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Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola~

 

Otro capítulo mas lleno de acción, espeero les guste. Tambien hay un poco de romance en el incio de una parejita que quiza les guste. 

¡Muchas gracias por los comentarios! Me hace feliz ver que les esta gustando esta historia.

Debes olvidarte de los fantasmas para convertirte en uno de ellos.

 

— Alice, creo que podemos dejarlo ya. Casi va a amanecer— afuera todavía está oscuro.  No puedo ver la calle desde la ventana de este lugar— ¿Alice?

— no tengo sueño.

— quizá porque yo tampoco lo tengo, pero necesitas dormir— Siento su preocupación, me hace sentir tranquila y sonreírle.

— no pasa nada si no duermo una noche. ¿No se supone que eso hacen los adolescentes?— aunque nunca he sido una adolecente normal, ni siquiera fui una niña normal. No tenía amigos,  siempre estaba sola en casa o a veces con Leo. 

Ah, Leo… me cuesta creer que Leo haya hecho todo lo que dicen. El Leo que yo conocí era una buena persona, amable y siempre atento. Me ayudo cuando nadie más lo hizo,  y me mantuvo con él aunque no tenía por qué. Pero sé que es verdad, todo lo que han dicho es verdad. No recuerdo que paso esa noche que hui de casa, lo intento y sé que lo que vi allí dentro me hace creerle a estas personas.

— sabremos que paso, Alice, no te preocupes.

— no sé si quiero saberlo, lo que debí haber visto… tengo miedo. No, no de lo que veré o lo que está pasando, tengo miedo de darme cuenta que todo fue falso, que Leo en realidad no era quien creí.

— yo también pensé que era una buena persona.

—  ¿Qué haremos?

— no lo sé… yo quería irme, escapar lejos de todo esto. Pero tú quieres quedarte. No es tu culpa lo que está pasando, Alice, no tienes que resolverle nada a nadie. Sé que no tenemos a donde ir, pero estaremos juntos.

— lo sé. Sé que eres el único que va a estar allí para mí.

— ¿Qué quieres hacer? Ah, se despertó…— dice, bajando la voz. Yo no escucho nada, pero gracias a Hatt, siento como Chiara se mueve, siento la vibración de sus pies en el suelo, el ruido de las cosas que toca cuando se mueve.

— quiero quedarme, sé que no puedo hacer mucho, pero… quiero quedarme. No quiero huir, y no puedo dejar que Leo le haga esto a nadie más— sonrió. No guardo secretos para Hatt, confió completamente en él más que en mi misma  así como él confía en mí y no me guarda secretos. O eso pensaba hasta hace poco. Yo no recordaba nada de lo que pasaba con Leo, no lo recuerdo, pero no estaba distraída el otro día. Vi como él me curo, como soporto mi dolor, aunque yo no lo recuerde. 

— ah, están despiertos ¿no es muy temprano?

— ¿debemos decirle?

— creo que a ella le gustaría saberlo, son sus amigos.

— ¿no crees que el bebé…? Quizá deberíamos llamar a Iridian para que venga primero y que él le cuente.

— paso algo, Iridian vino por la noche.

— ¿Iridian? ¿Está aquí?

— ¡Alice!

— no, solo vino a dejar un mensaje, a que nos aseguráramos de que todo está bien. Le prometimos que estaríamos vigilando, no sabemos qué es lo que paso. Creo que deberíamos llamarle, pero ¿no quieres comer algo primero?

—…

— Alice, eso fue muy poco cuidadoso. Chiara, Iridian dijo que llamaría si había algo grave, solo debe ser un incidente sin importancia— sé que eso no es verdad,  Hatt está más preocupado de lo que me quiere decir. Lo pienso un par de veces más, esperando que deje de ignorarme— Yo quiero comer algo.

— claro,  preparare el desayuno ¿Quieres algo, Alice?

