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Recuerdame (el crononauta) por jenova

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Deán seguía sintiéndose desorientado, era como si le hubieran quitado el suelo de la nada, la enfermera entró con su almuerzo, consistía en un caldo y gelatina.





- ¿campeón, como ameneces? - le dijo su padre sentándose a su lado para cariciar su frente.





- ¿cuando podre salir de aquí?






- debes durar un par de días mas





- ¿necesito saber mas cosas, tengo  nuevos amigos? ¿los viejos? - le pregunto.





- sigues hablando con tus ex compañeros de ves en ves pero después de la graduación siempre se pierde la pista, tú y Filiph estaban en la misma universidad, y me llamo a preguntar por ti, también hablabas mucho con Sámara.






- ¿ella esta con alguien...? - ya sabía que tenía que aceptarlo, si la había dejado hace un par de años era normal que estuviera con otra persona, pero dolía pensarlo, para él había sido un parpadeo y ya su vida había cambiado.





- si, ella se caso hace unos meses - le soltó esperando a ver su reacción, Deán apretó con fuerza las sabanas y trago saliva, era una sensación horrible.





- ¿qué mas? - le pidió secándose las lágrimas, no sabía si iba a poder resistirlo.





- cambiamos un par de empleadas y...





- ¿que?





- tienes una hermana - el Deán después de haber conocido a Michael era distinto, no sabía si estaría bien con eso, su hijo era caprichoso y ellos lo habían malcriado.






- ¿hermana? - se le notaba que no le caía en gracia, ya sabía que esa iba hacer su reacción - ¿tú y mamá a esa edad?






- tampoco estamos tan viejos, pero no te preocupes, tendrás todos nuestros cuidados.






- ¿cuantos años tiene ella?





- un año y dos meses, se llama Alice y se parece a ti - le dijo tocándole la nariz de un modo amistoso.





Al principio estaba sognoliento pero ahora le costaba dormir, le pidió a una de las enfermeras un sedante, no sabe si fue eso pero el sueño que tuvo fue sumamente raro, había mucha niebla y entre ella un hombre de espaldas, al tratar de acercarse a el entró en una habitación blanca con un espejo, la imagen era de el pero no estaba haciendo lo que Deán, si no que se hallaba en el suelo mirando unas fotos.




- ¡ha! Hola - le saludo el del espejo





- ¿qué eres? - le preguntó un poco temeroso, no todos los días te hablaba tu reflejo.





- no soy un reflejo, soy tu yo cuántico - le respondió como si leyera la mente.





- ¿mi yo cuántico?





- si, creó que ya nos habíamos visto antes






- no recuerdo, perdí la memoria - me dijo sentándose enfrente, ya sabía que se trataba de un sueño.







- entiendo - le dijo siguiendo con lo que hacía.






- ¿qué es un yo cuántico?





- es algo así como el "yo de seré" es decir el presente y futuro funcionan de manera simultanea, el yo cuántico va la velocidad de la luz y existe en realidades paralelas, todos los tienen pero jamás los ven, por eso es paralelo nunca se tocan, pero las personas que hacen viajes en el tiempo de vez en vez se los encuentran.



- no existen realidades paralelas, solo se vive una y luego juicio - eso de los mundos parelalos era para Deán algo hereje, significaba había muchos en los que podía ser pecador o no.






- ¿que? ¿tu realidad es la única que existe? Eso es arrogante - le contesto.






- ¿qué miras? - le preguntó queriendo cambiar de tema, y  que su yo del espejo parecía completamente encantado viendo lo que había en las imágenes.





- son solo veo unas fotos - le contestó






- si eres mi futuro yo, eso también me incumbe, podría verlas - el Deán del espejo se las mostró pero estaban en blanco - no hay nada.






- ¿no los ves? Debe ser por que no quieres recordar - le dijo volviendo a las imágenes de las fotos.



- ¿hay están las cosas que pasaron en estos 4 años? ¿qué ves tú? - le preguntó acercandose mas al espejo.






- alguien entró al cuarto - le alertó, cuando Deán abrió los ojos estaba en la habitación del hospital era de día y si había alguien en la habitación, tardo unos instantes en reconocerlo.





- ¿Filiph? - preguntó pero en definitiva era él, su cara pero se veía diferente, estaba unos centímetros mas alto en definitiva, su cabello estaba con otro corte uno mas serio y estaba vestido con una ropa mas formal.





