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Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola!!

Paso a dejar otro capítulo, espero lo disfruten.

¿Qué soy yo que pienso, mientras estoy pensando? ¿Soy un cuerpo, un espíritu, un hombre?

 

— ¿Por qué me estas mirando tanto?

—…

— oye, sé que me escuchas— Esa cosa esta sentada delante de mí, en la mesa.  Intento ver si puedo saber algo más de él, escuchar algún otro pensamiento importante.  Pero mi cabeza sigue tan normal como siempre.

— te escucho, por desgracia—  suspira, apoyando su mano en la cara y el codo en la mesa. Le miro mal.

— ¿sigues con esa molesta actitud? Ya supéralo— es fácil decirlo para una cosa como él— No es fácil, pero esta conversación ya la hemos tenido muchas veces. ¿Has hablado con tus amigos?

— No— no es tan simple.  Los últimos días apenas he salido. Lo he evitado deliberadamente como si ahora yo tuviera la peste. Chiara tampoco ha venido, ni ha llamado, no la culpo, ella tiene otras cosas de las que ocuparse, más que lidiar con un molesto e indeseado inquilino. Me siento invadido, ni siquiera mis pensamientos están a salvo, y  por si fuera poco, tenerle con esa apariencia…

— oh, no te preocupes, no me paso todo el día escuchando lo que piensas, puedes estar tranquilo— comenta, levantándose. Esa cosa se ha paseado por mi casa, supongo. No estoy pendiente de lo que hace, porque sé que no se aleja si yo no me muevo, todos están a salvo de esto por ahora.

— ya te repetí mi nombre, y no me trates como un inmundo  demonio— le observo mirarse en la superficie lisa del horno de microondas— soy una pesadilla.

— En más de un sentido— se ríe, una risa tonta, luego se gira, sonriéndome. No hay mucho de humano en la expresión que pone, y de nuevo, es lo único que hace que no pierda la razón.

— exacto. Si te tranquiliza te diré algo: Yo no voy por ahí matando mi fuente de energía,  de ningún modo. Si te hace sentir un poco mejor…— se encoje de hombros.

— Que consuelo— me ignora, de nuevo mirándose en el horno. Ahora yo suspiro. Estoy siendo infantil, ridículo, lo sé, y eso no me hace sentir mejor, pero es imposible estar más de diez minutos en el mismo lugar que esta cosa. Estoy… muy molesto con quien me hizo esto, que no dudaría en matarle si le encuentro.

— ah, pensamos lo mismo. ¿Cómo lo haremos? ¿Quieres hablar de eso? me gusta el tema.

— ¿Por qué no puedo escucharte?

— ¿escucharme? ¿Estás sordo o qué? ah, ya, que poco humor tienes. Tengo muchísima experiencia en esto ¿no tiene sentido? Me la paso en la mente de los demás sin que se den cuenta, esto es lo mismo. Solo que… por alguna razón tu voz es muy ruidosa en mi cabeza, no puedo controlarlo.

— Estupendo— se ha vuelto a mirar. ¿Qué le pasa ahora? No tenía idea de que esas cosas fueran vanidosas. Se pasa por décima vez la mano por los cabellos largos, un gesto insolente y natural, como si llevara años haciéndolo… tan parecido a él.

— no es vanidad, humano ingenuo. Es solo que nunca tengo muchas oportunidades de perfeccionarme, es decir… lo sueños duran poco ¿no? hasta tú lo sabes. La mayoría de las pesadillas se conforma con mostrar algo rápido y se van, y a veces el resultado es algo… decadente.

— no tengo idea de que estás hablando.

— arg,  al menos sabrás, o habrás escuchado a los humanos reírse de algo que les dio miedo durante la noche, en sus sueños. Esos malos sueños que de día parecen tontos y hacen reír. Eso es lo que pasa cuando no te preparas bien. Ahora, lo que ha estado comiéndome la cabeza desde que estoy aquí es… ¿Quién soy?

— ¿Cómo?

— sí, eso. ¿Quién soy?

— ¿Y a mí que me importa si tienes problemas existenciales?

— no, no estás entendiendo. No es que tenga problemas existenciales. Y no es una pregunta que me estoy haciendo a mí mismo, es para ti— sonríe, de nuevo, mostrando los dientes alargados.

— yo…

— ¿Quién me dio esta forma? ¿Por qué soy así ahora? Tú me has hecho así, y tengo mucha curiosidad. ¿Quién soy?

