Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vampiros. por Seiken

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Harbinger ni siquiera había tratado de dormir, tampoco se cambió de ropa, simplemente se puso a realizar una serie de lagartijas, abdominales, sentadillas, todo lo que pudiera cansarlo, hacerle dejar de pensar en él. 
 
En el amor que sintió por el en esa vida y como fue quebrantado cuando Kiki se negó a dejarlo ir, cuando le evitó regresar a su hogar, únicamente para encadenarlo a su cama, obligarlo a permanecer a su lado. 
 
Cuando Aldebaran tocó a su puerta, al principio no lo escucho, fue hasta que el propio Aldebarán se abrió paso que pudo verlo, estaba confundido, angustiado, pero su hermano parecía mucho más preocupado todavía. 
 
-¿Qué te ocurre? 
 
Aldebaran tenía una mano en su pecho, el que le dolía demasiado, apenas podía respirar, como si su corazón fuera estrujado con fuerza, algo se enredaba en el y apenas podía moverse. 
 
-No lo sé... creo que es el corazón. 
 
Harbinger inmediatamente se angustio, para sentar a Aldebaran en la cama, sintiendo su pulso, encontrandolo muy errático, a veces pasaba, decían que su cuerpo era demasiado grande para mantenerse en pie por sí mismo, pero él no creía que eso fuera cierto, después de tratar cientos de pacientes, sabía que esa explicación fue lo más fácil que pudieron decirles. 
 
-¡Tenemos que llevarte a un hospital! 
 
Prácticamente grito, poniéndose su chaqueta, buscando al tipo emo, que dijo que podía mantenerlos a salvó.
 
-¡Oye tú, necesito que me lleves al hospital, ahora! 
 
Le ordenó, Saga arqueo una ceja, pero haría lo que tan groseramente le pedían, porque parecía una situación de vida o muerte. 
 
-Tengo nombre y es Saga. 
 
Fue su respuesta algo molesta, pero no dijo nada más, llevando a los dos toros al hospital, para que tuvieran lo que necesitaban. 
 
-Mi hermano está enfermo, dicen que es su corazón, que no puede bombear suficiente sangre a todo su cuerpo. 
 
Saga asintió, pero no estaba del todo seguro, se veía que ese toro era un hombre muy fuerte, y además, podía sentir alguna clase de parásito devorando su energía, algún hechizo viejo, de los que persiguen a una persona generación tras generación. 
 
-No te preocupes, llegaremos muy rápido al hospital, así que no debes angustiarte por nada. 
 
Harbinger deseaba no preocuparse, pero era muy difícil viendo a su hermano tan débil, sosteniendo su pecho, sangre en su boca, al ser un médico, pensaba que no había muchas posibilidades de salvar su vida. 
 
-No había tenido un ataque en mucho tiempo, no sé qué le ocurre ahora y temo por su vida. 
 
Saga sabía lo que era pensar que perdería a su hermano, pero no dijo nada más, no era momento para discutir historias antiguas, no por el momento. 
 
*****
 
Shaka había convocado de nuevo a la serpiente dorada, al parásito que destruiría el corazón y la fuerza del gran toro, que era demasiado débil para pelear contra el, contra sus hechizos. 
 
-Morirás pronto, maldito toro... 
 
Shaka sabía que ese amor había condenado a Mu, ese extraño deseo que presentaba por ese pequeño bastardo, esa criatura falta de gracia y belleza. 
 
*****
 
Llegaron pronto al hospital, en donde Harbinger esperaba con los brazos cruzados, angustiado por Aldebaran, que ya estaba en observación, los médicos buscando el mal que se estaba llevando su cuerpo y su vida. 
 
Y aún así no dejaba de pensar en su pasado con Kiki, en su amor desesperado por él, por el vampiro de cabello castaño. 
 
El había salvado su vida, lo había rescatado de la calle, llevado al bastión, para que pudieran salvarlo, darle un futuro que el mismo le arrebató. 
 
-¿Puedes borrar esos recuerdos? 
 
