Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Relámpago de primavera. por Gilbo

[Reviews - 48]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

N/T: Hola, luego de una larga semana por fin está listo el segundo capítulo, para que le den todo su amor. XDXDXD

Me emociona mucho que le hayan dado una oportunidad y también agradezco mucho todos sus comentarios.

-¿Y qué quieres que haga? –Contestó molesto el rubio. – ¿Quieres mi vida? ¡Entonces te la daré! Pero a cambio voy a pedirte una sola cosa Kaiba –Dijo acercándose peligrosamente al castaño. – Solo te pido que si hago eso, me prometas que cuidaras de mi hermana menor. –Hizo una breve pausa. – Ella es lo más importante que tengo en mi vida, al igual que el resto de mis amigos, pero Serenity siempre será mi prioridad, por ello te pido que a cambio cuides muy bien de ella y veas por su felicidad. Si me prometes que harás eso, yo con gusto te entregare mi vida sin dudarlo. –Seto guardo silencio sin saber que decir o cómo actuar. Wheeler hablaba completamente en serio, lo cual lo conmovió bastante. ¿Hasta ese punto estaba dispuesto a llegar por una promesa? ¿Es que acaso Wheeler no valoraba su propia vida? –


 


Seto se puso en pie, llevando lentamente su mano derecha hacia la mejilla del otro, quien de inmediato se quedó congelado viéndolo, sin poder creer lo que estaba haciendo el castaño. Su mano estaba fría, pero el contacto era suave. Joey no pudo evitar sentirse nervioso, mientras que por la mente del más alto no dejaba de resonar la misma pregunta. ¿Así se sentiría tocar a esa persona? –


 


-Si realmente quieres ayudar a Mokuba o a mí, entonces tendrás que entregarme tu corazón Wheeler. O al menos fingir que me amas. – Wheeler abrió muy grande los ojos al escuchar aquello último, separándose de inmediato de Kaiba. ¿Le estaba jugando una broma? Seto simplemente sonrió de medio lado, antes de volver lentamente su cuerpo hacia atrás, sin despegar sus fríos ojos de él. – Entonces no estás dispuesto a cumplir tu promesa, ¿eh? Como suponía, nadie puede ayudarme... –Joey tragó con algo de dificultad un poco de saliva. Sentía su garganta reseca y ese sentimiento de culpa, dolor e impotencia volvió a su pecho, haciendo sufrir a su corazón. –


 


¿Dónde había escuchado eso?


 


*Flash back*


 


Aquella mañana había salido muy temprano de su casa, para ir a Kame Game a visitar a Yugi, quien visiblemente aún se encontraba demasiado afectado, luego de su despedida con Atem; el espíritu que antiguamente habitara del rompecabezas del milenio y quien había regresado del más allá, para ayudarlos a derrotar al espíritu malvado de la sortija del milenaria.


 


Joey entró a la tienda con una enorme sonrisa, para levantarle los ánimos a su amigo, aunque por dentro él también resintiera la pérdida de faraón. El pequeño de ojos violeta apenas levanto la vista por unos segundos para verlo, para después volver a perderse en sus propios pensamientos. El rubio ya no sabía que más hacer para ayudar a su amigo, pues luego de aquel breve reencuentro que había tenido el pequeño con Atem, Yugi estaba pasando por un momento complicado, por ello se le había ocurrido que tal vez sería bueno para el tricolor distraerse un poco.


¡Y qué mejor distracción, que participar en una nueva competencia de duelos de monstruos, que se estaba organizando en el castillo de Pegasus!


 


-¡Yugi, mira lo que encontré! – Anunció mostrándole un pequeño cartel que se había encontrado el día anterior cerca de su nuevo trabajo, en el que se anunciaba una nueva competencia en el reino de los duelistas. Yugi nada más verlo prácticamente se lo arrebató de las manos. – ¿Te interesa participar en una nueva competencia? –Pregunto inocentemente, así como también feliz de que su amigo por fin mostrara interés en algo más que pasar su tiempo encerrado en aquella tienda, o en su habitación. –


 


Motou en cambio le miró con un semblante molesto.