—… no lo sé. Yo…— Me observa fijamente, sin poner expresión, ni siquiera parpadea. Tengo tanta práctica que no pienso en eso. Deliberadamente pienso en otras cosas, cortando esos pensamientos.

— umm. No sabes mucho sobre esto. Me siento un poco… indignado, ¿nos cazas y no tienes idea de lo que hacemos? Es decepcionante.

— ¡claro que se lo que hacen!

— no, no lo sabes. Sabes lo que te dijeron que hacíamos. Y sí, eso que estás pensando lo hacemos, pero no es todo, y ni siquiera estas en la línea correcta de pensamiento. Por ejemplo, tú debiste estar pensando en alguien al darme este rostro, no salió de la nada en tu cabeza con poca imaginación.

— cállate. No me interesa. Me basta con saber que eres un monstruo—  no tengo tiempo para sus divagaciones, que al final pueden ser más mentiras  que nada. Le escucho resoplar, de seguro al escucharme pensar eso.

— podre ser muchas cosas, pero no un mentiroso. Como sea, ¿Cómo vamos a matar al miserable que hizo esto?

— ¿Vamos?

— no lo querrás para ti solo… umm, que humano tan egoísta. Bueno, supongo que ya veremos, quizá aprendamos a compartir— aunque quiero ignorarlo, es muy difícil si no se queda callado. Extraño la tranquilidad de mi casa. Esa cosa sigue paseándose por la cocina, fingiendo que es un humano.

 Aun pienso que hay algo raro en la forma que se comporta, no es como si le importara lo que está pasando entre nosotros, el hecho de que no podamos hacer nada sin que el otro este también allí. ¿Por qué? ¿Por qué se comporta así? Al inicio pensaba que era el causante, pero estos días me he dado cuenta de que no, esta tan interesado en eso como yo, ya lo pude notar.  ¿Por qué?

— deja de manosear mis cosas.

— eso es un poco vago, técnicamente no tengo manos, así que no puedo manosear nada, pero por otro lado, ahora si tengo— dice agitándolas sin voltearse. Le veo tomar una taza y llenarla del café que está en la cafetera.

— Nada de términos vagos. Deja mis cosas.

— ¡Iugh! Que amargo. Ah, me he quemado la lengua. Qué raro.

— ¿Me estas escuchando?

— sí, sí. Pero esto sabe horrible. No me gusta.

— Habías dicho que no comías ni bebías nada— no le pregunte, como siempre, él hablo de más una noche que estaba cenando. Yo ni siquiera le había invitado comida, ni le había llevado nada tampoco.

— no lo necesito, es solo que me gusta ser muy detallista.  Pero esto no lo vuelvo a probar— como si me importara— debería importarte, si muero, vas a morir también.

—…— me levanto, saliendo al pequeño balcón del departamento. Necesito fumar. Hace años que intento dejarlo, pero este trabajo no es uno que pueda darme tranquilidad fácilmente.  La vista no es tan espectacular, pero al menos puedo relajarme por las noches mirando la oscuridad. Hoy todavía no son ni las once de la mañana y ya estoy fumando. Hay muchas cosas que hacer, pero no quiero hacerlas porque fue esa cosa quien las pensó,  me siento manipulado— tsk, joder, ¿Qué estás haciendo?— pregunto al interior, he sentido un ardor en la mano, pero yo no he hecho nada.

— uh… solo un corte…

— estúpida cosa.

— fue un accidente— ah, maldición.  Entro de nuevo, arrojando el cigarrillo al piso. Eso sigue en la cocina, mirando uno de los cuchillos para cortar carne— solo… olvido que esto ya me lastima igual que a los humanos.

— No lo olvides, no me gusta sentir dolor por estupideces— él me mira, sin decir nada, y vuelve a pasar el dedo por la parte afilada del cuchillo.

— ups, se me resbalo.

— tú, maldito… ¡¿No eres tu quien dice que hagamos la convivencia tranquila!?

— ah, sí. Pero tú no estás cooperando mucho— me sonríe— te dije que no querías que usara métodos menos prácticos— pongo los ojos en blanco. Esto es realmente una pesadilla. Debo hacerme a la idea de que tengo que comenzar a hacer algo en equipo con… esta cosa— Oye, Iridian, ¿Por qué no hemos ido con el forense? Se van a llevar el cuerpo y perderé la oportunidad.

—  todavía estaban ocupado con otra cosa. Iremos hoy— no quiero llevarle hasta ese lugar, donde todos…

— genial. Ah, no, no le hare daño a nadie, no de esa manera. Y por cierto ¿Qué tan tonto puedes ser? Si realmente quisiera hacer algo contra ustedes, hace tiempo que hubiera encontrado el lugar donde se reúnen. No me interesa lo que hagan, me interesa… otra cosa.

