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"GRANADA" por Akatsuki-san

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Le dolía su cabeza hasta el punto de pensar que se le partiría en dos, era un dolor agudo y punzante que parecía crecer cada que intentaba abrir los ojos.

Oh dioses, no volvería a beber de esa manera (al menos no esa noche) tenía náusea matutinas como era de costumbre.

¡Maldita resaca!

Trato de enfocar la vista y lo primero que noto era que aquel cuarto no era su cuarto pero si era extrañamente familiar.

Sus ojos se abrieron de golpe y ya no le importó que el dolor en su cabeza aumentará, vagando en la habitación no tardó mucho en dar con el cuerpo de Shuhei, medio desnudo y tirado al otro extremo del futón.

Maldición!

— Shuhei. — susurro su nombre con tanta incertidumbre y deseando que este despertara y dijera que nada paso la noche anterior.

Su amigo dio un alarido inentendible y solo todo un poco más a su izquierda jalando la manta.
Renji se estaba enojando y sentía aún más culpa, oh! Sí tan solo hubiese escuchado a Byakuya ayer y no hubiese asistido a esa maldita salida. Ahorita no tendría problemas con su conciencia.

No era como si hubiese planeado beber y terminar en la casa de su amigo, es más… no recordaba nada de lo que dijo e hizo anoche. Solo bebió hasta ponerse como una cuba y lo más seguro es que hubiese echo el ridículo al igual que sus demás amigos.
Excepto Momo claro, ella era un pan de Dios que nunca sería vista haciendo algo tan impropio… si tan sólo fuera tan prudente como Momo no estaría pasando por esto.

Un momento, paso sus manos por su cuerpo y la sonrisa se asomó, por un momento el sol parecía brillarle, tenía ropa. El tenía su ropa puesta… mejor a un… ahora un poco más consiente de su cuerpo noto  que aparte de la resaca no había ninguna otra incomodidad en su cuerpo.

Ahora sólo tenía que salir de la casa de Hisagi sin que nadie se diera cuenta que había pasado la noche juntos. Muchos en la sociedad de almas sabían de su antigua mmm “experimentación” con su senpai cuando aún eran alumnos… no duraron casi nada por que Hisagi prefería las mujeres con grandes pechos y por qué Renji se dio cuenta que si bien, Hisagi era atractivo lo veía como un hermano. Tal vez fue ese el echo que hizo que su amistad no se viera ininterrumpida por un error como el de haber salido juntos, pero, pero, siempre hay cola que le pisen y si tan solo Byakuya supiera de esa relación que mantuvieron lo más probable es que esa amistad hubiese sido acabada hace mucho tiempo, pero ahora… si Byakuya se enteraba de eso y más aparta de que había pasado la noche en casa de dicho amigo con el que ya tiene cierta rivalidad inexistente estaría muerto.
¿Era su culpa? Completamente, si el le hubiese dicho desde el principio que había salido con Hisagi Shuhei puede que Byakuya se hubiese molestado e incluso prohibiera volver a verlo pero no lo hizo por el simple echo de que disfrutaba ver a Byakuya celoso.

Cuando tendría una oportunidad como esa en su vida, él se sentía celoso cada que alguien caía cautivado por el frío temperamento de Byakuya o por su muy buena apariencia… en su caso, Byakuya mostraba sus emociones con tan poca frecuencia que realmente podrías cuestionarte si era capaz de sentir algo. Renji estaba seguro que Byakuya intuía que entre ellos había pasado algo, y por eso reaccionaba de esa forma con el teniente del 7°. 

En fin, las cosas buenas duraban en ocasiones muy poco tiempo y si lo pensaba bien prefería hablar con Byakuya personalmente antes que otra persona lo hiciera.

Bien dicen que el pez por su propia boca muere.

Rápidamente se compuso su ropa, pasaría a su casa y se daría un baño y colocaría un uniforme limpio antes de irse a la división y tratar de que Byakuya no lo matara.

Oh al menos esa fue su idea, el universo en ocasiones le demostraba a Renji que era un niño indeciso que para su desgracia disfrutaba de causar caos en su vida.

Tan pronto como abrió la puerta para salir rumbo a su división chocó contra el pecho de alguien, alguien que conocía muy bien y que distinguiría con los ojos cerrados debido a su aroma que lo enloquecía pero en esto momentos Renji sintió un escalofrío y no por placer sí no por miedo puro.

Ni siquiera quería alzar la vista, cuando fue la última vez que se había sentido tan asustado, no… ni siquiera de niño se sintió así. Acaso estaba temblando, de alguna manera las náuseas lograron volver.

