisetsky, sorprendiendo al mayor, y sacándolo de esta manera de una gran ola de ideas varias


—¿El qué?—cuestiona extrañado Victor, un poco confundido.


Yuri entonces usa su mano libre para apartar el cabello de su nuca, exponiendo la zona de su cuerpo que más malestar le causa a su casta en esos momentos. El área donde el instinto demanda atención más que cualquier otro rincón de su cuerpo.


La evolución fue una maldita perra en ese aspecto. Haciéndolos propensos a necesitar con urgencia un alivio que solo sería alcanzado al ser mordidos por una pareja. Creó en los Omegas el jodido deseo de ser llenados por completo solo porque sus células demandaban tener cachorros que, en muchas ocasiones, no estaban preparados para cuidar.


Quizá el mundo fuese un sitio cruel para los Omegas. Pero Yuri sabía que existía algo mucho peor que la propia discriminación por la cual pasaban día con día. Había algo peor que necesitar con tanto ahínco el sexo, o la demandante sensación de quedar de encargo no importando su edad o sus sueños. Y eso era, sin duda, la necesidad asfixiante de unirse a alguien más. 


Nada dolía más durante el celo de un Omega que no tener a nadie con quien estar.


—Hazlo de nuevo...—repite Plisetsky casi en un susurro, sintiendo que sus ojos escocen ligeramente.


Nikiforov se toma unos segundos antes de asentir. Con cierta indecisión usa sus propias manos para apartar los mechones de la zona que continúa desprendiendo el más delicioso aroma posible, atrayendo a cualquiera que estuviese a menos de un kilómetro de él. Muy lentamente, de manera casi fantasmal, se mueve en su dirección. 


Para el rubio es frustrante, doloroso incluso. La corriente de alivio que abrazó a Yuri en el momento en que Victor deslizó su nariz por su cuello desnudo minutos atrás era una sensación que no había sentido nunca. 


Antes, durante esa lamentable ocasión donde pudo sentirlo todo, nada logró calmarlo. Nunca en su vida se sintió tan frustrado. Y ahora estaba condenado a experimentar esa misma frustración... O eso pensaba, hasta que el otro tocó su cuello.


En ese momento la sorpresa provocó incomodidad, y su voz delató lo inesperado que resultó para ambos. 


El Alfa siente como el rubio tiembla bajo su frío tacto, y se guía nuevamente por ese instinto que, minutos atrás, le llevara directo a ese sitio. Victor tenía un poco de miedo, hasta que sintió que Yuri emitió algo parecido a un sonido lleno de alivio. Solo hasta que lo notó relajarse notablemente, comprendió que debía dejarlo ser.


"Adoptar un cachorro como tuyo, es más trabajo de lo que parece..." recuerda que Nikolai advirtió "Habrá momentos en que tu instinto te guiará, así no debes temerle... Si existe un Dios... Solo hizo algo bueno por ellos..."


Plisetsky movió ligeramente su cuello, exponiendo todavía más terreno, y la caricia del Alfa avanzó por el nuevo tramo dado, provocando que el menor soltase un gemido satisfecho.


La escena le recordó vagamente a aquellos documentales donde los padres cuidan de sus crías a través de mimos vagos, y aquella imagen mental provocó una sonrisa en los labios del mayor.


"Lo único que los hace distintos es su alma, no su cuerpo... Ellos pueden amar de un modo honesto a cualquiera que llegue hasta su corazón. Si no fuera por los Omegas... Alfas y Betas... No conoceríamos lo que es el amor realmente".


Yuri emitió un quejido lastimero cuando el peli-plateado se apartó de él, y le miró por sobre el hombro con el reproche implícito en su mirada color jade.


—¿Qué estás haciendo?—se quejó, ingresando finalmente al cuarto, dando media vuelta solo para observar al más alto con los brazos cruzados.


—Es un tanto adictivo, Yuri...—admite el mayor con sinceridad, sus ojos demostrando la honestidad de su voz— Si entro ahora, no querré dejarte solo nunca...


—¿Y qué? Estoy atado a ti de cualquier manera... Sé útil...


Nikiforov tuvo una expresión más bien seria cuando respondió fríamente.


—No te dejaré solo... Ergo. Mañana no podré competir... ¿Qué explicación dará entonces Yakov, si ninguno llega a la pista?


El rubio frunció el ceño, sintiendo que la irritación iba disipándose cuando el calor regresaba. 


"Maldita sea mi suerte" pensó al darse cuenta que necesitaría al otro por más tiempo del que había estado estimando. "¿Qué demonios es esto? ¿Un gotero o alguna mierda?"


El Omega no estaba equivocado totalmente con esta conclusión.


El alivio que un padre puede provocar en su cachorro funciona a modo de suero, dosis mínimas e ininterrumpidas generan mejores efectos. Mientras que mimos intercalados no dan los mismos resultados.


Asumiendo las consecuencias que el otro no pronuncia, Yuri toma la chaqueta del más alto solo para tirar de él hasta hacerlo pasar a la habitación. Cierra con la mano libre de un portazo. Nikiforov le mira sereno, su expresión es calma. Tanta que parece estar a nada de molestarse.


El rubio se aparta de él, deshaciéndose de su propio uniforme antes de casi lanzarse a la cama. Refunfuña un par de cosas a la vez que el peli-plateado se acerca, de un movimiento jala su propia cama junto a la otra, dando mucho más espacio al menor.


—Las personas hablarán de todos modos...—comenta bajo Yuri, adivinando el tipo de ideas que están pasando por la mente del actual campeón de la Grand Prix.


Victor no responde inmediatamente, deshaciéndose de su propia chaqueta mientras que el rubio continúa.


—No es que sea realmente bueno... Pero... Por lo menos así deberían dejarme tranquilo...


"Si los que están seguros de que soy realmente piensan que estoy con un hombre como él... Quizá así... No sea tan malo..."


—Siendo que no tendré marcas, no debería haber problema alguno, de cualquier manera...


"Pensando que soy desechable... Como cualquier otro en mi posición"


Yuri Plisetsky sabe que lo que Alfa niega. Él realmente cree, tanto que invita sin pensar al menor a hacer lo mismo, que una persona le está esperando ahí afuera. Sus pocas relaciones han sido secretas, y las que fueron públicas grandes fracasos. Victor Nikoforov sabe que alguien lo espera... Yuri desearía creer lo mismo que él.


—Yuri...


El menor levanta la mirada cuando siente al mayor sentarse a un lado suyo.


Su cuerpo tiembla cuando toma sus manos.


—Eres mi familia, ¿no puedes tener algo más de confianza?


Un concepto tan abstracto... Que en otra situación no habría provocado más que dolor.


—Cuida de mi...


El Alfa siente como tiembla en sus brazos al envolverlo en un protector abrazo.


—Siempre, gatito.


Yuri se ríe apenas, abrazándolo con más fuerza.


—No soy un animal...


—No, pero eres mi cachorro ahora.


.


.


.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).