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STUCK IN A MOMENT por LIAMSUZUKI

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Miyagi veía a un lindo ángel con hermosos ojos verdes y admiró los párpados hinchados por el llanto, aquel rostro pequeño y juvenil lo miraba con asombro.

 

El cerebro de Misaki trabajaba a marcha forzada intentando recordar donde había visto ese rostro maduro que tenía frente a él, al tiempo que arrugaba su playera por los nervios.

 

Pasaron  otro par de segundos y se escondía entre la banca por la vergüenza, logró ver cómo en su tenis y otra parte de su vestimenta había rastro de vomito con lo que su desdicha aumentó.

 

El profesor notó los nervios del chico y detalló su aspecto: estaba sucio y con clara evidencia de que su estómago le había jugado en contra, de seguro la bebida era el responsable , el cuerpo de adolescente se hacía más pequeño entre la banca conforme se acercaba 

 

—¿Misaki?

 

El aludido asintió sin despegar la vista del pavimento.

 

—¿Puedes pararte?

 

Misaki un tanto parapléjico reaccionaba y sintió como era cubierto por un abrigo, se sintió incómodo ante el gesto, de seguro olía bastante mal y asombrado por la atención del mayor, lo único que podía hacer era mirar hacia abajo y esconder su rostro que ya sentía un poco caliente.

 

—Me agradaría que pudieras decir algo Misaki. Estoy seguro qué hay una voz en esa garganta y que fue la que pidió auxilio.

 

Misaki estaba muy cohibido, la voz que le hablaba era varonil y gruesa, mientras que el seguía intentando recordar. 

—G..gracias....Mi...Miyagi  san

 

—De nada y como te dije es lo menos que puedo hacer por ti después de ayudarme la otra vez.Fue muy valiente y arriesgado lo que hiciste, de no ser por ti no estaría ahora contigo.¿Donde está tu auto?

 

El castaño solo alzó su brazo señalando hacia la carretera 

 

—Supongo que caminaste bastante, tener un auto con esa potencia te hizo gastar todo el combustible.

 

—Soy muy ...tonto al no traer combustible de reserva, pero nunca creí que....— no terminó la frase, Misaki de verdad se sentía un idiota de primera.

 

—No te esfuerces, ven, pediremos donde llevar el combustible o si lo prefieres puedo pedir otro taxi e ir a donde gustes

 

—¡No!... digo... no es necesario el taxi....podemos....comprar el combustible y yo le pagaré en cuanto lleguemos a mi...ca... al hotel donde.....—al castaño le costaba encontrar palabras para expresarse.

 

—Tranquilo chico, no te esfuerces, dime algo ¿Estuviste bebiendo?

 

—Si....

 

—Ya veo, no preguntaré más a menos que quieras platicarme, ven entremos para comprar 

 

 

 

 

 

 

Había pasado una media hora, ese tiempo ambos habían estado en silencio, Misaki colocaba la tapa del  tanque de gasolina ante la mirada de Miyagi que asombrado un tanto por el flamante auto y otro más por el rostro del castaño de quien veía cada movimiento torpe.

 

El editor sabiéndose observado agachó más su cuerpo, al hacerlo notó algo tirado cerca de la llanta y de inmediato se agachó para ver qué era.

 

—¡Mi teléfono móvil!- exclamó y arrastrándose un poco lo sacaba de abajo.

 

Sus ojos se iluminaron y lo desbloqueó al instante, el resultado eran 30 llamadas dé Aikawa san y con el 1% de batería. 

 

—Creí que lo había perdido, pero ya veo que...—su cerebro de nuevo barajaba los datos de cómo llegó ahí y fue como recordó al rubio.

 

Una mueca de decepción adornó su rostro, apretó el teléfono y lo desbloqueó para contestar a Aikawa san, pero no tuvo tiempo de hacerlo, el móvil se apagó.

 

—Si gustas puedes usar el mío, me imagino que tienes que avisar en tu casa que estás bien.

 

Miyagi extendió el suyo.

 

—No es necesario.... nadie espera por mi..en... mi hogar. Gracias.

 

Misaki dió la espalda para que el pelinegro no viera las lágrimas que amenazaban con salir.

 

—No es posible que digas eso, alguien te espera, eres un crío y de seguro tus padres están preocupados por ti. Eso déjalo para un adulto viejo como yo.

 

—Mis padres murieron hace mucho y mi nii-chan vive en Osaka. Actualmente..estoy.....solo.

