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STUCK IN A MOMENT por LIAMSUZUKI

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—¿Estas dispuesto a llevarte mi dolor... Misaki..?

Sin pensarlo atrapo los labios del castaño en un beso muy demandante atrayéndolo de la nuca para que no lograra separarse.

 

—mmm.. ahhh... Sen.. Sensei—Misaki como pudo, liberó por segundos sus labios para poder hablar.

Miyagi ni siquiera se detuvo al escuchar las palabras y su boca buscaba con desesperación la del editor. 

Había probado varias, pero ninguna se comparaba con la deliciosa y suave sensación que los labios de Misaki le brindaban en este momento.

Yō sujetó  las muñecas de Misaki y las llevó cada una a lado del rostro del chico. Takahashi en contra de su cordura y con lo sensible que se hallaba en ese instante, correspondió al beso. Su boca necesitaba el calor y cariño de unos labios, Misaki necesitaba sentirse querido, deseado y la boca del profesor parecía tener el elixir perfecto para hacerle olvidar... aunque fuese por un momento.

Cargó un poco al castaño para ingresar a la sala quitando los zapatos y volvía a besarlo con desesperación, lo arrinconó hasta dejarlo en el piso de nuevo.

Miyagi recargó más su cuerpo contra Misaki, su lengua ya se enredaba con la del castaño en una linda sincronía y pequeños jadeos salían de la boca del menor que sonaban hermosos para los oídos del atractivo profesor.

No era el alcohol lo que le hacía cometer esta locura, eran los deseos que llevaba suprimiendo desde hace semanas. Y como no podía serlo, si el menor era un hermoso chico con la perfecta mezcla entre ternura y pasión.

 

No podía explicarlo, pero desde que reencontró a Misaki, una chispa se encendió en su corazón. Y esta noche estaba dispuesto a que todo su cuerpo ardiera junto con el del castaño.

 

 Tuvo que hacer una pausa para mirar esos ojos verdes que lo cautivaron aquella madrugada de sábado.

Misaki desvió la mirada cuando Miyagi todo jadeante lo analizaba, un pequeño hilillo de saliva escurrió por sus comisuras mismo que el docente limpio con su pulgar.

 

—No sabes cuanto te extrañe Misaki

 

—Sensei...¿tú? ¿Por que?

 

—No digas nada Misaki

 

De nuevo se agachó para buscar los labios ajenos y devorarlos, mordió varias veces el inferior; incluso lo estiró con su boca para adentrarse más en la deliciosa cavidad de Misaki y explorar cada rincón de ella.

 

El castaño parecía estar clavado en el piso sin poder moverse y disfrutando de la boca del profesor que ahora viajaba por su cuello, Miyagi mordía la piel y aspiraba el perfume de Misaki; dibujando un camino de besos por la clavícula hasta el oído para lamerlo al mismo tiempo que jadeaba sobre el 

—Eres... hermoso Misaki..

 

—Sensei .... deténte por favor.

 

—¿No te gusta?

 

— ¿Por..que lo haces?

 Miyagi se alejó del oído dando pequeños besos en su mejilla para descender por su mentón y sus manos ya se colaban por debajo del suéter de Misaki 

 

—Miyagi..no—el castaño lo detuvo empujándolo del pecho 

 

—¿Por que no?

 

—Me..ignoras..todo este tiempo  ¿y hoy te apareces..como si nada?—Misaki jadeaba y un par de lagrimas se asomaban de sus ojos. La parte racional de su mente hacia acto de presencia intentando evitar aquel contacto.

 

—Estaba...confundido—Miyagi limpió las lágrimas que salieron de esos ojos verdes.

 

—Mientes... sé que fuiste a buscar a Usami y Shinobu.. lo haces..para desquitarte ¿cierto?

 

—No Misaki 

 

—.....No quiero ser tu consuelo No ...quiero...las sobras de lo que él dejo.  Ya lo viví y no quiero sentirlo otra vez—Misaki intentó zafarse del agarre de sus muñecas y movía su rostro para que ya no fuera besado—Basta  Miyagi...¡No lo hagas!

 

—¡Te equivocas!

