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Lazos por RozenDark

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Notas del capitulo:

"CAPÍTULO EDITADO"

No iba a actualizar en un buen tiempo, pero como tenía escrito un buen pedazo del capítulo y ya he podido actualizar dos fics estos días, decidí que era justo darles una actualización. 

 

Aunque muy probablemente la próxima actualización será algo tardía, pues ando algo deprimida. Recordarán que yo cuidaba a mi madre enferma, pues el pasado 24 de abril ella falleció, así que sabrán cómo andamos en mi familia. Por si fuera poco, el pasado 31 de mayo, mi hermana menor, mi sobrina y yo decidimos salir al cine y cuando regresamos, habían atropellado a mi gato Alvin. Alvin era un gato demasiado pegado a mí y después de lo de mi mamá,  él se pegó aún más a mí, así que si me pego duro descubrir que también se había ido...

 

Espero y comprendan y sean amables de darme aviso en caso de anomalías en cuanto a mis fics :(

 

Y pues, oficialmente esta versión de Ben ya tiene numeración, así que son bienvenid@s a adentrarse al universo 18 y las locuras que se me vayan ocurriendo ;)

 

En fin, los personajes de Ben 10 y Generador Rex, son propiedad de sus respectivos autores y los demás de mi propia autoría. La imágen utilizada en este capítulo, fue basada en una que me encontré por internet, en lo que logro hacer otra…

 

Y como podrán notar, estrenamos portada y me ha encantado el resultado (ya la tenía desde hace ratito).

 

La historia, así como la numeración y la idea del universo 18, es 100% mía, así que para cualquier adaptación, bien pueden preguntar. 

 

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

Verdona era una Omega de una de las especies Alienígenas más raras. Y a pesar de que su amada familia se conformaba con vivir y esconderse de otras especies, ella siempre deseó más. 

No fue raro, que al cumplir la mayoría de edad, ella se escapara de Anodyne -su planeta- y comenzará a vagar de planeta en planeta, aprendiendo, no solo las distintas culturas, también nuevas y maravillosas habilidades de su especie. 

Sin embargo, la Anodita deseaba más que solo andar causando toda clase de problemas. Fue entonces, que sin proponérselo, terminó en el planeta tierra, donde encontró lo que por tanto tiempo busco.

Maxwell Tennyson era un Alfa sumamente formidable, Verdona incluso, podría asegurar que ese hombre debió haber nacido como un Anodita, sin embargo, Tennyson, a pesar de ser un simple humano, siempre salía vencedor ante cualquier reto que se le pusiera en el camino, no por nada era parte de una organización encargada de llevar paz entre distintas especies Alienígenas. No pasó demasiado, para que ella y Max se enamorarán, y a su vez, ella terminará por ayudar en lo que pudiera a su Alfa destinado. Por desgracia, gracias al trabajo de Max, ella tuvo el mal gusto de conocer a ese hombre. 

Richard Morningstar podía ser un Alfa sumamente apuesto y encantador, incluso podía tener todo el dinero a ofrecer, sin embargo, algo había en él, que hacía que Verdona lo odiara con todo su ser. Para mala fortuna, Morningstar siempre se aseguraba de estar cerca de Max y ella, todo con el fin de acercarse a la Anodita.

Sabía que aquel Alfa no era una persona para nada confiable, y lo tuvo más en cuenta, cuando Morningstar ni siquiera disimulaba su enfermizo interés por ella.

Y todo empeoro cuando ella y Max se casaron. Para un Omega es totalmente natural dejarse marcar por su Alfa, sea destinado o elegido, así que no fue nada raro que ella portará la marca de Max en su cuello con un indescriptible orgullo. Sin embargo, Richard Morningstar no lo tomo para nada bien, hasta el punto de hacer una escena en uno de los cuarteles de los Plomeros.

 

— ¡Ella era mía!...

— ¿De qué estás hablando Rick? —Max se mostraba completamente confundido con la actitud de su amigo.

—Hablo de Verdona. Ella debía ser mía, pero como siempre, Maxwell Tennyson siempre se queda con lo que es de otros —espetó furioso.

—Max frunció el ceño ante aquellas palabras—. Verdona no es un objeto Richard. Ella es un ser viviente y mi Omega, así que no te permito que hables de esa manera sobre ella.

— ¡Maldito seas Tennyson! —

 

Aquel desastre, le había costado caro a Richard Morningstar, pues varios Magistrados acordaron que el Alfa no podía estar cerca de uno de sus mejores Plomeros. 

Obviamente, Morningstar no se rindió, y aunque aparentemente ahora estaba bastante lejos de la pareja Tennyson, aquel Alfa aprovechó que Maxwell estaba en una misión fuera del planeta, para ir una vez más a tratar de disuadir a su amada Omega. Desgraciadamente, nadie lo preparó para aquel descubrimiento.

Verdona, su amada Omega, ella estaba más que entusiasmada aprendiendo a tejer a mano. Eso no sería malo, si no fuera una maldita prenda para un bebé. Ella estaba embarazada y él no era el padre de ese bebé.

 

— ¿Cómo pudiste Verdona?...

—La Omega lo miró completamente sorprendida, sin embargo, su expresión llena de sorpresa cambió a una de enojo—. ¿Qué haces aquí Morningstar? —sus ojos brillaron amenazantes.

—Sabes que hago aquí Verdona. Vine a buscarte y llevarte conmigo, como debió ser desde un principio, pero tú te atreviste a quedar embarazada de ese maldito.

—Te lo he dicho desde que nos conocimos, yo no te amo, ni siquiera me caes bien, pero no creo que seas muy listo, considerando que sigues empeñado en acosarme para lograr algo que no va a pasar —la Omega se aseguró de levantar en el aire a ese molesto Alfa—. Morningstar, yo soy más que feliz con mi esposo, y como habrás notado, estamos esperando un hijo, obviamente no voy a cambiar todo lo que tengo, por dinero que me importa en lo más mínimo. 

 

La Omega ni siquiera se preocupó por aquel descarado acosador, ella simplemente utilizó sus poderes para lanzar lejos a ese hombre.

 

—Juro que tú y ese ladrón se arrepentirán, Verdona… ¡Lo juro! —

 

Pero Verdona no hizo caso a ese amenazante juramento. Ella solamente vio de una manera complacida como aquel hombre, por fin desistió en su absurdo intento por tenerla.

Ella solamente siguió en lo suyo, sin tomar importancia en las palabras de Richard Morningstar, sin saber que en un futuro, ella terminaría completamente arrepentida...

 

 

“Lazos Fracturados” 

 

Ben miraba completamente exasperado a su abuelo. Ya había pasado un año desde que se quedaron en aquel planeta desierto, y no porque Max lo deseara –si fuera por el Alfa, ya se hubieran ido desde un inicio-, sino porque el mismo Omega no quería estar del todo lejos de Omnitrix y que para su mala fortuna, no había conseguido todo lo necesario para reparar su nave como se debe.

Para molestia del Alfa Tennyson, su nieto le contó que en Omnitrix, no solo se había hecho amigo de aquel chico que había conocido en una mala situación, sino que además, Ben había encontrado –o al menos así lo creía- a su Alfa destinado.

Y ya, cuando por fin habían conseguido repuestos completamente nuevos para reparar su nave –después de un largo año-, Max de nueva cuenta trataba de disuadir a su nieto, sobre su supuesto destinado.

 

—Por favor abuelo, ya te lo he dicho, incluso tu llegaste a hacer mención de mi vida. Tarde o temprano iba a tratar de sentar cabeza —Ben miró a su abuelo con reproche, mientras se cruzaba de brazos.

—Hijo, sabes cuál es mi molestia con respecto a tu relación. Estoy de acuerdo que hagas tu vida, y sí, me lo esperaba, pero, ¿por qué un delincuente que pelea en Omnitrix?...

 

El Omega comenzó a reír con las palabras de su abuelo. Ya llevaba -por no decir desde el principio- tiempo haciendo mención sobre el oficio de Blonko.

Pero Ben sabía la situación en la que muchos planetas habían caído -el planeta de su pareja incluido-, y entendía a la perfección las intenciones de Blonko para tratar de mejorar un poco la situación de su planeta y familia. 

 

—Por favor abuelo, Blonko no es tan malo, y si, su trabajo en Omnitrix puede no ser de tu entero agrado, ni siquiera es del mio, pero con todo el asunto de los Plomeros y la cacería hacía ti, muchos planetas fueron saqueados hasta el punto de la extinción, Anodyne incluido. No es nada raro, que Blonko se viera obligado a ser partícipe de las peleas clandestinas de Omnitrix, pero solo lo hace para mantener en pie su planeta y a su familia.

 

Ben sabía a la perfección que hacer mención del planeta Anodyne, era algo sumamente delicado, sin embargo, no estaba dispuesto a soportar que su abuelo siguiera difamando a su pareja, no después de que estuvo sufriendo por tanto tiempo, desde que su primer amor y primera ilusión decidiera hacerse pareja de su prima.