 

—Lo siento no quise ser grosero— Miyagi guardó su móvil 

 

—No se preocupe Miyagi san y no estoy tan joven, cumpliré los 25 el próximo agosto.

 

—Para mí sigues siendo un niño, te ves como de 20, creí que eras menor de edad, además con tanto estudiante que veo a diario puede que ya no distinga entre más o menos  edad.

 

Al oír "estudiante", la mente de Misaki hizo clic, con asombro y los ojitos un tanto llorosos volteó para detallar al hombre 

 

—¡MIYAGI SENSEI!  ¡Es usted! Ya decía yo que...

 

—¿Me conoces?

 

—¡Claro! Universidad Mitsuhashi profesor de literatura, nunca tuve clase con usted y los últimos 2 años fuimos llevados al infierno del mismísimo Dante con el demonio Kamijō. Solo estuve en una clase de muestra con mi Senpai Sumi.

 

Miyagi comenzó a reír  y notaba cómo una pequeña sonrisa se dibujaba en Misaki y limpiaba sus lágrimas.

 

—Me disculpo por no reconocerte, pero a diario atiendo varios grupos y como sabes en la Universidad no hay mucho tiempo para las amistades. ¿De verdad Kamijō es tan malo?

 

—!Malísimo!....no, como cree, es excelente como profesor pero te inspira un miedo que....—hizo una pausa al ver a Miyagi atento a cada palabra suya—Yo tampoco lograba recordarlo, además por el alcohol pues.... pero me alegra que usted haya sido quien viniera a rescatarme.

 

El castaño desvió la mirada al ver los ojos de Miyagi clavarse en los suyos.

 

—Es hora de irnos Misaki, podemos platicar en tu auto si gustas.

 

—Si.... lo llevaré a su hogar y yo me retiraré al mío 

 

 

 

 

HOTEL HYATT

Shinobu apenas si había tocado la porción de carne frente a sus ojos, Akihiko bebía un poco de vino  y veía de reojo al rubio.

 

—¿Qué es lo que te ocurre Shinobu?

 

—No tengo apetito, además, no sé porque estamos desayunando  carne a  las 6 de la mañana 

 

—¿Será porque nos quedamos hasta tarde en el bar? ¿Sigues pensando en Miyagi? Me molestaré si continúas así, esto era lo que tanto deseabas, lo dijiste apenas ayer—Akihiko termino de beber de su copa y alzaba el rostro del menor.

 

—Si lo dije, pero no creí que se llegara a enterar de ese modo ¿Como se te ocurre enviarle una factura?

 

—¿De que hablas? Yo no hice eso. En todo caso pudiste ser tu, entre todo el desastre de oficina que tienes, por error mandaste a su correo la factura y no a la mía. De ahora en adelante yo me encargaré de lo relacionado a tu cuenta de gastos.

 

—Yo no fui Akihiko, no soy tan tonto y aunque me haya liberado de decirlo a la cara, no me gusta la forma que me echo de la casa.

 

—¿Y que esperabas? Deseabas algo así como: Anda Shinobu ve con tu amante, yo no puedo ofrecerte todo lo que él si, pasamos momentos muy lindos pero es mejor que vallas con quien amas, además el no ha tenido nada que ver con tu hermana.

 

—No la menciones, que hasta tengo miedo de que cuando te conozca quiera ir de ofrecida contigo.

 

—Shinobu, eso no pasará. No me gustan las mujeres.

 

El rubio se lanzó a sus brazos y llenó de besos el rostro del escritor, él lo recibió gustoso, aunque en el fondo el se refería a que no tenía pensando hablar con la familia Takatsuki , más no al hecho de que la hermana fuera de ofrecida con el.

Akihiko estrecho en sus brazos a Shinobu, también se sentía incómodo por recordar a Misaki y sus palabras, pero estar con él rubio lo hacía  olvidarlo, así había sido desde que lo conoció.

Shinobu era lo opuesto a Misaki, era más alegre, si algo quería no dudaba en pedirlo, no se molestaba por las muestras de cariño, al contrario él pedía su atención y él lo complacía.

Aquella vez de la fiesta lo vio solo y Usagi san hizo platica porque le pareció interesante, ademas de que se justificó con que si Misaki podía tener de amigo a Ijuuin, él también podía socializar y tener alguien cercano.

Esa noche el rubio no tenía ningún contacto con la gente del gabinete pero hizo su mejor esfuerzo repartiendo sus tarjetas , él no le dedicó una mirada de desprecio como cierto castaño cuando lo vio con Takahiro y lo trato como uno más sin perder el respeto.

