Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

un poco menos de misterio en este capitulo, o quiza no. Espero les guste.

Las pesadillas no siempre terminan cuando despiertas


 


La calle está vacía. La reconozco, aunque no es exactamente como recuerdo. No estoy seguro de que esas lámparas estuvieran en la calle. Pequeños detalles como ese me hacen notar que estoy en un sueño. Uno del que no puedo despertar.   No quiero seguir aquí, algo está mal, y no puedo recordar que.


La calle se llena de personas. Yo me quedo mirando el edificio que todos parecen ignorar, todos excepto... el chico rubio que camina directo hacia acá. Verme a mí mismo me hace sentir esto como irreal. Estoy a punto de despertar, pero no lo hago, algo me impide despertar, y luego me veo entrando en el edificio. No es tampoco el mismo que recuerdo, creo. No estoy seguro de que el edificio fuera tan grande, ni tan oscuro.


Me obligo a entrar, cuando no puedo ir a ningún otro lado. Se a donde ir, subir las escaleras hasta el tercer piso, la sexta puerta después de dar vuelta por el pasillo. Encuentro a mi otro yo tocando la puerta


— Lev ¿Estas en casa?— es raro oírme. Debo tener como trece o catorce años. Mi rostro no es tan serio. La puerta se abre. Siento que mi corazón se acelera, algo que no ha pasado desde hace tanto… estoy nervioso. Me parece que la puerta se abre tan lento, que me desespero. Escucho una risa.


— Iridian ¿Qué estás haciendo aquí?— mi yo pequeño se queda mirando al frente, sin responder. Yo miro a quien está en la puerta. Lev. Es tal y como le recuerdo. Su rostro amable, sonriendo… es casi perfecto—ah, has vuelto a discutir con Sergei.


— fue culpa de Chiara… un accidente.


— Ah, pasa— de pronto me encuentro dentro. El lugar está lleno de cosas, y aun así, todo está ordenado— ¿Qué paso ahora?


— estábamos en el parque, yo me subí a un árbol y cuando Chiara quiso hacerlo también la rama se quebró y ella se cayó. Se quebró un brazo, están en el hospital ahora. Sergei dijo que era mi culpa, que no debía ser tan imprudente y comportarme como un adulto— ah, recuerdo eso. Chiara lloro mucho.


— ah… ese Sergei ¿Quieres que hable con él?


— no.


—… ¿Quieres dormir aquí?


—…


— Preparare la habitación— Me veo quedarme sentado en el sofá alto de Lev.  En lo que a mí me parecen horas, se levanta y camina hasta la puerta donde entro Lev. Se lo que sigue, quisiera…


— Lev.


— ¿Quieres algo para comer? Ya casi es la hora para cenar.


— Quiero salir al restaurant frente a la plaza—  no quiero seguir con esto. Miro alrededor. Sobre la cama, sentado y mirando con atención hay otro Lev…


 


— ah, tu… maldita cosa— se gira y sonríe. También luce diferente a Lev, como fuera una copia muy fiel a su versión— detén esto.


— umm, no puedo. Esto es tu sueño, no mío, yo solo estoy observando. Es muy interesante…— camino hasta él, pero no puedo tocarle— es un sueño, tonto.


— despiértame.


— Quiero preguntar ¿Por qué le dices que te lleve fuera si él es agorafóbico?— me centro en el sueño. Todo parece más lento.


 


Era una broma— me oigo decir. Lev no sale de su casa. Desde que lo conozco no lo hace, tiene un miedo enorme a salir. Todo lo que necesita lo pide por teléfono, o yo le hago las compras. Le hacía. Yo le hacia las compras.


—Iridian— suspira— sabes que…


— lo sé… pensé que quizá hoy…


— no, no creo que sea hoy. Pero gracias por intentarlo.


— lo siento, Sergei dice que no debo presionarte con eso, lamento si estoy siendo pesado con eso. Por favor, dímelo.


