Esa cosa ha estado silenciosa últimamente. Si estas fueran circunstancias normales sería algo bueno, pero no son circunstancias normales. Como estamos unidos estoy sintiendo a cada pocos momentos ese vacío, enojo, tristeza… todo lo que esa cosa esta sintiendo. No es agradable, ya hasta siento pena por ese monstruo que nos encontró, y yo ni lo conocí. Lamentablemente es como si lo hubiera conocido.
Tengo algunos retazos de recuerdos que no son míos, porque yo nunca he estado en ese lugar oscuro, ni he sido seguido por esa cosa en un sinfín de formas. Pero estoy comenzando a sentir pequeñas cosas debido a eso.
— no deberías husmear en mi mente— me dice.
— Mira quién habla de husmear en la mente de los demás— él resopla, aburrido.
— yo no husmeo en la mente de los demás, los demás no controlan lo que piensan y es como si me estuvieran gritando sus intimidades. Y no me refiero a esas intimidades, cerdo.
— ah, solo cállate.
— Umm— si había pensado que esta cosa era insoportable cuando no se callaba, ahora que esta apática es muchísimo peor. La verdad, estos días he visto más cosas de las que me gustaría saber de un monstruo, pero muchas cosas han sido útiles. Ahora se sobre esa urgencia de encontrar y terminar con los asesinatos, ahora sé que sea lo que sea que esté pasando… no es culpa de ellos.
Vi por mi mismo como esa otra pesadilla no podía detenerse, nos ataco aun si era amigo de Tchess. Parece que la situación es más grave de lo que pensamos, si ha llamado la atención de esas cosas también.
— ¿pueden enloquecer? A los monstruos me refiero.
— ¿enloquecer? No. podemos aburrirnos mucho, desesperarnos. Pero no enloquecer. Tampoco nos aburrimos mucho, siempre hay cosas nuevas que explorar. ¿Piensas que Ramaare enloqueció?
— Quizá— le miro, sentado en la mesa, apoyando el rostro en una mano y moviendo una cuchara con la otra, una pose que denota apatía por donde mire.
—si no te gusta no mires.
— y yo que pensé que los monstruos…— me detengo cuando me mira, una mirada sombría.
— ¿pensaste que no teníamos sentimientos? Vaya novedad. Y sí, estoy un poco triste por Ramaare, pero estoy más preocupado por lo que paso. No entiendo que paso, como paso. ¿Viste lo mismo que yo?
— ¿esa maldita cosa a punto de matarnos?
— si… ¿Y si es así con todas esas muertes? ¿Si realmente no hay una opción para nosotros? Sé que Ramaare no me atacaría, si lo hizo lo hizo contra su voluntad…— lo que piensa y siente en estos momentos es muy profundo, porque incluso yo lo estoy sintiendo.
— supongo que lo averiguaremos.
— supones ¿eh? Si, suena bien. Iridian, no creas que he terminado contigo, hay mucho mas que no sabes de todo esto, y no, no te lo diré ahora.
— Solo fanfarroneas— sonrió un poco. No trato de animarle, es solo que no soporto tanta mierda. Suficiente tengo con mis propios problemas como para añadirle los de alguien más. Detesto admitir que realmente estar recibiendo pensamientos y emociones de otra persona es agobiante, molesto. No sé cómo le hace para soportarlo.
No se ha quejado por estar en casa, cuando salgo se limita a seguirme, a veces como humano y otras no le veo. No se queja por lo que hago, y es bueno tener mi mente para mí, aparentemente. Solo han pasado dos días, no he ido a hablar de eso con nadie más, porque es algo que no tiene sentido.
Me di cuenta de que la mayor parte de las cosas que se, son incorrectas.
— no es que vaya a ponerme a desmentirte todo lo que sabes ¿no crees?— Tchess me sonríe desde la mesa. ¿Qué no se supone que esa cosa estaba deprimida?— deprimido es un término muy grave para esto, y no pude evitar responder a esos lindos pensamientos que tenias.
— Entrometido— su sonrisa se hace más grande.
— decidí que es importante pensar claramente en esto. Es una pista, pero es como tener los bordes de un rompecabezas— que cambio tan drástico. Debería preguntarle como hago para no escucharle todo el tiempo.
— entonces solo tenemos que ordenar los colores. ¿Qué? Me gustan los rompecabezas.
— que sorpresa. Si, supongo que solo es eso. ¿Ibas a salir? Creí escucharlo esta mañana mientras revisabas el refrigerador.
