- ¿Qué es lo que quieres? – Demandé saber. Si quisiera matarnos ya la hubiera hecho, ¿no?. - Verás, nos gusta acabar con la gente fuerte para mostrarle a los demás que no tienen esperanzas, y tu shonen has sido fichado. – Explicó enseñándome un As de Espadas con mi nombre escrito. - Si solo vas tras de mi porqué no dejas que los otros se vayan. – No puedo creer que sea un heraldo de tragedias, ni Johny ni los otros merecen morir por mi culpa. - ¡No, Red! – Gritó con temor Jhony. - ¡El chico tiene razón! Déjanos marchar. – Dijo nuestro capitán. - ¿Y dónde estaría la diversión? – Preguntó siniestramente. – Dije que él estaba fichado, pero nunca dije que solo lo mataría a él. – Completó tranquilamente encogiéndose de hombros. Así que es lo suficientemente arrogante como para tomarse su tiempo aniquilándonos. - Debes estar bromeando. Basta con que lo mates a él solamente. Libéranos a nosotros 3, no solo conmigo basta, te pagaré, ¡TE PAGARÉ LO QUE SEA!. – Rogó el capitán. Las personas muestran su peor lado cuando están desesperadas. Un brillo morado rodeo el guante blanco de su mano y de un limpio golpe Tyki mató primero al nefasto capitán. ¿Qué clase de fuerza debes tener para hacer eso sin un arma?
- Maldito. – Insultó entre dientes y lágrimas Daisya. - Veamos, ¿quién sigue? De tin marin… - Comenzó a canturrear señalando hacia Jhony y el otro. - Gh … - Apreté los dientes. Maldición ¡¿Qué no puedo hacer nada?! - ¿Algunas últimas palabras? – Le preguntó condescendientemente a Daisya. - Ninguna. – Habló con valor mostrando completa resignación. Nuestros ojos se cruzaron y sentí que me decía “No es tu culpa”. Lo conocí apenas esa mañana pero parecía un buen tipo. ¿Cómo rayos no es mi culpa? No puedo proteger a nadie. Sentí un vacío en el estómago, Jhony sería el siguiente. Esto es lo peor. La parálisis sigue activa, no me puedo mover… Si al menos fuera más fuerte…Si fuera más fuerte. - Jhony, tienes que escapar. – Le susurré. Lagrimas comenzaron a caer de sus ojos.
Si al menos él pudiera escapar. No creo que el efecto de la parálisis dure por mucho más. Tengo que conseguirle tiempo. Si lo entretengo lo suficiente y consigo que me mate antes entonces Jhony podría huir. No quiero, no voy a dejar que un amigo de Lavi muera. - Debes ser muy fuerte para matar a dos personas sin necesidad de un arma. – Le dije. - ¿Curiosidad? - Si. Me intriga saber cómo una escoria como tu consiguió tal poder. - ¿Y ahora envidia? Bueno, morirás de todas formas supongo que puedo mostrarte. – Se acercó a mí. Primer objetivo cumplido.
Atravesó con su mano la insignia de la rosacruz sobre mi corazón. Me quedé pasmado. - Los golpes directo al corazón bajan más HP, ¿cierto?. Un golpe al corazón de esos dos acabó con ellos, tenían menos vida que tú por cierto así que contigo necesito más de un golpe. Ah, pero no temas, todavía no comienzo a quitarte HP. Verás, mis guantes son un arma en sí, equipado el set completo me otorgan una habilidad única que me permite atravesar objetos a voluntad, Ethereal Shift. - Explicó tranquilamente. – Supongo que no lo sabían, dentro este juego también existe algo llamado Dark Matter, lo contrario a la Innocence. Otorga poderes similares e igualmente solo es compatible con ciertas personas con ciertos oficios, asesino y ladrón, por ejemplo. Vamos, ¿Qué es un buen RPG sin villanos? – Continuó divertido. - … - No tenía palabras para responderle. - Ahora, si desactivo ethereal shift… - GHhh… - Mis puntos de vida comenzarón a bajar. - ¿Qué se siente shonen?, morirás ¿sabes? ¿No llena el terror tu alma? Cuando tus puntos lleguen a cero realmente morirás. – Rió maliciosamente. - …ah – Cerré los ojos y respiré. Los volví a abrir mirándolo de frente. Tyki se sorprendió. - No eres divertido. Bueno, tenemos unos minutos para hacerte reaccionar. Antes había dicho que necesitaba más de un golpe, supongo que eso era para terminar rápido, un daño lento y constante era lo que me estaba causando ahora. Mi barra ya se había tornado amarilla. Bajé la mirada y cerré de nuevo los ojos. - Realmente voy a morir… Lo siento…
La sonrisa de Lavi vino a mi mente. - Mmjujuju. Así me gusta shonen. – Miraba divertido como con dificultad sujetaba su brazo atravesándome. Un poco más y el efecto del veneno se irá por completo. Un poco más… Mi barra ya estaba en rojo. - ¡HI BAN: Gouka Kaijin! Un ataque de fuego dirigido Tyki Mikk. El movimiento estrella de Lavi.