— está bien, se que lo haces con la mejor intención.


 


Conocí a Lev cuando tenía como diez años, accidentalmente rompí la ventana de su apartamento, por eso recuerdo que el edificio no era tan grande. Lev era amable, no se molesto cuando me fui a disculpar. A veces lo veía en la ventana, mirando hacia nosotros. Le comencé a visitar de vez en cuando.


— ah, eso es interesante.


— Tchess, detente. Si  continuas voy a… voy a…— pero todo comienza a girar. De nuevo estoy yo, pero más joven, sentado en la cocina de Lev.  


 


Recién llegue de traerle las cosas de la lista que me dio antes. Miro aburrido como ordena las cosas. No entiendo porque no sale…


— Lev.


— ¿sí?


— ¿estás ocupado?


— ¿Cómo? ¿Ocupado? No. realmente no.


— ¿Por qué no vamos a comprar lo que falta? No puedo traerlo todo— había muchas cosas en listas pegadas al refrigerador. No me podían vender algunas cosas que Lev tenía apuntadas. Él me miro, suspiro.


— no estoy… seguro de poder hacerlo. No me gusta salir mucho si puedo evitarlo.


— anda…


— Ah… lo voy a intentar…— esto… este es uno de los recuerdos más vivos que tengo de Lev. Deseo cerrar los ojos, pero es imposible. Tchess a mi lado sigue mirando con atención.


 


 ¿Qué va a pasar?


— no quiero saberlo.


— pero si ya lo sabes.


 


 El recuerdo nos lleva a la puerta del complejo de departamentos. Yo estoy caminando como si nada, me detengo a mirar a atrás. Lev sigue de pie, dentro. Me giro, me veo impaciente.


— ¿Qué pasa?


— yo…


— ¿Lev?— da un paso hacia afuera. Me mira… no, no está mirándome a mí. Mira con un terror indescriptible hacia la calle, como si hubiera monstruos que solo él  puede ver.


— No…no puedo, lo siento— entra de nuevo. Me quedo mirando la entrada, como si Lev todavía fuera a salir. Mi yo menor hace lo mismo. Veo como alguien se acerca, eso no paso ese día, pero si después, es como mezclar mis recuerdos. En este, un hombre no muy mayor se acerca a mi yo menor. Es diferente, pero no se qué es lo que tiene diferente, sus ojos siguen siendo azules, fríos, su cabello oscuro… es Sergei.


— Iridian ¿le conoces?


— un poco, le ayudo a veces. Le rompí la ventana sin querer.


— ya veo.


— quería que saliera.


— no vuelvas a intentarlo. Si quieres visítale, pero no hagas que salga de nuevo.


— ¿conoces a Lev?


— nos conocimos hace un tiempo… vamos, déjale a solas por hoy…— el recuerdo se disuelve. Recuerdo que me explico esa noche lo que le pasaba a Lev, pero no me explico cómo se conocían, tampoco me importaba mucho.


Quiero despertar… ya no quiero seguir con esto.


 


— Shh, estoy seguro de que esto es importante


— Tchess, basta. Detén esto de una vez.


— ¿Por qué? ¿No es importante que sepa sobre quién soy?


— tú...


— ah, mira, hay más todavía— las cosas se comienzan a poner borrosas y luego se aclaran. Había pensado que hubiera más luz, pero está un poco oscuro. Miro a la ventana. Está lloviendo.  No, no… esto no.


— Maldita cosa, si sigues voy a matarte.


— No puedes matarme— dice.  Estúpida cosa… voy a matarle. El enojo que siento hace que todo se ponga borroso, como si fuera a despertar.  Hace años que no siento nada referente a eso, y esto… es demasiado real para mí. Había olvidado esto, no quiero recordarlo, no necesito recordarlo.


Que alguien me despierte de esta maldita pesadilla.