Necesito hacer las compras de la semana. Aun es temprano, pero siento la necesidad de salir, una necesidad que no es mía. Tchess camina un poco por delante de mí, y todo parece normal, de no ser porque le conocí antes. Realmente no quiero pensar cosas agradables sobre él, decirle algo sobre lo que paso. Se supone que no somos amigos, que nos queremos matar, no debería querer hacerle sentir mejor.
— ¿A dónde vas?
— ¿ah? ¿Cómo que a donde? Quedan tiendas allá.
— No necesito nada de allá— son tiendas de ropa. Hace una mueca cuando no me muevo. Nos miramos un rato, ninguno se mueve.
— No pienso comprarte nada— él suelta una risa primero, luego una carcajada escandalosa que hace que algunas persona volteen a mirarnos. Le miro mal, pero él sigue riendo. Me pongo a pensar sin parar “Cállate, cállate” poco a poco, deja de reír. A veces, me cuesta mucho ponerme muy molesto al verle, porque recuerdo a Lev. Lev no reía de esta forma, y me hace preguntarme si se vería así.
— no necesito ropa, ni nada. Quiero ir a ver solo para imitarlas yo mismo. Mira, ve a ese chico— me tomo mi tiempo para voltear, porque no quiero que esa cosa piense que ahora puede darme ordenes. Apenas le miro unos momentos. Cuando vuelvo a mirar a Tchess, su ropa ha cambiado a la misma que traía el chico que me señalo— ¿Lo ves? Es útil.
— es falso.
— tecnicismos. Pero bueno, si no quieres ir allá, está bien— alza las manos como rindiéndose. La salida del lugar está llena, no entiendo porque hay tantas personas. Al parecer hay algún evento dentro de la tienda. Mientras avanzamos a la salida, es imposible no notar como la gran mayoría de las chicas que pasan, dirigen sus miradas hacia Tchess. No sé si lo escucho de mis pensamientos, pero se dedica a sonreírle o guiñarle el ojo a toda chica que le mira.
— ¿Qué demonios haces? Muévete.
— no es mi culpa que ellas se detengan.
— No dejas de seguirles el juego— al fin logramos salir a la calle. Estoy cansándome del mundo normal, extraño demasiado las salidas a cazar, a investigar. Incluso los entrenamientos con Jayden y Kayden.
— ¿estás celoso? Antes tenías a Lev para ti solo, ahora… bueno, puedo aprovechar la oportunidad que tengo al permanecer aquí.
— no estoy celoso. Eres insoportable, y tengo que aguantarte.
— Auch, eso hiere mis sentimientos ¿sabes?
— idiota.
— Si tuviera otra apariencia ¿te molestaría que hablara con los demás?— me encojo de hombros. No puedo decir que tanto tiene que ver el hecho de que sea idéntico a Lev con que me moleste por eso. Quizá mucho, quizá me molestaría igual verlo tontear siendo alguien más. En un parpadeo, ya no es Lev quien está a mi lado. Es una chica, nos la cruzamos cuando íbamos saliendo— incluso tú notas a alguien como ella ¿no?
— ¿Qué mierda estás haciendo ahora?
— Investigando— tiene una voz chillona, una ropa muy poco apropiada para salir y un cuerpo muy… llamativo. Suelta una risita, llevando su mano a la boca pintada de rosa— esto es divertido. Deberías ver tu cara ahora mismo. Ah… ¡Hola!— ¿Qué hace?
— hey…— le veo caminar rápido hacia un grupo de chicos sentados en una calle. ¿Es en serio? ¿Qué demonios…? Pongo los ojos en blanco. En serio ¿en qué piensa esa maldita cosa?— ¿terminaste?
— ¿Eh?— le tomó del brazo, con la delicadeza que usaría para tratar a un monstruo. Escucho algunos reclamos de los chicos con los que hablo— ¿entonces si te molesta que hable con alguien más?
— ellos querían todo menos hablar— sonríe, de nuevo esa sonrisa que no es humana del todo. Sus ojos se estrechan.
— ¿y tú?
— ¿ah? ¿Es una maldita broma?— no es algo que me interese saber, ¿Por qué preguntaría sobre si esas cosas tienen sexo o no?— deja de decir tonterías— otra risa.