- Llegué a tiempo, ¿llegué a tiempo verdad? – Respiraba agitado y se volvió a verme. – Heal. – Activó un cristal de curación en mí. - Lavi… - Susurré su nombre. - Estaba viendo tu ubicación en el mapa cuando desapareció el capitán, me preocupé y vine a ver que sucedía, luego desapareció Daisya y temí lo peor. - Nos encontramos con un Noah. – Expliqué suavemente.
Lavi encaró al villano y aunque lo estaba haciendo bien, Tiky le estaba ocasionando más daño a él. El guante de Tiky se iluminó de morado y supe que iba por un golpe fatal. - Ah shonen, así que ya puedes moverte. Había empujado a Lavi y recibí su golpe en el hombro. Arremetí contra su corazón. - Tal vez olvidé contarte que todo el traje puede activar el Ethereal Shift. – Dijo Tyki con superioridad pero eso no me desanimó y en cambio el cambio su semblante. - Interesante… No lo sabías, pero aun así apuntaste a mi corazón… asesino. Las puertas de Noah’s Ark están abiertas si quieres entrar. Juguemos en otra ocasión. Para nuestra suerte el villano decidió retirarse usando un cristal de tele transporte. Me desplomé de rodillas. No lo había pensado, solo quería salvar a Lavi, si eso me hacía un asesino ya lidiaría con ello luego.
- Red, yo… - Lavi se acercó tras de mí. Lo miré de reojo, se veía contrariado, esa expresión no le queda bien. - No es nada Lavi. – Dije firmemente intentando levantarme pero todavía estaba algo entumecido por el veneno o por mi cansancio y caí de nuevo. O eso pensé que pasaría ya que Lavi me había atrapado del brazo soltándome después casi de inmediato. Aproveché para darme la vuelta y verlo de frente pero tenía la cabeza agachada.
- Jhony, ¿Puedes moverte? – Le pregunté sin verlo. - ¡Ah sí! acabo de usar un cristal de antídoto. ¡Ah! ¿Estás bien? ¿Necesitas uno? – Dijo acercándose apresurado mientras buscaba entre la mochila que llevaba. Negué con la cabeza. - Lo siento pero ¿puedes adelantarte e informarle al gremio lo que ha pasado? Yo, solamente necesito unos minutos más. – Lo mire disculpándome con una simple y leve sonrisa. - …Entiendo. No tarden. – Dijo sin cuestionar más y se marchó como le dije. Esta experiencia me hizo darme cuenta de algo.
- Lo siento. Cuando él te llamo asesino… yo… fue mi culpa. Lo siento. Tal vez deberíamos dejar lo del dúo, solo te doy problemas y no quiero eso… – Habló Lavi tristemente. Su elocuente ser usual perdido en sus pensamientos. - ¿Qué estás diciendo? Yo quería protegerte así como tú a mí, si eso me vuelve asesino entonces seré un asesino que salve vidas. Lo tomé del cuello de su traje y nuestras miradas se cruzaron al fin entonces me estiré un poco en las puntas de mis pies y lo atraje hacia mí cerrando los ojos. Él se sorprendió un poco pero después se relajó y correspondió mi beso deslizando sus manos por mi cintura. - Ah. – Oculté mi rostro en su pecho cuando nos separamos. – Lo siento me dejé llevar. Hace unos momentos pensé que no volvería a verte y… tú me importas demasiado así que te ofrezco mi vida, la usaré para salvarte por eso si te parece, déjame estar a tu lado hasta el final.
- Eh Jeje – Suspiró riendo como si no creyera lo que acababa de escuchar. - Yo también, yo también quiero protegerte Moyashi-chan. Desde ahora y por siempre. - Juro que terminaré este juego. - Terminaremos, juntos. – Me corrigió con cariño. - Y volveremos juntos al otro lado, no importa lo que pase.
Después de eso volvimos juntos al gremio. Jhony nos estaba esperando con el resto, Lenalee también estaba ahí. Sus caras de preocupación cambiaron en cuanto vieron nuestras manos juntas. No sabía cómo lo iban a tomar los demás, pero al parecer nosotros dos fuimos los últimos en darnos cuenta de nuestros sentimientos. - ¿Recuerdas lo que te dije el día que nos conocimos? – Ah el día que lo abandone… Bueno, todavía estoy aprendiendo a lidiar con mi culpa por haberlo dejado aquel día, él no le toma importancia y dice que no quiere volver a escuchar que me disculpe.
- ¡STRIKE! Ese rostro gentil que tienes es totalmente mi tipo. – Repitió él. - ¡¿Eh?! Ok. Yo fui el último en darse cuenta. Solo espero que nuestros días felices duren