A Usagi san le había gustado la valentía de Shinobu sin importar el que dirán. Y sí, lo comparo con Misaki y sus tontos complejos de no ser una molestia y su reacio carácter a las atenciones y los mimos.Tal vez Akihiko no creía que Misaki lo hacía por  protección para el.

El escritor vio en Misaki al pequeño Akihiko solitario y quiso protegerlo a sabiendas de guardar cierto rencor y amor para con el hermano mayor.

Lo mismo podría aplicarse a Shinobu que veía a su hermana tan feliz de tener a Miyagi y él lo quiso como trofeo personal.

 

—Oye Akihiko, ya que hablaste de mi cuenta de gastos, tengo que averiguar si Miyagi aún tiene la que hizo para mi.

 

Al escritor no le gustó lo que oyó y de inmediato se puso de pie y jaloneo al chico para besarlo.

 

—¿Cómo que una cuenta?

 

—Miyagi... había dispuesto una cuenta para  mis gastos de la Universidad y....

 

—Eso no te hace falta ahora, la cancelarás y yo cubriré todo lo que llegarás a necesitar.

 

—Si..

 

Comenzaron a besarse iniciando otro día con una sesión de sexo.

 

 

 

 

 

 

El sol comenzaba  a salir, el viaje hacia el departamento de Miyagi había sido muy reparador para ambos hombres que platicando anécdotas de la vida estudiantil y docente, les trajeron a uno,muchos recuerdos y al otro le sirvió de enterarse de lo que acontecía en la Universidad con los alumnos de Mitsuhashi en aquellos años

  

Misaki veía el departamento de Sensei, un lugar muy modesto y que le recordaba al suyo que compartía con Takahiro antes de casarse.

Ambos descendieron del auto y Misaki se colocó un poco alejado de Miyagi, lo que menos quería era que oliera el desagradable resultado de su borrachera aunque para pasar ya más de dos horas con el, era redundante pensar en eso.

El castaño estaba por quitarse el abrigo que le había proporcionado cuando una voz los interrumpió.

 

—Buenos días

 

Misaki volteó para encontrar a una atractiva mujer un tanto molesta y que lo miraba de pies a cabeza con los brazos cruzados.

 

—¿Risako? ¿Qué haces aquí?

 

La ex no contestó y seguía en su tarea de examinar a Misaki, el castaño se alejó más de Migayi y quitaba la prenda.

 

Vió como Miyagi Sensei, cogió a la mujer del brazo y la apartaba del auto. Quería subir a este y perderse cuanto antes por la avenida, pero no podía ser tan descortés con quien amablemente fue a recogerlo a las 5 de la mañana.

 

 

—¿Quien es ese niño? Y ¿Donde está mi hermano?

 

—Ese niño es un amigo

 

—¿Tu amigo? ¿Desde cuándo te relacionas con mocosos que conducen autos último modelo? Y que no saben beber, para rematar. Huele a vomito y alcohol.

 

—¿Podrías callarte? ¿A que veniste Risako?

 

—Recibí una notificación de que el departamento ha sido aseado y quise venir a revisar. Pensé que podría ser alguien intentando adueñarse del lugar.

 

—¿A ti te llegó una notificación?

 

—Así es Miyagi, recuerda que un tiempo me dejaste vivir aquí, tal vez crean que tú y yo..

 

—Tu y yo nada Risako. Y como ya viste que yo soy el que vive de nuevo aquí, es mejor que te retires.

 

—¿Donde está Shinobu?

 

—Pregúntalo a el y si me disculpas tengo cosas que hacer.

 

 

 

 

"Huele a vomito y alcohol"

 

Esas palabras las escucho perfecto Misaki y volvió a colocarse el

abrigo antes de dar vuelta y subir a su automóvil. 

 

Para su sorpresa veía como Miyagi un tanto alterado corría para darle alcance, la mujer caminaba a la avenida  y subía a un taxi.

 

—Espera Misaki, no te vallas así 

 

—Lo lamento Sensei, ya le hice perder mucho tiempo, yo le devolveré su abrigo después de lavarlo y  le mandaré dinero a esta dirección por lo que gastó. Muchas gracias por todo, usted me salvo la vida.

 

El castaño sin más que decir arrancó el auto dejando a un profesor muy sorprendido y desilusionado.

 

 

 

 

 

 

 

 

—Ya te dije que yo no te escribí esos mensajes... debió ser Iason cuando...