— Tchess…


— Shh, ya comienza— le dejo de ver, como si no siquiera que le hable más. Me pongo a gritar incoherencias, amenazas.   Todo para no escuchar ni ver lo que pasa ante mis ojos, sin poder detenerlo. Quiero detener esto.


 


¿Qué haces, Iridian?


— nada.


— ¿Escribes?


—son los deberes de la escuela.


— oh, ¿puedo ayudarte?


— estoy bien.


— Sergei me dijo como se conocieron— mi voz suena fría. Ese fue el día que Sergei me dijo lo que hacía, lo que era, y lo que quería que fuera. Ese día supe sobre las pesadillas. Ese día acepte ser un cazador.


— ¿Si?


— si…


— ¿Te dijo lo demás?


—… si. ¿Por qué no me lo dijiste tu?— Lev me sonríe mientras me mira.


— Es un secreto, ni siquiera puedo confiártelo a ti, por más amigos que seamos— no, no quiero seguir viendo esto. Conduce a algo totalmente horrible— ¿lo entiendes?— mi yo menor asiente. Sergei me había explicado, incluso no podía decirlo a Chiara aun.


— sí.


— Iridian ¿Sergei te… él te pidió que te unieras?


— Si, y lo hare. Le dije que si— Lev suspira. En ese entonces no me di cuenta, pero ahora, en este recuerdo, noto que quiere decir algo. No lo hizo. Se limitó a seguir ordenando sus cosas. Para entonces, ya sabía que Lev no solo no salía, también le gustaba ordenar su casa. 


— está bien si es lo que quieres.


— no está mal, creo. Me interesa.


— menos mal.


— ¿no te gusta que lo haga?


— es tu decisión Iridian, si quieres hacerlo está bien. No tienes por qué preocuparte por mi— mi yo le mira. Deseo correr y ponerle las manos en la boca para que no hable. Pero ya está abriendo la boca.


— ¿No vas preguntarme porque lo hice?— Lev le mira. En serio, no necesito ver esto, estúpida cosa, si estas escuchándome detenlo de una vez. Lev me mira, hay sospecha en sus ojos.


— ¿Por qué lo hiciste, Iridian?


—…


— ¿Iridian?


— Olvídalo— Lev suspira. No quiere meterse en problemas, creo. Ojala las cosas se hubieran acabado aquí.


Veo como mi yo idiota se levanta. Lev sigue dándole la espalda. No camina en silencio, y por eso Lev se gira. 


— ¿Qué estás haciendo? Iridian— no quiero ver esto.


— Sal conmigo…— Lev sonrió.


—  sabes que no me gusta salir, eso sería…


— No me refiero a eso— sueno tan decidido. Es vergonzoso. Cierro los ojos. Pero no necesito cerrar los ojos, porque  sé perfectamente como siguen las cosas. Abro los ojos cuando el ruido regresa.


— creo que no entiendo a qué te estás refiriendo— no… Lev sigue sentado en el suelo, ordenando en la alacena baja, mi otro yo ya no es tan pequeño, se inclina, y termina por besarle.


— Wow, esto es…


— ¡Basta!— grito. El sueño se desdibuja por completo.


Termino. Estoy en mi casa,  en la sala. La televisión está encendida, y es lo único que da luz. Jadeo, como si hubiera corrido mucho.  No siento miedo, estoy enojado.


— ah, termino.


—…—  me cuesta saber donde esta, pero cuando lo logro ver, a unos pasos de mi.  No pienso mucho cuando le tomo del cuello y le estrello en la pared, tirando algunas cosas de los muebles que están a nuestro paso. Me importa poco lo que pase, quiero matarle.


— ¿Por qué… tan tenso?


— ¿Cómo te atreves? Voy a…— me empiezo a sofocar, pero no quiero soltarlo. Quiero ver como muere, como sufre… al final mi mano afloja el agarre, aunque no lo suelto. Alzo la mano para golpearle, no me importa que luego me duela a mí. Él me mira, no sonríe y por unos segundos, la imagen del sueño me detiene.  No puedo golpearle si es Lev quien me mira.