 

—Eso es jugar sucio, jovencito —recriminó el Alfa con reproche.

—Lo sé abuelo, pero no me dejaste opción. Blonko no es malo, él solamente hace lo que puede para mantener a su familia y a su gente con estabilidad —explicó con pena, sabía que había jugado mal sus cartas al ver la dolida mirada de su abuelo.

—Max lo mal miro—. ¿Y ese chico rubio y su novio?, ¿ellos son confiables?, ¿o siquiera has hablado con ese tal Blonko acerca de mí? —cuestionó. Para él no era secreto que tarde o temprano su nieto y ese “delincuente” quisieran ir más allá de besos y arrumacos, y eso en verdad le preocupaba, pues parecía que Ben aún no hacía mención de su familia y apellido. Una cosa era que ese tal Noah lo supiera, y otra que su nieto hiciera cosas delicadas en cuestión de Alfa y Omega, y no hablará con la verdad desde un principio.

—Ben se sintió ofendido y temeroso—. ¡Por dios abuelo!, Noah es de confianza, incluso te cumplió su promesa el día que se conocieron. Sobre su pareja, también puedo asegurar que es de confianza, pues por si no lo recuerdas, Rex también fue a ayudar a salvarme —tal vez no tenía mucho tiempo de conocerlos, pero ese año con Noah y su pareja, hacían que Ben confiara en ellos y si debía defenderlos, lo haría sin pensarlo—. Sobre lo otro, estoy esperando el momento adecuado para contarle a Blonko sobre ti y sobre la verdad. Abuelo, tú eres inocente, y nada me haría más feliz, que tú y mi pareja pudieran conocerse, pero debo esperar el momento adecuado.

—Max suspiró con resignación, su nieto podía llegar a ser demasiado necio y testarudo, pero más que nada, inocente, y Max no quería que Ben terminará con el corazón roto, no otra vez—. ¿Al menos se cuidan?, ya sabes, ¿toman precaución?, y lo pregunto, porque no sé qué tan lejos habrán llegado.

 

Distintos colores rojizos se adueñaron del rostro del Omega, quien veía con pánico y demasiada vergüenza a su abuelo. 

 

—No puedo creerlo abuelo —respondió azorado—. Por supuesto que si llegara ese momento, ambos usaríamos protección, pero de eso, a que me lo preguntes, ¡por dios abuelo!, esas cosas no deberían ni hablarse —Ben no pudo controlarse, cuando señaló de manera acusadora a su metiche abuelo—. Además, si se diera el caso, ya estoy lo suficientemente grandecito como para afrontar las consecuencias o en dado caso, saber si Blonko de verdad es un Alfa de palabra. 

 

Max se aseguró de mirar con detenimiento el rostro de su nieto. El Alfa, simplemente no creía del todo qué su nieto no hubiera sucumbido ante las hormonas y el supuesto amor que ahora sentía, aunque si lo pensaba bien, Ben soportó todo eso cuando se enamoró de Kevin y eso que Levin y su nieto se conocieron en la peor etapa de un ser humano –o híbrido en este caso-, la adolescencia. 

 

—Tú, ganas Ben. Confiare en ti y en tus instintos, así que procura no decepcionarme —y por fin decidió ceder ante su nieto, aunque muy en el fondo, esperaba que ese Alfa no llegará hacerle daño a lo único que le quedaba en la vida: su amado nieto. 

—Ben sonrió agradecido—. Te lo prometo abuelo. No voy a decepcionarte. 

 

Ambos se dieron un abrazo en señal de concordancia. De cualquier forma, Maxwell Tennyson seguiría en su importante asunto para reparar la nave, conseguir suministros y combustible necesario para llegar a Galván Prime. Podía ser que su nieto confiara en ese Alfa y en sus amigos, pero no estaba de más que se preparará para cualquier dramático inconveniente, al menos, no después de que la vida le había dado más tragedias que bendiciones. 

Sin embargo, las cosas todavía acababan de dar su dramático inicio. No todo, podía ser color de rosa en la vida de los Tennyson, o al menos, no aun. 

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Y entonces?, ¿en qué quedaron tú y tu abuelo, Ben? —

 

Ben miró con completa pena a su rubio amigo. Sabía perfectamente que Noah se reiría y luego le reprocharía el haber dicho grandes mentiras. 

Para empezar, podía ser qué él y Blonko ya hubieran llegado -como dirían en la tierra- a tercera base. Incluso en más de una ocasión, tal vez Blonko le hubiera pedido dejar qué lo marcará. Lo último no era tan sencillo, al menos, no sin haber hecho mención acerca de su familia, ni dado las explicaciones del porque su abuelo era demasiado inocente entre tanto odio y rencor. 

 

— ¿Y bien?—volvió a preguntar Nixon, pero al ver la mirada llena de pánico en su amigo, obtuvo su respuesta—. ¿Acaso te pregunto acerca de eso? —hizo énfasis en "eso", algo no tan bueno y en lo que Noah y el señor Tennyson concordaban—. ¡Diablos Ben!, ¿acaso le mentiste?... 

—Bueno, puede que le haya dicho unas pequeñas mentiras sobre eso —respondió nervioso, pero al ver la mirada del rubio, supo que hasta el mismo Noah le daría una reprimenda y la “charla”. 

—Ben, creo que hasta yo sé, que tu abuelo y yo concordamos en ese tema, y eso que no lo he vuelto a ver desde aquel día, pero en serio amigo, creo que deberías haber hablado con la verdad y luego hacer tus porquerías con Rook —lo último lo menciono con burla. Ni él hubiera pensado que Ben pensaba con los bajos instintos primero, antes que con la razón. 

— ¡Noah! —Ben sintió hervir su rostro con pena, pero al ver el reproche asomar en el rostro de su amigo, decidió darle por su lado—. Lo sé Noah, y sí, mi intención es decirle a Blonko en estos días, más que nada, porque el pobre me ha pedido permiso para marcarme y siento tanta pena al negarme, cuando no le he sido completamente sincero —murmuró abatido. Ya iban tres ocasiones en las que Blonko le pedía permiso –cualquier otro Alfa hubiera hecho lo que se le venga en gana-, pero debido a que no había dicho nada acerca de su linaje y su abuelo, Ben sentía que no tenía el derecho de ser el Omega de Blonko.   

—Tranquilo Ben, tal vez si buscas el momento adecuado, puedas hablar con Rook como se debe. En cuanto al favor que te pedí…

 

Ben sabía a qué favor se refería Noah, pues llevaba un mes recordándoselo una y otra vez. Y aunque no estaba del todo seguro –más que nada porque esa noche tenía una importante cita-, estaba dispuesto a ayudar a su amigo con ese favor.

 

—A todo esto, ese amigo tuyo, ¿es igual que Rex? —le pregunto. Ciertamente, Noah ya le había explicado el asunto de los Nanites y lo de Providencia, pero aún quedaba curiosidad con respecto a los conocidos de Rex y Noah. 

— ¿Igual a Rex?, ¿en qué aspecto? —cuestionó Noah un tanto intrigado.

 —Ya sabes, un E.V.O., como Rex —a Ben aún le costaba entender del todo lo que había ocurrido en la tierra, especialmente cuando muchos humanos terminaron mutados y denominados como E.V.O., y todo justo después de la guerra entre el universo y los Plomeros.

—De hecho, sí, él es igual a Rex, y a la vez no. Se podría decir que es una muy mala influencia.

 

Si Ben estaba confundido antes, con la vaga respuesta de Noah, había terminado aún más confundido.

 

—Ya me perdí de nuevo —murmuró completamente confundido.

—Bueno, ese amigo del que te digo, es algo así como un secuaz o un amigo que generalmente te mete en problemas. En cuanto a apariencia, pues técnicamente él no es  un humano, aunque lo afectaron los Nanites como a Rex, y viene de parte de los padres adoptivos de Rex para buscar unas cosas y de paso, pasar el cumpleaños de Rex este año.

—Ben lo miro con la misma confusión—. Lo último ya lo entendí, pero ahora tengo más curiosidad, si no es humano, ¿qué es? —preguntó más que intrigado.

—Es un chimpancé demasiado inteligente. La verdad, aun ahora me confunde el asunto de los E.V.O. y los Nanites —antes de que Ben hiciera más preguntas, decidió responder con esas palabras. Incluso a él le seguía confundiendo ese asunto, especialmente, cuando él fue uno de tantos que perdió a su familia cuando los E.V.O. comenzaron a formarse.

—Dejando de lado el tema de los E.V.O., ¿Rex no sabe que viene?, ¿verdad? —Ben reconocía esa mirada llena de pánico, por ello, decidió que debía cambiar de tema y vaya que había funcionado.

—No lo sabe, los Holiday me hicieron prometer no decir nada, y como las coas que necesitan, Rex ya las consiguió, decidieron enviar a Bobo antes, para celebrar de manera adelantada su cumpleaños —respondió un tanto nervioso—. Y ni se te ocurra decir algo de su nombre, porque ya vi tu cara Ben.