— No, lo que sea está bien, iré a ayudarte cuando me cambie— Chiara me sonríe, y acomoda mi cabello tras mi oreja. Creo que sospecha algo, pero es muy amable. Es extraño, ni siquiera Leo, cuando era una buena persona se comportaba así conmigo.  Hatt siempre me ha dado buenos consejos, nos ha mantenido a salvo por todo este tiempo, y sé que no haría nada que me dañara, por eso sé que lo mejor sería irnos y alejarnos de aquí. Pero no puedo cuando creo que es justamente de este modo como debe sentirse tener una madre.

— Oh, Alice— Hatt me mira, hay ternura en sus ojos, he aprendido a ver más allá de lo que muestra, y no porque estemos unidos con lo que sea que nos una— ¿Por qué no me lo habías dicho?

— me acabo de dar cuenta. Ella… creo que me gustaría quedarme con ella, ha sido muy amable, y…

— es una humana,  quizá solo está siendo amable porque los otros se lo pidieron— eso es muy posible. No me importa tampoco, lo que estamos haciendo ahora, es muy real. Es completamente real— ya te dije que me quedare contigo, pase lo que pase.

— ¿Qué es lo que paso que no le quieres decir? ¿Estaban tan mal las cosas?

— no lo sé, si Tchess estaba  preocupado, creo que la cosa era seria, pero no escuchamos nada extraño. Tampoco llamo así que no creo que estén muertos, y lo que importa es que nosotros estamos vivos. Oye… Alice…— el pensamiento viene a mí como si yo lo pensara, he aprendido a distinguir entre lo que yo pienso y lo que él piensa. Y él acaba de darme una opción más en esta historia.

— No creo que a ella le guste esa idea— me siento mientras Hatt toma el cepillo y comienza a cepillarme el cabello— ella no va a dejar a sus amigos por venir con nosotros.

— quizá no por nosotros, pero si lo hará por su bebé. No lo va a poner en riesgo. Vendría con nosotros si no hay más opción, si todo parece que va a terminar. ¿Podremos irnos entonces?

— ¿Por qué quieres irte? ¿Tú no lo sientes así?

— yo no… no tuve una madre de la misma forma que los humanos, nosotros solo somos creados, no tenemos relaciones tan complejas como los humanos. Y por eso nos llaman monstruos— detengo su mano, sujetándola con fuerza.

— Tú no eres un monstruo— le digo, mirándole fijamente por medio del espejo— y no lo serás nunca,  no para mí, hagas lo que hagas, no serás nunca un monstruo. Hay… hay personas que son peores que tú, peores que todos.

— deberías bajar con Chiara, si todavía quieres ayudarle— le da un apretón a mi mano y me levanta. Le sonrió mientras le beso la mejilla, luego otro muy cerca de sus labios— Alice…

— Te va a descubrir, porque las pesadillas no comen nada— le digo, sacándole la lengua. Todavía hay cosas que hacer en la cocina, así que llegamos justo en el momento adecuado. Nunca tuve una familia, lo único que conocí fue la vida con Leo y Hatt, así que miro a escondidas a Chiara, como anda de un lado a otro, como murmura cosas para sí misma mientras  busca algo que perdió. Miro como camina con pesadez, como sus manos tocan su estómago con mucha frecuencia. Incluso como regaña a Hatt por no dejar las cosas en un lugar seguro.

— A mí no va a pasarme nada— le dice, cuando le termina de regañar porque dejo un cuchillo cerca del  borde.

— Aun así, no queremos un accidente— le dice, y le da un golpecito en el brazo— Lleva esto a la mesa— sonrió. Así es como debería ser una familia, una familia debería sentirse cálido, estar juntos y pasar momentos agradables. Me he dado cuenta de que Leo me cuido, pero no éramos una familia— Alice, también tienes que comer las verduras.

— pero no me gustan.