Miyagi lo cogió de la mandíbula y volvió a morder el apetecible cuello con hambre; deseoso de llegar a todo lo que fuera con el editor 

—Ahh.. mmm...ahh.. no..

Misaki como pudo se incorporó de prisa empujando a Miyagi con toda su fuerza, no pasó desapercibida para su sus ojos la erección que el mayor  guardaba dentro de sus pantalones. Muy agitado se colocó de espaldas mirando por la ventana de su casa sujetando su estómago y sintiéndose tonto,  su cuerpo demostraba lo contrario a lo que su boca decía. Misaki cubrió su entrepierna con el suéter para no mostrar su creciente deseo.

El docente fue alcanzarlo lo más rápido que pudo, lo estrecho entre sus brazos y escondió su rostro en el cuello de Misaki.

 

—No eres mi consuelo 

 

—¡Suéltame! ¡Estás ebrio!

Misaki intentó forcejear con él y solo consiguió que Miyagi lo apresara con más fuerza y que su fornido pecho así como su pelvis impactará en su espalda y trasero respectivamente.

 

—¡No lo eres! ¡No eres un consuelo!

¡No he dejado de pensar en ti ni un solo momento! 

 

—Ahhh.. mmm.. Mi.. Miyagi..ahh

 

Miyagi volvió a morder el cuello de Misaki provocando que el castaño soltara un gemido y recargara su peso por la ventana. No podía negar que los besos del profesor eran fascinantes y que el escalofrío recorría cada centímetro de su piel al sentir la boca caliente y húmeda deslizarse con tanta pasión.

Su suéter fue levantado y unas manos comenzaron a viajar por su estómago hasta dar con sus pezones y tirar de ellos, la lengua del mayor se situó en el hombro lamiendo la blanca piel y comenzó a chupar, Miyagi ya estaba lo suficiente excitado para pedir por más 

—Misaki... por favor...

 

—Sen.. Sensei .. mmm ahh...

 

"Solo es un acostón Misaki" "Ambos pueden darse placer" "No es algo malo"

 

Misaki maldijo en su interior al recordar las palabras de Aikawa animándolo a saciar  sus deseos y fue traído de vuelta a la realidad cuando Miyagi ya estaba quitando la prenda de arriba dejando expuesta su espalda y siendo volteado para sentir como el pelinegro chupaba sus pezones; arqueó la espalda cuando el mayor estiraba la protuberancia con sus dientes y después lamía la aureola en círculos.

—Ahhhh... Miyagi..—Fue jalado de las caderas para hacer mínima la separación de sus cuerpos y Miyagi repitió el proceso con el otro pezón dejándolos firmes y rojos, volvió a subir al cuello de Misaki para besarlo y dejar una marca por la manzana 

—Hueles....delicioso 

El profesor cargo a Misaki para apoyarlo contra la pared, las piernas se enrollaron por su cintura y de forma inevitable, el castaño sintió la dureza de Miyagi frotarse con la suya.

—Siente..como... me tienes por solo besarte cariño 

—ahhh... ahh.. Sensei 

Miyagi se restregó varias veces y continuaba mordiendo el mismo lugar del cuello de Misaki. Vio de reojo el amplio sofá frente a ellos y  apretando los glúteos del castaño caminó en dirección para recostarlo. El editor veía parte del pecho de Yō subir y bajar igual de agitado que el suyo.

 

—Tócame Misaki..lo necesito 

 

—Yo.. no..

 

—Por favor 

Miyagi posó las manos del chico en su pecho y el castaño todo  tembloroso accedió a desabrochar cada botón, Miyagi sacó su camisa y su esculpido abdomen se mostraba para deleite del castaño.

Misaki dudó varios segundos antes de tocar esa piel que se ofrecía para su disfrute, Miyagi en cambio paseó sus manos remarcando cada suave músculo y con su corazón latiendo a mil por tener a ese bello chico entre sus brazos.

La cordura de Misaki se fue al carajo cuando se incorporó y daba sutiles besos por el tórax y hombros de Miyagi, mientras que este, ya zafaba la hebilla del cinturón para despojar a Misaki de los jeans qué impedían ver el resto de su cuerpo. Lo hizo con rapidez y desesperación recostando a Misaki  por el sofá.