—Ben comenzó a reír—. ¿En serio su nombre es Bobo? —cuestionó divertido.

 

Noah comenzó a reír igual, pues recordaba que su primera impresión con aquel mono fue similar, solo que a él nadie le advirtió que Bobo no era precisamente un animalito adorable y amigable.

 

—Ríe todo lo que puedas, porque allí viene su nave —le dijo, mientras señalaba la nave recién llegada a Omnitrix.

 

Ben miro el lugar donde Noah señalaba, y más que ansioso, se acercó, justo donde su amigo, para por fin, conocer a ese tal Bobo. Pero justo cuando aquel gran chimpancé bajo con una cara de pocos amigos, junto con un extraño Alfa parecido a Rex, Ben se sintió nervioso, pero Noah parecía demasiado preocupado, cuando justo detrás salía una niña de unos diez años aproximadamente.

 

— ¡Cheryl! —exclamó el rubio completamente sorprendido de ver a la niña. Miró con curiosidad a Bobo y a ese molesto cuñado suyo, pero al ver las miradas llenas de preocupación en ambos, supo que la niña había sido una sorpresa también para ellos—. Déjenme adivinar, ella se burló de ambos y viajo como polizón —miró con reproche a ambos adultos, no creyendo lo descuidados que eran, para después mirar a la niña con seriedad—. Cheryl, ¿tus padres sabes siquiera que estas aquí?, es decir, tus padres van a matar a César y a Bobo.

—La niña miro a su cuñado favorito con un adorable mohín—. Ellos deberían saberlo, usaron el método de pregúntale a tu padre y luego a tu madre, así que decidí ahorrarles las incesantes preguntas de mi parte y me metí a la nave para visitar a mi hermano y mi cuñadito favorito —respondió la niña como si nada, mientras hacía que sus verdes ojos brillaran.

—Cheryl, no hagas eso —pidió Noah sintiéndose completamente derrotado. Esa pequeña bribona sabía cómo ganarle.

—Digna hija de Holiday y Seis —mencionó Bobo enfurruñado, mientras veía con cierta curiosidad al Omega que acompañaba a Nixon—. A todo esto, ¿quién es él? —preguntó, mientras señalaba con cierta desconfianza al castaño.

— ¡Oh, cierto!, él es Ben Ten, es un amigo desde que me salvo de un inconveniente con respecto al trabajo de Rex —explicó, mientras presentaba a su castaño amigo—. Ben, ellos son Bobo, quien se supone debía venir solo, y el tipo parecido a Rex, es su hermano mayor, César Salazar —Noah se aseguró de presentar con reproche al par que ahora veía al rubio con nerviosismo—. En cuanto a la polizón, ella es hija de los padres adoptivos de Rex, Cheryl Holiday.

—Un gusto conocerlos —dijo apenado. Por alguna desconocida razón, sentía nervios al ver a los conocidos de Noah, especialmente al hermano mayor de Rex.

—Lo mejor será ir donde Rex, para darle la sorpresa de su llegada —sugirió Nixon con una nerviosa sonrisa.

 

El resto del crecido grupo estuvo de acuerdo con la sugerencia del Omega rubio. Así que, tanto Bobo, como César sacaron lo necesario de la nave, y se aseguraron de tener las alarmas y demás cosas listas por cualquier cosa, mientras que la niña, sonreía completamente contenta de haberse salido con la suya, mientras tomaba la mano de su cuñado.

Una vez que estuvieron listos, se dispusieron a caminar, sin embargo, Ben choco brevemente con un extraño muchacho. Por alguna razón, se sintió encantado, casi como si de magia se tratará, pero al ver los azules ojos del Alfa, sintió calosfríos recorrerle a su columna.

 

—Lamento haberte golpeado —se disculpó de manera galante el Alfa.

—Descuide, yo iba distraído —respondió nervioso. Vio que Noah y el resto habían avanzado considerablemente—. Si me disculpa, debo irme.

 

Ben ni siquiera espero alguna palabra de aquel Alfa. Algo tenía aquel muchacho, para que el Omega sintiera que debía alejarse completamente y con demasiada urgencia.

Mientras que aquel rubio, solamente veía con una sonrisa demasiado prepotente, al castaño Omega. Sin duda alguna, su abuelo tenía razón, la energía de un Anodita era demasiado adictiva, y más  cuando el dueño de dicha energía tenía unos encantadores ojos verdes como los de ese Omega. Solo había sido un leve roce al chocar, pero fue más que suficiente como para sentir lo que una vez su abuelo sintió con Verdona Tennyson.

 

—Parece ser que mi abuelo tenía toda la razón —sonrió maquiavélico. Ahora solo debía separar a su Omega de aquel indeseable Alfa, y vaya que manipular a un ser como Rook Blonko era demasiado sencillo para una brillante mente como la suya.

 

∞•*•♥•*•∞

 

—Pero que sorpresa chicos…

 

Y vaya que era una sorpresa para el menor de los hermanos Salazar, el ver a su hermano mayor, junto con ese secuaz/amigo suyo, pero lo que le sorprendía en grande, era ver a la hija del serio y sobre protector agente Seis.

 

—Creí que te hacía falta la visita de tu hermano mayor —mencionó César con una sonrisa.

—Tu no habías sido invitado —murmuró Noah, mientras miraba mal a Bobo.

—A mí no me mires, que él es otro colado —respondió el mono con molestia.

—Entonces, ¿Cheryl vino sin permiso? —Rex se aseguró de mirar con reproche a esa pequeña mentirosa.

—Yo quería venir a verte, pero ni mamá y mucho menos papá me dejaron, así que decidí escabullirme para poder verte y darte tu regalo de cumpleaños adelantado.

 

Rex sabía a la perfección que esa niña era una perfecta manipuladora, y aun así, terminaba cayendo en sus trucos y palabras.

Ben solamente veía la reunión familiar desde lejos, y al ver llegar a Blonko, se le acerco de inmediato.

 

—Cheryl puede ser demasiado problemática cuando quiere ver a Rex —murmuró divertido. Hasta él sabía –por llamadas- que el agente Seis era demasiado protector, incluso aun lo era con el mismo Rex, así que ya se imaginaba lo que le ocurriría a ese par por haber permitido que la niña llegará a Omnitrix.

—Lo entendí cuando vi la reacción de Noah al verla —dijo Ben con diversión—. A todo esto, ¿por qué parece que Rex y Noah no están tan a gusto de ver al Salazar mayor?...

—No sé mucho al respecto, pero por Rex sé que César Salazar no es alguien en el que puedas confiar plenamente. De hecho, él, junto con los padres de Rex, son los verdaderos causantes de lo ocurrido en el planeta tierra —explicó en voz baja, lo menos que quería era que escucharan esa conversación. Aunque eso, solo le hizo ver una duda que en todo ese año, no se le había ocurrido—. Aunque supongo que debiste saber algo al respecto, puesto que eres de ese planeta, ¿no?, es decir, tampoco sé cómo es que llegaste al espacio y menos a Omnitrix.

 

Ben sintió pánico con ese repentino interrogatorio. Incluso sentía unas tremendas ganas de vomitar y un terrible vértigo. Noah pareció darse cuenta, y rápidamente se situó a su lado.

 

— ¿Qué tal si ambos salen a pasear?, digo, tengo entendido que en la noche, tú y Rex tienen una pelea, así que lo más conveniente es que estén tranquilos antes de hacer bilis con los malévolos intentos de Morningstar para que pierdan —les sugirió con una nerviosa sonrisa. Sin embargo, al ver que Rook salía dispuesto a prepararse para una salida, Noah vio la mirada de reproche que su amigo le dirigía—. Créeme Ben, es mejor que ambos hablen con calma durante una cita y no aquí, donde Rex no está del todo bien con su hermano mayor y el asunto de la polizón, además, debo hablar seriamente con César sobre un asunto de gran importancia, tal vez tu deberías hacer lo mismo.

—Pero es que no estoy listo aún —murmuró exasperado—. Y menos con lo que dijiste de la pelea. Es obvio que va a andar malhumorado, eso no es una oportunidad.

—Pues entonces asegúrate de que la pasen bien, digo, tal vez hasta ande de buenas y podrías contarle mañana.

 

Ben no pudo decir nada más, al menos no por el momento, pues Rook había regresado para buscarlo. Suspiró para calmarse y buscar la manera de que Blonko no siguiera con aquella conversación.

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Ya has pensado como harás para separar a tu futuro Omega de ese inaceptable Alfa? —

 

Mike Morningstar miro a su abuelo de una manera un tanto burlesca. Si bien, en un principio, había decidido no interferir por cuestiones de preferencia, después de haber chocado con el Omega Tennyson, supo que si o si, debía ser suyo.

 

—Rook Blonko odia a Maxwell Tennyson, obviamente odiaría al Omega que cruelmente lo utilizo, ¿no?...

