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El Error que Cometí por AniBecker

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Capítulo VI: Revelaciones

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Nada más llegar a su oficina, recibió un puñetazo en el rostro. Se levantó con rapidez e ira, para ver quién había sido el que se había atrevido a golpearlo sin motivo alguno, hasta cruzarse con unos orbes iguales a los de él, que lo miraban desafiantes.

Ya parecía que se había convertido en costumbre ser golpeado por su hermano Menma.

—¿Se puede saber a qué mierdas ha venido esto? —exclamó con furia, evitando el siguiente puñetazo que iba dirigido hacia él.

—¡Esta mierda es lo que pasa! ¿Se te va la cabeza o qué? —tiró sobre el escritorio el sobre de la demanda de custodia. El rubio lo tomó y lo abrió, sorprendiéndose.

—¿Qué es esto y por qué tiene mi nombre-dattebayo?

—Ah, claro, ahora nos hacemos el que no sabemos. Después de echar a Sasuke de tu vida y desconfiar de él, de no querer saber nada de tu hijo en estos cinco años, ¿ahora se te ocurre pedirle la custodia? ¡Eres un desgraciado!

—¡Eh! Un momento —pasaba con rapidez su vista por la demanda—, yo no he pedido la custodia de Mamoru.

—¿Eres idiota o qué? Entonces he sido yo —dijo con ironía—. Que sepas que no vas a conseguir separar a Mamoru de Sasuke, no te lo pienso permitir.

—¡Que yo no he hecho esto! ¿Cuándo lo he hecho? ¿Eh? —otro golpe se estampó en su rostro, haciendo esta vez que su labio sangrara—. ¡Que dejes de golpearme-ttebayo! —ahora fue él quién golpeó a su hermano, enzarzándose y haciendo que las cosas del escritorio cayeran al suelo, incluyendo el monitor del pc.

—¡Pero qué hacéis! —Minato, que aún seguía en esa empresa a la espera de que sus dos hijos pudieran amoldarse a trabajar juntos y poderse ir nuevamente a América, entró en la oficina al oír todo el ruido que provenía de dentro—. ¡Ya! Menma, Naruto —se interpuso entre los dos, consiguiendo separarles—. ¿Se puede saber por qué os golpeáis como animales?

—¡Pregúntaselo a tu hijo! Que es un bastardo.

—¡Ya he dicho que yo no he hecho algo como esto!

—Que os dejéis que pelear ya —los empujó con la suficiente fuerza para que ambos cayeran al suelo—. ¿Podéis hablar como personas civilizadas o queréis que llame a vuestra madre? —tan rápido como oyeron la amenaza, sintieron un escalofrío de terror por sus cuerpos. Minato, al ver que había conseguido así calmar a sus hijos, volvió a preguntar—. Y bien, estoy esperando aún el motivo de vuestra pelea.

—A tu querido hijo no se le ha ocurrido otra cosa que hacer esta barbaridad —le extendió a su padre la demanda, que leyó sorprendido.

—Naruto, ¿esto es cierto? ¿Eres capaz de quitarle la custodia a Sasuke-kun incluso después de haberle hecho todo eso en el pasado?

—¡Que no fui yo-dattebayo! —gritó nuevamente, furioso de que no lo escucharan ni creyeran—. Ya sé que lleva mi nombre, mis datos, todo, pero yo no le haría algo así a Sasuke.

—Tú mismo se lo nombraste en la fiesta de Mamoru, por lo que sé que eres capaz.

—¡Pero sólo se lo dije para molestarlo! —se justificó—. En verdad no tenía intención de hacerle eso.

—Pues entonces explícame esto —se cruzó de brazos, impaciente.

—Naruto, no sé qué le pasa a la tarjeta, ¿es que acaso la cancelaste? —entró en la oficina Kurama, que a su vez venía con Kushina, preguntando por el ruido que estaban montando.

—¡No puede ser! —vociferó molesto, al fijar su vista en su esposa—. Esto sólo puede significar una cosa… ¡Esto es cosa tuya! ¿Verdad? Sólo has podido ser tú —la acusó, señalándola.

—¿Se puede saber qué te pasa? ¿De qué tengo yo qué ver?