El profesor sonrió al ver la ropa interior de Misaki humedecida de forma leve por el líquido pre seminal que ya había arrojado y como su pene formaba un agradable bulto frente a sus ojos.

 

Su mano fue directo a palpar los muslos de Misaki, la piel se tornaba roja con cada amase de sus dedos, levantó una pierna para llevarla a su hombro y lamer desde la rodilla hasta el muslo interno dando justo en la ingle 

—mmm ahhh...

El tibio aliento de Miyagi hacia cosquillas en las piernas de Misaki, la lengua viajó infinidad de veces entre ambos muslos hasta que el profesor quiso probar la entrepierna de su niño.

Bajó de forma lenta el apretado bóxer, el glande bastante mojado de Misaki se mostraba como la perfecta invitación a mamarlo sin descanso, retiró por completo la prenda y por fin pudo apreciar la erección que él había provocado. El falo de Misaki era de buen tamaño, un tono rosado y limpio de la punta, perfecto para su contextura, Miyagi acarició el contorno con su dedo índice yendo hacia la uretra y presionar sobre ella

Takahashi mordió sus labios y cubrió su boca al sentir el dedo intentando ingresar por ese diminuto orificio.

 

—No hagas eso— Miyagi le apartó la mano un poco molesto—Déjame oírte—Comenzó a sacudir el miembro de Misaki enfocándose en el glande y prepucio.

—Miyagi... ah..ah...ahh

Cogió a Misaki por los glúteos para pegarlo a su miembro  que seguía cubierto con la ropa.

—¿Sientes lo duro qué estoy? ¿Puedes sentir como me calientas Misaki?

Simuló una embestida haciendo que Misaki arrojara otra gota de líquido preseminal, lo recogió con su pulgar y lamió todo ante el chico que ya no podía ocultar su excitación y deseo por Miyagi. 

—Te quiero arriba de mi

Miyagi se tumbó sobre el sofá y de un solo movimiento colocó a Misaki en horcajadas, sus manos fueron a los glúteos del castaño para abrirlos y tantear su ano, escupió saliva en sus dedos para comenzar a lubricar la zona. Misaki sin darse cuenta ya restregaba sus genitales en la hombría de Miyagi, su falo pinchaba el vientre del profesor así que este no tuvo más remedio que subir al castaño hasta su cara y poder engullir esa linda polla que pedía ser atendida.

De un solo bocado, Miyagi metió más de la mitad y un gemido sonoro se oyó en la casa...

—Ahhh...ahhhh..Mi..Miyagi..

Los testiculos de Misaki golpeaban el mentón de Miyagi y él seguía comiendo el pene sin detenerse a respirar, lo sacó un momento para delinear el frenillo y descender hasta la base con lamidas que estaban enloqueciendo a Misaki.

El editor lo único que podía hacer era  sujetarse del respaldo del sofá mientras Miyagi seguía en su ardua labor.

 

Pronto los dedos del profesor ya buscaban la entrada de Misaki queriendo meter un dígito por ese apretado orificio. El aire se le acabo a Miyagi y sacó el pene de su boca 

—Ya no aguantó más Misaki

Volvió a recostar al castaño para que lo viese desnudo por completo. Habiendo quitado el pantalón se postro sobre Misaki y de forma lenta sacaba su rígido miembro del bóxer.

 

Misaki algo sonrojado vió con asombro el acerado miembro del profesor, la extensión era muy considerable, las venas se notaban bien y el glande muy apetitoso. Sintió un cosquilleo en sus testiculos al imaginar estar recibiendo semejante tamaño por su entrada.

—Termina de desvestirme—Ordenó Miyagi y las manos del menor ayudaron a retirar la ropa interior arrojándola al piso, los ojos de Misaki quedaron fijos apreciando todo el pene y testiculos, Miyagi se masturbo un poco acercándose a Misaki —Ahora acariciame— volvió a pedir 

 

Misaki acató la orden posando ambas manos sobre la virilidad para hacer movimientos firmes.... arriba y abajo, una y otra vez hasta que Miyagi expulsó    líquido también.

El docente lo limpió y llevó esos dedos a la boca de Misaki, el castaño saboreó el pre-semen de Miyagi cerrando sus ojos para disfrutar el ligero toque de sal de la esencia.