—…— arqueo la ceja por el brusco cambio de palabras. Creo que estuvo a punto de decir algo importante. Sonrió. Entonces si hay algo más detrás de toda esa basura de la cooperación.

— entonces, ¿Iremos pronto? ¿Qué les vas a decir sobre mí, Iridian?— me molesta como dice mi nombre, con tanta familiaridad como si nos conociéramos de años, no tiene el derecho de llamarme con su apariencia— pero es casi como si lo hiciera, sé todo lo que piensas.

— No lo hagas— todavía no se cómo voy a hacer para explicar esto y que no salten sobre esta cosa para matarlo a penas le vean— oye, tú… nunca había visto a un monstruo de día ¿También pueden hacerlo?        

— No… a veces, pero no es lo mismo. Si ahora me ves como si nada, se debe a que estamos unidos todavía. De cierto modo, me estoy aprovechando de ti ¿No te sientes diferente? ¿Más cansado?

— No— no he notado nada más que mal humor a causa de su presencia.

— pues que mejor.

Esta tarde. No puedo aplazarlo más, y además, quiero de nuevo mi espacio y  mi mente para mí solo.

Cuando por fin es hora de ir, no me siento nervioso, me siento cansado de pensar en todas las explicaciones que voy a tener que dar. No me asusta morir, así que si deciden que es lo mejor, está bien, al menos puedo decir que es por una buena causa.

— ¿Qué tiene eso de bueno? Es de hecho, todo lo contrario— dice, sentado en el asiento de al lado. No sé de dónde ha sacado unos lentes de sol, y no me interesa mucho tampoco. Ya casi llego al lugar.  Esa cosa tiene razón al decir que no importa si le muestro o no el lugar, pero no puedo dejar que me vean llegar con él de esta manera— Oye, ¿Qué estas…?— antes de que termine de hablar, pienso en un perro, un cachorro pequeño. En segundos, a mi lado esta ese  cachorro en que pensé, blanco y peludo. Solo porque no creo que un perro mire tan fijamente y parezca aborrecerme de tal manera, pensaría que es un perro de verdad.

— Mejor.

— voy a matarte.

umm… si, no das mucho miedo cuando eres un perro esponjoso— Una sarta de insultos estalla en mi mente mientras el auto se llena de ladridos y gruñidos. No me rio, pero me pone de buen humor mágicamente.  Dejo el auto en la calle, frente a la entrada del edificio. No es más que una bodega, al menos en el piso de abajo, y una serie de oficinas en  los pisos superiores. Nada fuera de lo ordinario. Me bajo, y casi me olvido de esa cosa, solo porque sigue ladrando— Auch, deja de… ¡¿Me mordiste?!

— te lo mereces… no… no te atrevas a… ¡Bájame! Estúpido humano, ¡Soy una pesadilla! No un vil perro…— le tomo del cuello, levantándolo para que no vuelva a morderme.

— sí, si, como digas. Quédate callado—  no me hace caso, pero me es más fácil ignorarlo en la calle. Saludo con un gesto de la cabeza al guardia que está en la entrada, un hombre que no tiene idea de lo que hacemos allá adentro— ¿no puedes parecer un perro más normal?

— no soy un perro.

ahora sí.

— Iridian, tiempo sin verte.

— oh, es Iridian— ah, ¿tan pronto? Eso pasa cuando eres bueno en lo que haces, todos notan cuando no estás.

aparte de idiota, modesto.

— eso es… ¿tienes una mascota? No sabía que tenías un perro.

— es… temporal. ¿Han visto a Hackett? ¿Está allá abajo?— los dos se encojen de hombros. Jayden y Kayden, son gemelos idénticos, físicamente es imposible reconocerlos. Los dos son altos, fornidos, castaños y con los ojos ámbar. Usan el mismo corte de cabello, la misma ropa, y se compran los mismos accesorios.

— no lo vi esta mañana.

— Ayer menciono que iba a realizar algunas autopsias, así que debería estar en la morgue— lo que los hace diferentes es su forma de hablar. Kayden es más serio que Jayden— no sé si deberías traer a tu mascota aquí…

— Lamentablemente no puedo separarme de esta cosa— escucho un “más respeto” algo apagado. Esta cosa se está aletargando.

— ah, Iridian… y trajiste a Tchess.

— Pff ¿Qué clase de nombre es ese para un perro?

