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Yo te amaba por BarmiP8

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Notas del capitulo:

La canción es Not in that way de Sam Smith.  

CAPÍTULO II

“Odio decir que te amo,

Cuando es tan difícil para mí,

Y odio decir que te quiero,

Cuando dejaste tan claro que tú no me quieres”.

Sam Smith

Kiyoshi estaba impactado, sabía que el moreno y Kise eran buenos amigos y que había entre ellos una gran rivalidad en lo que al baloncesto se refiere, sin contar que el rubio era la pareja de Kasamatsu desde hace años; por eso nunca imagino que el peliazul sintiera algo que más amistad por su ex compañero de la escuela secundaria.

—¿Y cómo estas tan seguro de eso?

—Porque fue Aomine quien me lo confeso.

—¿Qué? ¿Él mismo te lo dijo? —Maldito arrogante pensó Kiyoshi.

—Si, aunque era obvio; tu pareja no te llama por otro nombre cuando están teniendo sexo, ¿no?

Ahora si Teppei estaba atónito, no podía creer lo que el imbécil de Aomine había hecho. Y el castaño pensaba que era el único en una situación difícil.

—Yo lo deje pasar la primera vez, supongo que fui un idiota. Estaba perdidamente enamorado de él y ese mismo amor fue lo que me cegó, creí que si me esforzaba iba a lograr que él se enamorara de mí, pero evidentemente no fue así.

—Kagami, en verdad lo lamento que estés pasando por esto —agregó Teppei afligido. En realidad, no sabía que más decir, quizás no había algo que pudiera decir para animar al pelirrojo.

—Gracias Kiyoshi-san —Con un movimiento rápido volteo a ver al castaño. En sus ojos se reflejaba la ira contenida—. Yo le di lo mejor de mí y ni siquiera así fue suficiente para él.

—Pero Kagami, ¿Cómo fue que te diste cuenta? —preguntó el hombre más alto, ladeando la cabeza.

—Porque hace unos días al fin decidí confrontarlo —Cerro los ojos con fuerza, recordando con dolor aquel día—. Ya sabía la respuesta, pero aun así quería oírla de sus propios labios.

Kagami comenzó a relatarle a Teppei la mañana de hace más de una semana. Había despertado solo en la cama de la habitación que compartía con Aomine. Se cubrió el rostro con las manos; ese era el día, finalmente había decidido hablar con su novio sobre el futuro de su relación y así al menos poder salvar la dignidad que aún le quedaba.

Se levantó y camino hacia el pasillo del departamento, se dirigió a la cocina donde de seguro se encontraría el peliazul.

Aomine se encontraba viendo un programa matutino en la televisión mientras desayunaba cereal. Kagami prefirió ser lo más directo posible, dirigiéndose al moreno con voz fuerte diciéndole que tenían que hablar. El hombre más alto de ojos azules lo miro sorprendido por el tono que había usado con él, pero elegido ignorarlo, regresando su atención al televisor, dándole los buenos días con una sonrisa torcida. El pelirrojo estaba irritado, lo mejor era acabar con todo eso de una vez por todas.

—Por favor Aomine, al menos mírame cuando te hablo —dijo tratando de sonar lo más tranquilo posible.

El moreno lo miro serio, su novio lo había llamado Aomine en lugar de Daiki, añadiendo su aspecto decaído, quizás era algo grave lo que le sucedía

—Está bien, tienes toda mi atención —respondió apagando el televisor y moviendo el plato de cereal aun lado —; dime que ocurre.

—Es sobre nosotros, sobre nuestra relación —comenzó a hablar a la vez que se sentaba en una silla ubicada al lado contrario de Aomine quedando ambos frente a frente—. ¿Qué soy yo para ti?

—¿Qué? ¿Qué clase de pregunta es esa?, la respuesta es lógica Taiga, tu eres mi pareja —aseguro mirándolo extrañado.

Kagami suspiro y mirando directamente al moreno decidió cambiar la pregunta.

—No me refería a eso; lo que quiero saber es ¿Qué significo para ti?

—Mmm.... —meditó un poco su respuesta, pasando una mano por su nuca y mirando hacia otro lado le contesto—. Bueno, tu eres mi novio, mi mayor rival en el baloncesto, el único que aguanta mis bromas pesadas y mi comportamiento —Se quedó callado por unos instantes—. No sé qué más quieres que te diga.

—Pero ¿Tú me amas? —preguntó albergando gran esperanza en su interior por escuchar que el chico frente a él dijera que si—. Por favor se completamente sincero.