Él y Deán tenían apariencias y estilos diferentes, Filiph era de cabello oscuro y ojos de color azul también pero mas oscuros y rasgados, su piel era un poco mas bronceada, vestía su uniforme sin la corbata y con algunos botones abiertos, un corte moderno del cabello despeinado, era del tipo atlético, deportista siempre tuvo mas cuerpo que Deán que era mas sensillo, pero no era mucha la diferencia el rubio no estaba en mala forma, ahora si se notaba que tenía mas músculos que Deán o eso pensaba ya que no se había visto el espejo.





Deán en cambio era de un rubio cenizo corto y peinado con una raya de medio lado como el mejor de los niños, el uniforme bien puesto, sus ojos eran azul celeste redondos y grandes como los de un oso de peluche delegado de clase a propósito que le había ganado por una nariz a Filiph, presidente del club de debate, el problema era que a pesar de que se conocían desde niños siempre hubo cierta rivalidad entre ellos, ambos eran amienemigos, siempre viendo quien sacaba la mejor calificación los dos números uno de la clase, tenían una especie de guerra fría en donde se saboteaban levemente uno al otro, con las mujeres no había ese problema ya que eran diferentes tipos de chicos, pero Filiph tenía fama de mujeriego y apesar de ser guapo tenían preferencia por Deán era un gran partido, además de todas las diferecias de ideología, era curioso que Deán se viera tierno y pensara como un nazi lo ocultaba bajo su cara de bebé, Filiph era liberal pensaba de manera progresista, pensaba dedicarse a la política para cambiar las leyes tenía alma de revolucionario, la última vez que hablaron de eso el castaño le había dicho que detestaba la absurda desigualdad que había en riquezas, ahora se veía un poco diferente, estaba vestido de manera mas sobria, Deán tendría que acostumbrarse a que las cosas no serían como antes, ahora Filiph ya no era un adolescente, era un joven adulto, debía estar en lo 22.






- ¿como estas? - le preguntó sentándose a su lado





- no puedo recordar muchas cosas - le era raro decirle alguna debilidad a Filiph pero ahora no parecía importarle, sentía que había perdido algo muy importante, creyó que se trataba de Sámara, tenía ganas de verla, que tan factible era que volvieran a estar juntos.






- tu papá hablo conmigo y me lo dijo, veras que todo estará bien - le contestó en un tono extrañamente dulce, jamás fue así, siempre con ellos era como un juego de vencidas, pero de nuevo tuvo que recapacitar, ya no eran adolescentes habían pasado 4 años, era obvio que no se portaría igual que un puberto, se veía mas maduro.





- me siento tan extraño y cuando llegue a casa voy a encontrar cosas diferentes, sera como otra vida - le confesó de nuevo dentro de todo era lo único que recordaba.





- te prometo que entre todos vamos hacerte sentir mejor - le dijo sobando su mejilla, eso si era raro no estaba actumbrado a ese tipo de cariños entre hombres, quito con suavidad la mano de la mejilla.





- ¿qué hiciste en estos cuatro años?





- estudio derecho y ayudó a mi papá en las campañas - el papá de Filiph era representante político.




- como siempre quisiste - le dijo con un poco de envidia, es que ahora parecía que su amigo había ganado el si tenía una vida.



- debiste haberte acostado con Sámara - le pico ese era el Filiph que recordaba





- por favor no fastidies con eso, además tal vez ya lo hice, solo que no lo recuerdo




- por eso debiste hacerlo cuando te dije





- ¿recuerdas la fiesta? Ya sabes la de graduación en mi casa.



- si, fue Chandler hiciste un berrinche y te fuiste, casi no estuviste en la fiesta - respondió acariciandole los cabellos de manera cariñosa.

Otra vez raro, sobretodo por que antes de irse su amigo le beso la mano, ¿qué rayos le pasaba?, cuando nadie estaba cerca se levanto de la cama con esfuerzo habian venido hacerle terapias pero todavía sentía un poco de debilidad, se miro en el espejo de baño, se encontraba un poco mas delgado tal ves un más alto, su cabello era un poco como mas largo y había un mechon que caía sobre su frente, se tocó la cabeza y ya estaba saliendo de cabello donde había rasurado para operarlo, no estaba mal, creyó que sería peor, podría hacer ejercicios después.





- ¿Deán? - le llamó una voz conocida






- ¿abuela? - sintió que su corazón latio rápido, la extrañaba, la anciana parecía igual solo tenía mas canas.





- me alegra que estes vivo, es obra de tanto rezar - el muchacho la abrazo con fuerza.