 


-¿Qué si me interesa? – Le cuestionó repentinamente enfadado. – ¿Cómo puedes siquiera preguntarme eso, cuando sabes que ahora mismo no estoy pasando por un buen momento? –Joey parpadeó sorprendido de que su amigo le hablara de ese modo. Pues así no era su amigo. O por lo menos Yugi nunca le había hablado de ese modo antes. –


 


-L-Lo siento Yugi. –Se disculpó muy apenado el rubio. – Yo solo quería ayudarte. Últimamente has estado bastante distraído y pensé que.... no se... Tal vez entrar en una competencia de duelo de monstruos te levantaría el ánimo. Sabes bien que lo que menos haría en este momento seria molestarte. Sobre todo porque se cómo te sientes. –Muto miro con una increíble frialdad a su amigo, quien de pronto no era capaz ni de reconocerlo. No parecía que esa persona se tratara de la misma persona con la que había compartido buenos y malos momentos juntos. –


 


-¡Quieres dejar de pretender que sabes cómo me siento! –Reprochó – Atem era parte de mí, yo estaba más unido a él que cualquiera de ustedes. Yo... –El pequeño tricolor desvió su mirada, mientras sentía como se formaba un nudo en su garganta. –Yo aún lo echo en falta todavía… Pese a que en el fondo siempre tuve presente, que algún día teníamos que separarnos y decirnos adiós, él inevitablemente se convirtió en una persona muy importante para mí. Él fue quien me dio esa otra clase de felicidad.


 


Joey bajó la mirada. Por supuesto que lo sabía. Lo sabía y eso era lo que más le molestaba, aunque jamás lo diría en voz alta. Atem también era su amigo y lo apreciaba mucho, pero no podía evitar sentir una opresión en su pecho, cada vez que se daba cuenta que jamás llegaría ser tan cercano a su amigo, como él lo era.


 


-Decir adiós era lo mejor para los dos. –Continuó Yugi, con los ojos llenos de lágrimas. – Era necesario, aunque no fue fácil y aun no lo es... Pero comenzaba a acostumbrarme a no verlo y estaba haciéndome a la idea de que jamás volvería y entonces Kaiba...


 


-Yugi... –El mencionado miró al de ojos miel, sintiendo un terrible nudo en su estómago. Joey intentó acercarse a él, pero el más pequeño no se lo permitió. En cambio se apartó del rubio, retrocediendo algunos pasos, para poner distancia entre ambos. Yugi mordió con fuerza sus labios. Aquello que tenía dentro de su corazón y lo que su boca estaba a punto de decir, eran dos cosas completamente opuestas. Algo que realmente no sentía y que sin embargo consideraba necesario expresar. –


 


-Aunque hayamos tomado caminos diferentes, creo que aún es nuestro destino encontrarnos una vez más. ¿Sabes lo que eso significa, verdad? – Cuestionó sin poder verlo a la cara. –


 


-¿E-Eso quiere decir...?


 


- Si. – Joey se sintió repentinamente destrozado con aquella respuesta. Sobre todo porque ahora si estaría completamente solo, ahora que sus amigos habían tomado caminos distintos. Sobre todo ahora que Yugi también se alejaría. – De verdad aprecio lo que siempre has hecho por mí, eres un buen amigo Joey, pero esto que siento dentro de mi corazón, es algo que solo yo puedo resolver.


 


-Pero no tienes por qué alejarte –El rubio extendió su mano para alcanzarlo, pero el otro la apartó de si, con un rápido movimiento brusco. –


 


- Gracias Joey. Gracias por todo, pero nadie más puede ayudarme...


 


*Fin del flash back*


 


-¡No digas eso! –Gritó de repente, sujetando fuertemente a Kaiba. – Sé que estas sufriendo, lo he sabido desde hace mucho, pero mirar atrás no es la solución. De nada sirve volver al pasado... Por muy doloroso que sea el presente, debemos afrontarlo... Sé que si lo intento puedo ayudarte. Solo... ¡Solo permíteme ayudarte Yugi!


 


Joey soltó inmediatamente al castaño al darse cuenta que no estaba hablando con su amigo, sino con Kaiba, quien en ese momento lo miraba tan fijamente, que parecía que era capaz de ver a través de sus ojos, sus verdaderos sentimientos. De pronto al verse tan expuesto frente al otro, se había quedado completamente paralizado del miedo. Joseph entonces guardo silencio, preparándose mentalmente para escuchar las que seguramente serían las palabras más crueles y llenas de burla por parte del castaño, pero este simplemente lo observo en silencio, para después llevar nuevamente su mano hacia su mejilla, para acariciarla suavemente.