—Eso suena ingenioso hijo, aunque también podrían ocurrir cosas contraproducentes, como que Rook Blonko difame al Omega y le hagan algo, y eso es algo que no podemos tolerar, recuerda, es el último Anodita, Mike.

—El rubio rió ante las posibilidades—. No harán nada, si logró hacerme dueño del Omega, después de todo, ¿Quién toca las pertenencias de un Morningstar?...

 

Richard Morningstar sonrió satisfecho. Sin duda alguna, su nieto había heredado varias de sus cualidades, y eso lo llenaba de un gran orgullo.

Por ahora, solo debían mantener en constante vigilancia al Omega, y esperar el momento perfecto para revelarle a Rook Blonko la verdad, ¿y qué mejor que esa noche?, tal vez así, los Morningstar logren hacer que Rook y Rex pierdan la pelea.

 

∞•*•♥•*•∞

 

En cuanto Noah vio a Ben y Blonko salir, no dudo ni un segundo en mirar a su Alfa. Rex parecía algo consternado con el asunto de César, y no lo culpaba, puesto que el mayor de los hermanos Salazar había ayudado a la malévola Caballero Negro a casi destruir Providencia –una de las tantas razones por las que habían acabado en el planeta Omnitrix-, sin embargo, el Salazar mayor termino por traicionar a Negro y su famoso grupo “el Consorcio”, para tratar de volver con lo que quedaba de Providencia –algo no tan sencillo de hacer-, y aun cuando César había mostrado mil y un maneras de confianza, Rex no le daba el beneficio de la duda.

Y aunque a él tampoco le agradaba la idea de tener tan cerca a César Salazar, Noah debía aprovechar la oportunidad de probar la inocencia del abuelo de Ben –porque él creía en Ben y de alguna forma no veía a Max Tennyson como un lunático asesino y traidor-, y que mejor, que su cuñado César.

—Rex, ya deja a tu hermano, creo que es mejor que tú y Bobo le hagan una llamada a Seis y Holiday, porque estoy seguro de que ambos estarán demasiado preocupados al no ver a Cheryl —señaló con la mirada a la niña. Sonrió divertido al ver a Cheryl cruzarse de brazos y verlo con seriedad—. Eso no va a funcionar jovencita, tus padres deben estar preocupados, y estoy seguro de que Seis está alistando sus armas para cuando regresen.

—Pero, ¿y la fiesta? —al ver la mirada de su cuñado, Cheryl no pudo evitar estampar sus manos en su boca. Sus verdes ojos miraron a su sorprendido hermano de una manera nerviosa, y sin evitarlo, comenzó a reír de manera nerviosa—. Ups, se me olvidaba que era una sorpresa —murmuró apenada.

—Así que por eso Bobo llego una semana antes y sin avisar —dijo Rex con una sonrisa. Ahora entendía las razones de esa hermanita suya, para visitarlo, al parecer su cumpleaños iba a adelantarse ese año—. Puedo fingir sorpresa —comentó divertido—. Pero primero a llamar a tus padres Cheryl, porque Noah tiene razón.

—La niña solamente suspiro derrotada—. Está bien, solo espero que no me regañen mucho —murmuró temerosa.

— ¿No vienes Noah? —le pregunto a su pareja, especialmente cuando se le veía un tanto sospechoso.

—No, debo preparar tu fiesta sorpresa —respondió con diversión, más al ver la mirada de la niña.

—Que malo, solo por un descuido y ya no me dejan —mencionó con un mohín.

 

Noah espero unos minutos, después de que Rex y compañía salieran, para después mirar seriamente a César, quien comenzó a reír de manera nerviosa.

 

—Supongo que necesitas algo, puesto que mandaste a todos a otro sitio —dijo nervioso.

—Y no te equivocas César —respondió—. ¿Recuerdas la breve mención del asunto de los Plomeros? —cuestionó serio.

 

César no podía olvidar ese asunto, especialmente cuando fue por la disolución de aquella organización, que todo se fue al caño. Desde el accidente de su hermano menor, hasta la muerte de sus padres, incluso después llego su traición doble y su radical cambio.

 

—Lo recuerdo —respondió brevemente—. Pero no entiendo, ¿qué necesitas?...

 

Noah suspiro para calmarse. Sabía que no debía revelar el secreto de Ben, pero si alguien podía ayudar a encontrar pruebas de la inocencia de los Tennyson, ese era César Salazar. Claro, había otra persona, pero no era de confianza en ningún sentido.

 

—Voy a ser directo, ni Rex y mucho menos nuestro amigo, Rook Blonko, lo saben. Mi amigo Ben, es nieto de Maxwell Tennyson —alzó su mano, cuando vio que César iba a decir algo—. Y antes de que digas algo o difames a mi amigo y a su abuelo, Ben es un Anodita, el último de hecho. ¿Sabes que es un Anodita?, ¿no?...

—César se sorprendió de escuchar aquello—. Son la especie Alienígena que supuestamente aniquilo Maxwell Tennyson —respondió completamente sorprendido.

—Exacto. Lo que me lleva a pensar, ¿por qué aniquilar una especie, si tu familia viene de esta?, tú mismo sabes y entiendes a lo que quiero llegar, ¿no?...

 

Salazar solamente asintió en silencio. No era nada desconocido el asunto de la supuesta amenaza que era Maxwell Tennyson, si hasta en Providencia y el Consorcio era conocido como una gran amenaza, pero el Tennyson era mayormente conocido como el supuesto ser que aniquilo el planeta Anodyne, junto con todos sus habitantes.

Aquello ya era demasiado difícil de creer, puesto que Noah decía que ese Omega de nombre Ben era un Anodita.

 

— ¿Quieres que yo investigue a fondo el asunto de Maxwell Tennyson?, ¿no?...

—Noah asintió—. Hace casi un año, conocí al señor Tennyson. Fue en un intento de secuestro hacía mí y él me salvo. Cuando lo vi, no vi a un ruin villano con ansias de matar porque si, vi a un abuelo sumamente preocupado por su único familiar con vida, así que puedo asegurarte, que Maxwell Tennyson no es malo, alguna trampa le hicieron para hacerlo ver mal.

—César revolvió su cabello con exasperación—. ¿Y cómo piensas que logré buscar pruebas para ayudarlos? —preguntó, aunque muy en el fondo, tenía una idea de lo que le respondería su cuñado.

—Porque eres tú. César, lograste engañarnos en el pasado, incluso en tu infiltración, hiciste varios datos, incluso lograste encontrar debilidades en el equipo. También revelaste los oscuros secretos de Negro y el Consorcio, ¿y todavía preguntas?, es más que obvio que lograrás encontrar pruebas de la inocencia del señor Tennyson, incluso puedo asegurar, que podrás robar archivos de los Plomeros.

—Tan mal me vi en el pasado, ¿Cuántas veces debo disculparme? —

—César, no te hagas la víctima —le dijo con reproche—. ¿Vas a ayudarme?, ¿o no? —preguntó seriamente.

—Ayudaré, pero podría tardar —respondió nervioso.

—Eso es lo de menos, lo que importa es que se sepa la verdad. En cuanto el asunto, espero y lo mantengas en secreto y que no hagas nada malo.

—César sonrió con culpabilidad—. Prometo         que no diré nada y mucho menos haré algo malo, tal vez si se sabe la verdad, las cosas logren cambiar para bien.

 

Ambos estrecharon sus manos, sellando así un contrato de gran importancia. Ninguno sin saber, que las cosas estaban por cambiar y no precisamente para bien.

 

∞•*•♥•*•∞

 

—Ben, te noto algo distraído y nervioso, ¿hice algo mal? —

 

El Omega miro de manera nerviosa su pareja. Bien sabía que Blonko de alguna manera, se sentía el culpable de su raro actuar, cuando la realidad era otra.

Para empezar, hacía unos meses comenzaron a hacer cosas demasiado subidas de tono. Sin embargo, los problemas no habían iniciado del todo. No fue sino, hacía dos meses, que Ben había decidido pasar un celo con Blonko –por petición del Alfa-, y fue justo cuando lo había sentido anudar, cuando Blonko, con gran trabajo, le había pedido permiso para marcarlo.

No mentiría, Ben quería decirle que sí, pero justo en ese momento, recordó que Blonko odiaba con todo su ser a su abuelo –un odio mal infundado-, y que él no había revelado lo más importante, que Maxwell Tennyson era su abuelo, que era inocente y que él era el último Anodita con vida. Y obviamente, con su negación, llegaron más momentos llenos de intimidad, en donde el Revonniano le pedía una vez más, dejar que lo marcara. Pero la maldita culpa podía más que todo, y Ben terminaba por negarse.

Una vez más, en ese día, sintió unas tremendas ganas de vomitar, junto con ese sentir de que el suelo se movía.

 

—No Blonko, no hiciste nada malo, es solo que estoy preocupado —respondió nervioso.