—¡De esto! Ahora que recuerdo, cuando llegué el domingo a casa te noté muy extraña… te comenté de lo ocurrido y tú dijiste que era lo mejor. ¿A esto te referías con que era lo mejor? ¿A ponerle una demanda de reclamación de custodia a Sasuke por su hijo?

—¿No llegaste a la casa borracho lloriqueando porque tu hermano se quedaría a tu hijo y que eso no lo podías permitir? Encima que te hago un favor… —habló, con completa naturalidad.

—¡Eso son cosas mías! ¿Con qué derecho haces todo esto? —le reclamó—. ¿Cómo conseguiste que un abogado hiciera todo esto tan pronto?

—Contacté con tu primo Nagato, él la redactó y la envió con rapidez, le dije que era urgente —se cruzó de brazos—. No me mires así, lo hice por ti, ¿no era eso lo que querías? Podrás desenmascarar a Sasuke delante de todos, al ver que no es tu hijo.

—¿Y quién te manda a ti a hacer algo así? —rugió Menma—. ¡Eso es algo que tú no debes meterte! Tú lo que quieres es hacerle daño a Sasuke quitándole a su hijo, no que Naruto pueda estar con su hijo. Aunque… si Mamoru no es su hijo, ¿no es así? ¿Por qué haces eso si tú piensas que no es su hijo?

—Bueno, ¿y qué si no es su hijo? Le quitarán la custodia igualmente —Minato y Kushina miraron con molesta a la pelirroja, que hablaba con maldad.

—¡Eres una maldita! Pero no lo conseguirás, yo me encargaré de ello —dijo con seguridad el pelinegro.

—¿No hay alguna forma de cancelar todo esto? —preguntó Naruto a su padre, con preocupación. Entre él y Sasuke había pasado un sinfín de cosas y, aunque le llegó a decir que le pediría la custodia, en verdad no tenía intención de hacerle algo así.

—Si ya está presentada en el juzgado, no se puede hacer nada. Es un juicio y tienes que asistir. Pero ahí puedes retractarte de que en vez de quitarle la custodia, al menos, le pides la compartida.

—De todas formas, no te la darían, has denegado de él por cinco años, y es feliz y no le falta nada con Sasuke, es imposible que el juez te diera la patria potestad a ti. Pero el daño a Sasuke ya se lo has hecho, otra vez más —salió de la oficina Menma, sacando su teléfono del bolsillo, teniendo bien claro a quién llamar—. Obaa-chan, tenemos qué hablar.

—¡Tú! No debiste meterte en este asunto —gritó el rubio—, eres una completa molestia —iba a replicar, pero al ver a sus suegros mirarla de mala gana, decidió abandonar también la estancia, pero eso no iba a quedar así, debía destruir a Sasuke Uchiha como diera lugar.

.

.

Los pocos días que quedaban para la vista del juicio se estaban terminando, siendo mañana ya el día, y Menma quería terminar por jugarse todas sus cartas, para evitar que el azabache sufriera, y mucho menos el pequeño Mamoru.

—No te preocupes, Naruto no conseguirá la custodia, es imposible que se la den, ningún juez en su sano juicio se la daría —trató de tranquilizarlo.

—Pero si dices que fue esa mujer la que preparó esa demanda, no me extraña que hubiera comprado al juez.

—No creo. Y si así fuera, para algo tengo yo algo pensado.

—¿Y el qué es? —preguntó, con curiosidad.

—Tú sólo confía en mí —tomó de su taza de té, y después colocó una de sus manos sobre las del azabache—. ¿Sabes? Hacía tiempo que quería decírtelo, pero tenía miedo de ser rechazado —levantó su mirada, hasta cruzarla con la oscura—. Me gustas, Sasuke, y me encanta Mamoru. Déjame que sea un padre para él, y le de un apellido. Si en el peor de los casos, mi hermano consiguiera la custodia, al menos no podría quitártelo, porque figuraría como mi hijo.

Sasuke no sabía qué responder. Se encontraba ante una declaración. Menma era un encanto de persona, lo había ayudado y nunca desconfió de él, siempre supo que decía la verdad. Durante todos estos años había estado junto a él ayudándolo, y había sido como una figura paterna para Mamoru.