 


-¿Q-Que haces? –Le cuestionó temeroso. Seto limpió algunas lágrimas con la yema de su dedo pulgar. El delicado rose le hacía enrojecer de la vergüenza. ¿A que estaba jugando Kaiba? –


 


-Ese sentimiento lo conozco y sé que duele... Es tan molesto. –Respondió con una media sonrisa. – Pero no hay nada que se puede hacer. –De pronto, gruesas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos sin poder detenerse. Joey se aferró a si mismo tratando de consolarse. –


 


¿Así que eso es lo que sentía Kaiba?


 


¿Así se sentía tener el corazón roto?...


 


No pudo evitarlo, de pronto comenzó a sentir un hueco en su corazón; Se sentía tan vacío al darse cuenta que aquello que sentía por esa persona, era amor. Un amor que jamás seria correspondido. Un amor que estaría inevitablemente condenado al fracaso. Algo que jamás debió ser más que amistad. Kaiba entonces caminó hacia el rubio, para envolverlo lentamente entre sus brazos. Joey recargo su rostro contra el pecho del castaño sin parar de llorar. ¿Qué estaba haciendo? Se preguntó de pronto el ojimiel. Debería estar avergonzado y también molesto con ese arrogante engreído; Debería apartarlo e irse para olvidarse de todo, incluso de aquella promesa que había hecho a Mokuba. Después de todo Kaiba no estaba realmente enfermo, tan solo tenía el corazón tan roto como él. Seto entonces acaricio sus cabellos, los cuales eran sedosos al tacto y tenían un agradable olor a miel. El castaño le sonrió de nuevo, pero esta vez su sonrisa no ocultaba aquella pregunta que en silencio se había hecho...


 


¿Qué debía responder?


 


Kaiba no podía creer la increíble suerte que estaba teniendo. Parecía que la diosa de la fortuna por fin se había puesto de su lado, aunque por supuesto, el no necesitaba de la suerte para ganar.


 


¡Qué arrogante!


 


Pensó Joseph, levantando la vista con los ojos anegados en lágrimas. Le dolía el corazón, le dolía mucho. Perder sin siquiera tener la oportunidad de luchar era muy doloroso, pero tenía muchas cosas más de las que ocuparse en ese momento, como para estar pensando más el dolor, que repentinamente había invadido su alma. Sonrió con tristeza. Ahora realmente estaba solo, ya no tenía a nadie con quien contar. Ya no tenía más amigos con quien hablar de sus problemas, ahora solamente lo tenía a él. A ese arrogante hombre que no estaba dispuesto a darle nada, a menos que ofreciera algo a cambio. El chico frunció el ceño y mordió su labio inferior con fuerza.


 


Ya no le quedaba nada más por perder. Ahora solo tenía que confiar en su buena suerte, para poder ganar. Quizás, se dijo, podía sacar provecho de todo eso. Pero en el fondo sabía que quien juega con fuego, podría quemarse. Y las heridas permanecerían consigo por el resto de su vida. Suspiró resignado.


 


"El amor es el juego más complicado de todos. Falla uno y pierden dos"


 


-¿Es lo único que quieres de mí, cierto? –Le cuestionó. – Bueno, ¿Qué me darás a cambio?


 


.


 


.


 


.


 


Mientras tanto, afuera del despacho de Kaiba, Mokuba aguardaba en silencio tratando de escuchar lo que sea que su hermano y Joey estuvieran discutiendo sin nada de éxito, pues al parecer aquella oficina estaba insonorizada. El chico mordió entonces la punta de su dedo pulgar, completamente arrepentido de haber metido a Joey en semejante aprieto, pues seguramente su hermano, terco como lo era, no se iba a dejar convencer por el rubio, por mucho que este le hubiera ganado. Y aunque Seto rara vez incumplía con su palabra, podía alegar que aquello que Joey le había pedido hacer, estaba completamente fuera de sus parámetros y no estaba a discusión.


 


El pequeño hundió sus hombros con frustración, para después volver a mirar al frente, decidido a averiguar qué es lo que estaba ocurriendo ahí adentro, cuando de pronto una voz lo hizo detenerse.


 


-Mokuba – El mencionado se giró en dirección a Yugi en cuanto reconoció su voz, sorprendido de verlo ahí, más concretamente en la ciudad Domino, pues según los registros de las cámaras de vigilancia de toda la ciudad, el campeón invicto de duelos de monstruos, había viajado recientemente al reino de los duelistas, para reunirse con Maximillion Pegasus. Por lo que le resultaba sumamente extraño el que el de ojos violetas ya estuviera de regreso. –


 


-Yugi, ¿Qué haces aquí?... ¿Viniste a hablar con mi hermano? –Yugi asintió con cansancio. Recién había llegado del reino de los duelistas, luego de entrevistarse con Pegasus y ahora mismo necesitaba urgentemente hablar con Kaiba. –


 


-Sí, así es.