— necesito hablar con Hackett, ya— paso de largo, no tengo porque explicar nada todavía. Al menos esta cosa esta haciendo bien su papel de perro.

— Juro que si alguien intenta cargarme voy a morderlo— la zona de la morgue está bajando unas escaleras, oscuras para variar. Como es una morgue, entre más bajas, la temperatura también baja— ella nos está siguiendo. ¿Está bien que me vea haciendo eso?

Chiara, es mejor que me cubras acá arriba. ¿Por qué no investigas si los demás están por acá? Santiago, Kerem, Evans. Sera más fácil decirles si están todos y no repetir las cosas, porque…

— a ti no te gusta repetir. Bien— la puerta de la morgue está cerrada, pero basta con empujarla. Adentro es muy diferente a la parte de las escaleras, más moderno, con mucha luz y un ambiente mucho menos tétrico. Incluso está tocando canciones de Elvis Presley.

— que  original. Me gusta este lugar.

Hackett… ¡Hackett!— la música de detiene.

— ah, Iridian. No te esperaba— Hackett es delgado, la bata que usa casi siempre hace que parezca mucho más delgado de lo que es. Nunca está muy bien peinado, y a su cabello, rubio también, hace mucho que le falta un buen corte. Tiene ojeras debajo de sus ojos azules— creo que vienes por lo de la chica.

— sí.

— bueno, ella… ¿Qué es eso?

—… un perro.

— ¿Qué haces con un perro?

— Larga historia, me interesa la chica— un gruñido. Hackett me mira, perdido. Si hay algo que destaca de él, es su humor. Hackett tiene un humor bastante oscuro, y no creo que sea realmente una buena persona sus fines justifican los medios— ¿Qué me dices de ella?

— pues… está muerta,  evidentemente.  

— dime algo que no sepa.

— La chica tenía un excelente estado de salud, puedo decirte que fue lo último que comió, pero no creo que te interese eso. La causa de muerte, desangramiento, es evidente de donde.    Laceraciones profundas, largas… mismo tamaño que las anteriores, así que puedo decirte que no hay ser vivo que pueda hacer semejante cosa. Hay rastros de adrenalina en su sangre, también vasopresina y niveles altos de glucosa. También tenía las pupilas dilatadas, así que... yo diría que esta chica estuvo aterrada antes de morir, pero no hay señales de huida o defensa.

— ¿Es todo?

— es todo lo que te interesa, no encontré nada  diferente a los otros. Ah, la chica tiene reporte de desaparición desde hace cuatro días.

— ¿Cuatro?

— sí, estoy por enviarla al hospital para que llamen a la familia…

— bien… ¿Puedo…?

Iridian, déjame verla— es imposible con Hackett aquí— dile que le mostraras algo interesante, por la ciencia. Según tu, haría lo que fuera ¿no? quizá pueda convencerlo si le muestro…

¿puedes?... ¿Qué es lo que quieres?

—  eh… pues… cuando encontré el cuerpo… paso algo…— escucho un resoplido— arg, bien. Alguien hizo algo, un experimento, conmigo y una de esas cosas, ahora no puedo hacer nada sin que esa maldita cosa me siga todos lados. No puedo matarla sin matarme yo mismo, no podemos dañarnos.

— ¿De qué estás hablando? ¿Necesitas dormir? Puedo darte…

— Estoy hablando de esto— digo, soltando a esa cosa.

— ¿Qué estas…?— eso se convierte antes de caer al suelo. Se gira a mirarme con mala cara, demasiado cerca y molesto.

— ¿En serio? Deja de tratarme como cosa, idiota. Voy a matarte, en serio voy a disfrutar mucho matándote. ¡¿Por qué me dejas caer!?— un golpe me hace mirar sobre su hombro. Hackett ha golpeado el escritorio al hacerse hacia atrás. No aparta los ojos de eso.

— Hackett…

— eso es… ¿en serio…? Me traes esto…— luego, sonríe.

— no te emociones mucho, no puedes dañarlo porque vas a matarme a mí. Tú, no te sientas especial. Hackett, si le causas dolor, yo hare que lo sientas el doble ¿Entendido? Hasta que logre librarme de eso, nada de experimentos.

— tsk… bien, al menos es mejor que nada.

— Tengo el desagradable presentimiento de que me has vendido— esa cosa tiene una sonrisa forzada. ¿Qué otra cosa podía esperar de Hackett?— ¿ahora si puedo ver el cadáver?