— claro que podemos, no es común, pero tampoco imposible. Aunque nunca lo he hecho, ¿no querrías ayudarme con eso?— me dan ganas de golpearle, en serio, quiero golpearle. Me detiene solo el hecho de que me dolerá si le golpeo, y que en la calle me verán golpeando brutalmente a una chica. Mis pensamientos le dan otro ataque de risas tontas, lo sé porque lo escuche en sus pensamientos— tampoco nos reproducimos así.
— eso es algo que preguntaría Hackett, no yo.
— solo era un comentario ¿entonces no?— esa cosa esta tentando su suerte. Estoy valorando si vale la pena unos segundos de dolor por callarle. Sigue parloteando sobre tonterías mientras llegamos a la casa, con su nueva apariencia, parece que llama más la atención que antes. ¿Dónde quedo ese monstruo deprimido de los últimos días? en serio, no sé qué es peor. Es igual de insoportable— pero no puedes vivir sin mí.
— idiota.
— eh, me sorprende que no sientas nada al pensar en golpearme siendo una chica. Normalmente los demás no lo harían— yo no soy como los demás. Sé que es una pesadilla y no un humano, que tengo que matarle en algún momento y por ahora solo estamos colaborando. Aunque creo que deberíamos fijar algunas reglas.
— oye tu…
— no quiero reglas. No me interesa— le miro, resoplando. Cierro la puerta y dejo las cosas en la mesa de la cocina. Le encuentro viendo televisión, sentado en el suelo de forma no muy decorosa para una chica.
— no es opcional.
— tú teléfono tiene un mensaje.
— puede esperar. Primero, nada de apariencias llamativas, todavía tengo una reputación que mantener, y si te paseas de esa forma… ni se te ocurra, estúpido monstruo— sonríe. Acaba de pensar en lo divertido que sería tomar formas de diferentes chicas y pasear por la puerta o el balcón. Mientras sonríe, vuelve a tomar la forma de Lev.
— no seas aburrido.
— Nada de hacer tonterías— le digo, ignorándolo.
— ¿eso es el numero dos?
— y se discreto cuando hables con los demás— me ignora. O al menos lo finge— son las condiciones que pongo para que podamos convivir sin querer matarnos.
— si tu pones condiciones entonces yo también voy a poner las mías— me mira, entrecerrando los ojos— llámame por mi nombre, no me insultes. Deja de tratarme como perro. Y ten más respeto— nos miramos, ninguno dispuesto a ceder.
— Es justo— respondo, caminando al teléfono— en vista de que podemos pasar el resto de nuestros días soportándonos.
— Deberías comenzar a buscar otros pasatiempos— le voy a responder que no lo hare hasta estar seguro que no hay otra solución, cuando las palabras de Chiara en la contestadora me dejan callado. Incluso Tchess se queda callado. Nos miramos, como si de pronto estuviéramos en otro lugar, en otro momento. El mensaje aun resonando en la sala.
Iridian, Alice despertó.
El lugar donde Chiara dejo a Alice no es para nada como la clínica psiquiátrica que había pensado. Es solo una casa amplia, acondicionada para ser todavía más cómoda. Veo el auto amarillo de Chiara en la calle y me detengo unos cuantos autos adelante.
No me acordaba de la chica, quiero decir que se me olvido solo por un descuido, pero la verdad es que no pensé que ella nos vaya a ayudar mucho con esta situación, en su estado, tan poco conectado a la realidad, no pensé que ella volvería a estar normal. Tchess se ríe a mi lado, de seguro por lo que estoy pensando, pero no me parece nada gracioso.
— ¡Chiara!— él se adelanta primero, saludando a mi amiga como si la conociera como yo. Seguramente la conoce como yo, al estar husmeando en mi mente. Esas pequeñas cosas me molestan, pero resultan raras a la vez. No me tengo que esforzar mucho para explicar nada.
— ah, hola Tchess, Iridian. Ya sé que quieren entrar de inmediato, pero decidieron darle una revisión más para estar seguros. Estoy aquí desde esta tarde. Le dije a Santiago que se fuera a casa por hoy. Aunque realmente pensé que llegarías hace horas— me dice. Hago que se siente en uno de los mullidos sofás que hay en el lugar. Parece algo cansada, y dudo mucho en contarle o no lo que nos pasó. Tchess suspira, y asiente levemente. Tengo que contarle.
— tuvimos un problema. Fui… nos atacó otra pesadilla. Vimos como paso, como posiblemente pasa con los cadáveres— ella mira a Tchess, como pidiéndole que le confirme mis palabras ¿acaso no me cree? Tchess le sonríe.