—Misaki.... chupamela

Miyagi se colocó a la altura del rostro del castaño y con una mano sujetaba su erección—Abre bien tú boca—el editor siguió la indicación sin verlo a los ojos, en dos segundos sintió su boca llenarse  

—Ahh.. Misaki....—gimió ronco el profesor y sus caderas comenzaron con un vaivén lento y profundo...

—mmmmgghhh

Misaki usaba su lengua como mejor sabia pero era imposible marcar su ritmo al ser guiado por las embestidas de Miyagi y optó por apretar con sus labios la longitud del pelinegro. El profesor gemía quedito, la boca de Misaki era realmente buena y caliente, miró hacia abajo encontrándose con los ojos verdes llorando por la felación. Quiso metérsela hasta tocar su garganta y eyacular, pero hizo aplomo y continuó embistiendo la boca del chico, 

Misaki sacó el enorme miembro para tomar un respiro—ahhhhh... mmm—el docente lo tomó de la nuca y volvió a insertar su pene, al cabo de algunos minutos consideró que ya era suficiente, su cuerpo le pedía penetrar a ese bello chico y hacerlo gozar.

Sacó su virilidad de Misaki quien respiraba con dificultad y vio como el castaño masajeaba su pene buscando placer.

Lo tumbó de nuevo y abrió las piernas de Misaki, el orificio se notaba húmedo y lo acarició con las yemas 

—Ah.. Miyagi....ahhh

Misaki apresó la muñeca del profesor para que metiera los dedos.

—¿Quieres sentirme?

El castaño asintió abriendo más las piernas, Miyagi se colocó entre ellas para prepararlo, lamió varias veces el escroto descendiendo hasta la abertura anal y ahí posar  su lengua.

—Ahhhh....ahhh...

El docente lamía cada pliegue del ano con esmero, impregnando saliva para que toda su erección resbalara con facilidad, sintió las manos de Misaki cogerlo de la nuca y pegar más sus genitales para que lo disfrutara por completo.

 

Misaki en definitiva ya había perdido su cordura sacando a relucir su instinto y deseos.

 

 

 

Miyagi seguía saboreando la entrada intercalando su boca entre el pene y ano de Misaki, dos dedos ingresaron en la cavidad anal del castaño con aparente facilidad haciendo que se encorvara por el placer que comenzaba a sentir.

—Ahhh.... mghhh..

Yō dirigía los dedos buscando el punto de placer, cada dígito los movía apuntando en dirección al estómago presionando con firmeza.

—Mi..Miyagi... ahhhhh

—¿Te gusta?

El castaño asintió muy avergonzado y cerró los ojos, no podía creer que estuviera debajo de otro hombre y gimiendo sin reparos. Los dedos entraban y salían de forma placentera, pero Misaki necesitaba más, odiaba admitirlo pero en ese momento deseaba sentir por completo el miembro del profesor invadir sus entrañas.

—M..Misaki quiero follarte 

El mayor susurro en su oído lamiendo su lóbulo—Ya no soporto, quiero meterla.

Sacó los dedos del interior y acomodaba su miembro rozando el ano de Misaki, el editor respiraba con dificultad ansiando el momento de ser penetrado, sintió como Miyagi dejó caer más saliva por su orificio, una de sus piernas fue alzada y en breve, aquel duro miembro hacía presión para entrar.....

 

—-AHHH...AHHHH

 

Misaki rasguñó a Yō cuando por fin el glande entró en su recto y mordió sus labios al sentir ese falo deslizarse

 

—Misaki..... estás caliente ahhh

El castaño se recargó del respaldo del sofá llevándose la sorpresa que Miyagi solo introdujo la mitad. El profesor lo tomó de la nuca para besarlo con ferocidad y morder sus labios.

—Perdóname cariño pero..

—AHHHHH

Misaki soltó un grito al sentir a Miyagi clavarse de forma completa y sin miramientos, el castaño arqueó su espalda por el dolor y placer que sentía, el profesor sin pedir permiso comenzó a estocar  la entrada con desesperación 

 

—Ohh... Misaki... que delicioso.. estás 

 

Miyagi recargó una mano en el vientre de Misaki y que sirviera de  apoyo para sus embestidas, entrando y saliendo con desfreno.