— Tienes que comerlas, no puedes desperdiciar la comida— me dirige una mirada que me dice que no tengo otra opción. Hatt sonríe, mirando a la mesa vacía delante de él. Como dije, él no come y aunque Chiara intento servirle algo, se libró de comer.  

creo que ella piensa que no comes suficiente.

— se preocupa por mí. Y también por ti.

— lo sé.

— ¿Qué sabes?— Chiara nos mira con curiosidad. Ninguno le responde, pero ella sonríe— es raro saber que ustedes pueden escucharse, pienso que es especial saber todo de otra persona, que es una buena forma de conocerse. Me pregunto cómo será, Iridian y Tchess no se soportaban cuando terminaron juntos, pero indudablemente se están llevando mejor— los dos asentimos.

— es porque conoces todo de la otra persona, sus intenciones, lo que siente. A menos que seas incapaz de sentir, es inevitable sentir algo. Nosotros no somos incapaces de sentir, por algo nos alimentamos del temor.   

— yo no escucho a Hatt todo el tiempo, pero sí que siento lo que él siente.

—  que tiernos son.  Se nota que son muy unidos— ella nos sonríe, no tiene idea… miro al plato de  cereal que tengo delante de mí, el estómago se me retuerce pero nunca sé si es agradable o no.

apuesto a que ella no ve nada malo.

— No quiero hablar de eso— nunca quiere hablar de eso.

sé que me hiciste creer que vivía en otro mundo, nunca dije que podías hacerlo, ¿Cuánto tiempo paso? me estuviste cuidando, llevando de un lado a otro, y aun así… ¿ni siquiera por eso?

 — Alice, no soy humano. No es…

— ¿y qué? sé que no eres humano, no me importa, y dudo que todo mundo note que no eres humano. ¿No importa lo que yo pienso?  A ella ciertamente no le importa. 

— pero… no podría…

— eres humano, eso es lo que eres ahora porque yo así lo quiero, te quiero— no escucho nada más. Hatt ha intentado negar esto que siento, no sé desde cuando comencé a sentir algo más que amistad. O al menos, lo que yo pienso que es estar enamorado. Solo conozco a Hatt, solo confió en él.

— ¿ahora qué?

 — nada, solo… estábamos conversando. Lo siento, a veces se me olvida que no estamos solos. Pasamos mucho tiempo solo nosotros dos, que es normal hablar entre nosotros por medio de pensamientos— le digo, moviendo las manos. Ella no parece molesta, sus cejas se juntan.

— debió ser difícil, tanto tiempo… me alegra de que estés con ella, puedo ver como la quieres, la quieres proteger de todo. Es noble— terminamos de desayunar sin decir nada más.  Estoy convencida de que Hatt siente algo parecido a lo que yo. No pude ocultarse eso, como cientos de cosas pequeñas que hubiera preferido guardar para mí misma, me acostumbre a vivir sin privacidad, y él es lo bastante amable para fingir que no pasa nada.  

A solas en la sala, mientras Chiara termina de ordenar las habitaciones,  me doy cuenta de que Hatt está evitándome.

— ¿Hatt?

— ya sé que vas a decir, y no sé si quiero escucharlo. Alice, estamos bien como hemos estado hasta ahora ¿Por qué quieres cambiarlo?

— ¿tienes miedo? porque si… si te preocupa hacerme daño, me estoy sintiendo mal cada que me rechazas— no pienso mucho en estos momentos, sé que me delatare si pienso algo de más, si pienso que soy egoísta o que mejor debería hacerle caso y dejar las cosas como están. Hatt pone una mueca de dolor— ¿tan difícil es aceptar que te quiero?

 — no es eso. Yo también te quiero, Alice…

— ya sé que eres,  y también sé que no quieres irte de mi lado ¿entonces? ¿Qué está mal?— no lo sabe.  No va a responderme, lo sé. Dejo que murmure algunas escusas tan tontas que no les prestó atención.  Pienso en lo valiente que es Chiara, en lo genial que es, pensar en ella me da el valor para moverme, inclinándome hacia adelante para besarle. No sé hacerlo, así que solo dejo que nuestros labios se junten. Hatt no se mueve.