 


-Pues mi hermano no puede atenderte en este momento, porque ahora mismo está hablando con Joey.


 


Informó el pequeño, volviendo su vista hacia la oficina donde aún se encontraban hablando su hermano y el rubio. Yugi al escuchar el nombre su amigo abrió muy grandes sus ojos, sorprendido de lo que acababa de escuchar. Pues aunque era bastante habitual, que de vez en cuando Joey fuera a Kaiba corp a retar al soberbio castaño, este muy rara vez se tomaba el tiempo para escucharlo, o siquiera tomarlo en serio y que ahora le dijera Mokuba que ellos dos estaban hablando como personas civilizadas y no discutiendo como siempre lo hacían, le parecía algo muy sospechoso. ¿Acaso Joey había ido ahí para pedirle alguna clase de favor a Kaiba?


 


– Aunque... – Continúo Mokuba. – comienzo a preocuparme. Ya llevan ahí bastante tiempo y con el carácter que ambos tienen, no me sorprendería que ellos ahora mismo estén peleando.


 


-No escucho que este discutiendo. –Argumentó Yugi, aunque el fondo el también comenzaba a preocuparse. – ¿Cuánto tiempo llevan ahí encerrados? – Mokuba giró muy lentamente su cabeza. Como lo haría un fantasma en una película de terror, lo cual puso en alerta al de ojos violetas. –


 


-Yugi, hace rato descubrí, mientras intentaba escuchar algo, que probablemente la oficina de mi hermano esta insonorizada y Joey ya lleva ahí adentro, cerca de veinte minutos solo con mi hermano. – Sin pensarlo dos veces, Yugi entonces avanzó hacia el despacho de Kaiba, haciendo a un lado a Mokuba, para entrar a rescatar a su amigo. Tomó la perilla y sin dar tiempo a nada, entró encontrándose con una escena que jamás imagino que fuera posible. Mokuba detrás de él daba saltitos tratando de ver a su hermano y cuando por fin lo hizo, pudo darse cuenta como él y Joey se encontraban abrazados, compartiendo un momento que parecía ser bastante íntimo. –


-¡Que estás haciendo con Joey, Kaiba!


 


*Flash back*


 


-¿Es lo único que quieres de mí, cierto?... ¿Qué me darás a cambio? –A seto Kaiba no le sorprendió para nada escuchar aquella pregunta, pues estaba acostumbrado a que todo el mundo buscara obtener algo de él, así que, ¿Por qué Wheeler no iba a ser igual? Sin embargo el rubio no tenía en mente pedirle nada de lo que el otro se imaginaba. –


 


-¿Qué es lo que quieres? –Le cuestionó a su vez, con esos fríos ojos sobre los suyos. – ¡Habla de una vez! Y espero que esta vez no vayas a salirme con una tontería como la de hace un momento. –Joseph hizo una mueca de disgusto, por la actitud tan arrogante que tenía el castaño, pero se tragó su orgullo al pensar en su querida hermana. –


 


-Serenity cumplirá dieciséis años la próxima semana y ella siempre ha querido ir a Kaiba land, pero los boletos son muy costosos y las promociones son tan escasas, que jamás he podido conseguir entradas para poder ir – Explicó – Así que ya que tú eres el dueño, podrías conseguirme un par de boletos para mi hermana y para mí, ¿Cierto?


 


-¿Eso es todo lo que quieres? –Le cuestiono escéptico el frio castaño. Joey se lo pensó un poco, antes de negar lentamente. –


 


-No. También quiero un helado de chocolate con avellanas, conseguir trabajo en Kaiba corp y tener un par de zapatos nuevos. –Kaiba entonces frunció el entrecejo, seguro de que el rubio se estaba burlando nuevamente de él. Pues no le parecía posible que de todas las cosas que el rubio pudiera pedirle, como joyas, dinero, una casa propia o algo así, le pidiera cosas que para él no parecían ser gran cosa. O para él caso, no significaban realmente nada. –


 


-¡Deja de estar jugando conmigo y mejor dilo! ... No puedo creer que estés pidiendo solo eso. –Joey sujetó de la mano al más alto, para llevarla hacia su pecho a la altura de su corazón. –


 


-¿Sientes esto Kaiba?... ¿Puedes sentir los latidos de mi corazón? Tal vez sea pobre, pero siempre he preferido trabajar para obtener las cosas por mí mismo y si te estoy pidiendo esto, es porque estoy dispuesto a aceptar hacer lo que tú quieres, aunque no me sienta muy orgulloso de hacerlo – Mencionó avergonzado y con las mejillas ligeramente rojas. – Yo tengo una hermana menor que es mi principal motivación y por la que sería capaz de hacer cualquier cosa, así que debes de creerme cuando te digo, que no necesito nada, más que ver feliz a mi hermana menor.