—Ahhh.. si... ahhhh

El dolor desapareció de forma rápida, Misaki tenía que agradecer a su ex por hacer el espacio correspondiente durante seis años y ahora recibía gustoso al docente entre sus piernas.

Miyagi concentró su mirada en ese orificio que rodeaba su pene, creyó que nunca habría cuerpo más hermoso que el del rubio, los gemidos de Misaki le hicieron borrar ese pensamiento y comprobar lo equivocado que estaba, la perfecta silueta debajo de él era la criatura más hermosa del mundo a sus ojos.

 

Miyagi quiso grabarse a conciencia la imagen de Misaki: Ese rostro hermoso con su boquita hinchada por los besos y profiriendo sonidos excitantes y sobre todo un cuerpo tan tentador que deseaba profanar una y otra vez...

 

—Ahhhh.. Sensei... más .. más 

Misaki ya no contuvo sus deseos y por su cuenta subió la otra pierna en los hombros de Miyagi para hacer más placentero y reacio el empuje del profesor, Miyagi lo supo y enterraba su miembro sin control sintiendo la exquisita fricción  y humedad enloquecerlo..

 

Miyagi salió un momento de Misaki, se acosto de lado y levantó la pierna, acomodó su polla y volvió a entrar 

—Ahhhh.. Miyagi....si más..más ahhh

—¿Te gusta?— susurro en su oído 

—Me..encanta ...mételo todo

—Como...gustes...encanto

 

Deslizó todo su miembro por él caliente orificio hasta la base y con su mano derecha procedió a sacudir el pene de Misaki al ritmo de sus embestidas 

 

—Miyagi.... harás que me venga.. ahhh 

 

Aquello fue la invitación para que el profesor quisiera sentir el semen de Misaki por su cuerpo

—Quiero.. que me cabalgues Misaki 

Salió de forma lenta haciendo que su miembro rozara una pierna del chico y se recostó mostrando su brillante falo debido a la humedad, el editor no dudó un momento en sentarse en ese rígido miembro, Miyagi vio su erección desaparecer de poco en poco hasta que los testiculos y pene del chico ya le golpeaban el vientre bajo.

Cogió a Misaki de los glúteos y procedió a embestirlo sin piedad desde abajo, las nalgas de su niño hacían el sonido más obsceno al impactarse debido a que Misaki subía y bajaba también por toda la extensión con fuerza.

—Ahhhh ... Miyagi ... ahhhh hazme venir...

El profesor calló esa boca con sus besos y se insertó tan profundo como pudo, Misaki ya no pudo controlarse y expulsó su esencia sobre el pecho sudoroso.

—Ahhhhh...ahhh— pellizcó el estómago de Miyagi al sentir los espasmos recorriendo toda su virilidad— Ahhhh ahhh— disfrutaba tanto el orgasmo después de tantos meses de abstinencia, era tan placentero tener a alguien como Miyagi en su interior.

El mayor vio con asombro la cantidad del espeso semen que cayó en su torso, esto lo motivó a follar a Misaki con energía renovada, así que salió apresurado del castaño para empotrarlo en la forma que tanto le enloquecía: en cuatro y poder elevar ese trasero de forma indecente.

Misaki jadeaba profuso sin recuperarse todavía del orgasmo, su pecho fue impactado en el sofá con algo de rudeza.

—Inclínate lo más que puedas—ordenó Miyagi y sujetó ambos brazos por su espalda— pega bien tu cara a la almohada.

Alzó la cadera del castaño viendo a la perfección toda la zona perianal.

Sin pensarlo tomó posición e introdujo su pene de forma completa.

—Ah.. ah. Se.. sense..i

Misaki no podía articular palabra después de tan rico orgasmo, sintió la invasión por su ano y con ello un fuerte azote en su nalga derecha arrancando un sollozo de su boca—Ahhhh..mmm 

 

Miyagi retomó las embestidas deleitándose con la vista de Misaki y su bien formado trasero, una tras otra impacto las nalgas del chico hasta dejarlas rojas y penetrando como si no hubiera mañana....la forma que ese ano tan abierto lo devoraba era una maravilla....se acercó para hablar en su oído disminuyendo la estocadas

 

—Misaki.. ya ... no soporto quiero llenarte..