— Renji. —

El tono era tan bajo que corto por completo el hilo de sus pensamientos y se quedó por completo en blanco sin saber que hacer o decir. Antes de poder reaccionar Byakuya uso paso flash para pasar a su lado, cuando se dio cuenta que era lo que Byakuya quería encontrar se movió igual de rápido.

Hisagi están despierto ahora y miraba fijamente al capitán del sexto  escuadrón quien mantenía una mano apoyada sobre su zampaku-tō a punto de liberarla.

— Byakuya, aquí no pasó nada. —

Pero eso no apareció hacer reaccionar o provocar algún cambio en el noble.

— Se que parece como si me hubiese acostado con Hisagi pero te puedo jurar que no lo hice. Suelta tu espada, y hablemos, sé que no eres imprudente como yo y no quieres causar daños. —

— Te vas de fiesta con tus amigos cuando fui claro acerca de cuánto me desagradaba esa idea, más aún te encuentro en la pocilga de la persona con la que menos quiero verte donde evidentemente pasaste la noche y el yace semi desnudo y dices que confíe en ti —

Bien, eso sonaba bastante mal si lo ponían de esa forma y más aún si salía de los labios de su futuro esposo.

—Sí. —

El golpe fue rápido y sonó bastante fuerte en una habitación que se había mantenido en silencio por lo tensa de la situación. Hisagi estaba impactado por lo que acaba de presenciar, pero reaccionó rápido al apuntar su espada contra el capitán Kuchiki.

Y la sorpresa no se detuvo cuando fue el mismo Renji fue el que bajo su espada y se interpuso.

— Guarda tu espada Hisagi, —

— Pero Renji… —

— No, en serio yo puedo manejar esto. Solo trata de no decirle a nadie sí. —

No le quedó más de otra que obedecer, no pudo hacer nada más que ver cómo su amigo se alejaba junto a su prometido.

***

En todo el trayecto Renji siguiente a Byakuya de manera ciega sin ver qué en realidad no sé dirigían al sexto escuadrón si no a la mansión Kuchiki.

Tampoco notó la mirada de los sirviente que parecían desconcertados al ver a su señor volver antes de que terminara su jornada laboral.

Solo sentía el calor de su mejilla que poco a poco comenzaba a inflamarse y quizá tiñéndose de un leve color  lavanda. Había recibido golpes más duros, golpes fatales y heridas de muerte, esa bofetada era nada comparado con los que obtuvo en batalla, más sin en cambio esté parecía haberlo quebrado por completo y destruido sus simientes.

— Byakuya… — no hubo respuesta. — Byakuya… — su voz estaba saliendo tan quebrada. — Byakuya por favor escúchame, entre Hisagi y yo no paso nada… yo… no me acosté con el anoche… — pero el siguió ignorando sus palabras y avanzó.

Corrió y se interpuso entre el paso del noble, no le importaba que Byakuya lo viera tan doblegado pero quería que al menos lo mirará a los ojos mientras decía la verdad. — Byakuya por favor créeme, te estoy diciendo la verdad. — Byakuya lo miro al fin, fue sólo un instante antes de cerrar los ojos y volver a reanudar su paso.
Esto solo hizo que se sintiera más devastado y de alguna manera enojado. Lo siguió, por supuesto si Byakuya quería escuchar que tenía la razón en todo entonces Renji se la daría; así que cuando llegaron a la habitación del noble donde esté parecía estarlo esperando de espaldas Renji hablo si se puede decir así. 
      

— ¡Quieres que te diga que me acosté con Hisagi, si eso es lo que quieres escuchar por mí está  bien, sí me acosté con él… y fue tan bueno que no recuerdo nada. —

— Te das cuenta de lo cínico que te escuchas Renji. —

— Que importa si soy cínico o no, por que si es verdad o mentira de todos modos no me crees. Así qué que más da. —

— Sí esto es lo que  tienes que decir al respecto de esta situación lo prudente sería detener la boda ahora que estamos a tiempo, y que las invitaciones no han sido entregadas. Puedes conservar el anillo o hacer lo que quieras con el. —

Tenía algo que decir, por supuesto que no. Podría humillarse un poco y tragarse su orgullo aún más por Byakuya. La respuesta era no, Renji sentía que ya no podía y ese era el problema, sentía ese miedo constante a cometer errores estúpidos y que sus fallas fueran tan enormes que fueran difíciles de ocultar, el sol no se tapa con un dedo y Renji había intentado embellecer todo lo malo de su relación siempre, pero ahora todo ese maquillaje parecía estarse lavando y cayendo por pedazos dejando ver solo las imperfecciones.

 


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