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Motivos clichés y el intento de cambiar lo imposible por Kenza

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, aquí les dejo el capitulo dos. También fotos referentes a los protagonistas. Claro que es de cada unx imaginarlos como gusten. Solo las dejo de referencia ^^

 

{Derek} https://i.pinimg.com/originals/74/9c/59/749c59ddbec6299dba9a2bcf68fb3537.jpg

 

{Connor} https://66.media.tumblr.com/d00cbea519190c73c45b68278d1c3a51/tumblr_pnkzri2cgT1taxk5eo1_540.jpg 

Connor 

 

 

 

—¿Desde cuándo los anteojos se consideraban gays? —levanté la vista del papel que tenía en la mano, fruncí el ceño con confusión y mis labios se torcieron en un ceño molesto.

 

Derek abrió la nevera y sacó un batido de proteínas del estante superior. 

 

—Hace dos minutos, cuando lo escribí.

 

Volví mi mirada al papel, pasando por alto la lista de cosas que había escrito para que yo pudiera seguir y así al menos fingir ser hetero.

A pesar de que le había seguido la corriente, todavía tenía mis dudas. Nada de esto parecía correcto y todo lo escrito en la lista era estúpido.

 

—Sí, pero sabes; los necesito para poder ver.

 

Él puso los ojos en blanco. —Compra unos de contacto.

 

Mis ojos se abrieron con horror. 

—No, no, no, no. De ninguna manera, les tengo terror a los lentes de contacto. —Derek sofocó una carcajada. 

 

—Superalo, —le di una mirada de incredulidad.

 

—No, ni creas que los compraré. Usar lentillas no es bueno, —suspirando, Derek abrió la tapa del batido de proteínas y se bebió la mitad de la botella con solo unos pocos tragos. Cuando volvió a prestarme atención, se pasó una mano perezosa por su cabello castaño oscuro mientras daba un suspiró.

 

—Pero si usas lentes de contacto atraerás a más chicas, lo que, en consecuencia, dará a la suposición que has tenido varios coños durante días.

 

Continué frunciendo el ceño. 

—¿Coños por días? ¿Por qué haces que suene tan asqueroso? —me observó de nuevo, levantando una ceja.

 

—¿Crees que el coño es asqueroso? —lo miré con incredulidad por unos momentos, antes de suspirar y sacudir la cabeza. Una vez que había recordado la situación, cambié mi atención a la sala de estar. 

Podía recordar claramente aquellos días que pasábamos horas jugando videojuegos y su madre tenía que hornear galletas para que nos detuviéramos. 

 

—Veo que tu casa no ha cambiado demasiado, —comenté. 

 

—¿Por qué? ¿Creías qué iban a cambiar todo el tapizado?

 

—No, yo solo ... —apreté mis labios y suspiré.

—Simplemente, ha pasado un tiempo.

 

La última vez que hablé con Derek fue en el verano antes del primer año de secundaria, cuando seguimos hablando de lo divertido que sería el secundario. Pensé que íbamos a ser amigos por siempre, pero el primer día de clases, encontró personas que eran mucho más interesantes que yo.

Antes de que tuviera tiempo de entenderlo, Derek se había convertido en el chico más buscado de toda la escuela.

No era exactamente como esperaba que terminara nuestra amistad, pero ya no tenía sentido intentar hablar con él. 

Derek se había movido por la cocina, así que levanté la vista para verlo mirándome escépticamente.

 

—Entonces, ¿eres como un gay de verdad? ¿O solo estas jugando conmigo?

 

Suspiré.

—Sí, Derek, planeé todo esto para meterme contigo, —poniendo los ojos en blanco, abrió el horno cuando sonó el temporizador y tiró de la asadera con una pizza entera.

 

—No estoy tratando de ser grosero, —dijo en un esfuerzo de sonar menos idiota. 

—Pero has tenido muchas novias en la escuela primaria.

 

—Novias de primaria, —repetí con una expresión seria. 

 

¡Increíble! Realmente pensaba que tener una novia cuando tenía doce años contaba como heterosexual, entonces él era realmente estúpido. 

 

—Bueno, ¿qué hay de Gracie Hudson? Había jurado que los dos se gustaban.

