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Cuando nadie nos ve por SebbyPhantomhive

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Sebastian no entendía la extraña actitud de su querido y más cercano compañero  de trabajo notando lo callado que estaba frente a la joven que los entrevistaba, disculpándose con ella en un tonto pretexto se alejaban del salón para ir al jardín trasero de la lujosa residencia del director en la que en algunas ocasiones habían estado antes y la conocían muy bien.

Ciel a regañadientes lo acompañaba aunque en realidad deseaba estar a solas con su querido Sebastian, no le confesaría aún sus sentimientos pero le alegraba que por unos minutos el sería su prioridad y no esa mujer.

—¿Recuerdas cuando ensayábamos aquí los primeros diálogos? —El mayor le cuestionaba mientras caminaban por el  jardín que era hermosamente iluminado por la luz de la luna que esa noche brillaba  en todo su esplendor.

Ese romántico ambiente solo hacia entristecer más a Ciel quien de reojo miraba al otro, con el resplandor de la luna se figuraba más hermoso pensaba un poco sonrojado.

—Si lo recuerdo... Como si fuera ayer. —Murmuró casi en un suspiro involuntario el joven.

—Hasta que me hablaste —Sebastian le decía con su sonrisa de siempre deteniendo su andar— Pensé que estabas enojado conmigo ya iba a disculparme aunque no sabía porqué.

Sonreía nerviosamente rascando su cabeza, gesto adorable para el joven que lo observaba.

—No estoy enojado contigo, ni con nadie es conmigo mismo.

—Ah es ese tipo de enojo pues ¿Qué hiciste para que Ciel esté enojado contigo?

El menor sonreía ante su tonta pregunta mirando al cielo trataba de hallar una respuesta que no delatara sus verdaderos sentimientos, no quería perder su amistad por una "tontería" como esta.

—Mis padres quieren obligarme que vaya a la escuela.

Fue la mentira que sus labios dijeron para callar el verdadero motivo de su malestar, Sebastian le miraba de reojo algo incrédulo pues no creía del todo aquello que dijo pero le creería ¿Por qué mentiría?

—Oh es eso... Si quieres hablo con ellos, tus padres me adoran quizás pueda convencerlos pero... ¿En realidad estás a gusto estudiando solo en casa?

Ciel suspiró volteando a verlo.

—Si estoy bien en casa, no te preocupes si no logro convencerlos te llamaré, claro si no te estás muy ocupado con tu novia. —Insinuo el joven con ironía.

—¿Cuál novia? ¿De qué hablas?

—Tu novia... La que andaba pegada a ti.

—Ah ella... Ella no es mi novia —Aclaraba con una extraña sonrisa— Solo nos encontramos en la entrada, entramos juntos y si ciertamente se me pegó al brazo hasta hace poco que por fin me la quité de encima. Noté que todos andaban hablando de eso, uno no puede ser amable con una mujer porque la gente lo malinterpetra y ellas ya se ilusionan pensando que nos casaremos o algo asi.

Bufó un poco hastiado, Ciel al escuchar su queja sentía que un peso le era quitado de encima y la paz regresaba a su alma furibunda ya más calmado le sonreía para ahora calmarlo a él.

—Lo siento por descargar contigo mis frustraciones —Murmuraba burlón el mayor mientras sus miradas se encontraban.

—Me agrada que confíes en mi.

Con una sonrisa encantadora le hablaba el joven correspondía su mirada en esa noche hermosa, un extraño silencio invadió a los dos amigos.

—Creo que debemos volver —Sugería Sebastian a su adorable compañero— Luego van a pensar que tenemos un romance o algo así como lo hacen con nuestros personajes.

—Es que hacemos linda pareja. —Divertido  Ciel le decía pero quizás solo quería insinuar algo para hacerlo hablar del tema emprendían su regreso a la fiesta.

—De eso no hay duda, nuestras bellezas se complementan perfectamente al parecer.

—¿Eso crees?

—Aunque tu eres más lindo... Una belleza fresca e inocente.

Más halagado no podía sentirse Ciel al oírlo referirse a el de esa manera, muchas personas exaltaban su belleza con dulces palabras pero solo Sebastian podía emocionarlo si lo hacia. Sus halagos bastaban para hacerlo feliz.

—Gra... Gracias... —Timidamente respondía a su galantería, galantería que quizás aplicaba a mujeres por eso caían rendidas a sus pies pero ya no pensaría en ello porque los celos de nuevo le amargarían la existencia.