Pero… él no estaba enamorado de Menma. Sentía estima y respeto, al igual que agradecimiento y cariño, pero no amor. Eso eran palabras mayores, y quería ser honesto con él.

—Menma… te lo agradezco, pero yo no puedo estar contigo sólo para evitar que Naruto consiga la custodia de Mamoru —dijo con sinceridad, evitando no sonar desagradecido—. Yo… no dudo que te tengo estima y cariño, pero no…

—Ya lo sé, sé de sobra que no te gusto. Pero con el tiempo, podrías sentir algo por ti —comentó, con una leve sonrisa. Después, llamó al camarero, indicándole la cuenta y soltando el dinero de ambos tés sobre la mesa—. No tienes por qué responderme ahora, no quiero forzarte, pero sí piénsatelo —tomó su mano, y le dio un beso en el dorso —. Nos vemos mañana, procura descansar, todo saldrá bien, ya lo verás.

Esa noche, fue a quedarse a dormir en la casa de sus padres, no se sentía con ánimos de dormir en su casa, necesitaba esas palabras de tranquilidad y sentirse protegido en los brazos que únicamente los de una madre, eran capaces de conseguir.  

Entró en la casa, y su madre lo recibió, diciéndole que su hijo ya se había dormido, y ofreciéndole algo de cenar, que agradeciendo, denegó, alegando de que no tenía hambre y se sentía cansado.

No se sentía cansado, pero sí nervioso. Tenía miedo de que Naruto consiguiera la custodia. Por mucho que Menma le dijera que no fue cosa del rubio, sino de Kurama, temía de que una vez que fallaran a su favor aceptara la custodia y no le permitiera a él tenerla.

No podía estar sin su pequeño, él era su vida. Se moría.

Con cuidado y sigilo, entró en la que fue su habitación hasta hacía unos años después de que volviera a Japón, dónde el pequeño pelinegro dormía tranquilamente abrazado a su peluche favorito, que se trataba de un dinosaurio verde un poco estropeado ya por el pasar de los años, ya que fue de él cuando era pequeño.

Acarició con ternura sus cabellos, a la vez que se acomodaba en la cama junto a él, para abrazarlo. Sólo deseaba poder despertar de toda esa angustia, y que por nada del mundo la suerte lo abandonara y le quitaran la custodia de su niño.

Muy dentro de él, quería confiar en que a Naruto no se la darían, y cómo mucho, sólo conseguiría algunos días de visita, o en el peor de los casos, la custodia compartida. Pero viendo que Kurama había sido la que había intervenido, temía que hubiera llegado a sobornar al juez.

Sabía de sobra que esa mujer le importaba lo más mínimo si Naruto tenía la custodia o no, es más, podía estar seguro que si por ella fuera, alejaría a su hijo lo más lejos posible de Naruto, ya que a ella no le convendría en su matrimonio, pero por otro lado, sabía que si lo había hecho, era por tal de poder hacerle todo el daño posible.

Seguro que, preferiría tener que aguantar al hijo que su esposo tuvo con quién fue con su pareja, y que denegó por todo el tiempo, a tenerlo cerca a él. Porque ella, sólo quería hacerle sufrir.

Pero, lo que más temía, no sólo era que le quitaran la custodia, sino que al tenerla Naruto, Mamoru tendría que convivir con esa mujer, y si sospechaba que maltrataba a su propio hijo, no se quería ni imaginar lo que podría llegar a hacerle a Mamoru.  Seguro que se desquitaría con él, y eso no lo podía permitir por nada del mundo.

Cerró los ojos, abrazando con fuerza al niño, a la vez que repasaba en su mente una y otra vez todo lo que habían hablado él y Menma con el abogado. Todo lo que tenía qué decir, y cómo hacerlo, no tenía que ganar ese juicio, debía ganarlo como diera lugar.

.

.

A la mañana siguiente, apenas nadie desayunó. Mamoru se sorprendió de que su papi lo despidiera de una forma más efusiva y cariñosa que siempre, incluso podía sentirlo cómo lo abrazaba con melancolía y algo de tristeza.