— Interesante. ¿Quién diría que hasta tú tienes sentimientos?— le suelto, empujándole a un lado. Estoy agitado, jadeando mientras intento poner en orden lo que siento.  No sueño, no recuerdo la última vez que lo hice, y ahora… ¿Qué demonios fue eso? ¿Qué significa que ahora este soñando?


— esto es tu culpa… ¡deja de meterte conmigo!


—…


— ¿Crees que es genial burlarte de los demás? No eres más que un monstruo, algo que no debe existir. Voy a asegurarme de enviarte a donde jamás puedas regresar.


— ¿Por qué estas tan molesto?


— ¡Porque tu…!


— ¿He sido yo quien soñó con eso?  ¿Fui yo quien no despertó aun cuando quería?  Ese no es mi trabajo, Iridian— dice mi nombre en el mismo tono que usaba Lev para hablarme— Si has soñado no fue porque yo te obligara.


— Tu…


— Yo solo estaba en tu sueño, dándole formas, todo siguió como tu quisiste, vamos, eso no fue una pesadilla— sonríe— bueno, quizá para ti, a juzgar por cómo estas ahora, todo enojado. Es interesante.


— deja de decir eso.


— Umm… Asume tus responsabilidades. No me culpes por que tuviste un sueño.


— Si no hubieras aparecido aquí con esa apariencia, estás dando vueltas por todos lados, haciendo y deshaciendo las cosas a tu antojo.


— ¿Y quién me dio esta cara?— me quedo congelado. No me alejo cuando se pone delante de mí, sonriendo con esa sonrisa salvaje que pone, esa que no lo hace humano— el único culpable aquí eres tú, Iridian, tú fuiste quien me dio el rostro de tu querido Lev.


— no lo…—  su mano se alza, me acaricia la mejilla.


— ¿Qué no lo nombre?


— deja de usar su apariencia.


— hazlo tu, tu eres quien decide como me veo— deja de sonreír, y me mira, serio.  Le miro, no sé qué está pasando ahora. Nos quedamos sin decir nada, le miro, intentado pensar en cómo hacer que tenga otra apariencia. He deseado que deje de ser igual a Lev desde que le vi la primera vez… — ¿Qué pasa? Vamos, adelante.


—…


— sabes cómo hacerlo ¿no? me has convertido en un perro— el tono de ira en su voz me hace regresar de nuevo a la realidad. Sacudo la cabeza.


— déjame en paz.


— ah, pero hay que ver ¿ahora yo soy el que está haciendo algo? Humanos, no entiendo porque hacen todo lo que hacen e insisten en culpar a alguien más. Escucha, no me interesa lo que pienses ahora de esto, si digo que es interesante es solo porque puedo molestarte con eso después. ¿A mí que me afecta eso? me interesa librarme de esto y ya.


— No tenías porque meterte en mis asuntos.


— ah, qué más quisiera yo. Pero no puedo evitarlo. Me estoy aburriendo con tu mente tan cerrada, era una buena oportunidad para molestar—me lo dice con indiferencia, casi con aburrimiento. Por algún motivo, eso me relaja— veo que tienes unos secretos interesantes, cazador.


— si te atreves a decirle a alguien…


— ya, ya… ni que fuera tan malo. Es decir, he visto cosas mucho peores.


— eso no es lo que dije.


— bien, ¿a quién le puedo decir esto? no tengo demasiadas amistades por aquí, por si no lo has notado. Además ¿a quién le importa?


— a mi me importa— apago la televisión. Revuelvo entre los cajones de las alacenas de la cocina hasta encontrar lo que busco: Un encendedor y una caja de cigarros. Los tomo y salgo al balcón. Hace frio, me siento bien.  Enciendo uno, reclinándome en la barandilla.