— ¿Y qué te preocupa Ben? —

 

Ben se sintió atrapado. Si bien se sentía sumamente preocupado, sentía que aún no podía decirle al Alfa la verdad. Vio los ojos del Alfa con completo pánico, y cuando se dispuso a hablar, no pudo evitar ir con prisa a un bote de basura –que para su suerte estaba cerca- y vaciar su estómago por completo.

 

— ¡Por dios!, ¿estás bien Ben? —Blonko no dudo ni un segundo en acercarse a su pareja.

—Creo que sí, solo sentí que de verdad debía sacar todo —respondió asqueado—. ¿Podríamos regresar a tu departamento? —le pregunto algo mareado.

—Claro —respondió con calma el Alfa.

 

No paso mucho, cuando la pareja llego al edificio donde él y su compañero de batallas se alojaban. Hizo lo que un buen Alfa haría para cuidar a su pareja, y ayudo a Ben a enjuagarse la boca y le dio un vaso con agua.

No paso mucho tiempo, para que el Omega se sintiera mejor, de hecho, se sentía más que bien –por alguna extraña razón-, algo que Blonko no entendía del todo, si hacía tan solo una hora atrás, el Omega se veía sumamente pálido y a punto de desfallecer.

 

—Vaya, parece que ya te ves mejor Ben —mencionó más que aliviado. Aunque aún se le hacía extraña esa rápida recuperación.

—Tal vez algo me sentó mal. Recuerdo que desayune unas deliciosas papas con salsa, y hace tanto que no las comía —respondió el Omega, sin embargo, al pensar en las deliciosas papas, sintió un tremendo asco. Y eso que en primera instancia, las papas se le antojaron demasiado, especialmente cuando no las había probado desde que él y su familia lograron escapar de la tierra.

— ¡Eso no es desayuno Ben! —Blonko lo vio indignado, mientras se dirigía a su pequeña nevera—. Hace poco, mis padres enviaron una caja de Amber Ogia, tal vez si comes una, te sentirás mucho mejor.

 

Ben miró con detenimiento la fruta que su pareja le había entregado. Y a decir verdad, no le apetecía probarla, al menos, no después de haber devuelto todo lo que había comido horas antes, pero al ver la mirada llena de ilusión en su Alfa, decidió darle una oportunidad a la fruta.

Y justo cuando estuvo por morderla, la Amber Ogia se reventó, manchando así, su rostro y manos. Vio con reproche a ese Alfa suyo, pues Blonko había comenzado a reír.

Si bien, Blonko le había dicho que aquella fruta era de gran importancia en su planeta –razón por la cual Revonnah era invadida por saqueadores-, jamás le dijo lo que ocurría al tratar de comerla.

 

— ¿Qué te parece tan gracioso? —preguntó indignado.

—Tranquilo Ben, la verdad no pude evitar reírme, pero esa es una de las mejores cosas de la Amber Ogia, aunque también deberías probarla, porque su sabor es exquisito —le dijo, mientras movía sus manos en señal de paz.

 

Ben –aun con su mirada de reproche- probó los restos de la fruta. Y solo cuando lo hizo, por alguna razón desconocida, no pudo parar hasta dejar limpios sus dedos y acabar con los pequeños pedazos sobrantes de la Amber Ogia. Miró ilusionado  al Alfa, pues jamás había sentido semejante sabor.

 

— ¡Estuvo deliciosa! —exclamó emocionado.

—Me alegra que te haya gustado —respondió Rook con una sonrisa.

— ¿Puedes darme otra? —preguntó. Por alguna razón, ahora sentía que tenía más hambre, aunque no por cualquier cosa. Ben quería más Amber Ogia.

 

Blonko repentinamente dejo de sonreír. Y sin mediar palabras, fue directo donde tenía la fruta que sus padres con tanto trabajo le habían mandado.

La Amber Ogia era una fruta sumamente especial, pues en el planeta Revonnah era el sustento más imprescindible para la estabilidad y vida de los Revonnahganders. Siendo utilizada tanto como para hacerla combustible y material para construir sus vestimentas y demás cosas. Y por esa misma razón, justo después de los sucedido con Maxwell Tennyson, muchos saqueadores –Plomeros desertores entre ellos-, llegaron a su planeta a tratar de hacerse de las preciadas Amber Ogia. Sin embargo, por alguna razón, la Amber Ogia no crecía en otro lugar que no fuera Revonnah, haciendo que los saqueadores regresaran y trataran de hacerse del planeta.

Rook recordaba todo lo que su planeta y los Revonnahganders sufrieron en ese entonces. Familias fueron fracturadas, incluso en algún punto, llegaron a doblegarlos, más con la masacre que hicieron frente a todos los habitantes de Revonnah. Rook Blonko aun recordaba cómo habían asesinado al gran maestro Kundo frente a cada uno de los Revonnahganders, destrozando así, todas las esperanzas de los habitantes del planeta.

No fue sino hasta que Rook Da –su padre- tomó el lugar del maestro Kundo y decidió tomar las riendas en contra de los temibles intrusos. Sin embargo, aun cuando los saqueadores fueron sacados –y en algunos casos eliminados- su planeta quedo demasiado afectado, y el crecimiento de la Amber Ogia también fue afectado. Así que por esa misma razón, Rook Da, decidió cambiar, y ahora, todos los Revonnahganders –sin excepción alguna-, debían aprender el arte marcial del Revonnah kai y por supuesto, a hacer uso de la tecnología.

Y ahora, a duras penas, sus padres, le habían podido mandar una caja con tres Amber Ogia, y él las guardaba de una manera recelosa. Justo cuando le llego la caja, había disfrutado la degustación de una, y al darle una a Ben, solamente le quedaba una.

Y aunque de alguna manera -un tanto tonta para él-, no quería dársela a Ben, al ver la mirada de su pareja, por alguna extraña razón, sintió que debía darle esa última fruta y brindarle demasiado apoyo.

 

—Tengo una idea, ¿qué tal si la compartimos? —sugirió. Ben había visto la mirada en su pareja. Así que de alguna manera se sintió culpable por haber hecho que Blonko recordará cosas de su trágico pasado.

—Blonko sonrió agradecido—. Eso suena estupendo —dijo. Si lo pensaba mejor, ¿qué mejor momento para comerla, que compartirla con la persona que amas?...

 

Ambos rieron, cuando al picar levemente la Amber Ogia, esta reventó –esta vez en un pequeño tazón-, para después comenzar a comerla juntos.

No paso mucho, cuando ambos terminaron lavando sus manos y rostro –en el caso de Ben-, y ahora disfrutaban un merecido descanso en el pequeño sillón que Blonko tenía.

 

—Ahora que estamos calmados, Ben, ¿por qué no dejas que te haga la marca? —

 

El Omega miro con cierta preocupación a su pareja. De alguna u otra forma, sabía que al estar solos, aquella conversación tenía que llegar, sin embargo, esperaba que no fuera tan pronto.

 

—Es complicado Blonko —respondió nervioso.

 

El Alfa lo miró completamente deprimido. Si lo pensaba, la idea de haber hecho algo malo, quedo descartada totalmente, especialmente, con aquella respuesta. Algo aquejaba y preocupaba a su Omega, así que debía hacer que confiara en él.

 

—Si es algo que te preocupa, puedes confiar en mi Ben —mencionó en murmullo.

—Ben lo miro un tanto deprimido—. Confío en ti Blonko —respondió apenas —. En quien no confío, es en mí mismo. Hay tantas cosas que no te he dicho, y sé que debo decirte, pero temo tu reacción y que termines por abandonarme —temeroso, guio su mirada hacia otro punto de la habitación.

—Rook lo vio como si en verdad estuviera completamente loco—. Jamás haría tal cosa Ben —le dijo a la par que tomaba con suavidad la barbilla del Omega—. Tal vez en un principio me porte como un completo idiota, pero en esos momentos yo era un completo inmaduro, que no quería aceptar del todo, que su destinado había llegado justo en el planeta donde residía. Pero Ben, eso cambio justo después de que me mandaste al diablo y cuando creí que de verdad iba a perderte, así que por ningún momento, pienses que voy a abandonarte, porque eso no sucederá.

 

De alguna manera –una demasiado extraña para Ben-, se sintió tan dichoso y protegido, y sin que el mismo –o siquiera Blonko-, se dieran cuenta, ambos guiaron sus manos al vientre del castaño Omega.

Ben por alguna razón, decidió confiar plenamente en su Alfa. De alguna manera, sentía que Rook llegaría a enojarse por haber ocultado la verdad, sin embargo, sabía que si empezaba con revelarle que era un Anodita, el Alfa tendría que creerle con el tema de su abuelo, ¿y quién sabe?, tal vez hasta lo ayude a resolver el asunto de su único familiar con vida, también incluso, él podría ayudarle con sus poderes, para que el planeta Revonnah pueda recuperar su vitalidad.