 

—Entonces juraste mal, —contesté. Derek tomó una porción de pizza del lote recién hecho y le dio un gran mordisco.

 

—Ya veo, supongo que todavía eres virgen, ¿verdad? —mis labios se torcieron en una pequeña sonrisa.

 

—Solo porque no flipe con ninguna chica, no significa que sea virgen.

 

—Entiendo, pero ¿de qué otra forma podrías… —los ojos de Derek se abrieron cuando las piezas finalmente se juntaron. —¡Asqueroso! ¿Qué demonios, te pasa?

 

Gemí con los dientes apretados y me pellizqué el puente de la nariz con frustración.

—Esto fue un error, —murmuré en voz baja cuando me levanté del asiento y comencé a recoger mis cosas.

 

Ya había llegado a la puerta de entrada, cuando Derek me siguió y tiró de mi muñeca, obligándome a dar la vuelta.

 

—Connor, no te vayas. No quise ofenderte ni nada. Es solo que es ... extraño ... Imaginarte haciendo ese tipo de cosas con otro tipo. —lo miré de reojo.

 

—¿Y por qué lo tendrías que imaginar? —Su boca se abrió con asombro.

 

—¡No! No estoy tratando de imaginarlo. Es sólo que, ¡¿ay tú me entiendes?! —sacudí la cabeza con incredulidad. Derek comenzaba a colmar mi paciencia. Era difícil de creer que en realidad fui amigo de este chico.

 

—Está bien, Derek, —digo en un intento de no decir lo que realmente tenía en mente. 

 

—Déjame ayudarte, —continuó con una pequeña sonrisa.

—No está bien que te pasen estas cosas y, como amigos, tenemos que cuidarnos los unos a los otros.

 

—Ya no somos amigos, —él lo dejo bien en claro cuando me había desechado como a un juguete viejo y suplantado con gente mucho más relevante. Lo dejo bien en claro cuando ni siquiera me miraba en los pasillos. También dejo en claro  el no decearme un feliz cumpleaños durante los últimos cuatro años y, sin embargo, quería ayudarme, ¿de dónde venía todo esto?

Sólo Porque me vio colgando de mi ropa interior, no significaba que estuviera obligado a ser el héroe y sobretodo que tuviera pena de mí. 

 

—Derek, —suspiré. Cruzó los brazos contra su pecho y apretó los labios en una sonrisa maliciosa.

 

—Protesta todo lo que quieras. No me rendiré hasta que me dejes ayudarte. —suspiré por centésima vez en el dia. 

 

—Es curioso cómo escoges esta situación para mostrar tu preocupación, —dije en voz baja. A pesar de que sabía que no tenía nada que ver con Derek, todavía me encontraba desplegando el papel arrugado en mis manos. Echando un vistazo a la lista absurda. 

 

suspiré una vez más. —Está bien, ¿qué es lo que sigue en la lista? —Derek sonrió y cruzó los brazos contra su pecho, entonces hecho un vistazo a la lista en mis manos.

 

—Bueno, después de deshacerte de esos horribles anteojos, también necesitamos renovar tú guardarropa. —su mirada se dirigió hacia mis pantalones color caqui y la camisa a cuadros abotonada que llevaba 

 

—¿Qué pasa con mi ropa?

 

—Nada, —sofocó una risa, —parece que dedicas mucho tiempo a tu vestimenta. —No pude ocultar el aspecto desconcertado que se transformaba en mi cara.

 

—¿Así que tendría que usar ropa al cuerpo, pantalones caídos o ajustados por días? ¿Debería cortar mí pelo, como el tuyo? —fui irónico y él sonrió.

 

—¡Lo estás entendiendo! —negué con la cabeza. 

 

—Se supone que debes darme tips para disimular ser hetero, no cómo contraer una infección por hongos.

 

Era obvio que nada de lo que dijera haría que la actitud despreocupada y tonta de Derek se desvaneciera.

 

—Se dice olor a hombre —replicó

—Y a las chicas les encanta. 

 

Me imagino que así consigue coños durante días, en estos momentos estaría agradeciendo mi extrema homosexualidad.