 

—Perdóname Misaki, yo de verdad creí que te la estabas pasando genial con ese monumento de hombre, quien iba pensar que ese tipo le pondría droga a tu bebida, con lo caballeroso que se ve. Pensé que sería una buena oportunidad para olvidar a ese bruto de Akihiko 

 

—Pues es la única explicación que tengo, si estaba un poco mareado pero era consciente de lo que hacía, debió drogarme para llevarme a mi auto.

Pero dime cómo crees que yo te escribiría: " Este hombre es divino" ó "Me quedaré con Iason, el me protegerá " eres una tonta Aikawa san.

 

Misaki limpiaba su nariz después de estar llorando como niña y con una Aikawa san apenada y sorprendida por todo lo que le había contado el castaño.

 

—Lo lamento mucho Misaki, por suerte llegó ese hombre que dices que es profesor y te ayudo a volver, me sorprende saber quien es a quien tú auxiliaste con esos delincuentes, es raro y lindo.

 

—Pues si, es lindo el gesto de Miyagi Sensei. pero... soy un idiota Aikawa san...  pudieron abusar de mi, si no es porque le vomité encima a Iason.

 

—¿Y si solo hubieras aceptado y ya? Tampoco es como si fuera algo pecaminoso, solo era un acostón, ambos se complacían y asunto terminado Misaki.  Debes aceptar que ese rubio es un bombón y un semental en potencia.

 

—Pues seré muy mojigato, pero a mi me gusta ponerle corazón a la relación o a lo que fuera con una persona,me tomó mucho tiempo mostrarle mis sentimientos a Akihiko por temor y desconfianza y al final termino por dejarme por otro .

No voy a abrirle las piernas al primero que se cruce en el camino, aún estoy casado con Akihiko.

 

—Ay Misaki... seré muy cruel pero tú eres el único a quien le importa el título de cónyuge, Akihiko ya se lo paso por donde no le da el sol y tu aquí preocupándote por eso.

 

Aikawa san acariciaba el cabello del castaño quien se había acostado en sus piernas, ambos tenían el fin de semana libre y podrían olvidarse un poco de Marukawa. Misaki seguía moqueando por el llanto, un mensaje llegaba a su móvil y veía con un poco de alegría una foto que Yuu le había mandado. Ijuuin Sensei vestido con Yukata  y tratando de atrapar un pez dorado, estaban en un festival.

 

Le mostró la foto a la pelirroja quien sonrió de manera gentil. Por lo menos uno de sus amigos lo estaba pasando bien.

 

—¿Qué harás Misaki?

 

—Por hoy me pondré a lavar mi ropa y el abrigo de Sensei para entregarlo, mañana iré a buscar un departamento. Venderé la casa, tal vez quieras hacerle de corredor de bienes raíces en tu página de internet y ofrecer "Casa donde vivía Usami Sensei con el idiota de Misaki"

 

—Ya basta Misaki, tú no eres eso, que Akihiko haya preferido a otro es su asunto y estupidez, tan solo mírate, pudiste cautivar 2 hombres en una noche. Si quisieras pudieras tener a cuanto macho se atraviese. Y deberías pensar lo de tu hogar, es una casa bonita y adquirida con mucho esfuerzo, tu relación con Usami no tiene nada que ver con el patrimonio que has obtenido.

 

—Eso de cautivar  lo dudo y solo fue uno, Miyagi Sensei no cuenta 

 

—¿Y como es Miyagi Yō Sensei?

 

—Buscaré en la foto de mi anuario cuando vuelva a mi casa, puede que él aparezca y te lo mostraré.....

 

 

 

 

 

 

 

—¿Quieres dejar dejar de sacar los anuarios? ¿Y qué haces aquí en sábado?

 

Miyagi no contestaba a Hiroki y seguía en su tarea de buscar a cierto castaño entre las fotografías, fue muy tonto por no preguntar la especialidad pero no hacía falta, ya había dado con lo que buscaba 

 

—Mira Hiroki, él es quien me salvo aquella noche.

 

Miyagi extendía el álbum, los ojos del castaño se hicieron muy  grandes por la sorpresa.

 

—¡¡¿Takahashi kun?!!

 

—Así es y por muy extraño que parezca ya le pude agradecer su gesto tan amable.

 

—Pero  ¡¿no te molesta?!

 

—¿Molestarme que?