— creo que hacen que pierdan la cordura, como Alice. No me reconoció, aunque éramos amigos. Intento matarnos hasta que pude defendernos. Iridian casi se pone a llorar y se hace encima.
— idiota. Estuvimos ocupados con eso, y con el hecho de que esa cosa se puso a llorar al darse cuenta de que ya no iba a ver a su amigo.
— Yo no llore— Chiara nos da un golpe en el brazo a cada uno.
— no es divertido. Es algo grave, tontos. ¿Saben que paso? porque si es algo tan grave como que ni siquiera pudieron contarlo antes, entonces…
— no es eso. Realmente no estaba de humor para hacer nada— señalo a Tchess— pero no estaría de más que tuvieras más cuidado, quizá le pida a alguien que este contigo un tiempo, en lo que el bebé nace— ni siquiera puedo imaginar lo que pasaría si Chiara se encuentra con algo como eso en el estado en el que está. Creo que apenas y puede caminar sin agitarse. Tchess está serio por una vez, siento un mudo consentimiento con mi pensamiento. Le cuento lo menos detallado posible lo que paso, Tchess se niega a hablar. Chiara escucha con atención hasta que termino.
— creo que deberíamos contarle a Evans. Él es inteligente y quizá se le ocurra algo.
— ¿Qué sabes de la chica? ¿De Alice?— es Tchess quien pregunta— ¿no ha pasado nada raro por aquí?
— no. realmente estoy sorprendida. Esperaba que las cosas se pusieran difíciles con esa pesadilla, pero parece que está muy interesado en que ella se recupere. Incluso pensé… que podía ser obra de él, su recuperación tan rápida— Tchess se encoge de hombros.
— podemos hacer cualquier cosa que imaginen los demás. No estás tan mal. Si los cuidadores pensaron que Hattely podía ayudar, eso fue en lo que se convirtió. Y como Alice no le está limitando a cada segundo— siento la recriminación hacia mí.
— oh, vaya…
— sí, exacto. ¿Cuándo podemos pasar a verla?
— eh... quizá debamos esperar a que alguien le explique qué está pasando, no queremos que se vuelva a confundir— una mujer de rostro amable, y algo mayor, sale de una puerta. Nos mira, pero no sonríe. Parece que no le agrada que estemos aquí. Chiara se levanta con dificultad y va a hablar con ella. Nos hace una seña unos segundos después. La mujer abre la puerta.
— si la alteran mucho los voy a echar— nos enfrentamos a otro pasillo, más largo, pero bien iluminado— es la puerta diez— Caminamos, yo voy mirando los números de las puertas y me detengo en la diez. Toco un par de veces antes de abrir. La habitación es rosa y blanca, hay mucha luz. Alice está en la cama, mirándome. Ya no parece vivir en otro mundo. La pesadilla, Hattely, está a su lado, abrazándola de forma protectora.
— eh… queremos hacerte unas preguntas, si te sientes bien…— recibo un codazo en las costillas. Chiara se adelanta.
— ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?— la chica la ignora, sigue con los ojos fijos en mí.
— Tú eres Iridian— no es una pregunta. Mira a Hattely— lo describiste muy bien. Muchas gracias por sacarme del bosque, me lo han contado todo— mientras habla, logro percibir que aún queda algo de locura en sus ojos— pero… me gustaría irme.
— ¿irte? ¿Tienes familia?— ella agacha la mirada.
— Alice no tiene familia, pero no necesitamos a nadie más para poder vivir. Mucho menos de los cazadores.
— Hatt— le reclama— lo lamento, pero…
— ¿sabes quién hizo esto? ¿Por qué estamos unidos a estas pesadillas?— señalo a Hattely. Ella le mira y luego a mí.
— ¿Qué hago? ¿Crees que…?— luego de eso parecen tener una conversación interna, porque les veo negar o asentir con la cabeza. Ella parece que va a llorar— está bien. Pero… quisiera que me ayuden
— haremos lo que podamos. ¿Sabes quién te hizo eso?
— Mi hermano, Leo…
— no es su hermano, él la ayudo cuando Alice no tenía donde vivir— hay cierto rencor en la voz de Hattely. Solo porque Chiara me impide pasar, no me acerco a la chica, pero ahora mismo quiero saber todo sobre su supuesto hermano.