—Mi..Miyagi.... 

—Pídelo...

—¿Que.. cosa?

—Pídeme..que te llene con mi semen 

 

El editor seguía en letargo disfrutando del cuerpo del profesor ignorando la petición, su pene ya se había puesto firme de nuevo y sintió como Miyagi volvía a dar en ese punto, otro azote por su nalga lo hizo encorvarse del dolor 

—Pídelo..o te dejo sin hacer que te corras Misaki...

El castaño ignoró otro poco a Miyagi al seguir concentrado en las embestidas, otro jalón más fuerte por el brazo lo hizo recordar.

 

—¡Pídelo!

—Hazlo.... lléname.. por favor 

 

 

Esas cuatro palabras bastaron para enloquecer al profesor y penetrar al castaño con salvajismo, 

—Ahhhh... Miyagi... voy a eyacular

El pelinegro se agachó para besar a Misaki que lloraba por tanto placer, lo cogió del cabello para besarle desesperado y dar las últimas estocadas 

—Eres... mío Misaki 

Lo soltó del cabello y afianzó la cintura para culminar su acto, ambos sintieron el espasmo en sus testiculos ..

—Ahhhhhhhh

—Ahh...Misaki ahhh

El semen de ambos brotó provocando oleadas de inmenso placer, y tal como lo dijo Miyagi, llenó a Misaki con todo su esperma, tres meses al menos llevaba sin vaciarse y quiso que él castaño sacara todo cuanto tenía guardado.

 

Le propinó un par de estocadas suaves antes de salir  de él, Misaki se dejó caer agotado mostrando su espalda con perlas de sudor, Miyagi notó los chupetones en su nuca y cuello y acarició esa parte con sus yemas, salió de forma lenta, al hacerlo parte de su semen escurrió, su esencia era muy blanca,  no tenía palabras para describir lo que sentía en estos momentos, de lo que estaba seguro es de lo ultimo que pronuncio: Había hecho suyo a Misaki...

 

 

 

 

 

 

—¡Auch! ¿Podrías hacer con más delicadeza?— Reclamo Akihiko al sentir como Shinobu tallaba con fuerza su brazo para limpiar la cortada.

—Tengo que hacerlo así....

En todo caso es tu culpa— los ojos grises se clavaron en los del escritor—No tenias nada que ir a reclamar a tu ex.

—Tu lo pediste al decir que Misaki estaba involucrado en todo este circo.

 

—En ningún momento dije que fueras a su casa, solo mencioné qué él pudo seguirnos desde hace mucho.

 

—Aseguraste que el le mando a tu ex toda esa información.

 

—Pues por lo menos el si se animó a decirlo, en cambio tú 

 

—En cambio los "dos" querrás decir, tu tampoco quieres decir nada por el escándalo que pueda armar tu padre si se entera que dejaste al yerno preferido.

 

Akihiko se soltó de Shinobu, la cara le dolía al hablar y eso era lo que menos quería hacer en este momento después de la golpiza que Takahiro le dió.

 

"¡No te golpeó más esa cara porque me duele tanto! ¡Me duele tu traición como amigo! !Eres como mi hermano y lastimaste a mi hermano  menor!"

¡Lastimaste a Misaki!

¡!Por que si no, te juro que ni siquiera Natsuko san te reconoceria!! ¡Tu madre no sabría quién eres!

 

Recordó ser arrastrado y en uno de los escalones de su antiguo hogar se hirió el brazo.

Shinobu apretó la gasa que tenía en sus manos al ver a Akihiko tan golpeado y muy serio después de la pelea.

De por sí el escritor actuaba muy raro desde hace semanas cuando le contó de cierto hombre rubio que frecuentaba la editorial. Quiso acercarse a él de nuevo para terminar la curación siendo evadido por su pareja.

 

Akihiko optó por tomar el botiquín y dar la vuelta para dirigirse a su estudio.

—Avísame cuando este la cena,yo limpiaré mi herida.