 — Alice…— no dice nada más, y antes de que hagamos algo más, la sensación llega a mí. Algo no está bien. Nos miramos, la mirada de él es preocupada— ve por Chiara, llama a Iridian.

— …

— Alice, ¡Ve! – Hatt me da la espalda, encara la puerta.  Hay un ruido al otro lado, y sin verlo, se lo que es.

Hay una pesadilla al otro lado de la puerta.

 

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Los golpes en la puerta me despiertan. Siento mi cuerpo adolorido aunque no es tan fuerte, es como cuando hago una sesión particularmente dura de entrenamiento. No abro los ojos. Los golpes se hacen más fuertes.

—  oh, eres tú.

— Iridian, necesito ver a Iridian— la puerta golpea, y me siento en la cama, despertando inmediatamente. Evans está entrando, mirándome directamente— tenemos problemas. Problemas graves.

— ¿ah? ¿Alguien más está herido? ¿Cómo está Kerem?

— está bien, no es eso. Han puesto un boletín… te están culpando por lo que paso en las oficinas.  Anoche … anoche…— Evans no luce muy bien, tiene ojeras y parece que no ha dormido en días— nadie ha respondido en la base— susurra— nadie me ha respondido en sus teléfonos personales, y además… las zonas donde hubo ataques coinciden con las residencias de los otros.

— ¿Qué quieres decir?— Tchess le mira.

— Me temo que los ataques de anoche estaban centrados en los cazadores— el estómago se me retuerce, pero no soy yo el que siente eso. Miro a Tchess. Algo sabe— no encontraron cuerpos, ni rastros de algo violento.

— ¿Qué estás pensando, Tchess?— él se gira a verme, no parpadea y las sombras de la habitación hacen que sus ojos se vean más grandes. No me dice nada, solo me observa, sin parpadear o decir algo. Lentamente parpadea, mira al suelo, y luego  la ventana cerrada.

— ¿Cuál es la emergencia?— pregunta. No ha mí, pero tampoco mira a Evans. 

— pues…

— han culpado a Iridian, pero dices que no hay nadie ¿Quién lo hizo entonces? nadie te responde ¿Por qué estas preocupado?

— no solo buscan a Iridian. Mi nombre también está allí, y el de Hackett, Chiara…— me levanto. No entiendo a dónde quiere llegar Tchess, pero el que Chiara esté en peligro, aunque sea algo mínimo… no dejo que ninguno diga nada más, me muevo, recogiendo mis cosas.  Tchess me alcanza en la sala. Hackett está allí, leyendo un periódico como si no estuviera pasando nada.

— nadie conoce esta casa, tengo otra dirección en los registros ¿vas por Chiara?— solo le digo que si con la cabeza— ¿sabrás regresar aquí?

—  Yo sé el camino— Tchess no sonríe. Quizá está igual que preocupado que yo, pero no por las mismas cosas. A él no le preocupa Chiara— creo que deberían mantenerse pendientes de lo que pasa de ahora en adelante. Y ver quien más puede venir aquí, de sus amigos— finaliza, alcanzándome en la salida. Mi auto está en donde lo deje por la noche, a un costado del camino. Tchess solo aparece dentro, en el asiento. No me dice nada, ni yo hago el intento por hablar. Ya ha amanecido, pero no me siento tranquilo e intento en vano escuchar lo que piensa esa cosa.

Estamos lejos de la casa de Chiara, y no puedo conducir como quisiera por el tráfico. Es muy desconcertante ver como el mundo sigue como si no se diera cuenta de lo que pasa. Yo aun no entiendo lo que pasa, y eso me está dando más dolores de cabeza de los que quisiera.

— Iridian,  creo que lo que sea que estaba buscando el hermano de Alice, lo encontró. Creo que ha desatado algo, algo inicio anoche, pero no logro comprender que.  

