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ERASE UNA VEZ por Ryoshin Di Juri

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Notas del capitulo:

Agradesco a quienes han dejado un rewrite, espero les guste este capítulo.

No es tan entretenido pero es parte de la historia.

Cap 2

 

La tarde paso lenta, viendo que ambos donceles parecían entenderse de maravilla (véase Sasuke apunto de una aneurisma y un más que hiperactivamente feliz Shukaku), el lobo pensó en darles un poco más de tiempo a solas para que fortalecieran sus lazos.

 

Mientras tanto, hacia las provisiones y el fuego para empezar a preparar la cena.

 

Por suerte Naruto era muy buen cazador y todavía tenía algunos alimentos de reserva, sin embargo la llegada del doncel aumentaría el consumo de la misma y a ese paso no tardarían en acabarse.

 

Kurama sabía que él también tendría que salir a cazar pronto.

 

Lejos de las divagaciones de kurama, Sasuke había terminado desistiendo a jugar con Shukaku. A esas alturas ya se había resignado a permanecer ahí hasta que pudiese escapar.

 

Se dejó hacer las cosas en modo automático mientras desconectaba para pensar. Había muchas cosas que no entendía; para empezar, ¿por qué estaba viviendo un niño humano con un par de lobos? ¿Y en verdad ese idiota lobo rubio esperaba que ocupara el rol de niñera? ¿Por qué precisamente él? No comprendía.

 

Cualquiera que se hubiese cruzado con el sabría la mala eche que se cargaba y que no era precisamente material de crianza en ningún sentido. Vamos que era doncel, pero era cualquier cosa menos delicado y maternal.

 

Bueno fuese lo que haya sido la razón para mantenerlo de rehén y niñera para el niño, no interferiría con sus planes de escape. Por lo que debería seguirles la corriente y quedarse en paz hasta que ideara una forma de escapar.

 

Y bueno no era tan maldito, de ser posible, se llevaría al niño. No le daba confianza dejarlo solo con ese par.

 

Grrrr.

 

El gruñido de su estómago en reacción al delicioso aroma a carne asada que inundó la cueva le recordó que el tiempo transcurría.

 

Él había salido de casa por la mañana, a esta hora deberían de ser pasado el mediodía.

 

Sasuke se preguntó si ya habrían descubierto su desaparición.

 

Le preocupaba el que su madre se enterase que había desaparecido en el bosque. Mama Hinata podía ser una mujer fuerte, pero cuando se trataba de que algo malo les pasase podría ser realmente histérica, más aun cuando Sai soltaba comentarios estúpidamente fuera de lugar (lo que sucedía casi siempre).

 

-Ya casi esta la cena- Shukaku le salto encima desactivando su modo automático y causándole casi caer de trasero al piso. Muy bien debe recordar no quedarse perdido cerca de un Shukaku hiperactivo.

 

Ya en sus 5 sentidos, con mente y cuerpo juntos, se dejó guiar por el niño a una parte más profunda de la cueva de donde provenía el delicioso olor de la comida preparada.

 

Al llegar se sorprendió de ver un comedor con cuatro sillas y lo que para cualquiera era a todas luces una cocina completamente humana.

 

¿Qué no se supone que los lobos eran animales más instintivos y prácticos?

 

Bueno el olor de comida cocida debió hacerle recapacitar su idea de que a la hora de la comida le arrojarían un pedazo de carne cruda. Este par de lobos al menos era civilizado.

 

Se sentó en una silla junto a Shukaku esperando a la deliciosa comida que les seria servida.

 

-hmf- un cuenco humeante de caldo de venado con verduras le fue servido al igual que al pequeño a su lado.

 

-yay venado- canturreo feliz Shukaku mientras tomaba su cuchara para comer de la forma más salvaje que había visto hacer a un ser humano.

 

Pensando que era cuestión de los lobos su falta de modales, se volteo a ver a kurama quien comía al otro lado suyo.

 

Pues no, no era cosa de lobos, kurama comía de una forma realmente educada usando el cubierto mejor de lo que había visto en algunas personas que él conocía.

 

Con el hambre haciendo que su estómago tratase de comerse a sí mismo tomo la cuchara y empezó a comer. Se sorprendió enormemente con el primer bocado, la comida estaba deliciosa.

 

-vaya realmente sabes cocinar- le dijo con el tacto que le caracterizaba a kurama.