No le respondí. En cambio, crucé mis brazos a través de mi pecho y esperé pacientemente a que cambiara de tema. De repente, toda esta charla sobre ser heterosexual no me parecía tan atractiva. Era demasiado trabajo y preferiría ser violentado por el resto de mi vida que aguantar esto. Pero por alguna razón, quería hacerlo. Si significaba tener que pasar tiempo con Derek y ponernos al día sobre los cuatro años perdidos, lo haría; por esta razón aguantaba todo, porque en realidad extrañaba su amistad.

 

Se suponía que éramos como los Bananas en pijamas, y no era divertido si yo solo era Bananon.

Derek sacó su celular de su bolsillo trasero y comenzó a teclear rápidamente en la pantalla.

 

—Creo que puedo conseguir que Melek nos ayude, —me hablo, mientras tenia sus ojos verdes agua pegados a la pantalla. 

 

—¿Melek? —pregunté dudoso. 

 

—Sí, ella es mi mejor amiga. —de repente me quedé sin aire. 

 

—Mejor amiga, —repetí entre susurros.

 

¡Acaso una chica que Derek había conocido durante cuatro años había superado los ocho años que yo le conocía! 

 

Una chica era su mejor amiga... ¿Por qué me importaba tanto? Seguramente no me hubiera importado antes de que Derek milagrosamente hubiera salvado mi trasero de ser cortado por mi ropa interior. Estos últimos cuatro años estuve bien sin él. Ya no quería ser su mejor amigo 

—Creo que debería irme, —hablé, rompiendo el incómodo silencio, y caminé lentamente hacia la puerta. Apartó la mirada de su celular y me miró confundido. 

 

—¿Tan temprano? —le devolví una débil sonrisa.

—Sí, tengo tareas que hacer, —No lo cuestionó. En cambio, terminó su mensaje de texto, volvió a guardarse su celular en el bolsillo y me saludó con un asentamiento de cabeza.

 

—Esta bien, nos mantendremos en contacto. —me lanzó una sonrisa rápida y un guiño arrogante,  acompañadome hasta la salida y luego cerrar la puerta a mis espaldas.

 

De repente la puerta se abrió de nuevo y sonriendo preguntó:

 

—Tu número sigue siendo el mismo, ¿verdad? —asenti.

 

—Sigue siendo el mismo.

 

—Impresionante, —fue su respuesta mientras volvía a cerrar la puerta. Dejé salir otro suspiro, abrí la pequeña puerta de su patio delantero y caminé unos pasos hasta donde estaba estacionado mi auto.

 

 

•••••••••••••

 

 

Tan pronto como puse un pie en mi casa unos diez minutos más tarde, me saludó mi amiga más cercana, Gina, corriendo por las escaleras y lanzando sus brazos alrededor de mís hombros. Ella casi me tira al suelo pero pude mantener el equilibrio, ya que afortunadamente me sostuve con la ayuda del perchero que se encontraba a mi lado.

 

—Sabes, te tomó un buen rato, —comentó ella.

 

era solo cuestión de tiempo antes de parecer a Hannah Montana, teniendo una doble personalidad pero con la diferencia de que ni en sueños me convertiría en una superestrella.

 

Sacudí la cabeza con incredulidad.

—Gracias por haber avisado que vendrías, —hable denotando el sarcasmo en mis palabras.

 

Gina se apartó de mí y puso los ojos en blanco.

—Sabes que prácticamente vivo aquí. 

—¿Enserió? —le pregunté con ironía.

—Entonces porque no pagas renta. —enseñó una mirada astuta mientras subía la comisura de su labio; mostrando  una sonrisa completa, dio una vuelta como si fuera una bailarina de ballet permitiendo que su cabello rubio y rizado siguiera el movimiento.

 

—Te quiero, mucho, mucho.

 

Gina y yo nos hemos hecho amigos a mediados del segundo año de secundaria. Fuimos emparejados como compañeros de laboratorio, y desde ese entonces desarrollamos un fuerte vínculo. Era agradable y dulce, considerada con cada cosa que veía bien, pero la razón por la que terminé colgado de mi ropa interior en la puerta de un armario fue porque ella me había arrastrado a esa infame fiesta.