 

Hiroki no podía creer que Miyagi aún sabiendo que Misaki era el esposo del roba novios estuviera tan calmado y con una aparente sonrisa ó tal vez con lo decepcionado que se encontraba desde hace 2 meses ni siquiera lo sabía. Hiroki aclaró su garganta y preguntó:

 

—Contésteme algo profesor, usted dice que le hicieron llegar unas facturas donde descubrió que Usami Akihiko y Shinobu Takatsuki comparten habitación en un hotel cuando salen por cuestiones de "trabajo"

 

—Si ¿y? 

 

—Pues que lo veo emocionado por conocer a este chico, al menos sabe ¿quien es?

 

—Misaki Takahashi 25  años estudiante egresado de esta Universidad hace casi  2 años en la especialidad de economía.

 

Kamijō miraba sorprendido, entonces aquella vez Miyagi no vió el resto de información que le había proporcionado donde a grandes rasgos decía la relación de Akihiko con Misaki.

 

—Entonces él te ayudo, es un buen chico, un tanto distraído en clase en aquel entonces, pero logró aprobar la asignatura, sé que trabaja en Editorial Marukawa y está por recibir un asenso un tanto importante.

 

—¿Como sabes lo de su empleo?

 

—A.... a veces suelo encontrarlo y... y me platica... 

Pero mejor cuénteme cómo es que ocurrió su aventura con el chico, dice que pudo agradecerle.

 

Miyagi notó sus nervios y no comprendía del todo la actitud de Kamijō, pero no le dio más importancia y comenzó a relatar todo lo sucedido.

 

 

 

 

 

Lunes por la mañana 

Misaki tampoco comprendía del todo que hacía frente a la puerta del departamento de Miyagi Sensei, cuando de forma clara le dijo que mandaría la prenda y el dinero de la gasolina.

Pero ahí estaba, reluciente y sin desagradables olores en su ropa, seguía apenado por lo ocurrido y no  quiso contarle a Miyagi como es que había terminado varado en medio de la carretera.

Se armó de valor y cuando estaba por presionar el timbre, la puerta fue abierta.

Miyagi aparecía con un elegante traje y el aroma de su colonia le llenó la nariz provocando un leve cosquilleo en el estómago.

Ambos se miraron con sorpresa, Misaki detalló los rasgos varoniles del profesor, el rostro poseía una que otra arruga, pero estaban tan bien situadas qué ese aspecto maduro era sin duda atrayente, muy agradable a sus ojos, desvió la mirada  por pensar eso del profesor.

 

—Buenos días, me.. me  disculpo por llegar así pero he traído su abrigo... Sensei 

 

Misaki mostraba la prenda envuelta en un lindo cubre polvo con osos panda y la extendía.

 

—Gracias Misaki kun, no debías molestarte.

 

—Al contrario Sensei, tome,esto es por la gasolina—le mostraba un sobre sin dejar de ver al piso.

 

El profesor agarró la mano del chico y la  cerraba con la suya.

 

—Quédatelo, no es necesario el pago.

 

—Pero..

 

—No te estoy cobrando, fue un favor mutuo.

Miyagi presionó los dedos del chico provocando que Misaki retirara la mano por la extraña sensación.

Yō se sorprendió por su acto, pero no dijo nada.

 

—S..Sensei...puedo ver que ... va de salida ¿gusta que lo lleve a donde se dirige?

<¡malditos nervios! Parezco de 15 años>

Se reclamó  a sí mismo el castaño por su actitud tonta.

 

—Acepto, estoy por salir a la Universidad, dime ¿Tienes tiempo?

 

—¿He?

 

—Quiero invitarte a desayunar 

 

—........................

 

—Si no te apetece yo lo entiendo, pero te acepto el viaje.

 

—............

 

—¿Te encuentras bien?

 

—........Si

 

—Entonces vamos

 

Miyagi cogió el abrigo y lo dejó adentro.

 

Se acercó a Misaki y con un movimiento de su mano tocaba por la espalda al chico que se hallaba como perdido y lo dirigió al lujoso auto, le abrió la puerta del conductor e invitaba a subir.

 

Rodeó el auto y subió también, le sonrió a Misaki, por alguna extraña razón se sentía a gusto con el.

 

—Vamos Misaki Kun, es hora de iniciar el viaje 

 

 

Takahashi miraba con la cara toda roja al profesor, Misaki había quedado atrapado en otro momento, uno un tanto bochornoso y ¿especial?

 

Encendió el auto y dieron marcha sin percatarse que otro auto hizo lo mismo, yendo tras ellos.


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