Miró fascinado a ese novio suyo, ya con una decisión completamente tomada. Y sonrió con picardía, pues la marca venía con otra cosa, tal vez un premio adelantado por la victoria –más que segura- de la pelea de esa noche.

 

—Creo que decidí dejar que me hagas la marca, Blonko —murmuró pícaro.

—El Alfa se sonrojo con aquella mirada—. No tienes que hacerlo si aún no estás listo —mencionó apenado—. Yo puedo esperar hasta que estés completamente preparado.

 

Ben lo miro con una imperceptible burla. Sin siquiera mediar palabras, o darle un breve aviso a su novio, el Omega se colocó encima del apenado Alfa.

 

—Ya estoy listo, y ya tome mi decisión —respondió en susurro—. Aunque hay algo que debo decir, Rook Blonko, ¿sabes lo que significa marcar a un Omega sin su celo?...

 

Blonko paso saliva sonoramente. Claro que sabía lo que eso significaba, no por nada lo habían instruido bien en cuanto a castas se refiere.

Para asegurar la marca de un Alfa a un Omega, se hacía preferencia durante el celo Omega, pues esto no solo era por mera comodidad, sino que también, para que la marca no llegara a desaparecer.

En dado caso, que la marca se hiciera sin presencia del celo, si el Alfa decidía –por alguna razón- rechazar al Omega o alejarse, la marca podía llegar a desaparecer hasta no quedar señal del lazo entre Alfa y Omega.

 

—No lo sé Ben, ¿qué significa? —preguntó igual de pícaro, mientras situaba ambas manos al trasero del Omega.

—Ben sonrió divertido—. Pues, tendríamos que afirmar la marca cuando mi celo llegue —respondió, para después dar una suave mordida a la oreja de su pareja.

 

No paso mucho, cuando ambos comenzaron a quitarse con premura sus estorbosas vestimentas, todo mientras se devoraban entre si y sin despegarse demasiado o por mucho tiempo.

 

— ¿Estás seguro? —cuestionó el Alfa de manera jadeante. Si bien, era algo de su entero gusto tener una sesión de candente sexo con el Omega, tenía la duda de si su Omega en verdad deseaba dejar marcarse o no.

—Ben le dio un sonoro y cortó beso—. ¡Oye viejo!, si digo que estoy seguro, es porque en verdad lo estoy. Además, nada mejor que amarse en el sillón, dejar huella en otro sitio a parte de la cama y unirnos como se debe.

 

Normalmente, se pensaría que los Alfas eran los mayores pervertidos en cuanto al sexo, incluso Blonko había visto la mirada avergonzada de Noah cuando a Rex se le escapaban las explicaciones gráficas de sus calientes sesiones de “ejercicios”, así que para Rook Blonko era más que gratificante –aun cuando le apenaba- oír lo pervertido que podía llegar a ser Ben y a su vez lo penoso y recatado que era con el resto.

 

—Lo juro Ben, a veces eres tan descarado —murmuró encantado, mientras apretaba suavemente el trasero de su pareja.

—Ben soltó un suave gemido, aquello lo había tomado por sorpresa—. ¡Oh, señor Rook!, usted también es un descarado —mencionó sonrojado—. Así que, ¿por qué no comienzas a prepararme como se debe?, y dejas de perder el tiempo.

 

El Revonniano asintió ansioso, mientras apresuraba el movimiento de sus manos y retiraba la ropa interior del Omega. Ansioso, coló sus dedos a la entrada del Omega, y sin que esté se lo esperara, adentró un dedo y comenzó a moverlo con suavidad.

 

—Asegúrate de decirme si te incomoda Ben.

 

El Alfa sabía que al ser un Omega, la entrada de Ben podía generar ciertos fluidos que hacían más llevadero el acto sexual, pero también sabía que al no estar en celo, dichos fluidos no se generaban con tanta facilidad, por esa misma razón, no iba a permitirse hacerle daño a su Omega.

 

—Ben mordió su labio inferior—. ¡Oh Blonko!, créeme que no me incomoda para nada.

 

Rook asintió más que satisfecho y continuo en su ardua tarea de dilatar debidamente la entrada del castaño. No paso mucho, cuando decidió que era momento de usar dos dedos más, y solo cuando sintió que el Omega comenzaba a secretar sus fluidos, fue que decidió acomodar a Ben, y alistar su más que erecto miembro.

 

—Voy a entrar Benjí.

 

Ben asintió, mientras mordía nuevamente la oreja de su Alfa. Si había algo que podía volver loco al Omega, era aquel tierno y cursi apelativo con el que Blonko le hablaba.

No paso mucho tiempo, cuando el Revonniano adentro de poco en poco su miembro. Soltó un suspiro lleno se satisfacción, cuando las paredes internas de Ben comenzaron a apretarlo.

 

—Te sugiero que comiences a moverte, Alfa.

 

Rook no espero demasiado con esa demandante sugerencia, así que sin esperar más, comenzó a moverse, sintiendo un delicioso éxtasis con aquel menudo cuerpo.

Y aunque en sí, la idea era tener una breve ronda de reconfortarle sexo y una rápida marca, aquello no podía hacerse así no más, especialmente cuando el que cabalgaba ferozmente al Alfa, era el lujurioso Omega.

 

—Si… seguimos así, llegarás agotado a tu pelea —mencionó entre jadeos el Omega.

— ¿Y de quién sería la culpa? —respondió, mientras aceleraba sus embestidas.

 

Ben no pudo evitar aumentar sus gemidos, especialmente cuando su Alfa sabía cómo y cuándo darle duro –literalmente-, sin embargo, había hablado con la verdad, pues si continuaban con esa candente sesión de “ejercicios”, alguien no llegaría a su pelea de esa noche, y otro alguien terminaría por sermonearle. Como pudo –y porque casi estuvo por correrse- se puso de pie, para después colocarse de manos en la pared, con sus glúteos al aire. Sonrió como todo un pervertido y llamo al Alfa con su dedo índice.

 

— ¿Alguna vez planeaste darme contra el muro? —le pregunto a la par que se quitaba el molesto collar y haciendo a un lado su largo cabello -el cual había quedado desatado por todo el movimiento-, dejando así, su cuello expuesto para el gran momento.

 

Rook Blonko juraría que casi le sangra la nariz, y afortunadamente no sucedió ese vergonzoso actuar. Sin embargo, de alguna manera –un tanto irreal-, podía sentir que su miembro había comenzado a palpitar desesperado. Se levantó como pudo de aquel sillón, y sin decir algo, metió de nueva cuenta su miembro.

 

—La verdad, creo que se me ocurren otros lugares en donde darte, pero por ahora, me conformo con el muro —respondió jadeante.

 

Blonko no espero más, así que situó ambas manos en las caderas del Omega, para después comenzar a moverse de nueva cuenta.

El Omega por su parte, tuvo que hacer uso de todas sus fuerzas, para no caer, especialmente cuando tenía ambas manos pegadas a la pared y su rostro casi chocando, sin duda recordaría no volver a retar a ese Alfa suyo, más cuando sacaba su lado más fiero para su placentera sesión de cariñitos.

 

—Creo que estoy por acabar —mencionó el Alfa.

 

El agotado Omega asintió. Y la verdad –de alguna manera-, le aliviaba, pues sentía sus brazos entumidos y de no ser por Rook, estaba seguro que sus piernas ya le hubieran fallado, hasta el punto de hacerlo caer.

El Alfa por su parte, al ver como su Omega comenzaba a resbalarse, rodeo con un brazo, desde su abdomen, hasta su hombro, todo sin dejar de moverse, ni perder la fuerza en cada embestida.

Y justo antes de llegar a terminar, beso con suavidad el cuello –justo en la glándula de la marca-, y sonrió al sentir a su Omega crisparse.

 

— ¿Estás seguro Ben? —preguntó suavemente.

 

El Omega lo pensó como pudo. Aún con la placentera bruma en la que se encontraba, él en verdad deseaba ser marcado por el Alfa. Y aunque aún le preocupaba de sobre manera decirle la verdad, lo haría una vez Blonko terminará la lucha de esa noche, pero por ahora, se permitiría disfrutar de convertirse de manera oficial, en el Omega de Rook Blonko.

 

—Hazlo, mi Alfa…

 

El Revonnahgander no espero más, así que a la par que él y su Omega terminaban por correrse, Rook Blonko por fin mordía y marcaba como suyo al Omega castaño. Una vez hecha la marca, Blonko se aseguró de lamer de manera lenta, los rastros de sangre, de aquella marca, para después salir con cuidado del cálido interior de su ahora Omega, y evitar que este cayera de rodillas.

 

—Lo juro Rook Blonko, eres un salvaje —murmuró agotado el Omega.

—Rook sonrió, mientras cargaba a su Omega—. Pero así te gusto Benjí.

 

Ambos se besaron, mientras el Alfa caminaba con dirección al baño. Aún si estaba agotado, su pelea era en unas pocas horas, y no estaba en sus manos, permitirse perder una buena plata, menos con Morningstar de por medio, porque Rook Blonko no estaba dispuesto a dejar que Morningstar lograra doblegarlo a él y a su amigo.