 

Shinobu vio al escritor desaparecer sin decir más y oyó el cerrar de la puerta 

 

—Miyagi..¿que tienes que ver con el tonto de Misaki?

 

Muy molesto agarró el teléfono para pedir comida a domicilio, si de por si a Shinobu no se le daba hacer tareas en el hogar menos cocinar y en este momento ni loco agarraría siquiera un sartén, era más cómodo que alguien lo hiciera y esperar a que llegara el alimento.

Chasqueó la lengua y marcó el número.

 

 

 

 

 

Akihiko dolido se dejó caer en su sofá y revisaba la herida.

—Creo que tendré que acudir al médico, aunque aparecer así solo provocará más chisme... ¡maldición!

Si al menos no pudieran reconocerme

 

Comenzó a carcajear al recordar lo que le dijo Takahiro: golpearlo hasta quedar irreconocible

 

—¡Que puta ironía!

 

El sonido de su móvil lo asustó un poco, vio el remitente y contestó.

 

—Tanaka san

 

—Amo Akihiko ya tengo la información que pidió fuera investigada 

 

—Y bien

 

—Creo que no le va a gustar.Le he mandado un correo con la dirección de donde fueron enviadas esas facturas.

 

—Lo revisaré más tarde, estoy agotado 

 

—¿Quiere que valla a auxiliarlo amo Akihiko? Su hermano preguntó por usted.

 

—Por el momento no Tanaka san, y por favor ninguna palabra de esto a mi padre mucho menos a Haruhiko.

El estómago se le revolvió un poco al pensar en su hermanastro, lo había olvidado por completo.

—Gracias Tanaka san, tan eficiente como siempre.

 

—Es un placer servirle.. pero..

 

—¿Pero que?

 

—Nada, amo Akihiko. Buenas noches.

 

Akihiko arrojó su móvil al sofá y cogió agua oxigenada para echarla en su brazo. Cansado se recargó en su brazo sano dejando que el líquido que se tornaba blanquecino limpiara su herida.

 

 

 

 

¿Hace cuanto que no había dormido y descansado como hoy?

No cabe duda que después de una buena dosis de sexo él cuerpo renueva energía y Misaki se desperezaba cual gatito por su cama, estiró su brazo lo más que pudo y sintió un bulto a lado suyo.

Abrió los ojos tan asustado y volteó con lentitud 

 

Miyagi Yō Sensei dormía boca abajo sobre la cama king size mostrando su cuerpo desnudo, los ojos verdes delinearon cada centímetro de esa piel y se detuvo en el trasero que se elevaba como mostrándose a propósito para su deleite.

 

Una a una las imágenes de la candente noche le golpearon en la cabeza, descubrió sus genitales viendo y sintiendo como ese fluido blanquecino salía escurriendo por sus glúteos y piernas y como no sería, si lo había hecho tres veces con el profesor de literatura terminando hasta la madrugada.

 

Casi a tropezones se levantó, Miyagi apenas si se inmutó por el movimiento y Misaki quedó recargado por la puerta un tanto asustado, no fue un sueño, el de verdad había tenido sexo  con el atractivo profesor 

 

¿Qué demonios era lo que sentía en estos instantes?

Apresurado salió de la habitación cogiendo una toalla para enredarla por su cadera, bajo hasta la sala e intentar perderse por el sanitario de la planta baja.

Un teléfono comenzó a sonar deteniendo su paso, sabia que no era el suyo por el tono de una canción media alocada, dedujo que era el del profesor y algo incómodo fue a ver el remitente 

 

<Takatsuki Risako>

Aparecía en la pantalla, recordó que aquella mujer fuera la esposa de Miyagi y cruzó sus brazos esperando hasta que dejara de sonar.

Misaki respiro cuando después de 10 tonos  el móvil paró de su escándalo.

No sabía ni que pensar en ese momento y el teléfono volvía con su timbre 

—Esa chica sí que es insistente

Se dijo ya con molestia y volvió a acercarse para ver hasta qué momento la mujer dejaba de intentar comunicarse con Miyagi.

Sus ojos sé abrieron con sorpresa al ver otro nombre en pantalla, uno tan desagradable como nunca creyó posible 

 

TAKATSUKI SHINOBU....

 

 

Notas finales:

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