Minato y Kushina no quisieron volverse a América sin saber qué pasaría en el juicio, y por parte de Sasuke, asistieron sus padres, Itachi, Shisui e incluso Sakura.

Naruto se sorprendió de en vez de ver a su primo Nagato como su abogado, lo fuera precisamente de Sasuke, su hermano Menma había jugado rápido y lo había contratado él. Kurama le dijo que ya lo sabía, y por eso ella contrató a uno muy prestigioso, alegando que Nagato tenía poca experiencia aún.

El juicio comenzó, y el juez explicó el motivo de esa vista, para después darle la palabra al abogado de Naruto. El rubio, al no conocerlo, no había hablado con él que esa demanda no era suya, y que se conformaba con poder reconocer a Mamoru como su hijo, que llevara su apellido y poderlo ver y tener algunos días.

El abogado lo ignoró, y empezó a sacar trapos sucios del Uchiha, ingeniándoselas de cualquier manera para que el juez aceptara el testimonio. Por su parte, Nagato, enterado de todo lo que su rubio primo hizo, contó con todo detalle desde aquel día en el hospital desconfió y rechazó al niño, más que durante todos esos años, no había aparecido delante del niño ni mucho menos se le había visto indicios de preocuparse por él y reconocerlo.

Naruto se sentía mal, porque ahora se estaba dando cuenta de lo desgraciado que había sido con Sasuke, y que se dejó engañar por Kurama y le hizo esa prueba de paternidad a Mamoru, y peor aún, desconfiar y cuando vio que dio negativa, no indagó más para ver qué fue lo que pasó.

La desolación y descontento llegó cuando el otro abogado se sacó una gran mentira, contrarrestando la verdad que Nagato había contado. Según ese hombre, alegó y reafirmó, de que Sasuke se marchó por su propia voluntad —cosa que en parte fue verdad—, ocultándole a Naruto sobre el niño, y nunca contándole la verdad, hasta que fue días atrás cuando se enteró de su paternidad.

El rubio se levantó, enojado, diciendo que todo eso era mentira, que él sí sabía de ese niño y que él mismo fue el que echó a Sasuke. La sala empezó a murmurar, y a oírse quejas por parte de la familia del azabache, al igual que Minato se levantó alegando que su hijo era consciente de ese hijo, y el juez, viendo que había demasiado alboroto, decidió hablar para dictar sentencia rápidamente.

Naruto se llevó las manos a la cabeza, restregándoselas por el cabello, temiendo el resultado de la sentencia, en cambio, Kurama sonrió con satisfacción. Aunque no era la única que tenía una sonrisa triunfal en el rostro, Menma miró a su primo, y le indicó que terminara su defensa antes de la sentencia.

—Con la venia, señoría —se levantó Nagato, tomando entre sus manos un sobre blanco—, mi cliente tiene una prueba con la que se podrá dictar con facilidad la sentencia —el juez le pidió dicha prueba, y el pelirrojo se acercó al estrado, para entregarla, a la vez que proseguía hablando—, esta es una prueba de paternidad, dónde se puede corroborar que Uchiha Mamoru no es hijo de Namikaze Naruto.

Todos en la sala se quedaron sorprendidos, más quién más lo estaba era el propio Sasuke, quién abrió los ojos, que hasta hacía unos segundos los tenía cerrados con fuerza. ¿Cómo podía ser posible eso?

Echó un vistazo a Menma, que no se le veía ni un ápice de preocupación en su rostro. ¿Ese era su as bajo la manga? ¿Falsificar la prueba de paternidad?

—Efectivamente, Namikaze Naruto no es el padre biológico del niño por el que se pide custodia, por lo que no se le puede adjudicar la patria potestad —Menma le dio ahora al Uzumaki otros sobres más, para que prosiguiera con su defensa.

—Además, señoría, eso no es todo —volvió a acercarse—, en esta prueba se puede comprobar como Uchiha Mamoru es hijo biológico de Namikaze Menma.

—¿Se puede saber de qué vas? —protestó Sasuke elevando la voz. No iba a permitir que por tal de evitar que no le quitaran la custodia de su hijo, Menma jugara tan sucio haciendo pasar a Mamoru por su hijo, y mucho menos ponerlo delante de todos como un supuesto infiel que ha tenido un hijo con alguien que no era su pareja.