 

Y todavía no la he perdonado por eso.

 

—Así que ... —Gina juntó las manos y saltó con entusiasmo,

—... ¿Cómo te fue? ¿Es más sexy de cerca? —la empujé y entré a la cocina.

 

—No, no lo es, —Gina resopló. 

 

—¡Vamos! Derek Fletcher es la definición de sexo en un hombre, es jodidamente hermoso. 

 

Me molesta cómo la gente solo conoce a Derek por ser tan atractivo y me refiero a atractivo a la vista, de cerca y de lejos. Hoy en día, La personalidad ni el carisma siquiera importan.

 

—También es la definición de estúpido en persona. —Gina viró sus intensos ojos oscuros y se dirigió hacia la alacena detrás de mí mientras me preparaba un tazón de cereal.

 

—Pero, ¿acaso eso importa? Sabes, he oído que puede hacerlo en un montón de posiciones diferentes.

 

Hice una mueca.

—Gracias por la información, —Gina obviamente no estaba captando la ironía.

 

—¿No tienes curiosidad? ¡Oye!, no me digas que no has fantaseado con él, al menos una vez. —movió sus cejas de color claro hacia mí de una manera sugestiva.

 

—No lo he hecho, —dije con orgullo. Metí una cuchara en el tazón de cereal y la dirigí a mí boca, permitiendo que la leche goteara por los lados.

Ella sacudió la cabeza en señal de desaprobación.

 

—Bueno, ya que ustedes solían ser amigos y todo ... ¿él tiene algo bueno? —Me encogí de hombros.

 

—Supongo, pero dudo que sea algo necesario, considerando que ahora es una persona completamente diferente. —Gina dejó escapar un gruñido de irritación cuando finalmente se dejó caer en el taburete de la cocina y sostuvo su cabeza en sus manos.

 

—Para ser un chico gay, realmente no te gusta hablar de muchachos.

 

—Tómalo o déjalo, —le respondí con una sonrisa tonta.

—De hecho, tengo control sobre mí mismo.

 

—¿Quién lo hubiera imaginado? —Gina se extendió sobre la isla  de la cocina que nos separaba y empujó mí hombro juguetonamente.

 

—Debemos hacer la tarea —Gina tomó su mochila del suelo y levantó una delicada ceja hacia mí.

—Y con los tips que te dará Derek, ¿serás un fake hetero durante la semana?

 

—Supuestamente, —respondí mientras metía otra cucharada de cereal en mi boca. La inteligente de Gina Cackle terminó su tarea en menos de doce minutos, en cambio yo tarde un poco más, luego de una breve charla de algunos temas que no entendía, Gina tomó sus cosas y se marchó a su casa. Me senté en silencio mientras terminaba mi tazón de cereal.

 

Justo cuando terminé mi última cucharada, mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo trasero. Con pereza, sacándolo de su lugar seguro, eché un vistazo a la pantalla.

Era un nuevo mensaje de texto de Derek: el primer mensaje de texto que recibí de él en cuatro años. Mis dedos fueron más rápidos que mi mente, porque ya estaba abriendo el mensaje antes de que me diera cuenta. 

 

[Derek] 

Solo falta una pequeña cosa para tener en mente nuestro objetivo ;)

 

Me acomode en mi asiento solo para sorprenderme completamente cuando el siguiente mensaje de Derek era una foto de muy alta calidad de una chica desnuda que abarcó por completo la pantalla de mi celular, reacciónando de inmediato, alejé el aparato a una distancia moderada.

 

[Derek]

Mira toda esa belleza, ¡esos grandes pechos! ¿acaso no querrías hundir tu cara en ellos? 

 

Él había respondido unos segundos después de haber enviado la imagen.

 

—Claro, "pechos grandes" —Me encontré riendo poco después. 

 

No por lo que dijo, sino por lo ridículo que es. 

Estaba de acuerdo con este estúpido plan. Pero me sentía mal al no escuchar la vocecita en el fondo de mi mente, que decía que era una mala idea.

 

También el hecho de lo absurdo que era pensar que podríamos volver a ser amigos. 


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