 


-¿Así que estás dispuesto a venderme tu alma por ella? –Joey asintió con la cabeza. – Muy bien, entonces tenemos un trato. – Joey entonces sintió como el más alto se iba acercando nuevamente, rodeando su cintura con aquellos fuertes brazos. Sus labios se acercaron a los suyos y cuando estaban a punto de unirlos, el sonido de la puerta abriéndose de golpe, hizo que se rompiera el encanto. –


 


*Fin del flash back*


 


-¡Te hice una pregunta, Kaiba! – Yugi estaba molesto. No, más que eso. Y ni siquiera era capaz de explicarse a sí mismo el porqué. ¿Qué era lo que molestaba? Se cuestionó confuso, sin poder apartar sus ojos de aquella escena frente a él. –


 


-Yugi... ¿Qué nadie te enseño a llamar a la puerta antes de entrar? – Le espetó enfadado Seto Kaiba, sin despegarse ni un solo centímetro del rubio, mientras que este deseaba que se abriera la tierra y se lo tragara. Estar en esa posición le precia bastante vergonzoso, sobre todo con Yugi y Mokuba viéndolos, pero al castaño aquello no parecía incomodarle. – ¿Y bien? – Le cuestionó nuevamente – ¿A qué has venido? –Yugi entonces levanto la cara de forma desafiante, cruzo sus brazos y le miró con una expresión de reproche. –


 


Aquello no era algo que debía ignorar, se dijo Kaiba, apretando aún más fuerte su agarre alrededor de la cintura de Joey. No, aquello era claramente una declaración de guerra, algo que el orgulloso castaño no iba a tolerar. Seto entonces sintió el repentino impulso de besar los labios de Wheeler, para dejarle bien en claro a Yugi, que él ahora era su dueño, pero viendo que ahí también se encontraba Mokuba, decidió mejor depositar un dulce beso sobre su frente. A Joey esto no le molesto para nada, al contrario, aquel beso le causo tales sensaciones en su piel, que inmediatamente sus mejillas se tiñeran de rosa, lo cual solo causo mayor confusión en Yugi.


Afortunadamente antes de que las cosas se pusieran más tensas y las repentinas demostraciones de afecto de su hermano hacia Wheeler escalaran algunos niveles, Mokuba decidió necesario intervenir. Sin embargo el ambiente estaba tan tenso, que no se podía ni mover.


 


-Hermano – Hablo tímidamente. – Yugi ha venido a decirnos algo muy importante –Elucubró el pequeño, convencido de que así debía de ser, o de lo contrario el campeón invicto no había ido a verlos hasta Kaiba Corp. Seto soltó entonces un largo y pesado suspiro, para después por fin separarse del rubio, mientras que este miraba entre confundido y avergonzado a su amigo. –


 


-¡Di lo que tengas que decir Yugi! Sabes que me molesta cuando solo me vez de esa forma, como si estuvieras analizándome. –El de ojos violetas soltó pausadamente el aire que mantenía retenido, relajando entonces un poco su dura expresión, para tomar aire. Agradeciendo después internamente a Mokuba por su intervención, pues no había ido ahí para buscar pelea con Kaiba, sino todo lo contrario. Pues debía convencerlo de que le prestara su ayuda; Aunque cuanto vio a Joey entre sus brazos, un malestar inmenso creció dentro de él. Yugi sacudió entonces su cabeza, como tratando de despejar su mente. Después miró nuevamente al Ceo a la cara, con mayor decisión, ignorando el hecho de que su amigo estaba ahí y podía escuchar claramente lo que estaba a punto de decirle. –


 


-Kaiba, quiero que me entregues el cubo de quantum de Aigami. –Pidió extendiendo su mano derecha hacia el CEO. –


 


*******************************


 


Ciudad de Egipto. Museo de Lúxor.