— ¿Cómo lo hizo? ¿Dónde está tu hermano? ¿Lo sabes? Dime donde puedo encontrarlo— ella niega con la cabeza.
— no lo sé, él…— la miramos, parece que continua hablando, pero no dice nada— me fui de casa antes de que él quisiera hacerle daño a Hatt. No puedo… no puedo…— parece que ella esta hiperventilando.
—No lo parece, esta hiperventilando— miramos como la mujer que nos acompaño intenta calmar a Alice, susurrándole palabras tranquilas.
— tranquila, Alice. Está bien— Chiara también intenta calmarla. Hattely se acerca a nosotros.
— el hermano de Alice era bueno al inicio, no sé cómo termine con Alice, no lo entiendo, pero no esta tan mal, su hermano pasaba mucho tiempo con nosotros, nos pedía que hiciéramos cosas, cosas sencillas como decir lo que estaba pensado el otro, o hacer que Alice me diera otra forma. Después de un tiempo… Leo cambio, se puso raro, decía cosas todo el tiempo. Pasaba mucho tiempo a solas, en su sótano o fuera de casa. Alice y yo nos quedábamos solos, pero era divertido.
— ¿No te molestaste por no poder moverte como querías?— yo más bien pienso en el sótano. ¿Sería ese mismo sótano donde desperté? ¿Ese que está en mis recuerdos y en los de Tchess?
— al inicio sí, pero Alice es buena. Y no la pasábamos mal. Leo y Alice discutieron un día, Alice quería saber que hacia leo en el sótano de la casa, porque nunca nos dejo entrar. Ese día, Alice siguió a Leo, me dijo que me quedara en la escalera. Alice… No sé qué fue lo que vio, pero algo se rompió en Alice ese día. Ella no fue la misma, y luego…
— escaparon.
— es lo único que recuerda. Lo he intentado, ver los recuerdos de ese día, pero ella no recuerda nada, es como si su cabeza estuviera rota.
—umm ¿Dónde quedaba esa casa?
— no lo sé. Alice nunca pregunto, y yo no salía sin Alice. Y no, no se regresar. Anduvimos por muchos lados, escondiéndonos. Sé que el hermano de Alice nos está buscando, pero… algo malo va a pasar si nos encuentra— Tchess me mira, no sonríe.
— ¿Cómo lo sabes?— es la muda pregunta que se hace y que yo no puedo evitar.
— eso es lo único que estaba en la cabeza de Alice cuando no estaba bien. Yo le creo, si ella dice eso, entonces yo le creo.
— bueno, al menos es algo. ¿Cómo es el hermano de Alice?
— te lo mostraría, pero…— dirigió a Alice una mirada preocupada. Ella todavía no está del todo bien, aunque esta calmada. Dudo mucho que le haga bien ver de pronto a su hermano en la habitación— quizá después— mientras veo su mirada, caigo en cuenta de que es lo que me molestaba de esta pesadilla. Este chico muestra una preocupación tan grande por Alice, que no es normal. Parece que se preocupara en serio de esa chica.
— eso es porque se preocupa en serio. Están muy apegados. A saber hace cuanto tiempo que están juntos.
— ¿Qué pasa?— Alice nos mira.
— hablaba con Iridian y Tchess.
— ¿Tchess?— ella lo mira. Espero las bromas de Tchess, porque siento su burla a través de ese vínculo extraño. Pero apenas abre la boca, la chica suelta un jadeo. Su cara se tuerce en una cara de pánico, horror— No, no…
— ¿Alice?
— ¡Tu no debes estar aquí! No, vete… vuelve a ese lugar, no debes estar… vete a través del espejo, si te quedas… ¡escapa ahora que puedes!— Alice se inclina sobre sí misma, gime y balbucea entre frases. Sus manos se pasan frenéticamente por su cabello.
— ¡Fuera!— la mujer, que hasta hace unos segundos me parecía amable, ahora es una mujer capaz de sacarnos a todos con un empujón. Todos excepto Hattely. Mientras miramos la puerta, todavía sin entender que ha sido todo eso, dos chicos más pasan corriendo y entran a la habitación de la que nos acaban de echar.
— ¿Qué quiso decir con eso? ¿Por qué no puedes estar aquí?
— no lo sé… estoy igual de sorprendido que tu— Chiara y yo miramos a Tchess, esperando una respuesta que no tiene.
Todavía escuchamos los gritos de Alice mientras salimos del pasillo.