—  eh… ¿Sabes? Te juzgue mal. Eres más interesante de lo que pareces.  


— Piérdete— Siento que aun sigo en esa horrible pesadilla.


— dime ¿Qué paso después?— le entrecierro los ojos, deseándole la muerte más lenta y dolorosa que exista— ¿Qué? soy  curioso. ¿Qué paso con eso?


— …


— vamos, no puedes dejarme con la duda.


— no voy a decirte nada.


— ¿Vas a dejar que yo lo imagine?


— …


— Lev era mayor que tu— eso es obvio.


— Yo no era más que un mocoso impresionable. Lev me era… no sé bien porque me impresiono tanto. Sergei era mucho más increíble.


— pero Sergei era como tu padre. Eso sería peor.


— cállate.


— ya, pues. Entonces, te gustaba Lev, le confesaste lo que sentías ¿y qué pasó después? ¿Te rechazo?


— claro que me rechazo. Tenía catorce años, Lev… no sé cuantos años tenía Lev, solo sé que era mayor que yo.


— umm


— No iba a tomarse en serio a un chiquillo—  Lev no fue cruel cuando me dijo que no había forma de que tuviéramos algo. Había intentado olvidar eso, no porque me haga sentir mal, me avergüenza mi atrevimiento.


— Lev no salía ¿Por qué? No lo mencionaste, lo dabas por sentado y no me entere.


— Lev fue también un cazador,  era bueno, o eso decía Sergei. Por eso se conocían— no sé porque estoy explicando esto. El sueño, recordar todo me ha dejado extraño— a pesar de ser tan bueno, Lev tuvo problemas después al no dejar que las pesadillas le invadieran.


— umm. Un cazador con pesadillas, me pregunto…


— las tenia.  Poco a poco fueron empeorando, hasta que comenzó a perderse. Veía cosas durante el día, a pesar de que todos le ayudaron. Después… no había pesadillas, al menos no ustedes, pero Lev…


— ya.  Supongo que por eso nos odias tanto ¿no?—  realmente no recuerdo porque las odio tanto, supongo que es por eso. El motivo por el que me uní a cazarlas, fue porque no podía perdonar lo que le habían hecho a Lev. Los intentos por salir de Lev terminaban en fuertes crisis que empeoraban cada vez.


— supongo.


— que injusto. Y yo que pensé que había algo más profundo. ¿Qué paso con Lev?


— no lo sé. Días después de eso solo ya no estaba, se mudo. No me dijo a donde iba, y ni siquiera sé cómo le hizo para irse.   Solo sé que ya no estaba.


— oh… así que fue eso. Bueno…— se hace un silencio, casi siento que estoy solo, no hay rastro de sus pensamientos o lo que siente— veo porque me odias tanto, pero quiero decirte algo, antes de seguir.


— ¿Ah?


— Yo no soy Lev. No me importa si sigues obsesionado con eso, no soy él. Tú eres quien me hace estar con esta forma.


— eso lo sé muy bien.


— entonces mas te vale empezar a tratarme bien, porque no seré la proyección de alguien más solo para que descargues tu frustración.


— te detesto porque eres una pesadilla, no porque seas como…— me mira, arqueando una ceja, los brazos cruzados— bien, es un poco porque eres como Lev— reconozco, con un gruñido.


— eso está mejor. Pero… en vista de que sigo con esta apariencia, me da a entender que no quieres que deje de serlo. Me pregunto…— le veo desaparecer y reaparecer frente a mi— ¿Qué es lo que esperas que pase?— murmura, tan cerca de mí, tan parecido a Lev…— ¿Qué esperas con esto, Iridian?— no puedo apartarle. No puedo pensar. Le veo sonreír, yo solo puedo mirarle, aturdido por su cercanía. Luego sus labios rozan los míos, apenas un toque… antes de desaparecer.

Notas finales:

Nos leemos la proxima semana!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).