Saga no respondió, prendiendo un cigarrillo, tratando de pensar en las visiones que había visto, esos toros sí amaban a sus vampiros, a sus compañeros.
 
-No, no se pueden borrar. 
 
Aldebaran sentía que el era una carga para su maestro, Harbinger no deseaba amar a un vampiro y eso era especialmente triste, porque su amor era real, correspondido, pero no deseaba amar a alguien que no era humano. 
 
-¿Y si puedes ayudarnos? 
 
Saga estuvo a punto de responderle, pero repentinamente unos pasos lo evitaron, llamando la atención de ambos, cuando un sujeto de cabello negro les veía fijamente, era Shura, que los había encontrado buscando a Saga y al recibir una noticia de un toro ingresando a ese hospital. 
 
-El puede hacerlo sin duda, es fuerte, es mucho más viejo de lo que piensas, aunque en ocasiones se vista como un payaso de circo. 
 
Saga sonrió al escuchar esas palabras, relamiendo sus labios encogiéndose de hombros, pensando que se le había olvidado mencionar que no era humano y que era excepcionalmente guapo. 
 
-¿Has hablado con Kanon verdad? 
 
Kanon era el único que lo trataba de esa forma tan descortés, pero no le importaba, era su hermano y aún así lo quería, el seguía haciendo pinturas con los dedos, buscando su nuevo yo en el arte, viéndole la cara a personas con poca visión artística, porque lo que pintaba, era de hecho, garabatos sin forma. 
 
-Si, él no aprecia que te portes como un payaso... 
 
Saga negó eso, no era un payaso, era un artista, un genio adelantado a su tiempo, poderoso como ninguno, guapo como nadie y sabio, aunque su verdadera apariencia haría que cualquiera saliera corriendo despavorido. 
 
-Lo dice el pordiosero que pinta con los dedos dibujos que se pegarian en el refrigerador de un padre orgulloso, es una lástima que él tiene doscientos años para estar haciendo eso. 
 
Harbinger se molestó demasiado al ver esa discusión cuando su hermano luchaba por su vida, saliendo de esa habitación, para recargarse en el pasamanos. 
 
-Disculpa sus modales, su hermano está en urgencias, piensan que es su corazón, pero yo creo que es otra cosa, un hechizo poderoso, uno antiguo... 
 
Shura no había visto una preocupación parecida en su amigo nunca, preguntándose qué estaba pasando, enseñándole un objeto que era de Mu, un collar con una piedra azul. 
 
-Mate a Mu, o eso creo... lo deje quemarse en la azotea de un rascacielos, pero eso no me hace sentir mejor... 
 
Pronunció de pronto, sentándose junto a Saga, que parecía demasiado preocupado por un muchacho que apenas conocía, supuso, porque ese toro de cabello lila lo trataba como si lo despreciará. 
 
-¿Lo mataste o crees que lo mataste? 
 
Pregunto Saga, prendiendo otro cigarrillo, pensando en el otro toro, que estaba acostado en una camilla, presa de un odio inmortal. 
 
-No me quedé para asegurarme de su muerte, pero se estaba incendiando, no creo que sobreviva.
 
Saga suspiro, pensando que todo podía pasar, podía estar vivo, o no, eso era muy difícil de averiguar, pero actuaría como lo haría de tener a dos vampiros cazando a dos muchachos inocentes. 
 
-Se parece a Minos... es un muchacho inocente, un niño perseguido por un monstruo... si les ayudo, tal vez pueda perdonarme por no hacer nada cuándo pude hacerlo. 
 
Mu le había suplicado proteger a los toros, especialmente a este toro, de Shaka, era poderoso, demasiado y debían actuar con cautela. 
 
-Shaka amaba a Mu, el amaba al toro que le gusta oler flores, no al de lidia... por eso quiere matarlo. 
 
Saga no mostró su sorpresa, encogiéndose de hombros, realmente esos dos niños estaban metidos en un problema mayúsculo. 
 
-Odio a los vampiros...
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).