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Y bien Ben?, ¿tú y Rook hicieron algo productivo? —

 

Ya era de noche, y obviamente la pelea había dado inicio. Justo ahora, mientras la visitante familia de Rex disfrutaba de darle porras al menor de los hermanos Salazar, así que entre tanto los demás andaban distraídos, Noah decidió comenzar a interrogar a su amigo, especialmente, cuando por alguna razón, el aroma de Ben había cambiado de una manera un tanto radical.

 

—Podría ser que si Noah —respondió nervioso. Sabía que si Noah se enteraba que había dejado que Rook lo marcara, no se salvaría de una larga charla, razón por la cual usaba su collar, aun después de lo sucedido.

—Noah lo miro de manera inquisidora—. Espero Ben, que no hayas hecho nada malo o tonto, al menos no sin antes haber hablado con la verdad.

 

Ben asintió ante eso. Sabía perfectamente a lo que Noah se refería, y para su mala suerte, había hecho todo lo que no debía haber hecho.

Y justo cuando iba a tratar de inventar alguna excusa, sintió el mismo vacío que había sentido esa mañana. Por alguna razón, su mirada viajo justo en la zona VIP del lugar –lugar donde los seguidores de Morningstar se sentaban-, y en verdad sintió cierto temor al ver al mismo Alfa rubio que lo había perturbado.

Y podría decirse que solamente tenía paranoia, pero por alguna razón instintiva, guio sus manos a su vientre, y para sorpresa de Noah, sus ojos habían tomado un tenue color magenta.

 

— ¿Estás bien Ben? —preguntó Noah completamente preocupado.

 

Pero Ben no respondió siquiera a la pregunta de su amigo. Sin mediar palabra alguna, el Omega castaño comenzó a correr con prisa, siendo seguido por su rubio amigo.

Ambos terminaron en el pequeño y destartalado baño del lugar, donde Noah vio espantado como Ben comenzaba a vaciar su estómago y perdía el saludable color en su rostro.

 

—Creo que ya estoy mejor —murmuró con demasiado trabajo.

 

Si bien, Nixon estaba demasiado preocupado por su amigo, no pudo evitar cruzarse de brazos, por el repentino malestar de Ben, especialmente cuando al mismo Rook se le había escapado que justo durante su cita, Ben había hecho lo mismo.

 

— ¿Seguro que estas bien Ben? —le cuestiono completamente serio.

—Ben lo miro de manera nerviosa—. Por supuesto que si Noah.

—Noah entrecerró sus ojos con seriedad—. No lo creo Ben —murmuró severo—. ¿Hace cuánto que te sientes mal?, y más con tan obvios síntomas.

 

Ben lo miro completamente culpable, todo mientras sacaba de su fiel Green, una caja sin abrir de una prueba de embarazo, junto con un pequeño frasco con un extraño líquido sin color alguno.

 

—Desde ayer, pero no le había prestado atención. Aunque decidí descartar lo que estás pensando, por esa razón compré una prueba de embarazo e hice un brebaje con un hechizo que mi abuela nos había enseñado a mi prima y a mí. Todo, en secreto de Blonko y fue antes de venir aquí.

 

Ben no espero ninguna palabra de su amigo, aun cuando sabía que Noah tenía tantas cosas por decir.

Fue directo al baño e hizo todo lo indicado en las instrucciones de la caja. Justo después de terminar con la prueba, decidió seguir con la siguiente prueba. No espero demasiado, cuando abrió el frasco y se pinchó su dedo índice derecho. Una diminuta gota de sangre cayó al frasco.

 

— ¿Qué se supone que es eso? —preguntó el rubio.

—Sé perfectamente que las pruebas no son del todo verídicas, sin embargo, decidí utilizarla, para tener ambas pruebas. El líquido tiene un pequeño hechizo, que cambiara de color con mi sangre. Si es azul, es afirmativo y si es rojo, es negativo —explicó con demasiada ansiedad.

 

Noah pareció entenderlo, así que ambos esperaron unos minutos a que ambas pruebas dieran su resultado.

Ben pareció asustado con el resultado de ambas pruebas, y Noah solamente estampo su mano izquierda en su frente, todo mientras negaba ante los resultados.

 

—Fue lo primero que te dije que evitaras Ben —mencionó severo—. Sabes lo que Rook piensa acerca de los Plomeros, y peor aún, de tu abuelo.

—Lo juro Noah, iba a decirle la verdad después de su lucha de esta noche —respondió exasperado, mientras tapaba el frasco y lo metía de nueva cuenta en su bolsa.

— ¡Por dios Ben! —Noah lo vio con reproche—. Te lo dije, tenías que cuidarte, peor aún, tenías que hablar con la verdad y ya luego ocuparte de dejar que te marquen, y si, lo supe de inmediato por tu aroma. Ben, Rook debe saber que tu abuelo es Maxwell Tenyson.

 

Ninguno de los dos Omegas, se dio cuenta de la repentina presencia del Alfa del que justo hablaban, y solo hasta que el mismo Alfa se hizo notar, fue que ambos voltearon a verlo con demasiado pánico.

 

— ¿Qué dijiste?...

 

∞•*•♥•*•∞

 

Justo acababa de terminar su pelea. Si bien, sus rivales no fueron nada de cuidado, lo primero que Rook quería hacer, era abrazar y besar a ese Omega suyo, sin embargo, ni Rex y mucho menos él, vieron a Ben y a Noah.

 

—Iré por Ben, tal vez fue al baño —mencionó Blonko con preocupación.

—Rex enarcó una ceja—. ¿Se ha sentido mal? —le cuestiono sorprendido.

—Solamente hoy, pero eso no lo hace menos preocupante, ¿no?...

 

Rex solamente alzo sus hombros, bien sabía que podían haber mil cosas que aquejaban al Omega de su amigo, pero era mejor que el mismo se diera cuenta. Y justo cuando el Revonniano estuvo a punto de salir del cuadrilátero de lucha, el extraño y nuevo invitado del lado de Morningstar se les acerco.

 

—Buena pelea chicos —les felicito con una sonrisa—. Tal vez hayan tenido malos momentos con mi abuelo, pero por los próximos meses, eso cambiara. Me presento, soy Mike Morningstar.

 

Tanto Blonko, como Rex miraron con desdén y desconfianza al rubio. Morningstar les había hecho pasar malos ratos, tantos como para conocer del todo que algo podrían estar planeando.

Rook dejo de prestarle atención, y decidió pasar de largo a ese misterioso Alfa. Sin embargo, algo hizo que detuviera su andar.

 

—Dale mis saludos a Tennyson, perdón, “tu Omega”.

 

El Revonnahgander lo miro con odio. Mike Morningstar sonreía con prepotencia y Rook había detectado cierto énfasis en las palabras “tu Omega”, casi como si fuera una burla o sarcasmo. Decidió ignorarlo por completo, era más su preocupación que sus ganas de golpear el rostro de ese engreído Alfa, además, Ben no era un Tennyson, y no estaba de humor como para creerle a un Morningstar por encima de su Omega.

Y aunque Rook tenía tantas dudas, y aunque en verdad quería desquitarse, era más importante llegar al baño donde Ben estaba. Si tan solo se hubiera atrasado un poco más, pues justo cuando llego, Ben parecía discutir con Noah, pero lo peor fue oír la cruda y cruel realidad.

 

— ¿Qué dijiste? —Rook se acercó de manera lenta al par de Omegas—. Ben, ¿es eso cierto?

—Blonko yo… —el Omega trato de tomar las manos de su Alfa, pero al ver una negativa, supo que todo iba a empeorar—. Es verdad, iba a decírtelo, pero eso no es todo, yo soy…

— ¡No digas nada más! —gritó. Se sentía completamente traicionado, y no estaba dispuesto a aceptar cualquier excusa—. Todo este tiempo solamente me usaste, incluso fuiste tú el que sugirió la idea de pasar juntos tu próximo celo. Tú dijiste que debíamos formalizar como se debe la marca. Ahora entiendo completamente, tal vez lo hiciste para tratar de minimizar mi odio hacia Maxwell Tennyson.

 

Ambos Omegas dieron un salto cuando un furioso Rook Blonko golpeo con fuerza la pared. Noah fue rápido, al guardar entre sus ropas la prueba que Ben se había hecho, lo que menos necesitaban en esos momentos, era agrandar el problema, más con el insensato Alfa frente a ellos.

 

—Rook, trata de calmarte, mejor lo discutimos cuando estemos a solas y en un lugar más cómodo —sugirió nervioso el rubio Omega.

— ¿Y qué si se enteran?, Maxwell Tennyson arruino la vida de todos en este planeta, incluso elimino a toda una raza de gran importancia, ¿por qué debería calmarme?, esto más bien parece un plan. ¿Fue eso Ben?, ¿fue un plan para burlarse?...