—¡Mamoru es mi hijo, no tuyo! ¡Más quisieras que así lo fuera! —exclamó Naruto a su hermano—. ¡Has falsificado esas pruebas!

—De más quisiera nada, claro que es mi hijo —se defendió el pelinegro—, ya va siendo hora de que se sepa la verdad.

—¡Silencio en la sala o la desalojo! —gritó el juez, al ver cómo ambas partes protestaban y los asistentes murmuraban.

—Señoría, aún no terminé, y como solicité, tengo un testigo que explicará mejor la situación de todo esto.

—Está bien, que pase la testigo… —se colocó mejor las gafas para leer el nombre—. Senju Tsunade —una rubia de grandes atributos entró a la sala, sorprendido a sus familiares.

—¡Oba-chan! ¿Qué es lo que haces aquí? —cuestionó con sorpresa Naruto, ya que la mujer debería encontrarse en América, no precisamente ahí. Unos golpes en la mesa por parte del juez, hizo que el Namikaze se callara.

—Señora Senju, ¿qué testimonio puede aportar a este jurado?

—Con la venia, señoría, protesto, ni a mí ni a mis clientes se nos había informado de este testigo.

—Silencio, letrado, he pedido el testimonio de la testigo —con el brazo, le indicó que empezara.

—Soy médico de la familia, y por sospecha de uno de mis nietos, me hizo investigar un suceso que ocurrió hace cinco años. Hay varias pruebas de ADN, en las que se puede observar que Namikaze Naruto no es padre de Uchiha Mamoru, siendo el verdadero padre, Namikaze Menma —miró a ambos nietos, antes de proseguir—. Aclaro con rapidez, de que Uchiha Sasuke no le fue infiel a su expareja, todo tiene una simple explicación, porque su ADN, tampoco corresponde con el niño.

—¿Se puede saber qué le pasa? —siguió protestando el azabache—. Menma, ¿se puede saber qué te estás inventando?

—De invenciones nada —sujetó su mano, y la apretó—, sé que va a ser duro, pero era algo que llevaba sospechando desde hace un tiempo, aunque me hubiera gustado de que te enteraras de otra manera.

—A ambos niños, Uchiha Mamoru y Namikaze Keiichi, se les realizó pruebas de paternidad, en las que se puede observar cómo no concuerdan con los progenitores con los que residen. Mamoru, es hijo de mi nieto Menma y esta mujer, mientras que Keiichi, es hijo de mi nieto Naruto y Sasuke —y la bomba estalló—. Después de que se les realizaran ambas pruebas de ADN, y se corroboraran sus progenitores, se observa como los niños fueron cambiados el día del nacimiento. Ambos nacieron el mismo día y en el mismo hospital, el mismo que yo dirijo. Unos de mis médicos, Yakushi Kabuto, que ya está realizada una demanda y está suspendido por el Colegio de Médicos, colaboró con esta mujer para que, cuando se le realizara una prueba de paternidad, fuera positiva, mientras que la de Uchiha Sasuke diera negativa.

—¡Está mintiendo! —rugió Kurama, con cólera—. ¡Siempre me odió! ¡Sólo son calumnias!

—Señora, o se mantiene en silencio, o la expulso de la sala —amenazó el juez—. Prosiga, testigo.

—Ella estuvo con mi nieto Menma, y quedó embarazada, ocultándole la verdad y utilizando a mi nieto Naruto, haciéndole creer que era su hijo para casarse con ella. Con ayuda de Yakushi Kabuto, cambiaron los bebés a la hora de nacer, entregándose el contrario a la verdadera madre.

—No… no puede ser verdad… —murmuró Sasuke, mientras sus manos no dejaban de temblar.

—Entonces… ¿Keii-chan es hijo de Sasuke-kun con Naruto, mientras que Mamoru-chan de Kurama con Menma? —dijo por lo bajo Kushina a Minato—. ¿Tu sabías de esto?

—¿Cómo quieres que yo supiera eso? Sabía que Mamoru sí era también nuestro nieto, pero no por esa forma.