Aomine no sabía que responder; sin duda sentía algo por el pelirrojo, pero no estaba seguro de que fuera amor. Continuamente había alguien más en su mente, alguien a quien no podía olvidar por más que lo intentara. Y quizás esa era la razón por la cual no podía ser completamente feliz con Kagami, ni podría amarlo como debía. Por la sencilla razón de que él ya amaba a alguien más.

—Yo...claro que te amo —respondió inseguro desviando la mirada.

—Dímelo viéndome a los ojos Aomine —exigió poniéndose de pie acercándose más al moreno.

Daiki lo miraba acercarse, sintiendo una rara sensación en su interior, de que quizás ese era el momento de decirle la verdad al pelirrojo, que no lo amaba y que estaba enamorado de otra persona. Pero como decírselo sin hacerlo sufrir, estaba consciente de que Kagami no se lo merecía y que debió contárselo hace mucho tiempo, pero nunca encontró las palabras ni el momento correcto para hacerlo.

—¡¡¡Vamos!!!, solo dilo, ¿Tú me amas? —Le grito a la vez que sus ojos se llenaban de lágrimas—. Solo tienes que responder si o no.

Aomine se acercó lentamente hacia el de cabellos bicolor tratando de calmarlo.

—Kagami, cálmate por favor —Se sentía fatal al mirar al pelirrojo de esa manera y más por saber que era culpa suya.

—No, Aomine, solo responde —Tomó al peliazul de la playera que llevaba puesta y comenzó a jalonearlo—. ¡¡¡Hazlo!!! ¿Alguna vez me amaste? —Le gritó directamente en la cara.

—¡¡No!! No te amo, nunca te ame; ¿eso es lo que querías oír? —respondió de manera brusca, arrepintiéndose de inmediato por lo que había dicho. Se soltó de su agarre y dio unos pasos hacia atrás.

Kagami mantenía la cabeza gacha mirando a sus pies. Abundantes lagrimas había comenzado a salir de sus ojos color carmesí, escurrían con lentitud por sus mejillas y caían al suelo.

El peliazul estaba arrepentido por la forma tan cruel en que se lo dijo. Y dando unos pasos hacia Kagami puso una mano en su hombro.

—Taiga, yo, de verdad lo siento.

El pelirrojo rápidamente quito la mano del otro y apretando los puños a sus costados lo miro con rabia.

—¿Es por qué tú amas a Kise, cierto?

Aomine lo miro impactado, nunca imagino que Kagami lo supiera. ¿Pero cómo se enteró? ¿Alguien se la había dicho? Pero nadie la sabia, entonces como es que lo supo.

—¿Cómo? Kagami, ¿Tú ya lo sabias?

—Era más que obvio. Anoche tú me llamaste por su nombre.

El peliazul lo miro con los ojos muy abiertos, retrocedió un poco, mirando hacia todas partes, tratando de recordar en qué momento había pasado eso. ¿Se había acostado con Taiga y lo había llamado por el nombre de Kise? Finalmente choco con la pared, apoyo sus manos en esta y miro a Kagami quien se limpiaba las lágrimas.

—Taiga, lo lamento mucho, en serio lo lamento. Siento mucho que todo esto pasara. Por favor perdona...

—¡Cállate, Aomine! Como puedes decir eso. Esta ni siquiera fue la primera vez que sucedió —Soltó una risa amarga y volvió a mirarlo—. Pero de verdad creí que llegarías a amarme; es claro que no fue así. Tu solo me usaste para olvidarte de él.

Daiki abrió la boca para decir algo, pero inmediatamente el pelirrojo volvió a hablar.

—No, ya no digas nada, ya escuché todo lo que necesitaba—agregó con dolor—. Voy a salir a comprar unas cosas; te pido que cuando regrese tú ya no estés aquí.

Dio media vuelta y se dirigió a su habitación; unos minutos después salio del departamento sin voltear a ver al moreno quien se encontraba todavía en el mismo lugar donde lo había dejado. Este había pensado en seguirlo, pero sinceramente no sabía que decirle, una simple disculpa no bastaría para remediar lo que había hecho. Con simpleza camino hacia la habitación, tomo una maleta y comenzó a guardar sus cosas. Veinte minutos después salio del departamento, cerró la puerta y dejo las llaves en una maceta cercana, sabía que el pelirrojo las buscaría ahí.

Horas más tarde Kagami regreso con solo un par de bolsas con comida, cruzó la puerta del departamento, encendió la luz, se dirigió a la habitación y cuando comprobó que Aomine ya se había ido comenzó a llorar; se arrojó al sofá y lloró como pocas veces en su vida lo había hecho, hasta que se quedó dormido.

Notas finales:

Gracias por leer :) 


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