—Blonko, hay que calmarnos. Aún hay cosas que debo decirte —Ben trato de dialogar con su Alfa, pero al sentir la marca en su cuello palpitar, supo que todo había empeorado.

—No vuelvas a llamarme por mi nombre, maldito Omega —Rook lo miro con odio, cuanto se arrepentía por haberse doblegado para pedirle permiso para marcarlo—. Eres un maldito Tennyson, es obvio que todo lo que digas será una mentira. No me importa todo lo que pasamos, un año de supuestos amores y mentiras no va a cambiar años de trabajo duro y el mal estado en el que mi planeta quedo. Con esta verdad, puedo decir que te odio, odio a todos los Tennyson y no me importaría decirle a los malditos habitantes de Omnitrix sobre tu jueguito y tu abuelo, maldito Tennyson.

—Rook, no te atrevas a hacer algo de lo que puedas arrepentirte —murmuró Noah completamente sorprendido, sin embargo, al ver las manos de Ben brillar de manera parpadeante, supo que todo iba a empeorar—. ¿Ben?...

 

Todo paso demasiado rápido, y justo cuando Rex había decidido llegar para verificar a sus amigos y pareja. Tanto Rex como Noah, vieron algo sumamente increíble, más el Alfa Salazar, quien no podía creer lo que había visto.

Ben por su parte, había sentido pánico, no por él, pero si por su abuelo y especialmente por su futuro hijo. Y cada que ese Alfa decía algo hiriente apretaba con fuerza sus puños, pero cuando expreso su odio hacia todos los Tennyson, pensó en su hijo y eso hacía que sin darse cuenta, sacara a relucir sus poderes. Hasta que ya no pudo más.

Todo tenía un límite y el Alfa del que se había enamorado tontamente y al cual había aceptado como su pareja con aquella intima marca, estaba dispuesto a delatarlo a él y a su abuelo, así que Ben tomo una decisión que aseguraba el bienestar de su hijo y su abuelo.

 

Somnus.

 

Los ojos de Rook brillaron en conjunto con los del molesto Omega, para después caer al suelo completamente inconsciente.

 

— ¡¿Qué hiciste Ben?! —preguntó Noah completamente exaltado.

— ¿Qué sucede aquí Noah? —Rex se acercó preocupado al inconsciente Rook Blonko, para después, voltear hacia el Omega de ojos brillosos—. ¿Qué está sucediendo?, y ¿qué le hiciste a Rook? —seriamente, agrando sus manos con apariencia robótica, mientras colocaba a su pareja detrás de él.

 

Ben solamente miro al Alfa con cierto desdén, para después mirar a su rubio amigo. Ya había causado demasiados problemas a Noah, y no tenía tiempo que perder, debía regresar con su abuelo y proteger a su hijo.

 

Abeo Exorior.

— ¡Ben espera! —Noah trato de alcanzar a su amigo completamente preocupado, pero ya era tarde, Ben había desaparecido.

— ¿Qué está sucediendo Noah? —cuestionó Rex sin entender nada.

—Noah miro a su Alfa con tristeza—. Rook descubrió uno de los secretos de Ben. Maxwell Tennyson es abuelo de Ben, pero ese idiota no quiso escucharlo, y lo que viste es simple, Ben es un Anodita.

 

Noah quiso decir algo acerca del embarazo de Ben, pero sabía que nada resolvería si le decía a Rex, sin embargo, nadie le quito el gusto de patear con fuerza a ese imbécil de Rook Blonko.

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Y bien?, ¿cómo reacciono Rook Blonko? —

 

Mike Morningstar vio con diversión a su abuelo. Claro que recordaba la reacción de ese patético Alfa, y eso solo le hacía pensar que sería demasiado fácil obtener a ese Omega.

 

—Demasiado fácil para mi gusto —respondió divertido.

 

Ambos comenzaron a reír. Richard Morningstar estaba demasiado orgulloso de ver que al fin se haría justicia. Al fin, alguien de su familia obtendría lo que a él se le fue negado.

 

∞•*•♥•*•∞

 

Ya habían pasado unas cuantas horas desde que Ben llego donde su abuelo. Obviamente, al llegar en el estado en el que estaba, el Omega tuvo que decirle a su abuelo lo sucedido –omitiendo el hecho de su estado de gestación-, pero en lugar de que Max tratará de animarlo, había terminado gritando y regañando al dolido Omega.

Ben no estaba dispuesto a seguir soportando, Ben ya había entendido a la perfección que sobraba en la vida de su ex Alfa y su abuelo.

Sus verdes ojos estaban vacíos, hasta el punto de haber perdido las ganas de vivir.

¿De que valía vivir?, si desde los ocho años se la ha pasado viajando de planeta en planeta junto a su familia. Familia que por cierto, fue reducida a solamente él y su abuelo con el pasar de los años.

Y ahora que por fin creyó tener algo porque vivir, su pareja destinada lo rechazaba, aun cuando sabía que con la marca hecha, él podría morir de dolor y tristeza, -no importaba si era temporal-, y en verdad dolía. No era justo, él solamente quería que alguien lo amara. Quería tener la misma pura y amorosa relación que sus abuelos, padres, tíos y primos llegaron a tener con su respectiva pareja destinada, pero en su lugar, el destino jugaba para hacerlo perder todo.

Su abuelo estaba decepcionado, todo porque torpemente creyó que su Alfa lo amaría por ser destinados, y por supuesto, por dejarse marcar con demasiada facilidad. ¿Era mejor quitarse del camino de su querido abuelo y liberar a su Alfa de la marca lo más pronto posible?, ¿o es que acaso debía vivir con la tristeza de haber sido rechazado por el destino?...

Miró una vez más la nave tras de él, para luego mirar aquel precipicio por el que estaba dispuesto a lanzarse. Era obvio que había optado por el camino del suicidio, pues al menos así, su abuelo quedaría libre de una carga como él y a su vez, su amado Alfa podría seguir con su vida, como mejor le plazca…

Un Omega marcado y rechazado no pensaba con claridad, pero Ben se sentía sumamente perdido, más cuando se le había olvidado el detalle del bebé que había comenzado a crecer en su vientre.

El Omega, estaba dispuesto a dejar de ser un estorbo, y lo demostró al dar un salto sin las intenciones de usar sus poderes.

 

— ¡No lo hagas Ben! —

 

Continuará

Notas finales:

 

Y eso ha sido todo con este capítulo, espero y les haya gustado. Y si es así y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo :3

Merezco más que una caja de galletitas de chocolate, porque les dejé un capítulo muy largo, con un total de 10,927 palabras :D

Rook ya hizo su elección, pésima elección por cierto :/

 

Les dejo unas cuantas curiosidades…

 

.- La marca  de un Alfa a un Omega puede ser disuelta si no fue hecha durante el celo, lo que significa que Blonko puede perder a su Omega e hijo…

.- Cheryl Holiday es tan parecida a su madre en cuanto a apariencia e inteligencia, pero es parecida a su padre en cuanto a carácter y casta, o sea, la niña es una Alfa, no solo muy inteligente –como sus padres-  y si se combina el carácter de ambos, Cheryl puede llegar a ser una Alfa de temer…

.- Si bien, en la serie de Generador Rex, el Consorcio son superiores de Providencia, en lo que va del fic, son dos organizaciones distintas, siendo Negro desertora de Providencia, y dejando en pésimas condiciones a Providencia –no al punto de igualar a los Plomeros-, pero si dejando a pocos sirviendo, entre ellos, al Agente Seis y a la Doctora Holiday…

.- El hechizo “Somnus”, -según el bendito internet-, es un hechizo del que no se sabe demasiado, entre esto, la duración del efecto, así que tengan por seguro que Rook anduviera dormido por unos cuantos días…

 

Pero bueno, dejemos de lado las locas curiosidades, y mejor les dejo los spoilers correspondientes.

 

.- Veremos algo de la conversación que Ben tuvo con su abuelo, para tomar tan radical decisión…

.- Noah logra encontrar prueba de la inocencia de los Tennyson y el verdadero culpable de todo… 

.- Rex y Noah tienen una discusión…

.- Rook busca desesperadamente a Ben…

.- Ben y su abuelo caen por accidente en Revonnah…

.- Los Morningstar comienzan a buscar al último Anodita…

Todo eso y más en, “Lazos Distanciados”

¿Siguen prendidas sus antorchas?, porque aún les pueden servir para terminar de quemar a Rook y de paso al resto de los Revonnahganders, que bien merecido se lo tendrían xD

Por cierto, antes del capítulo –porque no lo tengo hecho y porque este y el extra están súper largos-, les daré el primer extra de tantos en la historia. Así que antes del capítulo 4, les dejo el especial donde Ben conoce a los niños Amalgama y logra descubrir su lado Anodita, -claro, no todo se los dejo el mero día, así que nos vemos el sábado-. Todo eso y más en, Extra I: “Creando Lazos”     

En fin, nos leemos pronto

Chau chau (^3-)/


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