 

-por supuesto que se cocinar- le respondió el lobo altanero –si no supiese nos moriríamos de hambre.

 

Después de ese intercambio nada amable, el resto de la cena transcurrió en silencio, excepto por los ruidos provocados por la falta de modales que Shukaku demostraba.

 

Nota mental, en lo que estoy aquí enseñarle a ese crio a comportarse más civilizado. Ni siquiera el animal que comió con nosotros tuvo esa falta de educación como el mocoso.

 

Al finalizar de cenar, Sasuke se dedicó a seguir jugando con Shukaku dejando de lado a esa bestia que lavaba trastes en lo que a todas luces era un fregadero con drenaje integrado (y al notarlo, Sasuke se preguntó cómo es que ellos tenían drenaje si estaban en una cueva viviendo como las bestias que eran).

 

Naruto llego al poco tiempo y el cuadro que le recibía era muy tierno a su parecer.Los recuerdos de su familia hace tiempo llegaron a su mente, y se los quito de encima con un suspiro sabor a nostalgia.

 

Con seriedad se dirigió hacia el interior de la cueva, directamente en dirección a un Sasuke que ignoraba completamente su presencia. Le dio vuelta al estar a su altura y solo le soltó lo que para cualquiera podría ser un gruñido por un trabajo mal hecho, pero solo era una acotación a la hora.

 

-ya es tarde, Shukaku debe dormir- parpadeo lentamente y dirigió su mirada al mismo punto donde Naruto observaba.

 

Bien estoy es extraño, tienen un reloj en la pared y no me había dado cuenta. Realmente son más civilizados de lo que imagine.

 

Dejando de lado la idea de lobos civilizados y relojes que salen de la nada, no pudo evitar pensar que efectivamente ya era tarde, y por lo menos su madre ya habría notado que algo le había pasado.

 

Tal vez ya le estuvieran buscando.

 

¿Cuánto tardarían en descubrir que un lobo dobe le había secuestrado y encontrarlo?

 

Shukaku lo saco de sus pensamientos al chocar contra sus piernas pegándose como una vil lapa.

 

-es hora de dormir Sasu-chan- motivado por los grandes ojos de cachorro bajo la lluvia, el de ojos oscuros  terminó ayudándole a cambiar su ropa por un pijama similar a su ropa de día y llevándolo a lo que de buenas a primeras era una cama demasiado grande para que solo el niño durmiese.

 

-Gracias Caperucita Sasu-chan-agradeció cortésmente el niño, sin saber que esas simples palabras podrían desatar la ira de una bestia peor que la que cuidaban de él.

 

-ya debes dormir Shukaku- intervino el rubio al darse cuenta que la ceja izquierda del doncel mayor temblaba para contener el veneno que su lengua se moría por dejar ir, como solía hacerlo su madre cuando su padre salía con una tontería tan grande que no se daba cuenta del peligro hasta que Kushina no lo hubiese dejado aporreado en el piso por una sartén.

 

-¿me leerás un cuento verdad Naruto-nichan?- solo asintió y carraspeo para atraer la atención y evitar una masacre por lo que el moreno dejaba ver.

 

-bien iniciemos tebbayo- de ningún lugar Naruto saco un libro de cuentos desconcertando al azabache doncel –hace mucho tiempo, en las cálidas arenas del país del viento, existía un reino gobernado por un amable sultán y su amada esposa…

 

Al finalizar el cuento Naruto cubrió a Shukaku y volteo a mirar intensamente a Sasuke, a lo que nuestro querido doncel azabache no se rindió en un juego de miradas intensas que termino hartando a Kurama cuando el mismo duro más de diez minutos.

 

-¿Ustedes son idiotas verdad?- con un gruñido de fastidio Kurama tiro de la oreja de Naruto para llevarlo hacia la entrada de la cueva  y volviendo después con una almohada traída de quien sabe dónde –bien, tu como la niñera dormirás en la cama con Shukaku en lo que Naruto y yo montamos guardia-

 

-mhf- con su usual toque de me vale Sasuke tomo la almohada y se acomodó del otro lado de la cama junto a Shukaku planteándose la posibilidad de que con un poco de suerte, algún animal salvaje se comería a esos dos dobes durante la noche para así poder escapar al día siguiente.

 

O al menos eso rogaba a la deidad que quisiera escucharle.


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