—Bueno creo que los dos ya estamos más tranquilos —En un murmullo de alivio Sebastian hablaba estando cerca de la puerta para entrar al interior de la casa se quedó pensativo— Pensándolo mejor quedémonos aquí en el jardín.

—¿Te estás escondiendo de ella?

Sebastian se encogía de hombros como afirmando aquella suposición de su joven amigo que le sonreía divertido, no le molestaba para nada el quedarse más tiempo a solas a su lado, asintiendo su cabeza aceptaba su petición, regresaban por donde habían venido.

—Ella piensa que como simulamos tener sexo en la serie ya lo vamos a tener ahora de verdad.

—¿Por qué no? —Cuestionaba Ciel para sonsacar lo que estaba en realidad pensando.

—Creo que no hay que mezclar el trabajo con el placer al final todo se complica, por una calentura no se puede perder el trabajo. ¿No crees?

El joven le miraba de reojo, oír esa respuesta solo se sumaba a las razones por las que hacían imposible una relación con el pensaba tristemente quedándose en silencio.

—Claro que si no es una simple calentura y es amor verdadero pues el trabajo ya no es prioridad. 

Aclaraba al notar el silencio de su joven compañero, que se animaba de a poco ante esa aclaración.

—Si pero a veces notar tus prioridades es difícil.

Le decía sonrojado mirándolo de reojo, Sebastian iba a cuestionarle aquello pero la chica con la cámara los encontraba de nuevo haciéndolos asustar un poco porque no la habían notado venir.

—Ahhh ustedes dos tan solitos por el jardin en esta bonita noche romántica después no quieren que uno malpiense. —Emocionada la mujer les insinuaba apenando un poco a la pareja.

—Querida Carol... —Dijo Sebastian refiriéndose a la mujer— Que las fans se ilusionen con nosotros juntos es permitido no nos afecta pero si comienzan a salir rumores del propio equipo de trabajo pueden afectarnos a ambos sobre todo porque Ciel es menor de edad, y eso sería impropio.

La mujer que era sutilmente regañada avergonzada desviaba la mirada. Ciel hacia lo mismo ante esa aclaración, no tenía que recordarle ese otro detalle de por qué no podían estar juntos.

—Ya no te enojes Sebastian... Era broma.

—No me enojo pero no hagas que saqué el lado demoniaco insinuando esas cosas. —Le decía con una risita para calmar la tensión anterior— Ya te dije lo que Ciel significa en mi vida y lo que más quiero es protegerlo del lado negativo de este ambiente.

—¡Oww que lindo! Sonaste como tu rol demoníaco, esa devoción por proteger a su amo.

—¿Si? Pero no te emociones demasiado.

Sebastian le decía animado.

—Oye Ciel... Sabemos todos que eres un poco tímido con respecto a entrevistas pero esta noche no has hablado nada para nosotros, ¿Te gustaría decirle algo a Sebastian? Como respuesta a lo que dijo antes y ahora.

El joven se quedó mirándola, tenía tanto que decir de Sebastian pero a la vez tanto que callar. Siendo un excelente actor como no podria fingir el no estar enamorado de él así que eso haría, daría una respuesta que no fuera sospechosa.

—Sebastian es mi amigo, un gran hombre, talentoso, amable, atento siempre tiene una palabra de animo, es mi ejemplo a seguir en esta carrera creo que el es excepcional cuenta con toda mi admiración y afecto.

—Gracias... —Susurraba emocionado Sebastian al oir esas palabras de afecto, que no por profundizar en sus sentimientos eran falsas, era la verdad disimulada de su corazón enamorado.

—Sé que esto va a hacer que me regañes de nuevo Sebastian, pero al ver ese lazo de amistad tan profundo entre ustedes me hace pensar que ustedes harían una linda pareja más allá de sus personajes.

—Carol... —Musitaba con un gesto raro el mayor.

—¿Si Ciel fuera mayor de edad habría posibilidad de algo entre ustedes?

Suspirando resignado Sebastian se alejaba no daría respuesta a esa pregunta.

—Creo que ya se enojó. —Murmuraba el camarógrafo junto a la chica que sonreía nerviosa, viendo como los dos se alejaban.

—No le hagas caso a esa tonta. 

Decía Ciel para calmarlo cuando llegaban al otro lado del jardín, de repente sus ojos se abrieron con sorpresa cuando sus oídos escucharon una respuesta que no esperaba por parte de Sebastian quien fijaba su mirada a la luna radiante.

"Si no fuera por tu edad me encantaría enamorarme más de ti"

 

 

 

 

 

Muchas gracias por su apoyo al leer esta historia.

 


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