— lo averiguaremos, tengo la desagradable sensación de que eso nos está involucrando.

— supongo que sí. Somos parte de ese experimento, pero… no entiendo porque estamos libres y no encerrados en un sótano—  recuerdo el sótano, recuerdo que… escape… yo…— ¡Iridian!— el claxon de un coche, la sacudida. Parpadeo. Tchess ha sujetado el volante y nos ha salvado  de quedar estrellados— ¿Qué mierda te pasa?

— Recordé…— le digo, quitándole las manos del volante. Vuelvo avanzar, más despacio— el día que nos capturaron. Recordé que escape. No sé cómo lo hice, recuerdo haberme parado, caminar. Quería irme, a cualquier lado. No sé cómo lo olvide, ni como salí de ese lugar. Creí que nos habían llevado a ese lugar y nos habían dejado,  pero en realidad yo fui quien nos llevó hasta allá.

— no lo recuerdo.  Pero si escapaste, debiste hacerlo con mis habilidades. Quizá…— me detengo, llegamos al complejo de departamentos donde vive Chiara— ¡Hay una pesadilla allá arriba!— señala uno segundos hacia el departamento de Chiara antes de desaparecer. Me quedo atorado con el cinturón, tironeo hasta que logro sacarlo y salir corriendo hasta las escaleras. El costado me está doliendo cuando llego al pasillo donde está la casa. La puerta está abierta, pero no se escucha nada.  Me abalanzo hacia dentro justo cuando Tchess está saliendo.

— ¡Chiara!— Tchess le intenta mover, empujándole a la salida— ¿estás bien?— ella no me responde, y cuando doy un paso más es como si me destaparan los oídos. El estruendo, los gruñidos. La sala de Chiara está completamente destruida, la pared que da a la habitación esta golpeada, y en el centro, dos bestias luchando. Tchess logra llegar hasta conmigo, sujeto a Chiara, que sigue mirando hacia adentro.

— Alice…

— sácala de aquí. Los alcanzare en el auto.

— ¡No me voy a ir sin Alice!

— tenemos que movernos, Chiara. Tú no puedes correr, piensa en tu bebé— doy la vuelta, caminando con ella. Justo cuando doy la vuelta, me topo con alguien. Por la ropa que viste sé que es un cazador. Me siento aliviado unos momentos, unos segundos antes de que él saque un cuchillo y nos ataque.  Me pongo delante de ella, esquivando las puñaladas. Tengo que  tener cuidado de que no saque  la pistola.  De una patada le empujo y el cuchillo sale volando, una de las bestias gruñe, y el cazador pone una mueca de dolor, se sujeta el brazo.  Me quedo unos segundos observando. Es imposible. No puede ser real…

Pero lo es…   solo para comprar, saco una de mis pistolas y disparo hacia el brazo del que antes fuera mi colega. Unos segundos después, la bestia más pequeña suelta un aullido.

increíble. No eres el único cazador que tiene una pesadilla. Aunque… ese no parece estar completamente consiente— Tchess es ahora un lobo blanco, o al menos si los lobos fueran tan grandes. Se para a mi lado.

— Pensé lo mismo— ningún cazador me atacaría de esa forma, aunque haya un boletín. Esto no es más que una cacería donde yo soy la presa. Escucho la risa de Tchess— ¿Qué es tan gracioso?

Yo no soy una presa. Iré por Alice— no había visto a la chica. Estaba en el rincón más lejano de la sala, pero no parece asustada.  Mira decididamente hacia las dos bestias, ni siquiera parece parpadear.

— Tchess…— estoy a punto de decir que se apresure, cuando la bestia más pequeña alza las garras, directo a la cara de la otra bestia y Alice grita, llevando sus manos a  su cara.  Un aullido largo, furioso. 