—¡Es mentira! ¡Esta mujer está mintiendo! —volvió a protestar la pelirroja.

—Entonces, ¿no conoce a Yakushi Kabuto? —formuló la pregunta Nagato—. Porque él ha reconocido que sí la conoce, y que colaboró con usted por un módico precio que todavía le debe.

—¡Por supuesto que no! ¡Yo no le debo nada a ese inútil! —exclamó, dándose cuenta en el acto, que ella misma se había delatado.

—Ahí lo tiene, señoría, ella misma se acaba de delatar.

—¡Me las vas a pagar, desgraciado! —le gritó a Nagato, para después dirigirse a Menma—. ¡Y tú también! ¡Que sepas que habrás ganado esta batalla, pero no la guerra! Si estamos así, me llevaré a tu hijo, y nunca lo verás.

—No sé si se da cuenta de que todo lo que está diciendo puede ir en su contra —habló el juez—. Todo lo que ha hecho se considera delito, por lo que, con estas pruebas suficientes, se le arresta a la vista de su juicio junto a su cómplice.

—¡Me las pagaréis, desgraciados! ¡Juro que me las pagaréis! —dos policías, la sujetaron y arrestaron, llevándosela de la sala.

—Vista que por lo que se realiza este juicio, la custodia de Uchiha Mamoru, no es hijo de Namikaze Naruto, el niño pasará a tener la custodia de su verdadero padre, Namikaze Menma, mientras que Namikaze Keiichi pasa a custodia compartida por sus padres biológicos, Namikaze Naruto y Uchiha Sasuke. ¡Se levanta la sesión! —sentenció el juez, levantándose de su asiento y disponiéndose a salir de la sala.

Dicho esto, todos los presentes no se podían creer tal revelación, que estaban demasiado impactados. Tanta fue la impresión, que el mismo Sasuke no pudo aguantarla, que terminó por desmayarse.

Menma, con rapidez, atinó a tomarlo en brazos, y los Uchiha se acercaron también preocupados, al igual que Naruto.

—Oba-chan, ¿está bien? —se preocupó el rubio—. ¿Qué le pasa?

—Está desmayado, mocoso, deja de molestar. Lo mejor será que lo llevemos al hospital para asegurarnos.

Y es que no era para menos que se encontrara en esa situación, después de enterarse que, el niño que había criado desde que nació, no era su hijo, mientras que el verdadero, se había criado alejado de él, y sufriendo posiblemente maltrato por parte de esa mujer.

¿Cómo iban a solucionar ahora todo eso? ¿Cómo le iban a decir la verdad a los niños? Y lo que más miedo daba, ¿cómo iban a reaccionar? Sólo eran unos niños inocentes de apenas cinco años.

 

 

 

Notas finales:

Bueno... no tenía intención de actualizar aún, pero hace tiempo que no actualizo y no quería tardar más en hacerlo. 

Sé que much@s temíais esto y no queríais que fuera verdad lo que teníais en mente, pero efectivamente, los bebés fueron cambiados el día del nacimiento y por eso, cuando le hicieron la prueba de paternidad a Mamoru salió negativa, porque no es hijo de Naruto. 

No sé si alguien se fijó, pero Menma y Naruto no son gemelos, como los suelen poner en la mayoría de fics cuando suelen ser hermanos, sino que yo los pongo mellizos. Fue por ese mismo motivo, porque si fueran gemelos, la prueba, aunque no fuera su hijo, iba a salir positiva, debido a que serían hermanos genéticamente iguales, y para que pudiera dar negativa, por eso los puse mellizos. 

Confieso que tenía en mente que la demanda de custodia, la hubiera solicitado Naruto, pero después de pensarlo, quise no hacerlo más malo de lo que ya había salido, siendo así Kurama quién, aunque se condenó ella sola en el juicio y si no se hubiera celebrado podría ser que no se hubiera sabido la verdad y ella seguiría con su farsa, solicitó esa demanda para poder quitarle el niño y hacerle daño a Sasuke y que de ese modo, odiase más a Naruto y así desapareciera cualquier posible acercamiento entre ellos. 

Sin más, gracias por leer. 


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