 


Ishizu no podía creer lo que estaba sucediendo. Frente a ella se encontraba nuevamente aquel artículo milenario, que alguna vez perteneció a su familia y que hacia tan solo algunos años atrás, había ofrecido al faraón. Temerosa lo sostuvo entre sus manos, apreciando de nueva cuenta su esplendoroso brillo dorado. El collar quería mostrarle el futuro; este quería volver a serle útil. La morena tenía sus dudas, pero sabía que el regreso de los siete artículos milenarios no era ninguna casualidad, pues el destino quiso que así fuera, para que volvieran a hacer uso de su poder. Marik colocó entonces una mano sobre el hombro de su hermana, para darle la seguridad que a esta le estaba faltando. Un gesto que ella agradeció enormemente.


Frunció el entrecejo, preocupada de que aquel fuera un aviso, de que las sombras amenazaban con sumergir nuevamente al mundo en oscuridad. Soltó lentamente el aire que había mantenido retenido en sus pulmones y después procedió a ponerlo alrededor de su cuello.


 


De pronto destellos del pasado inundaron su mente; Se encontraba en el antiguo Egipto y frente a ella el dragón negro de los ojos rojos se petrificaba lentamente, mientras en el suelo yacía con una herida mortal, un joven de cabellos rubios y ojos carmesí, que lucía muy parecido a Joseph Wheeler. El muchacho extendió su mano hacia enfrente, como si tratara de alcanzar algo.


 


Ishizu volvió a sentir de nuevo un ligero vértigo que le revolvía el estómago; Sentía que su alma se proyectaba nuevamente, pero esta vez su collar le mostraba un futuro que no parecía ser muy lejano. En aquella visión que le mostraba el collar milenario, podía ver nuevamente a Joey Wheeler, pero esta vez el rubio se encontraba en la mansión Kaiba, frente a un tipo encapuchado, quien le exigía le entregara un cubo dorado con inscripciones antiguas. El rubio lo miraba desafiante, negándose a entregárselo. Mientras que el otro se abalanzaba contra él, haciendo que el rubio chocara contra una vitrina de cristal que se encontraba a sus espaldas, haciendo que aquel artículo callera al suelo. Joey se apresuró a extender su mano para tomar el cubo, pero al hacerlo, este lo envolvió en una luz dorada, que lo hizo desintegrarse en segundos, enviándolo a una dimensión oscura.


 


La joven Ishtar sintió una repentina opresión en su pecho, lo cual le hizo retroceder asustada. Entonces, como si el cetro del milenio presintiera también el peligro, comenzó a emitir un poderoso brillo dorado.


 


-¿Qué ocurre hermana? – Marik la miró con preocupación al ver como el rostro de su hermana palidecía. ¿Qué era aquello que la había asustado tanto? Se cuestionó con un atisbo de zozobra en el alma. Ella entonces lo miro a los ojos, mientras sus labios temblaban, tratando de pronunciar palabras que no eran capaz de salir de su boca. – Hermana, estas asustándome. –Ishizu tocó su collar, comprendiendo que su misión era tan complicada y difícil de llevar a cabo sin la ayuda del faraón, por lo que solo le quedaba tener fe y confiar en lo que su intuición le dictaba hacer. Por lo que tenía que recurrir a esa persona, para evitar que aquello que había visto se hiciera realidad. Caminó entonces hacia la roca milenaria y tomó el cetro que pertenecía a Seth, ante la atónita mirada de Marik y Odion. –


 


-Marik, Odion, debemos dirigirnos hacia ciudad Domino cuanto antes... Hay algo que debemos entregar al joven Wheeler, antes de que una terrible desgracia ocurra. –Marik le miro incrédulo –


 


-¿Acaso estas diciendo que le entregaras el cetro del milenio al señor Joey? –Ella asintió lentamente. – Pero él no... –Antes de que siquiera pudiera terminar aquella frase, la mujer lo interrumpió, pronunciando algo que dejo aún más confusos a los dos hombres. –


 


-Marik, es el cetro mismo quien lo ha decidido elegirlo a él para que sea su nuevo portador. –Hizo entonces pausa. – Y después de lo que he visto con ayuda de mi collar, sé que va a necesitarlo, por ello es necesario hacérselo llegar a sus manos cuanto antes.


 


Continuara... 

Notas finales:

Bueno, el capítulo llego a su fin.

Espero que les haya gustado y si es así, por favor no se vayan sin dejarme su comentario. Y si todo sale bien, estaré actualizando la próxima semana.

Ya ne!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).