Estoy en contra de matar a la bestia, no podría sabiendo que a la vez voy a matar a un ser humano, a alguien que trabajaba conmigo. Todo pasa tan rápido, que no tengo ni tiempo para parpadear. Hattely se lanza sobre la otra bestia,  dos bestias luchando. No dura mucho. Escucho el sonido de los huesos rompiéndose, el de esa cosa intentando respirar, y luego el golpe sordo que hace al caer. Una sustancia negra se expande donde cayó, antes de que comience a desparecer. A mis espaldas, el cuerpo del que fuera un ser humano cae también y luego comienza a desaparecer también, dejando un manchón oscuro.

— Iridian, tenemos que movernos— Tchess es humano otra vez, empuja a Alice contra mí— van a venir mas.

— ¿Estás bien?— Alice se abraza a Hattely apenas se acerca.

— sí, no pasa nada. Estoy bien— Hattely nos mira, hay urgencia en su mirada, y entiendo que es verdad que tenemos que movernos. Tchess asiente, y comienza a salir. El sonido regresa a la habitación,  y supongo que debió ser cosa de Alice.

— ¿Qué está pasando?— suspiro, sosteniendo la puerta para que Chiara salga. No le cuento nada hasta que estamos en el auto. No veo a Tchess por ningún lado, y comienzo a mirar alrededor, ¿A dónde se fue?

— iré vigilando que no nos sigan y que no vayamos por el camino de alguien indeseado. Apresúrate y no nos mates—  suspiro.

— ahora somos proscritos. Evans me dijo que me culpan por lo el hecho de que una pesadilla se colara en la base, y no era Tchess. Eso pensaba hasta hace unos momentos, creo que ya sé porque nadie le responde a Evans.

— son como tú. Están unidos una pesadilla— Chiara inhala profundamente—  ¿nadie respondió?

— Hackett y Evans estaban bien cuando me fui. Kerem está herido, pero vivo. Debo dar por perdidos a los demás. Creo que solo me están buscando porque ya saben que la pesadilla que está conmigo es Tchess. Se delato el día que entro a espiar la oficina.

— No entiendo de qué hablas—  no sé por dónde comenzar a explicar todo lo que hemos hecho. No parece que sea tanto, pero lo es. Alice y Hattely van tomados de la mano en los asientos traseros, deben estar hablando entre ellos en privado— ¿A dónde vamos?

— a un lugar seguro, al menos de momento.

La casa está a salvo todavía, todo es normal.  Es de día, y aun así, siento que es de noche.  Me sorprende ver a los gemelos allí, y a Santiago.  Kerem me dirige una mala mirada cuando me ve llegar.

— ¿Qué está pasando?— y comienza el torrente de preguntas, a las que no tengo una respuesta clara. Dejo que hablen, y sigan hablando.

— nosotros…

— Iridian…

— esto es tu culpa, ¿Por qué trajiste a esa cosa?

— hey, ¿escuchan?

— esto…— Alice grita. Es un grito agudo, que hace que me quiera tapar los oídos. Todos nos quedamos callados. Aprovechando el silencio, miro a mis amigos, y lo vuelvo a notar.

— ¿Dónde está Tchess?— pregunto.  

— estamos siendo rodeados— Alice ahora si luce asustada. Hatt está mirando por la ventana, asiente.

— Leo— murmura Alice— Leo nos encontró.

— ¿¡Donde está Tchess?!— le grito en mi cabeza, intento hacer que venga. No pasa nada.

— Yo… tengo otro problema— Chiara respira agitada, sus manos en su estomago y mientras la miramos, un gesto de dolor cruza por su cara— ya viene…

— ¿Qué?

— es el peor momento para que eso pase.

— ¡Ya lo sé!— le dirige una mala mirada a Hackett— de ninguna manera quisiera que mi bebé nazca en esta situación— logra decir antes de intentar contener un grito, aunque sin mucho éxito.

Notas finales:

Nos leemos la próxima semana!! sorry por la espera dramatica.


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