- ya no estoy con Sámara - le dolía no estar con la chica pero que serviera para algo, para que volviera a estrechar lazos con la anciana.






- lo sé, te advertí que no era buena para ti - le dijo Bereni, la vieja tomaba como una segunda oportunidad para encaminarlo, no lo iba a conseguir, Deán tal vez no recordara las cosas que pasaron en esos años pero sabía qué el sacerdocio no era para él.



Cuando salió del hospital se sintió perdido un momento, la luz del día le hizo caer en la realidad, había perdido tiempo, había perdido a Sámara.







- ¿qué pasa campeon? - le pregunto Fabiane al ver que no entraba al auto.




- no se con lo que me voy a encontrar en la casa - le dijo temeroso.





- solo estará tu familia - el mayor se acercó y lo abrazo para confortarlo.





Encontró cambios, habían barandales de seguridad arriba en la azotea, la casa estaba redecorada y de otro color, su madre estaba en la puerta cargando a una pequeña niña rubia que se aferraba a ella.





- hola mi amor, mira tu hermanita - le mostró Sofi, la niña se dio rápido con él, se veía que lo conocia, pero Deán no recordaba nada de ella.




- deda - le dijo la niña dándole un beso.






- ella así dice - dijo ella dirigiendose a Deán - tu hermanito a estado un poco enfermo - le habló a la niña tomándola en sus brazos.





- has la cena, que para el niño sea pollo si salsas ni condimentos, nada fuerte por ahora - ordenó Fabiane.






Su habitación estaba como la recordaba, pero era extraño, como cuando quieres recordar algo y no puedes sabía que tenía una laguna pero esto era diferente.






Había cierto alivio en dormir en su cama por primera vez en mucho tiempo, tal vez por eso durmió tan profundo, una pequeña manita lo despertó, era Alice la pequeña se había pasado a su cuarto en la mañana, sabía que era adsurdo estar celoso, pero siempre tuvo toda la atención.





- ¿qué haces aquí? - le preguntó tratando de acostumbrarse a compartir la atención, ella solo río.






En la siguiente semana se recluyó en su cuarto, salía poco ni a la mesa bajaba, la luz del televisor llamo la atención de su padre, eran las 2:00 am de la madrugada y lo encontró viendo Neflix, Deán no se dio cuenta de la presencia del hombre, su hijo no acostumbraba a desvelarse, se encontraba preocupado, aunque no era ni la midad de como había quedado después de ese tipo, lo que hizo que Fabiane abriera los ojos era que la serie que veía era de ciencia ficción, Deán no era fan de esas cosas, habían extraterrestres en la pantalla, todo lo que tuviera que ver con ese tipo de cosas, terror, magia era pecado para él, gracias a la influencia de su abuela ni Harry Potter vio por conciderar que fomentaba la magia, por lo menos ese era el Deán antes de Michael, lo que él veía se limitaba a películas y series cristianas, caricaturas sanas, documentales y películas animadas, debía admitir que su hijo podía resultar un poco aburrido, ni una película de acción podía ver con Deán por que si tenía sangre o desnudos no tenía cabida, pero lo que mas asustó es escuchar de la boca del protagonista, "maquina del tiempo".





- ¿qué rayos estas viendo? - le preguntó pareciendo bastante melesto.





- papá, no sabía que estabas aquí - se apresuró Deán a poner pausa al televisor.






- ¡¿qué haces viendo ese programa?! - le regaño, era un regaño estúpido o al menos eso le parecía al joven, cuantas veces su papá lo había llamado loco por creer que todo era pecado.






- es " doctor who" es que no podía dormir y me tope con esto llevo un tiempo y pues... llamó mi atención, se que es tarde, pero quería terminar de ver la temporada - los ojos de Fabiane se fueran a la escena donde una rubia se despedia llorando de un tipo por que por lo que sea ya no podían verse - es tan triste, ellos se aman - eso le pareció familiar al mayor y sabía que la nostalgia era lo que había hecho ver esa serie aunque su hijo no lo recordara.





- ¿que no se supone que para ti eso era malo? - le dijo de manera brusca y apagó el aparato.







- bueno pero es que... ¿y a ti qué? Siempre me criticaste eso - se quejo el rubio







- vete a dormir y no veas esa serie que no deja nada bueno, ¡el doctor dijo que tenías que hacer ejercicios no quiero que te la pases encerrado en tu cuarto viendo tonterías! - el regaño hizo a Deán fruncir el seño y subirse sin voltear a ver a su padre.

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