— ¿ver el cadáver? ¿Qué estas planeando, Iridian? Veo que tienes muchos secretos guardados ¿no? interesante… entonces ¿quieren ver a la chica? Aunque ya sabes, te costara un poco el favor—   sigue hablando mientras camina al fondo del lugar.

— ¿Qué está pasando aquí?

—  Hackett ha encontrado un juguete nuevo.

— ah, claro, como si no me bastara contigo. Pero ¿sabes? conoces bien a tus amigos. Se nota que tiene muchas preguntas… me pregunto cuándo va a comenzar…

— hubieran venido veinte minutos más tarde y no la encuentran. Por cierto ¿Qué es lo que pretenden hacer?— casi me da algo al oírle hablar naturalmente en plural. Esperaba más reticencia hacia algo como un monstruo. Aunque si lo pienso mejor, Hackett solo es el forense, él no sale a cazar a estas cosas. 

— ah…

—  descubrir que es lo que hace las heridas. Umm, bueno, que forma toman... porque ya saben quién lo hace.

— interesante.

— Apresúrate— Hackett nos hace una seña y le seguimos hasta las gavetas. Una está abierta, el cuerpo está cubierto con una sábana. Suspiro tratando de ignorar como esa cosa se inclina veloz sobre el cuerpo, como un ave rapaz sobre su presa.  ¿En que servirá esto? ¿Qué más da que forma tiene? no soporte verle haciendo eso, es como verle a él… no, no debo pensar en eso.

— Ja, ¿siempre es tan cerrado?— escucho su burla— te diré algo que seguro no has pensado antes. ¿Por qué todos los cuerpos que han encontrado tienen las mismas heridas? El mismo tamaño, la misma profundidad. ¿Te has puesto a pensarlo?

— Yo si— miro a Hackett— ¿lo sabes?

— Pienso averiguarlo…— el cuerpo esta descubierto. Luce mejor que cuando lo encontré, tan mejor como puede lucir un cadáver. Las manos de esa cosa están sobre el torso, parecen derretirse, como si vertieras hierro en un molde— ¿no hay huellas? ¿Algo más?

— de hecho… Evans encontró algo interesante hace algunos meses, en un caso lejos de aquí… aquí esta— es un papel. Es una huella casi borrosa, y a la que no le encuentro mucho sentido. No sabía que habían encontrado eso— pensamos que era un error, o una contaminación cruzada.

— ah, Hackett ¿cierto? No es un error. Más bien, es algo que no existe.  Yo diría que lo que causo esas heridas, luce  más o menos así— levanta las manos. Se han convertido en… ¿garras?   Los dedos son más largos, casi fundidos con unas uñas largas, curvas, gruesas— y por esa huella, apostaría a que es una variante de depredador… ¿un león?... no… creo que… es más como un hombre lobo.

— Eso no existe— respondo sin pensarlo.

— Pero tiene sentido— Hackett mira la huella— el patrón no existe. Lo lógico sería suponer que no hay lógica en estos casos. Entonces, un híbrido…

— ¿Me volverás a llamar inútil?— Sus manos vuelven a ser humanas, me sonríe con superioridad. Esto… parece ser importante— ahora tendrás que llamarme por mi nombre, Tchess.  

— ¿puedo ver de nuevo eso que hiciste con las manos? es verdaderamente impresionante. ¿Cómo funciona? ¿Solo lo piensas?— Yo no pensé en nada, ¿no dijo que no podía ser mucho?

— tu amigo tiene más imaginación que tú, ¿Por qué tenías que ser tú?

— Hackett, deja de hacer eso, me estas molestando— da un último pinchazo en la mano de esa cosa.

— No hay sangre… pero… tu sangras— unas gotas de sangre salen de mi mano, donde de seguro le pincho— no mentías… esto es interesante— La puerta se abre, y lo primero en que pienso es en el cachorro que traía. Escucho de nuevo un insulto.

— Ya llegaron por la chica… ¿Hackett?— es uno de los asistentes de Hackett, más que asistente, un médico normal.

— ah, sí... aquí esta.

— ¿y ese perro? Parece que no le agradas mucho— esa cosa le esta mordiendo.

— es interesante.

— Vamos, aún tengo cosas que hacer— comento, quitándoselo de las manos por el pescuezo. Intenta morderme pero no puede hacer más que intentarlo.

— Iridian, te llamare después. Aún tenemos asuntos que arreglar ¿No?—  no le respondo. No me queda de otra más que aceptar, aunque al final yo no seré quien pague las consecuencias del entusiasmo del forense.

Notas finales:

Hasta la próxima semana!!


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